jueves, 30 de octubre de 2008

Fwd: Mariátegui :¿ "marxista-leninista" o "marxista convicto y confeso"?



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From: Gustavo Pérez Hinojosa <gperezhinojosa@gmail.com>
Date: 30-oct-2008 9:18
Subject: Mariátegui :¿ "marxista-leninista" o "marxista convicto y confeso"?
To: foro_centenario@yahoogroups.com, "generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx" <generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx>, UNIVERSIDAD SOCIALISTA JOSE CARLOS MARIATEGUI <uspjcm@gmail.com>, Luis Anamaria <luismiguel1952@gmail.com>, miguel aragon <perunuevo2020@yahoo.com.mx>, Ramón García Rodríguez <ragarro2002@gmail.com>, guillermo yucra <aldrus@hotmail.com>, Foro Centenario <omarmenesesv@yahoo.es>

Año del 87 Aniversario de la Creación Heroica de José Carlos Mariátegui

(1921-2008)

 

Mariátegui y el Leninismo

 

En el debate en curso en el seno del Socialismo Peruano, hay quienes pretenden que Mariátegui no fue marxista-leninista. Analicemos, pues, esta opinión.

 En el artículo Henri de Man y la "Crisis Del marxismo", originalmente publicado en Variedades, el 7 de julio de 1928, y que hace el primer capítulo de la primera parte del libro Defensa del marxismo, José Carlos Mariátegui sostuvo: "Lenin aparece, incontestablemente, en nuestra época como el restaurador más enérgico y fecundo del pensamiento marxista, cualesquiera que sean las dudas que a este respecto desgarren al desilusionado autor de Más allá del Marxismo. La revolución rusa constituye, acéptenlo o no los reformistas, el acontecimiento dominante del socialismo contemporáneo. Es en ese acontecimiento, cuyo alcance histórico no se puede aún medir, donde hay que ir a buscar la nueva etapa marxista" (pp.21-22. Subrayado en el original). Y en el artículo Emmanuel Berl y el proceso de la literatura francesa contemporánea, originalmente publicado también en Variedades, el 22 de mayo de 1929, y que, con el título abreviado de El proceso a la literatura francesa contemporánea, hace el capítulo XV de aquella primera parte del mismo libro, Mariátegui agregó: "Lenin nos prueba, en la política práctica, con el testimonio irrecusable de una revolución, que el marxismo es el único medio de proseguir y superar a Marx" (p126). 

Es extraordinariamente expresivo que, en un libro consagrado fundamentalmente a la defensa del marxismo de las tentativas liquidacionistas del revisionismo, Mariátegui dedicara a Lenin tan sustanciosos y precisos conceptos.. Analicemos el significado de los mismos, aunque sea brevemente.

Decir, como dice Mariátegui, que "Lenin aparece, incontestablemente, en nuestra época como el restaurador más enérgico y fecundo del pensamiento marxista" y, además, que es en la revolución rusa "donde hay que ir a buscar la nueva etapa marxista", es decir que el leninismo es un desarrollo del marxismo en nuestra época. El significado de estas afirmaciones de Mariátegui es, pues, indesmentible, cualesquiera sean los argumentos en contrario que puedan presentar al respecto quienes se obstinan en negar la adhesión de Mariátegui al leninismo. Por eso, valorando la obra de Lenin, el maestro del Socialismo Peruano señaló: "el marxismo es el único medio de proseguir y superar a Marx". De este modo inequívoco sostuvo que Lenin prosiguió (continuó, llevó adelante) los principios de Marx, y que, al mismo tiempo, superó (enriqueció, desarrolló) a Marx en el sentido particular de que aportó al tesoro general del marxismo elementos teóricos nuevos en comparación con lo que le dieron los fundadores. Esto demuestra que Mariátegui comprendió perfectamente que el marxismo es una teoría en desarrollo y, además, que este desarrollo está determinado por los cambios en las condiciones de la lucha de clase del proletariado. En su fundamental libro Los Fundamentos del leninismo, Stalin definió el leninismo como "el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria" y, así, implícitamente, plateó que el leninismo es una nueva época en el desarrollo del marxismo. Pero el término "etapa", utilizado por Mariátegui en la definición del leninismo, no acarreaba en su tiempo una seria confusión, como ocurre actualmente debido a la definición que hacen algunos del pensamiento de Mao como "tercera etapa del marxismo".

