De: Gustavo Pérez Hinojosa <gperezhinojosa@gmail.com>
Asunto: [foro_centenario] "¿Qué (no) hacer?" Miguel Mazzeo (texto completo)
Para: foro_centenario@yahoogroups.com, "genera cion" <generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx>, "UNIVERSIDAD SOCIALISTA JOSE CARLOS MARIATEGUI" <uspjcm@gmail.com>
Fecha: domingo, 28 septiembre, 2008 11:17
Apuntes para una crítica de los regímenes emancipatorios
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"No hay otros mundos pero están en éste"
Paul Elouard
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Prólogo
"Sin Teoría Revolucionaria no hay revolución"
V. I. Lenin
"Teorizar lo hecho"
Ernesto Che Guevara
Este nuevo libro de Miguel Mazzeo (escritor que a pesar de su juventud ya podríamos catalogar
de prolífico) viene a sumarse a los serios (aunque no numerosos) intentos de aportar a la
revitalizació n de la literatura política de izquierda en la Argentina. En este campo, la mayor
parte de los trabajos se ubican en la variable «histórica», intentando la reconstrucció n de
hechos, la revaloración de protagonistas, el análisis de procesos; en este sentido se han
logrado aportes importantes, entre los cuales se cuentan algunos del propio Mazzeo. Otro
camino muy transitado dentro de la «literatura política» muestra numerosos trabajos de origen y
estructura periodísticas en formato libro, biografías "no autorizadas" , etc., donde conviven
desde investigaciones serias hasta simples actos de oportunismo (comercial o político).
La vertiente que me interesa señalar
-y que se corresponde con este libro- es la que ha volcado esfuerzos en indagar sobre problemas teóricos y, en especial, acerca de conceptos
que guiaron y guían el accionar de los militantes populares; aun de los que creían y creen que
la frase del Che que está al comienzo de la página, acerca de teorizar desde la práctica,
significa obviar toda indagación teórica, en oposición a la anterior. Creemos que es un error
contraponerlas, ya que a nuestro entender se articulan perfectamente: toda teoría está basada
en la práctica. "La materia piensa", asegura Lenin con razón.
En la mencionada corriente indagatoria de conceptos se inscribe el presente texto de Miguel. Y
-
a diferencia de muchos intentos semejantes- lo hace calando el bisturí sin falsos pudores ni alevoso oportunismo, ubicado en la posición del militante popular comprometido con la
transformació n revolucionaria de la sociedad. Las cuestiones fundamentales tratadas en el
texto son las que permanentemente nos han acuciado y acucian a los militantes de izquierda: el
Estado, el poder, la organización política; con el agregado de un tema al que no siempre (al
menos en la Argentina) hemos atendido: la Nación. El tratamiento está solventado no sólo por
una indudable erudición, sino, fundamentalmente, basado en una práctica en el seno de
sectores sociales populares. Las preguntas enunciadas, las respuestas esbozadas, las
propuestas explicitas o implícitas, son las que, en el movimiento popular, se efectúan los
militantes que además de las tareas buscan sus fundamentos, sus objetivos, sus porqués y
paraqués. Esto es así, a pesar que Miguel enuncia con modestia que "se trata simplemente de
reflexión militante que pretende: por un lado ordenar y generalizar ideas surgidas al calor de las
luchas populares recientes". Creo que el resultado va mucho más allá y será una fuente de
consulta y debate indispensable.
Ahora bien, estamos convencidos que
prologar un libro no significa necesariamente prolongarlo.
Es decir, ni explicarlo (no lo necesitan ni el autor ni el lector) ni emitir opiniones acerca de los mismos temas, polemizando o aplaudiendo las afirmaciones o negaciones que
emergen del texto. Pero sí creemos pertinente opinar acerca de qué significado tiene para el
activismo la aparición de ciertos textos y de éste en particular. (Cierto: para el activismo que
piensa que el marxismo no es un dogma, ni las fuentes son textos sagrados en los que
- apenas
- hay que tener capacidad o suerte en ubicar el versículo correcto para encontrar la respuesta acertada; en nuestro caso, somos ateos de todo dios). Por lo tanto, desde este punto
tomamos distancia del cuerpo principal del libro y nos limitaremos a señalar algunos aspectos
de la relación teoría-militancia. Muy breves reflexiones, que solicitamos sean tomadas sólo
como tales, acerca de dos temas considerados esenciales y que tuvieron y tienen que ver con
la actividad práctica.
Algunos de los que provenimos de antiguas militancias solemos afirmar que la derrota de los
setenta no fue estrictamente por desconocimiento teórico o por mala aplicación de verdades
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reveladas. En toda pelea hay, al menos, dos contrincantes. La militancia popular milita para el
cambio; la burguesía, claro, se opone con todas sus armas; y golpea, actúa, opera, milita, legal
e ilegalmente. Esos son detalles
-importantes, no hay duda-, pero detalles. Fue así hace cien, cincuenta, treinta años y lo es ahora. Pero este reconocimiento de que hubo una derrota, que
siempre es por relación de fuerzas o por cómo son utilizadas, no invalida que ya por entonces
(los años sesenta y setenta del siglo pasado), era posible verificar la necesidad de
inventar (nosotros, los militantes) nuevas fórmulas de accionar, basadas en criterios o conceptos acerca
del Estado y la organización política, nuestras mayores falencias teóricas, según nuestra
opinión.
En la época señalada, prevalecía largamente una visión instrumentalista del Estado y el diseño
más valorado era el efectuado por Lenin en
El Estado y la Revolución; se soslayaba que el modelo tomado no era el Estado capitalista que las clases dominantes habían forjado en la
Argentina, y sus formas de dominación condicionados por las formas particulares de la lucha de
clases en el país; más aún,
que ni siquiera en la Revolución de octubre se siguió el proceso de desmembramiento o destrucción que el señalado en el texto del gran
revolucionario ruso
(texto que, acertadamente, Mazzeo propone leerlo en clave anarquista). En cuanto a organización revolucionaria, si bien hubo intentos de buscar formas menos rígidas,
más descentralizadas, etc., es obvio que el modelo de
¿Qué hacer?, incluidas las deformaciones y tergiversaciones del estalinismo, orientaron la mayoría de las estructuras.
¿Por qué en ambos casos se toma a Lenin? Valga la aclaración, pero está muy claro: sus
obras eran las más consultadas, las formas orgánicas por él expresadas eran las más
seguidas, habían sido aplicadas en la formación de la mayoría de los partidos comunistas y el
local no fue una excepción. En muchos casos, las formas excesivamente centralizadas
(principal crítica al modelo organizacional leninista) eran aplicadas en estructuras que
abarcaban diversas posiciones políticas; en no pocos casos, hasta en organizaciones que
asumían el peronismo como identidad política. Sabemos que difícilmente haya acuerdo en
esto, pero si bien se leía con avidez a Trotsky o a Mao, la referencia obligada a la hora de
plantear una estructura era el leninismo.
En algunos terrenos, por ejemplo en aquellas organizaciones que asumían la lucha armada, la
organización celular podía ser más estricta en orden a la seguridad; pero la pirámide concluía
en el Comité Central, Ejecutivo, etc. Vladimir Ilich Ulianov era para todo el mundo el creador y
líder de la primera revolución proletaria; si bien
-paradojalmente- de sus textos principales poco quedó en la práctica soviética, era el más grande intelectual de la filosofía de la praxis
(Gramsci
dixit). Por otra parte, estábamos imbuidos de la certeza de la inmediatez del hecho revolucionario. Y, como afirma Lukács, "La idea leninista de la organización presupone la
realidad de la revolución, la actualidad de la revolución". La presunción de la cercanía sumaba
méritos a textos imbuidos de certezas preciadas, de jacobinismo atrayente.
Ahora bien, y en los dos casos: ¿es culpable Lenin de nuestras incompletas o incorrectas
lecturas, o de nuestra irredenta vocación copista, que repetimos en corrientes maoístas,
castristas y
-muchos después- hasta sandinistas? En ese entonces -generalizando y simplificando
-, estábamos convencidos de que el Estado era una especie de fortín al cual los indios sólo teníamos que asaltarlo en el momento apropiado. Pero, buscando otros referentes:
¿no nos decía Gramsci que el Estado es el espacio donde las clases dominantes reproducen
las condiciones de su dominación y obtienen
consenso para ello? Esa palabrita allí instalada no era nueva en la literatura marxista, pero otro de los grandes nos lo mostraba con mayor
claridad aún y no lo tuvimos en cuenta, como tampoco el concepto de hegemonía que de allí se
desprendía y que también (¿otra casualidad?) ya había sido tenida en cuenta en otros textos
de autores clásicos.
En cuanto a organización basada en aplicaciones muy particulares de orientaciones de
¿Qué hacer?,
bastardeadas por la burocracia y esclerosada por la mediocridad, ¿es también Lenin culpable de que hayamos decidido que nuestro ciclo lectivo concluía en 1917, año más, año
menos? Es posible rastrear rasgos de rigidez burocrática y hasta de manipulación del conjunto
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en el modelo explicitado en el multimencionado texto, pero Lenin también fue el creador de la
más grande consigna revolucionaria: «Todo el poder a los soviets». También podríamos
habernos quedado en ella, desarrollarla, defenderla, aplicarla. Más que encontrar fallas en el
texto cuestionado, la tarea pasa por encontrar las causas, los pasos que llevaron a que esa
consigna derivara en algo parecido a «Todo el poder al aparato del Partido», hecho deleznable
así haya que reconocer las presiones que soportaba la joven revolución. En otra dirección:
Lenin
-y no sólo él- era muy agresivo a la hora de los debates; partiendo de que la suerte de la revolución estaba en juego si prevalecían otras ideas, no valían los buenos modales; a
Bogdanov, por ejemplo, lo criticó muy duramente en varias oportunidades,
pero no lo mandó a fusilar
-como reconoce Karl Korsh que no era apologista de Lenin, precisamente- ni organizó los paródicos y brutales juicios de Moscú. No se trata de defender al viejo revolucionario de sus
jóvenes agresores, mucho menos en este libro, donde eso no ocurre. Simplemente, que en el
caso de Lenin nos parecen muy equivocadas dos posiciones antagónicas entre sí:
En primer lugar la postura acrítica, que llega a ser dogmática, de matriz religiosa, que remite a
posturas del catolicismo (inmodificació n del dogma, infalibilidad del Papa). Compañeros que
nos merecen el mayor respeto, en la práctica política siguen creyendo que, un siglo después,
Lenin debe hacernos los deberes. Esta actitud no solamente es nada marxista, sino tampoco
leninista; ninguno de ellos se quedó con lo "aprendido", ni Marx con Hegel, ni Lenin con
Plejanov, por citar ejemplos. Además, de hecho se ignora que desde el marxismo han surgido
valiosos aportes para problemas centrales y que los cambios en las formas de dominación
necesitan respuestas también novedosas.
La otra posición, por lo general cargada de oportunismo, es buscar (y extraer con fórceps) en
las posiciones leninistas la raíz de todos nuestros males, y el origen
fatal e inexorable de las lacras del estalinismo, burocratizació n e intolerancia incluidas. Esta postura nos recuerda la
frase de Eric Hobsbawn: "La destrucción del pasado, es decir de los lazos sociales que
vinculan la experiencia contemporánea del individuo con la de generaciones anteriores, es uno
de los fenómenos más característicos y extraños de las postrimerías del siglo XX". Más
conocedor de ciertos oportunismos folclóricos, John William Cooke asegura en una carta a un
compañero: "Si Lenin no tomaba el poder en Octubre, hubiera quedado como un espía
alemán".
Lejos de las dos posturas señaladas, la reflexión que pretendemos no se basa en un tercerismo
conciliador, sino buscamos que del análisis de las situaciones concretas (en este caso de la
etapa sesentista y setentista) surja una autocrítica que no se acote en la parte «operativa» de
la praxis política, sino que además abarque los conceptos teóricos que fundamentaron ese
accionar. Allí, según creemos, no sólo pasa por saber si leímos bien o no a los clásicos, o si
ignoramos olímpicamente a Luxemburgo, Gramsci, Korsch o a Pannekoek, Mariátegui o Mella,
Silvio Frondizi o John William Cooke; pasa por no advertir que, además de fuentes donde
abrevar para aprender, lo eran para comparar, mejorar y, sobre todo, pensar con cabeza
propia,
para crear nosotros mismos -desde nuestra práctica y desde nuestra realidad- una teoría revolucionaria novedosa
. Que de eso se trataba. Que de eso se trata. Es decir: de los postulados leninistas no deben extraerse enseñanzas perennes, como no debe
hacerse de ningún texto marxista. La grandeza del Jefe de la Revolución Soviética, estribó
fundamentalmente en responder a un determinado desarrollo de las clases dominantes con una
propuesta que, en primera instancia fue exitosa. Y lo fue porque fue asumida por millones de
personas, lo cual no significa que hoy debiera serlo. Aunque redundar es síntoma de débil
retórica, repetimos que hoy ser revolucionario es militar
creando, no por afán de originalidad, sino porque es necesario. Desde el marxismo siempre se propuso analizar con espíritu crítico;
al pasado debemos abordarlo con ese espíritu que, en rigor, significa "acercamiento" . Desde
allí, y para reafirmar que no es posible criticar sin ubicarse en el contexto histórico, recordemos
que Argentina 2000 no es Rusia en 1900; se nos ocurre que, en la posibilidad de un diálogo
intrahistórico, Lenin podría contestar la interpelación de algunos como dicen que hizo un jefe
sandinista a un político argentino, "todólogo" él. En la reunión, respondiendo al que lo criticaba
por los errores cometidos en la guerra contra Somoza, dijo: "Es cierto, nos equivocamos; tal
vez porque ustedes no estaban..."
Atención: ni antes éramos idiotas o ciegos, ni ahora las sabemos todas. En aquel tiempo
vivíamos una época de revoluciones triunfantes; la iniciada en 1917, fortalecida en 1949,
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cercana a partir de 1959: Esas revoluciones triunfantes no mostraban demasiadas diferencias
bajo la apurada y ansiosa mirada de nuestra impaciencia. Es claro que hubo voces (algunas
ahora magnifican su número y volumen) y es cierto que hubo advertencias y hasta propuestas
de organización y construcción distintos. Pero la tendencia general era impuesta por la
necesidad de apurar el paso y, otra vez, las propuestas organizativas pensadas para
momentos de crisis revolucionaria eran las más aceptadas. Ni idiotas ni analfabetos, tal vez sí
trasladamos mecánicamente experiencias triunfantes,
soslayando que cada revolución busca y necesita su propia originalidad.
La originalidad que sí tuvieron los soviéticos, los chinos, los vietnamitas, los cubanos.
La etapa de recomposición política que atravesamos (otro acierto de este libro es la descripción
de los nuevos modelos organizacionales) necesita, a nuestro entender, de la recuperación de la
capacidad crítica, que no debe ser, por supuesto, hacer tabla rasa con todo lo anterior. Significa
asumirse partícipes de una revolución que necesita revitalizar sus fundamentos desde la
práctica, desde el seno de las masas trabajadoras, populares que son (somos) los necesarios
hacedores de la transformació n social que, mal que les pese a muchos, sigue llamándose
revolución; que necesitará de una organización realmente participativa y auténticamente
democrática; que no deberá desdeñar formas de delegación, por controlada que ésta fuere; y
también una ética que reconozca la necesidad de forjar conjuntamente nuevas relaciones
sociales, basadas en la solidaridad en libertad y en la ética guevarista su fundamento moral. El
hombre del siglo XXI, nosotros mismos, al decir del insoslayable Ernesto Guevara, el Che para
más datos.
Creemos que los trabajadores y sectores populares estamos en la búsqueda de nuevas formas
de participación social y política; la aparición de experiencias como la de los zapatistas y el
MST de Brasil son buenos ejemplos. Entre nosotros, esa búsqueda se hace especialmente
notable a partir de la explosión del 2001. Y, vale recordar, se busca cuando no se tiene; o
cuando lo que se tiene no alcanza. Es decir: los modelos organizacionales se agotaron, tal vez
por causas endógenas, tal vez
-y especialmente- porque respondían a realidades que ya no existen. Pero lo central sigue vigente: sin organización ni teoría, renovada permanentemente
por la práctica, difícilmente haya revolución. No se necesita demasiada "formación" para luchar
contra la injusticia, pero tomar el aspecto teórico como aspecto secundario o dejarlo en manos
de "especialistas" , es apostar a dos problemas ya vividos y no superados: la perpetua
repetición de errores o la formación de elites vanguardistas.
Como reflexión final, van algunas preguntas. Todo hace parecer que no hay grandes cambios
en las estructuras de las organizaciones de izquierda "tradicionales" . Ahora bien, en los nuevos
modelos, que declaran (o declaman) ser participativos, horizontalistas, democráticos, ¿no hay
muestras de soberbia, autoritarismo ni manipulación de la voluntad colectiva?; con permiso,
otra pregunta: ¿han logrado ser democráticas, participativas y además (además) ser eficaces?
Son avances, búsquedas, pero falta. Basta de arar con viejos bueyes, dice la canción de Silvio
Rodríguez, no tirar al niño con el agua sucia, dice la sabiduría popular; habrá que inventar.
Buena tarea, parte inescindible de la lucha, que es lucha de clases.
Por último, como militante popular al servicio de la revolución, tal y como la entiendo, saludo
alborozado la aparición de
¿Qué (no) hacer? La provocadora profusión de preguntas, la búsqueda de respuestas, la valentía de un texto lúcido y jugado, representan un aporte
fundamental en esa búsqueda que menciono en el párrafo anterior.
Miguel Mazzeo refuerza con este libro su papel de intelectual orgánico en el estricto sentido de
Gramsci. Y no es arbitraria esta cita: creo firmemente que este valioso compañero se inscribe
en esta senda de elaboradores de las preguntas necesarias, de los propulsores de las
respuestas polémicas, de las que el gran revolucionario italiano fue uno de los más destacados.
Este libro me exime de aseveraciones que corren por mi cuenta; lo demuestra por sí mismo.
Bienvenido.
Manuel Suárez
Avellaneda, febrero 2005
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Introducción
"adónde ir cuando todos vienen en sentido contrario
cuando el horóscopo indica que no debes viajar,
cuando el otoño golpea sus ramas sobre tu corazón
cuando el tedio se instala a vivir contigo y sólo
pides un poco de clemencia al viento de la desidia,
adónde ir cuando el gigante olvido te aprisiona las sienes"
Hugo Vera Miranda
"Los pueblos no pueden dejar de haber aprendido"
Simón Rodríguez
En el periodo historico que se extiende de 1976 a 2001 se consumo la ofensiva reaccionaria mas
exitosa y prolongada de toda la historia argentina. La dictadura militar (1976-1983) creo las
condiciones politicas, sociales y culturales para una efectiva incrustacion del modelo neoliberal. El
terrorismo de Estado (que en nuestro pais tiene como antecedente inmediato el terror paraestatal
ejercido desde 1974) contribuyo a saldar la crisis de hegemonia a favor de las clases dominantes.
A partir de la sistematica desestructuracion de las organizaciones populares y de su cultura, de la
patologizacion de la politica y la implementacion de un modelo de acumulacion radicalmente
desocializante (un modelo de "saqueo", en sentido riguroso) que ponia en crisis a la sociedad
salarial tradicional, con el despliegue de un patron socio-espacial que discrimino a los pobres y,
dentro de ellos, a las mujeres y a los jovenes, comenzo a cristalizarse la desarticulacion social.
El retorno de la democracia no revirtio este proceso de mutaciones estructurales, por el contrario,
en otro contexto, con nuevos actores, lo profundizo. A partir de 1983 se fue consolidando el
paradigma representacionalist a de la politica y su corolario: una logica de espectadores. La utopia
fue reemplazada por la eficiencia, el heroismo por el hedonismo. Inexorablemente, entraron en
crisis los viejos paradigmas de organizacion- estructuracion del trabajo y sus correspondientes
colectivos de identificacion. La ausencia de un conflicto central y permanente como representacion
masiva reforzo la fragmentacion de las expresiones resistentes.
El "transformismo"
1 de buena parte de la dirigencia politica y sindical tradicional, que paso a jugar roles orientadores en beneficio del bloque de poder, complemento el panorama desolador
caracteristico de las decadas del 80 y el 90. Tal vez, el espacio mas autentico, el refugio mas
visible y relativamente ecumenico haya sido el movimiento de derechos humanos. Pero su
legitimidad moral no se hizo extensiva al plano politico. Y tampoco tenia por que hacerse. Se dio
asi un proceso dialectico de articulacion de los intereses de las clases dominantes y de
desarticulacion de los de las clases subalternas.
1
El transformismo consiste en "La incorporación 'molecular' al gobierno conservador y moderado, de intelectuales aislados y grupos enteros de radicales y demócratas de la tendencia opuesta. Tal gobierno
se caracteriza por una aversión a la participación popular en la vida estatal, por el conservadurismo, por
las reformas hechas en base a la dictadura sobre todas las demás clases subalternas y una hegemonía
limitada a la propia clase. El transformismo efectúa una radicalizació n dosificada del grupo moderado y un
empobrecimiento del radical, estableciéndose así un equilibrio entre ambas tendencias en el gobierno del
Estado [...] El transformismo constituye una prueba de la fuerza hegemónica del grupo dirigente en el
Estado. En los niveles intelectual, moral y político [...]" (Kanoussi y Mena, 1985:97-98). Los autores
agregan que: "El transformismo es el método por excelencia del devenir Estado de una clase débil, que
necesariamente debe excluir a las masas y aliarse a las viejas clases para llegar al poder y mantenerse
ahí..." (
ibíd.p. 98). El concepto de transformismo también ha sido utilizado por Eduardo Basualdo para explicar la articulación entre modelo de acumulación, forma de Estado y régimen político en la Argentina
de los años 80 y 90. Ver: Basualdo, Eduardo M.;
Sistema Político y modelo de acumulación en la Argentina
, Buenos Aires, FLACSO/Editorial UNQUI/IDEP, 2001. 6 www.lahaine. org
Estas decadas fueron de una inconmensurable mediocridad que se manifesto en todos los planos y
que no tiene parangon en nuestra historia. Resultaron tiempos duros para las fuerzas populares, y
para el pensamiento critico del sistema capitalista. Tiempos de paralisis para el movimiento
practico y de sequia teorica. Este infortunio historico hizo que un par de generaciones (con
profundo abatimiento debo incluir a la mia) perdieran el turno y la oportunidad del rechazo. Si la
revolucion es un tiempo donde todo se torna posible, la contrarrevolucion indudablemente es un
tiempo abyecto, caracterizado por la incapacidad de pensar proyectos originales, un tiempocamaleon
que se quedo sin colores, como decia el poeta Vladimir Maiacovsky.
La caida del muro, la crisis de los socialismos reales (o la "comunidad socialista") y de los
movimientos de liberacion nacional, mas alla de sus limitaciones, e incluso de sus aberraciones,
menoscabaron la conciencia emancipatoria en general. Su decadencia implico un cambio en la
correlacion internacional de fuerzas, creo un clima propicio para el transformismo por cooptacion
ideologica y deterioro la capacidad defensiva de la clase obrera. Esa decadencia respondio en buena
medida a las falencias y contradicciones de esas experiencias. Entre otras, que se sostuvieran en
falsas certezas y en metadogmas (redencion proletaria, destino comunista irrefrenable, "desarrollo" ,
etc.) o en la inalterable disposicion para ver la realidad a partir de una proyeccion retroactiva, que
consistia en edificar un futuro garantizado que alentaba la pasividad y desalentaba la iniciativa y la
creatividad de las clases subalternas.
Al modo de los etnologos evolucionistas (es solo una metafora) que emprenden el camino
descendente para construir el presente, podriamos concebir a la izquierda tradicional o al
nacionalismo populista como expresiones vivas del devenir humano, pero reflejo de una "cultura
anterior". La situacion planteada durante las ultimas decadas del siglo XX –del corto siglo XX al
decir de Eric Hobsbawm– nunca debio ser pensada como accidente o como la suma de
desagradables episodios circunstanciales. Alli hubo una ruptura que no quisimos o no supimos ver.
Ruptura de una tradicion, de un mundo material y de representaciones, de una cultura, de un
imaginario politico y de un conjunto de formas de lucha.
Estamos de acuerdo con lo que el escritor Mempo Giardinelli pone en boca del ex oficial
revolucionario paraguayo Bartolome Gaite: "La confianza historica no es, no debe ser, un
argumento pasatista, una manera de aguantarse la desdicha y sonar con lo que puedan hacer otros,
los mas jovenes. No. Ratificado. La confianza historica es un compromiso permanente, es una
obligacion militante que se renueva todos los dias. Porque la revolucion, adentro o afuera, en el
triunfo o en la derrota, es un hecho dinamico, que jamas se detiene. Se detienen los hombres, los
que se quiebran, pero no la revolucion" (Giardinelli, 2004:224).
Pero, objetivamente, los 80 y los 90 ofrecieron un contexto emporcado para la confianza historica,
para ratificar el compromiso permanente, para renovar la obligacion militante. La busqueda de algo
que parecia cada vez mas incierto desasosegaba. El desdibujamiento de los viejos itinerarios
lastimo la voluntad. La constatacion de una tendencia a nivel mundial se troco en reconocimiento
de la misma como hecho determinante. La nocion de "actualidad de la revolucion" se torno
inverosimil. Muchos vacilaron. Pocos, muy pocos, se dedicaron a pensar como "habitar"
dialecticamente esa tendencia, para excederla. Algunos se aferraron a los viejos principios, a
lugares eticos que, aunque aparentemente inoperantes y complementarios de la monotonia, por un
tiempo salvaron del naufragio a unos cuantos dignos y les permitieron llegar enteros a la nueva
etapa. Otros, en cambio, desistieron de toda esperanza y se entregaron a la idea posibilista de la
inamovilidad de los fundamentos de la sociedad burguesa.
Desde esta realidad y estos condicionamientos, las clases subalternas totalizaron y se totalizaron, y
comenzaron a reorganizarse en torno a un conjunto de practicas originales. A partir de la segunda
mitad de los 90 asistimos a una recomposicion del campo popular en Argentina, a un incipiente
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proceso de autonomizacion
2, tenue al comienzo y mas importante a medida que nos acercabamos al tercer milenio. Comenzaron a desarrollarse por todo el pais una gran cantidad de organizaciones
populares, muchas de ellas con perfiles ineditos y con capacidad de invencion social. Al
movimiento de trabajadores desocupados o movimiento piquetero, a la revitalizacion del
movimiento campesino y del movimiento cooperativo deben sumarsele los distintos encuentros de
organizaciones sociales, las experiencias de ocupacion y autogestion de empresas quebradas o
abandonadas y su puesta en produccion bajo gestion obrera, los micro emprendimientos no
capitalistas, el movimiento de las asambleas barriales, el desarrollo de colectivos de cultura
contrahegemonica y comunicacion alternativa y, en el marco del movimiento estudiantil, las
experiencias de las distintas catedras libres (especialmente la Catedra Ernesto Che Guevara) y de
las agrupaciones independientes. Las luchas, aunque defensivas, de un sector del movimiento
obrero tambien fueron importantes, incluso, en contra de lo que muchos piensan, la sobrevivencia
de algunas organizaciones de izquierda (especificamente los partidos).
Junto al desenvolvimiento de todas estas experiencias se fue incrementando la densidad asociativa
de las clases subalternas ("humus" necesario para cualquier accion colectiva) y la fe intensa y el
entusiasmo que escapan siempre a los controles exteriores; junto a ellas tambien las palabras
desusadas o nuevas bellos nombres para la trascendencia colectiva que comenzaron a resonar cada
vez con mayor intensidad: autonomia, horizontalidad, accion directa, construccion en redes,
contrahegemonia, poder popular, contrapoder, antipoder, multiplicidad del sujeto, etc.
Vastago de una nueva realidad, este lenguaje con su horizonte conceptual y sus modos de
percepcion, con su capacidad de traducir los lenguajes y luchas particulares a dimensiones
universales, en algunos casos optimos, logro arraigar en las viejas tradiciones politicas del campo
popular, en los sistemas de ideas heredadas y en la memoria social, e inicio un proceso de "trabajo
entre" inconcluso (notese como nos cuesta no usar aqui el concepto de sintesis). Lo que no impidio
arraigos improductivos, la absorcion por logicas preexistentes o su amenaza permanente y un
conjunto de limitaciones a la hora de contrarrestar la persistencia de las versiones mas puras y
estereotipadas de las viejas y estrictas tradiciones que impulsan la redogmatizacion. En otros casos,
mas que de arraigo cabe hablar de uso oportunista. Sabemos de agrupaciones, pequenas en todo
sentido, que adoptan el discurso de la horizontalidad y la autonomia y que dicen identificarse con
distintos movimientos sociales (desocupados, campesinos) mientras reproducen practicas tipicas de
los 90: la verticalidad, el clientelismo, la puja por espacios y cargos institucionales, el ejercicio de
una representacion sostenida en la apatia y en la desmovilizacion de las bases, la politica (incluso la
micropolitica) como medio de ascenso social o sobrevivencia personal, etc. Asi uno se puede topar
con pseudomilitantes, por ejemplo en la Universidad, que vuelan con John Holloway y caminan
con Franja Morada; o en los barrios, donde encontramos a quienes vuelan con Toni Negri y
caminan con los punteros del Partido Justicialista.
El nuevo lenguaje, aun en el marco de sistemas de arquitectura agradable (como decia Jorge Luis
Borges de los metafisicos de Tlon, "no buscan la verdad, ni siquiera la verosimilitud: buscan el
asombro"), tambien creo su "ortodoxia" y sus especificos infalibles, su "autosuficiencia" y en
algunos casos favorecio la desimplicacion pretendida por las clases dominantes.
Lo que comenzo a ocurrir desde mediados de los 90 y sigue ocurriendo es parte de un proceso de
acumulacion de cambios cualitativos, proceso que no se dio ni continuara como movimiento
circular. No se trato ni se trata de la repeticion de un camino ya recorrido, sino de un movimiento
progresivo y ascencional, del trabajo subterraneo del futuro. De alguna manera, el desarraigo
obligo –como a Racadot, aquel personaje de Maurice Barres– a la originalidad y a mancomunar la
conciencia de clase con la conciencia de soledad. Esta "conciencia" nos develaba que la soledad no
es un estatuto inerte, sino que es una designacion historica y social y que esta vivida en el proyecto
de cada uno como estructura negativa y limitante. Nos vimos entonces situados en una pluralidad
2
Procesos similares, anteriores o paralelos, se registraron en América Latina: la insurrección zapatista en México, la experiencia del Movimiento Sin Tierra en Brasil, el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, el
alza de las luchas campesinas en Ecuador y Bolivia, etcétera.
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de soledades, reunidos sin estar integrados por un sueno comun, por una empresa colectiva. Fue esa
conciencia la que nos impulso a producir, o por lo menos a patrocinar, momentos de comunion
entre los hombres y las mujeres del pueblo, a propiciar la "reunion directa", la praxis unitaria e
inmediata.
El 19 y el 20 de diciembre de 2001, fugaz expresion de la fuerza espabilada de la dialectica, fue
tanto emergente de estos procesos de recomposicion, imperceptibles para la mayoria hasta ese
momento, como prefiguracion de un nuevo ciclo caracterizado por la desarticulacion de la clase
dominante y articulacion de las clases populares. Estamos ante una "epoca", no frente a un
"acontecimiento" , mas alla de la actual recomposicion del regimen politico (o, en sentido mas
amplio, del comando capitalista en el plano politico y social) y del retorno a la "normalidad
estructural" de la sociedad Argentina, que, a largo plazo y a pesar de las actuales ilusiones, carece
de bases solidas. Esta afirmacion no es una expresion de deseos sino una conclusion logica que
surge de un minimo analisis de las tendencias del capitalismo contemporaneo. El porvenir se nos
presenta como un largo tiempo de aprendizaje, un lapso para urdir trabajosa y obstinadamente un
pensamiento emancipador y sencillas mitologias, para desarrollar una conciencia teorica nueva,
organicamente enlazada al desarrollo de las luchas populares, para dejar de ser sujetos ajenos a la
historia, para planificar la irrupcion. Claro, aun falta mucha accion para revertir la derrota social y
politica del campo popular. Frente a nosotros no se extiende una llanura arada. El capitalismo
tiende a naturalizarse cada vez mas. La crisis de representacion no implico un cuestionamiento a la
teoria de la representacion y la subjetividad colectiva sigue aferrada a un conjunto de fetiches
eficaces que perpetuan la confrontacion horizontal entre las clases subalternas. El proceso de
autoorganizacion social, que se extendio entre 1999 y 2003, ha adquirido recientemente nuevos
ritmos, mas lentos y nuevamente imperceptibles. Muchas de las experiencias de autonomizacion
han perdido peso como
atractores sociales. Pero una nueva voluntad (nueva, porque no es resaca de antiguas vicisitudes) ha comenzado a dar sus primeros pasos. Una voluntad que asume su
pequenez como estado de construccion y no como vocacion.
Aunque constituyan nuestro marco obligado de referencia, en este trabajo no analizaremos las
experiencias de recomposicion en detalle, sino que sobrevolaremos los debates politicos e
ideologicos que directa o indirectamente generaron. Asimismo, confeccionamos estos textos no
solo con fragmentos de otras escrituras (leidas con libertad, con predisposicion diafana, pero cerca
de alguna experiencia concreta), sino con las voces que las reprodujeron en contextos de accion.
Vimos como la idea-praxis viva surgia de la accion o era resignificada por esta como clave
discutible del mundo, al decir de Jean Paul Sartre.
No se nos escapa que la autoactividad intensa desarrollada en nuestro pais entre 1999-2003, en un
contexto de crisis, llevo a fetichizar algunas experiencias: las asambleas populares, las
organizaciones de desocupados, la empresas recuperadas, etc., como en otros tiempos ocurrio con
los consejos obreros, o las organizaciones armadas, por ejemplo. Aunque genero un conjunto de
debates, en ellos, casi siempre, la intencion estrategica estaba ausente. Hoy, en un contexto de
reflujo de los procesos de autonomizacion y de recomposicion del papel integrador de las
instituciones de la democracia representativa; con la disipacion de un conjunto de elementos
exogenos que la crisis del mando economico, social y politico del capitalismo proporcionaba; con
la recomposicion de la rentabilidad capitalista se impone un trabajo de desfechitizacion y de
elaboracion de estrategias a largo plazo.
Para evitar confusiones, vale aclarar que estos textos no aspiran al status de "teoria social". Es mas,
lo rechazan abiertamente. Tampoco queremos desarrollar un resumen de la historia conceptual del
Estado, el poder y la Nacion. Se trata simplemente de reflexion militante que pretende: por un lado,
ordenar y generalizar ideas surgidas al calor de las luchas populares recientes y, por otro, sintetizar
alternativas multiples y variaciones sobre un mismo tema y objetivo, y de esbozar una critica a los
modos del saber y el hacer emancipatorio, viejos y nuevos. Es, por lo tanto, el resumen subjetivo y
limitado de una reflexion y una busqueda individual y colectiva. Lo que ofrecemos resulta, en
ultima instancia, una version de un debate inacabado que se viene dando en el seno de la militancia
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popular. Una version que conlleva un posicionamiento en ese debate, que ambiciona la polemica y
que intenta aportar a la unidad de la conciencia fragmentada y heterogenea.
Creemos que estos textos tambien reflejan en parte la experiencia social y politica acumulada por
sectores del campo popular en la Argentina y, en este sentido, pueden verse como testimonio de un
conjunto de militancias, mas alla de las deficiencias en su presentacion y organizacion. Estos textos
son perifericos, bastardos, expiatorios y seguramente transicionales, reacios a asumir un genero
especifico, entre otras cosas porque la mezcla de generos parece ser necesaria para refundar un
pensamiento de las clases subalternas. Nosotros creemos ciegamente en la escritura, recurrimos a
ella como tactica en la guerra de hostigamiento, confiamos en su capacidad para preservar los
hechos y para conjurar la muerte y el olvido. Esa confianza es la que nos moviliza en este quehacer,
junto a la esperanza de formular un par de buenas preguntas. Tratamos de escribir
desde y no sobre
. Un desde que es un entre. Desalentamos cualquier recaida en la politica anacronica. Pero consideramos que algunos de sus
principios abstractos: Nacion, pueblo, soberania, la representacion de una universalidad por parte
de un singular (identificado con los condenados de la tierra, los pobres del mundo, etc.) y otros
principios concretos como la accion sostenida en la corporalidad, en la conciencia, etc. aun
conservan enorme productividad y nos parecen susceptibles de reformulacion y actualizacion,
sobre todo en la periferia. Por otro lado, desconfiamos del radicalismo pospolitico, de sus formas y
tecnologias que perpetuan la imposibilidad del pueblo de acceder a las areas de decision politica.
