martes, 15 de julio de 2008

FIDEL CASTRO RESPONDE A PETRAS

Cubadebate
Los datos que utilizo fueron tomados fundamentalmente de las declaraciones del embajador de Estados Unidos en Colombia, William Brownfield, la prensa y la televisión de ese país, la prensa internacional y otras fuentes. Impresiona el derroche de tecnología y recursos económicos utilizados.

Mientras los altos jefes militares de Colombia se esmeraban en señalar que la operación de rescate de Ingrid Betancourt fue enteramente colombiana, las autoridades de Estados Unidos declaran que “fue el resultado de años de intensa cooperación militar entre los ejércitos de Colombia y Estados Unidos.”

“ ‛ La verdad es que hemos logrado compaginarnos de una manera que pocas veces hemos logrado en Estados Unidos, excepto con nuestros viejos aliados, principalmente de la OTAN ’ , señaló Brownfield, refiriéndose a las relaciones con las fuerzas de seguridad colombianas, que han recibido más de 4 000 millones de dólares en asistencia militar desde el 2000.”

“…en varias ocasiones el gobierno de Estados Unidos tuvo que tomar decisiones en sus más altos niveles para la operación.

“Los satélites espías estadounidenses ayudaron a ubicar a los rehenes durante un período de un mes que comenzó el 31 de mayo y concluyó con el rescate del miércoles.”

“Los colombianos instalaron equipos de vigilancia de video, proporcionados por Estados Unidos, que pueden hacer acercamientos y tomas panorámicas operadas a control remoto a lo largo de ríos que son la única ruta de transporte a través de densas zonas selváticas, indicaron autoridades colombianas y estadounidenses.

“Aviones norteamericanos de reconocimiento interceptaron conversaciones por radio y teléfono satelital de los rebeldes y emplearon imágenes que pueden penetrar el follaje de la selva.”

“ ‛ El desertor recibirá una suma considerable de los cerca de cien millones de dólares que el gobierno había ofrecido como recompensa ’, declaró el Comandante General del ejército colombiano.”

El miércoles 1º de julio, la BBC de Londres publicó que César Mauricio Velásquez, secretario de prensa de la Casa de Nariño informó que delegados de Francia y Suiza se habían reunido con Alfonso Cano, jefe de las FARC.

Según BBC, este sería el primer contacto que el nuevo jefe aceptaba con delegados internacionales después de la muerte de Manuel Marulanda. La falsa información sobre la reunión de dos emisarios europeos con Cano había sido transmitida desde Bogotá.

El fallecido líder de las FARC nació el 12 de mayo de 1932, según el testimonio de su padre. Campesino liberal de origen pobre, partidario de Gaitán, inició su resistencia armada hace 60 años. Fue guerrillero antes que nosotros, como reacción ante las matanzas de campesinos perpetradas por la oligarquía.

El Partido Comunista ―donde ingresó más tarde―, como todos los de América Latina, estaba bajo la influencia del Partido Comunista de la URSS y no del de Cuba. Eran solidarios con nuestra Revolución pero no subordinados.

Fueron los narcotraficantes y no las FARC quienes desataron el terror en ese hermano país en sus pugnas por el mercado de Estados Unidos haciendo estallar no sólo potentes bombas, sino incluso camiones cargados de explosivos plásticos que destruyeron instalaciones, hirieron o mataron a incontables personas.

Nunca el Partido Comunista de Colombia se propuso conquistar el poder con las armas. La guerrilla era un frente de resistencia, no el instrumento fundamental de la conquista del poder revolucionario, como ocurrió en Cuba. En el año 1993, en la octava conferencia de las FARC, se decide romper con el Partido Comunista. Su jefe, Manuel Marulanda, asumió la dirección de las guerrillas de ese Partido, que siempre se distinguieron por un hermético sectarismo en la admisión de combatientes y los métodos férreos y compartimentados de mando.

Marulanda, de notable inteligencia natural y dotes dedirigente, no tuvo en cambio oportunidadesde estudio cuando era adolescente. Se dice que pudo cursar sólo hasta el 5to grado. Concebía una larga y prolongada lucha, un punto de vista que yo no compartía. Nunca tuve posibilidad de intercambiar con él.