 Por cuanto Mariátegui tuvo, pues, esta comprensión del leninismo, en el artículo La filosofía moderna y el marxismo, originalmente publicado en Variedades, el 22 de setiembre de 1928, y que hace el capítulo IV de de la misma primera parte del mismo libro Defensa del marxismo, dejó sentados estos conceptos: "Con lenguaje bíblico el poeta Paul Valery expresaba así en 1919 una línea genealógica: 'Y éste fue Kant que engendró a Hegel, el cual engendró a Marx, el cual engendró a…' Aunque la revolución rusa estaba ya en acto, era todavía muy temprano para no contentarse prudentemente con estos puntos suspensivos, al llegar a la descendencia de Marx. Pero en 1925, C. Achelin los reemplazó por el nombre de Lenin. Y es probable que el propio Paul Valery, no encontrase entonces demasiado atrevido ese modo de completar su pensamiento". "El materialismo histórico reconoce en su origen tres fuentes: la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. Este es, precisamente, el concepto de Lenin. Conforme a él, Kant y Hegel anteceden y originan a Marx primero y a Lenin después -agregamos nosotros- de la misma manera que el capitalismo antecede y origina al socialismo" (p.39). Mariátegui afirmó, pues, claramente, "y a Lenin después", y esta afirmación nos releva de mayores comentarios.

En conclusión, el libro Defensa del marxismo es, al mismo tiempo que una defensa del pensamiento de Marx (y precisamente por esto) un reconocimiento de Lenin como continuador de Marx en nuestra época, un reconocimiento del leninismo como "la nueva etapa marxista". 

Y, por cuanto esta fue la comprensión mariateguiana del leninismo, ya podemos comprender que el término "marxismo" no tiene, en el libro que comentamos, la limitación de significar únicamente el pensamiento de Marx. De hecho, defendiendo el marxismo, Mariátegui defendió su desarrollo por Lenin, como no podía ser de otro modo Y por cuanto este es el verdadero sentido que tiene en esa defensa el término "marxismo", entonces ya podemos entender qué quiso decir Mariátegui, y qué dijo efectivamente, con su declaración de ser "marxista convicto y confeso". Por eso, nada menos que en Principios programáticos del Partido Socialista, escribió estos definitorios e incontestables conceptos: "El capitalismo se encuentra en su estadio imperialista. Es el capitalismo de los monopolios, del capital financiero, de las guerras imperialistas por el acaparamiento de los mercados y de las fuentes de materias brutas. La praxis del socialismo marxista en este período es la del marxismo-leninismo. El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de lucha" (t.13, p.160)..

Esta adhesión al marxismo-leninismo, este establecimiento del marxismo-leninismo como la base de unidad del Partido Socialista da al traste con cualquier tentativa de reducir el debate sobre la identidad doctrinal de Mariátegui a una discusión de palabras, con cualquier actitud oblicua en relación a algunas declaraciones suyas, con cualquier obstinación de buscarle tres pies al gato. ¿Cómo podría entenderse que Mariátegui no fue marxista-leninista cuando, como vemos, él mismo, expresando un acuerdo colectivo, estableció el marxismo-leninismo como la base de unidad del partido que fundó el 7 de octubre de 1928?