Asi como Jorge Luis Borges decia que a los parisinos les importaba menos el arte que la "politica
del arte", hoy podriamos identificar a un conjunto de confraternidades locales menos interesadas en
la politica que en la "politica de la politica", menos interesadas en el pensamiento que en el
"pensamiento del pensamiento" .
Desconfiamos profundamente de todo lo que no posee la consistencia de una autodefinicion, como
decia E. P. Thompson. Aspiramos a una sintesis, o por lo menos a la construccion de un campo en
el que puedan articularse elementos de hegemonia cultural y cultura libertaria, de cultura politica y
cultura activista. Un punto de partida comun para diferentes lineas de semantizacion y distribuidor
de significatividad.
Estos materiales que presentamos no tuvieron una confeccion lineal y ordenada. Reconocen como
antecedentes algunos trabajos publicados en las revistas
Periferias, Luta Sociais (Brasil) y en la version digital de la revista
Retruco. En buena medida este trabajo se fue delineando con las discusiones, muchas veces vehementes, que el mismo genero.
Quisiera destacar el aporte de los companeros del Movimiento de Trabajadores Desocupados
Anibal Veron en el Frente Popular Dario Santillan, quienes con su praxis han realizado un aporte
inestimable para la reconstruccion de los horizontes del pueblo, reactivando, junto a las esperanzas
de muchos, la critica teorico-practica a la naturaleza antihumana del sistema capitalista y el debate
teorico-politico sobre los posibles caminos de la emancipacion. Debate que contiene el problema
irresuelto del pasaje de la clase
en sí a la clase para sí y que a su vez remite al problema de la conciencia, la vanguardia y el sujeto, y que tiene como mar de fondo la cuestion de la transicion y
el interrogante sobre las posibilidades y los limites del socialismo en el marco del capitalismo.
Otros trabajos en una linea de reflexion similar, aunque no necesariamente con las mismas
conclusiones, fueron puntos de referencia indispensables. Nuestras coincidencias y diferencias
resultaron fundamentales para la elaboracion de este libro. El intercambio permanente con algunos
"teoricos de base" que vienen cumpliendo funciones imprescindibles de cara a la recomposicion del
campo popular y del pensamiento emancipador, nos ha permitido una experiencia imposible de
reproducir en otros ambitos. Estos temas tambien fueron motivo de debates inconclusos con
companeros de viejas y nuevas lides, ellos sabran encontrarse en las paginas que siguen. Por
supuesto, las limitaciones de este trabajo, sus negligencias y sus distracciones, son responsabilidad
exclusiva del autor.
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Capítulo 1
Crítica a la conciencia ingenua
"Desde siempre un pensamiento de esta clase descubre el conservador: los
supremos teóricos raramente han elegido el compromiso político; seguramente no han
situado frecuentemente sus problemas en el contexto político de la sociedad moderna."
C. Wright Mills
"Y ahora escuchen un simple hecho: Swedenborg no ha escrito ni una verdad nueva. Y ahora
escuchen otro: ha escrito todas las viejas falsedades."
William Blake
Debemos partir de una realidad incontrastable: el debilitamiento del Estado como sintesis de la
sociedad ha llevado en las ultimas decadas a la disgregacion politica, economica, social y cultural,
particularmente en las regiones perifericas. .Se puede renegar del Estado como maxima instancia
de articulacion social en un contexto caracterizado por la pobre existencia de sociedades
fragmentadas, escindidas.. .? .Todo Estado esta condenado a ser controlado por el capital? .Estan
dadas las condiciones historicas para relegarlo a los museos y las bibliotecas como sugeria Pierre
Joseph Proudhon? .Todo Estado es una abstraccion y esta condenado a devorar la vida popular,
como decia Mijail Bakunin? .Podemos afirmar con Max Stirner: "el Estado y yo somos
enemigos"? Siguen las preguntas: .todo Estado es forzosamente totalitario? .Pueden los sectores
populares prescindir de instancias articuladoras ampliadas? .Y estas instancias, en el caso de ser
aceptadas, no terminaran ejerciendo indefectiblemente formas de poder y control "necesarios" para
la consolidacion de un orden social, aun el mas igualitario que podamos concebir? .Fortalecer el
Estado-nacion, ya no sirve para frenar al capital global? Estamos de acuerdo en abjurar del
estatismo, del dirigismo, del aparatismo y de todas las heteronomias sometedoras de las clases
subalternas, pero... .como nos paramos frente al Estado? .La critica al dirigismo implica una critica
a la direccion? .Los "permanentes" son innecesarios y conducen siempre al sustitucionismo y a la
burocratizacion? , .se puede pensar en la complementariedad entre los organismos permanentes y
las asociaciones
ad hoc? .Cuales son las potencialidades y los limites de las micropoliticas? .Puede haber politica radical sin transferencia de sus aspiraciones al conjunto social? .El sufragio universal
es siempre una vil enganifa? Y finalmente: .se puede suponer que una reestructuracion radical de la
sociedad es posible sin que aquellos que la impulsan mantengan el control politico durante el
proceso de la reestructuracion? .Como adecuar la organizacion al proceso historico?
Particularmente, no dejan de preocuparnos las coincidencias que se pueden encontrar si
comparamos los puntos de vista de algunos intelectuales que, desde la izquierda radical
"autonomista" , se han caracterizado por su embestida contra el eje estatal con los fundamentos mas
caracteristicos de los intelectuales organicos de los mercados y las corporaciones, es decir, los
fundamentos mismos del neoconservadurismo. Existe una region indeterminada donde las formas
impulsadas por algunos espacios de la nueva radicalidad se confunden con las del neoliberalismo,
donde la praxis se vuelve antipraxis, donde nuestras acciones pueden devenir otras. No podemos
olvidar que desde el neoliberalismo, hace tiempo, se promueve la "autonomia" de las
organizaciones de la "sociedad civil" y se cuestionan un conjunto de heteronomias, el Estado
principalmente, aunque tambien los partidos y los sindicatos, menos la peor de todas: la que
produce el mercado capitalista. En un conjunto de iniciativas auspiciadas por el sistema, y que por
lo general son acompanadas por planteos "progresistas" , subyacen maniobras para disminuir el
gasto publico directo (gasto social) e indirecto (por via de la desburocratizacion) . Invariablemente,
favorecen un alejamiento de la politica de parte de las clases subalternas. Asi, el autonomismo
exasperado y superficial, muchas veces termina coincidiendo con las ONGs, el voluntariado social
y otras formas que por su naturaleza atentan contra la "autonomia sustantiva".
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De todos modos, consideramos que entre los bosquejos de los primeros se encuentran impecables
diagnosticos y propuestas teoricas muy lucidas (claro que alguna de ellas con puntos oscuros de
cara a la militancia concreta), que no dejan de ser disparadores de un debate enriquecedor para la
praxis; lo mismo sucede con los desarrollos de esa raza de intelectuales que sacrifican una aventura
por una metafora o que viven estados de espiritu un tanto desproporcionados con la realidad. O
mejor dicho: que a partir de cierta indiferencia por los hechos y por las formas concretas que asume
la dominacion de clase, de la reivindicacion del silencio como unica posicion frente al Estado, los
partidos y demas instituciones, y del gesto de oponer supuestas alternativas originales, parecen no
tener en cuenta, por un lado, lo inadecuado de ciertos transplantes y, por el otro, las soluciones
potenciales que encierra toda realidad.
Por supuesto, los planteos poco rectilineos como el que proponemos que le atribuyen al Estado
otros roles y dimensiones posibles y que lo conciben como lugar contradictorio tambien implican
riesgos: por ejemplo, la asociacion facil con el eufemismo "burgues" del "sector nacional y
productivo"; la catalogacion instantanea como jacobinos, autoritarios, estatistas, etc., o la
incorporacion al conjunto de los defensores autistas del antiguo regimen emancipatorio.
Las disertaciones sobre la inercia son una clara senal del desconocimiento de las condiciones en las
que vienen desarrollandose las recientes experiencias de lucha del campo popular. Asumir que las
posibilidades de las estructuras y canones antiguos ya no pueden determinar las nuevas practicas y
mensajes, no debe llevarnos al rechazo total de las "viejas" tradiciones de lucha, de los itinerarios
emancipatorios clasicos y de todo lo que no sea novedoso a ultranza. Cabe tener presente que el
significado historico del marxismo se relaciona con su capacidad de asumir o "procesar"
criticamente todas las tradiciones progresistas de la humanidad, anulando, conservando y
elevandolas a un plano mas alto (como sostenia Gyorgy Lukacs, hegeliamente) .
En aras de la originalidad y la creatividad percibimos una operacion de reemplazo de la "conciencia
critica" (por naturaleza integrada a la realidad) por una "conciencia ingenua" o una "conciencia
infeliz", un alma bella que situandose por encima de la realidad busca aprehenderla arbitrariamente
creando instrumentos propios. Debemos tener sumo cuidado y no confundir la "teoria" con los
juegos de palabras o los lenguajes cifrados, la militancia con la mentira misericordiosa o el
voyeurismo
intelectual. Debemos desconfiar de los lenguajes esotericos que, como en el caso del poeta Arthur Rimbaud, mantienen alejado al "publico".
Esta conciencia ingenua tiende a ser funcional con las concepciones prenadas de eurocentrismo. Un
desafio para el campo popular es pensar los problemas vinculados con el Estado, el poder y la
Nacion desde nuestra verdadera condicion, despojandonos tanto de la falsa erudicion como de las
resignificaciones positivas de la barbarie que subyacen ocultas en las reivindicaciones del
particularismo extremo. No se trata de subestimar el aporte de los intelectuales antisistemicos
europeos mas reconocidos, sino de criticarlos y repensarlos desde coordenadas que poseen una
especificidad relacionada con la mayor intensidad de las contradicciones y desequilibrios generados
por la mundializacion capitalista. Pero, en muchos casos, el intelectual radical europeo tiende a ser
un critico soberbio, resignado, fatalista. Piensa cada vez mas lejos de la realidad de las clases
subalternas. Y piensa comodo a larguisimo plazo. Incluso, en ocasiones, le cuesta disimular que en
el fondo consideran a la otredad (o sea, a nosotros) como una antigualla. .Acaso Europa no carece
de realidad revolucionaria y de la "pesada" presencia de las masas"? En terminos de Karl Korsh,
los intelectuales marxistas (y radicales en general) de Europa no encuentran una tarea
revolucionaria para llevar a cabo en la practica, lo que desdibuja su "existencia terrestre". No
encuentran al sujeto. Muy atras quedo aquel tiempo que le permitio a Rosa Luxemburgo proclamar
que de Europa, de los paises capitalistas mas viejos, iba a partir la senal de la revolucion social que
liberaria a todos los hombres. Pareceria ser que, asi como los paises centrales nos transmiten los
costos de sus crisis, sus intelectuales radicales nos quieren transferir los costos de su desencanto.
En nuestro medio, este desencanto se expreso en subterfugios que consistieron en asumir un punto
de vista extremadamente general. Como Augusto Blanqui, se salto de lo politico a lo cosmico, o se
propuso un "socialismo ucronico", instalando el cambio social fuera del tiempo, o lejos, muy lejos
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(gesto por otra parte tipico de Karl Kautsky). Algunos, como Gorki en 1913, comenzaron la
construccion de Dios.
Pensar el Estado, el poder y la Nacion desde la angustia ocasionada por el hundimiento del
"socialismo real", desde la repulsion del "eurocomunismo" , o desde la desesperanza del "marxismo
occidental", eludiendo la critica de estas experiencias, puede distorsionar nuestra realidad
periferica, la que queremos conocer y transformar. Debemos cuestionar toda subordinacion a
parametros deformantes y a tiempos teoricos que no nos competen demasiado y estar atentos a los
entorpecimientos que impiden la conciencia clara de la realidad de la Argentina neoliberal. Pensar
el Estado, el poder y la Nacion, analizar las tendencias mundiales actuales, desde algun rincon del
conurbano bonaerense o desde el fondo del monte santiagueno, y realizando un balance practico de
la derrota de los 70 y de los obstaculos concretos de las experiencias revolucionarias, puede resultar
poco atractivo para las predisposiciones academicas o para los espiritus politicos "refinados", pero
para nosotros resulta una cuestion de vida o muerte. Porque en nuestra situacion, como decia Ralph
Waldo Emerson, "la imitacion equivale al suicidio". Los latinoamericanos, como afirmaba Simon
Rodriguez, "o inventamos o erramos". En nuestra America, como proponia Jose Carlos Mariategui,
el socialismo no puede ser calco o copia, tiene que ser creacion heroica.
La mirada presuntamente radical, pero transida de eurocentrismo, se caracteriza por el
escepticismo, por las inseguridades respecto de la vigencia de la edad historica que el marxismo
inauguro ideologicamente. Europa hace tiempo que tiene escasas sugerencias que hacer en materia
emancipatoria. Rosa Luxemburgo decia que el desarrollo del marxismo y de la teoria
revolucionaria eran expresion de las necesidades de la actividad practica. Por cierto, la actividad
practica de la izquierda europea deja mucho que desear y alumbra poco. America Latina sera, de
seguro, por largo rato,
el locus mas propicio para el desarrollo de las teorias y conceptos emancipatorios, desarrollo que se alimentara de las necesidades de los movimientos y las
organizaciones populares y que no sera un sucedaneo de la practica. .Cual sera el grado de influjo
de nuestros avances en los paises desarrollados? .Podran potenciar las diversas experiencias de
autoadministracion popular y las luchas obreras y populares?
En lineas generales y siguiendo a Daniel Bensaid (2001:129-158) podriamos caracterizar las ideas
con las que debatimos a partir del acto de subordinar el imperialismo a la mundializacion, la lucha
de clases a las identidades locales, el conflicto a la "diversidad ambivalente", la politica a la
estetica, el comunismo al despotismo burocratico, los procesos a los acontecimientos (o a una
sucesion de acontecimientos) y los objetivos al movimiento. Asimismo, cuestionamos la apologia
de la contingencia, la inconstancia y la intermitencia y la reivindicacion del acontecimiento sin
historia que concibe a la revolucion, o al "cambio social" si se prefiere, como un
happening. El eje del debate que proponemos gira sobre las formas posibles de la autoemancipacion colectiva
en las actuales circunstancias historicas. La cuestion del Estado, el poder y la Nacion, para
nosotros, estan subordinas a este eje. Por lo tanto, la "ocupacion" del aparato del Estado, el
momento de asumir alguna responsabilidad en su "manejo" (no hablamos especificamente de
"toma del poder"), para nosotros constituyen una cuestion "tactica", no "estrategica" . Nuestro
principal interrogante podria formularse asi: .como construir, y llegado el caso ejercer, un poder
politico (estatal) que aporte a la construccion de una nacion popular y democratica y a la
emancipacion de los sectores populares en una perspectiva anticapitalista orientada a superar la
postura defensiva del trabajo?
Como parte del debate es imprescindible realizar un balance practico de las experiencias
revolucionarias de los ultimos dos siglos, en particular del paradigma jacobino–leninista (y de
todos sus "significantes" ); del anarquismo y la ilusion que sostiene que la dominacion de clase
puede suprimirse con la abolicion del Estado y que esa abolicion puede producirse a su vez a traves
de un decreto de autoabolicion de un Estado revolucionario; y por ultimo, de las distintas
experiencias autogestionarias que hoy se pretenden rehabilitar como alternativa, sin tener en cuenta
la evidencia historica en torno a sus limitaciones. No se trata de garantizar el dominio de la
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discusion historica en el debate actual, de ubicar en el pasado los problemas que nos perturban en el
presente. Pero consideramos que la experiencia acumulada por los trabajadores es una referencia
imprescindible y que, por otro lado, la falta de anclaje concreto en relacion a estas problematicas
suele traducirse en el dominio de la abstraccion reforzada por la tendencia idealista a producir
pensamiento partiendo (exclusivamente) del pensamiento. Y decimos idealista porque,
evidentemente, se termina creyendo que el pensamiento produce lo real. No se puede proceder
como si nada hubiese sucedido, como si no existieran cristalizaciones institucionales, estructuras de
sentimientos, etcetera.
Mas alla de alguna referencia puntual, no debatimos con autores, sino con las aplicaciones
concretas de ciertas concepciones (que obviamente pueden filiarse, tal como lo hacemos en este
trabajo, a intelectuales de renombre) en el contexto del movimiento popular en la Argentina. Vale
aclarar que estas aplicaciones no siempre pretenden ser fieles a los autores. Tratando de analizar y
favorecer distintas practicas sociales se recurre a combinaciones teoricas que suelen estar signadas
por la incoherencia. Por ejemplo, siguiendo a Toni Negri y a Michael Hardt, se plantea la necesidad
de instalar una alternativa a nivel global para resistir al "Imperio" (Negri y Hardt, 2001:216) y,
siguiendo a Guy Debord o a John Holloway, se reivindica la construccion de "momentos de vida",
"ambientes unitarios", "situaciones", etc. Tambien es comun la conciliacion de planteos con un alto
nivel de abstraccion con actitudes que anteponen (u oponen) la practica a la teoria.
3 Si, debemos reconocer una coherencia de fondo en el tipo de critica a la izquierda
estatalista y a la representacion.
No discutimos con estas concepciones porque sentimos atacada nuestra polvorienta biblioteca, sino
porque buscamos reflexionar desde una situacion concreta del campo popular. Entonces, lo que nos
estanca, lo que celebra nuestras limitaciones y nuestros errores se convierte en objeto de critica
pero tambien introduce la necesidad de discutir las alternativas, lo que indirectamente reaviva la
apuesta creativa, original, desde la praxis. Ademas, no se puede negar que este supuesto ataque a
nuestra biblioteca se realiza desde otra biblioteca.
Creemos que muchas de estas concepciones retoman los prejuicios antipoliticos de un "ala" de la
tradicion marxista, es mas, los refuerzan y abonan –!justo ahora!– el desinteres por pensar en
terminos de estrategia revolucionaria, cuando no proponen coartadas voluntaristas. Esta tradicion
antipolitica encuentra arraigo en nuestros dias gracias al contexto favorable que le tributaron las
desviaciones autoritarias del marxismo y gracias a las experiencias historicas que lo invocaron en
los rituales fundantes de Estados todopoderosos.
En ultima instancia, estas reflexiones un tanto desordenadas pueden considerarse una invitacion al
debate, entre companeros, sobre las consecuencias de los procesos de despolitizacion del
marxismo, sobre la necesidad de rescatar a la politica de un destino fatal como campo de lucha
colectiva y sobre las formas posibles de las intervenciones activas y significativas en los procesos
historico-sociales. Un debate en torno a las alternativas estrategicas organizativamente viables y las
formas de mediacion material en la transicion hacia un orden social alternativo al del capital. En
fin, un debate sobre los caminos a trazar para superar la division social jerarquica del trabajo
heredada.
Una de las limitaciones de lo que Perry Anderson denominaba "marxismo occidental", hijo dilecto
de las derrotas del movimiento obrero en las decadas del 30 y el 40, era la primacia otorgada a los
problemas filosoficos por sobre los problemas politicos, lo que se traducia en pesimismo, en
recaida idealista y, basicamente, en una escision entre teoria y practica que signo toda una etapa
historica. Una situacion politica y un clima de ideas similar se nos presentaron en los 90 como
consecuencia de las derrotas de los 70 y los 80. El contexto de los 90 estuvo condicionado por el
fracaso del "socialismo realmente existente", por la identificacion indeliberada del leninismo con el
estalinismo y con cualquier otra instrumentacion politica letal del marxismo y, mas injustificado
3
Vale tener en cuenta lo que György Lukács sostenía al respecto: para él cada vez que se ponía la práctica delante (e incluso, a veces, en contra) de la teoría se propiciaba abiertamente el estalinismo.
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aun, del socialismo con el estalinismo. Pero asi como las respuestas revolucionarias llegaron para la
primera etapa, con la formidable ofensiva de los anos 60, hoy han comenzado a gestarse las
respuestas revolucionarias para la segunda etapa. Aunque sin la extension alcanzada en los anos 60,
fragmentos de una generacion de intelectuales jovenes se siente compelida a contrarrestar la
distancia entre teoria y practica y pone el enfasis en la importancia del pensamiento estrategico.
La izquierda verdadera siempre recupera a la izquierda. No debemos hacer tabula rasa de las luchas
historicas en pos de la liberacion nacional y el socialismo. Vale tener presente el principio
dialectico que plantea la continuidad en la discontinuidad y la discontinuidad en la continuidad.
Con inmensa lucidez Istvan Meszaros sostiene que "cambiar de posicion saltando de una
tabula rasa
(negritas en el original) a otra sin siquiera intentar justificar el abandono de las creencias antes todopoderosas y la proclamacion de las certidumbres recien adquiridas (que a menudo son
abandonadas con la misma facilidad cada vez que la conveniencia lo requiera) no puede resultar
mas que en vaciedad carente de principios [...]" (Meszaros, 1999:339).
En la lucha por la emancipacion humana solo hay que ser originales cuando corresponde, no se
puede asumir la originalidad como principio o como meta y plantearla como cuestion "estetica". La
carrera en pos del horizonte de la originalidad puede afectarnos la percepcion de la realidad y
hacernos caer en los artificios insustanciales. John Dewey decia que la originalidad no estaba en lo
fantastico, sino en el nuevo uso de las cosas conocidas. En definitiva, debemos fundar nuestras
politicas en la realidad y no ya en construcciones subjetivas, debemos relacionar la esperanza con
el presente, la "escatologia" con la lucha.
Ante los innumerables problemas que presenta la puesta en marcha de cualquier proyecto de
modificacion radical de la sociedad, aparecen los que se conforman con soluciones idealistas o
tipologicas, soluciones aparentes basadas en imperativos abstractos, pero tal empresa reclama
imperativos afirmativos que cuenten con el aval de las evidencias historicas concretas. Las
anticipaciones filosoficas pueden ser valiosas, pero poco aportan a las necesidades de las
organizaciones populares.
Consideramos que el desarrollo historico, en ocasiones, conduce a bifurcaciones que plantean
alternativas rotundas, pero esta situacion historica excepcional nunca trae consigo las resoluciones
favorables para los oprimidos. Nunca nos indica el camino que hay que tomar. La accion humana
consciente de las victimas siempre resulta clave, pero mucho mas en la hora de las encrucijadas
historicas.
Finalmente, hay que tener en cuenta que el pensamiento unico, que refleja la realizacion del
capitalismo como ideologia, no solo se manifiesta en su version mas dura y fundamentalista; en
realidad esta muestra su faz mas anacronica e ineficaz. Por el contrario, el pensamiento unico se
sostiene en una concepcion con capacidad reproductiva, que permite su arraigo en vastos campos
del quehacer de los hombres y las mujeres, incluyendo la propia conciencia de las clases
subalternas. Ciertas versiones del "consensualismo" (no creer en verdades que no sean fruto de un
consenso, negar la posibilidad de los descubrimientos y los saltos), el "pluralismo ilimitado" (que
niega al sujeto conciente y habla desde una pluralidad de posiciones y sujetos) y otras disposiciones
que ensalzan lo armonico frente a lo antagonico, lo tecnico frente a lo politico, lo natural frente a lo
historico, son sus pilares, en tanto y en cuanto son introyectados y reproducidos por la victimas.
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Capítulo 2
El elefante existe
"[...] sin estrategia no hay razón alguna para creer que habrá una mano invisible que
garantizará que la transformació n tenga lugar en la dirección deseada, aun cuando se
produzca eventualmente el hundimiento de la economía mundo capitalista [...]"
Giovanni Arrigui, Terence K. Hopkins e Immanuel Wallerstein
"La revolución en general es un acto político. Sin embargo es imposible realizar el socialismo
sin la revolución. El socialismo necesita ese acto político, sí precisa la demolición y la
descomposició n. Mas, allí donde comienza la actividad organizada, allí donde aparece su
finalidad, su alma, el socialismo rechaza la capa política."
Carlos Marx
John Holloway
4 afirma que los Estados ya no son centros de poder, que la subordinacion del Estado al capital cerro el paso a cualquier alternativa de radicalismo estatal. Pero no explica
que hacer frente a ese Estado controlado por "otros" que si lo consideran un instrumento
idoneo de un "antirradicalismo estatal". Tampoco nos explica como disolver el poder sin dejar
de ejercerlo (de alguna manera) en la tarea de disolucion. .Si el Estado es central para la
perpetuacion del capitalismo, para la reproduccion de su dominacion, para la acumulacion de
capital y para el control de las clases subalternas, podemos derrotar a la burguesia sin
disputarle o "anularle" ese dispositivo estrategico? .Cuanto se puede avanzar en la
transformacion radical de la sociedad con un poder politico hostil? Y aun suponiendo que se
avance en la transformacion social contra el sistema en los intersticios del sistema (en ultima
instancia, en sus marcos) .no se plantearia necesariamente, en algun momento, la cuestion del
poder politico?
Estamos de acuerdo en que las nuevas relaciones sociales no pueden comenzar con la "toma
del poder estatal". Anton Pannekoek decia que "el problema de la tactica no consiste en saber
si es posible conquistar muy pronto el poder, ya que en ese caso este solo seria una apariencia
al caer demasiado temprano en manos de los comunistas sino que consiste en desarrollar en el
proletariado las bases de un poder de clase permanente" (Bricianer, 1975:191). Tampoco le
atribuimos al Estado una funcion cultural fundamental en la transformacion de la sociedad; el
Estado no construye el "hombre nuevo" ni la sociedad libre e igualitaria. El Estado es una
porcion del poder, el ejercicio del poder estatal por parte de las clases subalternas resulta una
instancia instrumental en la perspectiva de la liberacion humana y en el marco de la
construccion de un nuevo sistema hegemonico. Tampoco pensamos al Estado como conclusion
ineludible en el proyecto de construccion de una sociedad futura. Aunque una "politica
popular" no deba orientarse hacia el Estado ni concebirlo como nucleo de la accion
revolucionaria, sigue siendo imprescindible resolver la cuestion del Estado. No se debe pensar
la politica emancipadora desde el Estado, pero es imposible pensarla sin el Estado. El Estado y
la politica estan ahi, atravesados, en algun lugar, entre la actividad practica y la transformacion
del trabajo alienado. La emancipacion requiere entonces de la lucha por el poder del Estado,
contra el poder del Estado y en el Estado. De hecho: luchar contra el poder del Estado, es
luchar por el poder del Estado, aunque no se sepa o se lo niegue.
4
Nos remitimos a distintos trabajos de este autor, en particular a su obra más polémica, Cambiar el mundo sin tomar el poder. El significado de la revolución hoy
, Buenos Aires, Universidad Autónoma de Puebla-Herramienta, 2002, y a una entrevista realizada por Mabel Thwaites Rey para el Diario
Clarín
el domingo 10 de febrero de 2002. 16 www.lahaine. org
Supongamos una hipotetica y maravillosa situacion: el poder popular (o si se quiere el
"antipoder" segun Holloway o el "contrapoder" de Negri) extendido y consolidado. .Esa
situacion, esa correlacion de fuerzas o esta condicion de la lucha de clases, no se expresaria
necesariamente en el Estado? .No sigue siendo necesario resolver de un modo que favorezca
los intereses de las clases subalternas la cuestion del poder estatal, a riesgo de que las fuerzas
populares "pierdan el turno" o irrumpan fantasmalmente, sin consistencia y sin posibilidades
de complementar la hegemonia?
Cuantas veces importantes movilizaciones, hechos (o si se quiere "situaciones") de masas
sirvieron para cuestionar el poder y derribar verdugos y regimenes insoportables pero no
pudieron evitar que otros verdugos, mas o menos camuflados, se encumbraran. En este
sentido, no podemos dejar de remitirnos a los formidables sucesos del 19 y 20 de diciembre
del ano 2001 que, en Buenos Aires, terminaron con un acuerdo entre los partidos tradicionales
(responsables de la crisis) y con Eduardo A. Duhalde en la presidencia y patente de salvador de
la patria.
Esta referencia para nada pretende negar la relevancia historica de los sucesos, tampoco
propone pensarlos en clave de lo que "deberian haber sido". Solo estamos criticando a las
lecturas que, por reificar el "devenir", terminan negando el "porvenir" y rindiendo culto a lo
impredecible. La preocupacion por el porvenir no implica reconocer la necesidad de
externalidades que asignan sentido en forma arbitraria. Se trata de leer el sentido del devenir y
de las aspiraciones y el deseo de los protagonistas y de alli deducir un porvenir posible que no
sea escamoteado.
Hoy, la clase dominante intenta reconstruir el consenso a traves de alternativas subordinadas,
basadas en la "refundacion de la democracia" o en "la alianza de la produccion y el trabajo",
mientras muchos companeros en nombre de una cruzada contra la razon instrumental moderna
se oponen al proceso de constitucion de los sectores populares en fuerza politica; a que las
masas realicen experiencias directas de poder que como instancias de formacion jamas podran
ser reemplazadas por los talleres de educacion popular. .El profundo deseo de que los ensayos
de rebelion social puedan convertirse en ensayos de construccion de bloques populares y
proyectos contrahegemonicos nos convierte en jacobinos incorregibles?
John Holloway, por ejemplo, ha recurrido en reiteradas ocasiones a un ejemplo no muy feliz:
recuerda que el Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional (EZLN) no hace mas que inspirarse
en Emiliano Zapata cuando se aparta de la posibilidad de tomar el poder estatal. Holloway,
parece no tener en cuenta que la actitud del lider campesino, paradojicamente en un momento
de gran avance de las fuerzas populares que expresaba, genero un vacio que inmediatamente
ocupo la burguesia mexicana que llevo, por la via de la institucionalizacio n de la revolucion, a
casi ochenta anos de PRI.
5 Aqui cabe una digresion. Percibimos una contradiccion insalvable en el fondo de algunos planteos de Holloway, planteos asumidos a veces en forma acritica por
muchos companeros. Por ejemplo, se reivindica la teoria y la practica del zapatismo como una
via original para repensar las perspectivas de la izquierda y del campo popular en su conjunto
con argumentos y formulaciones que, en caso de desplegarse bajo los auspicios de la
coherencia, llevarian indefectiblemente a ver el programa del zapatismo como estatalista y a su
lucha como una exigencia por reformar la democracia burguesa mexicana. Desde esta
perspectiva, el "mandar obedeciendo" del subcomandante Marcos deberia ser desechado por
sus perspectivas estatalistas y autoritarias, y el proyecto zapatista por reformismo radical de
Estado y por su caracter nacional y patriotico. Algo similar ocurre con el Movimiento Sin
Tierra del Brasil, otra experiencia que suele tomarse como modelo o referencia de lo que
5
En éste, como en otros casos, la historia nos enseña que un proceso de cambio pone a funcionar automáticamente una inmensa red contrarrevolucionar ia. La revolución, el cambio social, necesita la
energía de una fuerte asociación.
17 www.lahaine. org
precisamente "no es". Como sabemos, para el MST sus tres "columnas" son: moral productiva,
disciplina democrática
y dirigencia, aspectos estos ultimos que muchas veces se suelen pasar por alto.
En relacion a la decodificacion local de la experiencia del MST cabe una reflexion: construir
nueva sociedad en los marcos de la vieja, anticipar el socialismo en las formas concretas son
los pilares del camino mas efectivo a la emancipacion. Esto, para nosotros, hoy, tiene caracter
de certeza. Pero... .cuanto tiempo pueden durar las disrrupciones como estas (podemos incluir
a una parte del Movimiento de Trabajadores Desocupados de la Argentina, entre otros
experimentos) en los marcos de una sociedad nacional capitalista? .Cuales son los limites del
crecimiento acumulativo y de avance en base a hechos de territorializacion organizada?
Sin duda, es mucho mas coherente reconocer en el zapatismo tal como lo hace Raul J.
Cerdeiras la propuesta de una politica a distancia del Estado que busca articular la
"particularidad de una situacion" con la "universalidad formal del Estado" y el intento por
reformular la relacion entre la sociedad, la politica y el Estado: "Aunque se proclame que la
nueva politica sera a distancia del Estado y girara a partir de premisas propias fuera de la
logica del Estado, esto no significa que el Estado desaparezca del horizonte del pensar-hacer la
politica. Tarde o temprano habra que verselas con el. Los zapatistas dicen que hay que
revolucionar el vinculo de la sociedad con el Estado, lo que es prueba suficiente de que sigue
habiendo una 'cuestion' en relacion con ese tema [...]". Mas adelante agrega Cerdeiras: "Si hay
un momento en que una politica de emancipacion, a distancia del Estado, debe tratar con las
politicas de Estado, con las politicas gestionarias, es a partir de crear un espacio nuevo que no
existe de antemano. A falta de otro nombre llamo a ese lugar 'espacio de exigencia' [...]"
(Cerdeiras, 2001:50-53).
Tambien nos parece atinada la posicion del Colectivo Situaciones, en torno a esta
problematica: "Si el Estado no es el lugar privilegiado del cambio no es tampoco un lugar
simplemente suprimible ni tampoco una realidad que se pueda negar. Es si, un lugar que tiende
a permanecer en toda sociedad masiva y compleja y, antes que nada, es a la vez un punto de
vista situacional posible, de un lado y de otro, un elemento presente en las situaciones mas
variadas [...]" (Colectivo Situaciones, 2002:159).
Muchas veces se cuestiona el estatalismo radical de los viejos movimientos antisistemicos y a
sus fallas congenitas para lograr una total ruptura logica y filosofica con el pensamiento
burgues mientras se lo reproduce revindicando la fragmentacion y convirtiendo los hechos en
esencias.
Creemos que debemos ser muy cuidadosos a la hora de determinar cuales son los medios
organicos supuestamente contrapuestos o funcionales a la construccion de una sociedad
igualitaria. Por ejemplo, existe una tendencia a asociar mecanicamente la autonomia, la
horizontalidad y las formas de democracia directa con la desinstitucionaliza cion, cuando en
realidad, la experiencia demuestra que las primeras no necesariamente conducen a la segunda.
Debemos precavernos de la arbitrariedad, tentacion grande ante la indigencia politica. Sobre
todo en estos tiempos de transicion y gran heterogeneidad de las fuerzas antisistemicas y del
pensamiento con afanes emancipatorios, donde lo viejo convive con lo nuevo. Mabel
Thwaites Rey identifica un conjunto de significados del concepto de autonomia: autonomia del
trabajo frente al capital, autonomia en relacion a las instancias de organizacion que puedan
representar intereses colectivos (partidos politicos, sindicatos, etc.), autonomia en referencia al
Estado, autonomia de las clases subalternas respecto de las clases dominantes y, finalmente,
una autonomia social e individual.
6 Consideramos que existen niveles de contradicciones entre 6
Ver: Thwaites Rey, Mabel, La autonomía como búsqueda, el Estado como contradicción, Buenos Aires, Mimeo, 2004.
18 www.lahaine. org
estos significados que se pueden traducir en lineas de accion. O sea: para consolidar la
autonomia en una perspectiva resulta indispensable limitar los alcances de otra.
Percibimos ademas que, en ocasiones, desde la izquierda, al igual que el liberalismo
tradicional, se parte de la escision falsa entre Estado y sociedad civil y se analizan los procesos
de cada esfera por separado, como si estos no tuvieran ningun tipo de interinfluencia y
condicionamientos mutuos. Otra actitud, tambien discutible, consiste en confundir las esferas,
como si fueran exactamente lo mismo, formas de la encarnacion del capital apenas
diferenciadas. Segun Guillermo O'Donnell, "una de las diferencias entre el Estado y el capital
es que este aparece en el momento totalmente abstracto del dinero; en cambio el Estado se
corporiza en instituciones que, aunque postulen un fundamento abstracto, no pueden dejar de
ser, en sus acciones, omisiones e impactos, una esfera concreta habitualmente perceptible
como tal" (O'Donnell, 1978:1190).
Nosotros sin ser demasiado originales, aunque casi heterodoxos en el marco del debate actual
que atraviesa la izquierda argentina, preferimos ver al Estado como momento de una totalidad
social que no se puede escindir de las relaciones sociales, de las formas de acumulacion, de las
modalidades de la ideologia hegemonica y de las formas de dominacion: en definitiva, como
una relacion social y por lo tanto como una "relacion de fuerzas", como contradiccion y lucha
que atraviesa tanto las instituciones como la sociedad.
El Estado es un lazo social basado en una relacion social asimetrica, una relacion de
dominacion y de explotacion. La clase dominante ejerce el poder a traves del Estado y este
vincula a las clases sociales (no media) recurriendo a formas particulares que sirven para
garantizar la dominacion y la explotacion. Pero la mediacion, el vinculo, esta determinado por
la lucha de clases. El Estado desarrolla modalidades de intervencion reproductivas que tienden
a desplazar las contradicciones y a enfrentar las distintas fracciones de las clases subalternas.
El Estado reproduce la posicion (dominante) de la clase dominante en el plano material,
politico e ideologico.
El Estado es entonces lugar-momento de la lucha de clases y, aunque su naturaleza sea
capitalista, presenta cristalizaciones que son resultado de las luchas de las clases subalternas.