Las FARC alcanzaron considerable fuerza y llegaron a sobrepasar los 10 mil combatientes. Muchos nacieron durante la propia guerra y no conocían otra cosa. Otras organizaciones de izquierda rivalizaron con las FARC en la lucha. Ya entonces el territorio colombiano se había convertido en la más grande fuente de producción de cocaína del mundo. La violencia extrema, los secuestros, los impuestos y exigencias a los productores de drogas se generalizaron.

Las fuerzas paramilitares, armadas por la oligarquía, cuyos efectivos se nutrían del enorme caudal de hombres que prestaban servicios en las fuerzas armadas del país y eran desmovilizados cada año sin empleo asegurado, crearon en Colombia una situación tan compleja que sólo había una salida: la verdadera paz, aunque lejana y difícil como otras muchas metas de la humanidad. La opción que durante tres décadas Cuba ha defendido en esa nación.

Mientras los periodistas cubanos discuten en su VIII Congreso las nuevas tecnologías de la información, los principios y la ética de los comunicadores sociales, yo meditaba sobre los acontecimientos señalados.

Expresé con claridad nuestra posición en favor de la paz en Colombia, pero no estamos a favor de la intervención militar extranjera ni con la política de fuerza que Estados Unidos pretende imponer a toda costa y a cualquier precio a ese sufrido y laborioso pueblo.

Critiqué con energía y franqueza los métodos objetivamente crueles del secuestro y la retención de prisioneros en las condiciones de la selva. Pero no estoy sugiriendo a nadie que deponga las armas, si en los últimos 50 años los que lo hicieron no sobrevivieron a la paz. Si algo me atrevo a sugerir a los guerrilleros de las FARC es simplemente que declaren por cualquier vía a la Cruz Roja Internacional la disposición de poner en libertad a los secuestrados y prisioneros que aún estén en su poder, sin condición alguna. No pretendo que se me escuche; cumplo el deber de expresar lo que pienso. Cualquier otra conducta serviría sólo para premiar la deslealtad y la traición.

Nunca apoyaré la paz romana que el imperio pretende imponer en América Latina.


06-07-2008

El líder cubano aclara que no sugiere a las FARC deponer las armas pero sí que entreguen los retenidos a la Cruz Roja La paz romana Ocho tesis erróneas de Fidel Castro

Fidel Castro y las FARC

James Petras
Rebelión

Traducido por Ulises Juárez Polanco y revisado por Caty R.

Introducción
He apoyado la revolución cubana exactamente durante cincuenta años y
reconozco a Fidel Castro como uno de los grandes líderes
revolucionarios de nuestro tiempo. Pero nunca he sido un apologista
sin sentido crítico: en varias ocasiones he expresado mis
discrepancias en medios impresos, en público y en discusiones con
líderes, escritores y militantes cubanos. Los artículos y
comentarios de Fidel Castro sobre los recientes sucesos de Colombia,
concretamente su discurso sobre la liberación por el régimen
colombiano de varios prisioneros de las FARC (incluidos tres agentes
de la CIA e Ingrid Betancourt) y sus comentarios críticos en torno a
las políticas, estructura, prácticas, tácticas y estrategias de las
FARC y su reconocido líder, Manuel Marulanda, merecen una seria
reflexión.

Las observaciones de Castro piden un análisis y una refutación, no
sólo porque sus opiniones son ampliamente leídas e influyen en
millones de militantes y admiradores en todo el mundo, especialmente
en Cuba y América Latina, sino también porque hoy pretende brindar
una base «moral» para la oposición al imperialismo. Igual de
importante es que las diatribas y críticas desafortunadas de Castro
contra las FARC, Marulanda y el movimiento campesino de guerrillas
han sido bienvenidas, publicadas y transmitidas por todos los medios
de comunicación capitalistas en los cinco continentes. Fidel Castro,
con pocas salvedades, se ha unido dócilmente al coro que condena a
las FARC y, como demostraré, sin ninguna razón o lógica.

Ocho tesis erróneas de Fidel Castro

1. Castro argumenta que con la «liberación» de los prisioneros
políticos de las FARC «se abría un capítulo de paz para Colombia,
proceso que Cuba viene apoyando desde hace más de 20 años como el
más conveniente para la unidad y liberación de los pueblos de
nuestra América, utilizando nuevas vías en las complejas y
especiales circunstancias actuales, después del hundimiento de la
URSS …» (Reflexiones del compañero Fidel: La historia real y el
desafío de los periodistas cubanos, 3 de julio de 2008).

