domingo, 28 de septiembre de 2008

Rv: [foro_centenario] "¿Qué (no) hacer?" Miguel Mazzeo (texto completo)



--- El dom, 28/9/08, Gustavo Pérez Hinojosa <gperezhinojosa@gmail.com> escribió:
De: Gustavo Pérez Hinojosa <gperezhinojosa@gmail.com>
Asunto: [foro_centenario] "¿Qué (no) hacer?" Miguel Mazzeo (texto completo)
Para: foro_centenario@yahoogroups.com, "genera cion" <generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx>, "UNIVERSIDAD SOCIALISTA JOSE CARLOS MARIATEGUI" <uspjcm@gmail.com>
Fecha: domingo, 28 septiembre, 2008 11:17

Miguel Mazzeo

¿Qué (no) hacer?

Apuntes para una crítica de los regímenes emancipatorios

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"No hay otros mundos pero están en éste"

Paul Elouard

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Prólogo

"Sin Teoría Revolucionaria no hay revolución"

V. I. Lenin

"Teorizar lo hecho"

Ernesto Che Guevara

Este nuevo libro de Miguel Mazzeo (escritor que a pesar de su juventud ya podríamos catalogar

de prolífico) viene a sumarse a los serios (aunque no numerosos) intentos de aportar a la

revitalizació n de la literatura política de izquierda en la Argentina. En este campo, la mayor

parte de los trabajos se ubican en la variable «histórica», intentando la reconstrucció n de

hechos, la revaloración de protagonistas, el análisis de procesos; en este sentido se han

logrado aportes importantes, entre los cuales se cuentan algunos del propio Mazzeo. Otro

camino muy transitado dentro de la «literatura política» muestra numerosos trabajos de origen y

estructura periodísticas en formato libro, biografías "no autorizadas" , etc., donde conviven

desde investigaciones serias hasta simples actos de oportunismo (comercial o político).

La vertiente que me interesa señalar -y que se corresponde con este libro- es la que ha

volcado esfuerzos en indagar sobre problemas teóricos y, en especial, acerca de conceptos

que guiaron y guían el accionar de los militantes populares; aun de los que creían y creen que

la frase del Che que está al comienzo de la página, acerca de teorizar desde la práctica,

significa obviar toda indagación teórica, en oposición a la anterior. Creemos que es un error

contraponerlas, ya que a nuestro entender se articulan perfectamente: toda teoría está basada

en la práctica. "La materia piensa", asegura Lenin con razón.

En la mencionada corriente indagatoria de conceptos se inscribe el presente texto de Miguel. Y

-a diferencia de muchos intentos semejantes- lo hace calando el bisturí sin falsos pudores ni

alevoso oportunismo, ubicado en la posición del militante popular comprometido con la

transformació n revolucionaria de la sociedad. Las cuestiones fundamentales tratadas en el

texto son las que permanentemente nos han acuciado y acucian a los militantes de izquierda: el

Estado, el poder, la organización política; con el agregado de un tema al que no siempre (al

menos en la Argentina) hemos atendido: la Nación. El tratamiento está solventado no sólo por

una indudable erudición, sino, fundamentalmente, basado en una práctica en el seno de

sectores sociales populares. Las preguntas enunciadas, las respuestas esbozadas, las

propuestas explicitas o implícitas, son las que, en el movimiento popular, se efectúan los

militantes que además de las tareas buscan sus fundamentos, sus objetivos, sus porqués y

paraqués. Esto es así, a pesar que Miguel enuncia con modestia que "se trata simplemente de

reflexión militante que pretende: por un lado ordenar y generalizar ideas surgidas al calor de las

luchas populares recientes". Creo que el resultado va mucho más allá y será una fuente de

consulta y debate indispensable.

Ahora bien, estamos convencidos que prologar un libro no significa necesariamente

prolongarlo. Es decir, ni explicarlo (no lo necesitan ni el autor ni el lector) ni emitir opiniones

acerca de los mismos temas, polemizando o aplaudiendo las afirmaciones o negaciones que

emergen del texto. Pero sí creemos pertinente opinar acerca de qué significado tiene para el

activismo la aparición de ciertos textos y de éste en particular. (Cierto: para el activismo que

piensa que el marxismo no es un dogma, ni las fuentes son textos sagrados en los que -

apenas- hay que tener capacidad o suerte en ubicar el versículo correcto para encontrar la

respuesta acertada; en nuestro caso, somos ateos de todo dios). Por lo tanto, desde este punto

tomamos distancia del cuerpo principal del libro y nos limitaremos a señalar algunos aspectos

de la relación teoría-militancia. Muy breves reflexiones, que solicitamos sean tomadas sólo

como tales, acerca de dos temas considerados esenciales y que tuvieron y tienen que ver con

la actividad práctica.

Algunos de los que provenimos de antiguas militancias solemos afirmar que la derrota de los

setenta no fue estrictamente por desconocimiento teórico o por mala aplicación de verdades

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reveladas. En toda pelea hay, al menos, dos contrincantes. La militancia popular milita para el

cambio; la burguesía, claro, se opone con todas sus armas; y golpea, actúa, opera, milita, legal

e ilegalmente. Esos son detalles -importantes, no hay duda-, pero detalles. Fue así hace cien,

cincuenta, treinta años y lo es ahora. Pero este reconocimiento de que hubo una derrota, que

siempre es por relación de fuerzas o por cómo son utilizadas, no invalida que ya por entonces

(los años sesenta y setenta del siglo pasado), era posible verificar la necesidad de inventar

(nosotros, los militantes) nuevas fórmulas de accionar, basadas en criterios o conceptos acerca

del Estado y la organización política, nuestras mayores falencias teóricas, según nuestra

opinión.

En la época señalada, prevalecía largamente una visión instrumentalista del Estado y el diseño

más valorado era el efectuado por Lenin en El Estado y la Revolución; se soslayaba que el

modelo tomado no era el Estado capitalista que las clases dominantes habían forjado en la

Argentina, y sus formas de dominación condicionados por las formas particulares de la lucha de

clases en el país; más aún, que ni siquiera en la Revolución de octubre se siguió el

proceso de desmembramiento o destrucción que el señalado en el texto del gran

revolucionario ruso (texto que, acertadamente, Mazzeo propone leerlo en clave anarquista).

En cuanto a organización revolucionaria, si bien hubo intentos de buscar formas menos rígidas,

más descentralizadas, etc., es obvio que el modelo de ¿Qué hacer?, incluidas las

deformaciones y tergiversaciones del estalinismo, orientaron la mayoría de las estructuras.

¿Por qué en ambos casos se toma a Lenin? Valga la aclaración, pero está muy claro: sus

obras eran las más consultadas, las formas orgánicas por él expresadas eran las más

seguidas, habían sido aplicadas en la formación de la mayoría de los partidos comunistas y el

local no fue una excepción. En muchos casos, las formas excesivamente centralizadas

(principal crítica al modelo organizacional leninista) eran aplicadas en estructuras que

abarcaban diversas posiciones políticas; en no pocos casos, hasta en organizaciones que

asumían el peronismo como identidad política. Sabemos que difícilmente haya acuerdo en

esto, pero si bien se leía con avidez a Trotsky o a Mao, la referencia obligada a la hora de

plantear una estructura era el leninismo.

En algunos terrenos, por ejemplo en aquellas organizaciones que asumían la lucha armada, la

organización celular podía ser más estricta en orden a la seguridad; pero la pirámide concluía

en el Comité Central, Ejecutivo, etc. Vladimir Ilich Ulianov era para todo el mundo el creador y

líder de la primera revolución proletaria; si bien -paradojalmente- de sus textos principales

poco quedó en la práctica soviética, era el más grande intelectual de la filosofía de la praxis

(Gramsci dixit). Por otra parte, estábamos imbuidos de la certeza de la inmediatez del hecho

revolucionario. Y, como afirma Lukács, "La idea leninista de la organización presupone la

realidad de la revolución, la actualidad de la revolución". La presunción de la cercanía sumaba

méritos a textos imbuidos de certezas preciadas, de jacobinismo atrayente.

Ahora bien, y en los dos casos: ¿es culpable Lenin de nuestras incompletas o incorrectas

lecturas, o de nuestra irredenta vocación copista, que repetimos en corrientes maoístas,

castristas y -muchos después- hasta sandinistas? En ese entonces -generalizando y

simplificando-, estábamos convencidos de que el Estado era una especie de fortín al cual los

indios sólo teníamos que asaltarlo en el momento apropiado. Pero, buscando otros referentes:

¿no nos decía Gramsci que el Estado es el espacio donde las clases dominantes reproducen

las condiciones de su dominación y obtienen consenso para ello? Esa palabrita allí instalada

no era nueva en la literatura marxista, pero otro de los grandes nos lo mostraba con mayor

claridad aún y no lo tuvimos en cuenta, como tampoco el concepto de hegemonía que de allí se

desprendía y que también (¿otra casualidad?) ya había sido tenida en cuenta en otros textos

de autores clásicos.

En cuanto a organización basada en aplicaciones muy particulares de orientaciones de ¿Qué

hacer?, bastardeadas por la burocracia y esclerosada por la mediocridad, ¿es también Lenin

culpable de que hayamos decidido que nuestro ciclo lectivo concluía en 1917, año más, año

menos? Es posible rastrear rasgos de rigidez burocrática y hasta de manipulación del conjunto

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en el modelo explicitado en el multimencionado texto, pero Lenin también fue el creador de la

más grande consigna revolucionaria: «Todo el poder a los soviets». También podríamos

habernos quedado en ella, desarrollarla, defenderla, aplicarla. Más que encontrar fallas en el

texto cuestionado, la tarea pasa por encontrar las causas, los pasos que llevaron a que esa

consigna derivara en algo parecido a «Todo el poder al aparato del Partido», hecho deleznable

así haya que reconocer las presiones que soportaba la joven revolución. En otra dirección:

Lenin -y no sólo él- era muy agresivo a la hora de los debates; partiendo de que la suerte de la

revolución estaba en juego si prevalecían otras ideas, no valían los buenos modales; a

Bogdanov, por ejemplo, lo criticó muy duramente en varias oportunidades, pero no lo mandó a

fusilar -como reconoce Karl Korsh que no era apologista de Lenin, precisamente- ni organizó

los paródicos y brutales juicios de Moscú. No se trata de defender al viejo revolucionario de sus

jóvenes agresores, mucho menos en este libro, donde eso no ocurre. Simplemente, que en el

caso de Lenin nos parecen muy equivocadas dos posiciones antagónicas entre sí:

En primer lugar la postura acrítica, que llega a ser dogmática, de matriz religiosa, que remite a

posturas del catolicismo (inmodificació n del dogma, infalibilidad del Papa). Compañeros que

nos merecen el mayor respeto, en la práctica política siguen creyendo que, un siglo después,

Lenin debe hacernos los deberes. Esta actitud no solamente es nada marxista, sino tampoco

leninista; ninguno de ellos se quedó con lo "aprendido", ni Marx con Hegel, ni Lenin con

Plejanov, por citar ejemplos. Además, de hecho se ignora que desde el marxismo han surgido

valiosos aportes para problemas centrales y que los cambios en las formas de dominación

necesitan respuestas también novedosas.

La otra posición, por lo general cargada de oportunismo, es buscar (y extraer con fórceps) en

las posiciones leninistas la raíz de todos nuestros males, y el origen fatal e inexorable de las

lacras del estalinismo, burocratizació n e intolerancia incluidas. Esta postura nos recuerda la

frase de Eric Hobsbawn: "La destrucción del pasado, es decir de los lazos sociales que

vinculan la experiencia contemporánea del individuo con la de generaciones anteriores, es uno

de los fenómenos más característicos y extraños de las postrimerías del siglo XX". Más

conocedor de ciertos oportunismos folclóricos, John William Cooke asegura en una carta a un

compañero: "Si Lenin no tomaba el poder en Octubre, hubiera quedado como un espía

alemán".

Lejos de las dos posturas señaladas, la reflexión que pretendemos no se basa en un tercerismo

conciliador, sino buscamos que del análisis de las situaciones concretas (en este caso de la

etapa sesentista y setentista) surja una autocrítica que no se acote en la parte «operativa» de

la praxis política, sino que además abarque los conceptos teóricos que fundamentaron ese

accionar. Allí, según creemos, no sólo pasa por saber si leímos bien o no a los clásicos, o si

ignoramos olímpicamente a Luxemburgo, Gramsci, Korsch o a Pannekoek, Mariátegui o Mella,

Silvio Frondizi o John William Cooke; pasa por no advertir que, además de fuentes donde

abrevar para aprender, lo eran para comparar, mejorar y, sobre todo, pensar con cabeza

propia, para crear nosotros mismos -desde nuestra práctica y desde nuestra realidad-

una teoría revolucionaria novedosa. Que de eso se trataba. Que de eso se trata.

Es decir: de los postulados leninistas no deben extraerse enseñanzas perennes, como no debe

hacerse de ningún texto marxista. La grandeza del Jefe de la Revolución Soviética, estribó

fundamentalmente en responder a un determinado desarrollo de las clases dominantes con una

propuesta que, en primera instancia fue exitosa. Y lo fue porque fue asumida por millones de

personas, lo cual no significa que hoy debiera serlo. Aunque redundar es síntoma de débil

retórica, repetimos que hoy ser revolucionario es militar creando, no por afán de originalidad,

sino porque es necesario. Desde el marxismo siempre se propuso analizar con espíritu crítico;

al pasado debemos abordarlo con ese espíritu que, en rigor, significa "acercamiento" . Desde

allí, y para reafirmar que no es posible criticar sin ubicarse en el contexto histórico, recordemos

que Argentina 2000 no es Rusia en 1900; se nos ocurre que, en la posibilidad de un diálogo

intrahistórico, Lenin podría contestar la interpelación de algunos como dicen que hizo un jefe

sandinista a un político argentino, "todólogo" él. En la reunión, respondiendo al que lo criticaba

por los errores cometidos en la guerra contra Somoza, dijo: "Es cierto, nos equivocamos; tal

vez porque ustedes no estaban..."

