Ecos de la Gran Conmemoración 1-2

CARGALADRILLO

Lo que necesitamos es

un estado de ánimo entusiasta pero sereno,

un trabajo intenso pero ordenado

Mao Zedong, XII 1936

Es menester recordar ahora cómo es que, tras cuatro años de perseverante labor, se ha podido llegar a la culminación exitosa de la Gran Conmemoración. Es práctica conocida que al sufrir reveses hay que recordar los éxitos para no caer en desánimo, y al lograr éxitos hay que recordar las dificultades para no caer en vanidad.

Nuestra Posición es el Documento Central que en el Socialismo Peruano cierra nuevamente una etapa: Crítica de Ideas, y abre otra etapa: Preparación de la Organización. Pero ¿cómo se ha podido llegar a tan exitoso resultado, que poco a poco va siendo reconocido en su importancia? Esto es lo que es menester analizar ahora y tener siempre presente.

Cuando se difundió cuatro años atrás, el llamamiento a la Gran Conmemoración del Aniversario 80 de la Creación Heroica de JCM fue recibido hasta con indiferencia. Sin embargo, poco a poco fue concitando la atención de activistas responsables deseosos de hacer trabajo con contenido, que fueron comprendiendo el propósito de sistematizar ideas para poder abrir una nueva etapa en el devenir del Socialismo Peruano. Así se formó el primer núcleo.

Al difundirse día a día lo de Aniversario 80, surgieron nuevas adhesiones por un lado, y nuevas y viejas oposiciones por otro lado. Esta difusión fue definiendo el concepto y radicalizando los campos. Así fue desarrollándose nuevamente “un fenómeno de polarización y concentración”

El lado positivo de la oposición es que siempre motiva a cohesionar fuerzas y multiplicar esfuerzos. En cuanto a cohesionar, se acercaron activistas que laboraban proyectos propios pero no antagónicos. Esta “sangre nueva” ha gravitado poderosamente en el éxito. En cuanto a multiplicar, aún es visible la presencia de métodos artesanales de trabajo, y por ello no ha sido posible abarcar mayor dimensión de conmemoración. Y más visible aún es nuestra mala costumbre de olvidar que “el revolucionario es un hombre de orden”, que no debe dejar las cosas para la última hora. Se ha trabajado con “un estado de ánimo entusiasta”, se ha realizado “un trabajo intenso”; pero al no tener “un estado de ánimo sereno”, al no realizar “un trabajo ordenado”, casi casi se produce la derrota del gran objetivo, lo que hubiera postergado otra vez el paso efectivo hacia la preparación de la organización.

Superando dificultad tras dificultad, el esfuerzo mayor es el realizado por los “cargaladrillos” Este término popular tiene dos acepciones. Puede ser despectivo mirando de arriba abajo, pero mirando de lado a lado es honroso reconocimiento a la, hasta ahora, anónima labor de hormiga que realizaron activistas presenciales que, trabajando sin horario, sin descanso, sin tregua, supieron sacar adelante una tarea autoimpuesta: llegar a la meta con el Documento Central. La entrega sin reservas a esta gran tarea hace recordar el contenido de un artículo: Mi papá trabaja en una reunión, que se trascribe de nuevo como adjunto a este comentario.

Bien señalaba Dimitrov las cualidades del militante: profunda fidelidad a la causa, estrecha ligazón con las masas, disciplina consciente, capacidad de auto-orientación. Esta norma ha quedado reiterada en este proceso. Y es gran ejemplo a seguir para todo continuador.

La larga jornada ha llegado a feliz culminación. La IIIG-SP entrega la posta, pero sólo para pasar a segundo plano. Bien advierte JCM que a “la Segunda Internacional, si no se obstinara en sobrevivir, la juventud revolucionaria se complacería en venerar su memoria” Ahora, como decía risueñamente un veterano militante, la IIIG “pasa de dar malos ejemplos a dar buenos consejos”

El llegar con éxito a la meta recuerda el aforismo romano: No te ufanes al ir a la guerra, hazlo al regreso. Nuestra Posición era la meta. Entonces, ¡que sea un motivo!

Ragarro

28.10.08