jueves, 18 de septiembre de 2008

PROGRAMA PARA EL CAMBIO SOCIAL

José Carlos Mariátegui

Programa del Partido Socialista Peruano
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El programa debe ser una declaración doctrinal que afirme:

1.-El carácter internacional de la economía contemporánea que no consiente a ningún país evadirse de las corrientes de transformación surgidas de las actuales condiciones de producción.

2.-El carácter internacional del movimiento revolucionario del proletariado. El Partido socialista adapta su praxis a las circunstancias concretas del país, pero obedece a una amplia visión de clase, y las mismas circunstancias nacionales están subordinadas al ritmo de la historia mundial. La revolución de la independencia hace más de un siglo, fue un movimiento solidario de todos los pueblos subyugados por España; la revolución socialista es un movimiento mancomunado de todos los pueblos oprimidos por el capitalismo. Si la revolución liberal, nacionalista por sus principios, no pudo ser actuada sin una estrecha unión entre los países sudamericanos, fácil es comprender la ley histórica que, en una época más acentuada de interdependencia y vinculación de las naciones, impone que la revolución social, internacionalista en sus principios, se opere con una coordinación mucho más disciplinada e intensa de los partidos proletarios. El manifiesto de Marx y Engels condensó el primer principio de la revolución proletaria en la frase histórica: "¡Proletarios de todos los países, unios!".

3.-El agudizamiento de las contradicciones de la economía capitalista. El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semi-coloniales, que explota como mercados de su capital y sus mercancías y como depósitos de materias primas, un programa económico de nacionálización e industrialismo; los obliga a la especialización, a la monocultura (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú), sufriendo una permanente crisis de artículos manufacturados, crisis que se deriva de esta rígida determinación de la producción nacional, por factores del mercado mundial capitalista.

4.-El capitalismo se encuentra en su estadio imperialista. Es el capitalismo de los monopolios, del capital financiero, de las guerras imperialistas por el acaparamiento de los mercados y de las fuentes de materias brutas. La praxis del socialismo marxista en este período es la del marxismo-leninismo. El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismó, y de los monopoilos. El Partido socialista del Perú lo adopta como método de lucha.

5.-La economía pre-capitalista del Perú republicano que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa y por las condiciones nacionales e internacionales que han determinado el lento avance del país por la vía capitalista> no puede liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado a los intereses capitalistas, coludido con la feudalidad gamonalista y clerical, de las taras y rezagos de la feudalidad colonial. El destino colonial del país reanuda su proceso. La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias, solidarias con la lucha antiimperialista mundial. Sólo la acción proletaria puede estimular primero y rea lizar después las tareas de la revolución democráticoburguesa que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir.

6.-El socialismo encuentra, lo mismo en la, subsistencia de las comunidades que en las grandes empresas agrícolas, los elementos de una solución socialista de la cuestión agraria, solución que tolerará en parte la explotación de la tierra por los pequeños agricultores, ahí donde el yanaconazgo o la pequeña propiedad recomienden dejar a la gestión individual, en tanto que se avanza en la gestión colectiva de la agricultura, la,s zonas donde ese género de explotación prevalece. Pero esto, lo mismo que el estímulo que se presta al libre resurgimiento del pueblo indígena, a la manifestación creadora de sus fuerzas y espíritu nativo, no significa en lo absoluto una romántica y antihistórica tendencia de construcción o resurrección del socialismo incaico, que corresppndió a condiciones históricas completamente superadas y del cual sólo quedan como factor aprovechable dentro de una técnica de producción perfectamente científica, los hábitos de cooperación y socialismo de los campesinos indígenas. El socialismo presupone la técnica, la ciencia, la etapa capitalista, y no puede importar el menor retroceso en la adquisición de las conquistas de la civilización moderna, sino, por el contrario, la máxima y metódica aceleración de la incorporación de estas conquistas en la vida nacional.