Esas cristalizaciones pueden funcionar como
locus de las confrontaciones contra la dominacion y la explotacion. Entonces, si asumimos que el Estado es lugar-momento de la
materializacion de las relaciones de fuerza, no cabe la actitud indiferente frente a las
instituciones estatales. Como sostiene Mabel Thwaites Rey: "No es lo mismo tener leyes
laborales protectoras que flexibilizacion total. No es lo mismo contar con prestaciones de
seguridad social, garantizadas legalmente, que dejarlas libradas a las fuerzas de mercado.
Todos los logros historicos de los trabajadores merecen y deben ser defendidos" (Thwaites
Rey, 2004:32).
Finalmente, estamos de acuerdo con una sugerencia estrategica de esta autora que recupera la
dimension contradictoria del Estado: "Hay que luchar contra y en el Estado", lo que implica
luchar por clausurar sus instancias represivas y ampliar las que tienden a una sociabilidad
colectiva.
Algunos aspectos de ciertas criticas de izquierda al eje estatal nos presentan una vision
remozada de las posiciones del anarco-sindicalismo o del sindicalismo revolucionario de fines
del siglo XIX y principios del XX. Queremos decir al respecto que, en los ultimos anos,
hemos notado el surgimiento de una camada de militantes, quienes asumiendose o no como
anarquistas han intentado desarrollar practicas "puras", "no politicas". Asimismo, percibimos
una reactualizacion de las criticas abstractas a la politica, de la negacion "ideologica" del
19 www.lahaine. org
Estado
7 y del principio de la no institucionalizacio n de las practicas8 que hace que estas se queden sin referencia y sin espacio identificable. Por otra parte, en los terminos propuestos por
Goran Therborn, muchas veces se considera al enemigo como un cuerpo extrano mas que
como el ocupante de una posicion de dominio en el marco de un sistema determinado y se
concibe a la revolucion como la eliminacion de agentes extranos y corruptores de un orden
primigenio inmaculado mas que como transformacion de una sociedad surcada por
contradicciones e "imperfecciones"
9. Estamos de acuerdo en que "el poder de la clase trabajadora no reside tanto en sus instituciones representativas como en el antagonismo y
autonomia de los propios trabajadores" (Negri y Hardt, 2001:268), pero esta constatacion no
deberia llevarnos a negar la importancia de estas instituciones.
Por otro lado, las criticas a las que hacemos referencia parecen no tener en cuenta las
implicancias del concepto de hegemonia, ya que parten de las premisas que establecen la
posibilidad de la "actividad libre" de las masas y consideran que la hegemonia de la clase
dominante se puede contrarrestar "espontaneamente". En el mismo sentido, estas criticas no
reconocen como problema la incoherencia politica de las clases subalternas (y la coherencia
relativa de la clase dominante), y tampoco los mecanismos de dominacion ideologica como la
adaptacion, la inevitabilidad, la deferencia, la resignacion y el miedo.
10 Ahora bien, nuestro planteo no deberia entenderse como el reclamo de un "agente externo" que imponga la
"conciencia revolucionaria". Por el contrario, consideramos que la actividad autonoma del
pueblo (que no excluye ni se contradice con los roles militantes o con el "activismo" cuando
asumen un lugar dialectico y "biodegradable" ) es lo que hace posible esa conciencia y la que
favorece la constitucion de fuerza contrahegemonica. No creemos, como Marx, que la practica
genere conocimiento directamente, nuestra posicion esta mas cerca del constructivismo: la
accion genera los instrumentos que permiten asimilar el conocimiento y "construirlo".
Esta actitud autonoma deviene imprescindible de cara al cambio social, porque el sistema del
capital no prepara a los hombres y a las mujeres para una forma de vida solidaria y
cooperativa. Pero esta actividad autonoma, aunque objetivamente contrahegemonica, no
lograra trascender su posicion integrada en la totalidad de la sociedad capitalista (donde las
instituciones estan hechas para perpetuar la hegemonia de la clase dominante) si no apuesta a
construir identidades masivas, herramientas de articulacion y estrategias de poder. Claro que
en el marco de este proceso de construccion tendra que exponerse a fusiones organicas que
incluiran "externalidades" teoricas y practicas. Son las propias organizaciones populares, y no
7
Para el anarquismo el Estado es un poder "autónomo" que se sostiene en la violencia y se mantiene gracias a la ignorancia y la superstición de las masas. Al igual que los liberales, conciben al Estado sin
sociedad y sin ataduras terrestres.
8
La cerrada oposición a la institucionalizació n de las prácticas y a cualquier forma de intermediació n
estatal precipitó el alejamiento de los anarquistas de la Primera Internacional hacia el año 1872. Los
anarquistas no esbozaron hipótesis convincentes a nivel general en relación con los movimientos de
cambio social. Por otra parte, el anarquismo comparte con el liberalismo la tajante escisión entre
Estado y sociedad.
9
En esta línea se han desarrollado planteos tendientes a concebir la política como el desarrollo distorsionado de la capacidad asociativa de los seres humanos.
10
El Estado integra un sistema ideológico, va más allá de sus funciones represivas. Este sistema apunta a consolidar los mecanismos de sometimiento social y las relaciones de dominación a través
de las cuales se produce la apropiación de la voluntad del otro. Siguiendo a Göran Therborn,
podemos identificar distintas formas de dominación ideológica:
adaptación (conformidad de los dominados, obediencia a los dominadores) ,
inevitabilidad (obediencia por ignorancia de alternativas) ,
deferencia (los dominadores son concebidos por los dominados como una casta aparte),
resignación (que lleva a pensar que las alternativas son inviables) el miedo, etc. Estas formas generan resistencias que también se expresan en formas ideológicas, o sea que la lucha de
clases también se expresa en formas ideológicas. Ver: Therborn, Göran,
La ideología del poder y el poder de la ideología
, México, Siglo XXI, 1989. 20 www.lahaine. org
precisamente los revolucionarios en disponibilidad, las que se estan planteando este problema
y las que perciben que no todo lo que se necesita para cambiar la sociedad surge
automaticamente de la autoactividad de las masas. Existen tareas imprescindibles para la
emancipacion que jamas podran ser resueltas por la autoactividad de las masas. Los procesos
autoorganizativos en el campo popular no daran las respuestas a todos nuestros interrogantes.
Nuestro planteo es gramsciano en un par de puntos claves: queremos que el subalterno se
convierta en dirigente, pero consideramos imprescindible que los sectores populares
construyan la hegemonia antes de "llegar al poder". Apostamos por un itinerario en el cual la
toma del poder sea consecuencia de la potencia de la clase que emerge, de la formacion de una
voluntad nacional-popular y de formas organicas de adhesion que permitan que el sentimientopasion
se convierta en comprension. Pensamos el cambio social como proceso prolongado
(con un antes y un despues desdibujado) y no como mero momento de ruptura. De este modo
se torna necesario favorecer por distintos medios la formacion de una conciencia critica de lo
real por parte del pueblo (esto es lucha hegemonica), constituir grupos de hegemonia y asumir
todos los riesgos. Siempre sera mejor que vegetar como seguros e inoperantes grupos
testimoniales. Ahora bien, .se puede "completar" esta hegemonia sin el control del aparato
estatal?
Pero, aun dejando de lado la discusion en torno al concepto de hegemonia
11 y las explicaciones sobre las articulaciones de la base y la superestructura, y de como una clase economicamente
dominante se transforma en dirigente, lo que nos parece mas grave es que no se tome en cuenta
la estrategia del sistema que consiste en dividir y fragmentar a los grupos sociales que
explota.
12 El enemigo existe. Los espacios que favorecen la constitucion de vinculos sociales, que no
pasan por la puerta del capital y que construyen la "sociabilidad del hacer", se desarrollan
indefectiblemente en el marco de un sistema general que limita sus posibilidades de
consolidacion y expansion. Las luchas "prefigurativas" , desde una perspectiva sistemica,
resultan claves para pensar en una transicion a un orden superador al del capital, pero, en el
marco de una sociedad capitalista, inhibidas las posibilidades de realizarse plenamente, su
importancia es, basicamente, politica. Proveen de legitimidad a los proyectos de las
organizaciones populares, muestran la posibilidad de los caminos alternativos, etc. En
contextos de reflujo sirven para resistir desde posiciones de masas. Pero, como las ciudadelas
libertarias, no alcanzan para la negacion de la sociedad total, aunque la justifican. La
"acumulacion", en base a hechos de territorializacion tiene limites. Algo que ha senalado el
propio Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil que de esto sabe largo.
No hace mucho tiempo, Julio Marenales, historico militante del Movimiento de Liberacion
Nacional (MLN)-Tupamaros del Uruguay, sostuvo en la ciudad de La Plata: "Trabajamos por
abajo pero, al mismo tiempo... .que hacemos?, .los dejamos que por arriba hagan lo que se les
antoja, o tratamos por el contrario de meternos ... Porque hay un hecho que no se puede
11
En este sentido resultan interesantes (y discutibles) los planteos del sociólogo brasileño Octavio Ianni en torno a la cuestión de la Hegemonía. Según este autor, al transformarse las condiciones de
la soberanía de los Estados-nacionales varían las condiciones de construcción de la hegemonía. O
sea, la hegemonía ha cambiado de forma. Afirma Ianni que: "En este momento se plantea el
problema de la hegemonía. Desde que los medios impresos y electrónicos pasaron a tejer un nuevo
mapa del mundo, las posibilidades de construcción, afirmación o transformació n de la hegemonía
pasan a ser condicionadas, limitadas, administradas por un especie de intelectual orgánico no sólo
sorprendente e insólito, sino ubicuo, desterritorializado [...]" (Ianni, 1999:126).
12
Terry Eagleton decía: "Además, si el sistema sobrevive, se debe más a las divisiones sociales
entre los diversos grupos a los que explota que en razón de una coherencia ideológica general. No es
necesario que estos grupos suscriban o interioricen los valores ideológicos dominantes, siempre y
cuando hagan más o menos lo que se les pide [...]" (Eagleton, 1997).
21 www.lahaine. org
obviar, y es la fuerza del enemigo. No jugamos solos, juegan ellos y con una fuerza tremenda.
Entonces, no es lo que vos queres, es lo que vos podes. Vos no podes ignorar que el elefante
existe. Entonces tenes que ir viendo como haces para que no te pasen por arriba [...]"
(Rodriguez, E., 2002).
En la actualidad se reedita una de las tipicas patologias de los intelectuales iluminados: la falta
total de conciencia de los objetivos del enemigo que, por lo general, les ha servido a los
conservadores, liberales y reformistas de toda laya para ocupar espacios y para frustrar
cualquier intento de experiencia estatal por parte del pueblo.
El subcomandante Marcos le dijo una vez al poeta Juan Gelman: "no nos preocupa el enemigo,
nos preocupa como vamos a definir una nueva relacion entre companeros". Por supuesto que la
nueva relacion entre companeros nos parece estrategica. Pero el enemigo no deberia dejar de
preocuparnos, basicamente porque "esta" y distorsiona de mil modos la "nueva relacion entre
companeros".
En otro nivel, percibimos que muchas criticas (nosotros preferimos recurrir al termino
"interpelaciones"
13) al jacobinismo- leninismo14 y a toda nocion proxima a la idea de una "aristocracia radical" y la insistencia en que el enfasis debe estar puesto en el "como" de la
politica dejando de lado las metas y objetivos, estan llevando a la reactualizacion de los
planteos de Eduard Berstein, expresion de la version reformista del estatismo, quien hace cien
anos denostaba la conquista del poder politico y renegaba del objetivo final (o los objetivos
determinados) deificando el "movimiento". Eduard Berstein sostenia que con el desarrollo de
la democracia, la accion sindical y parlamentaria y el cooperativismo se podian resolver las
contradicciones del capitalismo y marchar hacia una "civilizacion superior", sin necesidad de
tocar demasiado la propiedad privada de los medios de produccion. Asi, para Berstein, el
movimiento era todo y los fines, nada. Rosa Luxemburgo, en 1898, ataco esta posicion
afirmando que el movimiento en tanto tal, sin ninguna relacion con el objetivo final (la
conquista del poder politico, la destruccion del Estado), no era nada. Como Berstein, muchos
companeros del campo popular no ven los antagonismos esenciales entre capitalismo y
socialismo, solo sus relaciones organicas.
Curiosamente, mientras se reactualiza este debate, la mayoria de los nuevos movimientos y
organizaciones populares no se plantean la cuestion de los medios y los fines, o del
movimiento y el objetivo: por el contrario, se caracterizan por romper, en la practica, con la
escision medios-fines o movimiento-objetivo , a los que ven como momentos de un proceso
dialectico. Por otra parte, la idea de que el fin no es nada y el desarrollo lo es todo es uno de
los pilares sobre los que reposa la sociedad del espectaculo y la representacion.
15 Pero, si volvemos a una cuestion anterior y seguimos en la linea de Therborn, .no es
inapropiado, desde el punto de vista teorico y politico, ampliar el concepto de Estado hasta
hacerlo comprender todo, absolutamente todo aquello que este relacionado con la reproduccion
de un orden social?
13
Consideramos que el acto de "interpelar" al leninismo como forma sustituta de la intervención popular (tendiente a reemplazar masas por elites, ideología por organización y consenso por fuerza)
no implica "pasarse al bando de la burguesía", por el contrario, lo vemos como una de las tantas
formas de "fidelidad" a las masas, más que a las categorías, a las herramientas tradicionales o a los
micro climas de aparato. En realidad, habría que plantearse la necesidad histórico-polí tica de superar
las posiciones de Lenin.
14
Lenin decía que el partido era un "jacobino unido a la organización del proletariado". En líneas generales el término "jacobinismo" se ha utilizado para designar formas de centralizació n mecánica y
formas de control basadas en la preeminencia de un grupo reducido de funcionarios.
15
Ver: Debord, Guy, La sociedad del espectáculo, Buenos Aires, Biblioteca de la mirada, 1995, escolio 14.
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.No pareceria que Holloway y otros, en un sentido contrario al reduccionismo economicista
(pero igualmente reduccionista) diluye las leyes del movimiento del capital en la politica y en
el Estado? .El Estado es una especie de receptaculo exclusivo del poder o es la instancia que
encarna un poder social (de clase) determinado? .Puede concebirse al Estado como una forma
monoliticamente predefinida? Aunque suene a exageracion, no podemos dejar de ver que por
lo menos una forma de asumir la teoria de la derivacion
16 conduce irremediablemente al inmovilismo, a cierta incapacidad para la praxis concreta y a una mirada antihistorica y
antidialectica.
16
La teoría de la derivación rechaza la idea de la "autonomía relativa" del Estado al verlo como "derivación lógica" del proceso de acumulación capitalista y la lucha de clases.
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Capítulo 3
¿Cambiar el Estado cambiando la sociedad?
Es necesario examinar más minuciosamente al Estado. No hay que transformarlo o destruirlo
de cualquier manera. Hay que estudiarlo en su calidad de resumen, de compendio de las
necesidades sociales, de las luchas sociales pasadas o presente, de las verdades sociales".
Henri Lefebvre
"[...] 'El Estado debe desaparecer ¿quién lo dice? El Estado' (seguro que piensa en la Unión
Soviética). Brecht se coloca, artero y afligido ante el sillón en el que me siento y dice,
imitando al 'Estado', al tiempo que mira torvamente a imaginarios interlocutores: 'Ya lo sé,
debo desaparecer' [...]"
Walter Benjamin
Creemos que considerar a las esferas estatales como ambito privilegiado de la accion politica es un
supuesto restrictivo y autolimitante para todas las organizaciones que impulsan proyectos de
transformacion. Es asumir la politica como accion restringida desde el primer paso. El mismo
Marx, ante la experiencia de la Comuna de Paris en 1871 y abjurando transitoria e
inconscientemente de sus tradicionales posturas centralistas y antifederalistas, decia que la clase
obrera no podia plantearse como unico objetivo la toma de la maquinaria estatal en su organizacion
vigente y ponerla en marcha de acuerdo a sus propios fines. Marx afirmaba que la emancipacion
politica por si sola no podia lograr la emancipacion humana. Pero jamas nego la necesidad de la
primera. Para el la revolucion "en general" era un acto politico imprescindible para la realizacion
del socialismo.
Segun Marx el poder politico aparece como medio para hacer efectiva y extensa la organizacion
cooperativa de los trabajadores frente a la resistencia del capital. La politica es entendida de este
modo como el terreno que sostiene (o no) las experiencias autonomas desarrolladas por los
trabajadores. Marx partia del ejemplo suministrado por el movimiento cooperativo al que
consideraba uno de los mas grandes experimentos sociales, pero insistia en que para lograr la
emancipacion de los trabajadores la cooperacion debia alcanzar un desarrollo nacional. En el marco
de esta reflexion introducia un factor clave: "los senores de la tierra y los senores del capital se
valdran siempre de sus privilegios para defender y perpetuar sus monopolios economicos. Muy
lejos de contribuir a la emancipacion del trabajo, continuaran oponiendole todos los obstaculos
posibles".
17 Marx planteo la conquista del poder politico como deber, en este contexto. Distinta es, por lo menos en algunos aspectos, la concepcion de Engels, en quien la cuestion del poder politico
aparece relacionada con una concepcion determinista y marcadamente "etapista". Para el caso de
los paises atrasados Engels tomaba el caso de Espana en la segunda mitad del siglo XIX
consideraba que era necesario eliminar "obstaculos" para agotar las distintas etapas del desarrollo
economico y social. La Republica le parecia una oportunidad para "borrar" las remoras que
afectaban el desarrollo capitalista y por esto favorecia la intervencion politica activa de los
trabajadores.
18 Segun Marx, al sustituir la clase obrera a la vieja sociedad civil no habria poder politico
propiamente dicho. Porque para Marx el poder politico era la expresion oficial de los antagonismos
en el seno de la sociedad civil, por lo tanto, al producirse esta sustitucion y al "desacralizarse" las
relaciones sociales (precondicion para la extincion de los aparatos estatales), no seria necesario
17
Marx, Carlos, "Manifiesto inaugural de la Asociación Internacional de los trabajadores". En: AA.VV., La primera internacional y el triunfo del marxismo leninismo
, Buenos Aires, Editorial Porvenir, 1965, p. 51.
18
Engels, Federico: "Los bakunistas en acción" (Serie de artículos publicados en el periódico Volsktaat
en octubre y noviembre de 1873, con una advertencia preliminar de 1894). En: AA.VV., op. cit
., p. 217. 24 www.lahaine. org
"abolir" el Estado, ya que estaria condenado a transformarse en un objeto obsoleto. El proletariado
seria libre al abolirse a si mismo y a su oponente (la propiedad privada, el capital). Ahora bien, si
existen antagonismos, hay poder politico y si hay poder politico, existen antagonismos.
El necesario punto de partida para fundar lo que se llama una nueva radicalidad es la negacion de la
politica como practica "exclusivamente" estatal y la consideracion de la toma del poder como
"eventualidad". Pero mas alla de las resonancias acratas de estos planteos no expresamos una
cuestion de principios, sino que proponemos una reflexion sobre los cambios en las funciones del
Estado.
Podemos recurrir a un ejemplo historico: Entre los anos 30 y 40, a partir de cambios sociales, el
Estado en Argentina, en el modelo de acumulacion y al interior del propio Estado, se
"autonomizo" y comenzo a ser percibido por los sectores populares como un instrumento politico a
disputar, lo que hizo posible a mediados de la decada del 40 la irrupcion de un proyecto politico de
la burguesia nacional (el peronismo) que integraba a las masas a ese Estado y aceleraba su
politizacion. Podriamos discutir sin ponernos de acuerdo jamas el nivel de "subordinacion" de esas
masas en relacion con ese Estado, pero no la integracion en si misma. Ademas de identificar las
desventajas a largo plazo de toda integracion a un proyecto nacional burgues, no podemos dejar de
reconocer algunos de sus beneficios evidentes para los trabajadores argentinos. Beneficios que, en
esa coyuntura historica excepcional y teniendo en cuenta las contradicciones (de clase) mas
relevantes, convertian los afanes autonomistas del proletariado en distancia imprudente. En lineas
generales, este fue el itinerario clasico del "populismo". Hoy se nos presenta una situacion
totalmente distinta: un Estado con la soberania erosionada y cuyas estructuras estan mas
predispuestas a la exclusion que a la integracion de extensas masas. Las politicas genericamente
denominadas como neoliberales consolidaron relaciones de fuerzas desfavorables a los sectores
populares y la "reforma del Estado" fue uno de los medios utilizados para ese fin. Claro esta que
este proceso no respondio a un "destino natural" sino que implico el compromiso de los grupos
dominantes locales.
La cuestion no pasa por discutir "en abstracto" si el Estado es o no el lugar idoneo para la
instrumentacion de los cambios que consideramos necesarios de cara a los intereses populares. Por
el contrario, nos parece mucho mas fructifero dilucidar si las estructuras de
este Estado resultan adecuadas para producir esos cambios o si no constituyen un limite para ellos. Nos parece que no
tiene sentido discutir si el Estado puede contribuir a la formacion de capital social fomentando el
tejido asociativo y la organizacion popular. Por lo menos en teoria, desde las tribulaciones
planteadas por una posible transicion en la periferia y por el caracter de los medios necesarios para
crear las precondiciones de un regimen justo, no es descabellado pensar en un Estado (claro que no
abundan los ejemplos historicos) que funcione como "agente externo centralizado", que suministre
incentivos selectivos para apuntalar la accion colectiva. Un Estado que institucionalice las
organizaciones que representan los intereses de las clases subalternas y que cree intereses en torno
a los cuales se organice una parte significativa de la sociedad. Un Estado que se "debilite" por su
traspaso de poderes hacia abajo y no un Estado como el actual, debil por trasladar poderes hacia
arriba, hacia las instancias supranacionales. Porque, en contra de aquello que sostiene cierto
anarquismo, tan principista como desentendido del analisis de clase, el Estado no entorpece
cualquier
actividad libre. Solo entorpece algunas, mientras permite y promueve otras. En la Guerra Civil Espanola los liberales y los comunistas atentaron contra las colectividades y las
experiencias de autogestion, lo que llevo a plantear una contraposicion absoluta entre la
autoactividad del pueblo y el Estado. La militante anarquista Federica Montseny sostenia que "en
un extremo, los partidarios de la autoridad y del Estado totalitario, de la economia dirigida por el
Estado y de una organizacion social que militarice a todos los hombres y convierta al Estado en un
gran patron, en una gran celestina; en el otro extremo, la explotacion de las minas, de los campos,
de las fabricas y de los talleres por la propia clase trabajadora organizada en federaciones
sindicales" (Guerin, 1968:165-166) . Pero, esta contradiccion puede no ser tan absoluta, menos en
un contexto periferico y de transicion. Por ejemplo, no es imposible que bancos controlados por el
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Estado esten al servicio de la autogestion. Una de las dificultades que han debido y deben afrontar
las experiencias de control y gestion obrera de la produccion esta relacionada con el manejo de la
circulacion y la distribucion. Aqui el Estado puede jugar un rol clave, por ejemplo, si garantiza la
compra de la produccion. En otros casos, desde el Estado, se pueden generar oportunidades
politicas que favorecen el desarrollo de procesos de autonomizacion (aunque esto diste de ser
politica de Estado). Esto depende siempre de las inhibiciones relativas del Estado, de la capacidad
politica de las clases subalternas y de la relacion de fuerzas en la sociedad.
En fin, se puede proponer un Estado que no deje de plantear un horizonte utopico, tal como lo
planteaba Bertold Brech: si queremos poner en pie un Estado fuerte de caracter transitorio, es decir,
un Estado que se atrofia a medida que su funcion se atrofia, es decir, un Estado que muera de exito,
hay que dar al gobierno la forma dialectica, es decir, instituir un conflicto saludable.
Posiblemente, valga la pena retomar y rediscutir la clasica concepcion marxista sobre el periodo
transitorio que planteaba una forma peculiar de Estado, forma que implicaba la organizacion del
proletariado como Estado, como gobierno democratico de la clase obrera, un Estado que
comenzaria a extinguirse desde su gestacion y que desapareceria cuando la sociedad sin clases
fuera una realidad. Recordemos que Marx sostenia que el primer acto con el cual el Estado se
presentaba como representante de toda la sociedad, tomando la propiedad de los medios de
produccion en nombre de la misma, era el ultimo acto independiente como Estado, asi cesaba la
ingerencia del poder estatal reemplazando el dominio de los hombres por el gobierno de las cosas y
la gestion del proceso de produccion. Es mas, Marx (y tambien Engels) se negaba a llamar Estado
al Estado proletario, recurria a definiciones como: "la forma politica de la emancipacion social" o
"la forma comunal de organizacion politica". De todos modos, reconocia la necesidad de
"funciones estrategicas" inevitables en un proceso de reestructuracion radical de la sociedad. Lenin,
como veremos, hacia 1917-1918 era fiel a Marx en ese aspecto.
En torno a la cuestion del debilitamiento del Estado, Istvan Meszaros sostiene: "si la clase obrera
tiene la mision historica de producir, mediante la 'nueva forma politica' la emancipacion del trabajo,
y con ello la emancipacion de la sociedad en su conjunto de la tirania social de la division del
trabajo heredada, .como podria una tarea de tal magnitud, complicacion y escala temporal a largo
plazo ser llevada a la practica sobre la base de la reduccion de las funciones del Estado a un
minimo absoluto simplificado cuando, al mismo tiempo, es preciso lograr tambien esa 'armoniosa
coordinacion nacional e internacional' de la produccion y la distribucion que obviamente presenta
un problema de suma complejidad de la que hablaba Marx". Y agrega mas adelante: "De seguro, el
definitivo 'debilitamiento gradual' del Estado resulta inconcebible sin una progresiva reduccion y
simplificacion de sus tareas y su transferencia al cuerpo social, 'que se opera y se gobierna a si
mismo'. Sugerir, sin embargo, que este proceso de reduccion y simplificacion al nivel politico
puede ser cumplido gracias a la inmediata sustitucion del Estado en si por una 'forma politica
nueva' libre de problemas, despues de lo cual las unicas dificultades que quedan se refieren a como
emancipar economicamente a la sociedad de la division del trabajo, es tomar atajos ideales hacia el
futuro" (Meszaros, 1999:1065-1066) . Y por ultimo plantea: "[...] los varios sectores del trabajo
fragmentado y dividido internamente necesitan de la proteccion del Estado durante un periodo
prolongado despues de la revolucion, no solo contra las antiguas clases dominantes sino tambien
contra cada otro de los ubicados dentro del marco de la division social precedente ... Asi,
paradojicamente, ponen a existir y mantienen en existencia a lo largo de todo el proceso de la
reestructuracion radical un poder ejecutivo fuerte sobre ellos mismos" (
ibíd., p. 1074). Tal vez la posicion de los zapatistas respecto del ejercito, instrumento destinado a desaparecer, no
apto para la construccion de una nueva sociedad pero necesario durante todo un periodo, podria
perfectamente hacerse extensiva al Estado en su conjunto. En este sentido, consideramos necesario
un debate en torno a los mecanismos para garantizar que ese Estado "en extincion" ceda
efectivamente su lugar en beneficio de las organizaciones y las comunidades autogestionarias y de
base. O sea, en beneficio de los organos de gestion contrahegemonicos y los verdaderos
instrumentos de liberacion.
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En torno a este motivo poseemos una bateria de preguntas que consideramos fundamentales, en
primer lugar, porque suponemos que su dilucidacion nos sacaria del eje apocrifo: sociedad civil
buena- Estado malo y, en segundo lugar, porque el abanico de sus posibles respuestas implica
posicionamientos politicos e ideologicos que diferencian al pragmatismo revolucionario (sepa el
lector dispensarnos por lo de "pragmatismo") tanto de la abstraccion de los seductores discursos
ultrarradicales (caracterizados, en ocasiones, por sugerir a los sectores populares en lucha un
abismo infranqueable entre lo cotidiano y el socialismo) como de los insanos ejercicios de nostalgia
del populismo. Van las preguntas: .se puede pensar en lograr esos cambios "desde adentro"? .Es
este Estado
susceptible de renovarse democraticamente? .Pueden sus estructuras integrar a los hombres y mujeres de los que el capital viene prescindiendo? Si nada de esto es factible desde
iniciativas exclusivas del propio Estado (y esa es nuestra recatada opinion), .no se puede, "desde
afuera" y "desde abajo", abrir el Estado a las presiones democraticas por la redistribucion del
ingreso como medio para acrecentar el poder popular?
19 .No puede concebirse al Estado como una arena de intervencion de la sociedad sobre si misma? Por ejemplo, y como hipotesis optima: las
organizaciones populares reemplazando a las elites profesionales y asumiendo responsabilidades en
el desarrollo de las politicas publicas. .No se puede cambiar el Estado a partir de una relacion de
fuerzas favorables a las clases subalternas en el marco de la sociedad civil?
20 .El poder popular autentico acaso no puede hacer de la dominacion politica un instrumento de liberacion? .Y ese
Estado "cambiado" no podria llegar a jugar un rol importante en un sentido inverso al que jugo
favoreciendo los intereses del gran capital y el proceso de globalizacion neoliberal? En fin, un
Estado que avance en su funcion de legitimacion social (hay evidencia historica al respecto) y
retroceda en su funcion de favorecer el proceso de acumulacion a escala mundial.
21 Un Estado que por "democratico" y "popular" que sea no se conciba como la meta final. La meta debe ser la
sociedad igualitaria. La transformacion de la sociedad "desde abajo", implica llegar en algun
momento a un "arriba" que tambien hay que transformar. Y esto es solo una figura, porque en el
caso del Estado, arriba–abajo, puede resultar una topologia simplista.
Somos conscientes que lo antedicho nos conduce a una paradoja. La experiencia historica ha
demostrado que la hostilidad de las clases dominantes condiciona terriblemente a las fuerzas
revolucionarias que asumen el poder estatal. La creencia en que basta con asignarle otros fines a la
maquinaria estatal (despues de su "toma" y posesion por el "partido obrero") para transformarla en
organo de emancipacion demostro ser una peligrosa ilusion.
Vale recordar y analizar los "dos momentos" de Lenin. En marzo-abril de 1917, Lenin proponia
crear un Estado sin ejercito permanente, sin policia, sin funcionarios y que el pueblo tomara el
poder estatal en sus manos (tener presente
Las Tesis de abril y El Estado y la Revolución). Lineamientos generales que persistieron durante los meses posteriores a la toma del poder en
octubre de 1917. Por ejemplo, a comienzos de 1918, en el Tercer Congreso de los Soviets, Lenin
sostuvo la vigencia del ideario anarquista y la posibilidad de su aplicacion concreta. En el VII
Congreso del Partido, en marzo del mismo ano, impulso la socializacion dirigida por organismos
obreros y la reorganizacion de las fabricas como comunas autonomas (autogobernadas) de
productores y consumidores, amen de otras medidas en la perspectiva de lo escrito en
La tesis de Abril
y en El Estado y la Revolución. Poco despues comenzara a plantear la necesidad de una autoridad centralizada. Dejara de ser faena primordial del pueblo la de tomar el poder en sus
manos, sino que la vanguardia del proletariado debera desarrollar un Estado y manejar el poder con
19
En relación a este tema señala Guillermo O'Donnell: "Las limitaciones de atención y de procesamiento de información determinan que, para que las instituciones del Estado se hagan cargo
de una cuestión, alguien tiene que plantearla "desde afuera", o que "desde adentro" de ellas alguien
tiene que definirla como tal [...]" (
ibíd., p. 1179). 20
Gramsci consideraba prioritaria la transformació n de sociedad civil en un plano multidimensional y entendía a la hegemonía política como un momento que debía ser necesariamente anterior al poder.
21
De hecho, los Estados nacionales en la periferia han abjurado de su función de acumulación "local". Al no tener políticas productivas propias sus funciones se limitan a hacer atractivo el propio
territorio a los capitales internacionales, es decir, son Estados que apoyan la acumulación a escala
mundial.
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firmeza. Lo escrito poco antes de la revolucion de octubre
, la critica al "antianarquismo" de Plejanov y la teoria del debilitamiento gradual del Estado, caeran en saco roto, en el abismo exacto
de la "necesidad historica". Las referencias a la Comuna de Paris seran cada vez mas escasas. Se
inauguro el tiempo que conjugo la hiperpolitica de
¿Qué hacer? con la pulsion tecnocratica de los primeros anos de la decada del veinte.
Es evidente que un Estado sitiado tendera a fortalecerse, lo que contradice el proceso de
debilitamiento. Esto plantea el problema de los tiempos. Una revolucion social es a largo plazo
(pero solo a largo plazo) una revolucion contra el Estado. Pero, esta revolucion contra el Estado
exige una revolucion mundial. La transicion, de todos modos, puede concebirse como la
convivencia de un Estado fuerte hacia fuera y debil hacia adentro.
Meszaros expone claramente esta paradoja: "Puesto que el acto (negritas del original) de la
liberacion no puede ser separado del proceso de la liberacion, y puesto que el Estado politico,
aunque este condicionado, resulta simultaneamente tambien un factor condicionante vital, la
emancipacion socialista de la sociedad del dominio opresor de la esfera politica presupone
necesariamente la transformacion radical de la politica en si. Eso significa que la propugnada
superacion del Estado solo puede ser llevada a cabo mediante la instrumentalidad fuertemente
condicionante del Estado mismo". Y plantea un interrogante fundamental: ".Como convertir al
estado heredado en una formacion genuinamente transicional a partir de la estructura
englobadora y necesariamente autoperpetuadora en la que se ha convertido en el transcurso del
desarrollo capitalista" (Meszaros, 1999: 530).
Puede resultar una grave irresponsabilidad pasar por alto las posibilidades de una mediacion
popular: "
lo popular es al mismo tiempo velo de la realidad profunda de la sociedad (y, por consiguiente, de la del Estado) y punto posible de tránsito hacia su descubrimiento
[...] (negritas nuestras). Por eso tambien lo popular es una mediacion menos digerible para el Estado
capitalista, y para la dominacion en la que esta imbricado, que la ciudadania y la nacion [...]"
(O'Donnell, 1978:1196).
Se nos ocurre, parafraseando el titulo de un trabajo de Holloway, que la pregunta, que remite a un
itinerario politico, seria .como cambiar el Estado cambiando el mundo (o la sociedad)? Asumir la
validez del interrogante dejaria en claro donde vamos a poner nuestros mejores esfuerzos
(reconociendo que la sociedad es el ambito decisivo de la reproduccion y la potencial superacion de
las relaciones de dominacion) sin renegar de la necesidad de una instancia articuladora de los
intereses populares y desarticuladora de los intereses de la clase dominante.
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Capítulo 4
El socialismo en un solo barrio y el radicalismo pasivo
"[…] las condiciones que rigen el gobierno en las organizaciones formadas por masas son
radicalmente distintas de las que rigen el gobierno de las asociaciones basadas en la relación
personal o de vecindad […
]." Max Weber
"Las reformas sociales arrancadas por medio de la lucha constituyen etapas en el camino
hacia la meta final en cuanto confieren al proletariado un aumento de sus fuerzas. Es sólo
bajo ese aspecto que presentan interés para el socialismo."
Antón Pannekoek
Respecto de los "seductores discursos ultrarradicales" a los que haciamos referencia, creemos que
su principal deficit insistimos: reconociendo que en el marco de una serie de propuestas de lo mas
lucidas y originales consiste en considerar el "micropoder", el "poder local", el "antipoder", el
"contrapoder" , o la situacion concreta con potencial revolucionario como un fin, perdiendo de vista
la totalidad, el horizonte de la conexion dialectica, diluyendo el proceso de emancipacion en actos
individuales, conquistas aisladas y placeres solitarios. Esto puede plantearse con toda soltura desde
una inquietud especificamente intelectual que pretenda mantenerse incontaminada de la
materialidad y de la temporalidad del corto y del mediano plazo, pero deja politicamente desarmada
a las organizaciones populares y, en ocasiones, las lleva a escenificarse a si mismas como
productos esteticos.
Uno de los efectos de la globalizacion neoliberal es la desterritorializaci on de la politica. El espacio
tradicional de la politica, el Estado-nacion, se torna intrincado y se asume que esta solo puede tener
alguna chance en espacios mas reducidos. El orden neoliberal exige que los macroespacios sean
administrados por politicas "globales", por ejemplo, las que impulsan el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y la Organizacion Mundial de Comercio, a la vez que favorecen
una "redefinicion comunal".
En este aspecto, cierta izquierda no encuentra los caminos para superar la crisis de la politica como
instancia totalizadora y la concibe como un "puro empirismo".
22 Esto se refleja, ademas, en una insistencia sobre el elemento "practica" del nexo teoria-practica, operacion que Gramsci asociaba a
la fase economico-corporati va. De todos modos, en la Argentina, una buena parte de la izquierda
tiene una larga tradicion en cuanto a pretender la conquista de situaciones minoritarias.
