domingo, 26 de octubre de 2008

Rv: [foro_centenario] Eduardo Ibarra: Gonzalo y el Frente Unido



--- El dom, 26/10/08, Santiago Ibarra <santiagoibarra05@yahoo.com> escribió:
De: Santiago Ibarra <santiagoibarra05@yahoo.com>
Asunto: [foro_centenario] Eduardo Ibarra: Gonzalo y el Frente Unido
Para: foro_centenario@yahoogroups.com, barricadacontraculturalantipostmodernista@yahoogrupos.com.mx, "us-jcm" <universidad_socialista_jose_carlos_mariategui@yahoogroups.com>, "Nuevo Peru" <nuevo_peru@yahoogrupos.com.mx>, "Generación Resurgimiento" <generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx>
Fecha: domingo, 26 octubre, 2008 2:57

Gonzalo y el Frente Unido

 

 

 

I

 

En la etapa novodemocrática de la revolución socialista, "tanto el proletariado como el campesinado, la pequeña burguesía como la mediana burguesía expresan su lucha como nacionalismo. Y este es el problema de la lucha interna en la política del pueblo, en la guerra del pueblo". "La expresión teórica de la lucha interna es la lucha entre socialismo proletario y socialismo burgués. La expresión política  es la lucha entre nacionalismo proletario y nacionalismo burgués. Y la expresión orgánica es la lucha entre frente de clase y frente de clases". "El nacionalismo proletario se expresa en solidaridad. El nacionalismo burgués se expresa en egotismo. Esta diferencia radical se puede apreciar tanto en lo ideológico como en lo teórico, político y orgánico" (Punto de Vista, año 2, Nº4, marzo-abril, 1983, p.21. Subrayados en el original).

 

Como se señala en el mismo artículo, mientras en las relaciones en el seno del pueblo la solidaridad de clase promueve la centralizació n en lo ideológico, la independencia en lo teórico, la coordinación en lo político y la autonomía en lo orgánico, el egotismo burgués promueve el absolutismo en lo ideológico, el autoritarismo en lo teórico, el hegemonismo en lo político y el despotismo en lo orgánico.

 

En su artículo El 1º de mayo y el frente único, 1924, José Carlos Mariátegui planteó "la lucha contra el adversario común" (t.13, p.108). Y, en su artículo Admonición del 1º de mayo, 1929, planteó "La lucha por el socialismo" (ibidem, 118). De esta manera, pues, estableció el principio táctico del frente unido, es decir, la necesidad de unir las diversas fuerzas en la lucha contra el adversario común, y, al mismo tiempo, su principio estratégico, es decir, la hegemonía del proletariado, la lucha por el socialismo. Con ello estableció el doble contenido del frente unido y, así, promovió la solidaridad y no el egotismo, y, por tanto, la centralizació n y no el absolutismo, la independencia y no el autoritarismo, la coordinación y no el hegemonismo, la autonomía y no el despotismo.

 

Así pues, Mariátegui sentó las bases de la unidad del pueblo peruano en la lucha por la revolución.

 

II

 

Pues bien, ¿cómo actuó el senderismo en el curso de su lucha armada? ¿Practicó la solidaridad, o el egotismo? Es decir, ¿practicó la centralizació n o el absolutismo, la independencia o el autoritarismo, la coordinación o el hegemonismo, la autonomía o el despotismo?

 

En el seno del movimiento comunista nacional, el senderismo: 1) proclamó oficiosamente el llamado pensamiento Gonzalo como "cuarta etapa del marxismo"; con esto impuso el absolutismo; 2) sustituyó el pensamiento de Mariátegui por el "pensamiento Gonzalo" en la base de unidad de su organización y hasta exigió "adhesión incondicional al presidente Gonzalo"; con esto impuso el autoritarismo; 3) negó la igualdad y la solidaridad entre las diversas organizaciones y hasta desconoció la existencia del movimiento comunista nacional; con esto impuso el hegemonismo; 4) negó la coordinación con otras organizaciones y hasta eliminó a dirigentes y militantes de las mismas; con esto impuso el despotismo.

