La
“modernización” fujimorista y la mafia japonesa
Vicente Otta
R.
La clave para entender la “transformación”
fujimorista no está, como piensan Levitsky o Martín Tanaka, en los aplicados
estudios que Keiko hizo en universidades USA, en su paseo por Harvard o en el
pase a segunda fila de los fujimoristas duros. Está en el Japón. En su conexión
con la mafia Yakuza. En octubre del año 2003, Ángel Páez publica en el diario
la República un minucioso y revelador informe en el que pone al descubierto los
nexos entre Alberto Fujimori y la mafia japonesa, los que se inician cuando
Fujimori llega al poder. Dice Páez: “…por intermedio de la “Nippon Foundation”,
que proveyó más de 15 millones de dólares en donaciones paras las
organizaciones no gubernamentales “Apenkai” y “Aken”, aparte de otros 2.5
millones de dólares para financiar las campañas compulsivas de esterilización.
Desde 1995, Ayako Sono, autora de libros que exaltan el ultranacionalismo
nipón, dirige la fundación bajo la rigurosa férula de la presidencia Yohei Sasakawa,
hijo de Ryoichi Sasakawa, un criminal de guerra que se hizo millonario debido a
sus vínculos con la Yakuza”.
En la experiencia histórica de algunos países,
organizaciones criminales poderosas y bien organizadas han logrado penetrar la
estructura del Estado y construir formas complejas y eficaces de convivencia.
Son los casos de la mafia italiana y su versión japonesa, la Yakuza, ambos
lograron un salto cualitativo cuando estos estados colapsaron luego de su
derrota en la II guerra mundial. El derrumbe del Estado fue la oportunidad de
oro para la ampliación y diversificación de los tentáculos mafiosos y penetrar
al corazón mismo del Estado. A partir de entonces la organización criminal
forma parte de la administración estatal y de la gestión gubernamental. El
vínculo entre el poder político y el económico al más alto nivel se da
plenamente. La Yakuza es propietaria y/o accionista de grandes corporaciones
financieras e industriales, controlan partidos políticos y están integrados al
sistema político, y forman respetables sociedades y familias. Fungen de grandes
filántropos y promotores del arte y actividades humanitarias.
Contacto en Tokio
Páez menciona la declaración de Luís Macchiavello,
que hacía poco había reasumido el cargo de Embajador en Japón:”…Y sin embargo
construyó una reputación de filántropo (se refiere a, Ryoichi Sasakawa, un
criminal de guerra que se hizo millonario debido a sus vínculos con la Yakuza)
con donativos destinados a países donde tenía intereses políticos y
económicos…” reportó Macchiavello desde Tokio. Este vínculo con Fujimori,
forjado tempranamente, explica por qué pudo ser candidato al Parlamento Japonés
el año 2007, postuló por el ‘Kokumin Shinto’, partido formado el 17 de agosto
del 2005 por un grupo de miembros expulsados del gobernante Partido Liberal
Democrático (PLD). Prosigue Páez, “El investigador David E. Kaplan, autor de
Yakuza: Japan’sCriminal Underworld
(Yakuza: El Bajo Mundo Criminal del Japón) coincide con el embajador Luis
Macchiavello al describir a Ryoichi Sasakawa como “el padrino de la industria
multimillonaria de las carreras de lanchas que se relacionó con la Yakuza
cuando estuvo preso en la cárcel de Sugamo”.
Kaplan también confirma otra sospecha de
Macchiavello sobre la vinculación de Fujimori con la denominada “mafia
coreana”, que a su vez tiene relación con Satomi Kataoka, la novia del ex jefe
de Estado. Según Kaplan, ocurre que entre los principales mentores nipones del
ex jefe de Estado, hay personas vinculadas a la Yakuza, la red de
organizaciones criminales que dominan Japón y que mantienen relaciones con
agrupaciones políticas de cuya protección también disfruta Fujimori. Sasakawa
antes de fallecer en 1995 recibió hasta dos condecoraciones por parte de
Fujimori, no obstante su controvertida reputación”. Hasta el “romance”, con
Satomi Kataoka, que terminó en matrimonio, parece haber sido parte de una
operación mafiosa para reforzar la protección del ciudadano japonés Fujimori,
evitar su extradición y facilitar su candidatura al parlamento nipón. Satomi
Kataoka era una persona vinculada a la Yakuza y la mafia coreana. Cosa Nostra
por todos lados.