Consideramos que una particularidad para hacerse politica necesita convertirse en
locus de efectos universalizadores, necesita articularse al interior de un sistema de demandas, si no corre el riesgo
de circunscribirse al nivel local, a una vida corta, a situaciones especificas y contingentes, a ser
carne de soluciones administrativas. El mismo sistema acepta (o por lo menos tolera) experiencias
de "gobierno en pequena escala" o cualquier tipo de comunidad que no reconoce otro limite que
ella misma. Lo que constituye un anatema, lo que el sistema no puede digerir es la experiencia que
intenta constituirse en una instancia o "momento" de un cambio mas amplio. El capital, como
totalidad organica, se caracteriza por su poder restaurador, si las experiencias locales, que tienden a
superar las presuposiciones materiales del sistema de capital, no transfieren sus aspiraciones a un
conjunto mas amplio se caen. Las relaciones sociales capitalistas no son precisamente las mas
adecuadas para el desarrollo espontaneo de la horizontalidad y la autonomia.
22
Paradójicamente este "empirismo" convive en el seno de la izquierda con el elitismo del formalismo teórico y las jergas eruditas.
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El bloque de poder impone su propia dinamica, una dinamica micro-racional empresarial. Un
proyecto popular debe contraponer una dinamica macro-racional social que subordine a la primera
y garantice la implementacion de una democracia genuina, sin aspectos formales fetichizados.
Muchas de las propuestas presentadas en los ultimos anos como elixires magicos, eluden todo tipo
de planteo en torno a los horizontes estrategicos y solo ofrecen lineamientos generales para la
constitucion de grupos de presion. De este modo, podemos llegar a obtener miles de victorias de
detalle a las que, empero, les corresponderan derrotas a gran escala. La particularizacion nos parece
la apuesta a una forma de despolitizacion en un momento en el que necesitamos metas colectivas.
La apuesta por la constitucion de microsujetos en una coyuntura en que se requieren proyectos
transmediatos. Ademas, notamos que la particularizacion es la estrategia de algunos grupos
ultrasectarios, "antiapostolicos" y doctrinariamente intransigentes a los que no les importa ganar la
batalla de la opinion publica, y hasta parecen disfrutar horrorizandola con sus acciones y sus
declaraciones, porque en realidad no piensan ni construyen en perspectiva contrahegemonica.
La cuestion de la opinion publica en el marco de la construccion de un nuevo sistema hegemonico,
popular y democratico no nos parece un tema menor en el actual contexto. Por supuesto, no
estamos utilizando este concepto en el sentido liberal tradicional, nos remitimos a aquello que
puede ser compartido por un conjunto amplio y expresado-comunicad o a traves del lenguaje, pero
que esta expuesto tanto a la tergiversacion a traves de la exageracion de aspectos irrelevantes como
al silencio y la mentira. Relacionamos el concepto de opinion publica con la necesidad de evitar el
aislamiento de las experiencias organizativas y las acciones colectivas del campo popular. Los
sectores dominantes han sido historicamente eficaces en su estrategia de aislamiento y
fragmentacion de este campo; y hay que reconocer que muchas veces el propio campo popular les
facilito la tarea. .Si las practicas que el campo popular desarrolla parten de reivindicaciones
legitimas y de valores universalmente aceptados, por que negarnos a favorecer la interpretacion de
nuestras acciones como una oportunidad para que amplios sectores sociales presionen por
demandas propias?
Otra de las limitaciones politicas y hasta epistemologicas de los discursos a los que hacemos
referencia es que, por lo general, terminan en elaboraciones carentes de cierre que reivindican la
incertidumbre. La normatividad se diluye. Los cuestionamientos a la concepcion estatalista y
burocratica de la revolucion han llevado, en algunos casos, a la exaltacion de los procesos
incompletos, sin fines claros. Es decir, partiendo de una critica a las "desviaciones objetivistas" se
cae en algo que, en ultima instancia, es muy similar.
No hay revoluciones impulsadas por una conciencia de clase previa o por reivindicaciones con
significado social estrictamente revolucionario. Un sistema, un orden determinado de cosas, puede
caer y ser reemplazado por otro superador por las presiones de las acciones sociales especificas
(que pueden ser parciales, reivindicativas, "reformistas") a las que un contexto particular puede dar
implicancias revolucionarias. Pero para que esto sea factible, para que exista ese contexto, resulta
imprescindible la unidad de las fuerzas populares, de sus organizaciones y una voluntad de
universalizar las luchas "locales".
Esta "estrategia de la particularizacion" esta en consonancia con la actitud asumida por Perry
Anderson, quien ante la certeza de la "derrota historica" del marxismo por un lado, y la vocacion de
no ser comparsa del neoliberalismo por el otro, encuentra una salida elegante (e inoperante) en
apoyar cualquier reforma local o parcial, pero negando de antemano cualquier proyeccion basada
en la confianza, en una potencialidad con capacidad de alterar el sistema en su conjunto y que
cuestiona su misma naturaleza.
Como afirma Mabel Thwaites Rey: "aun si se intentan construir, de manera consciente, los ideales
anticapitalistas en las practicas cotidianas, existen problemas muy basicos que condicionan desde el
origen la posibilidad misma de materializarlos. Hay muchas experiencias concretas alimentadas por
los ideales libertarios de autonomia, horizontalidad y democracia directa. Es plausible y alentador
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que haya grupos que decidan asumir en sus acciones presentes tales principios e ideales. Pero la
cuestion subsistente sigue siendo su extension, replicabilidad y, por ende, viabilidad, como opcion
politica y no como eleccion individual o colectiva en pequena escala o aislada" (2004:18).
El "socialismo en un solo barrio" termina naufragando al apoyarse en una concepcion atomizada e
ingenua del poder. Concibe su propia construccion mientras se desarrolla en forma aislada y
autocontenida, ignorante de los contextos mas generales (la hegemonia burguesa nacional o el
orden mundial capitalista, por ejemplo) y de las otras construcciones populares. Separa las
experiencias de base, creativas, potencialmente desalienantes, de sus condiciones objetivas,
generalizando una parcialidad y extrapolando lo cotidiano a la totalidad social. Este socialismo de
laboratorio, experimento y vitrina, alimenta la autocomplacencia y cierto narcisismo abonado por
los observadores externos. Nutre un conjunto de idealizaciones.
Al respecto, resulta esclarecedor el contrapunto entre Francisco Ferrara, autor del libro (interesante
y valioso, por cierto)
Más allá del corte de rutas. La lucha por una nueva subjetividad y Mariano Pacheco, militante del MTD Anibal Veron en Frente Popular Dario Santillan, abocado
recientemente a la tarea de escribir la historia de la propia organizacion. Ferrara, analizando la
experiencia desarrollada en un barrio del Gran Buenos Aires por un sector de la corriente autonoma
del movimiento piquetero afirma que: "en el espacio donde transcurre su vida se hallan todos los
aspectos de su interes. Su trabajo esta alli, su familia, sus companeros, su asamblea, sus asambleas,
sus ruedas de mate, sus talleres de reflexion, su comedor colectivo, todo se integra a lo largo del dia
proporcionando ocasiones para multiples entrecruzamientos y despliegues. Podria decirse que este
piquetero no esta meramente alli, sino que se halla habitando su espacio cotidiano" (Ferrara,
2003:119-120) .
Pacheco, en torno a esta realidad, o a otra que puede ser identica, propone una mirada distinta:
"Excluidos de un trabajo, del colegio, de la Universidad, de los espacios geograficos centrales
(donde, por ejemplo, se desarrollan las principales actividades sociales, politicas y culturales), los
piqueteros se ven 'obligados' a desarrollar sus actividades en un determinado medio (periferico)
territorial: el barrio; o mas precisamente, la pequena parcela de barrio en donde el Movimiento ha
desplegado sus centros de reunion, de trabajo... Asi, cada vez mas, el piquetero se repliega social y
territorialmente, encerrandose en una especie de
gheto. Solo va a la metropoli a manifestarse, transitando por ciertos lugares siempre como un negado, un excluido, como alguien que no deberia
estar alli. Cuando viaja en subte, lo hace en una 'formacion especial' (denominacion dada por la
empresa
Metropolitano a los coches que transportan desocupados manifestantes) , evitando de este modo que comparta un espacio comun con el resto de los pasajeros, con los 'ciudadanos' . Cuando
entra a un bar, lo hace unicamente para ir al bano (y siempre en caso de toparse con un comerciante
o un mozo solidario, que no se espante del 'aluvion zoologico'). Cuando pasa por un cine o un
teatro, observa desde afuera. En fin, ni siquiera cobra su plan en un banco como el resto de las
personas que reciben subsidios del Estado. Desde el verano de 2002, los planes Jefas y Jefes de
Hogar se pagan en la canchas de futbol de cada distrito [...]" (Pacheco, 2005).
Esta lectura puede parecer aguafiestas. Al provenir de un protagonista directo, perturba. En
realidad, es profunda y es certera porque atiende a los condicionamientos y no hace de la
necesidad, virtud. Se aleja de las contradicciones, la casuistica y el coyunturalismo tipico de
algunos militantes autonomistas. Sin dejar de destacar la importancia innegable de la construccion
de subjetividades y territorialidades alternativas a las del capital y de formas basadas en la
solidaridad frente a un capitalismo que, como decia Maximo Gorki, induce al individualismo
zoologico, recuerda que por si solas no alteran las condiciones de opresion ni la caricaturizacion de
la ciudadania (reforzando el caracter abstracto de la ciudadania impuesto por el sistema).
Asimismo, el "socialismo en un solo barrio", puede verse como una forma de falsa conciencia. Una
forma que sirve para que las clases subalternas no logren discernir su exacta condicion y para que
acepten pasivamente la dominacion, su exclusion de la vida publica y su incompletud. Se favorece
de esta manera un proceso de autoinhibicion de las capacidades populares que solo pueden
desarrollarse con la actividad publica.
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Otra vertiente que abona la estrategia de la particularizacion se basa en el temor a que una lucha,
una construccion con potencialidad transformadora, sea absorbida, integrada por la logica de
reproduccion del capital. Estos riesgos, efectivamente, existen siempre y hay que asumirlos (y
generar los mecanismos para anularlos o atemperarlos) porque la alternativa suele ser la paralisis y
el aislamiento social y politico. No podemos contrarrestar las dimensiones del capital huyendo de
ellas, ocultandonos, asumiendo la estrategia del anacoreta para evitar los conflictos. No se puede
jugar a las escondidas con el capital.
Resuenan cada vez mas los planteos que conciben un espacio-tiempo separado, de "laboratorio",
para las organizaciones populares, escindido e independizado del resto de la sociedad. Planteos
que se corresponden a unas concepciones estrechas de la autonomia, cercana a las comunas
medievales que Piotr Kropotkin supo idealizar, y de la democracia aldeana directa. Aqui cabe tener
en cuenta las condiciones de la democracia "pura" que planteaba Max Weber: 1) un territorio y un
numero de participantes limitados; 2) escasa diferenciacion social y economica entre los
participantes; 3) niveles homogeneos de informacion, "suficiente instruccion y practica" de los
participantes "en la determinacion objetiva de los medios y fines apropiados"; 4) tareas de gestion y
administracion sencillas y fijas (Weber, 1984, segunda parte, cap. VIII). En estas concepciones,
precisamente, se sostiene una critica ingenua al Estado que propone una especie de retorno a lo que
algunos sociologos y antropologos funcionalistas denominaban "sociedades inferiores" o "sociedad
simples", caracterizadas por sus instituciones multifuncionales (sin la especializacion tipica de las
sociedades "modernas") y por lo rudimentario de su gobierno o por la ausencia lisa y llana del
mismo.
Las utopias –reaccionarias– del retorno a las sociedades simples, y a otras formas perimidas, pasan
por el alto el caracter complejo de nuestras sociedades. La idea de democracia de Juan Jacobo
Rousseau, o el conjunto de inspiraciones habilitadas por la Comuna de Paris de 1871, se basaron en
un modelo comunal de democracia, en la nocion de que las masas, en ambitos acotados, resuelven
el problema del poder (y ellas mismas son practicamente las unicas fuentes del poder). Este tipo
ideal de democracia basada en relaciones de cercania, en la homogeneidad del colectivo y en el
conocimiento mutuo (ideal de gobierno de unidades minimas y homogeneas) hoy tiende a resurgir.
En America Latina la construccion de espacios miticos en mapas simbolicos se baso muchas veces
en experiencias concretas, como Palmares, en Recife (Brasil), simbolo de la libertad de los
oprimidos, espacio de utopias. Estos espacios fueron reconocidos como antecedentes de la guerrilla
latinoamericana de los 60 y los 70, por sus afinidades con la idea de "zona liberada", espacio en el
que las organizaciones revolucionarias construian la nueva sociedad. La diferencia, de todos
modos, radica en el caracter de fuerza propagandistica permanente, generalmente asignado a la
zona liberada, cuyo objetivo principal era avanzar en la liberacion de otras zonas, destacandose el
afan universalizador de estas organizaciones.
En fin, se trata de implementar un nuevo concepto de la politica diferente, directo y practico, de
articular la liberacion politica con la social, regresando la politica al ambito social (una politica de
la "inmanencia"), aunque no subordinandola al mismo. Hay que partir de las experiencias y las
condiciones de vida concretas, vivir en el presente los valores de la sociedad proyectada,
apuntalando las practicas a las que se les insinue el mundo nuevo en las entranas, aunque
trascendiendo las barreras particularistas. Cualquier cambio de magnitud requiere de un sujeto
social fuerte, experimentado, con amplios recursos de movilizacion, con apoyos variopintos,
incluso con mediaciones, aunque se corra el riesgo de las mediaciones marginales. Hay que estar a
la altura de las ilusiones que inspiran las practicas populares y no marchar al futuro con los ojos
vendados.
Muchos de los planteos mas originales difundidos en los ultimos tiempos, profundamente radicales
en sus formulaciones y en los horizontes propuestos, logran que cualquier militante honesto del
campo popular se sienta equivocado, profundizando asi el sentimiento de impotencia y de orfandad
en la que viene desarrollando su busqueda. Estamos de acuerdo en que hay que cambiar las formas
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de cambiar, pero las formas alternativas cuando se formulan con claridad, cosa que sucede poco a
veces son desconcertantes. Por ejemplo, el movimiento estudiantil y los docentes han luchado y
luchan en defensa de la universidad publica, comprometida con el pueblo y sus luchas, etc. Esta
nos parece una lucha irrenunciable. Debemos reconocer que nunca se nos ocurrio cuestionar, en
aras de una supuesta radicalidad, la existencia misma de la Universidad. La "autoformacion
comunitaria" (no estatal) no nos parece una buena alternativa. Los trabajadores desocupados por su
parte, han reivindicado el derecho al trabajo, a la salud y a la educacion, etc. y han presionado
sobre el Estado para obtener planes de empleo. No todos se han planteado el problema de la
alienacion, o de la futura explotacion de la que serian victimas en caso de acceder al trabajo
"genuino", solo algunos sectores han cuestionado los limites de la division estructural y jerarquica
del trabajo y la dependencia del capital; tampoco han elaborado una vision del Estado que los haya
llevado a desecharlo como instancia susceptible de interceder en su favor, o de alterarlo en sus
roles.
El cambio social exige un proceso de transformaciones, extenso, complejo, contradictorio. De
seguro abrigara un sinnumero de formas contingentes que pueden sobrevenir corrupcion o
insurreccion. Trostsky decia que: "Las tareas del nuevo regimen son tan complejas que no se
podran resolver mas que por la competencia entre diferentes metodos de construccion economica y
politica, mas que por largas 'discusiones' , mas que por la lucha sistematica, lucha no solo del
mundo socialista con el capitalista sino tambien lucha de diversas corrientes y tendencias al interior
del socialismo [...]" (Trotsky, 1975:170).
La obra de Meszaros es, en los ultimos tiempos, una referencia obligada para nosotros. Sus textos
nos parecen de una fecundidad poco comun, pero no estamos de acuerdo con el cuando afirma que:
"[...] lo inmediato puede ser propiamente perseguido solo si es concebido como lo
inmediato estratégico
(italicas del original), definido por su inseparabilidad de lo estratégico a largo plazo (italicas del original) y orientado por la primacia total de esto ultimo. En otras palabras, esos
progresos parciales pueden ser adoptados solamente como objetivos inmediatos viables que no
pueden ser revertidos, y por lo tanto son capaces de adquirir un caracter verdaderamente
acumulativo. Aquellos que podrian objetar que eso es 'maximalismo' deberian abrir los ojos ante el
hecho de que el peor tipo de maximalismo es en realidad la vana persecucion de las 'demandas
minimas' irrealizables –solamente compatibles temporal y tacticamente dados los limites
estructurales del capital".
23 No nos parece muy productiva la polaridad entre lo estrategico (inmediato y a largo plazo) y la
"demanda minima", invariablemente asimilable por el capital. Si bien las practicas que son
inmediatamente estrategicas (y por lo tanto son estrategicas a largo plazo) son cualitativamente
diferentes por sus perspectivas, la "demanda minima", aunque compatible circunstancialmente con
la logica del capital, puede contribuir a un proceso de autoconciencia y, a partir del desarrollo de
una experiencia concreta (nocion fundamental) , a romper con esa logica. En relacion a esta
cuestion decia Pannekoek: "A primera vista puede parecer que se trata simplemente de poner fin a
las aberraciones, de hacer soportable el capitalismo y a la vez perpetuarlo cosa de la que los
reformistas burgueses estan convencidos pero no obstante, la lucha no tarda en demostrar que esas
'aberraciones' forman la esencia del capitalismo y que para combatirlas hay que luchar contra el
sistema en su conjunto" (Bricianer, 1975:70).
Igualmente, nos parece falso el dilema entre la democracia consejista y la democracia
parlamentaria que hoy tiende a reeditarse bajo diversas formas. Lo cierto es que ni una ni la otra,
desde el punto de vista institucional, solucionan los problemas de la relacion entre el Estado y la
sociedad. Asimismo, es falsa la contradiccion entre el gradualismo y el "gran salto". El socialismo
es impensable fuera del marco de una dialectica que involucra continuidades y rupturas, que
combina los cambios graduales con los saltos, con infinidad de quiebres y no con uno solo y
espectacular. De hecho, de haber un solo quiebre posible, habria una sola tarea. En este sentido
23
Ver: Mészáros, Istvan, "Prólogo". En: Rauber, Isabel, Movimientos sociales y representació n política, Buenos Aires, CTA, 2003, p. 9.
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cabe reivindicar toda lucha por extender los espacios publicos, todo proceso que impulse la
desmercantilizacion , la participacion y el control desde abajo. El socialismo, como
consecuencia última
de la lucha de clases nos exige distinguir entre el objetivo final y los objetivos inmediatos. Puede que el objetivo inmediato principal consista en incrementar el poder social de las clases
subalternas (poder popular). Ahora bien, el objetivo final difiere del simple agregado de reformas
(y aqui cabe releer la cita de Pannekoek que introduce este capitulo). En esta linea cabe pensar en
la necesaria complementariedad de las funciones de las organizaciones del campo popular: el
fortalecimiento de la situacion de los sectores populares en el seno de la sociedad burguesa y del
sistema capitalista, la creacion de poder propio y las formas posibles para abolir el capitalismo.
La posicion que se deriva de esta contraposicion lleva a plantear la posibilidad de que se alcancen
posiciones que no se pueden revertir y que se acumulan. Esto nos parece un grave error. Podemos y
debemos aspirar a garantizar el mayor grado de solidez de las organizaciones populares, pero no
podemos pensar en esos terminos. Esta posicion lleva a la negacion de toda practica definida de
antemano como alejada de objetivos inmediatos estrategicos (irreversibles y acumulativos) :
idealiza al instituir la nocion de irreversibilidad y plantea una posibilidad acumulativa en terminos
antihistoricos; favorece el sectarismo; deja de lado los tiempos de las distintas experiencias,
etcetera.
Si bien no todas las practicas populares se encaminan estrategicamente desde el vamos hacia una
ruptura con la logica del capital, su propio desarrollo y algunas intervenciones pueden conducirlas
hacia ese horizonte. El rol del sindicalismo durante muchos anos fue el eje central de este debate.
Ante la evidencia de que los sindicatos no eran las herramientas mas adecuadas para abolir el
capitalismo, por compartir con este un mismo plano, algunos militantes minimizaron el papel de los
sindicatos. En la actualidad, deberiamos tener en cuenta otros espacios centrados en logicas
reivindicativas, ademas de los sindicatos, a los que tambien se les niega capacidad de
transformacion revolucionaria y cuyas contribuciones al desarrollo de la solidaridad, la
organizacion y la conciencia de las clases subalternas no se reconoce. Curiosamente, muchos de los
que nos plantean una praxis siempre al limite terminan considerando el tradicional gesto infantil de
negarse a tomar la sopa como un acto de rebelion ("instituyente" ).
.Somos complices en la reproduccion del poder? .Con que fundamentos medianamente sensatos se
nos puede acusar de compartir paradigmas hegemonicos y de aceptar los "limites impuestos"? A
veces, nos parece que algunos juegan el rol del visionario y del reformador social adelantado a su
tiempo y nos miran desde las alturas con cierta pena por nuestra vulgar materialidad. Nosotros
seguimos pensando que la realidad se cambia desde "dentro de ella misma" en un proceso de
acumulacion
24 largo y no desde un lugar ideal, que el cambio deviene del interior mismo de las relaciones fetichizadas. La revolucion nunca es una condicion ideal, sino imperfecta y
contradictoria. Como la felicidad, se construye siempre con materiales deficientes. Por otra parte,
como afirmaba Raymond Williams inspirandose en Gramsci, la creacion de una hegemonia
alternativa requiere de la conexion practica de diversas formas de lucha, "incluso de las formas que
no resultan facilmente reconocibles y que no son fundamentalmente 'politicas' o 'economicas'
[...]" (Williams, 1980:132).
En entrevistas y notas realizadas a algunos militantes de la corriente autonoma del movimiento
piquetero se puede percibir el rostro de la perversion: desde un ensayo significativo, pero que no
deja de ser la encarnacion del desamparo, desde los horizontes exagerados de una parcialidad
modesta (por ejemplo, una panaderia autogestionada) se lapidan en forma despiadada e insolente
todas las experiencias revolucionarias, la Revolucion Francesa, Rusa, China, Cubana, etc. El
autonomismo extremo, en pos de la preservacion de una supuesta pureza, se desentiende de las
24
Cuando hablamos de acumulación, no lo hacemos en términos cuantitativos (sumar militantes o
recursos), sino que nos referimos a la acumulación de saberes, de las mejores tradiciones, de
experiencias de lucha. Esta acumulación implica socializar ese bagaje, garantizar las continuidades de
una tradición que el poder siempre corta, abisma, niega.
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luchas libradas por organizaciones de la izquierda tradicional o de otros espacios del campo
popular, cuando no las repudia directamente
25; suele ser mas intransigente con otras experiencias del campo popular que con el verdadero enemigo (que se le desdibuja).
Ademas, nos sigue preocupando el problema de la comunicabilidad, la extension y la permanencia
de las luchas y, si bien reconocemos como positiva la nueva "intensidad" alcanzada por estas,
creemos que la primera trilogia sigue siendo clave.
Por otro lado, consideramos inviable para el campo popular una propuesta basada en la "subversion
permanente". Entre el cuestionamiento a la legitimidad de los limites y la sumision a los mismos
existen regiones que ofrecen posibilidades criticas como la reversion o la perversion, que por
supuesto abren el camino de la subversion. Podemos reconocer infinidad de practicas que sin
"llegar al limite" cuestionan al capitalismo y permiten que los sujetos se liberen del fetichismo y la
cosificacion. Podemos tomar un ejemplo historico. A pesar de lo que muchos marxistas sostienen,
las concesiones hechas al trabajo y arrancadas al capital en el contexto del Estado Benefactor, si
bien no alteraron sustancialmente las relaciones de fuerza, tampoco favorecieron automaticamente
las tendencias reformistas. Las instituciones benefactoras, por un lado, pueden concebirse como
parte de un dispositivo de cooptacion que produce efectos fetichizadores, pero, por el otro, como
resultado de una larga lucha de las clases subalternas a nivel mundial (que incluye la experiencia de
los Estados socialistas) . Si bien ese tipo de "conquista" puede terminar legitimando al capital, la
experiencia historica demuestra que tambien puede ser un escalon para nuevas demandas y para la
ampliacion del campo de exigencia.
Los que si tuvieron en claro los alcances de estas concesiones fueron los ideologos del sistema
capitalista que, a comienzos de los 70, comenzaron a plantear el problema de la gobernabilidad
como resultado del incremento de las demandas economicas y la ampliacion de la democracia por
parte de las clases subalternas.
Resulta necesario diferenciar y jerarquizar las distintas acciones del campo popular y tener en
cuenta que aquellas que le preocupan al sistema son las "contrarreivindicaci ones organizadas de la
legitimidad". Es decir, cuando una organizacion no gubernamental reivindica su derecho a
gobernar o cuando desorganiza la legitimidad vigente, que es diferente a la perdida de legitimidad.
Estamos convencidos que estas contrarreivindicaci ones aportan mas a un proceso de liberacion
social que, por ejemplo, las "mutaciones corporales" o los "exodos antropologicos".
Imitando al subcomandante Marcos, muchos companeros y companeras se autodefinen como
"rebeldes" y le rehuyen a la categoria de "revolucionario". La rebeldia es reconocida como
horizonte y la revolucion incluso ha llegado a ser desestimada o concebida como momento
subordinado de la revuelta. La rebelion "etica" contra el capitalismo adquiere prioridad y se
concibe siempre contrapuesta a toda intencion estrategica. Tambien la pobreza fue asumida como
horizonte por Marcos. Al momento de conformarse las Juntas del Buen Gobierno dijo que los
zapatistas habian optado por ser pobres. Pero, resulta que el sufrimiento no "acumula" y tampoco
integra. Esta concepcion lirica de la pobreza puede hallarse en un sector del activismo del
movimiento piquetero, proveniente de los sectores medios, que tiende a considerar que la
preocupacion por la belleza implica una caida en la frivolidad. No es igual el caso del MST de
Brasil, que propone superar la pobreza y su inherente fealdad e impulsa acciones de
"embellecimiento" . Fieles a Dostoievsky, creen que "la belleza salvara al mundo".
"La oposicion a la opresion es consustancial a la existencia de sistemas jerarquicos" (Arrigui,
Hopkins y Wallerstein, 1999:29), pero esta oposicion, si bien es clave, no es suficiente para alterar
estos sistemas. .Cuales son los limites de la rebeldia?: el corto plazo, sus efectos instantaneos, la
discontinuidad. "En realidad, ello ha constituido una gran fuente de poder para los estratos
dominantes del mundo a lo largo de la historia: la no continuidad de la rebelion" (
ibíd.:29). 25
Esta visión de la realidad, un tanto distorsionada, llevó a catalogar a la CTA de "traidora" a la clase obrera.
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Una verdadera revolucion esta obligada a reinventarse constantemente. Pero la rebeldia no se
reinventa. La rebeldia es la afirmacion del yo, de la propia voluntad, una respuesta al poder, a la
explotacion, a la desigualdad, no es una "construccion" . O sea: la rebelion es inherente a las
sociedades opresivas pero no es suficiente para cambiarlas. Si bien es un punto de partida
imprescindible, no puede considerarse como "experimentacion renovada" o como forma de
articular y canalizar las luchas. Bernd Oelgart sostenia que "un sentimiento de rebelion no es un
arma suficiente para hacer la revolucion (cosa ya sabida desde Lenin) ni tampoco una garantia
suficiente contra el peligro de la recuperacion ideologica (cosas que hemos aprendido
recientemente) [...]" (Olegart, 1971:195).
Los hombres y mujeres han desarrollado infinidad de formas de resistencia al poder, de lucha por la
dignidad, y han elucubrado los mundos deseados a lo largo de la historia. Han proyectado "mitos"
y sistemas verdaderos, justos y agradables hacia el futuro: el reino de Dios sobre la tierra, Cucana,
Pomona, Venusverg, El Paraiso de los Pobres, las Montanas de Azucar, Icaria, etc... Pero el
sufrimiento que se rebela (que sin duda es lo mas sublime de la tierra), la resistencia, la lucha por la
dignidad, por la verdad y la belleza, aunque hayan sido la condicion de posibilidad del cambio, por
si mismas no han servido para cambiar al mundo. Hace falta un "plus" y ese plus es lo que debemos
discutir. El hecho de que este "plus" se haya expresado historicamente en itinerarios fallidos,
experiencias reprobables y hasta perversas, no debe llevarnos a negar su necesidad.
Reconocemos la importancia de los "libretos ocultos" y de las "protopoliticas" pero notamos una
tendencia a exagerar sus capacidades. Las protopoliticas son momentos, solo momentos, en el
proceso de formacion de los movimientos colectivos y las ideologias liberadoras. Un movimiento
popular puede fenecer a poco de dar sus primeros pasos si no logra conformar una o varias
organizaciones, una ideologia liberadora y obtener algun grado de visibilidad publica. Queremos
que las nuevas organizaciones populares escapen al destino de los luddistas que algunos
intelectuales ya les asignaron y al que otros las condenan con su influencia perniciosa.
La teoria de la "rebeldia permanente", al igual que algunas expresiones de la tradicion jacobinoleninista,
deja de lado las problematicas referidas al comportamiento "no rebelde" del sujeto de la
rebelion. Con impulsos romanticos, funda la politica en el deber ser, exclusivamente. Lo que
conduce a la negacion de cualquier transaccion con la realidad (en ultima instancia, lleva a negar la
realidad).
El subcomandante Marcos ha sostenido que la revolucion siempre viene de arriba, pero Marcos,
que tanto alumbro y alumbra, en este punto en particular se confunde y confundio a muchos
companeros, lo que viene desde arriba es una revolucion pasiva, una revolucion autentica viene
desde abajo.
Por ultimo, cabe recordar que la gran empresa asumida por los surrealistas, segun Walter
Benjamin
26, fue ganar para la revolucion a las fuerzas de la ebriedad. Seguramente nunca se les hubiera ocurrido, en su genial locura, ganar para la ebriedad a las fuerzas de la revolucion, que es
precisamente lo que algunos estan proponiendo.
26
Benjamín, Walter, Imaginación y Sociedad. Iluminaciones I, Buenos Aires, Taurus, 1999, p. 58. 36 www.lahaine. org
Capítulo 5
La alternativa estatal-nacional
"La liberación nacional y la revolución social
[...] son, en una medida cada vez mayor, el resultado de una elaboración local y nacional, influida en mayor o en menor medida por
factores externos
[...] pero determinada esencialmente y constituida por la realidad histórica de cada pueblo y lleva al triunfo a través de la superación o de la correcta solución de las
contradicciones internas entre las diversas categorías que caracterizan a la realidad."
Amílcar Cabral
"Y lo nacional ¿qué es? Antepuesto a clasista ¿qué es? Es el lenguaje de Rucci, de Taccone,
de los fascios, de los yanquis [...]."
Agustín Tosco
Asi como se ha destacado el papel de los Estados nacionales en la globalizacion neoliberal
insistimos en la posibilidad de un papel de los mismos en sentido contrario (del neoliberalismo) .
Muchos creen que la lucha contra un enemigo global solo puede ser global. Segun Michael Hardt:
"la alternativa al imperio del capital global y sus instituciones solo se encontrara en un nivel
igualmente global, a traves de un movimiento democratico global".
27 Nosotros pensamos que lo nacional juega un papel fundamental en la lucha contra las tendencias de la globalizacion neoliberal
y que la clave antiimperialista posee renovados alcances. Porque existe un ordenamiento
jerarquico, y por ende, desigual a nivel internacional en el que se inscriben los Estados nacionales.
Porque detras de cada corporacion transnacional hay un emplazamiento nacional con estrechos
vinculos estatales. Porque el capitalismo y la matriz temporo-espacial que le es inherente se
caracterizan por una tension entre la universalizacion- homogeneizacion y la particularizacionfr agmentacion.
De hecho, la nacion puede verse como "saldo" de esta tension. Segun Leopoldo
Marmora: "Esta contradiccion entre el caracter universal de la temporalidad capitalista, por un lado,
y la necesaria existencia del capital en forma de muchos capitales individuales, en relacion de
reciproca competencia y por lo tanto refractarios y hostiles entre si, por el otro lado, condiciona la
necesidad del estado nacional-burgues" (Marmora, 1986:107).
Por su parte Istvan Meszaros afirma que: "los antagonismos estructurales entre el capital
transnacional en expansion y los estados nacionales son inseparables de las profunda contradiccion
entre (1) el monopolio y la competencia, (2) la creciente socializacion de la produccion y la
apropiacion discriminatoria de sus productos y (3) la creciente division internacional del trabajo y
la tendencia de las potencias nacionales mas fuertes a la dominacion hegemonica del sistema global
[...]" (Meszaros, 1999:185).
Creemos, ademas, que lo local podria tener perfectamente, y hasta diriamos que en cierta instancia
necesariamente, la dimension del Estado-nacion. Claro que esta afirmacion no debe confundirse
con la negacion de una totalidad mas amplia y condicionante. Es indiscutible el caracter incompleto
(y hasta inviable) del socialismo en marcos nacionales. Pero, ante la imposibilidad de procesos
simultaneos, lo nacional es punto de partida necesario.
Por otra parte, nos parece incorrecto considerar como contradictorias las formas nacionales (o de
"soberania") y no nacionales (o de globalizacion alternativa) para responder a las fuerzas
dominantes de la globalizacion. Sobre todo, porque los cuestionamientos al orden jerarquico y
asimetrico de la globalizacion, realizado por los que asumen la defensa de las formas nacionales, no
se oponen a los planteos de globalizacion "democratica e igualitaria" o "humanista y solidaria". La
forma nacional reconoce que uno de los rasgos salientes de la globalizacion neoliberal ha sido la
acentuacion de las diferencias entre los paises ricos y pobres y la acentuacion de las diferencias en
27
Hardt, Michael: "Soberanía nacional y militancias en red". En: Diario Clarín, Buenos Aires, sábado 22 de marzo de 2002, Suplemento Cultura y Nación, p. 3.
37 www.lahaine. org
el marco de los propios paises perifericos, a partir de este diagnostico ha fundamentado estrategias
que le asignan un rol preponderante al Estado-nacional.
Creemos que no tiene demasiado sentido oponer, aunque si se pueden comparar, las distintas
formas de lucha contra la forma de globalizacion impulsada por el capital financiero y los
organismos transnacionales.
Lo cierto es que parece improbable que el capital global (y las fuerzas populares) pueda prescindir
del Estado-nacional. Las empresas capitalistas se vinculan con el sistema mundial a traves de la
mediacion del Estado-nacion. El Estado le asegura al capital global la transferencia del excedente,
determina quien gana y quien pierde y modifica los marcos institucionales. La dominacion sigue
organizandose sobre la base de los Estados nacionales y por eso siguen siendo un espacio de
disputa de proyectos, de significados. En este contexto, cabe reactualizar el debate sobre la
capacidad emancipadora de significantes como "nacion" y "patria" (es decir, sobre la "cuestion
nacional") y no propiciar su negacion abstracta. Vale tener presente que en nuestro pais, a partir de
la decada del treinta, el nacionalismo se constituyo en un elemento de disputa ideologica.
28 Nosotros consideramos que la nacion puede ser (en realidad puede volver a ser) un espacio
proyectado de emancipacion, el
locus de una dialectica de la emancipacion.29 Y aunque la Nacion sea cada vez mas chica para la inconmensurable dialectica emancipatoria, .no es un punto de
partida o una instancia insoslayable por la pervivencia de ciertos elementos homogeneos, por
historia, porque en los sectores populares, a diferencia de lo que sucede en los sectores dominantes,
no se puede disociar el interes personal del destino nacional, etc.? .No es perfectamente licito
considerar a los escenarios nacionales como un asiento localizado de la lucha a partir de la
valorizacion de la experiencia concreta del pueblo? Ademas .no se reeditan las formas del viejo
internacionalismo abstracto bajo un nuevo antiglobalismo abstracto? Hoy, desde algunos sectores
de la izquierda, se plantea que la "globalizacion" (o la "mundializacion" ) esfuma la cuestion
nacional, lo que encamina al reestablecimiento de una relacion simplista y unilateral entre
burguesia y Nacion. La misma relacion causal e instrumental de la que partieron Marx y Engels y
que sirvio de fundamento a la teoria marxista de la Nacion y que remitia, en ultima instancia, a la
dinamica determinista entre infraestructura y superestructura.
30 28
En el poema Jactancia de quietud, Borges define la patria como "un latido de guitarra, unos retratos y una vieja espada". No es necesario explicar por qué las imágenes de este tenor han sido y son
plenamente funcionales a los intereses de las clases dominantes.