Atención: ni antes éramos idiotas o ciegos, ni ahora las sabemos todas. En aquel tiempo

vivíamos una época de revoluciones triunfantes; la iniciada en 1917, fortalecida en 1949,

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cercana a partir de 1959: Esas revoluciones triunfantes no mostraban demasiadas diferencias

bajo la apurada y ansiosa mirada de nuestra impaciencia. Es claro que hubo voces (algunas

ahora magnifican su número y volumen) y es cierto que hubo advertencias y hasta propuestas

de organización y construcción distintos. Pero la tendencia general era impuesta por la

necesidad de apurar el paso y, otra vez, las propuestas organizativas pensadas para

momentos de crisis revolucionaria eran las más aceptadas. Ni idiotas ni analfabetos, tal vez sí

trasladamos mecánicamente experiencias triunfantes, soslayando que cada revolución

busca y necesita su propia originalidad. La originalidad que sí tuvieron los soviéticos, los

chinos, los vietnamitas, los cubanos.

La etapa de recomposición política que atravesamos (otro acierto de este libro es la descripción

de los nuevos modelos organizacionales) necesita, a nuestro entender, de la recuperación de la

capacidad crítica, que no debe ser, por supuesto, hacer tabla rasa con todo lo anterior. Significa

asumirse partícipes de una revolución que necesita revitalizar sus fundamentos desde la

práctica, desde el seno de las masas trabajadoras, populares que son (somos) los necesarios

hacedores de la transformació n social que, mal que les pese a muchos, sigue llamándose

revolución; que necesitará de una organización realmente participativa y auténticamente

democrática; que no deberá desdeñar formas de delegación, por controlada que ésta fuere; y

también una ética que reconozca la necesidad de forjar conjuntamente nuevas relaciones

sociales, basadas en la solidaridad en libertad y en la ética guevarista su fundamento moral. El

hombre del siglo XXI, nosotros mismos, al decir del insoslayable Ernesto Guevara, el Che para

más datos.

Creemos que los trabajadores y sectores populares estamos en la búsqueda de nuevas formas

de participación social y política; la aparición de experiencias como la de los zapatistas y el

MST de Brasil son buenos ejemplos. Entre nosotros, esa búsqueda se hace especialmente

notable a partir de la explosión del 2001. Y, vale recordar, se busca cuando no se tiene; o

cuando lo que se tiene no alcanza. Es decir: los modelos organizacionales se agotaron, tal vez

por causas endógenas, tal vez -y especialmente- porque respondían a realidades que ya no

existen. Pero lo central sigue vigente: sin organización ni teoría, renovada permanentemente

por la práctica, difícilmente haya revolución. No se necesita demasiada "formación" para luchar

contra la injusticia, pero tomar el aspecto teórico como aspecto secundario o dejarlo en manos

de "especialistas" , es apostar a dos problemas ya vividos y no superados: la perpetua

repetición de errores o la formación de elites vanguardistas.

Como reflexión final, van algunas preguntas. Todo hace parecer que no hay grandes cambios

en las estructuras de las organizaciones de izquierda "tradicionales" . Ahora bien, en los nuevos

modelos, que declaran (o declaman) ser participativos, horizontalistas, democráticos, ¿no hay

muestras de soberbia, autoritarismo ni manipulación de la voluntad colectiva?; con permiso,

otra pregunta: ¿han logrado ser democráticas, participativas y además (además) ser eficaces?

Son avances, búsquedas, pero falta. Basta de arar con viejos bueyes, dice la canción de Silvio

Rodríguez, no tirar al niño con el agua sucia, dice la sabiduría popular; habrá que inventar.

Buena tarea, parte inescindible de la lucha, que es lucha de clases.

Por último, como militante popular al servicio de la revolución, tal y como la entiendo, saludo

alborozado la aparición de ¿Qué (no) hacer? La provocadora profusión de preguntas, la

búsqueda de respuestas, la valentía de un texto lúcido y jugado, representan un aporte

fundamental en esa búsqueda que menciono en el párrafo anterior.

Miguel Mazzeo refuerza con este libro su papel de intelectual orgánico en el estricto sentido de

Gramsci. Y no es arbitraria esta cita: creo firmemente que este valioso compañero se inscribe

en esta senda de elaboradores de las preguntas necesarias, de los propulsores de las

respuestas polémicas, de las que el gran revolucionario italiano fue uno de los más destacados.

Este libro me exime de aseveraciones que corren por mi cuenta; lo demuestra por sí mismo.

Bienvenido.

Manuel Suárez

Avellaneda, febrero 2005

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Introducción

"adónde ir cuando todos vienen en sentido contrario

cuando el horóscopo indica que no debes viajar,

cuando el otoño golpea sus ramas sobre tu corazón

cuando el tedio se instala a vivir contigo y sólo

pides un poco de clemencia al viento de la desidia,

adónde ir cuando el gigante olvido te aprisiona las sienes"

Hugo Vera Miranda

"Los pueblos no pueden dejar de haber aprendido"

Simón Rodríguez

En el periodo historico que se extiende de 1976 a 2001 se consumo la ofensiva reaccionaria mas

exitosa y prolongada de toda la historia argentina. La dictadura militar (1976-1983) creo las

condiciones politicas, sociales y culturales para una efectiva incrustacion del modelo neoliberal. El

terrorismo de Estado (que en nuestro pais tiene como antecedente inmediato el terror paraestatal

ejercido desde 1974) contribuyo a saldar la crisis de hegemonia a favor de las clases dominantes.

A partir de la sistematica desestructuracion de las organizaciones populares y de su cultura, de la

patologizacion de la politica y la implementacion de un modelo de acumulacion radicalmente

desocializante (un modelo de "saqueo", en sentido riguroso) que ponia en crisis a la sociedad

salarial tradicional, con el despliegue de un patron socio-espacial que discrimino a los pobres y,

dentro de ellos, a las mujeres y a los jovenes, comenzo a cristalizarse la desarticulacion social.

El retorno de la democracia no revirtio este proceso de mutaciones estructurales, por el contrario,

en otro contexto, con nuevos actores, lo profundizo. A partir de 1983 se fue consolidando el

paradigma representacionalist a de la politica y su corolario: una logica de espectadores. La utopia

fue reemplazada por la eficiencia, el heroismo por el hedonismo. Inexorablemente, entraron en

crisis los viejos paradigmas de organizacion- estructuracion del trabajo y sus correspondientes

colectivos de identificacion. La ausencia de un conflicto central y permanente como representacion

masiva reforzo la fragmentacion de las expresiones resistentes.

El "transformismo" 1 de buena parte de la dirigencia politica y sindical tradicional, que paso a jugar

roles orientadores en beneficio del bloque de poder, complemento el panorama desolador

caracteristico de las decadas del 80 y el 90. Tal vez, el espacio mas autentico, el refugio mas

visible y relativamente ecumenico haya sido el movimiento de derechos humanos. Pero su

legitimidad moral no se hizo extensiva al plano politico. Y tampoco tenia por que hacerse. Se dio

asi un proceso dialectico de articulacion de los intereses de las clases dominantes y de

desarticulacion de los de las clases subalternas.

1 El transformismo consiste en "La incorporación 'molecular' al gobierno conservador y moderado, de

intelectuales aislados y grupos enteros de radicales y demócratas de la tendencia opuesta. Tal gobierno

se caracteriza por una aversión a la participación popular en la vida estatal, por el conservadurismo, por

las reformas hechas en base a la dictadura sobre todas las demás clases subalternas y una hegemonía

limitada a la propia clase. El transformismo efectúa una radicalizació n dosificada del grupo moderado y un

empobrecimiento del radical, estableciéndose así un equilibrio entre ambas tendencias en el gobierno del

Estado [...] El transformismo constituye una prueba de la fuerza hegemónica del grupo dirigente en el

Estado. En los niveles intelectual, moral y político [...]" (Kanoussi y Mena, 1985:97-98). Los autores

agregan que: "El transformismo es el método por excelencia del devenir Estado de una clase débil, que

necesariamente debe excluir a las masas y aliarse a las viejas clases para llegar al poder y mantenerse

ahí..." (ibíd.p. 98). El concepto de transformismo también ha sido utilizado por Eduardo Basualdo para

explicar la articulación entre modelo de acumulación, forma de Estado y régimen político en la Argentina

de los años 80 y 90. Ver: Basualdo, Eduardo M.; Sistema Político y modelo de acumulación en la

Argentina, Buenos Aires, FLACSO/Editorial UNQUI/IDEP, 2001.

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Estas decadas fueron de una inconmensurable mediocridad que se manifesto en todos los planos y

que no tiene parangon en nuestra historia. Resultaron tiempos duros para las fuerzas populares, y

para el pensamiento critico del sistema capitalista. Tiempos de paralisis para el movimiento

practico y de sequia teorica. Este infortunio historico hizo que un par de generaciones (con

profundo abatimiento debo incluir a la mia) perdieran el turno y la oportunidad del rechazo. Si la

revolucion es un tiempo donde todo se torna posible, la contrarrevolucion indudablemente es un

tiempo abyecto, caracterizado por la incapacidad de pensar proyectos originales, un tiempocamaleon

que se quedo sin colores, como decia el poeta Vladimir Maiacovsky.

La caida del muro, la crisis de los socialismos reales (o la "comunidad socialista") y de los

movimientos de liberacion nacional, mas alla de sus limitaciones, e incluso de sus aberraciones,

menoscabaron la conciencia emancipatoria en general. Su decadencia implico un cambio en la

correlacion internacional de fuerzas, creo un clima propicio para el transformismo por cooptacion

ideologica y deterioro la capacidad defensiva de la clase obrera. Esa decadencia respondio en buena

medida a las falencias y contradicciones de esas experiencias. Entre otras, que se sostuvieran en

falsas certezas y en metadogmas (redencion proletaria, destino comunista irrefrenable, "desarrollo" ,

etc.) o en la inalterable disposicion para ver la realidad a partir de una proyeccion retroactiva, que

consistia en edificar un futuro garantizado que alentaba la pasividad y desalentaba la iniciativa y la

creatividad de las clases subalternas.

Al modo de los etnologos evolucionistas (es solo una metafora) que emprenden el camino

descendente para construir el presente, podriamos concebir a la izquierda tradicional o al

nacionalismo populista como expresiones vivas del devenir humano, pero reflejo de una "cultura

anterior". La situacion planteada durante las ultimas decadas del siglo XX –del corto siglo XX al

decir de Eric Hobsbawm– nunca debio ser pensada como accidente o como la suma de

desagradables episodios circunstanciales. Alli hubo una ruptura que no quisimos o no supimos ver.

Ruptura de una tradicion, de un mundo material y de representaciones, de una cultura, de un

imaginario politico y de un conjunto de formas de lucha.

Estamos de acuerdo con lo que el escritor Mempo Giardinelli pone en boca del ex oficial

revolucionario paraguayo Bartolome Gaite: "La confianza historica no es, no debe ser, un

argumento pasatista, una manera de aguantarse la desdicha y sonar con lo que puedan hacer otros,

los mas jovenes. No. Ratificado. La confianza historica es un compromiso permanente, es una

obligacion militante que se renueva todos los dias. Porque la revolucion, adentro o afuera, en el

triunfo o en la derrota, es un hecho dinamico, que jamas se detiene. Se detienen los hombres, los

que se quiebran, pero no la revolucion" (Giardinelli, 2004:224).

Pero, objetivamente, los 80 y los 90 ofrecieron un contexto emporcado para la confianza historica,

para ratificar el compromiso permanente, para renovar la obligacion militante. La busqueda de algo

que parecia cada vez mas incierto desasosegaba. El desdibujamiento de los viejos itinerarios

lastimo la voluntad. La constatacion de una tendencia a nivel mundial se troco en reconocimiento

de la misma como hecho determinante. La nocion de "actualidad de la revolucion" se torno

inverosimil. Muchos vacilaron. Pocos, muy pocos, se dedicaron a pensar como "habitar"

dialecticamente esa tendencia, para excederla. Algunos se aferraron a los viejos principios, a

lugares eticos que, aunque aparentemente inoperantes y complementarios de la monotonia, por un

tiempo salvaron del naufragio a unos cuantos dignos y les permitieron llegar enteros a la nueva

etapa. Otros, en cambio, desistieron de toda esperanza y se entregaron a la idea posibilista de la

inamovilidad de los fundamentos de la sociedad burguesa.

Desde esta realidad y estos condicionamientos, las clases subalternas totalizaron y se totalizaron, y

comenzaron a reorganizarse en torno a un conjunto de practicas originales. A partir de la segunda

mitad de los 90 asistimos a una recomposicion del campo popular en Argentina, a un incipiente

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proceso de autonomizacion2, tenue al comienzo y mas importante a medida que nos acercabamos al

tercer milenio. Comenzaron a desarrollarse por todo el pais una gran cantidad de organizaciones

populares, muchas de ellas con perfiles ineditos y con capacidad de invencion social. Al

movimiento de trabajadores desocupados o movimiento piquetero, a la revitalizacion del

movimiento campesino y del movimiento cooperativo deben sumarsele los distintos encuentros de

organizaciones sociales, las experiencias de ocupacion y autogestion de empresas quebradas o

abandonadas y su puesta en produccion bajo gestion obrera, los micro emprendimientos no

capitalistas, el movimiento de las asambleas barriales, el desarrollo de colectivos de cultura

contrahegemonica y comunicacion alternativa y, en el marco del movimiento estudiantil, las

experiencias de las distintas catedras libres (especialmente la Catedra Ernesto Che Guevara) y de

las agrupaciones independientes. Las luchas, aunque defensivas, de un sector del movimiento

obrero tambien fueron importantes, incluso, en contra de lo que muchos piensan, la sobrevivencia

de algunas organizaciones de izquierda (especificamente los partidos).

Junto al desenvolvimiento de todas estas experiencias se fue incrementando la densidad asociativa

de las clases subalternas ("humus" necesario para cualquier accion colectiva) y la fe intensa y el

entusiasmo que escapan siempre a los controles exteriores; junto a ellas tambien las palabras

desusadas o nuevas bellos nombres para la trascendencia colectiva que comenzaron a resonar cada

vez con mayor intensidad: autonomia, horizontalidad, accion directa, construccion en redes,

contrahegemonia, poder popular, contrapoder, antipoder, multiplicidad del sujeto, etc.