Lo más sorprendente de esta tesis (y de todo el artículo) es la
omisión total de Castro del terror masivo desatado por el presidente
colombiano Uribe contra sindicalistas, críticos y comunidades
campesinas, documentado por todos los grupos de derechos humanos
dentro y fuera de Colombia, en sus últimos artículos. De hecho,
Castro exculpa al régimen «uribista» actual, el más criminal, y echa
toda la culpa al «imperialismo estadounidense» . Desde
el «hundimiento de la URSS », y frente a la ofensiva militar
dirigida por EEUU, una multitud de movimientos revolucionarios
armados han emergido en Líbano, Palestina, Iraq, Afganistán o Nepal,
y otros grupos ya existentes en Colombia o Filipinas han seguido su
lucha. En América Latina, las «nuevas propuestas» para la revolución
fueron de todo menos pacíficas: levantamientos populares masivos que
han echado del poder a políticos electorales corruptos en Argentina,
Bolivia, Ecuador, Venezuela… y han costado cientos de vidas.

La «liberación» de Betancourt ha fortalecido el puño de acero del
régimen de Uribe, ha incrementado la militarizació n y disimula los
constantes asesinatos de sindicalistas y campesinos a manos de los
escuadrones de la muerte. Al contrario de lo que dice Fidel Castro,
Estados Unidos y el «presidente de los escuadrones de la muerte
colombianos» utilizan su «éxito» como refuerzo de los argumentos a
favor de acciones militares conjuntas entre EEUU y Colombia. La
celebración de Fidel de la acción del régimen colombiano como
una «apertura de la paz» sirve para desviar la atención del dictamen
del Tribunal supremo colombiano de que la reelección de Uribe fue
ilegal por los sobornos del tirano a senadores para enmendar las
disposiciones colombianas y permitir su reelección como presidente.

2. Fidel Castro denigra al recién fallecido líder de las FARC,
Manuel Marulanda, como un «campesino y militante comunista, líder de
la guerrilla» (Reflexiones) . En su texto del 5 de julio de 2008
(Reflexiones del compañero Fidel: La paz romana) Castro, con
condescendencia, se refiere a un «Marulanda, de notable inteligencia
natural y dotes de dirigente, que no tuvo, en cambio, oportunidades
de estudio cuando era adolescente. Se dice que pudo cursar sólo
hasta el quinto grado. Concebía la revolución como una larga y
prolongada lucha, un punto de vista que yo no compartía». Castro es
hijo de un terrateniente y fue educado en colegios jesuitas privados
y tiene el título de abogado. Da a entender que las credenciales
educativas y un mayor status social preparan al líder revolucionario
para guiar a los campesinos que no tienen educación formal, pero
sí «cualidades naturales de liderazgo» aparentemente suficientes
para permitirles seguir a los intelectuales y profesionales, más
adecuados para dirigir la revolución.

El repaso de la historia, sin embargo, refuta los alegatos de
Castro. Marulanda construyó, en un período de cuarenta años, un
ejército de guerrillas más grande y con mayor base de masas que
cualquier otra guerrilla inspirada en Castro desde la década de 1960
hasta el 2000.

Castro promovió una teoría de «focos de guerrilla» entre 1963 y
1980, en donde grupos pequeños de intelectuales organizarían un
núcleo armado en el interior del país, entrarían en combate y
atraerían el apoyo masivo de los campesinos. Todos los focos de
guerrillas «castristas» fueron derrotados (aniquilados) rápidamente
en Perú, Venezuela, Brasil, Uruguay (focos urbanos), Bolivia y
Argentina. Por el contrario, la estrategia de Marulanda de la guerra
de guerrillas prolongada se estableció sobre una organización de las
bases y fuertes vínculos de los campesinos con los guerrilleros, y
se apoyó en la solidaridad de la comunidad, la familia y las clases.
Así se construyó, lenta y metódicamente, un ejército político
militar nacional del pueblo. De hecho, una revisión seria de la
revolución cubana revela que los guerrilleros de Castro fueron
reclutados en las agrupaciones de masas urbanas, metódicamente
organizadas antes y durante la formación de los focos de guerrilla
en 1956-1958.