29
Incluso Negri y Hardt reconocen que la función del concepto de nación se invierte cuando es desplegada entre grupos dominados en lugar de entre grupos dominantes. Ver: Negri, Toni, y Hardt,
Michael,
op. cit. p. 133. 30
Según Leopoldo Mármora, la teoría marxista de la Nación (y cabe agregar que en el marxismo la
nación ocupó por lo general un lugar subordinado) centró su interés en la desaparición de las naciones,
clausurando el espacio teórico para pensar la Nación. Nunca superó el momento negativo. A partir de la
relación burguesía-nació n se instaló el horizonte de la superación de las naciones por la eliminación de
la sociedad capitalista. Por otra parte, Marx consideraba que el desenvolvimiento del capitalismo
simplificaba y universalizaba la lucha de clases mientras hacía a las naciones cada vez más
interdependientes. El internacionalismo se redujo así a la lucha de clases. Aunque, debemos destacar
las aproximaciones de Marx a la noción de desarrollo desigual que proponían un emplazamiento distinto
para pensar la nación. Este primer paradigma marxista de la cuestión nacional basado en el
internacionalismo proletario, a partir de Lenin, fue reemplazado por el nacionalismo antiimperialista.
Lenin reivindicó el derecho de las naciones oprimidas a la separación estatal, idea que logró articularse
con el movimiento de descolonizació n, sobre todo después de la segunda guerra mundial. Propuso, de
este modo, un campo que asociaba las luchas de los trabajadores de los países centrales con las
luchas anticoloniales. La propuesta leninista era la de construir el socialismo mundial, paso a paso.
Pero, desde este punto de vista, América Latina no tenía objetivos nacionales por los que luchar. Ver:
Mármora, Leopoldo
, op. cit. 38 www.lahaine. org
El problema nacional no puede ser soslayado porque esta en relacion directa con la cuestion de la
transicion entre las condiciones del presente y el orden del futuro y con el debate sobre las
mediaciones materiales y los instrumentos funcionales aptos para la tarea emancipatoria. La
transicion no puede ser planteada en terminos ideales y abstractos, por el contrario, sus formas
asumen escalas temporales y un caracter nacional especifico. Lo nacional nos plantea entonces la
necesidad de encontrar las mediaciones materiales e institucionales mas apropiadas para nuestro
pequeno rincon del mundo. Se trata de articular la idea de nacion con un nuevo sistema
hegemonico, de pensar en terminos de hegemonia nacional, de construccion de una nacion popular
democratica, lo que implica pensar los efectos de la nacion sobre la burguesia, de la superestructura
sobre la infraestructura. La nacion es un producto activo. Aunque las claves para comprender la
lucha de clases no se encuentran exclusivamente en el Estado–nacion (por eso una tarea de primer
orden consiste en articular las luchas locales con las globales), existe una estrecha relacion entre
lucha de clases y nacion, relacion entre sus logicas, porque clase y nacion son variables
interdependientes. Hay una relacion organica, porque infraesturctura y superestructura constituyen
una unidad (un bloque historico). No hay nacion sin sistema de hegemonia. Mal que pese, las
clases existen en la Nacion y no en el vacio.
Reconocemos la existencia de fuertes constricciones en el sistema interestatal, y los fuertes
condicionamientos a los que esta sometida cualquier estructura estatal especifica, aun la mas
revolucionaria. Ahora bien, reivindicar otras estructuras no estatales o una supuesta red transestatal
revolucionaria no constituye una alternativa, por lo menos no en el corto plazo. .Cuales son los
instrumentos para resistir las presiones externas? Si tenemos dificultades para articular luchas en un
barrio, el mundo como horizonte de nuestros afanes articulatorios nos parece aun muy lejano. Si los
Estados no pueden moderar los procesos de la economia mundial y la voracidad del capital, menos
puede hacerlo una pequena comunidad. Si sostenemos que es imposible el "desarrollo nacional"
.por que suponer que la economia informal en escala barrial puede ser una alternativa?
Por otra parte, notamos que hasta ahora las mas solidas y extendidas alternativas al sistema
interestatal y al significado tradicional de los estados no son precisamente un avance: organismos
financieros transnacionales, actividades "procaces", fundamentalismos, etc... Las alternativas no
nacionales se caracterizan por su debilidad. La alternativa global aparece difusa, incipiente desde lo
social e inviable desde lo politico. En este sentido, debemos tener muy presente que la crisis
historica (que suponemos terminal) de las formas tradicionales que asumieron los movimientos de
liberacion nacional, los populismos y los socialismos "reales" ha generado un vacio que ocuparon
fuerzas reaccionarias.
Todo parece indicar que al interior y frente al sistema interestatal los organismos locales tienen
menos posibilidades que las estructuras estatales especificas. .Desde que lugar distinto al Estado
podemos alterar el orden asimetrico del sistema interestatal? Por momentos, parece que nuestra
incertidumbre nos lleva a confiar excesivamente en las perspectivas de una lucha contra un poder
transterritorial desde los organismos locales.
Criticamos la forma alienada del Estado politico moderno pero eso no quita que consideremos
necesario el ejercicio de "las funciones mediadoras primarias de la administracion y la
promulgacion societal de las reglas" (Meszaros, 1999:160), ejercicio que debe ser colectivo y
democratico. En todo caso, se trata de remodelar las funciones mediadoras primarias para que sean
propicias a la autorrealizacion humana.
En el mediano plazo no vemos alternativas historicas a la estatalidad. Las organizaciones populares
autonomas pueden presentarse, en terminos de Arrigui, Hopkins y Wallerstein, como "alternativas
intermedias que no parecen plantear alternativas a largo plazo a la estatalidad", es decir: ambitos a
desarrollarse en el marco de las jurisdicciones formales de los estados "y convertirse en terrenos
moviles para los movimientos antisistemicos [...]" (
ibíd.:112). 39 www.lahaine. org
.Estamos en un mundo en el que solo queda la confrontacion abierta entre las fuerzas del capital y
las fuerzas anticapitalistas a escala global? .Que posibilidades tienen las fuerzas anticapitalistas,
fragmentadas, desarticuladas, frente al capital cada vez mas centralizado, homogeneo e implacable?
.No existe un espacio que nos brinda la posibilidad de oponer proyectos estatales alternativos, de
disputar el sentido de la identidad de la nacion y de su proyecto historico? Ademas, .no se
mantienen los mecanismos imperialistas de exportacion a la periferia (desde los Estados centrales)
de la lucha de clases y la guerra civil "a fin de preservar el orden y la soberania en casa"?.
31 Creemos que es posible y necesario restituir un espacio de negociacion estrategica entre el Estadonacion
y la dinamica excluyente de la globalizacion.
.Hasta que punto las posiciones del antipoder y de cierto antiestatalismo estan irremediablemente
tenidas por la derrota, por la falta de osadia para pensar mas alla de los "teoremas de la
resistencia"? Algunas versiones del antiestatalismo, muchas veces, parten del reconocimiento de la
imposibilidad de alterar la asimetria del sistema interestatal. Sin perspectivas y proyectos globales
superadores del capitalismo, sin una totalizacion real y activa que pretenda cambiar el mundo, las
propuestas, por mas radicales y novedosas que parezcan, nos condenaran a la convivencia
promiscua con el sistema dominante. Eso es lo que nos falta: una perspectiva de transformacion
social amplia.
Aun no estamos en un mundo en el cual la unica confrontacion posible sea la abierta y global entre
las fuerzas del capital y las fuerzas anticapitalistas. Hay otros espacios intermedios para la
oposicion de proyectos alternativos. El espacio nacional-estatal, reformulado por una nueva
hegemonia, articulado con un nuevo sistema hegemonico, sigue siendo la unica vinculacion
defensiva concreta para los sectores populares frente al caracter opresivo (o inaccesible) de los
espacios transnacionales.
En la periferia la escision entre capitalismo y soberania tiene larga data. Claro que la brecha se ha
incrementado considerablemente en las ultimas decadas. Por lo tanto, la lucha por la soberania es
cada vez mas un componente anticapitalista. Asi como el concepto de soberania, reformulado por
Juan Jacobo Rousseau, cobro fuerza en los siglos XVIII y XIX frente a una legitimidad jerarquica y
divina, hoy, frente a una legitimidad de signo similar y poderes inconmensurablement e mayores, es
susceptible de resignificarse. En un contexto en el cual el poder imperialista avanza sobre el
control de los recursos naturales, la defensa de la soberania es un eje potencialmente unificador del
campo popular a la vez que delimitador (de los intereses de los grupos dominantes locales), no solo
en el marco nacional, sino tambien latinoamericano.
Soberanía sí, ALCA no, es la consigna del MST del Brasil.
Tierra y trabajo, ALCA al carajo, fue la consigna del MTD Anibal Veron y el MOCASE, en el "escrache" a la empresa multinacional Monsanto.
La defensa de la soberania nacional es un componente de la lucha por la emancipacion del capital
en el marco del sistema mundial de relaciones interestatales asimetrico. En Cuba, por ejemplo, la
conservacion de la soberania nacional es el pilar que sostiene las conquistas sociales y lo que
contiene la institucion del capitalismo. Sin revolucion politica "nacional", una revolucion social (o
la generalizacion mundial del movimiento del poder–hacer) es imposible. De hecho, las
limitaciones mas severas parecen afectar a los procesos de creacion de condiciones politicas
(transicionales) en la periferia.
32 Istvan Meszaros ha planteado que: "dado el sistema de combinacion y subordinacion existente
intensificado por la presion del capital transnacional para hacer valer sus intereses por sobre todas
las aspiraciones a la autonomia nacional y a la autodeterminacion, la lucha de los oprimidos por su
31
Negri y Hardt consideran que éste fue un mecanismo característico de la era del imperialismo pero que no se mantiene en la era del "imperio". Ver: Negri, Toni y Hardt, Michael,
op. cit., p. 237. 32
George Caffentzis sostiene que: "[...] la globalización no sólo afecta la capacidad de los Estados–nación de ser controlados por sus propios integrantes, sino también que afecta a la imposición de nuevas
agendas políticas que podrían llegar a iniciar una revolución social. Incluso se podría decir que esta es, en
primer lugar, la función oculta de la globalización: hacer políticamente imposibles o socialmente
infructuosas las revoluciones nacionales". En: Bonefeld, Werner y Tischler, Sergio (comp.),
op. cit., p. 227. 40 www.lahaine. org
largamente negada soberania es un paso inevitable en el proceso de transicion hacia un orden
metabolico social cualitativamente diferente [...]" (Meszaros, 1999:192).
Por ello, el nacionalismo y la lucha por la liberacion nacional (entendida como construccion de la
hegemonia de los sectores populares y de la "nacion oprimida"), siguen siendo un imperativo para
los pueblos de la periferia. Mas aun, cuando el "nacionalismo" de la clase dominante conduce a la
destruccion de la nacion. La formacion de una conciencia nacional resulta imprescindible como
instrumento de las transformaciones profundas, como expresion de una voluntad comun de
realizacion que descansa en valores muy puntuales: la autonomia, la igualdad sustantiva y la
inclusion de las mayorias en las deliberaciones sobre el destino nacional.
Estamos convencidos de que tanto la formacion social argentina actual, fruto de casi treinta anos de
neoliberalismo en diversa intensidad, como el desarrollo de la conciencia social colocara en primer
plano la cuestion de la conciencia nacional. Mas temprano que tarde los sectores populares
percibiran, cada vez con mayor claridad, que sus intereses se relacionan estrechamente al destino
del Estado-nacion. La nacion se convertira en uno de los principales espacios simbolicos que se
disputaran las fuerzas sociales antagonicas. La nacion suele ser una abstraccion que opera como
recurso ideologico para ocultar la experiencia concreta, para dividir y despolitizar, pero tambien
puede ser el principio inspirador para otra cosa.
Es probable que se consoliden movimientos y organizaciones que, entre otras cosas, logren
refundar la idea de una comunidad nacional, sin concebir la comunidad independientemente de la
desigualdad y la explotacion. Es posible la construccion de un sincretismo entre nacion y
comunidad, es decir, lo nacional como una dimension que anida exclusivamente en la clase que
vive de su trabajo. De este modo, la "unidad nacional" sera fruto de la voluntad y el sueno de
justicia e igualdad de los de abajo y no de la prepotencia de las clases dominantes. La nacion sera
hija de la verdad y no de la mentira historica y de la mitologia construida por la derecha. Ya en
tiempos de la Revolucion de Mayo, la "causa de la Patria", exhibia un componente igualitario y
articulaba demandas y expectativas de los sectores populares.
Como dicen los zapatistas: "En Mexico la recuperacion y la defensa de la soberania nacional es
parte de la revolucion antineoliberal". Concepto que puede hacerse extensivo para toda America
Latina y toda la periferia.
Resulta indispensable tener presente que las formas de mediacion basadas en las estrategias de
totalizacion, la cooptacion entre otras, pueden tener un caracter contradictorio. Podemos tomar el
caso del nacionalismo como claro ejemplo de una modalidad de absorcion en el marco de un
proceso de mediacion basado en la cooptacion. La idea de comunidad nacional, evidentemente, ha
funcionado como mecanismo de control de las clases subalternas. A partir del nacionalismo se
construyo la unidad de los dominadores y los dominados. Pero, como hemos visto, el nacionalismo
(como componente de un nuevo bloque historico) en los paises perifericos aun esta en condiciones
de expresar un conjunto de intereses de las clases populares. El mismo caracter contradictorio y la
misma potencialidad, presentan la ciudadania y la democracia, campos de tension entre cooptacion
y lucha desde abajo o integracion y conquista.
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Capítulo 6
Lenin en el suburbio
"Repetir a Lenin no significa retornar a Lenin
-es aceptar que 'Lenin está muerto', que su solución particular falló, incluso falló monstruosamente, pero que había allí una chispa utópica
que vale la pena salvar."
Slavoj Zizec
"Mas ha llegado la hora de quitarse la camisa sucia, ha llegado la hora de ponerse ropa limpia."
V. I. Lenin (Petrogrado, 10 de abril de 1917)
El titulo de este libro
¿Qué (no) hacer? tiene un par de sentidos. En primer termino, remite a un intento de critica al "antiguo regimen emancipatorio", para lo cual proponemos algunas nociones y
algunas lineas de indagacion y, paralelamente, a la apertura de un espacio para la reflexion sobre lo
que se presenta como radicalmente nuevo y apenas se aproxima a lo meramente novedoso, y, en
ocasiones, resulta abiertamente funcional al orden dominante. .
Qué (no) hacer?, evidentemente refleja un momento signado por la pura negatividad puesta entre parentesis. Las certezas, escasas,
giran en torno a lo que ya no se quiere, a lo que se percibe como pieza del museo revolucionario o
como mero artificio coetaneo. Certezas, por cierto, atemperadas, como indican los signos de
interrogacion. Tal vez ese sea nuestro piso teorico-politico mas autentico: una negatividad puesta
entre parentesis y entre signos de interrogacion. En segundo lugar, aspira a generar un debate sobre
la (in)viabilidad del itinerario revolucionario identificado con la figura de Lenin y sobre los
significantes a recuperar de su legado.
Retomamos, aunque alterandolo, el titulo del clasico trabajo de Lenin,
¿Qué hacer?33. Problemas candentes de nuestro movimiento
, (presentado al Segundo Congreso del Partido Obrero Social Democrata Ruso POSDR en 1902), a modo de homenaje a la praxis de quien fuera una de las figuras
revolucionarias mas importantes de la historia de la humanidad y porque consideramos que el
movimiento revolucionario se encuentra, al igual que a comienzos del siglo XX, en una encrucijada
historica. De aqui se puede deducir que concebimos al leninismo como un momento prodigioso de la
politica mundial y no como una catastrofe. Claro que estamos muy lejos de pensar, como la
Conferencia de Partidos Comunistas y Obreros celebrada en Moscu en 1969, que la doctrina de
Lenin es "todopoderosa porque es exacta". Agregamos el "no", porque partimos de la hipotesis del
agotamiento de lo que usualmente se entiende por leninismo y porque planteamos su
improductividad e ineficacia de cara a las necesidades emancipatorias actuales. El "no", ademas, nos
ubica un paso atras desde el punto de vista estrategico. Como nos recuerda Esteban Rodriguez
(2003), .
Qué hacer? era una pregunta retorica. Lenin tenia la respuesta. Sabia cual era la linea correcta. Ademas destaca el hecho de que algunas ediciones "honestas" de
Qué hacer suprimieron los signos de interrogacion. Nosotros, como corresponde, somos mucho mas modestos en materia de
certezas.
La perspectiva historica, por otra parte, nos permite analizar las limitaciones de la conciencia
leninista y su canon revolucionario a la hora de exceder el orden burgues en su terreno mas firme y
relevante: el de sus patrones de relacion y su red metabolica (que involucran una determinada
concepcion del sujeto y de la lucha de clases). Consideramos que lo que perpetua al capital esta
inscripto en un tipo de relaciones entre elementos y/o procesos que pueden hacer surgir realidades no
contenidas en ellos (o sea: se pone el acento en lo que esta contenido en cierto tipo de relacion mas
que en las caracteristicas de los elementos). Esta vision, que en los ultimos tiempos tiende a arraigar
en el marco de la izquierda revolucionaria, apunta a alterar el metabolismo del capital y a no ingresar
en sus logicas (superar de raiz la logica productiva y reproductiva del capital), manifiesta una
preocupacion por la propiedad emergente mas que por la propiedad contenida por los componentes.
Esta posicion de ningun modo deberia entenderse como negacion de la existencia efectiva de un
33
¿Qué hacer? es también el título de una novela del escritor ruso Nicolai Gavrilovitch Chernichevski (1828-1889), publicada en 1863.
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legado a recuperar por cualquier proyecto que se fije como meta el cambio radical del orden
establecido por el capital. En fin, nos parece insuficiente y debil cualquier critica patristica del
leninismo (la critica de los "padres de la Iglesia" y su "comentario teologico"), y juzgamos
infructuosas las descremadas criticas posmodernas. Asimismo, queremos tomar distancia de la
mirada ahistorica que presupone una aplicacion pura del marxismo y se la exige retrospectivamente
a Lenin. Plejanov, el populismo ruso, son piezas de un contexto historico del cual Lenin no podia
sustraerse. Esta mirada es eurocentrica y antidialectica. Nosotros planteamos la necesidad de superar
el leninismo, integrandolo en una nueva sintesis (unica forma de recuperarlo) .
No hace mucho, trabajando con algunos fragmentos de
Las Tesis de abril y de El Estado y la Revolución
, en el marco de un taller de formacion propuesto por una organizacion popular autonoma, un companero exclamo: "pero al final Lenin era del palo...". El "al final" indicaba que ese
companero conocia una version diferente que consideraba a Lenin como totalmente ajeno a la
mirada con la que se identificaba. Asi quedo instalado el interrogante: .que entendemos por
leninismo? Partiendo de una decodificacion militante y barrial, y dejando de lado los matices,
podemos plantear dos posibilidades contrapuestas:
Un leninismo "jacobino-blanquista", el de
¿Qué hacer?, sostenido en la lógica de la representació n política
. Se trata del Lenin del ano 1902, el que era duramente cuestionado por subestimar la importancia del elemento "objetivo", o "espontaneo". El que consideraba "justas e
importantes" las siguientes expresiones de C. Kautsky: "La conciencia socialista moderna puede
surgir unicamente sobre la base de un profundo conocimiento cientifico [...] De modo que la
conciencia socialista es algo introducido desde afuera en la lucha de clases del proletariado, y no
algo que ha surgido espontaneamente de ella [...] Es tarea de la socialdemocracia el infundir al
proletariado
la conciencia (italicas del original) de su situacion" (Lenin, 1975:50-51). Muchos consideran que el leninismo se condensa en estas expresiones que, si bien Lenin estimo "justas e
importantes", no le corresponden directamente.
Pero, lo cierto es que esa aseveracion termino subsumiendo y tergiversando sus propias entonaciones
unas cuantas paginas mas adelante: "La conciencia politica de clase
no se puede aportar al obrero más que desde el exterior
(italicas del original), esto es, desde fuera de la lucha economica, desde fuera de la esfera de las relaciones entre obreros y patronos" (
ibíd.:103). Lenin, a diferencia de Kautsky, no habla de la "conciencia socialista moderna", sino de la "conciencia politica" y no dice
que debe introducirse desde fuera de la "lucha de clases", sino desde fuera de "la lucha economica".
La frase de Lenin puede y debe leerse como una critica a las limitaciones de las luchas estrictamente
reivindicativas o corporativas, de hecho, se produce en un contexto signado por la lucha contra el
economicismo, que es precisamente lo que lo precipita en el mecanicismo. No es exactamente lo
mismo plantear la exterioridad de la teoria respecto de la clase en su espontaneidad que la
exterioridad de la lucha politica respecto de la lucha economica. Aunque historicamente se hayan
confundido. La escision de un plano gnoselogico de otro politico es un subterfugio elegante pero
viciado. Tampoco libera a
¿Qué hacer? de su inherente negatividad. En realidad, nos parece mas correcto decir que la posicion gnoseologica que subyace en la afirmacion de Kautsky, y que
alimenta a un conjunto de politicas, no es exactamente igual a la de Lenin. O sea: La posicion
politica de Lenin no se sostiene en la concepcion gnoseologica de Kautsky. Pero, de todos modos en
la critica de Lenin al economicismo subyace una concepcion que hace imposible una distincion
sustantiva con Kautsky. Lenin no parte de los antagonismos entre fuerzas sociales sino de ideas que
representan intereses de clase. Contrapone una "conciencia burguesa del proletariado" a una
"conciencia revolucionaria" de la intelectualidad radical. Entonces: sin partido, sin la organizacion
de revolucionarios profesionales no puede haber "verdadera lucha clases" porque, en el marco del
capitalismo, no puede desarrollarse la conciencia de clase. Lenin parte de la primacia epistemologica
del ser objetivo sobre la conciencia, lo que se refleja de modo pristino tanto en
¿Qué hacer? como en
Materialismo y empiriocriticismo, su trabajo "filosofico" de 1908. Desde esta base, el sustitucionismo
se va delineando como horizonte obligado. Asi la izquierda, con objeto pero sin sujeto, cae en la perversion mas grande al presentar a la revolucion como proceso imposible sin la
figura de un sujeto extrano a la clase revolucionaria. Esta concepcion, en parte, encaminaba
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directamente a Krondstadt y a un Estado que absorberia la plusvalia de los obreros. Leon Trotsky,
muchas veces considerado como una version leninista moderada, por supuesto la compartia, al igual
que Stalin.
Diethar Behrens sostiene que "la cercania de Lenin con Kautsky [...] incluye la aceptacion del
evolucionismo, como la cercania con Plejanov determino la adopcion del materialismo mecanico".
34 Este autor, ademas, vincula la concepcion leninista de la vanguardia con el concepto de "cesarismo
social" de Lasalle. Por su parte, Simon Clarke enmarca al leninismo en la tradicion del populismo
ruso.
35 En el mismo
¿Qué hacer? podemos identificar un leninismo cerrado y otro un poco mas abierto. La distincion no es menor, en ultima instancia estan involucradas concepciones no solo relacionadas
con los procesos de formacion de la conciencia, sino tambien con la clase y la lucha. .Por que
cuando se habla de leninismo, a favor o en contra, casi siempre se interpone la concepcion de
Kautsky? .Por que el arraigo historico de este leninismo en el seno de la izquierda? Las razones,
posiblemente, haya que buscarlas en el proceso historico de la Revolucion Rusa y del movimiento
socialista a nivel mundial. De hecho, recien se comienza a hablar de leninismo en tiempos de Stalin.
Kautsky, en sus expresiones "justas e importantes", no hacia mas que concebir a la clase como un
objeto y a los trabajadores como sujetos pasivos. De igual modo vera al capital, "materialmente" ,
negandolo como relacion social. Las ideas aparecen como imperativos a realizar en otros, lo que
abono el blanquismo y la idea de que el partido, unico gestor revolucionario, era el "agente" de la
lucha de clases mas que la expresion de su desarrollo. Asumia asi los perfiles de un cuerpo extrano e
inteligible que, impulsado por una violencia idealista, podia violar todas las experiencias. Esta
concepcion contribuyo a fundar el proyecto colectivo como objeto exterior a los hombres y mujeres.
El socialismo se delineaba como una fuerza exterior al capitalismo, historicamente destinada a
excederlo (por sustitucion sistemica, gradual y pacifica o intempestiva y violenta) y no como un
producto que habita en el capital y que a la vez es su contendiente. Los aparatos y los instrumentos
se consolidaron y, a traves de una objetivacion alienadora, determinaron los fines sin importar que
fueran asumidos como propios, sancionando una unidad objetiva pero inconsistente. Lejos de la
nocion de hegemonia, la toma del poder estatal ratifico su centralidad estrategica.
El socialismo y la conciencia de clase partian de este modo de premisas diferentes (este era, sin
dudas el nucleo mas aberrante de esta concepcion). El socialismo aparecia como algo ajeno a la
experiencia y a la accion practica de los trabajadores. Esta posicion fue duramente criticada por
Trotsky hacia 1904, cuando acusaba a Lenin de pretender adosarle al proletariado una mentalidad
politica ajena y hostil a sus intereses de clase: el jacobinismo (recordemos que Lenin habia sostenido
en
Un paso adelante, dos pasos atrás, que el socialdemocrata revolucionario era un jacobino ligado indisolublemente a la organizacion del proletariado que ha llegado a ser consciente de sus intereses
de clases). Trotsky comparaba la posicion de Lenin con la de Berstein y Jean Jaures que querian
adosarle al proletariado la tradicion liberal. El jefe del Ejercito Rojo se vislumbraba en aquel tiempo
como un censor implacable del jacobinismo de Lenin, reflejado en la supuesta fe idealista y en la
desconfianza hacia las masas de este ultimo. Lo califica como jefe del ala reaccionaria del partido y
lo acusa de oportunismo blanquista. Cuestiona la toma conspirativa del poder, los metodos de la
aceleracion del sustitucionismo, la busqueda de garantias en las cumbres organizativas (y no en las
bases), etc. Dice en
Nuestras tareas políticas (capitulo IV: "Jacobinismo y Socialdemocracia" ): "[...] no se puede operar una sustitucion de esta tarea compleja poniendo por encima del proletariado un
grupo bien seleccionado de personas o, mejor aun una sola persona munida del derecho de disolver y
degradar ... la unica base para una politica socialista ... no puede ser sino el proletariado
autonomo [...]" (Trotsky, 1975:170-171) . Contradictoriamente , Trostky, anos mas tarde, despues de
1917, concebira a los sindicatos como aparatos ejecutivos estatales o semiestales y les asignara la
34
Ver: Behrens, Diethard, "Perspectivas de la política de izquierda. Hacia la creación de una concepción antileninista de la política socialista". En: Bonefeld, Werner y Tischler, Sergio (comp.),
op. cit. p. 41. 35
Ver: Clarke, Simón, "¿Era Lenin marxista? Las raíces populistas del marxismo-leninismo" . En: Bonefeld, Werner y Tischler, Sergio,
op. cit. 44 www.lahaine. org
tarea, poco autonoma por cierto, de apoyar la politica de industrializacion impulsada por el gobierno.
El que promueve ahora la estatizacion burocratica desde arriba es Trotsky y el que se opone,
defendiendo la autonomia de los trabajadores y reivindicando la capacidad de los sindicatos para
contrarrestar los impulsos burocraticos, es Lenin. Stalin, en este campo, ejecutara la linea de
Trotsky, mas que la de Lenin. Por cierto, antes de octubre de 1917, Trotsky habia abjurado de
algunas de sus posiciones de 1904. Reconociendo que, en su vieja polemica (de la que tambien habia
participado Rosa Luxemburgo) con Lenin, este ultimo tenia razon.
La "externalidad de la conciencia", ya en tiempos de Stalin, se complemento con la negacion de las
luchas concretas de cada uno de los pueblos del mundo. El socialismo padecio una de sus peores
tergiversaciones: se presento como impulso del "ejemplo" sovietico.
El leninismo y todos sus "significantes" (Trotsky trabajado como Lenin por la "necesidad historica"
y por la "razon de Estado", Stalin y otros), no trascienden la separacion entre teoria y practica y el
dualismo conciencia y ser. No trascienden el trabajo alienado. Siempre es la iluminacion teorica
(mente contemplativa) la que reemplaza a la actividad practico-critica. Esta no trascendencia es la
base del
diamat y del histomat, y la que funda un tipo de relacion entre clase y teoria, clase y partido, clase y Estado.
Todas estas nociones enfilaban directamente hacia la sustitucion de la dialectica por un conjunto de
leyes rigidas y a las arbitrariedades y aberraciones posteriores y sus justificaciones adjuntas. Y mas
alla de destacar que Lenin no escinde el partido del movimiento real de la lucha de clases y de
demostrar que los concebia como aspectos de un mismo proceso de creacion de condiciones
revolucionarias, nos parece mas significativa la reflexion sobre las causas que hicieron factible esa
escision en la practica y sobre los procesos que permitieron que esa escision se condensara como
leninismo. Porque, la historia de los partidos "leninistas" (tanto de la vieja, como de la nueva
izquierda de los 60 y los 70) esta signada por estas separaciones. Y si bien puede ser loable el
esfuerzo por salvar a Lenin de tal acusacion, no alcanza para la sutura.
36 En este leninismo, la necesidad de pensar un vinculo mas organico con las masas practicamente no
aparece, al igual que la preocupacion por las formas populares conscientes. Si nos encontramos con
una marcada escision entre el proceso de masas y la accion de las organizaciones revolucionarias,
que tambien podemos encontrar en Trotsky, para quien la direccion suponia separacion entre
dirigentes y dirigidos. Para Raymond Williams, esta posicion partia del reconocimiento de "que la
ideologia es teoria y que la teoria es a la vez secundaria y necesaria; la 'conciencia practica', como
aqui la del proletariado, no se produce a si misma". Para Williams esto "es radicalmente diferente al
pensamiento de Marx, en el cual toda teoria 'separada' es ideologia y la genuina teoria –'el
conocimiento verdadero' es, por contraste, la articulacion de la 'conciencia practica'". Finalmente
agregaba que "el esquema de Lenin corresponde a una formulacion sociologica ortodoxa en la que
existe una 'situacion social' y existe asimismo 'ideologia'; sus relaciones variables pero ni
dependientes ni 'determinadas' permiten, por tanto, su historia y su analisis separados tanto como su
historia y su analisis comparados" (Williams, 1980:88).
37 En estas escisiones, y en las dificultades para comprender que los procesos de significacion social
son inherentes a la conciencia practica –y tambien "a las concepciones, pensamientos e ideas
36
Algunas producciones históricas recientes, vinculadas a la izquierda partidaria, reflejan este problema. Además de la historia "oficial" del partido, la historia institucional, comienza a escribirse una historia
paralela que tiene el encanto de lo subterráneo: la historia de los militantes con inserción en ámbitos de
masas y enfrentados a una conducción y a una línea que precisamente atentaban contra esa inserción.
Es sintomático que se rescaten las tensiones, reales o supuestas, entre la dirección y los militantes. Por
un lado, sirve para justificar la adhesión al partido a través de la recuperación de algunas calidades
militantes y algunas experiencias de masas, por el otro pone en cuestionamiento
-indirectamente- la necesidad histórica de esa organización.
37
Williams relacionaba la concepción de Lenin con la de Napoleón, ambos escindían ideas de realidad, ideólogos de gentes. Vemos cómo el realismo político hostil a las ideologías y la idea de la introducción
del socialismo por medio de los ideólogos, parten de premisas similares.
45 www.lahaine. org
reconocibles como productos de la misma" (Williams, 1980:89)–, se fundo la concepcion del
"partido de cuadros" (exigente membresia, profesionalismo) , del partido como el factor subjetivo y
el tema jacobino-blanquista de las minorias actuantes (conspiracion) , decodificados como recetario
revolucionario practico y seductor, sintetizado en la formula: aprender a identificar situaciones
revolucionarias y prepararse para aprovecharlas. Un leninismo delineado como un saber
hiperpolitico sobre el aprovechamiento de la historia, como un conjunto de cualidades militantes
aptas para burlar a la Ojrana (policia secreta del zarismo), que abono cierto culto por las acciones
dirigidas a la obtencion del exito, entendido este como fuerza rectora de la vida animica, por un tipo
idealizado de relacion dirigentes-masas (el dirigente como guia de la accion invariablemente
espontanea de las masas) y por una implacable eficacia que llego a inspirar, incluso en estas
latitudes, la vision arltiana. Lo dice el "Astrologo" en las primeras paginas de
Los Lanzallamas: "Si... pero Lenin sabia adonde iba ... El diablo sabe adonde vamos. Lenin si que sabia". Y, mas
adelante: "Hay que preparar tecnicos. El especialista en Revoluciones. Es una idea de Erdosain.
Organizar cursos secretos donde se habiliten ingenieros en movimientos sociales bruscos" (Arlt,
2003:11 y 76).
Aunque suene a anatema, debemos identificar un conjunto de aspectos positivos subyacentes en esta
concepcion: una critica al obrerismo como forma alienante que contribuye al aislamiento e inhibe los
procesos de construccion de hegemonia popular; la intransigencia en relacion a un conjunto de
principios que garantizo la radicalidad del proceso revolucionario; un antideterminismo (economico)
radical, un cuestionamiento a la idea de la inevitabilidad del socialismo, que el leninismo posterior a
Lenin pocas veces tuvo en cuenta. De hecho, la izquierda alterno entre el optimismo candido y la
prediccion catastrofica.
En la polemica con Rosa Luxemburgo, Lenin recurre a argumentos un tanto sinuosos: asocia las
posiciones centralistas y formalistas (la parafernalia de los estatutos formales) a la clase obrera.
Pretende fundarlas en, y derivarlas de, una posicion de clase. Paralelamente, asocia las posiciones
contrarias, anticentralistas, democraticas – los planteos de Rosa en particular– a la intelectualidad
pequeno-burguesa, a lo que denomina "anarquismo de gran senor", la gente acostumbrada a la
robe y las pantuflas.
Un leninismo "de base" en
Las Tesis de abril (un trabajo publicado en 7 de abril de 1917 en el numero 26 de
Pravda) complementado por un leninismo "libertario", en El Estado y la Revolución,
sostenido en la lógica de la participación (publicado en agosto de 1917 y significativamente reeditado en diciembre de 1918)
y producto de un "giro dialéctico" posterior a la crisis de la Segunda Internacional
. Se trata de un leninismo alumbrado, y de un Lenin deslumbrado por el resurgir de los
soviets y sus potencialidades en tanto formas anticipatorias (y transicionales) del socialismo. Aflora un pensamiento mas centrado en la construccion del
socialismo que en el momento de la rebelion. Estos
soviets, que no eran una creacion del Partido (y este no es un dato menor), estaban resignificando la experiencia de la Comuna de Paris de 1871,
pero tambien la revolucion de 1905. De hecho, los
soviets, en si mismos, fueron la refutacion mas acabada de
¿Qué hacer? En esos textos, y lo que es mas importante, en la experiencia real que los genera, Lenin afirma que la
conquista del poder por el pueblo "desde abajo" era la unica garantia de los verdaderos exitos de la
revolucion. Se aproxima a la idea luxemburguista de transformacion de la masa en dirigente.
Introduce la idea de que el Estado no es solamente un aparato coercitivo, sino tambien un aparato
hegemonico. Pero aunque Lenin se acerca a la nocion de hegemonia de la clase obrera, le otorgo
prioridad a la dictadura del proletariado.
En las
Tesis de abril decia: "Los Soviets de diputados obreros son la única forma posible (italicas del original) de gobierno revolucionario" (Lenin, 1969;9), y tras carton proponia la sustitucion del
ejercito permanente por el armamento general del pueblo. Aqui Lenin reivindica la forma comuna de
Estado, o sea, de un Estado en trance de dejar de ser Estado. Como el mismo decia: "Pero nuestro
Estado
naciente no es (italicas del original) ya un Estado en sentido estricto de la palabra, pues en 46 www.lahaine. org
muchas regiones de Rusia los destacamentos armados estan integrados por la
propia masa (italicas del original), por todo el pueblo, y no por alguien entronizado sobre el, aislado de el, dotado de
privilegios y practicamente inamovible [...]" (
ibíd.:83). Y, mas alla de reconocer las diferencias entre marxistas y anarquistas en torno a la cuestion del Estado, fundamentalmente la oposicion entre
la propuesta de extincion y la de abolicion, entre la centralizacion y el federalismo, Lenin se
dedicaba a destacar las coincidencias entre el marxismo y el anarquismo, entre Marx y Proudhon:
"Marx coincide con Proudhon en que ambos abogan por la 'destruccion' de la maquina moderna del
Estado. Esta coincidencia del marxismo con el anarquismo (tanto con el de Proudhon como con el de
Bakunin) no quieren verla ni los oportunistas ni los kautskianos [...]" (Lenin, 1963:49). En este
marco vinculaba la dictadura del proletariado como periodo de transicion con una forma de no-
Estado transicional, que nunca se dio y que hoy parece dificil de pensar sin el auxilio del concepto
de Hegemonia. Para Lenin, el Estado en transicion era el proletariado organizado como clase
dominante, pero para el esta condicion estaba estrechamente vinculada a la toma del poder,
concebida como primer momento de la revolucion. Lo mas importante es que Lenin, en esta
transicion, no le atribuye al partido ninguna prerrogativa. Como senalaba Antonio Carlo, en relacion
a
El Estado y la Revolución: "no hay nada que tienda a hacer de los bolcheviques una vanguardia institucional por derecho historico, una vanguardia privilegiada y separada de las masas que
gobierna en nombre de estas y por cuenta propia detras del parapeto de los soviets. Esto ocurrira, y
emergeran nuevas posiciones teoricas, pero tiempo despues ... bajo el impulso de hechos nuevos
[...]".
