Apreciados colegas:
Me encuentro lejos de mi tierra Puno, pero siento esa relación umbilical con mi pueblo, que es la nación aymara del lado peruano; sin embargo, puedo decir algo:
Las concesiones mineras y petroleras se han realizado sin consulta previa a las comunidades originarias, indígenas aymaras y quechuas. El Perú es firmante del Convenio 169 de la OIT, que es vinculante a las decisiones que tome el Estado Peruano. Pero esta administración gubernamental, no lo tomó en cuenta.
Postergar por 12 meses la solución al conflicto, como fue el acuerdo de hoy en la Presidencia del Consejo de Ministros, en la mesa de negociación entre los representantes del gobierno y los representantes puneños/as, es mantener la situación como un conflicto latente, pues no se ha resuelto el conflicto de fondo, simplemente se ha tirado el problema para más atrás. Ante los resultados de esta negociación, siempre habrán sectores que no estarán de acuerdo y podrían seguir persistiendo en sus medidas de lucha.
En Puno y en otras zonas del país, lo que no se hace desde las empresas mineras, petroleras y el gobierno, especialmente desde el Ministerio de Energía y Minas, es informar con claridad y transparencia sobre las ventajas, oportunidades e impactos de la industria minera y petrolera. En este gobierno que, felizmente ya se va dentro de poco, se actuó casi en forma irresponsable y a espaldas de la consulta ciudadana. Hubo un manejo irracional en las concesiones de nuestros recursos naturales.
Hay un pobre conocimiento de la cultura local. ¿Cómo es posible concesionar el Cerro Kapilla, Apu sagrado de los aymaras de Yunguyo y Desaguadero?, donde se hace el pago a la tierra, a la Pacha Mama, a donde acuden distintas etnias aymaras del altiplano?. Es como si en la tierra de mis abuelos (Moho), entregaran en concesión minera a los cerros y Apus sagrados como el Tikimuyu o el Tampu Chaka, o en Bolivia, entregaran en concesión minera al Apu Illampu, que se encuentra en Achacachi y que se divisa desde el Desaguadero (lado peruano y boliviano).
Este hecho es similar al conflicto que surgió años atrás en Cajamarca con el cerro Kilish, que también es un lugar sagrado, que quería ser explotada por la minera Yanacocha. A esta acción se opusieron, hasta las personas que estaban de acuerdo con la minería. Es ignorancia lo que hay en la gente del gobierno.
La minería puede contribuir al desarrollo del departamento de Puno, pero dentro de un Plan de Desarrollo Integral, que no afecte las actividades agropecuarias y otras actividades económicas complementarias. Una oposición ciega, tampoco es beneficiosa, porque Puno requiere contar con recursos fiscales que se puede conseguir a través de la explotación racional de nuestros recursos mineros y energéticos, pues actualmente dependemos de los ingresos que se generan en otras regiones del país.
Lo que hace falta es explicar bien sobre la industria minera, petrolera y energética, tener un mensaje claro y, los ciudadanos al estar mejor informados, podrán tomar las decisiones que mejor convengan al desarrollo del departamento de Puno, que a la fecha presenta aún altos índices de pobreza y desnutrición crónica infantil. Sin embargo, los pueblos aymara y quechua de Puno, se caracterizan por ser emprendedores, laboriosos, rinden culto al trabajo, practican la reciprocidad, la solidaridad, aborrecen y castigan la flojera y son muy hábiles para las actividades comerciales.
El nuevo gobierno que se haga cargo de la administración estatal, a partir del 28 de Julio 2011, tiene que hilar muy fino para atender las demandas y los conflictos latentes de Puno. Porque la última confrontación ha puesto también sobre la mesa el conflicto inter-cultural existente entre la cultura y forma de ser de los "criollos achorados" del centralismo capitalino, representado por Alan García (cita textual de un analista puneño), con la cosmovisión de la cultura milenaria y originaria aymara. El paro sirvió para compulsar fuerzas a manera de ensayo.
Quiero terminar diciendo una frase de una comunera, en plena manifestación del jueves pasado: "nosotros los aymaras, somos herederos de una cultura milenaria que jamás fue derrotada". Esta frase fue registrada, casi por todos los canales de televisión nacional e internacional.
Gracias Vicente por invitarme a expresar mi modesto punto de vista.
Seguimos en contacto en cualquier momento.
Un abrazo,
René
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