Montesinos edifico el primer piso, ahora pretenden
construir todo el edificio mafioso. El Doc., que tenía gran afición por las
cuestiones oscuras y poco conocidas del mundo criminal, con seguridad había
estudiado las múltiples conexiones entre el poder político, económico y la
miseria humana. Sus negociados con empresas como la Newmont, para despojar a la
Barriga de la propiedad de Yanacocha, o con Dionisio Romero para otorgarle la
administración judicial de Hayduk (la empresa pesquera de Olluquito vinculada y
procesada por narcotráfico) muestran que su aparato criminal era potente y
capaz de realizar grandes operaciones. Estos negociados que implicaban
cuantiosas sumas de dinero, es lo que abre las puertas para vincular el poder
político y económico. Por eso la presunción de que el clan Fujimori sea el
brazo peruano de la Yakuza, no es exagerada. No se trata solamente de cientos
de millones de dólares robados al Estado, se trata también de que estos grandes
negociados incluían suculentas comisiones que no pocas veces se traducían en
participación societaria. Esto también aplica para la privatización de las
cooperativas agroindustriales, varias de las cuales serían propiedad del clan
Fujimori. Gente como el congresista Becerril o la familia Ramírez, de Alas
Peruana, no serían sino testaferros del clan Yakuza peruana. Por consiguiente
Joaquín Ramírez no sería el gran aportante de la campaña de Keiko, sino el
cajero de la corporación criminal que posee una amplia y diversa red de
empresas y negocios. Convencidos de su legitimidad Yakuza, no se hacen
problemas en vincularse al narcotráfico ni con sicarios (como Ramos Dolmos el
jefe de la pandilla de extorsionadores y asesinos de construcción civil). Por
eso es normal hallar en un almacén de Kenji Fujimori y de uno de los Ramírez,
cientos de kilos de cocaína. Copar el Estado es el premio mayor de cualquier mafia
criminal, no solo porque se garantiza impunidad total sino principalmente
porque se blanquean y legalizan los ingentes beneficios de las diversas
actividades criminales, narcotráfico, saqueo del Estado, minería ilegal, etc.
Que la flamante bancada naranja albergue a 15
congresistas investigados por lavado de activos y narcotráfico no es por falta
de filtros o descuido en la selección de candidatos, es una necesidad funcional
de un proyecto que pretende hacer del Estado peruano un narco Estado. Cuenta así
con gente avezada y entrenada en estos menesteres En este escenario de conexión
Yakuza, la implicancia con el narcotráfico le es necesario, por ser uno de los
negocios más rentables y apetecibles del crimen. Por eso, pueden invertir
cuantiosas sumas de dinero, no solo en la campaña entendida como movilización
activa del año electoral, sino a lo largo de los últimos cinco años en que han
abastecido de víveres, utensilios y equipamiento a miles de comedores populares
y clubs de madres, así es como han fidelizado y envilecido el voto de millones
de peruanos. Keiko Fujimori ha visitado pueblos y villorrios de todo el país y
ha fungido de hada madrina generosa y solidaria con los desposeídos. No puede
haber mayor cinismo en este circo romano de engaño y manipulación. Capturar el
Estado peruano en estas elecciones es el gran objetivo de la mafia
peruano-japonesa.
Las experiencias colombiana o mejicana quedarán
empequeñecidas ante el experimento peruano. En estos casos, Pablo Escobar o los
cárteles mejicanos llegaron al Congreso y hasta tuvieron bancadas propias, pero
nunca llegaron a la Presidencia ni pudieron controlar el poder legislativo como
podría suceder en nuestro país. No parece existir algo semejante en ningún otro
lugar del mundo.
Actualmente el Perú es el primer exportador mundial
de cocaína, la minería ilegal de oro produce más de 7 mil millones anuales, y
las Reservas Internacionales Netas son de$ 62 mil millones. ¿No es un botín
apetecible? Un gobierno mafioso como el que nos amenaza haría que el Callao de
Kouri y “caracol” o el Ancash de Álvarez, sea un domingo soleado y bucólico.
La precisión que hizo P. Drucker hace 50 años sobre
la Banalidad del mal, adquiere dramática vigencia: el mal nunca es banal, la
banalidad puede estar en los agentes o en aquellos que pudiendo evitarlo no lo
hacen. Hay que dejar las discusiones, literalmente bizantinas, y apoyar y hacer
campaña para votar por PPK. En estos momentos la diferencia debe estar en 2 o
3% a favor de uno u otro, y esta diferencia se resuelve en las mesas y en el
conteo de ONPE.
Ahora hay que pasar a las tareas prácticas para
defender el voto por la democracia:
a) Llegar a las
8 a.m. para instalar las mesas y evitar que los fujimoristas lo hagan, ya es su
consigna madrugar b) Asumir la responsabilidad de personeros, coordinar con los
comités PPK distritales c) Cuidar las ánforas en el traslado d) Supervisar el
conteo en la ONPE e) Mantener una vigilancia rigurosa de la ONPE en todo el
proceso. Las evidencias muestran que la mafia controla al JNE (la salida de
Guzmán y Acuña finalmente han sido para beneficio de Keiko)
b)
¡NO AL
NARCOESTADO¡VOTAR POR PPK¡
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