 

En la Encuesta a José Carlos Mariátegui, realizada por Angela Ramos y originalmente publicada en Mundial, el 23 de julio de 1926, el maestro señaló: "el dato no es sino dato. Yo no me fío demasiado del dato. Lo empleo como material. Me esfuerzo por llegar a la interpretación" (t.4, p.156). Y, no obstante, en un reciente debate sobre el tema que nos ocupa, hemos podido constatar las vueltas que han dado alrededor de los datos algunos de sus participantes, sin haber sido capaces de llegar a la interpretación. Esto vale especialmente para Aragón, que, en carta a Jaime Lastra del 3 de enero del presente, dejó escrito: "La exposición de las razones, por las cuales considero que no es correcto afirmar 'Mariátegui comunista' o 'Mariátegui marxista-leninista', escapa a los límites de esta breve respuesta" (sic). Y que, en carta a Santiago Ibarra del 4 de febrero del presente, dejó dicho: "usted afirma: 'En mi criterio, y como consta en documentos históricos, escritos por el propio Mariátegui, él fue marxista-leninista. Así de simple'. "Bueno, pues, ese es su criterio, yo lo respeto. Ni yo, ni nadie, tenemos ningún derecho a prohibirle su opinión. Pero ese NO era el criterio de Mariátegui, salvo que usted presente pruebas documentales en las cuales Mariátegui se declara 'marxista-leninista, con la misma precisión y claridad que se declaró 'marxista convicto y confeso en los '7 Ensayos' e 'Ideología y Política'" (dobles subrayados en el original). ¿Comprende el lector? En negro sobre blanco, Aragón sostiene, pues, que "no es correcto afirmar 'Mariátegui comunista' o 'Mariátegui marxista-leninista'" y, luego de decir esto, se refugia en el supuesto negado de que no hay ninguna prueba documental que así lo demuestre. Ebrio de citas, Aragón se muestra incapaz de elevarse hasta la interpretación del pensamiento orgánico de Mariátegui sobre la teoría del proletariado. Si Mariátegui no dijo en primera persona que era marxista-leninista, entonces no fue marxista-leninista. Si dijo que era "marxista convicto y confeso", entonces solamente fue marxista. Pero, como al que no es capaz de elevarse al nivel de la interpretación y pide pruebas documentales hay que darle pruebas documentales, lo remitimos a Aragón a los Principios Programáticos del Partido Socialista, donde, como lo hemos recordado arriba, el propio Mariátegui estableció el marxismo-leninismo como la base de unidad del Partido Socialista del Perú. Este es el documento histórico al que Santiago Ibarra se refería, pero, por lo visto, el que pide pruebas documentales sólo ve las que le conviene y no las que no le conviene, no obstante que dice "leer con los dos ojos" y "buscar la verdad en los hechos". No es correcto, pues, empeñarse en negar la cualidad marxista-leninista de Mariátegui, expresada en la base de unidad del Partido, levantando una declaración en primera persona que tiene su explicación en el hecho, anotado arriba también, de que con la palabra "marxismo" Mariátegui hacía referencia al marxismo y a su desarrollo por Lenin, así como, si vemos el concepto y no la palabra, al autocalificarse de socialista estaba de hecho autocalificándose de comunista.

En la misma Encuesta realizada por Angela Ramos, el maestro del proletariado peruano señaló también: "Lo que siempre me habría aterrado es traicionarme a mí mismo. Mi sinceridad es la única cosa a la que no he renunciado nunca" (t.4, p.155). Y en su artículo Réplica a Luis Alberto Sánchez, originalmente publicado en Mundial el 11 de marzo de 1927, confutó así los reparos del literato conservador: "Sólo rectificaré, de paso, por el equívoco que pudiese engendrar, el concepto de que lo más mío está en 'Amauta'. Siento igualmente mío lo que escribo en esta revista, y en cualquiera otra, y ninguna dualidad me es más antipática que la de escribir para el público o para mí mismo. No traigo, como es mi deber, a esta revista, tópicos extraños a la sección en que el propio director de 'Mundial' ha querido situar mis estudios o apuntes sobre temas nacionales y menos aún traigo arengas de agitador ni sermones de catequista; pero esto no quiere decir que aquí disimule mi pensamiento, sino que respeto los límites de la generosa hospitalidad que 'Mundial' me concede y de la cual mi discreción no me permitiría nunca abusar" (t.13, p.220). De hecho, pues, la tentativa de negar la adhesión de Mariátegui al marxismo-leninismo, resulta, objetivamente, poniendo en tela de juicio su sinceridad, su coherencia, su integridad.