Vastago de una nueva realidad, este lenguaje con su horizonte conceptual y sus modos de

percepcion, con su capacidad de traducir los lenguajes y luchas particulares a dimensiones

universales, en algunos casos optimos, logro arraigar en las viejas tradiciones politicas del campo

popular, en los sistemas de ideas heredadas y en la memoria social, e inicio un proceso de "trabajo

entre" inconcluso (notese como nos cuesta no usar aqui el concepto de sintesis). Lo que no impidio

arraigos improductivos, la absorcion por logicas preexistentes o su amenaza permanente y un

conjunto de limitaciones a la hora de contrarrestar la persistencia de las versiones mas puras y

estereotipadas de las viejas y estrictas tradiciones que impulsan la redogmatizacion. En otros casos,

mas que de arraigo cabe hablar de uso oportunista. Sabemos de agrupaciones, pequenas en todo

sentido, que adoptan el discurso de la horizontalidad y la autonomia y que dicen identificarse con

distintos movimientos sociales (desocupados, campesinos) mientras reproducen practicas tipicas de

los 90: la verticalidad, el clientelismo, la puja por espacios y cargos institucionales, el ejercicio de

una representacion sostenida en la apatia y en la desmovilizacion de las bases, la politica (incluso la

micropolitica) como medio de ascenso social o sobrevivencia personal, etc. Asi uno se puede topar

con pseudomilitantes, por ejemplo en la Universidad, que vuelan con John Holloway y caminan

con Franja Morada; o en los barrios, donde encontramos a quienes vuelan con Toni Negri y

caminan con los punteros del Partido Justicialista.

El nuevo lenguaje, aun en el marco de sistemas de arquitectura agradable (como decia Jorge Luis

Borges de los metafisicos de Tlon, "no buscan la verdad, ni siquiera la verosimilitud: buscan el

asombro"), tambien creo su "ortodoxia" y sus especificos infalibles, su "autosuficiencia" y en

algunos casos favorecio la desimplicacion pretendida por las clases dominantes.

Lo que comenzo a ocurrir desde mediados de los 90 y sigue ocurriendo es parte de un proceso de

acumulacion de cambios cualitativos, proceso que no se dio ni continuara como movimiento

circular. No se trato ni se trata de la repeticion de un camino ya recorrido, sino de un movimiento

progresivo y ascencional, del trabajo subterraneo del futuro. De alguna manera, el desarraigo

obligo –como a Racadot, aquel personaje de Maurice Barres– a la originalidad y a mancomunar la

conciencia de clase con la conciencia de soledad. Esta "conciencia" nos develaba que la soledad no

es un estatuto inerte, sino que es una designacion historica y social y que esta vivida en el proyecto

de cada uno como estructura negativa y limitante. Nos vimos entonces situados en una pluralidad

2 Procesos similares, anteriores o paralelos, se registraron en América Latina: la insurrección zapatista en

México, la experiencia del Movimiento Sin Tierra en Brasil, el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, el

alza de las luchas campesinas en Ecuador y Bolivia, etcétera.

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de soledades, reunidos sin estar integrados por un sueno comun, por una empresa colectiva. Fue esa

conciencia la que nos impulso a producir, o por lo menos a patrocinar, momentos de comunion

entre los hombres y las mujeres del pueblo, a propiciar la "reunion directa", la praxis unitaria e

inmediata.

El 19 y el 20 de diciembre de 2001, fugaz expresion de la fuerza espabilada de la dialectica, fue

tanto emergente de estos procesos de recomposicion, imperceptibles para la mayoria hasta ese

momento, como prefiguracion de un nuevo ciclo caracterizado por la desarticulacion de la clase

dominante y articulacion de las clases populares. Estamos ante una "epoca", no frente a un

"acontecimiento" , mas alla de la actual recomposicion del regimen politico (o, en sentido mas

amplio, del comando capitalista en el plano politico y social) y del retorno a la "normalidad

estructural" de la sociedad Argentina, que, a largo plazo y a pesar de las actuales ilusiones, carece

de bases solidas. Esta afirmacion no es una expresion de deseos sino una conclusion logica que

surge de un minimo analisis de las tendencias del capitalismo contemporaneo. El porvenir se nos

presenta como un largo tiempo de aprendizaje, un lapso para urdir trabajosa y obstinadamente un

pensamiento emancipador y sencillas mitologias, para desarrollar una conciencia teorica nueva,

organicamente enlazada al desarrollo de las luchas populares, para dejar de ser sujetos ajenos a la

historia, para planificar la irrupcion. Claro, aun falta mucha accion para revertir la derrota social y

politica del campo popular. Frente a nosotros no se extiende una llanura arada. El capitalismo

tiende a naturalizarse cada vez mas. La crisis de representacion no implico un cuestionamiento a la

teoria de la representacion y la subjetividad colectiva sigue aferrada a un conjunto de fetiches

eficaces que perpetuan la confrontacion horizontal entre las clases subalternas. El proceso de

autoorganizacion social, que se extendio entre 1999 y 2003, ha adquirido recientemente nuevos

ritmos, mas lentos y nuevamente imperceptibles. Muchas de las experiencias de autonomizacion

han perdido peso como atractores sociales. Pero una nueva voluntad (nueva, porque no es resaca

de antiguas vicisitudes) ha comenzado a dar sus primeros pasos. Una voluntad que asume su

pequenez como estado de construccion y no como vocacion.

Aunque constituyan nuestro marco obligado de referencia, en este trabajo no analizaremos las

experiencias de recomposicion en detalle, sino que sobrevolaremos los debates politicos e

ideologicos que directa o indirectamente generaron. Asimismo, confeccionamos estos textos no

solo con fragmentos de otras escrituras (leidas con libertad, con predisposicion diafana, pero cerca

de alguna experiencia concreta), sino con las voces que las reprodujeron en contextos de accion.

Vimos como la idea-praxis viva surgia de la accion o era resignificada por esta como clave

discutible del mundo, al decir de Jean Paul Sartre.

No se nos escapa que la autoactividad intensa desarrollada en nuestro pais entre 1999-2003, en un

contexto de crisis, llevo a fetichizar algunas experiencias: las asambleas populares, las

organizaciones de desocupados, la empresas recuperadas, etc., como en otros tiempos ocurrio con

los consejos obreros, o las organizaciones armadas, por ejemplo. Aunque genero un conjunto de

debates, en ellos, casi siempre, la intencion estrategica estaba ausente. Hoy, en un contexto de

reflujo de los procesos de autonomizacion y de recomposicion del papel integrador de las

instituciones de la democracia representativa; con la disipacion de un conjunto de elementos

exogenos que la crisis del mando economico, social y politico del capitalismo proporcionaba; con

la recomposicion de la rentabilidad capitalista se impone un trabajo de desfechitizacion y de

elaboracion de estrategias a largo plazo.

Para evitar confusiones, vale aclarar que estos textos no aspiran al status de "teoria social". Es mas,

lo rechazan abiertamente. Tampoco queremos desarrollar un resumen de la historia conceptual del

Estado, el poder y la Nacion. Se trata simplemente de reflexion militante que pretende: por un lado,

ordenar y generalizar ideas surgidas al calor de las luchas populares recientes y, por otro, sintetizar

alternativas multiples y variaciones sobre un mismo tema y objetivo, y de esbozar una critica a los

modos del saber y el hacer emancipatorio, viejos y nuevos. Es, por lo tanto, el resumen subjetivo y

limitado de una reflexion y una busqueda individual y colectiva. Lo que ofrecemos resulta, en

ultima instancia, una version de un debate inacabado que se viene dando en el seno de la militancia

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popular. Una version que conlleva un posicionamiento en ese debate, que ambiciona la polemica y

que intenta aportar a la unidad de la conciencia fragmentada y heterogenea.

Creemos que estos textos tambien reflejan en parte la experiencia social y politica acumulada por

sectores del campo popular en la Argentina y, en este sentido, pueden verse como testimonio de un

conjunto de militancias, mas alla de las deficiencias en su presentacion y organizacion. Estos textos

son perifericos, bastardos, expiatorios y seguramente transicionales, reacios a asumir un genero

especifico, entre otras cosas porque la mezcla de generos parece ser necesaria para refundar un

pensamiento de las clases subalternas. Nosotros creemos ciegamente en la escritura, recurrimos a

ella como tactica en la guerra de hostigamiento, confiamos en su capacidad para preservar los

hechos y para conjurar la muerte y el olvido. Esa confianza es la que nos moviliza en este quehacer,

junto a la esperanza de formular un par de buenas preguntas. Tratamos de escribir desde y no

sobre. Un desde que es un entre.

Desalentamos cualquier recaida en la politica anacronica. Pero consideramos que algunos de sus

principios abstractos: Nacion, pueblo, soberania, la representacion de una universalidad por parte

de un singular (identificado con los condenados de la tierra, los pobres del mundo, etc.) y otros

principios concretos como la accion sostenida en la corporalidad, en la conciencia, etc. aun

conservan enorme productividad y nos parecen susceptibles de reformulacion y actualizacion,

sobre todo en la periferia. Por otro lado, desconfiamos del radicalismo pospolitico, de sus formas y

tecnologias que perpetuan la imposibilidad del pueblo de acceder a las areas de decision politica.

Asi como Jorge Luis Borges decia que a los parisinos les importaba menos el arte que la "politica

del arte", hoy podriamos identificar a un conjunto de confraternidades locales menos interesadas en

la politica que en la "politica de la politica", menos interesadas en el pensamiento que en el

"pensamiento del pensamiento" .

Desconfiamos profundamente de todo lo que no posee la consistencia de una autodefinicion, como

decia E. P. Thompson. Aspiramos a una sintesis, o por lo menos a la construccion de un campo en

el que puedan articularse elementos de hegemonia cultural y cultura libertaria, de cultura politica y

cultura activista. Un punto de partida comun para diferentes lineas de semantizacion y distribuidor

de significatividad.

Estos materiales que presentamos no tuvieron una confeccion lineal y ordenada. Reconocen como

antecedentes algunos trabajos publicados en las revistas Periferias, Luta Sociais (Brasil) y en la

version digital de la revista Retruco. En buena medida este trabajo se fue delineando con las

discusiones, muchas veces vehementes, que el mismo genero.

Quisiera destacar el aporte de los companeros del Movimiento de Trabajadores Desocupados

Anibal Veron en el Frente Popular Dario Santillan, quienes con su praxis han realizado un aporte

inestimable para la reconstruccion de los horizontes del pueblo, reactivando, junto a las esperanzas

de muchos, la critica teorico-practica a la naturaleza antihumana del sistema capitalista y el debate

teorico-politico sobre los posibles caminos de la emancipacion. Debate que contiene el problema

irresuelto del pasaje de la clase en sí a la clase para sí y que a su vez remite al problema de la

conciencia, la vanguardia y el sujeto, y que tiene como mar de fondo la cuestion de la transicion y

el interrogante sobre las posibilidades y los limites del socialismo en el marco del capitalismo.

Otros trabajos en una linea de reflexion similar, aunque no necesariamente con las mismas

conclusiones, fueron puntos de referencia indispensables. Nuestras coincidencias y diferencias

resultaron fundamentales para la elaboracion de este libro. El intercambio permanente con algunos

"teoricos de base" que vienen cumpliendo funciones imprescindibles de cara a la recomposicion del

campo popular y del pensamiento emancipador, nos ha permitido una experiencia imposible de

reproducir en otros ambitos. Estos temas tambien fueron motivo de debates inconclusos con

companeros de viejas y nuevas lides, ellos sabran encontrarse en las paginas que siguen. Por

supuesto, las limitaciones de este trabajo, sus negligencias y sus distracciones, son responsabilidad

exclusiva del autor.

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Capítulo 1

Crítica a la conciencia ingenua

"Desde siempre un pensamiento de esta clase descubre el conservador: los

supremos teóricos raramente han elegido el compromiso político; seguramente no han

situado frecuentemente sus problemas en el contexto político de la sociedad moderna."

C. Wright Mills

"Y ahora escuchen un simple hecho: Swedenborg no ha escrito ni una verdad nueva. Y ahora

escuchen otro: ha escrito todas las viejas falsedades."

William Blake

Debemos partir de una realidad incontrastable: el debilitamiento del Estado como sintesis de la

sociedad ha llevado en las ultimas decadas a la disgregacion politica, economica, social y cultural,

particularmente en las regiones perifericas. .Se puede renegar del Estado como maxima instancia

de articulacion social en un contexto caracterizado por la pobre existencia de sociedades

fragmentadas, escindidas.. .? .Todo Estado esta condenado a ser controlado por el capital? .Estan

dadas las condiciones historicas para relegarlo a los museos y las bibliotecas como sugeria Pierre

Joseph Proudhon? .Todo Estado es una abstraccion y esta condenado a devorar la vida popular,

como decia Mijail Bakunin? .Podemos afirmar con Max Stirner: "el Estado y yo somos

enemigos"? Siguen las preguntas: .todo Estado es forzosamente totalitario? .Pueden los sectores

populares prescindir de instancias articuladoras ampliadas? .Y estas instancias, en el caso de ser

aceptadas, no terminaran ejerciendo indefectiblemente formas de poder y control "necesarios" para

la consolidacion de un orden social, aun el mas igualitario que podamos concebir? .Fortalecer el

Estado-nacion, ya no sirve para frenar al capital global? Estamos de acuerdo en abjurar del

estatismo, del dirigismo, del aparatismo y de todas las heteronomias sometedoras de las clases

subalternas, pero... .como nos paramos frente al Estado? .La critica al dirigismo implica una critica

a la direccion? .Los "permanentes" son innecesarios y conducen siempre al sustitucionismo y a la

burocratizacion? , .se puede pensar en la complementariedad entre los organismos permanentes y

las asociaciones ad hoc? .Cuales son las potencialidades y los limites de las micropoliticas? .Puede

haber politica radical sin transferencia de sus aspiraciones al conjunto social? .El sufragio universal

es siempre una vil enganifa? Y finalmente: .se puede suponer que una reestructuracion radical de la

sociedad es posible sin que aquellos que la impulsan mantengan el control politico durante el

proceso de la reestructuracion? .Como adecuar la organizacion al proceso historico?