7.-Sólo el socialismo puede resolver el problema de una educación efectivamente democrática e igualitaria, en virtud de la cual cada miembro de la sociedad reciba toda la instrucción a que su capacidad le dé derecho. El régimen educacional socialista es el único que puede aplicar plena y sistemáticamente los principios de la escuela única, de la escuela del trabajo, de las comunidades escolares y, en general, de todos los ideales de la pedagogía revolucionaria contemporánea, incompatible con los privilegios de la escuela capitalista, que condena a las clases pobres a la inferioridad cultural y hace de la instrucción superior el monopolio de la riqueza.

8.-Cumplida su etapa democrático-burguesa, la revolución deviene, en sus objetivos y su doctrina, revolución proletaria. El partido del proletariado, capacitado por la lucha para el ejercicio del poder y el desarrollo de su propio programa, realiza en esta etapa las tareas de la organización y defensa del orden socialista.

9.-El Partido socialista del Perú es la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección en la lucha por la realización de sus ideales de clase.

Anexos al programa se publicarán proyectos de tesis sobre la cuestión indígena, la situación económica, la lucha antiimperialista, que, después del debate de las secciones y de las enmiendas que en su texto introduzca el Comité Central, quedarán definitivamente formuladas en el Primer Congreso del Partido.

Desde el manifiesto, el Partido dirigirá un llamamiento a todos sus adherentes, a las masas trabajadoras, para trabajar por las siguientes reivindicaciones inmediatas: • Reconocimiento amplio de la libertad de asociación, reunión y prensa obreras.

• Reconocimiento del derecho de huelga para todos los trabajadores. Abolición de la conscripción vial.

• Sustitución de la ley de la vagancia por los artículos que consideraban específicamente la cuestión de la vagancia en el anteproyecto del Código Penal puesto en vigor por el Estado, con la sola excepción de esos artículos incompatibles con el espíritu y el criterio penal de la ley especial.

• Establecimiento de los Seguros Sociales y de la Asistencia Social del Estado.

• Cumplimiento de las leyes de accidentes de trabajo, de protección del trabajo de las mujeres y menores, de las jornadas de ocho horas en las faenas de la agricultura.

• Asimilación del paludismo en los valles de la costa a la condición de enFermedad profesional con las consiguientes responsabilidades de asistencia para el hacendado.

• Establecimiento de la jornada de siete horas en las minas y en 105 trabajos insalubres, peligrosos y nocivos para la salud de los trabajadores.

• Obligación de las empresas mineras y petroleras de reconocer a sus trabajadores de modo permanente y efectivo, todos los derechos que le garantizan las leyes del país.

• Aumento de los salarios en la industria, la agricultura, las minas, los transportes marítimos y terrestres v las islas guaneras, en proporción con el costo de vida y con el derecho de los trabajadores a un tenor de vida más elevado.

• Abolición efectiva de todo trabajo forzado o gratuito, y abolicion o punicion del regimen semi-esclavista en la montaña

• Dotación a las comunidades de tierras de latifundios para la distribución entre sus miembros en proporción suficiente a sus necesidades.

• Expropiación, sin indemnización, a favor de las comunidades, de todos los fundos de los conventos y congregaciones religiosas.

• Derecho de los yanaconas, arrendatarios, etc., que trabajen un terreno más de tres años consecutivos, a obtener la adjudicación definitiva del uso de sus parcelas, mediante anualidades no superiores al 60% del canon actual de arrendamiento.

• Rebaja al menos en un 50% de este canon, para todos los que continúen en su condición de aparceros o arrendatarios.

• Adjudicación a las cooperativas y a los campesinos pobres, de las tierras ganadas al cultivo por las obras agrícolas de irrigación.

• Mantenimiento, en todas partes, de los derechos reconocidos a los empleados por la ley respectiva.

• Reglamentación, por una comisión paritaria, de los derechos de jubilación en forma que no implique el menor menoscabo de los establecidos por la ley.

• Implantación del salario y del sueldo mínimo.

• Ratificación de la libertad de cultos y enseñanza religiosa al menos en los términos del artículo constitucionLtí y consiguiente derogatoria del último decreto contra las iglesias no católicas. Gratuidad de la enseñanza en todos sus grados.