38 Pensar la transicion desde la nocion de hegemonia nos impone una reflexion sobre los niveles e instancias en que esta se complementa y se contradice con la idea de dictadura del proletariado.
El contraste con
¿Qué hacer? se hace notorio en la critica al blanquismo y en la contraposicion con los
soviets: "Quien desee pensar y aprender habra de darse cuenta que el blanquismo es la toma del poder por una minoria, mientras que los Soviets de Diputados Obreros y demas diputados, son a
todas luces
una organizacion directa e inmediata de la mayoría del pueblo" (Lenin, 1969:27, italicas del original). La confianza en la masas, en su autoactividad (no confundida maliciosamente con
"espontaneidad" como otrora), ha reemplazado a las viejas suspicacias: "La cuestion es huera y esta
falsamente planteada. Yo 'preveo'
única y exclusivamente que los obreros, soldados y campesinos resolveran mejor que los funcionarios, y mejor que los policias, los dificiles problemas
prácticos del aumento de la produccion de trigo, de su mejor distribucion, de un mejor abastecimiento de los
soldados, etc., etc. Estoy profundamente convencido de que los Soviets de Diputados Obreros y
Soldados despertaran y desarrollaran mas de prisa y mejor que la republica parlamentaria la
iniciativa de las
masas populares [...]" (ibíd.:33, italicas del original). En abril de 1917 Lenin esta convencido que "El partido del proletariado no puede proponerse, en
modo alguno, 'implantar' el socialismo en un pais de pequenos campesinos mientras la inmensa
mayoria de la poblacion no haya tomado conciencia de la necesidad de la revolucion socialista"
(ibíd.
:60). Planteada de esta manera la necesidad de un proceso de autoconstitucion de los actoressujetos, de la maduracion de su conciencia y su protagonismo como requisito indispensable para el
socialismo, reconocia la capacidad autonoma de las masas. El partido no era mas importante que las
instancias de poder popular que aparecian como el embrion del poder revolucionario.
Lenin proponia encontrar en las mismas sociedades, y organizar por la lucha, a las clases sociales
que podian y debian por su situacion convertirse en fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.
Se desdibujaba asi la idea anterior que consideraba que la nueva sociedad llegaba del "exterior".
Ahora esta debia construirse en el interior de la sociedad concreta en la que se actuaba. Desde un
interior contradictorio, poco apacible. Desde lo mas profundo de los procesos sociales, lo que a su
vez exigia formas menos rigidas y mas democraticas.
Podemos decir entonces que el Lenin de
¿Qué hacer? es el mas orientado a la politica como esfera especifica e irreductible, es el que al decir de Slavoj Zizec (2004:99) afirma la autonomia de lo
politico, a diferencia del Lenin de
El Estado y la Revolución, mas preocupado por la "gestion" y por 38
Ver: Carlo, Antonio, "La concepción del partido revolucionario en Lenin". En: Revista Pasado y Presente,
Nº 2, Buenos Aires, 1973, p. 337. 47 www.lahaine. org
lo tanto mas "neutral". No casualmente Lenin, en
El Estado y la Revolución, elogia a Anton Pannekoek. Esta escision entre un Lenin "estratega politico", mas centrado en el momento de la
rebelion y la toma del poder pensada desde la logica de la representacion politica (que reduce el
poder a lo estatal, lo que se suele denominar como "bordiguismo" ), y otro "reformador social"
cenido a los problemas de la transicion, preocupado por las posibilidades de que desaparezcan los
antagonismos entre trabajo manual e intelectual, interesado en que el trabajo devenga necesidad de
la existencia y su habito se convierta en regla sin opresores, signado por la logica de la participacion
y por una concepcion del poder como relacion social, es uno de los momentos fundantes de "los
leninismos". Aclaramos: esa escision, si bien a posteriori tendio a la polarizacion, estaba presente en
Lenin, que no llego a plantear una articulacion dialectica entre dos momentos. Y mucho menos una
critica a esa escision o la posibilidad de pensar la politica, la rebelion, el poder, desde la logica de la
participacion. Segun Zizec, fue Gyorgy Lukacs en su
Historia y conciencia de clase, libro al que con toda razon considera "profundamente leninista" quien logro "reunir con exito estas dos
dimensiones" : el tema del partido y la estrategia revolucionaria por un lado y del fetichismo de la
mercancia y la reificacion por el otro (Zizec, 2004:101). Para resolver la discrepancia entre los fines
preestablecidos y el estado real de las cosas, Lukacs recurrio a la "sustitucion imperativa" del partido
como el portador exclusivo del punto de vista de la totalidad y encarnacion de la voluntad colectiva
de los trabajadores. Suponemos que Zizec se refiere a un exito en un campo estrictamente abstracto
o filosofico.
En las resignificaciones posteriores del legado leninista, el reformador social comenzara a
combinarse con el tecnocrata que despunto hacia la decada del veinte (recordar aquello de que el
socialismo era la electricidad mas todo el poder a los
soviets o un capitalismo monopolista de Estado organizado a beneficio del pueblo), mas alla de que la exaltacion leninista de la disciplina fabril
tenga antecedentes. Mas tarde el leninismo fue asociado a una supuesta ciencia organizacional
marxista que combinaba "principios leninistas" sobre el Estado y la sociedad con las investigaciones
escalonadas de la cibernetica, elevando asi las funciones rectoras del partido. Con el tiempo el
"tecnocrata" (el socialismo como un metodo de electrificacion o como la estatizacion de las
empresas) termino imponiendose y combinandose con las posiciones hiperpoliticas del estratega de
1902 (tener en cuenta la vision arltiana).
A favor de Lenin cabe destacar que sus "pulsiones tecnocraticas" se inscriben en una vision mas
amplia (de la que carecieron sus sucesores) sobre la transicion del socialismo partiendo de las
condiciones de atraso de Rusia. Puede decirse que el momento tecnocratico, originalmente,
respondia a las necesidades concretas planteadas por la transicion y por eso fue concebido como
momento transitorio orientado a la creacion de precondiciones materiales. Pero, sin la activa
participacion de las masas, estas precondiciones se convirtieron en un objetivo en si mismas.
La decada del 20 fue de transicion. Los viejos bolcheviques resultaron reemplazados por los cuadros
de la recomposicion economica y la planificacion. Su poder estaba vinculado a su creciente control
sobre el proceso de produccion. Los
soviets, de organos de autogestion pasan a ser engranajes menores del poder estatal. En las decadas del 50 y el 60, los funcionarios de distintos paises
comunistas estaban convencidos de que, mediante las realizaciones en el campo del desarrollo
industrial y agricola, se demostraba la superioridad de la teoria marxista-leninista. De todos modos,
seria injusto considerar que la devocion hacia la electricidad, por si sola, encamina hacia Stalin. El
poeta futurista Maiacovsky, al igual que Lenin, estaba fascinado por la electricidad. Creativo,
original, critico inflexible de la burocracia politica y literaria, percibe que la adoracion de la tecnica
estaba abriendo un camino reaccionario. El 14 de abril de 1930, con Stalin encumbrado, y las
posibilidades politicas y esteticas clausuradas, se pego un tiro en el corazon. Ya no le quedaban
dudas de que las correspondencias entre la revolucion y el partido se habian clausurado.
Mas alla de las disparidades entre los leninismos, el que efectivamente se consolido y asumio rasgos
definitivos en la decada del 20 fue resultado del intento de realizar un programa cuyos presupuestos
determinantes (la revolucion mundial, por ejemplo) se habian esfumado (de alguna manera, el
leninismo es hijo de una derrota). Lenin concebia la Revolucion Rusa como un puesto de avanzada
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de la revolucion, concepcion que no era plenamente conciente de las verdaderas dificultades de la
revolucion en Occidente. Asi surgio un leninismo trabajado intensamente por la "necesidad
historica", por las condiciones de las sociedades donde "triunfo" y por una maquinaria de
sobrecodificacion implacable. Un leninismo mas "politico" que se fundaba en la incapacidad de los
trabajadores y que origino un conjunto de axiomas modelizados a la luz de los cuales se
interpretaban y se confirmaban los hechos. Siempre en tension con el otro leninismo, dio origen a
una coagulacion doctrinaria que es incorrecto asociar exclusivamente al estalinismo (mas alla de sus
contribuciones) . Resulta excesivamente simplista la identificacion de un legado leninista en clave del
"significante Trotsky" al decir de Zizec contrapuesto al "significante Stalin". No estamos de
acuerdo, entonces, en hablar de desviacion, tergiversacion o traicion. De hecho, muchas veces, las
versiones mas alienantes del leninismo provienen del significante Trotsky, sostenido en la
idealizacion de una historia que no pudo ser.
Frente a estos dilemas deberia regir la exigencia de pensar la organizacion socialista y de criticar al
leninismo desde los confines establecidos por el propio marxismo. Sin ir mas lejos, desde aquella
sentencia (infalible brujula en el tropel de nuestras incertidumbres) que establece que la
emancipacion de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos. Marx contraponia la
comunidad al Estado. Para el, el elemento determinante de la "comunidad" era a diferencia del
Estado la vinculacion entre la politica y la sociedad. Por eso abogo por la "reapropiacion" de lo
politico por lo social. En esa linea cabe reivindicar la lucha por recuperar toda la politica que el
Estado nos usurpa.
39 En la actualidad existe el riesgo de reeditar la escision entre el momento de la politica y el de la
transicion, traducido muchas veces como lo "politico" y lo "social", poniendo el enfasis, ahora, en la
segunda, dejando de lado la cuestion del Estado y el poder (y por lo tanto de la politica) para otro
momento o negandolos de plano como momento inherentemente maligno. Un acostumbramiento a la
pura resistencia y la hegemonia de la ideologia del repliegue explica en parte esta predisposicion
que, mucha veces, viene acompanada de la ilusion de una revolucion sin revolucion que evite
cualquier intervencion "despotica", de politica sin ruptura, de lucha sin desgarramiento, de vida sin
angustia. O de un pesimismo esencial respecto de las posibilidades de cambiar el mundo. Nosotros
pensamos que, a pesar de la experiencia frustrante de la vieja resolucion, contrahecha e inviable, hay
que pensar una nueva.
Hay que repensar la politica (y sus herramientas) . Asi lo exige la necesidad de definir las
perspectivas practicas de los explotados. No negarla o subordinarla a otros terrenos (sin duda
imprescindibles) cuya "primacia" se le contrapone: la cultura (en realidad la multicultura) , las luchas
por la construccion de significados y definiciones, las disputas por conceptos, los medios de
comunicacion y de proyeccion de simbolos, las "comunidades" o las actividades orientadas a la
subsistencia
40, etc. De este modo se ejerce el leninismo que se cuestiona desde otro lugar. Porque se comete el pecado esencial de separar la politica de la sociedad.
Tal vez, la vigencia de Lenin radique en una simple pregunta que hoy casi nadie se formula por las
reservas frente al ultimo termino: .como hacer la Revolucion? Tal vez, un primer paso para la
superacion del leninismo consista en reformular esta misma pregunta manteniendo el sustantivo y
cambiando el verbo: .como preparar la Revolucion?
39
Sugerimos ver: La crítica al programa de Gotha y Las guerras civiles en Francia de Carlos Marx. 40
En los últimos años hemos tenido la oportunidad de conocer casos de subordinación de la política al cultivo de hortalizas, a la producción de pan, etc. La organización de la subsistencia inmediata no debería
contraponerse a la acción política ya que esta se relaciona con "subsistencia estratégica".
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Capítulo 7
Sobre máquinas iluministas y antidialécticas
"Históricamente los errores cometidos por un movimiento verdaderamente revolucionario son
mas fructíferos que la infalibilidad del mejor comité central."
Rosa Luxemburgo
"Y cabe preguntarse si las máquinas no nos embarazan demasiado."
Ralph Waldo Emerson
Trotsky decia que la preparacion de la clase obrera para la dominacion politica exigia el desarrollo
de su autoactividad y no la fabricacion de un aparato de poder. Decia tambien que las masas no
iban a la revolucion con un plan preconcebido de sociedad nueva, sino con un "sentimiento claro de
imposibilidad de seguir soportando la sociedad vieja". Pero fue la segunda afirmacion del jefe del
Ejercito Rojo la que se constituyo en carta de navegacion ideologica que sirvio para desviarnos de
la ruta de la emancipacion. Solo desde una concepcion iluminista, que concibe al proletariado como
objeto y no como fuente de la dialectica, que separa la revolucion de la clase que puede concretarla,
unicamente desde una concepcion que considera que el socialismo es posible sin el poder de los
trabajadores se puede subestimar la importancia de que las masas tengan un plan preconcebido de
sociedad nueva ("total el plan lo tenemos nosotros") y se pueden magnificar los alcances de este
sentimiento claro de imposibilidad. Al igual que Lenin, Trotsky escinde pensamiento de clases
subalternas. Cuando el trabajador piensa, deja de serlo y se convierte en intelectual.
Este planteo elitista considera que las masas solo pueden sufrir y patalear y denota un alto grado de
pesimismo respecto de sus capacidades para tomar conciencia de ese sufrimiento, de su caracter
inhumano y de su naturaleza historica y modificable. Las masas se concebian lentas y no cabia
esperar que se hicieran "culturales" . Habia que tomar el poder y "elevarlas". Se justifica asi la
sustitucion de la autoactividad de las clases subalternas por el partido (la sustitucion que el mismo
Trotsky alguna vez criticara). La clase-objeto mendiga organizacion y conciencia a la vanguardia
externa. La organizacion y la conciencia se conciben precediendo siempre a la lucha, como
elementos externos a la lucha de clases y no como momentos de la misma. Evidentemente Trotsky,
como Lenin, veia huecos en la historia y heridas en la conciencia y consideraba que el partido era la
instancia (idealizada, sobrestimada, sobrecargada de responsabilidades) encargada de llenar el
vacio y de suturar. La "comadrona", en lugar de ayudar a parir quiere parir sin asumir su
esterilidad.
El partido servia para cubrir todas las fallas de la realidad y la reconstruia en funcion de su deseo.
Asumia oficios y responsabilidades improbas, por ejemplo: la tarea de adaptar instantaneamente el
conocimiento a la situacion y la vida de la totalidad. Este rol, ademas, aparecia como un mandato
moral conferido por la historia y por los metadogmas de la redencion politica y el destino
comunista. El Gyorgy Lukacs de
Historia y conciencia de clase, complemento y profundizo en las dimensiones de este rol cuando decia que el partido era la encarnacion activa de la conciencia de
clase, su "interprete combativo", y su representacion historica, la encarnacion "etica" de los
trabajadores en lucha, en fin, cuando le otorgaba al partido un status ontologico y lo convertia, nada
mas y nada menos, en la mediacion entre el hombre y la Historia. De todos modos, Lukacs, llego a
introducir una distincion fundamental entre el "hacer" y el "preparar" la revolucion. Lo primero
implica una escision entre la racionalidad historica y la actividad del partido militante (pilar del
sustitucionismo) . Lo segundo (acelerar tendencias, formar conciencias, etc.) coloca al partido en un
lugar dialectico respecto del movimiento de masas. Evidentemente, el hacer se impuso sobre el
preparar.
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El artefacto cobraba vida y se volvia contra sus creadores. Se arrogaba la direccion del pueblo en
todos los terrenos. La forma se convertia en su propia autoperpetuacion. Se esencializaba como
herramienta, lo que llevo a que todos los problemas se "adaptaran" a sus posibilidades, no se
concibio como institucion de mediacion sino como
Telos. Paradojicamente el acrata Errico Malatesta abonaba esta desfiguracion al sostener en 1907 que el movimiento obrero era un medio y
no un fin para el anarquismo.
El partido era la ortopedia de la historia, un objeto ajeno al cuerpo real y absolutamente artificial.
Esta concepcion llevo la subordinacion de la practica a la teoria (una de las formas mas acabadas
del estalinismo) , a la tentacion de la infalibilidad. Llevo a que el pensamiento, la teoria y la ciencia
se convirtieran en propiedad de unos pocos, lo que les confirio la autoridad para dirigir al conjunto.
Unos pocos jefes burocratas que identificaron sus intereses especificos de casta con los del
proletariado. El anarco-bolchevique Victor Serge, por ejemplo, llego a considerar al partido como
el "cerebro" de la clase obrera. Ciertamente, el general Juan Domingo Peron, siempre proclive a la
metafora organicista, no fue excesivamente original al concebir al movimiento obrero como la
"columna vertebral".
A diferencia de lo que Antonio Gramsci consideraba una tarea primordial del marxismo, el partido
se dedico a mantener a los "simples" en su filosofia primitiva del sentido comun, o peor aun, los
convirtio en automatas repetidores de slogans. En lugar de construir un bloque intelectual- moral, en
lugar de contribuir a la ilimitada libertad de desarrollo "espiritual" , se centro en el control y limito
la creatividad de las masas, el "progreso intelectual" quedo reservado para los "cuadros". De
diversos modos el partido obstruyo en los hombres y en las mujeres el paso dialectico que va de la
mera funcion a la accion. Claro que estos cuadros no pudieron disfrutar de ese progreso porque la
concepcion de base era escasamente productiva y, ademas, reversible. Con el tiempo se fue
haciendo evidente el estancamiento intelectual (y moral). No es este un asunto menor pues explica,
en parte, la construccion de Estados despoticos y la funcionalidad que ese tipo de Estados tenia (y
tiene) con la forma "clasica" del partido revolucionario.
El partido se fue constituyendo como un artefacto siniestro, kafkiano y orwelliano, y como un fin
en si mismo, ya no era una herramienta al servicio de los hombres sino que los hombres estaban a
su servicio; en forma paralela, se consolidaron todos los mecanismos impersonales. El partido se
convirtio en fetiche y maquina. Una maquina que, como las otras, comenzo a organizar a los
hombres y a conformarlos como fieles y devotos, pero sin elementos de union sintetica, lejos de
cualquier idea de comunidad basada en la conciencia y cerca del orden jerarquico-vertical ista y de
la idea de un futuro estructurado como porvenir insuperable. La maquina, al decir de Sartre,
producia en el hombre un semiautomatismo que terminaba completandola, combinando
inconsciencia y vigilancia (Sartre, 1995:372, t. I); de este modo, lo vivo se transformaba en
mecanico y en reflejo invertido de los hombres. Una maquina "universal", como el torno, que
desarrolla eficazmente una diversidad de tareas siempre y cuando la manejen idoneos.
Precisamente, ese caracter universal impulso la especializacion de quienes le servian.
No fue casual que los partidos comunistas incentivaran a sus militantes a optar por la carrera de
ingenieria en materia de estudios superiores y desalentaran cualquier vocacion vinculada a las
ciencias sociales o las humanidades. El cuadro, el funcionario ideal del partido-maquina, tenia que
ser un ingeniero familiarizado con la axiomatica de la fisica y con las leyes con garantia
experimental. En los tiempos del realismo socialista y de A. A. Zhdanov, Secretario de "Ideologia"
del Comite Central, se concebia a los artistas como "ingenieros del alma de la humanidad". El
partido se veia como el ingeniero en jefe de un ejercito de ingenieros. Paralelamente, el
"socialismo" se reducia a los logros y avances obtenidos en el campo de la tecnologia y el
desarrollo industrial. El socialismo se media en toneladas, kilometros, en el incremento de la renta
nacional, en los ritmos del crecimiento economico, etcetera.
Estas concepciones mecanicistas, sostenidas sobre una creencia fetichista en los poderes de la
ciencia, consideraban que los cambios en el plano material impulsaban los cambios en la
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conciencia. No se concebia a la dominacion como precondicion de la explotacion, lo que inhibio
todo proceso de autotransformacion. Los cambios en el plano de la conciencia se veian como el
corolario de las transformaciones materiales que impulsaba y dirigia la vanguardia. El enfasis
puesto en la alteracion de las relaciones de propiedad, la determinacion causal base-superestructur a,
llevo a pensar que la ideologia solo se transformaba cambiando la base material.
El hombre y la mujer nuevos fueron concebidos como un efecto-resultado de un proceso en el cual
ellos no intervenian. O sea: no eran "nuevos", mas alla de algunos adornos y proliferaciones. La
vanguardia, con sus logicas mecanicistas, seguia la estrategia del Dr. Frankenstein. La institucion
se reservaba las funciones significantes y relegaba a los sujetos a la funcion de significado. Sartre
recordaba un slogan que cubrio algunas paredes de Varsovia en 1949: "La tuberculosis frena la
produccion". .Que atroz antropologia se deduce de esta frase? .Que lugar se les asignaba al
hombre y a la mujer en la construccion del socialismo? Ni siquiera decia los tuberculosos. El
hombre y la mujer aparecen como algo menos que un medio, como instrumentos de un
instrumento. .Donde estaba entonces la alternativa a la sociedad burguesa?
Al mirar el mundo como un armonioso sistema de cuerpos en movimiento, el partido reflotaba las
concepciones del atomismo antiguo. Desde el riguroso determinismo materialista, y desde las leyes
simples de la mecanica, las masas aparecian como fuerza de "inercia" y el partido como fuerza
"dinamica". El partido se convirtio en agente de la detencion del marxismo (de la teoria
revolucionaria en general) y de la subordinacion de la ideologia a la unidad y la previsibilidad que
se consideraban necesarias para la construccion del "socialismo" . Al decir de Sartre: "Los
dirigentes del partido, empenados en elevar la integracion del grupo hasta el limite, temieron que el
devenir libre de la verdad, con todas las discusiones y conflictos que supone, llegase a romper la
unidad de combate; se reservaron el derecho de definir la linea y de interpretar los hechos"
(
ibíd.:28, t.I) En fin, el partido fue agente de la escision de la teoria y la practica. Hizo de la primera un saber rigido y de la segunda un empirismo seco.
Toda esta esquematizacion mecanicista, abono las visiones maniqueas (o binarias), en lo politico,
en lo ideologico y en lo etico, y creo el clima adecuado para confundir el espiritu de partido (o
peor: el microclima de aparato) con la conciencia de clase y la dialectica, con una infecunda
silogistica o con la concepcion burguesa de progreso.
Antonio Gramsci decia que las ordenes aparecidas despues de la Reforma protestante (piensa
especificamente en la Compania de Jesus) tenian escaso significado religioso y un gran significado
disciplinario sobre la masa de los fieles (Gramsci, 1999:13). Con el partido de izquierda, en su
formato tradicional, paso algo similar. En un momento fueron expresion de las luchas obreraspopulares
y se sostuvieron en los principios, el fervor militante, la mistica y la confianza historica
(significado "religioso") , con el tiempo el control se convirtio en prioridad (significado
disciplinario) .
El partido comenzo a nutrirse de intimidacion, impuso el dominio de un freudiano "principio de la
realidad": aplazo la satisfaccion, limito el placer, apuntalo la productividad y el control. Se
convirtio en obligacion y coercion, en una institucion paralizante y anti-utopica (concibiendo a la
utopia positivamente, en los terminos de Ernst Bloch).
Paradojicamente, Lenin, en un pasaje de
¿Qué hacer?, que suele pasar inadvertido, decia: "!Hay que sonar! He escrito estas palabras y me he asustado. Me he imaginado sentado en el 'Congreso
de unificacion, teniendo en frente a los redactores y colaboradores de Rabocheie Dielo. Y he aqui
que se levanta el camarada Martinov y se dirige a mi con tono amenazador: 'Permita que le
pregunte: .tiene la redaccion autonoma derecho a sonar sin previo referendum de los comites del
partido?'. Tras el se levanta el camarada Krichevski y [...] en tono aun mas amenazador, continua:
'Yo voy mas lejos y pregunto si en general un marxista tiene derecho a sonar, si no olvida que,
segun Marx, la humanidad siempre se plantea tareas realizables, y que la tactica es un proceso de
crecimiento de las tareas, que crecen con el partido'. Solo de pensar en estas preguntas
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amenazadoras siento escalofrios y pienso donde podria esconderme. Intentare esconderme tras
Pisarev. 'Hay diferentes clases de desacuerdos escribia Pisarev a proposito del desacuerdo entre los
suenos y la realidad. Mis suenos pueden rebasar el curso natural de los acontecimientos, o bien
pueden desviarse a un lado, adonde el curso natural de los acontecimientos no puede llegar jamas.
En el primer caso, los suenos no producen ningun dano, incluso pueden sostener y reforzar las
energias del trabajador.. . En suenos de esta indole no hay nada que deforme o paralice la fuerza de
trabajo. Muy al contrario. Si el hombre estuviese completamente privado de la capacidad de sonar
asi, si no pudiese de vez en cuando adelantarse y contemplar con su imaginacion el cuadro
enteramente acabado de la obra que se bosqueja entre sus manos, no podria figurarme de ningun
modo que moviles obligan al hombre a emprender y llevar hasta su termino vastas y penosas
empresas en el terreno de las artes, de las ciencias y la vida practica. El desacuerdo entre los suenos
y la realidad no produce dano alguno, siempre que la persona que suena crea seriamente en su
sueno, se fije atentamente en la vida, compare sus observaciones con sus castillos en el aire y, en
general, trabaje escrupulosamente en la realizacion de sus fantasias. Cuando existe algun contacto
entre los suenos y la vida, todo va bien [...]" (Lenin, 1975:222-223) .
Los partidos se fueron conformando como "sociedades de pertenencia" , a partir de sus ritos y de
otras operaciones centradas en la inclusion-exclusion . Y, como se sabe, las sociedades de
pertenencia suelen tener una relacion conflictiva con la "sociedad receptora". Las experiencias de
la nueva izquierda en los anos 60 y 70, en la mayoria de los casos, mantuvieron estos rasgos
negativos. Partido y politica llegaron a confundirse. La accion militar se concibio como el primer
paso.
Para una concepcion revolucionara, "desde abajo", que, como dijimos, es la unica verdaderamente
revolucionaria, el "plan preconcebido" es mas necesario de lo que Trotsky suponia. Pero no se trata
de un plan formal y cerrado, un plan que preve todas las alternativas e impone el camino obligado,
sino de un esbozo surgido al calor de las luchas contra la sociedad vieja. El proceso es dialectico.
Una concepcion revolucionaria debe tener muy en claro las limitaciones del "sentimiento de
imposibilidad de seguir soportando la sociedad vieja". Debe tener en claro que existen formas
distintas de enfrentar esa sociedad insoportable, es mas: esas formas suelen ser sustrato o la
precondicion de la nueva sociedad soportable. De algun modo, estas formas son el plan. Esas
formas remiten al desarrollo autonomo de una conciencia adecuada a sus condiciones, una
conciencia que se desarrolla al interior mismo de los movimientos de masas. Conciencia que se
articula en torno a tareas especificas, concretas y no alrededor de objetivos abstractos y generales.
Nadie puede ensenarle a las masas los rudimentos para la construccion de un orden alternativo al
capitalismo. La contradiccion mas alevosa es el destino inevitable de quienes pretenden asumir tal
estrategia pedagogica.
Algunos partidos de la izquierda tradicional, cuando tratan de comprender el fenomeno de las
nuevas organizaciones del campo popular, boyan entre la soberbia y la ingenuidad. Por supuesto,
reconocen y reivindican la experiencia de los movimientos populares pero se encargan de destacar
lo que consideran "grandes limitaciones", principalmente la falta de (y el lugar donde se coloca
enfasis varia) conduccion, direccion o estrategia politica. Ni por asomo pueden asumir que las
organizaciones populares (por lo menos muchas de ellas) tienen una preocupacion similar por lo
politico. La diferencia estriba en que desde las construcciones de base lo politico se piensa de otro
modo: la organizacion politica se instala en el horizonte como resultado de un proceso de lucha,
como herramienta a crear, planteo que ignora los aparatos de izquierda realmente existentes.
Generalmente, cuando se habla de las "limitaciones" de las organizaciones populares desde un
partido de izquierda, se peca de elitismo. Pues se piensa: .para que crear una herramienta politica si
ya estamos nosotros y tenemos experiencia? Tambien se peca de ingenuidad: "Nosotros somos los
referentes politicos naturales de las luchas sociales". Creen que las crisis de representacion no les
afecta. Se equivocan.
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Pero .pueden cambiar los partidos y acercarse al punto de vista de las organizaciones de base sin
asumir una crisis de rol? .Podran instalar el partido en el horizonte, como herramienta a construir
junto al pueblo, negandose como punto de partida y aparato de dominacion? .Estaran dispuestos a
la metamorfosis? Este proceso es sumamente riesgoso e implicaria la transformacion del partido en
otra cosa. Se trata de un proceso dialectico y los partidos tradicionales de la izquierda suelen ser
antidialecticos. El problema es, entonces, el partido mismo (de izquierda en su formato tradicional)
en tanto terreno de la antipraxis, es decir, como praxis de elites y como camino de superacion de lo
dado hacia fines siempre rigidos. El partido presenta condiciones de inercia, cuadros aptos solo
para el micro clima de aparato, con identidades burocraticas y administrativas. La paralisis, las
condiciones de irreversibilidad son poderosas.
Los partidos de izquierda que siguen desactualizados como herramientas de emancipacion tienden
a instituir desde el aparato sus propios frentes de masas. Intentan asi atrapar oceanos enteros en
insignificantes botellas. Una inyeccion de politica obsoleta en lo "social". Entregan su vientre viejo
y seco con la vana ilusion de que servira para gestar lo nuevo. Desarrollan un tipo de insercion
superficial en el mundo cultural de los oprimidos. Superficial porque no contribuyen a desarraigar
las logicas politicas y relacionales tradicionales (como el patronazgo y el clientelismo, por
ejemplo). Ahora bien, la alternativa que mas nos seduce no parece facil, y el campo popular ha
acumulado recientemente algunas experiencias que nos alertan sobre los riegos de las opciones
esteriles.
El terreno estrictamente reivindicativo ha permitido la consolidacion de representaciones e
identidades, pero el intento de "invadir" otros espacios de representacion (politica) derivo en un
rotundo fracaso y termino danando la representacion social legitimamente construida y esas
identidades trabajosamente edificadas. Algunos podran cargar las culpas en el tipo de espacio
invadido, pero el problema nos parece mucho mas complicado. Finalmente, existe el riesgo de
concebir un conjunto de respuestas ingeniosas ante la crisis, estrategias que surgen
espontaneamente frente a situaciones desesperantes, como "alternativas al capitalismo".
Por ultimo, cabe destacar que la mayoria de los partidos de izquierda en Argentina, opacados por el
desarrollo hegemonico de los 90, se refugiaron en el significado mas improductivo y estatico del
concepto de tradicion. Se aferraron a los itinerarios mas clasicos, los ratificaron y se limitaron a
replicarlos. No tuvieron en cuenta las dimensiones hegemonicas (y por lo tanto dinamicas) de la
tradicion. Las clases dominantes si tienen en claro que la hegemonia es un proceso que involucra
experiencias y relaciones y saben como recrearla incesantemente. Sin las reelaboraciones
necesarias, sin el descarte de algunas areas de significacion y la apertura a formas significativas
nuevas la decadencia sera un destino irrefrenable para los partidos de izquierda.
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Capítulo 8
Pensar la herramienta política (estratégica) del campo
popular
"En la lucha
[...] esta masa se reúne, se constituye en clase para sí. Los intereses que defiende se convierten en intereses de clase. Pero la lucha de clase contra clase es una
lucha política."
Karl Marx
"Cuando hombres y mujeres implicados en formas modestas y locales de resistencia política
se vean transportados por el impulso interior de estos conflictos a una confrontación directa
con el poder del Estado, es posible que su conciencia política pueda modificarse de manera
definitiva e irreversible [...]"
Terry Eagleton
No somos fatalistas. No creemos que todo poder politico indefectiblemente termine generando
opresion y devenga en fuente de privilegios. Incluso, algunos han planteado con total
irresponsabilidad que el ejercicio de la opresion es el destino inevitable de toda organizacion, como
si la emancipacion no necesitara organizarse. Hasta el mismisimo Max Stirner, acrata paladin de las
utopias mas individualistas, manifesto su intencion de unirse a un partido si este no tuviera nada de
obligatorio. Tambien Bakunin planteo la necesidad de una vanguardia consciente, cerca, muy cerca
de Augusto Blanqui y Lenin y lejos de Rosa Luxemburgo.
41 Estimamos tan desatinado concebir la accion de las masas desorganizadas como la de las vanguardias separadas. Y vale aclarar que
concebimos la "vanguardia" en terminos sociales: como un sector del movimiento de masas que,
con sus luchas, crea posibilidades para un conjunto mas amplio. Mabel Thwaites Rey senala que
una cosa es tener en cuenta "que la disputa por el poder logra degradar y aniquilar la posibilidad de
construir una sociedad alternativa que diluya las condiciones mismas que hacen factible el poder
como imperativo de un grupo sobre otros. O alertar contra las formas de replicar en la propia
practica emancipatoria el esquema de poder que se desea combatir. Pero otra muy distinta es
pretender ignorar la dimension 'politica' en el sentido profundo de la disputa por crear o mantener
una organizacion social acorde con intereses y valores especificos" (2004:23-24) .
Ante la creciente heterogeneidad de las clases subalternas, ante la necesidad de conciliar intereses
de clase con intereses de grupo y la discontinuidad del accionar de las masas; para garantizar
posiciones de fuerza permanente que le permitan al pueblo tanto el repliegue en el momento del
reflujo como el relanzamiento en el momento del alza y para contrarrestar las limitaciones de los
combates aislados, se torna imprescindible pensar en una herramienta, una organizacion politica,
instancias institucionales e instrumentales totalmente diferentes a las que conocemos (hijas todas de
una concepcion mecanica): que no pretendan reemplazar la actividad del pueblo y sus
organizaciones por un poder pro-popular, que no se conciban como medios de expresion de una
voluntad colectiva supuestamente unificada ni como ejecutores exclusivos de esa voluntad; que no
se conciban como encarnacion de la conciencia de clase o de la etica de los trabajadores (el partido
como herramienta de la conciencia para labrar un destino historico y realizar una etica); que
abandonen definitivamente los enfoques coercitivos
42 y el instinto policial; que no operen por 41
Según Daniel Guerín, Max Stirner "sólo se uniría a un partido si éste no tuviera 'nada de obligatorio'. La única condición para su eventual adhesión sería la posibilidad de que 'el partido no se apoderara de
él" (Guerín, 1968:36). Este autor también plantea que Bakunin, "ya anarquista, sigue convencido de la
necesidad de una vanguardia consciente" y cita pasajes donde el anarquista se muestra partidario de
los cuerpos unificadores, de los grupos de individuos unidos por ideales que ejercen una "acción
natural sobre las masas" y de los estados mayores" (
ibíd.:42-43). 42
Los enfoques coercitivos, predominantes en las organizaciones tradicionales de la izquierda, reflejan las jerarquías de nuestras sociedades desiguales, se caracterizan por considerar a los sujetos como
subordinados, por no tomar en cuenta las situaciones concretas y por impulsar un sistema de
promociones y sanciones individuales. En el enfoque coercitivo la información fluye verticalmente
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encima de la existencia cotidiana del pueblo y de sus organizaciones; que sostengan la confianza
social, la participacion y la coordinacion organizativa; que hagan de los objetivos emancipatorios
una forma emancipatoria real y concreta; que sirvan para realizar las metas de las organizaciones
del pueblo y que no pretendan reemplazarlo; que "aporten" a una causa y que no se crean la
encarnacion de esa causa; que rompan la relacion medios-fines; que anticipen el futuro deseado en
las formas; que se asuman como momento, no como exteriorizacion fija y especializada en el
ejercicio del poder; que unifiquen sin dominar los discursos y practicas emancipadoras (que unan a
los "pequenos destacamentos" dispersos, que pongan en movimiento al conjunto); que no reduzcan
el
logos a una organizacion, y que, ocasionalmente y secundariamente, sirvan para la disputa y el ejercicio del poder estatal. No podemos dejar de destacar que en la Segunda Declaracion de la
Selva Lacandona de 1994, los mismos zapatistas hablan de partidos politicos de "nuevo tipo".
