La situación, grave, como verán, me obliga a enviar el presente. Rogando lo difundan por todos los medios disponibles y hacerlo de conocimiento de los regidores "revocados" con urgencia, pues se impone por honestidad una campaña política seria sobre la materia que conduzca a que finalmente se haga estricta y correcta justicia electoral.
Mi análisis se basa estrictamente en las cifras publicadas por la ONPE al 54.35% de actas contabilizadas, habiendo simplemente copiado esas cifras y sólo agregado a la derecha de las mismas mis propias relaciones que conducen a su análisis. Lo cual se puede comprobar ingresando a la página de la ONPE que difunde los resultados de la revocatoria a ese porcentaje.
Sobre el criterio de revocación
Los abogados del PPC presentaron una semana antes de la fecha electoral de revocatoria un recurso ante el JNE para que defina el criterio bajo el cual se producirían las revocatorias, señalando que lo plausible era considerar válida la revocatoria sólo para los casos en que la votación a favor de la revocatoria (SI) supere la obtenida por los funcionarios cuando fueron electos en su oportunidad. Por lo que sigue, podrán apreciar que tal es un criterio no muy consistente, aunque pertinente a llamar la atención respecto del inhusto criterio que regiría el presente proceso de revocatoria, cual es el de considerar revocado a quien simplemente sus votos por su (SI) revocatoria superen a los de su NO revocatoria. El JNE rechazó la consulta considerando que eran segunda y definitiva instancia y que po ende sólo podía pronunciarse sólo después que el caso fuera a los Jurados Especiales de Lima (11), representando su pronunciamiento si lo hicieran un indebido adelanto de opinión. Es pertinente pues discutir ahora sobre ese criterio y ejercer los actos que fueran necesarios en pro de una correcta administración de justicia electoral, obteniéndola en este proveso o cuando menos generar los antecedentes sobre la materia.
En efecto, este criterio, habría sido concebido como señala el Dr. Julio Kotler, muy reconocido sociólogo, para su uso manipulado contra enemigos políticos (los del ex Dictador Fujimori que lo aprobó), desvirtuando el espíritu democrático bajo el cual fue impulsado en su momento por IU (principalmente por su vovero de entonces Dr. Henry Peasce) y deja de lado otros que establecen mayor criterio de justicia electoral.
En principio, lo democrático debería ser el criterio de revocar sólo cuando la mitad más uno de los votantes opten por el (SI) revocar, con voluntad indubitable, con lo cual la ciudadanía hubiera expresado de manera certera su voluntad e tal sentido, pues de no ser así, en cualquier otro caso la revocación no expresaría esa voluntad indubitable mayoritaria. Inagínense que si por ejemplo la mitad de los votantes hubieran optado por votos en banco y nulos, sólo menos del 50% o en el peor de los casos el 25.01% decidiría contra un 24.99% la revocación.
A tal respecto, apréciese en la parte del cuadro referido a la votación provincial, que en ningún caso un regidor - y menos la Alcaldesa - obtuvieron en la votación del domingo 17 los 1´435,712 (50% más 1 del total de votantes que fue 2´871,422) votos que se requerirían para sin duda alguna ser revocados bajo nuestro estrictamente justo criterio; fuera de la Alcaldesa contra la voluntad estrictamente revocatoria representó un 46.00%, el regidor Zegarra, el más votado al Si lo fue para ser revocado sólo por el 44.84% de los votantes. De jerceres estricta justicia electoral entonces, como producto de la votación del domingo 17 ningún regidor dbería ser revocado, a no ser que se aplique el criterio que a todas luces es desestabilizador de las instituciones según se promovió con Fujimori y perfeccionó con García.
Y ese criterio que exponemos, al contrario del aparentemente vigente que se le contrapone, guarda armonía con la tradición de votación existente en el país cuando se da el caso de elegir entre dos alternativas como la que rige en caso de las segundas vueltas electorales para elegir Presidente de la República, que es pertinente traer a caso por ser similar el de la revocatoria, cual es el considerar los votos no válidamente emitidos (en blanco y viciados) a favor del ganador, lo que debiera regir en este caso en beneficio del propuesto de revocar, como valla a ser superada por la revocación para que se demuestre una voluntad fehaciente de revocar con 50% más uno de los votantes. La prueba de cómo este criterio guarda armonía con el estricto anterior es que si lo aplicamos al proceso revocador actual da el mismo resultad, según se puede apreciar en el mismo cuadro superior que adjunto.
Tan injusto sería aplicar el criterio en realidad desestabilizador de la mayoría sólo entre las 2 opciones, que resultarían revocados justamente quienes en tçerminos absolutos recibieron las mayores votaciones, como que los regidores de Fuerza Social (FS) fueron más positivamente votados para que se queden que los de las demás fuerzas políticas, conforme se aprecia en el extremo derecho del mismo cuadro.
