PERÚ.  PPK EN LA PISTA DE DESPEGUE
Por  Gustavo Espinoza . (*)
Después de haber designado  al economista  Fernando Zavala como Presidente del Consejo de Ministros y luego de  anunciar la composición de su primer gabinete, bien puede decirse que el  Presidente  electo en  los comicios del pasado 5 de junio, se ha  situado en la pista de despegue y sólo espera la disposición  constitucional que le permita -el próximo 28  de julio- alzar vuelo en un viaje que avizora turbulencias.
Desde las incidencias de su  elección,  ellas signaron el periodo que  se inicia. En verdad, sólo un 13 % del electorado apostó  por su candidatura en la primera ronda del 5  de abril. Los artificios seudo legales de un   proceso urdido para consagrar a Keiko Fujimori como mandataria del Perú  a cualquier precio, debieron reconocerle a PPK, sin embargo, un  19% de los votos para desplazar a Verónica  Mendoza -la candidata del Frente Amplio- y estar en condiciones de pasar a la  "segunda vuelta".
A partir  de allí comenzó a ganar adhesiones y muy  pronto bordeó el 40% en las encuestas de opinión. Y es que se impuso la idea  acuñada por un ingenioso peruano de la calle que dijo sin tapujos: "votaré  por Satanás, para bloquear a Keiko ". Y así fue. 
Nunca representó, por  cierto, a Satanás; pero estuvo siempre -y aún lo está- muy cerca de la  administración yanqui, que es lo más próximo que existe en la tierra al demonio,  con cola y cuernos. Por lo demás, ofrece más de lo mismo: el programa neo liberal  que agobia a los peruanos y que hoy se expresa, dramáticamente, en la muerte de  más de 80 niños, afectados por el  frio y  la miseria solo en la región altiplánica. 
De padres alemanes de origen  polaco, PPK se definió pronto como "un hombre de mundo". En  verdad, fue un cosmopolita. Vivió buena parte de su vida en Inglaterra y en los  Estados Unidos. Y estuvo en el Perú trabajando como tecnócrata al servicio de  gobiernos de derecha, en atención  a sus  vínculos constantes con los organismos financieros internacionales. Ellos lo  llevaron a la connotación de "lobiysta", que rechaza. Fue  funcionario de Economía y Finanzas, ministro  y hasta Presidente del Consejo de Ministros durante el gobierno de Alejandro Toledo,  y  nunca tuvo más brillo que el de  representante del Gran Capital.
En contra partida -hoy se  sabe- su padre fue un hombre de ideas progresistas. Médico de avanzada, fue  hostilizado en el Perú  en los años de la  dictadura de Odría, durante la cual perdió su cargo y su libertad. Y su, madre,  una mujer luchadora y antifascista en la Francia ocupada en los años 40 del  siglo pasado. PPK, sin embargo, no siguió esa huella. Salió financista  vinculado a poderosos empresarios.
Su elección, el 5 de junio,  fue dramática. Finalmente se impuso por algo más de 41 mil votos al reducto  mafioso. Nunca se sabrá, realmente, de dónde provinieron esos sufragios que le  confirieron a victoria. Unos dirán que fueron el resultado del apoyo que le  proporcionara el Frente Amplio a  través de Verónica Mendoza; otros asegurarán que procedieron de los Colectivos  en red "Keiko no va…!", que  marcharon con gran éxito por calles y plazas del Perú el 5 de abril y el 31 de  mayo pasados. Habrá quienes dirán que ese porcentaje  e originó en su exitosa presentación, en el  segundo debate con la candidata de la Mafia, el 29 de mayo, donde insertó una  ingeniosa frase que luego fue repetida y coreada por decenas de miles de  personas: "Tú no has cambiado, pelona, sigues siendo la misma…" ¡Ladrona!, le añadieron a grito herido  las gargantas de centenares de miles de peruanos 48 horas después.
Lo real es que, cualquiera  fuere el origen de esa exigua diferencia, ella puede situarse en el hecho que  PPK simbolizó la esperanza de millones de ciudadanos que no quieren que el Perú  se convierta en un Narco Estado, y que se expresan abiertamente contra la  Mafia, la Impunidad  y la Corrupción.  Ahora, él está llamado a honrar esa línea de trabajo.
La composición  del Gabinete Ministerial que acompañará a PPK  por lo menos en el primer tramo de su gestión, asoma tricolor con las letras de su slogan partidario y que luce aún en  carreteras y pistas tanto en Lima como en el interior del país: azul, amarillo y rojo.
El  azul  bien podría representar a los tecnócratas, que son la clara mayoría en el nuevo  equipo de gobierno. Alfredo Thorne, en economía; Eduardo Ferreyros, energía y  minas; Jaime Saavedra, educación; Patricia García, Salud; José Hernández,  agricultura; Bruno Giuffra, Producción; Edmer Trujillo, vivienda; Cosme  Gonzales, defensa; Elsa Galarza, ambiente; son los más conspicuos  representantes de una tendencia "especializada" que podría proclamarse  "apolítica" si no impulsara con entusiasmo la política económica del FMI y los  organismos financieros internacionales. 
El  rojo  tendría, para el caso una connotación distinta. Aunque de modo fragmentario y  disperso, y sin vínculo entre sí, podría considerarse que constituyen un sector  más bien "democrático" y hasta "progresista" en el contexto concreto. Sin ser  "de izquierda", propiamente, han tenido una cierta  "historia personal" que los acredita en sentido  positivo: Jorge Nieto, en cultura; Ricardo Luna, relaciones exteriores; Carlos  Basombrío, interior; Alfonso Grados, trabajo; Marisol Pérez Tello justicia y  derechos humanos; y Ana María Romero, mujer y poblaciones vulnerables.
Y  el amarillo expresaría casi una presencia extraña:  Cayetana Aljovin, en Inclusión Social, conocida en medios técnicos por sus  grados y oficios, pero políticamente muy reaccionaria. Se hizo notable su  opción en dos circunstancias: cuando trabajó como periodista de RPP sosteniendo  las posiciones más oscuras, y cuando se desempeñó como funcionaria en  Comunicaciones, Pro Inversión y el MEF, al servicio de las peores causas.
Este Gabinete tendrá a la  vista dos retos inmediatos: la concesión de "facultades delegadas"  que  solicitará el Poder Ejecutivo para legislar en materias específicas con  cargo a dar cuenta al Congreso; y el Voto de Confianza  que requiere para  iniciar su gestión. En ambos casos, la Mafia Keikista con mayoría absoluta -73  de 130- actuará para cobrar venganza.       
Podría hacerlo de dos maneras:  o negando su colaboración, o pretendiendo "condicionarla" a la aceptación de  unos u otros requerimientos. Si ocurriera   esto último esa carta se jugaría en dos planos: para asegurar la libertad  de AFF y la impunidad de los suyos; y para humillar al Ejecutivo obligándolo a  admitir en los hechos que el Parlamento es "el  primer Poder del Estado", y que el "dueño"  atiende, alternativamente en la calle Bukaré,  en Surco y/o en el Fundo Barbadillo.
¿Atracará PPK? Es probable que  no. En todo caso, mucho habrá de depender de la calidad de la nave que  conduzca, de la pericia de los tripulantes y del estado  del tiempo. También, por cierto, de la serenidad  de los pasajeros. Por lo pronto, desde la rampa del aeropuerto, los veremos  partir  (fin)
(*) Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera /  http://nuestrabandera.lamula. 
 
 
 
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