Particularmente, no dejan de preocuparnos las coincidencias que se pueden encontrar si

comparamos los puntos de vista de algunos intelectuales que, desde la izquierda radical

"autonomista" , se han caracterizado por su embestida contra el eje estatal con los fundamentos mas

caracteristicos de los intelectuales organicos de los mercados y las corporaciones, es decir, los

fundamentos mismos del neoconservadurismo. Existe una region indeterminada donde las formas

impulsadas por algunos espacios de la nueva radicalidad se confunden con las del neoliberalismo,

donde la praxis se vuelve antipraxis, donde nuestras acciones pueden devenir otras. No podemos

olvidar que desde el neoliberalismo, hace tiempo, se promueve la "autonomia" de las

organizaciones de la "sociedad civil" y se cuestionan un conjunto de heteronomias, el Estado

principalmente, aunque tambien los partidos y los sindicatos, menos la peor de todas: la que

produce el mercado capitalista. En un conjunto de iniciativas auspiciadas por el sistema, y que por

lo general son acompanadas por planteos "progresistas" , subyacen maniobras para disminuir el

gasto publico directo (gasto social) e indirecto (por via de la desburocratizacion) . Invariablemente,

favorecen un alejamiento de la politica de parte de las clases subalternas. Asi, el autonomismo

exasperado y superficial, muchas veces termina coincidiendo con las ONGs, el voluntariado social

y otras formas que por su naturaleza atentan contra la "autonomia sustantiva".

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De todos modos, consideramos que entre los bosquejos de los primeros se encuentran impecables

diagnosticos y propuestas teoricas muy lucidas (claro que alguna de ellas con puntos oscuros de

cara a la militancia concreta), que no dejan de ser disparadores de un debate enriquecedor para la

praxis; lo mismo sucede con los desarrollos de esa raza de intelectuales que sacrifican una aventura

por una metafora o que viven estados de espiritu un tanto desproporcionados con la realidad. O

mejor dicho: que a partir de cierta indiferencia por los hechos y por las formas concretas que asume

la dominacion de clase, de la reivindicacion del silencio como unica posicion frente al Estado, los

partidos y demas instituciones, y del gesto de oponer supuestas alternativas originales, parecen no

tener en cuenta, por un lado, lo inadecuado de ciertos transplantes y, por el otro, las soluciones

potenciales que encierra toda realidad.

Por supuesto, los planteos poco rectilineos como el que proponemos que le atribuyen al Estado

otros roles y dimensiones posibles y que lo conciben como lugar contradictorio tambien implican

riesgos: por ejemplo, la asociacion facil con el eufemismo "burgues" del "sector nacional y

productivo"; la catalogacion instantanea como jacobinos, autoritarios, estatistas, etc., o la

incorporacion al conjunto de los defensores autistas del antiguo regimen emancipatorio.

Las disertaciones sobre la inercia son una clara senal del desconocimiento de las condiciones en las

que vienen desarrollandose las recientes experiencias de lucha del campo popular. Asumir que las

posibilidades de las estructuras y canones antiguos ya no pueden determinar las nuevas practicas y

mensajes, no debe llevarnos al rechazo total de las "viejas" tradiciones de lucha, de los itinerarios

emancipatorios clasicos y de todo lo que no sea novedoso a ultranza. Cabe tener presente que el

significado historico del marxismo se relaciona con su capacidad de asumir o "procesar"

criticamente todas las tradiciones progresistas de la humanidad, anulando, conservando y

elevandolas a un plano mas alto (como sostenia Gyorgy Lukacs, hegeliamente) .

En aras de la originalidad y la creatividad percibimos una operacion de reemplazo de la "conciencia

critica" (por naturaleza integrada a la realidad) por una "conciencia ingenua" o una "conciencia

infeliz", un alma bella que situandose por encima de la realidad busca aprehenderla arbitrariamente

creando instrumentos propios. Debemos tener sumo cuidado y no confundir la "teoria" con los

juegos de palabras o los lenguajes cifrados, la militancia con la mentira misericordiosa o el

voyeurismo intelectual. Debemos desconfiar de los lenguajes esotericos que, como en el caso del

poeta Arthur Rimbaud, mantienen alejado al "publico".

Esta conciencia ingenua tiende a ser funcional con las concepciones prenadas de eurocentrismo. Un

desafio para el campo popular es pensar los problemas vinculados con el Estado, el poder y la

Nacion desde nuestra verdadera condicion, despojandonos tanto de la falsa erudicion como de las

resignificaciones positivas de la barbarie que subyacen ocultas en las reivindicaciones del

particularismo extremo. No se trata de subestimar el aporte de los intelectuales antisistemicos

europeos mas reconocidos, sino de criticarlos y repensarlos desde coordenadas que poseen una

especificidad relacionada con la mayor intensidad de las contradicciones y desequilibrios generados

por la mundializacion capitalista. Pero, en muchos casos, el intelectual radical europeo tiende a ser

un critico soberbio, resignado, fatalista. Piensa cada vez mas lejos de la realidad de las clases

subalternas. Y piensa comodo a larguisimo plazo. Incluso, en ocasiones, le cuesta disimular que en

el fondo consideran a la otredad (o sea, a nosotros) como una antigualla. .Acaso Europa no carece

de realidad revolucionaria y de la "pesada" presencia de las masas"? En terminos de Karl Korsh,

los intelectuales marxistas (y radicales en general) de Europa no encuentran una tarea

revolucionaria para llevar a cabo en la practica, lo que desdibuja su "existencia terrestre". No

encuentran al sujeto. Muy atras quedo aquel tiempo que le permitio a Rosa Luxemburgo proclamar

que de Europa, de los paises capitalistas mas viejos, iba a partir la senal de la revolucion social que

liberaria a todos los hombres. Pareceria ser que, asi como los paises centrales nos transmiten los

costos de sus crisis, sus intelectuales radicales nos quieren transferir los costos de su desencanto.

En nuestro medio, este desencanto se expreso en subterfugios que consistieron en asumir un punto

de vista extremadamente general. Como Augusto Blanqui, se salto de lo politico a lo cosmico, o se

propuso un "socialismo ucronico", instalando el cambio social fuera del tiempo, o lejos, muy lejos

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(gesto por otra parte tipico de Karl Kautsky). Algunos, como Gorki en 1913, comenzaron la

construccion de Dios.

Pensar el Estado, el poder y la Nacion desde la angustia ocasionada por el hundimiento del

"socialismo real", desde la repulsion del "eurocomunismo" , o desde la desesperanza del "marxismo

occidental", eludiendo la critica de estas experiencias, puede distorsionar nuestra realidad

periferica, la que queremos conocer y transformar. Debemos cuestionar toda subordinacion a

parametros deformantes y a tiempos teoricos que no nos competen demasiado y estar atentos a los

entorpecimientos que impiden la conciencia clara de la realidad de la Argentina neoliberal. Pensar

el Estado, el poder y la Nacion, analizar las tendencias mundiales actuales, desde algun rincon del

conurbano bonaerense o desde el fondo del monte santiagueno, y realizando un balance practico de

la derrota de los 70 y de los obstaculos concretos de las experiencias revolucionarias, puede resultar

poco atractivo para las predisposiciones academicas o para los espiritus politicos "refinados", pero

para nosotros resulta una cuestion de vida o muerte. Porque en nuestra situacion, como decia Ralph

Waldo Emerson, "la imitacion equivale al suicidio". Los latinoamericanos, como afirmaba Simon

Rodriguez, "o inventamos o erramos". En nuestra America, como proponia Jose Carlos Mariategui,

el socialismo no puede ser calco o copia, tiene que ser creacion heroica.

La mirada presuntamente radical, pero transida de eurocentrismo, se caracteriza por el

escepticismo, por las inseguridades respecto de la vigencia de la edad historica que el marxismo

inauguro ideologicamente. Europa hace tiempo que tiene escasas sugerencias que hacer en materia

emancipatoria. Rosa Luxemburgo decia que el desarrollo del marxismo y de la teoria

revolucionaria eran expresion de las necesidades de la actividad practica. Por cierto, la actividad

practica de la izquierda europea deja mucho que desear y alumbra poco. America Latina sera, de

seguro, por largo rato, el locus mas propicio para el desarrollo de las teorias y conceptos

emancipatorios, desarrollo que se alimentara de las necesidades de los movimientos y las

organizaciones populares y que no sera un sucedaneo de la practica. .Cual sera el grado de influjo

de nuestros avances en los paises desarrollados? .Podran potenciar las diversas experiencias de

autoadministracion popular y las luchas obreras y populares?

En lineas generales y siguiendo a Daniel Bensaid (2001:129-158) podriamos caracterizar las ideas

con las que debatimos a partir del acto de subordinar el imperialismo a la mundializacion, la lucha

de clases a las identidades locales, el conflicto a la "diversidad ambivalente", la politica a la

estetica, el comunismo al despotismo burocratico, los procesos a los acontecimientos (o a una

sucesion de acontecimientos) y los objetivos al movimiento. Asimismo, cuestionamos la apologia

de la contingencia, la inconstancia y la intermitencia y la reivindicacion del acontecimiento sin

historia que concibe a la revolucion, o al "cambio social" si se prefiere, como un happening.

El eje del debate que proponemos gira sobre las formas posibles de la autoemancipacion colectiva

en las actuales circunstancias historicas. La cuestion del Estado, el poder y la Nacion, para

nosotros, estan subordinas a este eje. Por lo tanto, la "ocupacion" del aparato del Estado, el

momento de asumir alguna responsabilidad en su "manejo" (no hablamos especificamente de

"toma del poder"), para nosotros constituyen una cuestion "tactica", no "estrategica" . Nuestro

principal interrogante podria formularse asi: .como construir, y llegado el caso ejercer, un poder

politico (estatal) que aporte a la construccion de una nacion popular y democratica y a la

emancipacion de los sectores populares en una perspectiva anticapitalista orientada a superar la

postura defensiva del trabajo?

Como parte del debate es imprescindible realizar un balance practico de las experiencias

revolucionarias de los ultimos dos siglos, en particular del paradigma jacobino–leninista (y de

todos sus "significantes" ); del anarquismo y la ilusion que sostiene que la dominacion de clase

puede suprimirse con la abolicion del Estado y que esa abolicion puede producirse a su vez a traves

de un decreto de autoabolicion de un Estado revolucionario; y por ultimo, de las distintas

experiencias autogestionarias que hoy se pretenden rehabilitar como alternativa, sin tener en cuenta

la evidencia historica en torno a sus limitaciones. No se trata de garantizar el dominio de la

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discusion historica en el debate actual, de ubicar en el pasado los problemas que nos perturban en el

presente. Pero consideramos que la experiencia acumulada por los trabajadores es una referencia

imprescindible y que, por otro lado, la falta de anclaje concreto en relacion a estas problematicas

suele traducirse en el dominio de la abstraccion reforzada por la tendencia idealista a producir

pensamiento partiendo (exclusivamente) del pensamiento. Y decimos idealista porque,

evidentemente, se termina creyendo que el pensamiento produce lo real. No se puede proceder

como si nada hubiese sucedido, como si no existieran cristalizaciones institucionales, estructuras de

sentimientos, etcetera.

Mas alla de alguna referencia puntual, no debatimos con autores, sino con las aplicaciones

concretas de ciertas concepciones (que obviamente pueden filiarse, tal como lo hacemos en este

trabajo, a intelectuales de renombre) en el contexto del movimiento popular en la Argentina. Vale

aclarar que estas aplicaciones no siempre pretenden ser fieles a los autores. Tratando de analizar y

favorecer distintas practicas sociales se recurre a combinaciones teoricas que suelen estar signadas

por la incoherencia. Por ejemplo, siguiendo a Toni Negri y a Michael Hardt, se plantea la necesidad

de instalar una alternativa a nivel global para resistir al "Imperio" (Negri y Hardt, 2001:216) y,

siguiendo a Guy Debord o a John Holloway, se reivindica la construccion de "momentos de vida",

"ambientes unitarios", "situaciones", etc. Tambien es comun la conciliacion de planteos con un alto

nivel de abstraccion con actitudes que anteponen (u oponen) la practica a la teoria.3 Si, debemos

reconocer una coherencia de fondo en el tipo de critica a la izquierda estatalista y a la

representacion.

No discutimos con estas concepciones porque sentimos atacada nuestra polvorienta biblioteca, sino

porque buscamos reflexionar desde una situacion concreta del campo popular. Entonces, lo que nos

estanca, lo que celebra nuestras limitaciones y nuestros errores se convierte en objeto de critica

pero tambien introduce la necesidad de discutir las alternativas, lo que indirectamente reaviva la

apuesta creativa, original, desde la praxis. Ademas, no se puede negar que este supuesto ataque a

nuestra biblioteca se realiza desde otra biblioteca.

Creemos que muchas de estas concepciones retoman los prejuicios antipoliticos de un "ala" de la

tradicion marxista, es mas, los refuerzan y abonan –!justo ahora!– el desinteres por pensar en

terminos de estrategia revolucionaria, cuando no proponen coartadas voluntaristas. Esta tradicion

antipolitica encuentra arraigo en nuestros dias gracias al contexto favorable que le tributaron las

desviaciones autoritarias del marxismo y gracias a las experiencias historicas que lo invocaron en

los rituales fundantes de Estados todopoderosos.

En ultima instancia, estas reflexiones un tanto desordenadas pueden considerarse una invitacion al

debate, entre companeros, sobre las consecuencias de los procesos de despolitizacion del

marxismo, sobre la necesidad de rescatar a la politica de un destino fatal como campo de lucha

colectiva y sobre las formas posibles de las intervenciones activas y significativas en los procesos

historico-sociales. Un debate en torno a las alternativas estrategicas organizativamente viables y las

formas de mediacion material en la transicion hacia un orden social alternativo al del capital. En

fin, un debate sobre los caminos a trazar para superar la division social jerarquica del trabajo

heredada.

Una de las limitaciones de lo que Perry Anderson denominaba "marxismo occidental", hijo dilecto

de las derrotas del movimiento obrero en las decadas del 30 y el 40, era la primacia otorgada a los

problemas filosoficos por sobre los problemas politicos, lo que se traducia en pesimismo, en

recaida idealista y, basicamente, en una escision entre teoria y practica que signo toda una etapa

historica. Una situacion politica y un clima de ideas similar se nos presentaron en los 90 como

consecuencia de las derrotas de los 70 y los 80. El contexto de los 90 estuvo condicionado por el

fracaso del "socialismo realmente existente", por la identificacion indeliberada del leninismo con el

estalinismo y con cualquier otra instrumentacion politica letal del marxismo y, mas injustificado

3 Vale tener en cuenta lo que György Lukács sostenía al respecto: para él cada vez que se ponía la

práctica delante (e incluso, a veces, en contra) de la teoría se propiciaba abiertamente el estalinismo.