Enfrentados al problema de reconocer la identidad doctrinal de Mariátegui, es confundir las cosas reducir la discusión a la letra de una u otra declaración suya, y dejar por fuera lo verdaderamente sustancial: la coherencia de su pensamiento sobre la teoría del proletariado. Por eso, con la misma sinceridad y la misma coherencia del maestro, Raymundo Prado, en su libro El marxismo de Mariátegui, anotó que "Mariátegui tomará bajo su influjo [bajo el influjo de la Revolución Rusa] una definida posición socialista y adoptará el marxismo-leninismo como el único método revolucionario de la época" (primera edición, p.38), y, en la Conclusión del mismo libro, agregó: "juzgamos que la posición de Mariátegui es marxista-leninista" (p.103). De paso, téngase en cuenta que esto está dicho en un libro que se titula El marxismo de Mariátegui, y no El marxismo-leninismo de Mariátegui.

La interpretación de las afirmaciones mariateguianas acerca de Lenin contenidas en el libro Defensa del Marxismo y el simple reconocimiento de la definición doctrinal que aparece en los Principios programáticos del Partido Socialista (que, como es lógico, definen al Partido y a Mariátegui como marxista-leninistas) liquidan toda tentativa de utilizar ciertas afirmaciones mariateguianas para pretender demostrar lo indemostrable: que "no es correcto afirmar 'Mariátegui marxista leninista'".

Dicho sea entre paréntesis: el estilo lagotero que tiene Aragón de polemizar lo conduce a declarar que él respeta el criterio de que Mariátegui fue marxista-leninista (respetar implica consideración, deferencia, acatamiento, veneración, miramiento), contraviniendo así este agudo aserto dialéctico de Mariátegui: "No le hacemos ninguna concesión al criterio generalmente falaz de la tolerancia de las ideas. Para nosotros hay ideas buenas e ideas malas". Por eso declaramos enfáticamente que, a nuestra vez, no respetamos en absoluto la mala idea según la cual Mariátegui no fue marxista-leninista. Pero ocurre que son los individuos los portadores de las ideas y, por tanto, hay que subrayar el hecho de que algo anda mal en Aragón para sostener una semejante idea. Justifico esta afirmación, recordando que, en su polémica con Sánchez, Mariátegui señaló que polemizaba "poco con los individuos y mucho con las ideas" (t.13, p.219), pero no dijo, como resulta claro, que no polemizaba en absoluto con los individuos. En el presente artículo hemos polemizado, como ha podido ver el lector, mucho con una idea manifiestamente errónea, profundamente negativa y altamente peligrosa. Sólo faltaba que agregáramos, brevemente, una referencia a la actitud mental que la promueve..

 Si todavía hoy existen algunos personajes de rancia ideología que niegan con verdadera rabia y con los más disparatados argumentos que Mariátegui fuera marxista, resulta que ahora hay marxistas que se obstinan en negar la cualidad marxista-leninista de Mariátegui. Esto, desde todo punto, es UNA CONSTATACIÓN QUE ES TODO UN LLAMADO DE ATENCION A LOS ELEMENTOS CONSCIENTES DEL SOCIALISMO PERUANO.

  

Eduardo Ibarra

biblioteca9@hotmail.com

 06.02.08..

 

 

 

LA FORMACIÓN SOCIALISTA REVOLUCIONARIA ITALIANA DE MARIÁTEGUI Y LA ORTODOXIA SOCIALISTA RUSA

 

 

"Residí más de dos años en Italia,

donde desposé una mujer y algunas ideas".

 

Carta a Samuel Glusberg, 10 de Enero de 1927.

 

 

"He hecho en Europa mi mejor aprendizaje".

 

Advertencia a los "7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana", 1928.

 

"Es evidente que en Europa se ocupó particularmente

en estudios de política, economía, sociología, filosofía, etc.

De su viaje data su asimilación al marxismo".

 

"Del autor" ("Ideología y Política", Pág.15).