A pesar de que hay cifras fiables disponibles sobre las FARC, Castro
desestimó en un 50% el número de guerrilleros de las FARC, basándose
en la propaganda de los publicistas de Uribe.

3. Castro condena la «crueldad» de las tácticas de las FARC «del
secuestro y la retención de prisioneros en las condiciones de la
selva». Bajo esta lógica, Castro debería condenar cualquier
movimiento revolucionario del siglo XX, empezando por las
revoluciones rusa, china y vietnamita. Las revoluciones son crueles,
pero Fidel olvida que las contrarrevoluciones son todavía más
crueles. Uribe ha establecido redes espías involucrando a oficiales
locales, como hicieron en la guerra de Vietnam. Y los
revolucionarios vietnamitas eliminaron a los colaboradores porque
eran responsables de la ejecución de decenas de miles de aldeanos
militantes. Castro olvida comentar el hecho que Ingrid Betancourt,
después de su celebrada «liberación», abrazó y agradeció al general
Mario Montoya. Según un documento desclasificado de la embajada
estadounidense, Montoya organizó una unidad terrorista (Alianza
anticomunista americana), que asesinó a miles de disidentes
colombianos después de torturarlos ferozmente. La «crueldad» del
cautiverio por las FARC no apareció en los exámenes médicos de
Betancourt: ¡tenía buena salud!

4. Fidel alega que Cuba está «a favor de la paz en Colombia, pero no
de la intervención militar extranjera». Son la oligarquía colombiana
y el régimen de Uribe quienes han invitado y colaborado con la
intervención militar estadounidense en Colombia. Castro sugiere que
la intervención militar de EEUU viene impuesta desde afuera, en vez
de verlo como parte de la lucha de clases dentro de Colombia, donde
los gobernantes, terratenientes y narcotraficantes desempeñan un
papel clave en la financiación y entrenamiento de los escuadrones de
la muerte. En los seis primeros meses de 2008, 24 líderes sindicales
han sido asesinados por el régimen de Uribe, más de 2.562 muertos en
los últimos veinte años de lo que Castro describió como «nuevas vías
en las complejas y especiales circunstancias» . Fidel ignora
totalmente los crímenes perpetrados continuamente por los
escuadrones de la muerte sobre activistas sociales desarmados y
muestra la falta de solidaridad de Cuba con todos los movimientos
colombianos desde que La Habana entabló relaciones diplomáticas y
comerciales con el régimen de Uribe.

¿El equilibrismo entre el interés nacional de Cuba por los vínculos
diplomáticos y comerciales con Colombia y las proclamadas
credenciales revolucionarias forman parte de las «complejidades» de
la política exterior cubana?

5. Castro pide la liberación inmediata de todos los prisioneros en
manos de las FARC, sin la más mínima consideración por los 500
guerrilleros torturados y deshumanizados en las horrendas «cárceles
especiales» de alta seguridad de Uribe y Bush. Castro hace alarde de
que Cuba liberó a los prisioneros capturados durante la lucha contra
Batista y demanda que las FARC sigan el ejemplo cubano, en vez del
enfoque revolucionario vietnamita y chino. El intento de Castro de
imponer y universalizar sus tácticas en Colombia, tomando como
referencia la experiencia cubana, carece del esfuerzo mínimo para
entender, no digamos analizar, las especificidades de Colombia, su
ejército, el contexto político de la lucha de clases y el contexto
político y social de las negociaciones humanitarias en Colombia.

6. Castro aduce que las FARC deberían terminar la lucha de
guerrillas pero no rendir sus armas porque en el pasado las
guerrillas que se desarmaron fueron masacradas por el régimen. En
lugar de eso, sugiere que deberían aceptar la oferta de Francia de
abandonar su país o aceptar la propuesta de Chávez («hermano»
y «amigo» de Uribe) de negociar y asegurar una comisión formada por
notables latinoamericanos para supervisar su integración en la
política colombiana.

¿Qué harán los guerrilleros «armados» cuando miles de soldados y
escuadrones de la muerte de Uribe causen estragos en el campo? ¿Huir
a las montañas y cazar jabalíes? Ir a Francia significa abandonar la
lucha de clases y a millones de campesinos vulnerables que los
apoyaron.