Estas son las principales reivindicaciones por las cuales el Partido socialista luchará de inmediato. Todas ellas responden a perentorias exigencias de la emancipación material e intelectual de las masas. Todas ellas tienen que ser activamente sostenidas por el proletariado y por los elementos conscientes de la clase media.

La Libertad del Partido para actuar públicamente, al amparo de la constitución y de las garantías, que ésta acuerda a los ciudadanos para crear y difundir sin destricciones su prensa, para realizar sus congresos y debates, es un derecho reivindicado por e1 acto mismo de la fundación pública de esta agrupación.

Los grupos estrechamente ligados que se dirigen hoy al pueblo por medio de este manifiesto, asumen resueltamente, con la conciencia de un deber y una responsabilidad históricas, la misión de defender y propagar sus principios y mantener y acrecentar su Organización, a costa de cualquier sacrificio. Y las masas trabajadoras de la ciudad, el campo y las minas y el campesinado indígena, cuyos intereses y aspiraciones representamo5 en la lucha política, sabrán apropiarse de estas reivindicaciones y de esta doctrina, combatir perseverante y esforzadamente por ellas y encontrar, a través de esta lucha, la vía que conduce a la victoria final del socialismo.

¡Viva la clase obrera del Perú!

¡Viva el proletariado mundial!

¡Viva la revolución social!


TRES EXPERIENCIAS PROGRAMÁTICAS


El pueblo peruano tiene a la vista tres experiencias programáticas básicas, que le sirven de guía para la acción, dos del exterior y una propia. Teniéndolas siempre presentes, podremos orientarnos mejor en la situación actual.

Del histórico Manifiesto del Partido Comunista, 1848, parten todas las demás experiencias. En él Marx y Engels, luego del corto Preámbulo y del conciso Capítulo I: Burgueses yProletarios, en el concreto Capítulo II: Proletarios y Comunistas, en su parte final plantean "la adopción de medidas que desde el punto de vista económico parecerán insuficientes e insostenibles, pero que en el curso del movimiento se sobrepasarán a sí mismas y serán indispensables como medio para transformar radicalmente todo el modo de producción. Entre esas 10 medidas no estaba aún la "nacionalización", que levantaba la burguesía.

En verdad, aparte del punto de vista económico faltaba precisar el punto de vista político. Y sólo la experiencia de la Comuna de París, 1871, posibilitó señalar que "la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines" (Prólogo de 1872). Así, siete puntos básicos del Programa Máximo son: Nacionalización, Expropiación, Propiedad, Centralización, Organización, Cultura, Planeación. Así, es en el Manifiesto donde se plantea por primera vez trabajar "según un plan general".

Cuando en nuevas circunstancias surgieron nuevos partidos, en Alemania dos de ellos propusieron unificarse y elaboraron el Programa de Gotha. Sometido a crítica, Engels señaló que "En general, importa menos el programa oficial que sus actos. Pero un nuevo programa es siempre, a pesar de todo, una bandera que se levanta públicamente y por la cual los de afuera juzgan al Partido"(18.03.875). Y Marx señaló que "Cada paso de movimiento real vale más que una docena de programas. (...) Pero cuando se redacta un programa de principios (en vez de aplazarlo hasta el momento en que una más prolongada actuación conjunta lo haya preparado), se colocan ante el mundo los jalones por los que se mide el nivel del movimiento del Partido" (05.05.875).

Como la situación había cambiado, se requería no de un Programa Máximo sino de un Programa Mínimo. Por eso Marx señala que "Por tanto, si no era posible -y las circunstancias del momento no lo consentían- ir más allá del programa de Eisenach, habría que haberse limitado, simplemente, a concertar un acuerdo para la acción contra el enemigo común"; y agrega que si a los lassalleanos "desde el primer momento se les hubiera hecho saber que no se admitía ningún chalaneo con los principios, habrían tenido que contentarse con un programa de acción o con un plan de organización para la actuación conjunta". Así se planteó por primera vez la diferencia entre Programa Máximo y Programa Mínimo, la razón de ambos y la relación entre ambos. (Eisenachanos y lassalleanos eran los dos grupos aunirse). Ésta es la primera gran experiencia que debemos asimilar.