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aun, del socialismo con el estalinismo. Pero asi como las respuestas revolucionarias llegaron para la

primera etapa, con la formidable ofensiva de los anos 60, hoy han comenzado a gestarse las

respuestas revolucionarias para la segunda etapa. Aunque sin la extension alcanzada en los anos 60,

fragmentos de una generacion de intelectuales jovenes se siente compelida a contrarrestar la

distancia entre teoria y practica y pone el enfasis en la importancia del pensamiento estrategico.

La izquierda verdadera siempre recupera a la izquierda. No debemos hacer tabula rasa de las luchas

historicas en pos de la liberacion nacional y el socialismo. Vale tener presente el principio

dialectico que plantea la continuidad en la discontinuidad y la discontinuidad en la continuidad.

Con inmensa lucidez Istvan Meszaros sostiene que "cambiar de posicion saltando de una tabula

rasa (negritas en el original) a otra sin siquiera intentar justificar el abandono de las creencias antes

todopoderosas y la proclamacion de las certidumbres recien adquiridas (que a menudo son

abandonadas con la misma facilidad cada vez que la conveniencia lo requiera) no puede resultar

mas que en vaciedad carente de principios [...]" (Meszaros, 1999:339).

En la lucha por la emancipacion humana solo hay que ser originales cuando corresponde, no se

puede asumir la originalidad como principio o como meta y plantearla como cuestion "estetica". La

carrera en pos del horizonte de la originalidad puede afectarnos la percepcion de la realidad y

hacernos caer en los artificios insustanciales. John Dewey decia que la originalidad no estaba en lo

fantastico, sino en el nuevo uso de las cosas conocidas. En definitiva, debemos fundar nuestras

politicas en la realidad y no ya en construcciones subjetivas, debemos relacionar la esperanza con

el presente, la "escatologia" con la lucha.

Ante los innumerables problemas que presenta la puesta en marcha de cualquier proyecto de

modificacion radical de la sociedad, aparecen los que se conforman con soluciones idealistas o

tipologicas, soluciones aparentes basadas en imperativos abstractos, pero tal empresa reclama

imperativos afirmativos que cuenten con el aval de las evidencias historicas concretas. Las

anticipaciones filosoficas pueden ser valiosas, pero poco aportan a las necesidades de las

organizaciones populares.

Consideramos que el desarrollo historico, en ocasiones, conduce a bifurcaciones que plantean

alternativas rotundas, pero esta situacion historica excepcional nunca trae consigo las resoluciones

favorables para los oprimidos. Nunca nos indica el camino que hay que tomar. La accion humana

consciente de las victimas siempre resulta clave, pero mucho mas en la hora de las encrucijadas

historicas.

Finalmente, hay que tener en cuenta que el pensamiento unico, que refleja la realizacion del

capitalismo como ideologia, no solo se manifiesta en su version mas dura y fundamentalista; en

realidad esta muestra su faz mas anacronica e ineficaz. Por el contrario, el pensamiento unico se

sostiene en una concepcion con capacidad reproductiva, que permite su arraigo en vastos campos

del quehacer de los hombres y las mujeres, incluyendo la propia conciencia de las clases

subalternas. Ciertas versiones del "consensualismo" (no creer en verdades que no sean fruto de un

consenso, negar la posibilidad de los descubrimientos y los saltos), el "pluralismo ilimitado" (que

niega al sujeto conciente y habla desde una pluralidad de posiciones y sujetos) y otras disposiciones

que ensalzan lo armonico frente a lo antagonico, lo tecnico frente a lo politico, lo natural frente a lo

historico, son sus pilares, en tanto y en cuanto son introyectados y reproducidos por la victimas.

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Capítulo 2

El elefante existe

"[...] sin estrategia no hay razón alguna para creer que habrá una mano invisible que

garantizará que la transformació n tenga lugar en la dirección deseada, aun cuando se

produzca eventualmente el hundimiento de la economía mundo capitalista [...]"

Giovanni Arrigui, Terence K. Hopkins e Immanuel Wallerstein

"La revolución en general es un acto político. Sin embargo es imposible realizar el socialismo

sin la revolución. El socialismo necesita ese acto político, sí precisa la demolición y la

descomposició n. Mas, allí donde comienza la actividad organizada, allí donde aparece su

finalidad, su alma, el socialismo rechaza la capa política."

Carlos Marx

John Holloway4 afirma que los Estados ya no son centros de poder, que la subordinacion del

Estado al capital cerro el paso a cualquier alternativa de radicalismo estatal. Pero no explica

que hacer frente a ese Estado controlado por "otros" que si lo consideran un instrumento

idoneo de un "antirradicalismo estatal". Tampoco nos explica como disolver el poder sin dejar

de ejercerlo (de alguna manera) en la tarea de disolucion. .Si el Estado es central para la

perpetuacion del capitalismo, para la reproduccion de su dominacion, para la acumulacion de

capital y para el control de las clases subalternas, podemos derrotar a la burguesia sin

disputarle o "anularle" ese dispositivo estrategico? .Cuanto se puede avanzar en la

transformacion radical de la sociedad con un poder politico hostil? Y aun suponiendo que se

avance en la transformacion social contra el sistema en los intersticios del sistema (en ultima

instancia, en sus marcos) .no se plantearia necesariamente, en algun momento, la cuestion del

poder politico?

Estamos de acuerdo en que las nuevas relaciones sociales no pueden comenzar con la "toma

del poder estatal". Anton Pannekoek decia que "el problema de la tactica no consiste en saber

si es posible conquistar muy pronto el poder, ya que en ese caso este solo seria una apariencia 

al caer demasiado temprano en manos de los comunistas sino que consiste en desarrollar en el

proletariado las bases de un poder de clase permanente" (Bricianer, 1975:191). Tampoco le

atribuimos al Estado una funcion cultural fundamental en la transformacion de la sociedad; el

Estado no construye el "hombre nuevo" ni la sociedad libre e igualitaria. El Estado es una

porcion del poder, el ejercicio del poder estatal por parte de las clases subalternas resulta una

instancia instrumental en la perspectiva de la liberacion humana y en el marco de la

construccion de un nuevo sistema hegemonico. Tampoco pensamos al Estado como conclusion

ineludible en el proyecto de construccion de una sociedad futura. Aunque una "politica

popular" no deba orientarse hacia el Estado ni concebirlo como nucleo de la accion

revolucionaria, sigue siendo imprescindible resolver la cuestion del Estado. No se debe pensar

la politica emancipadora desde el Estado, pero es imposible pensarla sin el Estado. El Estado y

la politica estan ahi, atravesados, en algun lugar, entre la actividad practica y la transformacion

del trabajo alienado. La emancipacion requiere entonces de la lucha por el poder del Estado,

contra el poder del Estado y en el Estado. De hecho: luchar contra el poder del Estado, es

luchar por el poder del Estado, aunque no se sepa o se lo niegue.

4 Nos remitimos a distintos trabajos de este autor, en particular a su obra más polémica, Cambiar el

mundo sin tomar el poder. El significado de la revolución hoy, Buenos Aires, Universidad Autónoma

de Puebla-Herramienta, 2002, y a una entrevista realizada por Mabel Thwaites Rey para el Diario

Clarín el domingo 10 de febrero de 2002.

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Supongamos una hipotetica y maravillosa situacion: el poder popular (o si se quiere el

"antipoder" segun Holloway o el "contrapoder" de Negri) extendido y consolidado. .Esa

situacion, esa correlacion de fuerzas o esta condicion de la lucha de clases, no se expresaria

necesariamente en el Estado? .No sigue siendo necesario resolver de un modo que favorezca

los intereses de las clases subalternas la cuestion del poder estatal, a riesgo de que las fuerzas

populares "pierdan el turno" o irrumpan fantasmalmente, sin consistencia y sin posibilidades

de complementar la hegemonia?

Cuantas veces importantes movilizaciones, hechos (o si se quiere "situaciones") de masas

sirvieron para cuestionar el poder y derribar verdugos y regimenes insoportables pero no

pudieron evitar que otros verdugos, mas o menos camuflados, se encumbraran. En este

sentido, no podemos dejar de remitirnos a los formidables sucesos del 19 y 20 de diciembre

del ano 2001 que, en Buenos Aires, terminaron con un acuerdo entre los partidos tradicionales

(responsables de la crisis) y con Eduardo A. Duhalde en la presidencia y patente de salvador de

la patria.

Esta referencia para nada pretende negar la relevancia historica de los sucesos, tampoco

propone pensarlos en clave de lo que "deberian haber sido". Solo estamos criticando a las

lecturas que, por reificar el "devenir", terminan negando el "porvenir" y rindiendo culto a lo

impredecible. La preocupacion por el porvenir no implica reconocer la necesidad de

externalidades que asignan sentido en forma arbitraria. Se trata de leer el sentido del devenir y

de las aspiraciones y el deseo de los protagonistas y de alli deducir un porvenir posible que no

sea escamoteado.

Hoy, la clase dominante intenta reconstruir el consenso a traves de alternativas subordinadas,

basadas en la "refundacion de la democracia" o en "la alianza de la produccion y el trabajo",

mientras muchos companeros en nombre de una cruzada contra la razon instrumental moderna

se oponen al proceso de constitucion de los sectores populares en fuerza politica; a que las

masas realicen experiencias directas de poder que como instancias de formacion jamas podran

ser reemplazadas por los talleres de educacion popular. .El profundo deseo de que los ensayos

de rebelion social puedan convertirse en ensayos de construccion de bloques populares y

proyectos contrahegemonicos nos convierte en jacobinos incorregibles?

John Holloway, por ejemplo, ha recurrido en reiteradas ocasiones a un ejemplo no muy feliz:

recuerda que el Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional (EZLN) no hace mas que inspirarse

en Emiliano Zapata cuando se aparta de la posibilidad de tomar el poder estatal. Holloway,

parece no tener en cuenta que la actitud del lider campesino, paradojicamente en un momento

de gran avance de las fuerzas populares que expresaba, genero un vacio que inmediatamente

ocupo la burguesia mexicana que llevo, por la via de la institucionalizacio n de la revolucion, a

casi ochenta anos de PRI.5 Aqui cabe una digresion. Percibimos una contradiccion insalvable

en el fondo de algunos planteos de Holloway, planteos asumidos a veces en forma acritica por

muchos companeros. Por ejemplo, se reivindica la teoria y la practica del zapatismo como una

via original para repensar las perspectivas de la izquierda y del campo popular en su conjunto

con argumentos y formulaciones que, en caso de desplegarse bajo los auspicios de la

coherencia, llevarian indefectiblemente a ver el programa del zapatismo como estatalista y a su

lucha como una exigencia por reformar la democracia burguesa mexicana. Desde esta

perspectiva, el "mandar obedeciendo" del subcomandante Marcos deberia ser desechado por

sus perspectivas estatalistas y autoritarias, y el proyecto zapatista por reformismo radical de

Estado y por su caracter nacional y patriotico. Algo similar ocurre con el Movimiento Sin

Tierra del Brasil, otra experiencia que suele tomarse como modelo o referencia de lo que

5 En éste, como en otros casos, la historia nos enseña que un proceso de cambio pone a funcionar

automáticamente una inmensa red contrarrevolucionar ia. La revolución, el cambio social, necesita la

energía de una fuerte asociación.

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precisamente "no es". Como sabemos, para el MST sus tres "columnas" son: moral productiva,

disciplina democrática y dirigencia, aspectos estos ultimos que muchas veces se suelen pasar

por alto.

En relacion a la decodificacion local de la experiencia del MST cabe una reflexion: construir

nueva sociedad en los marcos de la vieja, anticipar el socialismo en las formas concretas son

los pilares del camino mas efectivo a la emancipacion. Esto, para nosotros, hoy, tiene caracter

de certeza. Pero... .cuanto tiempo pueden durar las disrrupciones como estas (podemos incluir

a una parte del Movimiento de Trabajadores Desocupados de la Argentina, entre otros

experimentos) en los marcos de una sociedad nacional capitalista? .Cuales son los limites del

crecimiento acumulativo y de avance en base a hechos de territorializacion organizada?

Sin duda, es mucho mas coherente reconocer en el zapatismo tal como lo hace Raul J.

Cerdeiras la propuesta de una politica a distancia del Estado que busca articular la

"particularidad de una situacion" con la "universalidad formal del Estado" y el intento por

reformular la relacion entre la sociedad, la politica y el Estado: "Aunque se proclame que la

nueva politica sera a distancia del Estado y girara a partir de premisas propias fuera de la

logica del Estado, esto no significa que el Estado desaparezca del horizonte del pensar-hacer la

politica. Tarde o temprano habra que verselas con el. Los zapatistas dicen que hay que

revolucionar el vinculo de la sociedad con el Estado, lo que es prueba suficiente de que sigue

habiendo una 'cuestion' en relacion con ese tema [...]". Mas adelante agrega Cerdeiras: "Si hay

un momento en que una politica de emancipacion, a distancia del Estado, debe tratar con las

politicas de Estado, con las politicas gestionarias, es a partir de crear un espacio nuevo que no

existe de antemano. A falta de otro nombre llamo a ese lugar 'espacio de exigencia' [...]"

(Cerdeiras, 2001:50-53).

Tambien nos parece atinada la posicion del Colectivo Situaciones, en torno a esta

problematica: "Si el Estado no es el lugar privilegiado del cambio no es tampoco un lugar

simplemente suprimible ni tampoco una realidad que se pueda negar. Es si, un lugar que tiende

a permanecer en toda sociedad masiva y compleja y, antes que nada, es a la vez un punto de

vista situacional posible, de un lado y de otro, un elemento presente en las situaciones mas

variadas [...]" (Colectivo Situaciones, 2002:159).

Muchas veces se cuestiona el estatalismo radical de los viejos movimientos antisistemicos y a

sus fallas congenitas para lograr una total ruptura logica y filosofica con el pensamiento

burgues mientras se lo reproduce revindicando la fragmentacion y convirtiendo los hechos en

esencias.