El partido de izquierda tradicional (al igual que los grupos "antipartidos" que actuan como partidos)
se caracteriza por plantear objetivos que se deben alcanzar con los pasos que da el propio partido.
Busca imponer sus propios ritmos, los ritmos de la organizacion, los ritmos del aparato, dejando de
lado el trabajo tendiente a generar o apuntalar los hechos capaces de modificar la realidad. Se
caracteriza tambien por su concepcion instrumentalista de la lucha de clases y su negacion como
parte fundamental del proceso autoemancipatorio. Respecto de este topico, creemos que no queda
mucho por discutir. La actitud reciente de una parte de la izquierda argentina en relacion al
fenomeno de las asambleas y al movimiento piquetero es lamentable. Han buscado cooptar,
manejar, imponer. En lugar de apostar al movimiento social real masivo han apostado al "control"
de una parte, a la subordinacion de toda instancia de accion practica y de lucha y a la creacion de
sellos desarraigados. Muy pocas organizaciones partidarias (por no decir ninguna) han concebido
su actividad en funcion de un proceso de autoemancipacion de las clases subalternas. Al
autoerigirse en ejes de unidad, reproducen la fragmentacion. Para el sectario, el pueblo solo cuenta
como apoyo para sus fines.
43 Otra vez "el pez en el agua", otra vez el vanguardismo de los que consideran a las masas la piscina en la que van a realizar sus destrezas natatorias. .Cuando vamos a
pensar en maremotos? La experiencia historica es contundente: los instrumentos elitistas siempre
han conducido a la entronizacion de elites. Un proyecto que toma como ejes principales la justicia
y la igualdad nunca puede fundarse a traves de la practica de una organizacion centralizada,
verticalista y jerarquica. La apuesta principal pasa por construir una herramienta de cambio,
evitando que la misma herramienta se convierta en el objetivo de la lucha, una herramienta
"flexible" (a la que consideramos absolutamente necesaria), que aporte a la generacion de hechos
capaces de modificar la realidad.
Por lo menos, como ejercicio de abstraccion: .no se puede pensar en otra forma de poder politico?,
.no es factible un poder socializado, horizontal, democratico, que conviva con un minimo de
centralizacion coyuntural y efimera, un poder asentado en organizaciones populares activas y
solidas? Las fuerzas populares consolidadas a partir del ejercicio de lo que Holloway llama "poderde",
.no deberan ejercer en algun momento el "movimiento" de poder-sobre, con el objetivo de
"separar" a los sectores dominantes? La "conquista del poder", sin considerarla como pivote, .no
deberia "complementar", "consolidar", etc., el proceso autoemancipatorio que implica la lucha de
clases? Mas que las formas del "antipoder", las fuerzas populares .no deben reivindicar el ejercicio
de un poder entendido como capacidad de imponer un sentido, de resignificar y resimbolizar las
redes significativas que componen el mundo humano? La causa de la deshumanizacion y la
"cosificacion" de los dominados, .no es precisamente la falta de poder? Los sucedaneos propuestos
para las clasicas nociones de "poder popular" y para las que plantean "el papel social dirigente de
los trabajadores" no nos parecen convincentes.
No se trata de obligar a todo el mundo a que acepte nuestra forma de hacer-pensar y el tipo de
vinculo social y politico que proponemos. Pero, sucede que existe un poder y un sistema de
generando desconfianza. Una "red vertical" no puede sostener la confianza social. La alternativa son
los enfoques cooperativos que desarrollan algunas organizaciones sociales y políticas, que presentan
un amplio frente de lucha contra la burocracia, el autoritarismo y la desconfianza.
43
Ver: Freire, Paulo, La educación como práctica de la libertad, México, Siglo XXI, 1986, p. 43. 56 www.lahaine. org
dominacion que impone, por todos los medios, con todos los recursos sus propias formas de hacerpensar
basadas en la naturalizacion de las desigualdades, en los vinculos mercantiles y en una idea
negativa de la libertad. Lo nuestro es basicamente rechazo, no intento de imponer. Afirmamos
nuestras formas porque las consideramos justas y superadoras del orden imperante, pero tambien
porque nos permiten resistir y vivir.
La dicotomia movimiento-instituc ion practicamente nace con los primeros movimientos
antisistemicos. En algunos casos esta dicotomia se expresa como una contradiccion entre el
movimiento como construccion social y dinamica de las organizaciones populares y el movimiento
como estructura (herramienta politica, conjunto de aparatos, etc.). A diferencia del movimiento, la
institucion tiene un instinto conservador, una tendencia natural al reposo y a la burocracia. Se
resiste a los cambios porque amenazan el ideal de estabilidad. Su temor al paso en falso conduce a
la paralisis. En determinados contextos cumple la funcion de freno del movimiento, pero en otros
ese rol "conservador" puede resultar vital para el movimiento, para garantizar su continuidad
historica, para habilitar su recomposicion, etc. Un desafio para la izquierda y el campo popular es
pensar la complementacion de formas centralizadas (siempre adecuadas al momento historico) con
otras no centralizadas, con organizaciones no institucionales, flexibles, traslaticias, diseminadas en
el barrio, en la calle, en cada casa y, a veces, inubicables.
Evidentemente, existe una relacion muy estrecha entre el partido de izquierda en su formato
tradicional y la toma del poder estatal como horizonte estrategico, lo que historicamente condujo a
priorizar la institucion sobre el movimiento. Algo que cuestionaba Rosa Luxemburgo a comienzos
del siglo XX al plantear que, en la accion politica no eran las masas desorganizadas las que
permanecian inmoviles, sino los partidos organizados y sus direcciones (se referia a los partidos
socialdemocratas, en particular el aleman). Rosa Luxemburgo denunciaba la perdida de tiempo en
"pamplinas burocraticas" . Karl Kautsky, por su parte, consideraba que este tipo de planteos
conducia a la negacion de la necesidad de la organizacion. .Que hacer para evitar que la institucion
se fagocite al movimiento? .Como evitar caer en el fetichismo del movimiento como reaccion ante
el fetichismo de la institucion? .Es suficiente la capacidad de accion "autonoma" y la iniciativa de
las clases subalternas para el exito del movimiento de masas? Formulamos estas preguntas porque
partimos de la base de que el movimiento, por si solo, se agota, no alcanza, se aisla. Proponemos
pensar la institucion como medio al servicio del movimiento, porque este ultimo es el campo
fundamental de la contrahegemonia o de la hegemonia alternativa, el
locus en el cual las clases subalternas pueden desarrollar una praxis independiente.
Sostenemos la nocion que establece la existencia de un sujeto popular fragmentado o plural en
America Latina. Esto no debe confundirse con la tesis debil del antiposmodernismo que termina
diluyendo al sujeto en una pluralidad de "posiciones" o "habitos de posiciones" (del sujeto). Menos
aun debe confundirse con la vana pretension de servir a dos clases al mismo tiempo. Para el caso
argentino la situacion se presenta, en parte, como novedosa en funcion de la perdida (en terminos
relativos) de centralidad estrategica de la clase obrera industrial, el actor privilegiado en tanto
sector social dinamizador de las luchas populares durante las etapas anteriores. Las nuevas
condiciones exigen formas originales de intervencion politica que den cuenta de la diversidad y del
caracter plural de los nuevos sujetos (de la clase).
Vale la pena recordar que la tesis de la centralidad obrera termino favoreciendo en muchos casos a
las interpretaciones de tipo estructuralista que veian las conductas y las practicas sociales como
determinadas unilateralmente por la posicion que los sujetos ocupaban en el terreno de la
produccion. Estas concepciones, sumadas a las que sostenian la nocion de externalidad de la
politica en relacion a la clase obrera, hicieron que la izquierda terminara compartiendo nociones
axiales de la cultura politica dominante.
En nuestro pais, y en el resto de America Latina, la fuerza de trabajo es dificil de ubicar en
terminos de clase rigidos. El desarrollo capitalista en nuestro caso no necesariamente hace mas
homogenea la fuerza de trabajo, por el contrario, va delineando una estructura social altamente
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segmentada. Estamos ante una clase obrera heterogenea y no ante un proceso de reduccion o
disolucion de la clase trabajadora. Por supuesto, la heterogeneidad la debilita, limita sus
potencialidades. En este sentido, podemos reconocer en las "nuevas organizaciones populares" una
nueva y distinta modalidad de expresion de la clase trabajadora que viene a complementarse con
otras mas tradicionales y, no por eso, menos necesarias.
Las luchas denominadas "sociales" o "reivindicativas" (y las experiencias organizativas que
generan) impulsan el proceso de formacion de conciencia y pueden operar como soportes
identitarios, ya que expresan identidades colectivas con contenidos culturales y simbolicos
objetivamente contrahegemonicos. Estas experiencias generan un contexto solidario que tiende a
superar el dualismo y la enajenacion. Se van recreando asi espacios que favorecen la
transformacion de los individuos a nivel personal, requisito indispensable para lograr una
percepcion global. La transformacion de las actitudes personales es inseparable de la
transformacion de la realidad. Estas experiencias deben ser reconocidas como el terreno de una
praxis que puede garantizar el ascenso del sentido de la libertad real. Estas luchas, en ocasiones,
ofrecen el marco adecuado para la reconstruccion de subjetividades organizadas alrededor de
intereses emancipatorios, y para superar la identidad prevaleciente estructurada alrededor de la
derrota. No debemos olvidar algunos principios basicos: que las condiciones de la transformacion
revolucionaria se encuentran en germen dentro de la accion cotidiana y que una "mentalidad
revolucionaria" es el resultado de una larga practica. Los nuevos sujetos sociales estan buscando (y
construyendo) su identidad (su autorreconocimiento como categoria) y su espacio (su territorio
social) en el marco de las actuales relaciones de poder. Estamos ante una de las formas que asume
la lucha de clases en la Argentina de principios de siglo XXI.
Estas experiencias nos obligan a pensar en las multiples dimensiones del "ser social". Esta nocion
no debe remitirnos pura y exclusivamente a las identidades de clase. "Otras" identidades, sin dudas
afectadas por la posicion de clase, son constitutivas de los sujetos. Negarlas o no asignarles ningun
rol en la formacion de la conciencia constituye un gesto autoritario y castrador.
Las dificultades con las que tropieza cualquier proyecto de transformacion en las actuales
condiciones estan basadas muchas veces en la ausencia de nexos entre lo social y lo politico. Lo
politico entendido como la instancia que encausa las luchas particulares y las practicas
objetivamente contrahegemonicas hacia un horizonte trascendente y evita que la lucha
reivindicativa se convierta en un objetivo
per se. Lo politico como el acto de desmalezar el camino de la realidad. Lo politico, sencillamente, como los "propositos comunes" o las "ceremonias
unanimes", como lo que pone en movimiento al conjunto mas alla de las luchas aisladas, como las
"luchas generalizadas" . Al igual que Rosa Luxemburgo, entendemos la crisis politica de la
izquierda como una consecuencia de la ruptura del vinculo dialectico entre la praxis cotidiana y la
meta futura final, entre el sujeto y el designio. Ruptura a la que podemos agregar una ausencia: la
de la conciencia y la voluntad necesarias para resolver la conflictividad objetiva.
La relacion entre organizaciones sociales de base y las organizaciones politicas (o la politica a
secas, por que no) tal vez constituya una de las tematicas destinadas a convertirse en la
problematica central de los debates en los proximos anos. Como respuesta casi refleja a las viejas
concepciones
aparatistas, pseudovanguardistas y elitistas que partian (y parten) de la nocion de externalidad de la politica en relacion a los sujetos de la transformacion (clase obrera,
campesinado) se termino planteando que, en la relacion entre organizaciones sociales y
organizaciones politicas, indefectiblemente terminan perjudicadas las primeras. .La presencia de
organizaciones (no nos referimos especificamente a los partidos tradicionales de la izquierda) o
grupos politicos en la organizacion y en las luchas de los "movimientos y redes sociales" implica
siempre un intento por imponer objetivos que, en ultima instancia, son ajenos a estos ultimos? .O
por el contrario existe, aunque solo hipoteticamente, la posibilidad de una relacion
dialéctica entre las organizaciones sociales y politicas, una relacion que transformando cada parte de origen a algo
distinto y superior?
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Muchas veces las posiciones
basistas a ultranza que reivindican una autonomia tan absoluta como abstracta para las organizaciones populares se olvidan de un dato contundente e ineludible: la
ideologia dominante es la ideologia de la clase dominante. Es decir, mientras rechazan por
principio la presencia de grupos, de concepciones y de ideas supuestamente "ajenas" a las
organizaciones de base, aceptan pasiva e inconscientemente la imposicion de la ideologia de la
clase dominante.
.Cual es la forma organizativa capaz de generar hegemonia de masas e integrar a las
organizaciones de base en un proyecto politico de dimensiones estatales?, .el partido
revolucionario? Creemos que no. Hay que superar la que ha sido denominada como "ortodoxia de
la esencialidad del partido revolucionario" , forma que historicamente tendio a sustituir a las masas
y a atribuirse sus tareas. Tambien hay que precaverse de las concepciones "optimalistas" , de
crecimiento vegetativo (de embrion). La tradicion politica argentina no se caracteriza por la
presencia de partidos de izquierda fuertes. El movimiento parece la forma mas adecuada. Los
partidos tradicionales de izquierda en la Argentina, al decir de Fredric Jameson (1997:56-57) ,
remiten a la
cinta de Möbius: flotan en el vacio, se caracterizan por su absoluta autorreferencialida d y autocirculatoriedad , no tienen puntos de referencia, no tienen exterioridad. Conciben a la
organizacion mas como forma exterior que como herramienta e identidad. La vida grupuscular de
algunas organizaciones las lleva a dirigir su agresividad al grupo mas cercano y no al enemigo real.
El partido de izquierda en su formato tradicional es como un punto fijo, o, en el mejor de los casos,
como un conjunto de puntos definidos. El movimiento puede y debe concebirse como la praxis que
interviene en la construccion del camino y, a la vez, como el ideal del trayecto.
Los que deifican desde la izquierda a la organizacion politica (partido u otra) deberian tener
presente al Marx del
Manifiesto que senalaba que una organizacion con cierto grado de influencia social constituye un elemento mucho mas ocasional que el proceso de construccion de los actores
sociales revolucionarios (Marx se referia a la clase obrera en particular, claro esta). Desde esta
perspectiva, la organizacion aparece subordinada a una estrategia central y global que los excede.
Concretamente: Marx considera la organizacion politica siempre en el marco de un movimiento y
va mas alla: afirma que su rol principal pasa por "defender" el porvenir de ese movimiento y por
"apoyar" todo movimiento revolucionario contra el regimen politico y social existente. De este
modo, la organizacion no opera como frontera, se concibe como un
locus que aporta a una causa y no como la causa misma. Marx tambien decia en el
Manifiesto que los comunistas "no proclaman principios especiales a los que quisieran amoldar el movimiento proletario"
44. Segun escribe Luis Sanz: "Para Marx, cualquier organizacion era una secta si convertia en frontera organizativa
cualquier conjunto de opiniones particulares (incluyendo las opiniones de Marx), si hacia de ese
conjunto de opiniones particulares el elemento determinante de su forma organizativa [...] nunca
Marx creo su organizacion. Se asociaba con organizaciones realmente existentes, tratando de influir
en ellas y, ante todo, de influir, a traves de ellas, sobre el movimiento social. La prioridad que
daban a su actividad en estas organizaciones no derivaba de la afinidad ideologica con ellas, sino de
la importancia que pudieran tener de cara a la transformacion social […]".
45 La construccion de un movimiento politico revolucionario implica un proceso colectivo de
reflexion y de accion conjunta en el cual se acumula fuerza social y moral, se consolida una
posicion y se ocupa un territorio social y un espacio politico. Exige instituir un continente de
destinos basado en la solidaridad practica y no una unidad de destinos por falta de solidaridad.
Como la lucha de clases no depende de ninguna voluntad subjetiva, la unidad real nunca puede ser
el resultado del gesto voluntarista de las superestructuras. La relacion entre organizaciones politicas
44
Cabe recordar que en la edición inglesa de 1888 en lugar de decir principios especiales decía principios "sectarios".
45
Ver: Sanz, Luis, "Una disutopía radical". En: Revista Debate Abierto, año II, nº 7, Venezuela, mayojunio de 1998, p. 51. En el mismo artículo (p. 52) el autor sostiene que: "La lealtad a los partidos en
tanto que
aparatos deriva siempre en deslealtad respecto al propio pensamiento y respecto al sector social que se pretende representar, pues los intereses de los aparatos coinciden punto por punto con
los intereses individuales de quienes los dominan [...]".
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y sociales debe ser entendida como un momento de construccion de una nueva identidad y de una
nueva cultura politica.
En cuanto a la relacion entre el movimiento politico y las organizaciones sociales vemos cuatro
posibilidades: a) que las demandas de los distintos sectores sociales sean canalizadas a partir del
movimiento politico por la via de la incorporacion de sus reivindicaciones al "programa"; b) que el
movimiento integre representaciones sociales y las incorpore al nivel de decision "duro"; c) que se
produzca una especie de simbiosis entre las expresiones politicas y los movimientos sociales y d)
que se reediten todas las deformaciones clasicas pseudovanguardistas y manipuladoras. Las dos
primeras posibilidades parecen las mas adecuadas, las otras cuestionan abiertamente la autonomia
de las organizaciones de base. La autoorganizacion del campo popular es la precondicion de su
poder y el movimiento debe contribuir con ella.
Si consideramos que, en el proceso de conformacion de un movimiento politico revolucionario, la
relacion dialectica con las organizaciones de base es estrategica, debemos reconocer que seria
sumamente contradictorio pensar al primero como estructura vertical y centralizada. Dos elementos
caracterizan a muchas de estas organizaciones: la heterogeneidad y la flexibilidad y no se puede
negar que explican buena parte de su fuerza y su vitalidad. El movimiento politico tiene que
reconocer como uno de sus componentes fundamentales a colectivos no partidarios. No deberia
existir una relacion de subordinacion entre los "nucleos de base" y el nivel de direccion. Es decir:
no debemos situarnos en el lugar de las vanguardias clasicas. Hay que asumir lugares mas
dialecticos que nos permitan aprender y crecer junto al movimiento social. Hay que impulsar una
metodologia "anticupular" .
46 La actual fragilidad del lazo que une a organizaciones sociales y politicas puede verse como reflejo
de la debilidad de los trabajadores y de los actuales niveles de dispersion de las masas populares en
general. La ausencia de lazos organicos con las masas explica tambien las dificultades que surgen a
la hora de unificar a organizaciones que teoricamente tienen acuerdos estrategicos o visiones
similares.
47 Se torna necesario repensar la relacion entre el movimiento "espontaneo" y la "conciencia
revolucionaria" . Ya es hora de abandonar la concepcion que niega de plano la posibilidad de una
"ideologia independiente" elaborada por las masas en el curso de su movimiento. En el mismo
sentido es necesario repensar el rol de las vanguardias y comenzar a considerar que las que son
realmente "autenticas" tienden a expresarse como un sector social concreto que por su situacion
objetiva esta en condiciones de influir en el resto de la sociedad, es decir, la vanguardia como un
sector dinamizador de luchas, no como un club de superdotados, como ya se ha dicho.
Desde el emplazamiento leninista tradicional el "forzamiento" de la realidad, de la historia, deviene
siempre necesario frente al "atraso" de la conciencia. La conciencia de clase "para si" se introduce
invariablemente desde el exterior. El partido se siente llamado a cubrir el hueco de la conciencia
(en lugar de favorecer los procesos de su desarrollo y de trabajar para despertar la autoconciencia)
y forzar los acontecimientos. El forzamiento es resultado de una polarizacion entre la clase y el
partido, de una escision que lleva a confundir las necesidades propias de la direccion politica con
las necesidades de las masas y las necesidades de un proceso genuino de transformacion. El partido
de esta manera "trasciende" la historia, propone una racionalidad por fuera de ella.
El movimiento de la sociedad civil, la praxis social concreta, tiene una importancia que excede la
sola influencia de la teoria, "pues la teoria solo puede intervenir con exito en la practica si despierta
los indicios de autocomprension que la practica
ya tiene" (Eagleton, 1997:231). Un saber practicopolitico entra en crisis cuando no logra encarnarse en una fuerza social concreta. En este aspecto,
46
Proponemos recuperar el desusado concepto de la organización como proceso o como producto de la lucha
, propuesto por Anton Pannekoek y por Rosa Luxemburgo. 47
¿Cuánto tiempo hemos perdido en dilatadas reuniones con supuestos (y declamatorios) "compañeros estratégicos" que no condujeron a nada?
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vale recordar que Marx consideraba que la teoria se transforma en fuerza material desde el
momento en que penetra en las masas. Estos planteos resultan fundamentales al momento de pensar
en el movimiento politico. Desde una nocion que sostenga la externalidad de la conciencia
revolucionaria, el supuesto movimiento politico correria el riesgo del desarraigo, podria convertirse
en una estructura hueca y superestructural y posiblemente verticalista y jerarquica. De una relacion
de exterioridad a una relacion coercitiva hay un solo paso. Al decir de John William Cooke,
estariamos ante una superestructura que "solo serviria para beneficio de politicos burgueses con
veleidades progresistas" . Se caeria en las redes de la "ley de hierro de la oligarquia" de la que
hablaba Roberto Michels.
Sucede que el movimiento politico no debe pensarse como la condicion de la recomposicion del
campo popular, sino a la inversa. En esta coyuntura los esfuerzos militantes deben estar orientados
hacia esa tarea de recomposicion social, ideologica y politica. Es que, por otra parte, la tarea de
recomposicion implica la transformacion de los que intervienen. La "ideologia independiente" se
desarrolla al calor de un movimiento que altera la "espontaneidad" y tambien las "conciencias
externas". La insistencia con respecto al movimiento politico se relaciona con la necesidad de no
perder de vista el desafio global y la existencia de un campo de lucha especificamente politico. Lo
global relacionado con la necesidad de contar con una estrategia a largo plazo para la edificacion de
un orden alternativo.
La fragmentacion es una realidad generada por el sistema. La lucha contra el sistema es una lucha
politica e implica homogeneizacion y algun nivel de centralizacion preferentemente instrumental o
efimera. Si consideramos que la organizacion politica siempre es nociva para las organizaciones
populares y reivindicamos su particularismo, .no terminamos confundiendo la fragmentacion con
el pluralismo, es decir no terminamos aceptando acriticamente la fragmentacion? Segun expone
Terry Eagleton: "Contraponer simplemente la diferencia a la identidad, la pluralidad a la unidad, lo
marginal a lo central, es recaer en la oposicion binaria, como saben perfectamente los mas sutiles
destructores. Es puro formalismo imaginar que la 'otredad', la heterogeneidad y la marginalidad
son beneficios politicos absolutos al margen de su contenido social concreto" (
ibíd.:166-167). Para la lucha integral (y la lucha contra el sistema debe serlo) es necesario aquello que Gramsci
denominaba hombre colectivo. Ahora bien, .puede haber hombre colectivo en el terreno de la no
produccion, de la exclusion y la fragmentacion? La clase obrera ocupa una situacion dual: esta
dentro de la sociedad civil porque sigue siendo imprescindible como objeto, no como sujeto y, por
lo tanto, tambien esta fuera de ella. .Cual es la situacion del excluido? .Pueden los nuevos
sectores sociales subalternos aspirar a dirigir la sociedad a partir del lugar que hoy ocupan en el
terreno de la produccion? Mas alla de los interrogantes, lo que queda claro es que el hombre
colectivo sigue siendo la condicion de los cambios radicales.
Uno de los riesgos que corren las organizaciones y grupos politicos populistas o de izquierda
consiste en concebir la fuerza propia como un principio unificador del todo social y plantear un tipo
de relacion trascendental con las bases. La rearticulacion de la sociedad civil no depende de la
voluntad de un grupo. Estamos de acuerdo con Terry Eagleton cuando afirma que "si los diversos
elementos de la vida social –por asi decirlo, aquellos grupos que esperan ser hegemonizados en una
estrategia politica radical- no conservan una cierta contingencia e identidad propias, la practica de
la hegemonia significa simplemente fusionarlos en un nuevo tipo de totalidad cerrada" (
ibíd.:269). La tarea va mucho mas alla de la conformacion de un colectivo y del esfuerzo por mantenerlo
unido por la solidaridad y la entrega.
En sintesis: imaginamos al movimiento politico como una organizacion de organizaciones que debe
asumir la doble tarea de promover el protagonismo popular y contribuir efectivamente a crear las
condiciones para que ese protagonismo sea posible, que integre una diversidad de actores con sus
subculturas propias y que, como instancia de contencion amplia, potencie estas subculturas en lugar
de anularlas. Se trata de consolidar un bloque cultural y social que una, de manera organica, al
movimiento con las bases. Sin bloques sociales constituidos no existen posibilidades de cambios
radicales, todas las opciones politicas seran coyunturales, efimeras. Una propuesta politica vale en
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tanto se enuncia desde un lugar socialmente legitimo, un lugar de organizacion, de lucha, de praxis
significante (a traves de la praxis se consolidan los lazos sociales y se definen las identidades, a
traves de la praxis se cuestionan las relaciones de poder vigentes). La tarea pasa por aportar a la
construccion de ese lugar. Mas importante que tener politicas publicas para la coyuntura es crear
las condiciones sociales de aplicacion y recepcion de esas politicas. No se construye desde
definiciones o posicionamientos teoricos sino desde practicas. No se acumula con "demostraciones
pedagogicas" (vamos a demostrar que el Estado es represor) tampoco confundiendo la revolucion
con la travesura. Las ideologias con contenidos univocos y exigencias sintacticas fuertes tienden a
ocupar las franjas mas marginales del espectro politico. En ciertos grupos y organizaciones esta
muy arraigada la costumbre de llevar definiciones politicas e ideologicas cerradas a los
denominados "frentes de masas", de este modo, el componente doctrinario funciona como un
obstaculo, la ideologia se convierte en una toxina y la izquierda se perpetua como factor inerte.
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Capítulo 9
Viejos debates, nuevos contextos
"Los marxistas contemporáneos no deben 'fetichizar' la experiencia de los consejos en un
modelo atemporal para el cambio revolucionario, ni deben aceptar de manera acrítica los
prejuicios antipartidarios o las posiciones ultraconsejistas, hechos que pueden relegar a los
revolucionarios a una posición de voyeurismo intelectual [...]"
Mike Rooke
"Todo el poder a los soviets"
V. I. Lenin
Los debates de los que pretendemos dar cuenta no son nuevos en la historia de las luchas por la
emancipacion de las clases subalternas, por otra parte, son inherentes al desarrollo social, a su
caracter dialectico que se expresa en las tendencias heterogeneas y, a veces, contradictorias del
campo popular. En el marco de una concepcion dialectica del desarrollo social, las diadas teoriapractica,
evolucion-revolucio n, medios-fines, etc., que se presentan como determinantes
aparentemente antagonicos, deben entenderse como "momentos" de un mismo proceso. Lo nuevo,
claro esta, es el contexto en el cual se resignifican los viejos planteos, contexto que remite tanto a
los efectos no superados de una derrota que obliga a demostrar lo evidente como a la busqueda de
alternativas de cambio viables en nuevos escenarios. Por ejemplo, .hasta que punto no estamos
retomando las viejas discusiones en torno a la contradiccion entre "los fines ultimos" y "las
necesidades y posibilidades concretas"? O, dicho de otro modo, .entre la necesidad de abolir la
division del trabajo social (la clave de una revolucion de trabajadores) y la necesidad temporal de
utilizar y aprovechar esta division y el Estado mismo? .Hasta que punto no estamos inaugurando
una nueva version de los debates en torno a las posibilidades de las "luchas prefigurativas", esas
que mostraban en concreto el nuevo orden en el contexto de la sociedad vieja?
Oponerse al fetichismo de la organizacion, a los liderazgos centralizados y a la obsesion por la
conquista del poder estatal no es un gesto bisono. Pero, no hay que olvidar que las criticas a las vias
alternativas tambien tienen sus anales. Es igualmente antigua la oscilacion entre vanguardismo y
sindicalismo (ya sea reformista o revolucionario) . En distintos momentos de la historia del siglo
XIX y XX, los revolucionarios percibieron las limitaciones de los enfoques que ponian el enfasis
en el control del aparato productivo y en el desarrollo de las organizaciones de base y las formas
prefigurativas, mientras descuidaban el problema del poder del Estado y otros problemas
relacionados con el medio ambiente burgues. Tal el caso de las experiencias de los consejos
obreros, la autogestion y las comunidades autonomas.
48 Y la gran frustracion consistio en que ese "descuido", este enfoque no dialectico del poder, llevo, o por lo menos no pudo evitar, la
destruccion de espacios populares, antiburocraticos y prefigurativos. Es decir, las luchas
prefigurativas han implicado un trabajo "inmanente" a la situacion, pero no lograron postergar la
potencialidad de la lucha. La negacion del momento politico llevo a no desarrollar toda la
potencialidad de esa lucha. La autoafirmacion popular es lo central porque es el unico lugar posible
de la "conciencia", pero este reconocimiento no deberia derivar en la negacion de la relevancia del
enfrentamiento politico. Vale recordar la resolucion aprobada en la Conferencia de Paris en 1871,
la primer asamblea celebrada por la Primera Internacional precisamente despues de la Comuna de
Paris, que sostenia que la emancipacion economica de los trabajadores era el gran objetivo al cual
todo el movimiento politico debia subordinarse,
como medio.49 48
En el Congreso de Basilea (Primera Internacional) de 1869 algunos anarquistas plantearon la posibilidad que los sindicatos se conviertan en embriones de la administració n de la sociedad futura.
Los consejos de las asociaciones gremiales aparecían como alternativas a la gestión burguesa y
como células generadoras de la futura sociedad. El sindicalismo se integraba a la autogestión.
49
El llamamiento inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores (año 1864) decía: "los señores de la tierra y los señores del capital se servirán siempre de sus privilegios políticos para
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En la actualidad, desde algunos ambitos de izquierda, se cuestiona el concepto mismo de lucha
prefigurativa ya que este implicaria la imposicion autoritaria y externa de una dialectica y una
teleologia
a posteriori de los acontecimientos. Este cuestionamiento encubre muchas veces una forma sutil de elitismo que le niega al pueblo (disuelto, a veces, en la categoria de "multitud") la
capacidad de concebir porvenires. La accion colectiva se entiende como puro "instinto". Pero la
historia muestra como distintas luchas obreras y populares fueron asumidas en algun momento de
su devenir como "prefigurativas" por los propios trabajadores y como ese devenir les fue
sugiriendo porvenires, a veces como un leve susurro.
Por ejemplo, hace algunos anos, un ex obrero naval, hablando de la experiencia antiburocratica y
de base desarrollada en algunos astilleros argentinos en los anos 70, decia: "Muchas veces, cuando
hablo de estas cosas, me preguntaban como eran aquellos companeros, que era lo que habian y
habiamos conquistado y ayudado a cambiar. Por que, durante ese tiempo, fuimos distintos. O sea,
distintos en nuestras vidas; distintos a como veniamos armados desde atras, de antes. Y siempre me
parecio que la respuesta adecuada era
esa humanidad que habíamos logrado desplegar entre nosotros, pero que queríamos extenderla: que el mundo la hiciera suya
(negritas nuestras). Creo que fue una invencion nuestra. Al menos, fue eso lo que descubrimos entre nosotros: que
estallo entre nosotros. Que fue una busqueda permanente de algo parecido a la felicidad y que, para
nosotros, no tenia sentido si no era compartida [...]".
50 Tampoco tiene nada de novedoso buscar formas de organizacion compatibles tanto con el
aprendizaje por la praxis, la autogestion y la espontaneidad de masas como con la capacidad de
contrarrestar las irrupciones oligarquicas. Este fue el principal objetivo de la denominada
"oposicion de izquierda" a fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX.
51 Karl Kosrch estaba inmerso en esa misma busqueda. Korsch, quien elaboro una caracterizacion peculiar del periodo de
transicion basada en la "democracia industrial", tambien era un critico lucido del eje estatal, decia:
"De ahi que en la consciencia de amplios circulos obreros haya ido siendo progresivamente
sustituida la vieja teoria socialista, de acuerdo con la cual debe conquistarse primero, con ayuda del
voto, el 'poder politico' estatal y consumarse despues 'la transmision de los medios de produccion a
la colectividad' [...]" (1975:81).
Muchos otros podrian sumarse a esta lista, principalmente el primer Antonio Gramsci, el de 1919-
1921, el que preocupado por la democracia obrera consideraba al consejo de fabrica como el
organo principal de unificacion de la clase obrera (ya que demostraba la aptitud politica de la clase,
su capacidad de iniciativa revolucionaria) y la instancia con mayor capacidad de vincular los
sectores mas conscientes de la clase con los menos conscientes, de formar a los trabajadores como
productores y de ir preparando la mentalidad de la clase obrera para la autogestion. O sea: el
Gramsci que veia en el consejo de fabrica el modelo del Estado proletario ("celula del nuevo
Estado obrero") y el que desde
L' Ordine Nuovo (y guiado por una concepcion prefigurativa de la lucha) "busco crear un movimiento revolucionario con participacion de las masas, directamente
unido a las necesidades y exigencias cotidianas de la clase trabajadora, situada fuera de la
estructura mediadora de los partidos, los sindicatos y el gobierno local [...]" (Boggs, 1985:55). Mas
alla de que Angelo Tasca acusara a Gramsci de proudhoniano, el proyecto politico-intelectua l de
este ultimo consistia en fundar, por un lado, una concepcion democratica de la dictadura del
defender y perpetuar sus monopolios económicos. Bien lejos de impulsar la emancipación,
continuarán oponiendo los mayores obstáculos posibles. La conquista del poder político es, en
consecuencia, el primer deber de la clase obrera [...]". Ver: Marx, Carlos, "Manifiesto Inaugural de la
Asociación Internacional de los Trabajadores". En: AA.VV.,
op. cit., p. 51. 50
Ver: Benencio, Luis, "Prólogo". En: Díaz, Rubén, Esos claroscuros del alma. Los obreros navales en la década del '70
, Buenos Aires, El Sueñero, 1999, p. 6. 51
Diethard Behrens distingue cinco fracciones en la oposición de izquierda: "1. Los "jóvenes", el anarquismo alemán de
fin du siècle, el anarcosindicalismo. 2. Los sindicalistas. 3. La fracción "Rosa Luxemburgo". 4. Intelectuales radicales: Julián Borchardt, Heinrich Laufenberg, Karl Liebknecht, Franz
Pfenfert, Fritz Wolfeim. 5. Los "radicales de Bremen": Pannekoek, Knief [...]". Ver: Behrens Diethard,
op. cit
., p. 48. 64 www.lahaine. org
proletariado (trabajada por la nocion de hegemonia) y, por el otro, la complementariedad de la
tradicion bolchevique con el debilitamiento del Estado. Proyecto que tambien, de alguna manera y
en algun momento, supo abrigar Lenin. En una linea similar a los hombres de
L' Ordine Nuovo, se situaba el aleman Karl Schroder, quien veia en la organizacion de los consejos obreros la
superacion de las formas de organizacion centralistas y burocraticas de los partidos de izquierda,
del Estado y del capitalismo.
Para ilustrar un poco, cabe recordar que hacia el ano 1916, los obreros metalurgicos de algunas
ciudades del norte de Italia (Turin principalmente) lograron el reconocimiento de comisiones
internas electivas. Una sucesion de huelgas con ocupacion de fabricas llevo a que esos organismos
asumieran la forma de consejos de fabricas con una propension a la autogestion, que se puso en
practica cuando los patrones decidieron cerrar los establecimientos. Los obreros ocuparon las
fabricas y continuaron con la produccion, defendiendolas con las armas en la mano. En el contexto
de esas luchas, siempre objeto de represion sangrienta, aprecio
L' Ordine Nuovo, el primero de mayo de 1919, dirigida por Antonio Gramsci. Su primer manifiesto fue firmado por socialistas
revolucionarios y anarcosindicalistas . El mismo ano, Alemania, mas precisamente en la "Comuna
de Munich", se intento un camino al socialismo alternativo al ruso, sostenido en la actividad
"autonoma" de las personas y los grupos.
Por supuesto, no nos podemos olvidar de Anton Pannekoek, impulsor de la idea del autogobierno,
quien contrapuso el comunismo de los consejos obreros (aparatos de gestion no basados en las
personas sino en el trabajo) al comunismo parlamentario. El holandes formulo una teoria de la
accion de masas como medio de autoeducacion, partiendo de una certeza: la solucion practica de
todas las contradicciones se encuentra en la lucha revolucionaria. Ademas, aporto un principio de
gran vigencia, el que plantea que las condiciones de la transformacion revolucionaria se encuentran
en germen dentro de la accion cotidiana.