 

Paralelamente, en el seno del movimiento popular: 1) promovió el confusionismo ideológico al amalgamar todas las doctrinas en una doctrina única; con esto impuso el absolutismo; 2) silenció a Mariátegui y levantó el "pensamiento Gonzalo"; con esto impuso el autoritarismo; 3) negó la democracia del pueblo y practicó una política de gran garrote; con esto impuso el hegemonismo; 4) eliminó a dirigentes y miembros de organizaciones sindicales y campesinas; con esto impuso el despotismo.

 

Y, con esos cuatro ismos, negó el principio táctico del frente unido, es decir, la lucha común contra el adversario común y, al mismo tiempo, su principio estratégico, es decir, la lucha por el socialismo. Pues al negar el principio táctico del frente unido, el senderismo hacía inviable su principio estratégico, la lucha por el socialismo. Resultado de esta realidad fue el aislamiento político, primero, y, finalmente, la derrota.

 

III

 

En el documento ¡Desarrollemos la creciente protesta popular!, setiembre 1979, Gonzalo sostiene que  "el frente único es para la lucha amada y ésta es el crisol en que se forjan y desarrollan el frente único y el Partido" (Guerra Popular en el Perú. El pensamiento Gonzalo, recopilación y edición de Arce Borja, Bruselas, 1989, t.1, p.136). En el documento Línea de construcción de los tres instrumentos de la revolución, afirma que "los Comités Populares son concreciones del nuevo Estado, son Comités de Frente Unico" (ibidem, p.377). Y, en el programa de su partido, propone "Combatir por la instauración de la República Popular del Perú, como el frente de clases basado en la alianza obrero campesina" (ibidem, p.412).

 

Como se ve, según el jefe senderista el frente debe ser para la lucha armada, la lucha armada para establecer el nuevo poder y el nuevo poder para concretar el frente unido bajo la forma de Estado.

 

Pero eso sólo en el papel, pues en los hechos el frente promovido por Gonzalo se limitó a ser una suma de "organizaciones rojas", su lucha armada se reveló como "bohemia subversiva" y los Comités Populares se convirtieron más o menos tempranamente en cotos donde las masas populares fueron aherrojadas y hasta reprimidas.

 

Esta fue la distancia que hubo entre lo que se proclamó y lo que se actuó, entre lo que se escribió y lo que se realizó, entre lo que se teorizó y lo que se practicó. Y, esta distancia se explica por el ultraizquierdismo que caracterizó la acción senderista.

 

Ahora bien, es necesario agregar tres cosas sin duda importantes: 1) el frente unido es para la revolución, y sostener que "es para la lucha armada" es tener una concepción estrecha del frente y de la propia revolución (el concepto de revolución es más amplio que el de lucha armada y, además, este último no incluye necesariamente el primero, como finalmente lo demostró la propia experiencia senderista); 2) no hay frente unido sin programa; un frente sin programa no pasa de ser una amalgama sin rumbo ni destino y, precisamente, de 1980 a 1987, el PCP-SL no tuvo ningún programa general; esto quiere decir que se pasó nada menos que siete largos años sin proponer al pueblo peruano sus objetivos y levantando mesiánicamente a Gonzalo, y, cuando en 1987 hizo conocer un programa, este programa, llamado Programa general  de la revolución democrática, ocupó siempre un lugar bastante modesto en la propaganda senderista en comparación al lugar que tuvo siempre el culto a Gonzalo; 3) el frente unido debe ser una suerte de prefiguración del Perú Integral; pero con su absolutismo, su autoritarismo, su hegemonismo y su despotismo, la organización senderista antagonizó las contradicciones en el seno del pueblo y, así, el pretendido frente de Gonzalo nunca tuvo partida de nacimiento, y el remedo de frente que llevó a la práctica terminó como tenía que terminar: demostrando su esterilidad.

 

IV

 

Mariátegui señaló que en "esa inmensa legión humana que es el proletariado" , existen distintas "tendencias" y "diversos  matices ideológicos". Y agregó que "la existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal; es por el contrario la señal de un período avanzado del proceso revolucionario" (t.13, p.109).

 

Precisamente esta es la situación del proletariado peruano desde que en los años 1960 hizo crisis el partido único. En consecuencia, el problema reside en cómo alcanzar la unidad del proletariado en la lucha por el socialismo.