 

El presente artículo nace de la exposición hecha en el Debate "El marxismo-leninismo de Mariátegui", realizada en la Casa de Mariátegui, por la Comisión Organizadora del 80º Aniversario de la Creación Heroica de José Carlos Mariátegui, del PCP, Presidida por el compañero Emilio Mendoza.

 

Es una constatación práctica, que Mariátegui no se autodenominó "marxista-leninista" y se declaró simplemente "Marxista convicto y confeso"…, que tituló solo "Defensa del marxismo" a uno de sus mas importantes libros, escrito precisamente en defensa del marxismo revolucionario, y que solo hiciese dos (o 3) alusiones al "marxismo-leninismo" en toda su obra, entre ellas las que figuran en el Programa del Partido Socialista del Perú, que el constituyese.

 

A este respecto, habría que empezar por señalar que la acepción "marxismo-leninismo" es usada por primera vez por Nicolai Bujarin, en su Informe sobre el Programa de la Internacional Comunista, en su calidad de Secretario del Comité Ejecutivo, en el VI Congreso de la Internacional Comunista (VI Congreso de la Internacional Comunista, Informes y Discusiones, Cuadernos de Pasado y Presente), realizado entre Junio y Septiembre de 1926.. Es allí precisamente, donde Bujarin señala que los principios fundamentales del Programa son los del "marxismo-leninismo", considerando que "debemos insistir particularmente sobre el hecho de que nosotros nos mantenemos firmemente sobre el terreno del marxismo-leninismo ortodoxo" (Obra citada. Segunda parte. Informes y discusiones. Cuadernos de Pasado y Presente Nº 67, Pág.148), precisando que la Internacional Comunista era "heredera de las mejores tradiciones de la II Internacional de antes de la guerra" (Obra citada, Primera Parte, Tesis, manifiestos y resoluciones. Cuadernos de Pasado y Presente Nº 66, Pág.249).

Resulta importante tener en cuenta que aún antes de este evento,  J.V. Stalin publicara dos textos, que tituló, "Fundamentos del Leninismo" y "Cuestiones del Leninismo" y no del "marxismo-leninismo".

 

MARIÁTEGUI, GRAMSCI Y "L´ORDINE NUOVO"

 

Contra lo usualmente pensado por la mayoría de nosotros, el propio Mariátegui reconoció haber realizado su mejor aprendizaje y haberse asimilado al marxismo, en Europa, principalmente en Italia (La mayoría de nosotros, salvo muy honrosas excepciones, fuimos formados en la imagen de un Mariátegui tributario de la "ortodoxia" oficial socialista o comunista, que no era otra que la visión del socialismo soviético o ruso, visión hegemónica mundial, a partir del papel directriz en la Internacional Comunista, del Partido Comunista de la URSS)..

 

A esa Italia, considerada como el país en que la lucha de clases había alcanzado el punto mas alto, tanto en el nivel de la praxis como en el de la elaboración teórica, es donde llega Mariátegui, en su periplo europeo, y donde se forma como revolucionario, socialista marxista, pero no del marxismo en general sino de uno determinado, específico, vinculado a al experiencia italiana. Es a partir de esa Italia que Mariátegui leerá a Marx con el filtro del historicismo italiano, informándose del desarrollo de la Revolución Socialista de Octubre, a través de fuentes e interpretaciones italianas.

 

Fueron esos años, de 1919 a 1923, vividos principalmente en Italia, y principalmente bajo la influencia de "L´Ordine Nuovo" (Semanario Socialista turinés, ligado a los Consejos de Fábricas y a la influencia de la Internacional Comunista, que impulsaría el nacimiento del Partido Comunista de Italia), junto a Gramsci, a Terracini y a Gobetti, los determinantes para el desarrollo político y cultural de Mariátegui, pues lo transformaron en un revolucionario maduro y un pensador marxista (recordemos sus "Cartas de Italia").