Creemos que debemos ser muy cuidadosos a la hora de determinar cuales son los medios

organicos supuestamente contrapuestos o funcionales a la construccion de una sociedad

igualitaria. Por ejemplo, existe una tendencia a asociar mecanicamente la autonomia, la

horizontalidad y las formas de democracia directa con la desinstitucionaliza cion, cuando en

realidad, la experiencia demuestra que las primeras no necesariamente conducen a la segunda.

Debemos precavernos de la arbitrariedad, tentacion grande ante la indigencia politica. Sobre

todo en estos tiempos de transicion y gran heterogeneidad de las fuerzas antisistemicas y del

pensamiento con afanes emancipatorios, donde lo viejo convive con lo nuevo. Mabel

Thwaites Rey identifica un conjunto de significados del concepto de autonomia: autonomia del

trabajo frente al capital, autonomia en relacion a las instancias de organizacion que puedan

representar intereses colectivos (partidos politicos, sindicatos, etc.), autonomia en referencia al

Estado, autonomia de las clases subalternas respecto de las clases dominantes y, finalmente,

una autonomia social e individual.6 Consideramos que existen niveles de contradicciones entre

6 Ver: Thwaites Rey, Mabel, La autonomía como búsqueda, el Estado como contradicción, Buenos Aires,

Mimeo, 2004.

18 www.lahaine. org

estos significados que se pueden traducir en lineas de accion. O sea: para consolidar la

autonomia en una perspectiva resulta indispensable limitar los alcances de otra.

Percibimos ademas que, en ocasiones, desde la izquierda, al igual que el liberalismo

tradicional, se parte de la escision falsa entre Estado y sociedad civil y se analizan los procesos

de cada esfera por separado, como si estos no tuvieran ningun tipo de interinfluencia y

condicionamientos mutuos. Otra actitud, tambien discutible, consiste en confundir las esferas,

como si fueran exactamente lo mismo, formas de la encarnacion del capital apenas

diferenciadas. Segun Guillermo O'Donnell, "una de las diferencias entre el Estado y el capital

es que este aparece en el momento totalmente abstracto del dinero; en cambio el Estado se

corporiza en instituciones que, aunque postulen un fundamento abstracto, no pueden dejar de

ser, en sus acciones, omisiones e impactos, una esfera concreta habitualmente perceptible

como tal" (O'Donnell, 1978:1190).

Nosotros sin ser demasiado originales, aunque casi heterodoxos en el marco del debate actual

que atraviesa la izquierda argentina, preferimos ver al Estado como momento de una totalidad

social que no se puede escindir de las relaciones sociales, de las formas de acumulacion, de las

modalidades de la ideologia hegemonica y de las formas de dominacion: en definitiva, como

una relacion social y por lo tanto como una "relacion de fuerzas", como contradiccion y lucha

que atraviesa tanto las instituciones como la sociedad.

El Estado es un lazo social basado en una relacion social asimetrica, una relacion de

dominacion y de explotacion. La clase dominante ejerce el poder a traves del Estado y este

vincula a las clases sociales (no media) recurriendo a formas particulares que sirven para

garantizar la dominacion y la explotacion. Pero la mediacion, el vinculo, esta determinado por

la lucha de clases. El Estado desarrolla modalidades de intervencion reproductivas que tienden

a desplazar las contradicciones y a enfrentar las distintas fracciones de las clases subalternas.

El Estado reproduce la posicion (dominante) de la clase dominante en el plano material,

politico e ideologico.

El Estado es entonces lugar-momento de la lucha de clases y, aunque su naturaleza sea

capitalista, presenta cristalizaciones que son resultado de las luchas de las clases subalternas.

Esas cristalizaciones pueden funcionar como locus de las confrontaciones contra la

dominacion y la explotacion. Entonces, si asumimos que el Estado es lugar-momento de la

materializacion de las relaciones de fuerza, no cabe la actitud indiferente frente a las

instituciones estatales. Como sostiene Mabel Thwaites Rey: "No es lo mismo tener leyes

laborales protectoras que flexibilizacion total. No es lo mismo contar con prestaciones de

seguridad social, garantizadas legalmente, que dejarlas libradas a las fuerzas de mercado.

Todos los logros historicos de los trabajadores merecen y deben ser defendidos" (Thwaites

Rey, 2004:32).

Finalmente, estamos de acuerdo con una sugerencia estrategica de esta autora que recupera la

dimension contradictoria del Estado: "Hay que luchar contra y en el Estado", lo que implica

luchar por clausurar sus instancias represivas y ampliar las que tienden a una sociabilidad

colectiva.

Algunos aspectos de ciertas criticas de izquierda al eje estatal nos presentan una vision

remozada de las posiciones del anarco-sindicalismo o del sindicalismo revolucionario de fines

del siglo XIX y principios del XX. Queremos decir al respecto que, en los ultimos anos,

hemos notado el surgimiento de una camada de militantes, quienes asumiendose o no como

anarquistas han intentado desarrollar practicas "puras", "no politicas". Asimismo, percibimos

una reactualizacion de las criticas abstractas a la politica, de la negacion "ideologica" del

19 www.lahaine. org

Estado7 y del principio de la no institucionalizacio n de las practicas8 que hace que estas se

queden sin referencia y sin espacio identificable. Por otra parte, en los terminos propuestos por

Goran Therborn, muchas veces se considera al enemigo como un cuerpo extrano mas que

como el ocupante de una posicion de dominio en el marco de un sistema determinado y se

concibe a la revolucion como la eliminacion de agentes extranos y corruptores de un orden

primigenio inmaculado mas que como transformacion de una sociedad surcada por

contradicciones e "imperfecciones"9. Estamos de acuerdo en que "el poder de la clase

trabajadora no reside tanto en sus instituciones representativas como en el antagonismo y

autonomia de los propios trabajadores" (Negri y Hardt, 2001:268), pero esta constatacion no

deberia llevarnos a negar la importancia de estas instituciones.

Por otro lado, las criticas a las que hacemos referencia parecen no tener en cuenta las

implicancias del concepto de hegemonia, ya que parten de las premisas que establecen la

posibilidad de la "actividad libre" de las masas y consideran que la hegemonia de la clase

dominante se puede contrarrestar "espontaneamente". En el mismo sentido, estas criticas no

reconocen como problema la incoherencia politica de las clases subalternas (y la coherencia

relativa de la clase dominante), y tampoco los mecanismos de dominacion ideologica como la

adaptacion, la inevitabilidad, la deferencia, la resignacion y el miedo.10 Ahora bien, nuestro

planteo no deberia entenderse como el reclamo de un "agente externo" que imponga la

"conciencia revolucionaria". Por el contrario, consideramos que la actividad autonoma del

pueblo (que no excluye ni se contradice con los roles militantes o con el "activismo" cuando

asumen un lugar dialectico y "biodegradable" ) es lo que hace posible esa conciencia y la que

favorece la constitucion de fuerza contrahegemonica. No creemos, como Marx, que la practica

genere conocimiento directamente, nuestra posicion esta mas cerca del constructivismo: la

accion genera los instrumentos que permiten asimilar el conocimiento y "construirlo".

Esta actitud autonoma deviene imprescindible de cara al cambio social, porque el sistema del

capital no prepara a los hombres y a las mujeres para una forma de vida solidaria y

cooperativa. Pero esta actividad autonoma, aunque objetivamente contrahegemonica, no

lograra trascender su posicion integrada en la totalidad de la sociedad capitalista (donde las

instituciones estan hechas para perpetuar la hegemonia de la clase dominante) si no apuesta a

construir identidades masivas, herramientas de articulacion y estrategias de poder. Claro que

en el marco de este proceso de construccion tendra que exponerse a fusiones organicas que

incluiran "externalidades" teoricas y practicas. Son las propias organizaciones populares, y no

7 Para el anarquismo el Estado es un poder "autónomo" que se sostiene en la violencia y se mantiene

gracias a la ignorancia y la superstición de las masas. Al igual que los liberales, conciben al Estado sin

sociedad y sin ataduras terrestres.

8

La cerrada oposición a la institucionalizació n de las prácticas y a cualquier forma de intermediació n

estatal precipitó el alejamiento de los anarquistas de la Primera Internacional hacia el año 1872. Los

anarquistas no esbozaron hipótesis convincentes a nivel general en relación con los movimientos de

cambio social. Por otra parte, el anarquismo comparte con el liberalismo la tajante escisión entre

Estado y sociedad.

9 En esta línea se han desarrollado planteos tendientes a concebir la política como el desarrollo

distorsionado de la capacidad asociativa de los seres humanos.

10 El Estado integra un sistema ideológico, va más allá de sus funciones represivas. Este sistema

apunta a consolidar los mecanismos de sometimiento social y las relaciones de dominación a través

de las cuales se produce la apropiación de la voluntad del otro. Siguiendo a Göran Therborn,

podemos identificar distintas formas de dominación ideológica: adaptación (conformidad de los

dominados, obediencia a los dominadores) , inevitabilidad (obediencia por ignorancia de

alternativas) , deferencia (los dominadores son concebidos por los dominados como una casta

aparte), resignación (que lleva a pensar que las alternativas son inviables) el miedo, etc. Estas

formas generan resistencias que también se expresan en formas ideológicas, o sea que la lucha de

clases también se expresa en formas ideológicas. Ver: Therborn, Göran, La ideología del poder y el

poder de la ideología, México, Siglo XXI, 1989.

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precisamente los revolucionarios en disponibilidad, las que se estan planteando este problema

y las que perciben que no todo lo que se necesita para cambiar la sociedad surge

automaticamente de la autoactividad de las masas. Existen tareas imprescindibles para la

emancipacion que jamas podran ser resueltas por la autoactividad de las masas. Los procesos

autoorganizativos en el campo popular no daran las respuestas a todos nuestros interrogantes.

Nuestro planteo es gramsciano en un par de puntos claves: queremos que el subalterno se

convierta en dirigente, pero consideramos imprescindible que los sectores populares

construyan la hegemonia antes de "llegar al poder". Apostamos por un itinerario en el cual la

toma del poder sea consecuencia de la potencia de la clase que emerge, de la formacion de una

voluntad nacional-popular y de formas organicas de adhesion que permitan que el sentimientopasion

se convierta en comprension. Pensamos el cambio social como proceso prolongado

(con un antes y un despues desdibujado) y no como mero momento de ruptura. De este modo

se torna necesario favorecer por distintos medios la formacion de una conciencia critica de lo

real por parte del pueblo (esto es lucha hegemonica), constituir grupos de hegemonia y asumir

todos los riesgos. Siempre sera mejor que vegetar como seguros e inoperantes grupos

testimoniales. Ahora bien, .se puede "completar" esta hegemonia sin el control del aparato

estatal?

Pero, aun dejando de lado la discusion en torno al concepto de hegemonia11 y las explicaciones

sobre las articulaciones de la base y la superestructura, y de como una clase economicamente

dominante se transforma en dirigente, lo que nos parece mas grave es que no se tome en cuenta

la estrategia del sistema que consiste en dividir y fragmentar a los grupos sociales que

explota.12

El enemigo existe. Los espacios que favorecen la constitucion de vinculos sociales, que no

pasan por la puerta del capital y que construyen la "sociabilidad del hacer", se desarrollan 

indefectiblemente en el marco de un sistema general que limita sus posibilidades de

consolidacion y expansion. Las luchas "prefigurativas" , desde una perspectiva sistemica,

resultan claves para pensar en una transicion a un orden superador al del capital, pero, en el

marco de una sociedad capitalista, inhibidas las posibilidades de realizarse plenamente, su

importancia es, basicamente, politica. Proveen de legitimidad a los proyectos de las

organizaciones populares, muestran la posibilidad de los caminos alternativos, etc. En

contextos de reflujo sirven para resistir desde posiciones de masas. Pero, como las ciudadelas

libertarias, no alcanzan para la negacion de la sociedad total, aunque la justifican. La

"acumulacion", en base a hechos de territorializacion tiene limites. Algo que ha senalado el

propio Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil que de esto sabe largo.

No hace mucho tiempo, Julio Marenales, historico militante del Movimiento de Liberacion

Nacional (MLN)-Tupamaros del Uruguay, sostuvo en la ciudad de La Plata: "Trabajamos por

abajo pero, al mismo tiempo... .que hacemos?, .los dejamos que por arriba hagan lo que se les

antoja, o tratamos por el contrario de meternos ... Porque hay un hecho que no se puede

11 En este sentido resultan interesantes (y discutibles) los planteos del sociólogo brasileño Octavio

Ianni en torno a la cuestión de la Hegemonía. Según este autor, al transformarse las condiciones de

la soberanía de los Estados-nacionales varían las condiciones de construcción de la hegemonía. O

sea, la hegemonía ha cambiado de forma. Afirma Ianni que: "En este momento se plantea el

problema de la hegemonía. Desde que los medios impresos y electrónicos pasaron a tejer un nuevo

mapa del mundo, las posibilidades de construcción, afirmación o transformació n de la hegemonía

pasan a ser condicionadas, limitadas, administradas por un especie de intelectual orgánico no sólo

sorprendente e insólito, sino ubicuo, desterritorializado [...]" (Ianni, 1999:126).

12

Terry Eagleton decía: "Además, si el sistema sobrevive, se debe más a las divisiones sociales

entre los diversos grupos a los que explota que en razón de una coherencia ideológica general. No es

necesario que estos grupos suscriban o interioricen los valores ideológicos dominantes, siempre y

cuando hagan más o menos lo que se les pide [...]" (Eagleton, 1997).

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obviar, y es la fuerza del enemigo. No jugamos solos, juegan ellos y con una fuerza tremenda.

Entonces, no es lo que vos queres, es lo que vos podes. Vos no podes ignorar que el elefante

existe. Entonces tenes que ir viendo como haces para que no te pasen por arriba [...]"

(Rodriguez, E., 2002).

En la actualidad se reedita una de las tipicas patologias de los intelectuales iluminados: la falta

total de conciencia de los objetivos del enemigo que, por lo general, les ha servido a los

conservadores, liberales y reformistas de toda laya para ocupar espacios y para frustrar

cualquier intento de experiencia estatal por parte del pueblo.