Cuando surgió Lenin, logró la unificación de grupos que activaban en Rusia. Pero de inmediato el Partido del proletariado ruso, constituído tras tenaces esfuerzos contra el "espíritu de secta" de los grupos, se escindió. En Dos Tácticas... señala que los militantes "debemos insistir en la necesidad de un gobierno provisional revolucionario. Es más, debemos indicar el programa de acción de dicho gobierno, programa que corresponda a las condiciones objetivas del momento histórico por el que estamos atravesando y a las tareas de la democracia proletaria. Dicho programa es todo el programa mínimo de nuestro Partido, el programa de las transformaciones políticas y económicas inmediatas, completamente realizables, por una parte, a base de las relaciones económico-sociales actuales, y necesarias, por otra, para dar el paso siguiente, para realizar el socialismo" (p.9).

Luego señala que "al fijar como tarea del gobierno provisional revolucionario la aplicación del programa mínimo, la resolución elimina con ello las absurdas ideas semianarquistas sobrela realización inmediata del programa máximo, sobre la conquista del Poder para llevar a cabo la revolución socialista. El grado de desarrollo económico de Rusia (condición objetiva) y el grado de conciencia y de organización de las grandes masas del proletariado (condición subjetiva, indisolublemente ligada a la objetiva) hacen imposible la liberación completa inmediata de la clase obrera" , y que "Si en un momento determinado tales o cuales obreros nospreguntan por qué no hemos de realizar nuestro programa máximo, les contestaremos indicándoles cuán ajenas son aún al socialismo las masas del pueblo, impregnadas de un estado de espíritu democrático, cuán poco desarrolladas se hallan aún las contradicciones de clase, cuán inorganizados están aún los proletarios. ¡Organizad a centenares de miles de obreros en toda Rusia, difundid entre millones la simpatía hacia vuestro programa! Probad a hacer esto, no limitándoos a frases anarquistas sonoras, pero huecas, y veréis inmediatamente que llevar a cabo esta organización, que la difusión de esta educación socialista depende de la realización más completa posible de las transformaciones democráticas" (p.11).

Años de lucha despues, señala que "Ahora nace un nuevo 'economismo', que razona con dos escarceos análogos.(...) 'A la izquierda': estamos en contra del programa mínimo (es decir, en contra de la lucha por las reformas y por la democracia), pues esto 'contradice' la revolución socialista" Y líneas después señala que "¡El autor quiere suprimir furtivamente (sin pensar él mismo y sin ofrecer nada acabado, sin tomarse el trabajo de elaborar su propio programa) el programa mínimo del Partido Socialdemócrata! ¡No es de extrañar que lleve un año atascado en el mismo sitio". Y concluye: "El error del kautskismo radica en que las justas reivindicaciones democráticas las orienta hacia atrás, hacia el capitalismo pacífico, en vez de orientarlas hacia adelante, hacia la revolución social" (Acerca de la naciente tendencia del 'economismo imperialista', VIII-916, pp. 3, 7, 8).

Así, el Programa Máximo es el Programa General, para realizar el Socialismo, mientras que el Programa Mínimo es el Programa de Acción, para transformaciones políticas y económicas inmediatas. Uno es el Programa Prospectivo, otro es el Programa Reivindicativo. Ignorando uno, el otro no funciona.