Esoemos pues y movilicémonos para que se produzca lo correcto, debiendo tenerse en cuenta al respecto los antecefdentes sobre casos similares y las particulares características que han rodeado el proceso revocatorio en las peculiares condiciones de Lima.
Probable fraude en mesas y/o conteo de voto contra los regidores de FS
En documento anterior, sin conocimiento de los resultados publicados por la ONPE al 54.36% de actas contabilizadas, efectué una conjetura: que producto de la prédica divisionista de PPK que había llamado a respaldar a Susana Villarán pero a revocar a sus regidores (todos porque son mayoritariamente izquierdistas) y a una deslealtad que atrinuí a instrucciones dadas por el Presidente actual del PPC Dr. Castro Stagnaro, en lo que denominé conducta del PPC orgánico que desvirtuaba la línea democrática exhibida por Lourdes Flores, Luis Bedoya Reyes y Pablo Secada, se había producido la ingrata sorpresa de posibilitar la revocatoria de esos regidores. Me mantengo en la crítica a PPK que desde la extrema derecha intervino con el innoble fin señalado y reduzco la crítica a parte del PPC a la inconveniencia de haber su regidor Valenzuela en el debate denominado Exposición de Motivos denunciado la posibilidad de al revocar ingrese un elemento marxista como regidor accesitario y de haber realizado su propia campaña corta con distintos colores y haber hecho su propio cierre de campaña, actitudes evidentemente debilitantes de la campaña unitaria lanzada por el comando del NO.
Sin embargo, a la luz de las propias cifras de la ONPE para distritos (parte inferior del documento en excel adjunto), aprecio que más que los factores anteriores lo que habría producido la ingrata sorpresa de revocación de casi el íntegro de regidores de FS es nada menos que un MUY PROBABLE FRAUDE EN MESAS O EN EL CONTEO DE VOTOS, lo cual afirmo con toda responsabilidad y asumiendo todas las consecuencias del caso. Ello emana, modestia aparte, de mi experiencia profesional en el análisis de cifras estadísticas.
Ello se sustenta en que si se aprecia los menores votos obtenidos por el regidor Eduardo Zegarra respecto a la votación obtenida por la Alcaldesa Villarán en cada distrito - siendo el caso de ese regidor ejemplar pues la votación de los otros regidores de FS fue más o menos similar - tenemos que la mayoría de mermas de votos se concentran en alrededor del 9.72% que es la media de todos los datos de merma, no desviándose 35 ó el el 81.4% de esos datos más del 15% del indicado promedio (límite inferior 8.262%, límite superior 11.178%), lo que en la disciplina pertinente se considera desviación estadística máxima, siendo que esos 35 casos concentran el 93.3% de los votos totales emitidos el dóa domingo 17. Cabiendo hacer presente que en 6 de los 8 casos en que los datos exceden del límite de desviación estadística se trata de las votaciones menos importantes entre los distritos de Lima. Teniendo presente que por los antecedentes en nuestro país en general y entre los distritos de Lima en elecciones municipales en particular, esa situación no se ha presentado y por ende sería insólita - la de en casi rodos los casos obtener parte de la lista un porcentaje más o menos uniforme de votos menores que otra parte de la misma - es fundado considerar ha existido una clara concertación fraudulenta consistente en sustraer sistemáticamente a los votos que realmente habrían obtenido los regidores de FS proporciones consistentes y uniformes de alrededor del 10%.
Los datos son suficientemente elocuentes, frente a lo cual mi hipótsis es que la concertación fraudulenta instruida fue de mermar los votos de los regidores de FS en alrededor del 10%, excepto en distritos de poca importancia (6), proporción a la que se habrían visto obligados los mafiosos que en principio aspiraban a hacerlo en alrededor del 3% - 4%. Y ello debe obligar necesariamente a revisar exhaustivamente las actas electorales e incluso, si fuera necesario, las propias cédulas de votación, acciones desde las cuales es muy probable comprobar el fraude o, en el mejor de los casos, permitirá certificar tan insólita situación. No por casualidad por lo menos la consugna menor fue oportunamente puesta en evidencia por la prensa, ni el regifor Zeballos de FS denunció el impedimento de participación fiscalizadora hecho en una serie de casos por las autoridades electorales a los personeros acreditados por FS, aunque, en este caso en forma erróneamente débil atribuyéndolo a trabas administrativas.
En medio del agotamiento a que han sometido los revocadores a la ciudadanía, es necesario sin embargo, por propio respeto a su voluntad y en garantía de transparencia y democracia en éste y futuros procesos electorales, tanto definir un criterio auténticamente democrático y no desestabilizador de revocación, cuanto ka real votación alcanzada por los regidores de FS.
PP
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