7. Fidel Castro omite totalmente de sus reflexiones la forma en que
cada líder político involucrado en la «misión humanitaria» utilizó
la celebración de la «liberación» de Betancourt para disimular y
distraer de sus serias dificultades políticas. Ante todo, la
reelección de Uribe fue declarada ilegal por el Tribunal supremo
colombiano que lo acusó y condenó por sobornar a miembros del Senado
para que votaran una enmienda constitucional, lo que le permitió
optar a un segundo mandato. La presidencia de Uribe es ilegal de
hecho. La liberación de Betancourt y el abrazo delirante de Uribe
socava el veredicto judicial y sustituye el mandato del Tribunal por
nuevas votaciones al Congreso o elecciones nacionales. La
popularidad de Sarkozy en Francia iba en picado, sus altamente
publicitadas intervenciones en las negociaciones con las FARC fueron
un fracaso total, sus políticas militaristas en Oriente Próximo y
sus virulentas políticas contra los inmigrantes alejaron a sectores
importantes del público francés (como también lo hicieron el aumento
de los precios y el estancamiento económico).

La liberación de Betancourt y sus efusivos elogios y abrazos a
Sarkozy revitalizaron su imagen empañada y le dieron un respiro del
creciente descontento económico y político por sus políticas
nacionales y extranjeras.

Chávez utilizó la liberación de Betancourt para abrazar a
su «enemigo» Uribe y distanciarse más de las FARC, en particular, y
de los movimientos populares de Colombia, así como para construir
puentes hacia una presidencia estadounidense post Bush. Chávez
también se congració con los medios de comunicación pro
imperialistas recibiendo comentarios favorables del candidato
presidencial estadounidense de derecha, quien «esperaba que las FARC
aceptasen el consejo de Chávez de desarmarse».

Cuba, o al menos Fidel Castro, utilizó la «liberación» de Betancourt
para exteriorizar su hostilidad, que se remonta por lo menos a 1990,
hacia las FARC, ya que éstas obstaculizaban su política de
reconciliació n con el régimen colombiano.

8. Con una sorprendente postura humanitaria y «cuasi electoralista» ,
al celebrar la liberación de Betancourt, Castro fustigó a las FARC
por su «crueldad» y resistencia armada al régimen terrorista de
Uribe. Castro atacó la «estructura autoritaria y el liderazgo
dogmático» de las FARC, ignorando la adhesión de las FARC a las
políticas electorales entre 1984 y 1990 (cuando más de 5.000
candidatos, activistas y políticos desarmados fueron masacrados) y
el debate libre y abierto en la zona desmilitarizada sobre una
política alternativa con todos los sectores de la sociedad
colombiana (1999-2002). Por el contrario, Castro nunca permitió el
debate libre y abierto ni elecciones, ni siquiera entre candidatos
comunistas, en ningún proceso legislativo, al menos hasta que fue
reemplazado por Raúl Castro.

Los líderes políticos antes mencionados servían a sus propios
intereses políticos y personales cuando criticaron a las FARC y
celebraron la liberación de Betancourt a costa del pueblo de
Colombia.

Conclusión

¿Ha pensado Castro realmente en las consecuencias desastrosas para
millones de colombianos empobrecidos, o pensaba únicamente en las
posibles mejoras de las relaciones de Cuba con Colombia una vez que
las FARC sean liquidadas? El efecto de los artículos anti FARC de
Castro ha sido suministrar munición a los medios de comunicación
imperialistas para desacreditar a las FARC y la resistencia armada a
la tiranía y para elevar la imagen del presidente de los escuadrones
de la muerte, Uribe. Cuando el principal líder revolucionario del
mundo niega la historia revolucionaria y la práctica de un
movimiento popular en marcha y al brillante líder que construyó ese
movimiento, está negándoles a los movimientos del futuro una rica
herencia de resistencia y estructura exitosa. La historia no lo
absolverá.

Original en inglés: http://petras. lahaine.org/ articulo. php?
p=1742&more= 1&c=1

Ulises Juárez Polanco y Caty R. pertenecen a los colectivos de
Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir
libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al
autor, al traductor y la fuente.

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