Pero la diferenciación entre ambos programas, su razón y relación no es fácil de lograr ni en la teoría ni en la práctica. En su comentario al folleto Un paso adelante..., de Lenin, Rosa Luxemburgo señala: "El movimiento mundial del proletariado hacia su emancipación total es un proceso cuya particularidad consiste en lo siguiente: por primera vez desde que existe la sociedad civil, las masas populares hacen valer su voluntad conscientemente y frente a todas las clases dominantes, mientras que la realización de esta voluntad sólo es posible más allá de los límites del actual sistema social. Pero las masas no pueden adquirir y fortificar dentro de sí esta voluntad sino en la lucha cotidiana contra el orden constituído, o sea en los límites de este orden. Por una parte las masas populares, por la otra un fin situado más allá del orden social existente; por un lado la lucha cotidiana, y por el otro la revolución: tales son los términos de la contradicción dialéctica en la que se mueve el movimiento socialista. De aquí resulta la necesidad de desplazarse habilmente entre dos escollos: uno es la pérdida de su carácter de masa, el otro la renuncia al objetivo final; la recaída al estado de secta y la transformación en un movimiento reformista burgués" (1906; la página-comentario circuló por listas de internet en julio2007).

Ésta es la contradicción dialéctica que todo partido proletario debe resolver. Si levanta sólo el Programa Máximo, deviene secta divorciada de las masas. Si levanta sólo el Programa Mínimo, deviene movimiento reformista que renuncia al objetivo final. Ésta es la segunda gran experiencia que debemos asimilar.

Cuando JCM regresó al país, 18.03.23, declaró ser "partidario antes que nada del frente único proletario", organización de masas. Pero al mismo tiempo trabajó por una facción "orgánica y doctrinariamente homogénea", organización de clase. Primero desarrolló y expuso su teoría de la formación nacional. Sobre esta base planteó después, en su Indigenismo y Socialismo (11.03.27) que: "La reivindicación que sostenemos es la del trabajo", punto medular del Programa Mínimo; y en sus Principios de Política Agraria Nacional (01.07.27) planteó que "El punto de partida formal y doctrinal de una política agraria socialista no puede ser otro que una ley de nacionalización de la tierra", punto medular del Programa Máximo. En el Acta de Constitución del PSP (07.10.28) señala que "La organización de los obreros y campesinos con carácter netamente clasista constituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda, y la base de la lucha contra el imperialismo extranjero y la burguesía nacional", punto medular de la organización del proletariado peruano. Y en la misma histórica Reunión de Barranco, plantea los Principios Programáticos del Partido Socialista, donde desarrolla y une los puntos programáticos iniciales. Así, el PSP se presentaba como un partido de masas (Programa Mínimo), pero dirigido por la "célula de los 7" como un partido de clase (Programa Máximo).

Fallecido prematuramente JCM (16.04.30), Ravines desechó el partido de masas y su Programa Mínimo, siguiendo el bastón de mando de Codovilla y su Buró Sudamericano de la III-IC, que hasta negó que Lenin hubiera levantado un Programa Mínimo; y Martínez desechó el partido de clase y su Programa Máximo, siguiendo el bastón de mando de Prado y la oligarquía nativa. Se desechó la contradicción dialéctica que todo partido proletario debe resolver. Y ésta es la tercera gran experiencia que debemos asimilar.

Esta contradicción dialéctica pone ahora en primer plano el tema de desintegración o integración del partido proletario, el tema de disolución o dilución. Los partidos proletarios, llámense como se llamen, que no pueden levantar el Programa Máximo, se ven en la necesidad de levantar o apoyar un Programa Mínimo desligado del anterior, y pierden su razón de ser así tengan un historial heroíco. Pero si parten de la diferencia entre ambos, y su razón y relación, pueden abrir un nuevo rumbo yendo, no a la disolución, desintegración, sino a la dilución, integración. La clave está en que el Programa Mínimo, como Programa de Acción esté íntimamente relacionado, no en palabras sino en contenido, al Programa Máximo. Y que la organización del proletariado, cualquiera sea su nombre, pueda participar en la lucha de masas y en la lucha política, comenzando por el municipio "hasta que el termómetro del sufragio universal marque el punto de ebullición". Es nuestra tarea actual.
Ragarro 02.02.08




PROGRAMA SOCIALISTA

por Ramón García


II. Experiencia Nacional

* En nuestro país también hay hitos respecto a la formulación del Programa Socialista. En el primer medio siglo pasado Manuel Gonzáles Prada representa "un instante -el primer instante lúcido-, de la conciencia del Perú"; no obstante, "no interpretó este pueblo, no legó un programa a la generación que debía venir después" (7 Ensayos)