 

En resumen, como ya lo habían insinuado en su momento Estuardo Núñez, Robert Paris y Antonio Melis, su formación ideológica es, principalmente socialista revolucionaria italiana, pues allí vivió una revolución en marcha y el deslinde entre "maximalistas" y reformistas en el movimiento socialista. Allí percibió, de manera más directa y analítica, junto a los socialistas italianos, el aliento renovador de Lenin y de la Revolución de Octubre, a través de una lectura del marxismo, que rescató su esencia y espíritu revolucionario, en oposición a la visión fosilizada y positivista de los teóricos y dirigentes oportunistas de la II Internacional.

 

Mas recientemente, Fernanda Beigel recogiendo el itinerario italiano de Mariátegui concluirá que no sólo su formación marxista es principalmente italiana, sino que estuvo signada por la experiencia política del "ordinovismo", precisando que "Este particular modo de ver y protagonizar el advenimiento del "nuevo orden" tuvo una gran influencia en la formación ideológica de Mariátegui. Su convicción "maximalista" se formó en el ambiente italiano de estos años y su conocimiento del comunismo estuvo estrechamente ligado a las posiciones de la fracción ordinovista" (Fernanda Beigel. "Una mirada sobre otra: el Gramsci que conoció Mariátegui", Pág.45).

 

 

EL DESLINDE CON EL MARXISMO DE LA II INTERNACIONAL

 

Antonio Gramsci señala que "El filisteo no ve la salvación fuera de los esquemas preestablecidos, no concibe la historia sino como un organismo natural que atraviesa momentos de desarrollo fijos y previsibles. Si siembras una bellota, puedes estar seguro que no nacerá más que un brote de encina, el cual crece lentamente y no da frutos hasta pasados muchos años. Pero ni la historia es una tierna encina ni bellotas los hombres" y añade "La historia no es un cálculo matemático : no existe en ella un sistema métrico decimal, una numeración progresiva de cantidades iguales que permita las cuatro operaciones, las ecuaciones y la extracción de raíces. La cantidad (estructura económica) se convierte en cualidad porque se hace instrumento de acción en manos de los hombres, ",,,(Antonio Gramsci "Utopía").

 

Por su parte Mariátegui describía : "La filosofía evolucionista, historicista, racionalista, unía en los tiempos pre-bélicos, por encima de las fronteras políticas y sociales, a las dos clases antagónicas. El bienestar material, la potencia física de las urbes habían engendrado un respeto supersticioso por la idea del progreso. La humanidad parecía haber hallado una vía definitiva. Conservadores y revolucionarios aceptaban prácticamente las consecuencias de las tesis evolucionistas" ("Dos concepciones de la vida", "El alma matinal", Pág.17), y añadía "Los reformistas resistieron a la Revolución, durante la agitación revolucionaria post-bélica, con razones del mas rudimentario determinismo económico. Razones que, en el fondo, se identificaban con las de la burguesía conservadora, y que denunciaban el carácter absolutamente burgués, y no socialista, de ese determinismo" ("El determinismo marxista", "Defensa del marxismo", Pág.67).

 

Gramsci señalará sobre la Revolución de Octubre que "Los hechos han provocado la explosión de los esquemas críticos en cuyo marco la Historia de Rusia habría tenido que desarrollarse según los cánones del materialismo histórico", que los bolcheviques "no han levantado sobre las obras del maestro" (NOTA MIA : se refiere a Marx)"una exterior doctrina de afirmaciones dogmáticas e indiscutibles. Viven el pensamiento marxista,"…" Y ese pensamiento no sitúa nunca como factor máximo de la historia los hechos económicos en bruto, sino siempre el hombre, la sociedad de los hombres, de los hombres que se reúnen, se comprenden, desarrollan a través de esos contactos (cultura) una voluntad social, colectiva, y entienden los hechos económicos, los juzgan y los adaptan a su voluntad hasta que ésta se convierte en motor de la economía, en plasmadora de la realidad objetiva, la cual vive entonces, se mueve y toma el carácter de materia telúrica en ebullición, canalizable por donde la voluntad lo desee, y como la voluntad lo desee " Antonio Gramsci. "La Revolución contra "El Capital").

 

Gramsci, concluirá señalando que "Marx no ha escrito un credillo, no es un Mesías que hubiera dejado una ristra de parábolas cargadas de imperativos categóricos, de normas indiscutibles, absolutas, fuera de las categorías del tiempo y del espacio".(Antonio Gramsci. "Nuestro Marx").