El subcomandante Marcos le dijo una vez al poeta Juan Gelman: "no nos preocupa el enemigo,

nos preocupa como vamos a definir una nueva relacion entre companeros". Por supuesto que la

nueva relacion entre companeros nos parece estrategica. Pero el enemigo no deberia dejar de

preocuparnos, basicamente porque "esta" y distorsiona de mil modos la "nueva relacion entre

companeros".

En otro nivel, percibimos que muchas criticas (nosotros preferimos recurrir al termino

"interpelaciones"13) al jacobinismo- leninismo14 y a toda nocion proxima a la idea de una

"aristocracia radical" y la insistencia en que el enfasis debe estar puesto en el "como" de la

politica dejando de lado las metas y objetivos, estan llevando a la reactualizacion de los

planteos de Eduard Berstein, expresion de la version reformista del estatismo, quien hace cien

anos denostaba la conquista del poder politico y renegaba del objetivo final (o los objetivos

determinados) deificando el "movimiento". Eduard Berstein sostenia que con el desarrollo de

la democracia, la accion sindical y parlamentaria y el cooperativismo se podian resolver las

contradicciones del capitalismo y marchar hacia una "civilizacion superior", sin necesidad de

tocar demasiado la propiedad privada de los medios de produccion. Asi, para Berstein, el

movimiento era todo y los fines, nada. Rosa Luxemburgo, en 1898, ataco esta posicion

afirmando que el movimiento en tanto tal, sin ninguna relacion con el objetivo final (la

conquista del poder politico, la destruccion del Estado), no era nada. Como Berstein, muchos

companeros del campo popular no ven los antagonismos esenciales entre capitalismo y

socialismo, solo sus relaciones organicas.

Curiosamente, mientras se reactualiza este debate, la mayoria de los nuevos movimientos y

organizaciones populares no se plantean la cuestion de los medios y los fines, o del

movimiento y el objetivo: por el contrario, se caracterizan por romper, en la practica, con la

escision medios-fines o movimiento-objetivo , a los que ven como momentos de un proceso

dialectico. Por otra parte, la idea de que el fin no es nada y el desarrollo lo es todo es uno de

los pilares sobre los que reposa la sociedad del espectaculo y la representacion.15

Pero, si volvemos a una cuestion anterior y seguimos en la linea de Therborn, .no es

inapropiado, desde el punto de vista teorico y politico, ampliar el concepto de Estado hasta

hacerlo comprender todo, absolutamente todo aquello que este relacionado con la reproduccion

de un orden social?

13 Consideramos que el acto de "interpelar" al leninismo como forma sustituta de la intervención

popular (tendiente a reemplazar masas por elites, ideología por organización y consenso por fuerza)

no implica "pasarse al bando de la burguesía", por el contrario, lo vemos como una de las tantas

formas de "fidelidad" a las masas, más que a las categorías, a las herramientas tradicionales o a los

micro climas de aparato. En realidad, habría que plantearse la necesidad histórico-polí tica de superar

las posiciones de Lenin.

14 Lenin decía que el partido era un "jacobino unido a la organización del proletariado". En líneas

generales el término "jacobinismo" se ha utilizado para designar formas de centralizació n mecánica y

formas de control basadas en la preeminencia de un grupo reducido de funcionarios.

15 Ver: Debord, Guy, La sociedad del espectáculo, Buenos Aires, Biblioteca de la mirada, 1995,

escolio 14.

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.No pareceria que Holloway y otros, en un sentido contrario al reduccionismo economicista

(pero igualmente reduccionista) diluye las leyes del movimiento del capital en la politica y en

el Estado? .El Estado es una especie de receptaculo exclusivo del poder o es la instancia que

encarna un poder social (de clase) determinado? .Puede concebirse al Estado como una forma

monoliticamente predefinida? Aunque suene a exageracion, no podemos dejar de ver que por

lo menos una forma de asumir la teoria de la derivacion16 conduce irremediablemente al

inmovilismo, a cierta incapacidad para la praxis concreta y a una mirada antihistorica y

antidialectica.

16 La teoría de la derivación rechaza la idea de la "autonomía relativa" del Estado al verlo como

"derivación lógica" del proceso de acumulación capitalista y la lucha de clases.

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Capítulo 3

¿Cambiar el Estado cambiando la sociedad?

Es necesario examinar más minuciosamente al Estado. No hay que transformarlo o destruirlo

de cualquier manera. Hay que estudiarlo en su calidad de resumen, de compendio de las

necesidades sociales, de las luchas sociales pasadas o presente, de las verdades sociales".

Henri Lefebvre

"[...] 'El Estado debe desaparecer ¿quién lo dice? El Estado' (seguro que piensa en la Unión

Soviética). Brecht se coloca, artero y afligido ante el sillón en el que me siento y dice,

imitando al 'Estado', al tiempo que mira torvamente a imaginarios interlocutores: 'Ya lo sé,

debo desaparecer' [...]"

Walter Benjamin

Creemos que considerar a las esferas estatales como ambito privilegiado de la accion politica es un

supuesto restrictivo y autolimitante para todas las organizaciones que impulsan proyectos de

transformacion. Es asumir la politica como accion restringida desde el primer paso. El mismo

Marx, ante la experiencia de la Comuna de Paris en 1871 y abjurando transitoria e

inconscientemente de sus tradicionales posturas centralistas y antifederalistas, decia que la clase

obrera no podia plantearse como unico objetivo la toma de la maquinaria estatal en su organizacion

vigente y ponerla en marcha de acuerdo a sus propios fines. Marx afirmaba que la emancipacion

politica por si sola no podia lograr la emancipacion humana. Pero jamas nego la necesidad de la

primera. Para el la revolucion "en general" era un acto politico imprescindible para la realizacion

del socialismo.

Segun Marx el poder politico aparece como medio para hacer efectiva y extensa la organizacion

cooperativa de los trabajadores frente a la resistencia del capital. La politica es entendida de este

modo como el terreno que sostiene (o no) las experiencias autonomas desarrolladas por los

trabajadores. Marx partia del ejemplo suministrado por el movimiento cooperativo al que

consideraba uno de los mas grandes experimentos sociales, pero insistia en que para lograr la

emancipacion de los trabajadores la cooperacion debia alcanzar un desarrollo nacional. En el marco

de esta reflexion introducia un factor clave: "los senores de la tierra y los senores del capital se

valdran siempre de sus privilegios para defender y perpetuar sus monopolios economicos. Muy

lejos de contribuir a la emancipacion del trabajo, continuaran oponiendole todos los obstaculos

posibles".17 Marx planteo la conquista del poder politico como deber, en este contexto. Distinta es,

por lo menos en algunos aspectos, la concepcion de Engels, en quien la cuestion del poder politico

aparece relacionada con una concepcion determinista y marcadamente "etapista". Para el caso de

los paises atrasados Engels tomaba el caso de Espana en la segunda mitad del siglo XIX

consideraba que era necesario eliminar "obstaculos" para agotar las distintas etapas del desarrollo

economico y social. La Republica le parecia una oportunidad para "borrar" las remoras que

afectaban el desarrollo capitalista y por esto favorecia la intervencion politica activa de los

trabajadores.18

Segun Marx, al sustituir la clase obrera a la vieja sociedad civil no habria poder politico

propiamente dicho. Porque para Marx el poder politico era la expresion oficial de los antagonismos

en el seno de la sociedad civil, por lo tanto, al producirse esta sustitucion y al "desacralizarse" las

relaciones sociales (precondicion para la extincion de los aparatos estatales), no seria necesario

17 Marx, Carlos, "Manifiesto inaugural de la Asociación Internacional de los trabajadores". En: AA.VV.,

La primera internacional y el triunfo del marxismo leninismo, Buenos Aires, Editorial Porvenir, 1965, p.

51.

18 Engels, Federico: "Los bakunistas en acción" (Serie de artículos publicados en el periódico

Volsktaat en octubre y noviembre de 1873, con una advertencia preliminar de 1894). En: AA.VV., op.

cit., p. 217.

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"abolir" el Estado, ya que estaria condenado a transformarse en un objeto obsoleto. El proletariado

seria libre al abolirse a si mismo y a su oponente (la propiedad privada, el capital). Ahora bien, si

existen antagonismos, hay poder politico y si hay poder politico, existen antagonismos.

El necesario punto de partida para fundar lo que se llama una nueva radicalidad es la negacion de la

politica como practica "exclusivamente" estatal y la consideracion de la toma del poder como

"eventualidad". Pero mas alla de las resonancias acratas de estos planteos no expresamos una

cuestion de principios, sino que proponemos una reflexion sobre los cambios en las funciones del

Estado.

Podemos recurrir a un ejemplo historico: Entre los anos 30 y 40, a partir de cambios sociales, el

Estado en Argentina, en el modelo de acumulacion y al interior del propio Estado, se

"autonomizo" y comenzo a ser percibido por los sectores populares como un instrumento politico a

disputar, lo que hizo posible a mediados de la decada del 40 la irrupcion de un proyecto politico de

la burguesia nacional (el peronismo) que integraba a las masas a ese Estado y aceleraba su

politizacion. Podriamos discutir sin ponernos de acuerdo jamas el nivel de "subordinacion" de esas

masas en relacion con ese Estado, pero no la integracion en si misma. Ademas de identificar las

desventajas a largo plazo de toda integracion a un proyecto nacional burgues, no podemos dejar de

reconocer algunos de sus beneficios evidentes para los trabajadores argentinos. Beneficios que, en

esa coyuntura historica excepcional y teniendo en cuenta las contradicciones (de clase) mas

relevantes, convertian los afanes autonomistas del proletariado en distancia imprudente. En lineas

generales, este fue el itinerario clasico del "populismo". Hoy se nos presenta una situacion

totalmente distinta: un Estado con la soberania erosionada y cuyas estructuras estan mas

predispuestas a la exclusion que a la integracion de extensas masas. Las politicas genericamente

denominadas como neoliberales consolidaron relaciones de fuerzas desfavorables a los sectores

populares y la "reforma del Estado" fue uno de los medios utilizados para ese fin. Claro esta que

este proceso no respondio a un "destino natural" sino que implico el compromiso de los grupos

dominantes locales.

La cuestion no pasa por discutir "en abstracto" si el Estado es o no el lugar idoneo para la

instrumentacion de los cambios que consideramos necesarios de cara a los intereses populares. Por

el contrario, nos parece mucho mas fructifero dilucidar si las estructuras de este Estado resultan

adecuadas para producir esos cambios o si no constituyen un limite para ellos. Nos parece que no

tiene sentido discutir si el Estado puede contribuir a la formacion de capital social fomentando el

tejido asociativo y la organizacion popular. Por lo menos en teoria, desde las tribulaciones

planteadas por una posible transicion en la periferia y por el caracter de los medios necesarios para

crear las precondiciones de un regimen justo, no es descabellado pensar en un Estado (claro que no

abundan los ejemplos historicos) que funcione como "agente externo centralizado", que suministre

incentivos selectivos para apuntalar la accion colectiva. Un Estado que institucionalice las

organizaciones que representan los intereses de las clases subalternas y que cree intereses en torno

a los cuales se organice una parte significativa de la sociedad. Un Estado que se "debilite" por su

traspaso de poderes hacia abajo y no un Estado como el actual, debil por trasladar poderes hacia

arriba, hacia las instancias supranacionales. Porque, en contra de aquello que sostiene cierto

anarquismo, tan principista como desentendido del analisis de clase, el Estado no entorpece

cualquier actividad libre. Solo entorpece algunas, mientras permite y promueve otras.

En la Guerra Civil Espanola los liberales y los comunistas atentaron contra las colectividades y las

experiencias de autogestion, lo que llevo a plantear una contraposicion absoluta entre la

autoactividad del pueblo y el Estado. La militante anarquista Federica Montseny sostenia que "en

un extremo, los partidarios de la autoridad y del Estado totalitario, de la economia dirigida por el

Estado y de una organizacion social que militarice a todos los hombres y convierta al Estado en un

gran patron, en una gran celestina; en el otro extremo, la explotacion de las minas, de los campos,

de las fabricas y de los talleres por la propia clase trabajadora organizada en federaciones

sindicales" (Guerin, 1968:165-166) . Pero, esta contradiccion puede no ser tan absoluta, menos en

un contexto periferico y de transicion. Por ejemplo, no es imposible que bancos controlados por el

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Estado esten al servicio de la autogestion. Una de las dificultades que han debido y deben afrontar

las experiencias de control y gestion obrera de la produccion esta relacionada con el manejo de la

circulacion y la distribucion. Aqui el Estado puede jugar un rol clave, por ejemplo, si garantiza la

compra de la produccion. En otros casos, desde el Estado, se pueden generar oportunidades

politicas que favorecen el desarrollo de procesos de autonomizacion (aunque esto diste de ser

politica de Estado). Esto depende siempre de las inhibiciones relativas del Estado, de la capacidad

politica de las clases subalternas y de la relacion de fuerzas en la sociedad.

En fin, se puede proponer un Estado que no deje de plantear un horizonte utopico, tal como lo

planteaba Bertold Brech: si queremos poner en pie un Estado fuerte de caracter transitorio, es decir,

un Estado que se atrofia a medida que su funcion se atrofia, es decir, un Estado que muera de exito,

hay que dar al gobierno la forma dialectica, es decir, instituir un conflicto saludable.

Posiblemente, valga la pena retomar y rediscutir la clasica concepcion marxista sobre el periodo

transitorio que planteaba una forma peculiar de Estado, forma que implicaba la organizacion del

proletariado como Estado, como gobierno democratico de la clase obrera, un Estado que

comenzaria a extinguirse desde su gestacion y que desapareceria cuando la sociedad sin clases

fuera una realidad. Recordemos que Marx sostenia que el primer acto con el cual el Estado se

presentaba como representante de toda la sociedad, tomando la propiedad de los medios de

produccion en nombre de la misma, era el ultimo acto independiente como Estado, asi cesaba la

ingerencia del poder estatal reemplazando el dominio de los hombres por el gobierno de las cosas y

la gestion del proceso de produccion. Es mas, Marx (y tambien Engels) se negaba a llamar Estado

al Estado proletario, recurria a definiciones como: "la forma politica de la emancipacion social" o

"la forma comunal de organizacion politica". De todos modos, reconocia la necesidad de

"funciones estrategicas" inevitables en un proceso de reestructuracion radical de la sociedad. Lenin,

como veremos, hacia 1917-1918 era fiel a Marx en ese aspecto.