Pannekoek, al igual que Gramsci, veia en los consejos obreros una organizacion estatal sin
burocracia que podia convertir al Estado en una "fuerza externa" y dirigirla. Los consejos aparecian
como la realizacion de la "administracion de las cosas", pero, sobre todo, de la unidad entre teoria y
practica. Los consejos podian prescindir, y de hecho reemplazaban, a los instrumentos
complementarios de la dominacion burguesa: los burocratas y los politicos de carrera. Cabe
destacar la similitud de estos planteos con los de las organizaciones populares que en Argentina
vienen proponiendo como ejes rectores la autonomia y la horizontalidad. Mas alla del rescate de lo
esencial de la forma consejo, estamos de acuerdo con la afirmacion de Mike Roke: "Los marxistas
contemporaneos no deben 'fetichizar' la experiencia de los consejos en un modo atemporal para el
cambio revolucionario, ni deben aceptar de manera acritica los prejuicios antipartidarios o las
posiciones ultraconsejistas (por ejemplo Ruhle), hechos que pueden relegar a los revolucionarios a
una posicion de voyeurismo intelectual" .
52 Gyorgy Lukacs rescataba a los consejos obreros como "contragobierno" . Inadaptables al dominio
burgues (a diferencia de otros organos de la lucha de clases), contendientes implacables de este,
dada su condicion de posible aparato estatal (el Estado convertido en arma en la lucha de clase del
proletariado) . Pero Lukacs, a diferencia de los socialistas "consejistas" , no concebia los consejos
como organizacion permanente, llamados a reemplazar el partido y el sindicato. Para el esta postura
partia de no reconocer la diferencia entre una situacion revolucionaria (donde el consejo cumple un
papel clave) y una no revolucionaria.
Tampoco podemos soslayar a Rosa Luxemburgo y su busqueda de una forma popular consciente,
sus criticas al ultracentralismo y su apuesta al "autocentralismo de las masas", a Wilhelm Reich y
su aporte desde la psicologia a la valoracion del poder material de la ideologia y las subjetividades;
de algunos planteos de la "oposicion obrera" (Alexandra Kollantai, David Riazanov, entre otros)
que en plena Rusia revolucionaria defendieron la libertad de iniciativa y organizacion para los
52
Ver: Rooke, Mike, "La dialéctica del trabajo y la emancipación humana". En: Bonefeld, Werner y Tischler, Sergio,
op. cit., p. 137. 65 www.lahaine. org
sindicatos y exigieron la abolicion de la dictadura partidaria, a la que quisieron reemplazar por el
autogobierno de las masas.
Tambien debemos tener en cuenta las distintas experiencias de autogestion, control obrero, etc. Por
ejemplo, seria importante tener presente el "Decreto de colectivizacion y control de la Industria y el
Comercio en Cataluna", dictado por el gobierno republicano espanol en 1936; los casos yugoslavo
y argelino; las experiencias de las "fraternidades" impulsadas por la Federacion Anarquista Iberica
que planteaban un vinculo original entre masas–vanguardias, movimiento–institucion; el caso de la
fabrica de relojes "Lip", en Francia, en 1973, una experiencia autogestionaria y antiburocratica para
nada ajena a los efectos de mayo de 1968.
En la historia del movimiento popular en la Argentina, los "desplazamientos" de lo social a lo
politico y de lo politico a lo social, por agotamiento de la productividad o por la inviabilidad o
saturacion de una estrategia, han sido muy comunes. Podemos remitirnos a la ultima decada del
siglo XIX, cuando los primeros socialistas fallaron en la construccion de federaciones obreras y se
abocaron a la construccion partidaria y a la cooptacion de intelectuales que veian en los
movimientos sociales un espacio alternativo para una politica alternativa.
Entre 1890 y 1894 los anarquistas antiorganizadores tuvieron cierto protagonismo en la
conflictividad (su publicacion mas celebre,
El Perseguido, llego a tirar mas de 4.000 ejemplares). No precisamente por su antipoliticismo y por su antiestatismo, sino por su inclinacion a la
formacion de "grupos de afinidad" (por nacionalidades y no por vinculos sociales mas amplios) y
por su rechazo a la participacion en organizaciones obreras y en conflictos parciales; lograron una
fugaz preponderancia, pero, eso mismo los precipito en la decadencia cuando cambio el escenario.
Nuevas tendencias dentro del anarquismo, las que proponian un discurso de la clase y de los
oprimidos e insistian en la necesidad de la organizacion, dominaron el panorama hasta el
Centenario. El antipoliticismo y el antiestatismo se adecuaban al tipo de Estado al que se oponian.
La accion directa fue la mas eficaz frente a la intransigencia, la represion y el fraude electoral del
Estado oligarquico y la burguesia agraria terrateniente. Pero, ellos tampoco supieron actualizar su
estrategia frente a los cambios en la politica estatal a partir de la ley Saenz Pena de 1912.
Persistieron en el principismo, el autismo y en los viejos metodos, lo que afecto su arraigo popular.
Avanzando desde nuestra historia se impone el rescate de la figura de Enrique del Valle Iberlucea,
senador por el Partido Socialista, quien en el ano 1920 propuso al Senado de la Nacion un proyecto
para la creacion de un Consejo Economico del Trabajo con la participacion de organizaciones de
tecnicos y cientificos, cooperativas, institutos de ensenanza y, principalmente, trabajadores. Lo
medular del proyecto consistia en contrarrestar y eliminar los fundamentos capitalistas del Estado a
traves del control de las empresas de servicios publicos y de la explotacion y colonizacion de las
tierras publicas por parte de los trabajadores. No planteaba la nacionalizacion, sino la socializacion
y la organizacion colectiva de la produccion. Las atribuciones del Consejo no se limitaban a
aspectos tecnicos, sino que debia hacerse cargo de la gestion de la produccion. Poco despues de
presentar el proyecto Del Valle Iberlucea fue desaforado, acusado de sedicion.
Principios similares a los de Del Valle Iberlucea orientaron la propuesta que, en 1932, el diputado
socialista Romulo Bogliolo presento a la Camara Baja. Esta consistia en la creacion de una
Comision de Planes Economicos (COPLAN). En general, se ha destacado el aporte de Bogliolo a la
formulacion de una teoria de la transicion socialista para Argentina basada en la planificacion y en
la autogestion.
En el marco de las embestidas reales contra el capital y las experiencias concretas de los
trabajadores, y por fuera de toda ilusion institucional, no podemos soslayar las experiencias del
sindicalismo "clasista", de las propuestas de poder obrero y accion autonoma de la clase, del
socialismo de base y de lo que se conocio como "alternativismo", en el contexto de la izquierda
peronista de los anos 70. En esos anos, algunas organizaciones como las Fuerzas Armadas
Peronistas y el Peronismo de Base (FAP-PB), entre otras, a partir de una critica al foquismo,
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redefinieron el rol de la organizacion revolucionaria a la que pasaron a concebir como una
herramienta al servicio de las luchas de los trabajadores y de sus organizaciones. Plantearon la
"hegemonia" de la clase obrera a traves del desarrollo de las organizaciones populares autonomas.
De esa manera, comenzaron a medir el avance revolucionario tomando en cuenta principalmente
los niveles de conciencia y organizacion de la clase obrera y los sectores populares y no a partir del
crecimiento del partido o del grado de adopcion de su linea. Esa linea cuasi "luxemburguista" tuvo
como representante a Raimundo Villaflor.
A partir de 1973 esta concepcion, que entroncaba con algunas vertientes trotskistas, comenzo a
llevarse a la practica y tuvo su apogeo en los anos 74-75 con el desarrollo de las agrupaciones
independientes de fabrica y las coordinadoras de gremios en lucha que asumieron un perfil
nitidamente antiburocratico y antipatronal. Este movimiento, surgido de las bases enfrentadas con
las modalidades y objetivos del sindicalismo tradicional, con desarrollo en Capital Federal y la
zona Norte y Sur del Gran Buenos Aires, excedia la lucha economica y llego a asumir objetivos
que planteaban una lucha politica, a la vez que mostraban la confianza de los trabajadores en sus
propias fuerzas. Fue esta una experiencia de lucha, organizacion y desarrollo de democracia obrera
que llego a niveles muy altos de confrontacion con el sistema. Un hito en las luchas populares
argentinas, antecedentes de las luchas actuales en tanto conformaron organismos de lucha
independientes y dieron muestras de capacidad de invencion social. El marco que hizo factible esta
confluencia fue el agotamiento del viejo keynesianismo y de la politica populista. En muchos
casos, las "tendencias de clase" o las propuestas de "poder obrero" provenian de una experiencia
peronista (por ejemplo el caso de la FOTIA), lo que a su vez mostraba las dificultades de la
burocracia sindical y de la burguesia para recomponer su hegemonia y la gobernabilidad capitalista.
Con relacion a la experiencia previa del "clasismo", en particular el caso de SITRAC-SITRAM, en
la provincia de Cordoba a comienzos de la decada del 70, Carlos Masera senalaba: "nosotros
eramos independientes de los partidos, pero eramos politicos, queriamos participar y entender la
politica, no nos queriamos inhibir de ella, la intencion de asumir el clasismo era asumir que eramos
la clase dominada y que queriamos defender los intereses de esa clase. Y a lo largo de las
discusiones con intelectuales se fue profundizando la idea del clasismo [...]" (Licht, 2004:103).
Esta maravillosa experiencia de la clase obrera, que hoy no dudariamos en designar como
constructora de "autonomia" y de caminos propios, fue acompanada de altas dosis de soberbia,
sectarismo y purismo. Cayo en un obrerismo revolucionario. Por ejemplo, el SITRAC-SITRAM se
nego a formar un frente con otros sectores del campo popular (una iniciativa de Agustin Tosco que
fue desoida), dejando de lado cualquier consideracion estrategica (Tosco decia, en relacion a la
experiencia del SITRAC-SITRAM que pocas veces habia visto tanto sectarismo, tanto
engreimiento y falta de humildad y sencillez proletaria); lo que puede verse como contradictorio
con su aporte innegable al desarrollo de una autentica democracia sindical en la fabricas. Hoy, por
ejemplo, en el movimiento piquetero, es dificil contemplar estrategias de unidad con la clase obrera
y con otros sectores populares.
Una de las tensiones que podemos detectar en un sector del movimiento popular de la Argentina es
la que se plantea entre los grupos que pretenden vincular la accion reivindicativa y la politica y los
que parten del principio antipolitico y antiestatal. Como vimos, un conflicto similar dividio a la
izquierda argentina a principios del siglo XX. Por otra parte, las reformas "desde arriba" siempre
generaron contratiempos para las organizaciones e instituciones populares. Por lo general, estas
reformas, se traducen en el seno del pueblo en lineas que, por un lado, pretenden prestar apoyo al
Estado (que va de la integracion lisa y llana al apoyo critico) y, por el otro, las que se oponen a
cualquier iniciativa del mismo.
Tomemos un caso actual. Algunos sectores del movimiento piquetero, debiles y sometidos a las
presiones e influencias de las clases dominantes, tienden al mantenimiento de la intransigencia
social y a la construccion de barreras de clase. En otros tiempos, el reduccionismo de clase, mas
alla de imponerle limites estrictos, pudo servirle al movimiento obrero para consolidarse como
grupo de presion, esto es, corporativamente. Para el movimiento piquetero este reduccionismo, y
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cualquier forma de corporativismo, es directamente suicida. Como grupo de presion en el seno de
la sociedad burguesa al movimiento piquetero le queda muy poco oxigeno. Aunque suene
descomunal, la unica posibilidad del movimiento (en funcion de un proyecto emancipador) pasa
por el desarrollo de una voluntad hegemonica de las clases subalternas en marcos amplios, en el
conjunto de las clases explotadas (en terminos de bloque historico, no de alianza de clases).
Creemos que se deben fomentar las aspiraciones hegemonicas que son la antitesis exacta del
corporativismo. Se deben trazar perspectivas sociales globales. El corporativismo reproduce las
condiciones de subalternidad. El potencial transformador de las clases subalternas se alimenta de la
capacidad articulatoria y no del reduccionismo de sus intereses especificos que es pan para hoy y
hambre para manana. Los trabajadores desocupados deben constituirse como parte de un sistema
hegemonico de base nacional. Lo que no significa depositar en ellos exclusivamente la
responsabilidad del impulso inicial para la construccion de tal sistema.
Un balance historico de estas experiencias nos puede servir para corroborar tanto el anacronismo de
las antiguas soluciones estrategicas (economicismo, anarquismo espontaneista y jacobinismoleninism o)
como para identificar las distintas formas de su reedicion y buscar caminos alternativos.
Las experiencias mencionadas, en lineas generales, tuvieron la virtud de exceder los limites
impuestos por la ortodoxia "revolucionaria" de sus tiempos respectivos y mostraron que un vinculo
mas elevado entre teoria y practica era posible. Al igual que hace cien anos, lo mas adecuado para
distinguir entre proyectos emancipadores no es el objetivo sino los medios que involucran tanto a
las formas de construccion como a los organos del poder popular.
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Excursus
"Si todas sus decisiones en materia de táctica obedecen a este principio: no tratar de crecer
como organización específica sino contribuir en la maduración de los trabajadores, entonces,
si esto es así, seguirá el buen camino."
Antón Pannekoek
"Si había esperanzas, estaba en los proles"
George Orwell
1
Nuestro enfoque se desliza sobre el filo de una navaja. Ha tratado de apartarse tanto de la posicion
antiestatalista como de la pro estatal. Proponemos un debate en dos frentes. Cuestionamos el
estatalismo clasico de la izquierda pero desde un lugar distinto que no niega al Estado. No estamos
de acuerdo con el antiestalismo que no quiere ir mas alla de las situaciones, el antiestalismo que
ante el temor a que el "exceso" conduzca al "leninismo" y a la anulacion de la democracia, alienta
la paralisis y termina prisionero de las logicas del neoliberalismo. En este sentido, consideramos
que se puede elaborar un discurso critico a la representacion, a la nocion de externalidad de la
conciencia, al vanguardismo, y a toda filosofia basada en metadogmas desde un campo
especificamente marxista y politico.
Ante la vision que reduce la explicacion del fracaso de las revoluciones del siglo XX a una cuestion
ideologica mas que historica (el "estatalismo") se han desempolvado argumentos tradicionales y
todo el arsenal folklorico de la izquierda: algunos tratan de explicar este fracaso, ya no a traves de
la centralidad que asumio el Estado en el marco de las estrategias revolucionarias, sino partiendo
del estalinismo. Esto significa que, para algunos, el problema de la revolucion se reduce al papel de
Stalin como artifice exclusivo del proceso de burocratizacion. Ademas, este tipo de argumento
tiende a asociar y a identificar el proceso revolucionario mundial al destino de la revolucion rusa.
Otras versiones mas matizadas consideran que la burocratizacion es un fenomeno que no se puede
explicar a partir de la "traicion" de Stalin, pero no dejan de considerar otras figuras supuestamente
libres de todo pecado, hereticas y derrotadas, (.o hereticas por derrotadas?) como potenciales
antidotos. Debemos asumir que no fueron exclusivamente las aberraciones del stalinismo las que
afectaron las posibilidades de arraigo de la idea socialista en las masas. Por ultimo, y en directa
relacion con las dos visiones anteriores, estan quienes le achacan todos los males al caracter
"nacional" de las revoluciones socialistas triunfantes en el siglo XX.
2
Engels, en 1888, con la pretension de asestar un nuevo golpe a la filosofia clasica alemana, afirmaba
que los hombres siempre actuan dotados de conciencia. Para Engels nada acontecia sin fines e
intenciones, el reconocimiento de los "agentes espirituales" en la historia era una actitud consecuente
con los principios dialecticos, la clave de la rigurosidad pasaba por la busqueda y el analisis de los
factores determinantes de esos agentes. Pero esta concepcion tenia limites claros. Engels, por un
lado, reconocia la existencia e incidencia de agentes subjetivos en la historia, sin embargo, por el
otro, los veia como "determinados" (sin duda por factores materiales), es decir: le niega a los
elementos subjetivos el caracter de "factores determinantes" .
Marx habia avanzado aun mas en la Tesis I sobre Feuerbach: "La falla fundamental de todo el
materialismo precedente (incluyendo el de Feuerbach) reside en que solo capta la cosa (
gegenstand), la realidad, lo sensible, bajo la forma de objeto (
objekt) o de la contemplacion (anschauung), no como
actividad humana sensorial, como practica; no de un modo subjetivo [...]" (Marx y Engels, 1985:665-666) . Por lo menos, en este pasaje la dicotomia objetivo–subjetivo aparece resuelta por la
categoria de praxis.
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Los procesos revolucionarios conjugan dialecticamente dos esferas: la del ser y la del deber ser. En
terminos hegelianos lo subjetivo siempre se corresponde con esta ultima esfera. Negarla implicaria
atribuirle a la historia un sentido predeterminado, pensarla como un concepto abstracto fuera del
hombre que la hace. Jean Paul Sartre decia que el problema no consiste en conocer el fin de la
historia sino en asignarle uno. Las revoluciones, sin duda, surgen de la desesperacion, pero tambien
y basicamente de la esperanza.
Desde un analisis de las "condiciones objetivas" basado en la "doctrina" y no en la consideracion de
los hechos, la realidad se convierte en un epifenomeno de la teoria y se produce una recaida
subjetivista. En segundo lugar, existe cierta tendencia a considerar los factores objetivos y subjetivos
como terminos absolutos. Desde esta perspectiva, cualquier fenomeno de conciencia se liga a la
subjetividad y cualquier fenomeno del plano estructural se liga a lo objetivo. Se corren asi dos
riesgos: 1) se pueden asumir posturas deterministas y derivar mecanicamente consecuencias
ideologicas de cambios materiales y 2) se pueden asumir posturas voluntaristas reduciendo la
realidad a los estados del sujeto.
Lenin definia las condiciones objetivamente revolucionarias con una formula bastante sencilla: crisis
arriba y presion abajo. Ahora bien, para que exista esta presion abajo .no son necesarios ciertos
hechos de conciencia?, .no es necesario que se genere una identidad colectiva, una practica social y
politica alternativa y una nueva vision del mundo?
Sostenemos el rol preponderante de los hechos de conciencia en los procesos de cambio, pero no
queremos caer en la actitud tajante de colocarlos sin mas en el plano de lo "subjetivo" en terminos
absolutos. Los hechos de conciencia, las representaciones de la realidad .no se convierten en datos
objetivos cuando se tornan homogeneos y masivos? .Acaso no es la ideologia, segun Marx y
Gramsci, la esfera donde los sujetos toman conciencia de los conflictos de las estructuras?
3
La utopia en el marco del pensamiento politico de los 90 se convirtio en el objeto desestimable por
antonomasia. Relegada al campo de lo inexistente y colocada en los lindes del delirio, vivio su peor
tiempo (prolegomenos de lo que resulto ser una renovada vitalidad). El naturalismo social y realista
de los sectores dominantes que con su estupido optimismo quiere hacernos creer que habitamos el
mejor de los mundos posibles niega a la utopia porque vive su dominio como realizacion.
Para otros la reivindicacion de la utopia constituye la actitud defensiva de algunos intelectuales que
desesperadamente intentaron contrarrestar el cinismo de las justificaciones del estalinismo y la
socialdemocracia (Vazeilles, 1992): "Es obvio que dicha reivindicacion fue adoptada como un
sostén anímico para el pensamiento crítico
(italicas nuestras) pero al precio de desligarse de la confianza de ser un anticipo de la realidad futura" (
ibíd.:12). Se contrapone asi utopia a praxis. La utopia aparece como el refugio del intelectual marginal (al margen del movimiento real) o como el
lugar etico de la inoperancia.
Los primeros criticos del "utopismo" fueron Marx y Engels. Veian en este una consecuencia de la
falta de desarrollo capitalista. Las diversas construcciones utopicas eran el resultado de una epoca
sin industrias y sin clase obrera. La explicacion tendia a la justificacion de las primeras propuestas
de ese tipo. El posterior desarrollo del capitalismo hizo que los clasicos diferenciaran entre utopistas
buenos y nocivos. Pero lo que Marx y Engels hicieron en realidad fue criticar al "socialismo
utopico" y no la idea del espacio propiamente utopico.
Ernst Bloch senalaba que el marxismo no era ajeno a la idea de lo realizable o de lo esperable en
virtud del proceso ya que en el subsistia un espacio fronterizo mesianico (el "reino") en la forma de
lo utopico total. El utopismo "reflexivo" de Bloch propone anticipar a partir del reconocimiento
consciente de la tendencia objetiva. Anticipar psicologicamente la realidad posible oponiendose
tanto a la mera ilusion como al automatismo objetivista que concibe al capitalista como la
personificacion del capital abstracto.
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Por su parte, Frederic Jameson plantea un "espacio revolucionario emergente" situado fuera del
mundo politico, social y geografico "real", pero en concordancia con una prefiguracion en pequena
escala de la transformacion revolucionaria del mundo real. La utopia como sueno de un sistema
verdadero, justo y agradable, no es ajena a la historia. Porque el mito que se proyecta al futuro, el
arquetipo de la edad de oro o la sociedad de la sabia organizacion social esta siempre determinado
por el presente.
Mas alla de la critica a las construcciones concretas de los "socialistas utopicos", en la mayoria de
los casos harto falibles y simplistas, la critica marxista partia de la concepcion del socialismo como
destino inevitable, resultado de la evolucion historica. En el marco de la concepcion del socialismo
como producto de la evolucion del sistema capitalista y del desarrollo de sus contradicciones
inherentes, la utopia, malentendida como fantasia o construccion abstracta y ajena a la historia, tenia
poco que hacer.
Ahora bien, en reiteradas ocasiones la izquierda renego del
pensamiento utópico para asumir una matriz de pensamiento que podriamos denominar
escatológica.53 El pensamiento escatológico hace referencia a un tiempo perfecto e ineludible. Esta estrechamente ligado a la categoria de
redención. La redencion implica la presencia activa de un agente privilegiado, el agente encargado de redimir:
Dios (agente celeste), el partido o el mercado (agentes terrestres). El socialismo real como forma le
propuso a la humanidad estados terminados garantes de convivencia armonicas, precisamente lo que
el socialismo cientifico supo cuestionarle al socialismo utopico.
Como contrapartida el pensamiento utopico se basa en el planteo de espacios perfectibles. No se
puede asociar a la categoria de redencion sino a la de construccion (que hace referencia a una obra
que necesariamente debe ser colectiva). Desde una matriz de pensamiento escatologica el tiempo
perfecto es un destino obligado, hay caminos ya trazados y la meta tiene un fatal poder de atraccion
que anula la iniciativa de los individuos. El pensamiento utopico, aun encauzando las acciones (las
luchas) hacia un horizonte trascendente o metapolitico, no desestima la creatividad de los sujetos (las
clases subalternas) y sus esquemas organizativos- participativos cotidianos, es mas, contribuye a
potenciarlos. La utopia se resiste al socialismo "desde arriba". Rompe con la relacion medios-fines.
El pensamiento utopico se funda en una idea de la revolucion que tiende siempre a satisfacer
situaciones cambiantes y no conceptos rigidos.
La tarea politica que el pensamiento utopico nos impone categoricamente consiste en abandonar la
busqueda de "otros mundos" y convertir a este en el objeto unico de nuestro deseo. Martin Buber
citaba a un Engels que suele pasar inadvertido: "la utopia surge cuando uno se atreve,
a base de una situación existente, a trazar de antemano
(italicas nuestras) la forma en que puede resolverse tal o cual antagonismo de la sociedad existente" (Buber, 1987). Pero, posiblemente, el mero trazo de esa
forma "de antemano" sea insuficiente y haya que caminar imaginando. La utopia es ese trayecto de
un anclaje a otro que lo supera. Lo supieron Bolivar, San Martin y el Che, ejemplos de accion
espoleada por la Utopia.
4
Debemos tener mucho cuidado con las politicas de los "espacios fijos" muy de moda. Entre otras
cosas porque esta politica es autorreferencial, no se piensa en funcion de mas de un sujeto y
muchas veces elude la dicotomia nosotros-ellos (en la generalidad de los casos el "ellos" aparece
difuso) y, por lo tanto, no puede pensar una estrategia. La autonomia se termina confundiendo con
el autismo. Algunas versiones de la critica radical de la "representacion" pueden favorecer el
desarrollo de formas de autorreferencialida d en las organizaciones del campo popular y el
repliegue sobre si mismas. Se idealiza la propia construccion (de base) y esta ingresa en un
53
El término escatológico hace referencia a las distintas concepciones de la vida ultraterrena. .. y también al excremento.
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proceso de autoneutralizacion politica, ademas de vaciarla ideologicamente y aislarla socialmente,
lo que lleva al fraccionamiento. Asi se separa la tactica de la estrategia, la reivindicacion especifica
del proyecto de transformacion mas amplio, al objeto del sujeto. Vemos, con cierto panico, como
en el campo popular se reeditan las formas del "sindicalismo puro" (que en sus distintas
expresiones busco consolidar un poder economico social al margen de cualquier connotacion
politica) y del lenguaje del "participacionismo" en la Argentina durante las decadas del 60 y el 70,
que proponia convertir a la CGT en un "poder autonomo" de la estructura capitalista, pero para
complementarla (hacer lo que el capitalismo no hace). Se trata de un camino no apto para la
unidad.
Por otro lado, tambien suele ser comun la confusion entre los intereses inmediatos de la vida
cotidiana, las simples estrategias de superviviencia y los sistemas sociales.
El todo es distinto a la suma de las partes, pero este esta presente en la parte. Sin duda, que la
alteracion de una parte afecta al todo, pero no lo cambia. Entonces, el todo se encarga de la parte
discola. Porque la parte esta mediada por el todo en sus relaciones con las otras partes. Hay que
trabajar en la parte, pero sobre todo en sus mediaciones articuladas con la totalidad (y tambien en el
todo). Situar es determinar el lugar real del objeto considerando el proceso total. La experiencia
critica se hace al interior de la totalidad.
5
El desarrollo de las organizaciones populares de base, el sindicalismo combativo no excluyen la
necesidad de una organizacion politica, revolucionaria y anticapitalista. De cara a un proceso de
cambio social son necesarias las instancias politicas "extraordinarias", como
momento y no como exteriorizacion fija y especializada en el ejercicio del poder. La politica revolucionaria debe
potenciar y jerarquizar las luchas sociales y tambien las "culturales". Creemos que hay que
construir multiples herramientas pero incontaminadas de tentaciones jesuitas, jacobinas, de la
nocion de "razon de Estado" y del taylorismo. Debemos apostar a un proceso de constitucion de los
sectores populares en fuerza politica, "reinventar" lo politico desde lo social, recomponer
politicamente el campo popular, ir mas alla de la reestructuracion de las articulaciones sociales mas
esenciales que se vienen produciendo, es decir: exceder los procesos de reconstruccion de los
vinculos sociales, superar la etapa del grupo-refugio. Las organizaciones populares que pujan por
instituir un orden reproductivo social alternativo conforman el poder "material". La herramienta
politica, por ende, debe estar subordinada en cuanto a su tarea historica, a diferencia de lo que
ocurria y ocurre con los partidos tradicionales de la izquierda (parlamentaristas por vocacion o en
los hechos, aunque algunos piensen el cambio desde logicas insurreccionales) , donde las decisiones
en materia de tactica le adjudican a las masas un papel secundario y la direccion efectiva recae en
los "politicos" o en los "cuadros", personalidades individuales o castas.
La concepcion estatalista del poder concibe al cambio revolucionario como la sucesion de fases que
se engendran unas a otras. El poder politico aparece como la primera fase que permite el
desenvolvimiento de las otras: la expropiacion de la clase capitalista, la reorganizacion del proceso
de produccion, la creacion del hombre y la mujer nuevos...
Necesitamos una herramienta politica que sea el fruto de la construccion de un conjunto de
organizaciones populares que no resignan su autonomia en el acto de creacion de la misma. Es
imprescindible que sea asumida como punto ecumenico de confluencia del conjunto de las fuerzas
transformadoras, especialmente de las experiencias de masas de proyeccion socialista y, por lo
tanto, caracterizadas por formas de construccion democratica. Esta herramienta sera una realidad
solo si las organizaciones populares logran diferenciar los diferentes espacios de confrontacion con
el poder y sus logicas especificas, si asumen que no hace falta fundir (u homogeneizar) las distintas
identidades organizativas y culturales, si reconocen en la esfera politica un espacio diferenciado y
necesario de accion.
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Concebimos esa herramienta como un organo dirigente unificador y subordinado en el contexto de
un movimiento de masas, como una totalidad no cerrada en la que cada fragmento aporte sus
particularismos, sus modos originales, sus formas de resolver problemas; como un espacio de
totalizacion y de sintesis de un conjunto heterogeneo de practicas anticapitalistas,
contrahegemonicas, solidarias y de proyeccion socialista. Por supuesto, somos conscientes de los
riesgos. La cristalizacion de las formas puede llevar a que la herramienta abjure de su condicion
instrumental y limitada y fabrique otra "maquina" alimentada por la sobrestimacion de su
"eficacia". Asi, los cambios pasan a concebirse como resultado de las intervenciones especializadas
de una vanguardia. Tambien el impulso totalizador puede llevar a la homogeneizacion y a la
uniformidad que rechazamos y que es tipica de las herramientas del antiguo regimen
emancipatorio. Evidentemente, la tension entre la homogeneizacion y la diversificacion no es
nueva. Para evitar que se salde a favor de la primera y en forma compulsiva habra que instituir y
auspiciar formas saludables de separacion y no las que utiliza el capital (como la desigualdad, la
dictadura o el imperialismo) .
Aspiramos a la construccion de un movimiento politico que sea parte de la cultura: que la politica
sea un momento destacado de la practica social y cotidiana de nuestro pueblo, un componente del
imaginario popular, de los mitos, de sus ceremonias. La "autonomia" de este momento (que hay
que revalorizar) exige determinadas mediaciones pero no implica necesariamente la
monopolizacion de la politica por parte de un partido o instancia similar.
Lo importante es asignarle a esta herramienta un lugar no central (excentrico) en el marco de una
estrategia de poder popular. Un lugar, sin duda, muy distinto al que suele ocupar en el marco de las
estrategias de tipo leninista.
6
Desde algunas posiciones cercanas al anarquismo se concibe el presente opresivo y el futuro
igualitario como temporalidades absolutamente contrapuestas y desconectadas. De este modo, sin un
detenimiento en los nexos -precisamente donde radican todas las contradicciones y todas las
encrucijadas del proceso emancipador- se puede mantener la castidad ideologica sin correr riesgos ni
embarrarse los pies. Ausente la nocion de transicion y la posibilidad de toda transaccion con la
realidad (y por ende, ausente la politica) no puede haber intervenciones tendientes a crear "las
condiciones para". El culto a las formas puras, el fervor abolicionista, alimenta la intolerancia frente
a la necesariamente lenta degradacion del Estado y sus instituciones.
Distinta es la posicion de algunos autonomistas que han demostrado una preocupacion por los nexos.
Pero, de cara a una transicion, han depositado sus expectativas en el desarrollo de un conjunto de
organizaciones "autonomas", portadoras de los embriones de la nueva sociedad. La degradacion del
sistema se ve como el resultado de la expansion de estas formas puras. Una especie de proceso
gradual de cercamiento y sustitucion donde las comunidades construyen vinculos sociales
incompatibles con el capital y al que tambien contribuyen los actos de rebeldia (en un sentido muy
amplio) de los individuos aislados, manteniendose –otra vez- ese ideal de pureza inmaculada. Se
deja de lado el problema de la adaptacion, la asimilacion, el aislamiento social, el agotamiento y los
condicionamientos que impone la logica del capital. Se pone en juego asi la existencia misma de
esas organizaciones y el desarrollo de su real potencialidad. Se ignora que la fuerza social de los
trabajadores y del pueblo no se afinca en el reduccionismo de sus intereses particulares, sino, por el
contrario, en su capacidad articulatoria y en sus facultades para atravesar el territorio de la cultura y
la politica. Si aparece aqui la cuestion de la transicion (poco traumatica
: nosotros atendemos nuestro juego,
ellos el suyo), pero sigue ausente la politica. En esta perspectiva la lucha de clases no se concibe como una lucha entre sistemas de hegemonia.
Por cierto, el nexo entre el presente opresivo y el futuro igualitario que proponen no es muy original.
En esto Negri y Holloway se acercan a Berstein, el "contrapoder" y el "antipoder" a las ilusiones del
cooperativismo decimononico.
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7
Negar el valor estrategico del poder estatal no debe llevar a desecharlo como una cuestion "tactica"
cuya resolucion resulta fundamental, .o acaso el Estado no es un "punto denso" de la concentracion
de poder? Si bien el poder del Estado no es el "objetivo", nos parece un paso necesario, un medio
de la accion emancipadora. No debemos olvidar que existe una "distribucion desigual del poder
estatal" y que el Estado ha sido el principal gestor de las politicas neoliberales, es decir, el Estado
ha intervenido e interviene como dispositivo estrategico de los sectores mas articulados al proceso
de globalizacion. Es evidente la relacion historica entre la concentracion del poder economico en
los organismos centrales del Estado y la centralizacion del poder.
Al pensar los caminos mas adecuados para el desenvolvimiento de la potencialidad de las acciones
colectivas aparece indefectiblemente la cuestion del poder estatal, no se impone como eje principal,
pero si como un aspecto a resolver. La emancipacion (o la autonomia) no pueden pensarse sin
resolver la cuestion del poder estatal. Muchas orientaciones, en perspectiva socialista, solamente
podran desarrollarse una vez resuelta la cuestion del poder estatal. La autogestion, el autogobierno,
sin ir mas lejos. La autonomia debe construirse (y disputarse) en todos los frentes, incluyendo el
Estado. Pero, para lograr que las clases subalternas adquieran posiciones de poder estatal hay que
avanzar todo lo que se pueda en la autogestion y el autogobierno. Toda forma anticipatoria y
prefigurativa resulta fundamental. El proyecto como trascendencia debe ser exteriorizacion de la
inmanencia.
El objetivo es crear un sistema organico nuevo, no tomar el poder. Pero consideramos que lo
primero requerira, en algun momento, resolver la cuestion del poder. O sea, aunque no se trate de
instituir un orden
desde el Estado, sino de instituir una presion desde la sociedad, esta presion, por si misma, no alcanza para resolver la cuestion del poder estatal.
Hemos destacado reiteradamente que nuestro objetivo principal no deberia consistir en tomar el
poder estatal, sino en superar la postura defensiva del trabajo respecto al capital, pero .como
lograrlo sin neutralizar el poder de mando del capital? La creacion de organos de poder por parte de
las clases subalternas no "descompone" automaticamente al Estado. Entonces, hay que construir
desde abajo, desde adentro y desde la raiz misma del sistema del capital. La transicion implica una
dinamica de disputa permanente de dos logicas: la del capital y la de su antagonista. Esa disputa,
que es una disputa por la hegemonia, se da en una miriada de planos.
La logica del Estado burgues y sus instituciones son funcionales a la reproduccion del sistema. Por
eso, el Estado y sus instituciones son un ambito inadecuado para el despliegue del movimiento
emancipatorio. Existen tendencias estructurales a la integracion y a la adaptacion: .como
neutralizar esas tendencias?, .como afectar la conservacion de esas instituciones? , .como
trastocarlas? Sin aventurar respuestas para estos interrogantes, se nos ocurre que un buen punto de
partida podria ser tener en claro que se trata de un terreno "ajeno" y por lo tanto desacomodado
para nuestras metas. Pero, si asumimos el horizonte de la construccion de la hegemonia de las
clases subalternas y en pos de el avanzamos, el "trastocamiento" se torna factible (incluyendo el
trastocamiento del caracter integrativo del Derecho y el campo electoral). Para el devenir del
proceso emancipador puede resultar necesario incursionar en terrenos impropios. Lo determinante
es concebir y decidir en el terreno propio y ejecutar en el ajeno con instrumentos no hipostasiados.
La cuestion principal se reduce al desarrollo de estrategias que favorezcan la creacion de las
condiciones materiales y politicas, las mas adecuadas y aptas, para lograr el debilitamiento real e
indefectiblemente gradual del Estado. Segun Istvan Meszaros, "[...] el 'debilitamiento gradual del
estado' no se refiere a nada misterioso o remoto, sino a un proceso perfectamente tangible que debe
ser iniciado de inmediato en el presente. Eso significa la progresiva readquisicion de los poderes de
toma de decisiones politicas alienados por parte de los individuos en su transicion hacia una
genuina sociedad socialista [...]" (1999:838).
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Las practicas orientadas a la construccion de hegemonia favorecen la formacion de la conciencia
politica de las clases subalternas al superar el sentido comun y desarrollar una critica teoricopractica
de la realidad. La lucha por la construccion de la hegemonia de las clases subalternas es la
lucha por la liberacion nacional, por la construccion de una nacion popular democratica, por el
poder popular. Lo que determina en ultima instancia la calidad de la resolucion de la cuestion del
poder (y seguramente el desarrollo de la experiencia
a posteriori) es el caracter de las construcciones previas.
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