 

Coincidentemente, nuestro Mariátegui señalará que "El marxismo,"…"es un método fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales". (J.C. Mariátegui. "Mensaje al Congreso Obrero", Enero de 1927).

 

Muerto Mariátegui, en 1930, Antonio Gramsci, continuará, desde sus "Cuadernos de la Cárcel" el deslinde con lo que, tanto Mariátegui como él, apreciaban como el retorno del trastocamiento teórico oficializado por la II Internacional, superado por Lenin y por la propia materialización de la Revolución de Octubre, siguiendo el hilo conductor ofrecido por "Los problemas fundamentales del marxismo" de Plejanov, de 1908, que constituyó la tentativa más completa de "manualización" filosófica del marxismo, y que volvía a perfilarse tras "el Manual" de Bujarin (denominado " Teoría del Materialismo histórico"), permitiéndole "determinar una serie de divergencias respecto a una interpretación del marxismo teórico muy difundida en el grupo bolchevique, y destinada a asumir más tarde rasgos cada vez mas notorios con el perfilamiento del "marxismo-leninismo" (Leonardo Paggi "La teoría general del marxismo en Gramsci". Introducción a "Escritos Políticos", Editorial Siglo XXI, Pág.1), que en su desarrolló implicó el retorno del positivismo como "socialismo científico", que instituyó las nociones de "materialismo histórico" y "materialismo dialéctico", ajenas a Marx, rompiendo la unidad de su concepción de la historia, disociándola entre, un método permanente, eterno o universal, y por lo tanto fuera de la historia, que aparece operando como una suerte de fórmula abstracta que garantizaría un conocimiento "científico", y una teoría histórico-filosófica de carácter general, que a su vez implicará :

 

-          El estímulo de la creencia de que la historia de la humanidad, después de pasar por modos de producción determinados, para cualquier sociedad, y dados los efectos de la crisis del capitalismo, conducirá necesariamente a la implantación del Socialismo; y

 

-          Una concepción mecánica de las relaciones entre "estructura" y "superestructura" como compartimentos separados formalmente en la sociedad analizada, acentuando la importancia del factor económico (estructura), deduciendo de ella la superestructura (y no como dos momentos que de ninguna manera pueden separarse de la totalidad, donde permanecen unidas a través de determinaciones recíprocas que deben ser examinadas de una manera histórico-concreta).   

 

 

¿MARXISTA O MARXISTA-LENINISTA?

 

Es entonces posible, que la razón de que tanto Gramsci como Mariátegui, dos socialistas revolucionarios, marxistas, formados (aunque con diferente ritmo) en el mismo escenario y la misma época, no se autodenominasen "marxistas-leninistas", fuese la enorme desconfianza que les inspiraba (como a parte importante del movimiento socialista europeo), este reconocimiento de "las mejores tradiciones de la II Internacional", y el "marxismo-leninismo", entendido, precisamente como la recuperación de éstas, lo cual parecía implicar, necesariamente, la recuperación de Kautsky y Plejanov, los principales representantes de una lectura marxista predominante en la II Internacional, fuertemente positivista, economicista, evolucionista y teleológica, dominante durante la segunda parte del Siglo XIX y hasta la I Guerra Mundial, que daba forma a una noción de socialismo pensado como resultado de una evolución natural, como si el desarrollo de las fuerzas productivas, las contradicciones internas del modo de producción capitalista y sus crisis periódicas, provocaran inevitablemente su derrumbe y la instauración del socialismo.

 

A este respecto, Joaquín Santana señala que impresiona la coincidencia de ambos en rechazar toda reducción positivista o sociologista del marxismo . "Efectivamente, tanto el uno como el otro, reaccionan en contra de la lectura cientificista del marxismo, pues ésta introduce un determinismo objetivismo que no deja lugar a la actividad transformadora y consciente del sujeto revolucionario. A su vez, rechazan la identificación del materialismo histórico como una mera teoría sociológica. Para ellos, la concepción materialista de la historia posee un carácter filosófico con un contenido más general y totalizador" (Joaquín Santana "Gramsci y Mariátegui", Pág.4).