* Sin embargo en 1901 otro anarquista, el arequipeño Lino Urquieta preparó un programa (algo insólito en el anarquismo), publicado en 1903 y republicado en 1927 (Amauta-5) Al presentarlo, su hijo Miguel Ángel Urquieta señala que "es preciso no equivocarse en la captación de las doctrinas renovadoras importadas. Las condiciones étnicas, sociales, económicas, sobre todo, de nuestras repúblicas suramericanas, no son las mismas de países europeos. (...)Al captar los principios renovadores hay que adoptarlos a nuestras modalidades, a nuestra realidad, a nuestra idiosincrasia" Éste es un permamente ejemplo a seguir, partir siempre de la propia realidad.



* Puntos del programa de Lino Urquieta son: "reconocer el derecho de huelga y legislarlo; establecer la confiscación en beneficio común; que no se menoscabe o anule la propiedad eminente del Estado o comunidad social; independizar el poder judicial (...)suprimiendo en consecuencia el ministerio de justicia; instituir permanentemente el registro (electoral) y cuidar con gran escrupulosidad de su formación y de sus depuraciones periódicas; afirmar la amplia y completa autonomía provincial en el orden económico y administrativo, tendiendo a preparar el terreno para la federación de municipios; mantener el minimun de ejército activo; propender a la mejoría étnica (sanitaria) de la población; afirmar la libertad de la prensa (..) y no reconocer en consecuencia más delitos de imprenta que el de injuria y calumnia" La propiedad eminente es un concepto que data desde Aristóteles, y relaciona, según el sistema social, a la propiedad social, personal, individual, privada. Y la federación de municipios es la base para suprimir el parlamento parasitario.



* En 1927 JCM presenta sus Principios de Política Agraria Nacional, y señala que "el ayllu, célula del Estado incaico (...)acusa aún vitalidad bastante para convertirse, gradualmente, en la célula de un Estado socialista moderno" (Peruanicemos el Perú) En 1928 señala que "la comunidad sobrevive, pero dentro de un régimen de servidumbre. Antes había sido la célula misma del Estado, que le aseguraba el dinamismo necesario para el bienestar de sus miembros" (7 Ensayos)



* Y el 7 de octubre de 1928, en la histórica Reunión de Barranco presenta sus Principios Programáticos del PSP y sus Reivindicaciones Inmediatas, que con sus tesis Esquema del Problema Indígena, Punto de Vista Antiimperialista, Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista, conforman todo un cuerpo de doctrina acerca del Programa del Socialismo Proletario en el Perú, desarrollándolo desde la base (nacionalización de la tierra) hasta la superestructura (formación del Estado de nuevo tipo, del Estado comuna)


* Y así como había desenmascarado el fraude de elevar el antiimperialismo "a la categoría de un programa", (el "somos de izquierda porque somos antiimperialistas"), aumentado después con la demagogia del "no queremos quitar la riqueza a quien la tiene sino crearla para quien no la tiene", analiza la organización de los empleados, el porvenir de las cooperativas, la propaganda mutualista y sus nuevos alcances. Y desenmascara un sedicente "partido laborista" que denuncia como "perniciosas, disolventes y diabólicas las ideas revolucionarias" y que imagina que "Algunos manifiestos redactados en estilo de recurso o petición, -capaces de entusiasmar sin embargo a una asamblea de ´indefinidos` o ´cesantes`, y a algunos comparsas reclutados en el artesanado mutualista-, bastan para resolver alegremente la cuestión social. Discretos y medidos subsidios de la burguesía y un poco de música de ´cachimbos`, harían el resto" (Ideología y Política)



* Así, tenemos no poca experiencia propia en la elaboración de programas, sean del socialismo burgués sean del socialismo proletario. Sólo falta recuperar nuestra propia memoria histórica.



Ragarro

07.11.05

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