 

El pueblo está conformado por diversas clases y capas sociales, las mismas que están representadas por distintas organizaciones políticas. En consecuencia, el problema reside en cómo alcanzar la unidad del pueblo en la lucha común contra el enemigo común.

 

Pues bien, a fin de resolver estos dos problemas (que en realidad son uno solo, el problema del Frente Unido del Pueblo Peruano) es necesario establecer determinadas relaciones tanto en el seno del proletariado como en el seno del pueblo. Y, desde luego, estas relaciones pueden establecerse sólo sobre la base de la solidaridad y no del egotismo.

 

En el seno del proletariado, "las relaciones son de solidaridad, que se expresa en lo ideológico en la centralizació n de las ideas correctas, vengan de donde vengan; en lo teórico en la independencia de la investigación científica de la realidad nacional; en lo político en la coordinación de la lucha común contra el enemigo común; y en lo orgánico en la plena autonomía en cuanto a militancia y organización" (Punto de Vista, año 2, Nº3, enero-febrero, 1983, p.10).

 

Sólo por este camino el proletariado peruano puede ser capaz de llevar adelante la lucha por el socialismo, pues "si cada integrante del m.c.n. basa su estrategia de desarrollo en la construcción propia, y su táctica en la coordinación o unificación con otras fuerzas o la asimilación de ellas, la unidad se desarrollará, la construcción propia incrementará la cantidad en el frente unido, y la coordinación, unificación o asimilación incrementará su calidad" (ibidem).

 

En el seno del pueblo, "las relaciones con clases y capas distintas al proletariado son de coexistencia duradera y supervisión mutua, lo que se expresa en no intervención, respeto mutuo y beneficio recíproco" (ibidem).

 

Sólo por este camino el pueblo peruano puede ser capaz de avanzar la causa revolucionaria. Puede decirse, por tanto, que sólo por el camino del frente táctico-estraté gico del pueblo la revolución peruana puede cubrir victoriosamente y sin solución de continuidad sus dos etapas.

 

El frente unido, pues, tiene que ser un frente de clase que unifique a todas las clases y capas sociales unibles en la lucha común por la toma del poder.

 

En su artículo El 1º de mayo y el frente único, 1924, Mariátegui dejó sentados estos esclarecedores conceptos: "El frente único  no anula  la personalidad, no anula la filiación  de ninguno  de los que lo componen. No significa la confusión ni la amalgama de todas las doctrinas en una doctrina única. Es una acción contingente, concreta, práctica. El programa del frente único considera  exclusivamente la realidad inmediata, fuera de toda abstracción y de toda utopía. Preconizar el frente único  no es, pues, preconizar el confusionismo ideológico. Dentro del frente único cada cual debe conservar su propia filiación y su propio ideario. Cada cual debe trabajar por su propio credo. Pero todos deben sentirse unidos por la solidaridad de clase, vinculados por la lucha contra el adversario común, ligados por la misma voluntad revolucionaria, y la misma pasión renovadora. Formar un frente único es tener una actitud solidaria ante un problema concreto, ante una necesidad urgente. No es renunciar a la doctrina que cada uno sirve ni a la posición que cada uno ocupa en la vanguardia" (t.13, pp.108-109).

 

Pero, en tanto el maoísmo delirante ha demostrado creer muy poco en Mariátegui, recordemos que en octubre de 1938 Mao escribió estos conceptos igualmente esclarecedores: "todo partido o grupo político que forme parte del frente único, sea el Kuomintang, el Partido Comunista o cualquier otro, debe conservar su independencia ideológica, política y organizativa. En las relaciones entre partidos, el Principio de la Democracia , uno de los Tres Principios del Pueblo, significa admitir tanto la unión  de todos los partidos y grupos políticos como la existencia independiente de cada uno de ellos. Hablar solamente de unidad y negar la independencia es abandonar el Principio de la Democracia , y con ello no estará de acuerdo ni el Partido Comunista ni ningún otro partido o grupo político" (OE, t.II, p.206).

 

Con las ideas y los pies bien asentados en la materia, nunca hemos creído que en la lucha por la revolución sea correcto practicar el absolutismo, el autoritarismo, el hegemonismo y el despotismo.

 

¿Y usted, estimado lector?

 

 

Eduardo Ibarra

biblioteca9@ hotmail.com

 

14.03.03.

 




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