 

Oswaldo Fernández-Díaz añade "Detrás del impacto de la revolución rusa ambos pensaron en Marx en términos de ruptura, por lo que la dinámica dominante de sus reflexiones es la de superación de una ortodoxia y la duda permanente acerca de la necesidad de reemplazarla. Por la misma razón, toman distancia de lo que era oficial en la esfera marxista antes de la Primera Guerra Mundial, colocándose fuera de la órbita de la Segunda Internacional." (Oswaldo Fernández–Diaz "Gramsci y Mariátegui : frente a la ortodoxia", Pág.135).

 

Particularmente, para el caso de Mariátegui, los mismos autores señalan que el voluntarismo mariateguiano tiene un carácter anti-reformista, contrario al marxismo evolucionista y positivista de la Segunda Internacional, y que los elementos religiosos en su pensamiento están relacionados con la necesidad de un fuerte impulso ético, que supere el chato racionalismo del reformismo socialdemócrata, buscando aislar el marxismo del fatalismo socialdemócrata y recuperar su sentido heroico y creador y la centralidad del elemento volitivo. Es por ello que Melis, considera que " ante la aguda mirada de Mariátegui el triunfo de Lenin y los bolcheviques se presenta como una comprobación de la iniciativa subjetiva en la ruptura revolucionaria, vale decir, como un acontecimiento histórico que representa un franco y efectivo cuestionamiento del marxismo positivista de la Segunda Internacional y su visión fatalista de los procesos sociales (Carlos Arroyo Reyes, "La parábola mariateguiana de Antonio Melis", Pág.9).

 

 

GRAMSCI Y MARIÁTEGUI SOBRE MARX Y LENIN

 

Los "liquidadores" pretenderán que con ésto estoy señalando que tanto Gramsci como Mariátegui fueron contrarios a V. I. Lenin. Nada más falso. Lo cierto es que, a su vez, Gramsci y Mariátegui coincidirán en la valoración de V. I. Lenin y su pensamiento, pero desde Marx.

 

Así Gramsci dirá que "Marx inicia intelectualmente una edad histórica que durará probablemente siglos, esto es, hasta la desaparición de la sociedad política y el advenimiento de la sociedad regulada. Solo entonces su concepción del mundo será superada (concepción de la necesidad superada por la concepción de la libertad)" (Antonio Gramsci. "El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce". Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, Pág.82).

 

Mariátegui acotará que "Mientras el capitalismo no haya trasmontado definitivamente, el canon de Marx sigue siendo válido. El socialismo, o sea la lucha por transformar el orden social de capitalista a colectivistas mantiene viva esa crítica, la continúa, la confirma, la corrige" (J.C. Mariátegui "La filosofía moderna y el marxismo", Defensa del marxismo, Págs.40 y 41).

 

Y ambos ubicarán la relación Marx-Lenin de manera distinta a Bujarin, no dejando que tras esta relación "se cuele" encubierto y "actualizado" el marxismo de la II Internacional :

 

 "Trazar un paralelo entre Marx e Ilich para determinar la jerarquía respectiva es torpe y ocioso : ambos expresan dos fases : ciencia-acción, que son homogéneas y heterogéneas al mismo tiempo" (Antonio Gramsci. "El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce").

 

"Lenin no es un ideólogo sino un realizador. El ideólogo, el creador de una doctrina carece, generalmente, de sagacidad, de perspicacia y de elasticidad para realizarla. Toda doctrina tiene, por eso sus teóricos y sus políticos. Lenin es un político : no es un teórico " (J.C. Mariátegui "Lenin", Variedades, 22/09/1923, publicado en "Mariátegui y la Revolución de Octubre. Escritos 1917-1930", Pág. 73).

 

 

Gustavo Pérez Hinojosa

Miembro del Foro Centenario "José Carlos Mariátegui" y

de la Universidad Socialista "José Carlos Mariátegui".




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