En torno a la cuestion del debilitamiento del Estado, Istvan Meszaros sostiene: "si la clase obrera

tiene la mision historica de producir, mediante la 'nueva forma politica' la emancipacion del trabajo,

y con ello la emancipacion de la sociedad en su conjunto de la tirania social de la division del

trabajo heredada, .como podria una tarea de tal magnitud, complicacion y escala temporal a largo

plazo ser llevada a la practica sobre la base de la reduccion de las funciones del Estado a un

minimo absoluto simplificado cuando, al mismo tiempo, es preciso lograr tambien esa 'armoniosa

coordinacion nacional e internacional' de la produccion y la distribucion que obviamente presenta

un problema de suma complejidad de la que hablaba Marx". Y agrega mas adelante: "De seguro, el

definitivo 'debilitamiento gradual' del Estado resulta inconcebible sin una progresiva reduccion y

simplificacion de sus tareas y su transferencia al cuerpo social, 'que se opera y se gobierna a si

mismo'. Sugerir, sin embargo, que este proceso de reduccion y simplificacion al nivel politico

puede ser cumplido gracias a la inmediata sustitucion del Estado en si por una 'forma politica

nueva' libre de problemas, despues de lo cual las unicas dificultades que quedan se refieren a como

emancipar economicamente a la sociedad de la division del trabajo, es tomar atajos ideales hacia el

futuro" (Meszaros, 1999:1065-1066) . Y por ultimo plantea: "[...] los varios sectores del trabajo

fragmentado y dividido internamente necesitan de la proteccion del Estado durante un periodo

prolongado despues de la revolucion, no solo contra las antiguas clases dominantes sino tambien

contra cada otro de los ubicados dentro del marco de la division social precedente ... Asi,

paradojicamente, ponen a existir y mantienen en existencia a lo largo de todo el proceso de la

reestructuracion radical un poder ejecutivo fuerte sobre ellos mismos" (ibíd., p. 1074).

Tal vez la posicion de los zapatistas respecto del ejercito, instrumento destinado a desaparecer, no

apto para la construccion de una nueva sociedad pero necesario durante todo un periodo, podria

perfectamente hacerse extensiva al Estado en su conjunto. En este sentido, consideramos necesario

un debate en torno a los mecanismos para garantizar que ese Estado "en extincion" ceda

efectivamente su lugar en beneficio de las organizaciones y las comunidades autogestionarias y de

base. O sea, en beneficio de los organos de gestion contrahegemonicos y los verdaderos

instrumentos de liberacion.

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En torno a este motivo poseemos una bateria de preguntas que consideramos fundamentales, en

primer lugar, porque suponemos que su dilucidacion nos sacaria del eje apocrifo: sociedad civil

buena- Estado malo y, en segundo lugar, porque el abanico de sus posibles respuestas implica

posicionamientos politicos e ideologicos que diferencian al pragmatismo revolucionario (sepa el

lector dispensarnos por lo de "pragmatismo") tanto de la abstraccion de los seductores discursos

ultrarradicales (caracterizados, en ocasiones, por sugerir a los sectores populares en lucha un

abismo infranqueable entre lo cotidiano y el socialismo) como de los insanos ejercicios de nostalgia

del populismo. Van las preguntas: .se puede pensar en lograr esos cambios "desde adentro"? .Es

este Estado susceptible de renovarse democraticamente? .Pueden sus estructuras integrar a los

hombres y mujeres de los que el capital viene prescindiendo? Si nada de esto es factible desde

iniciativas exclusivas del propio Estado (y esa es nuestra recatada opinion), .no se puede, "desde

afuera" y "desde abajo", abrir el Estado a las presiones democraticas por la redistribucion del

ingreso como medio para acrecentar el poder popular?19 .No puede concebirse al Estado como una

arena de intervencion de la sociedad sobre si misma? Por ejemplo, y como hipotesis optima: las

organizaciones populares reemplazando a las elites profesionales y asumiendo responsabilidades en

el desarrollo de las politicas publicas. .No se puede cambiar el Estado a partir de una relacion de

fuerzas favorables a las clases subalternas en el marco de la sociedad civil?20 .El poder popular

autentico acaso no puede hacer de la dominacion politica un instrumento de liberacion? .Y ese

Estado "cambiado" no podria llegar a jugar un rol importante en un sentido inverso al que jugo

favoreciendo los intereses del gran capital y el proceso de globalizacion neoliberal? En fin, un

Estado que avance en su funcion de legitimacion social (hay evidencia historica al respecto) y

retroceda en su funcion de favorecer el proceso de acumulacion a escala mundial.21 Un Estado que

por "democratico" y "popular" que sea no se conciba como la meta final. La meta debe ser la

sociedad igualitaria. La transformacion de la sociedad "desde abajo", implica llegar en algun

momento a un "arriba" que tambien hay que transformar. Y esto es solo una figura, porque en el

caso del Estado, arriba–abajo, puede resultar una topologia simplista.

Somos conscientes que lo antedicho nos conduce a una paradoja. La experiencia historica ha

demostrado que la hostilidad de las clases dominantes condiciona terriblemente a las fuerzas

revolucionarias que asumen el poder estatal. La creencia en que basta con asignarle otros fines a la

maquinaria estatal (despues de su "toma" y posesion por el "partido obrero") para transformarla en

organo de emancipacion demostro ser una peligrosa ilusion.

Vale recordar y analizar los "dos momentos" de Lenin. En marzo-abril de 1917, Lenin proponia

crear un Estado sin ejercito permanente, sin policia, sin funcionarios y que el pueblo tomara el

poder estatal en sus manos (tener presente Las Tesis de abril y El Estado y la Revolución).

Lineamientos generales que persistieron durante los meses posteriores a la toma del poder en

octubre de 1917. Por ejemplo, a comienzos de 1918, en el Tercer Congreso de los Soviets, Lenin

sostuvo la vigencia del ideario anarquista y la posibilidad de su aplicacion concreta. En el VII

Congreso del Partido, en marzo del mismo ano, impulso la socializacion dirigida por organismos

obreros y la reorganizacion de las fabricas como comunas autonomas (autogobernadas) de

productores y consumidores, amen de otras medidas en la perspectiva de lo escrito en La tesis de

Abril y en El Estado y la Revolución. Poco despues comenzara a plantear la necesidad de una

autoridad centralizada. Dejara de ser faena primordial del pueblo la de tomar el poder en sus

manos, sino que la vanguardia del proletariado debera desarrollar un Estado y manejar el poder con

19 En relación a este tema señala Guillermo O'Donnell: "Las limitaciones de atención y de

procesamiento de información determinan que, para que las instituciones del Estado se hagan cargo

de una cuestión, alguien tiene que plantearla "desde afuera", o que "desde adentro" de ellas alguien

tiene que definirla como tal [...]" (ibíd., p. 1179).

20 Gramsci consideraba prioritaria la transformació n de sociedad civil en un plano multidimensional y

entendía a la hegemonía política como un momento que debía ser necesariamente anterior al poder.

21 De hecho, los Estados nacionales en la periferia han abjurado de su función de acumulación

"local". Al no tener políticas productivas propias sus funciones se limitan a hacer atractivo el propio

territorio a los capitales internacionales, es decir, son Estados que apoyan la acumulación a escala

mundial.

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firmeza. Lo escrito poco antes de la revolucion de octubre, la critica al "antianarquismo" de

Plejanov y la teoria del debilitamiento gradual del Estado, caeran en saco roto, en el abismo exacto

de la "necesidad historica". Las referencias a la Comuna de Paris seran cada vez mas escasas. Se

inauguro el tiempo que conjugo la hiperpolitica de ¿Qué hacer? con la pulsion tecnocratica de los

primeros anos de la decada del veinte.

Es evidente que un Estado sitiado tendera a fortalecerse, lo que contradice el proceso de

debilitamiento. Esto plantea el problema de los tiempos. Una revolucion social es a largo plazo

(pero solo a largo plazo) una revolucion contra el Estado. Pero, esta revolucion contra el Estado

exige una revolucion mundial. La transicion, de todos modos, puede concebirse como la

convivencia de un Estado fuerte hacia fuera y debil hacia adentro.

Meszaros expone claramente esta paradoja: "Puesto que el acto (negritas del original) de la

liberacion no puede ser separado del proceso de la liberacion, y puesto que el Estado politico,

aunque este condicionado, resulta simultaneamente tambien un factor condicionante vital, la

emancipacion socialista de la sociedad del dominio opresor de la esfera politica presupone

necesariamente la transformacion radical de la politica en si. Eso significa que la propugnada

superacion del Estado solo puede ser llevada a cabo mediante la instrumentalidad fuertemente

condicionante del Estado mismo". Y plantea un interrogante fundamental: ".Como convertir al

estado heredado en una formacion genuinamente transicional a partir de la estructura

englobadora y necesariamente autoperpetuadora en la que se ha convertido en el transcurso del

desarrollo capitalista" (Meszaros, 1999: 530).

Puede resultar una grave irresponsabilidad pasar por alto las posibilidades de una mediacion

popular: "lo popular es al mismo tiempo velo de la realidad profunda de la sociedad (y, por

consiguiente, de la del Estado) y punto posible de tránsito hacia su descubrimiento [...]

(negritas nuestras). Por eso tambien lo popular es una mediacion menos digerible para el Estado

capitalista, y para la dominacion en la que esta imbricado, que la ciudadania y la nacion [...]"

(O'Donnell, 1978:1196).

Se nos ocurre, parafraseando el titulo de un trabajo de Holloway, que la pregunta, que remite a un

itinerario politico, seria .como cambiar el Estado cambiando el mundo (o la sociedad)? Asumir la

validez del interrogante dejaria en claro donde vamos a poner nuestros mejores esfuerzos

(reconociendo que la sociedad es el ambito decisivo de la reproduccion y la potencial superacion de

las relaciones de dominacion) sin renegar de la necesidad de una instancia articuladora de los

intereses populares y desarticuladora de los intereses de la clase dominante.

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Capítulo 4

El socialismo en un solo barrio y el radicalismo pasivo

"[…] las condiciones que rigen el gobierno en las organizaciones formadas por masas son

radicalmente distintas de las que rigen el gobierno de las asociaciones basadas en la relación

personal o de vecindad […]."

Max Weber

"Las reformas sociales arrancadas por medio de la lucha constituyen etapas en el camino

hacia la meta final en cuanto confieren al proletariado un aumento de sus fuerzas. Es sólo

bajo ese aspecto que presentan interés para el socialismo."

Antón Pannekoek

Respecto de los "seductores discursos ultrarradicales" a los que haciamos referencia, creemos que

su principal deficit insistimos: reconociendo que en el marco de una serie de propuestas de lo mas

lucidas y originales consiste en considerar el "micropoder", el "poder local", el "antipoder", el

"contrapoder" , o la situacion concreta con potencial revolucionario como un fin, perdiendo de vista

la totalidad, el horizonte de la conexion dialectica, diluyendo el proceso de emancipacion en actos

individuales, conquistas aisladas y placeres solitarios. Esto puede plantearse con toda soltura desde

una inquietud especificamente intelectual que pretenda mantenerse incontaminada de la

materialidad y de la temporalidad del corto y del mediano plazo, pero deja politicamente desarmada

a las organizaciones populares y, en ocasiones, las lleva a escenificarse a si mismas como

productos esteticos.

Uno de los efectos de la globalizacion neoliberal es la desterritorializaci on de la politica. El espacio

tradicional de la politica, el Estado-nacion, se torna intrincado y se asume que esta solo puede tener

alguna chance en espacios mas reducidos. El orden neoliberal exige que los macroespacios sean

administrados por politicas "globales", por ejemplo, las que impulsan el Fondo Monetario

Internacional, el Banco Mundial y la Organizacion Mundial de Comercio, a la vez que favorecen

una "redefinicion comunal".

En este aspecto, cierta izquierda no encuentra los caminos para superar la crisis de la politica como

instancia totalizadora y la concibe como un "puro empirismo".22 Esto se refleja, ademas, en una

insistencia sobre el elemento "practica" del nexo teoria-practica, operacion que Gramsci asociaba a

la fase economico-corporati va. De todos modos, en la Argentina, una buena parte de la izquierda

tiene una larga tradicion en cuanto a pretender la conquista de situaciones minoritarias.

Consideramos que una particularidad para hacerse politica necesita convertirse en locus de efectos

universalizadores, necesita articularse al interior de un sistema de demandas, si no corre el riesgo

de circunscribirse al nivel local, a una vida corta, a situaciones especificas y contingentes, a ser

carne de soluciones administrativas. El mismo sistema acepta (o por lo menos tolera) experiencias

de "gobierno en pequena escala" o cualquier tipo de comunidad que no reconoce otro limite que

ella misma. Lo que constituye un anatema, lo que el sistema no puede digerir es la experiencia que

intenta constituirse en una instancia o "momento" de un cambio mas amplio. El capital, como

totalidad organica, se caracteriza por su poder restaurador, si las experiencias locales, que tienden a

superar las presuposiciones materiales del sistema de capital, no transfieren sus aspiraciones a un

conjunto mas amplio se caen. Las relaciones sociales capitalistas no son precisamente las mas

adecuadas para el desarrollo espontaneo de la horizontalidad y la autonomia.

22 Paradójicamente este "empirismo" convive en el seno de la izquierda con el elitismo del formalismo

teórico y las jergas eruditas.

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El bloque de poder impone su propia dinamica, una dinamica micro-racional empresarial. Un

proyecto popular debe contraponer una dinamica macro-racional social que subordine a la primera

y garantice la implementacion de una democracia genuina, sin aspectos formales fetichizados.

Muchas de las propuestas presentadas en los ultimos anos como elixires magicos, eluden todo tipo

de planteo en torno a los horizontes estrategicos y solo ofrecen lineamientos generales para la

constitucion de grupos de presion. De este modo, podemos llegar a obtener miles de victorias de

detalle a las que, empero, les corresponderan derrotas a gran escala. La particularizacion nos parece

la apuesta a una forma de despolitizacion en un momento en el que necesitamos metas colectivas.

La apuesta por la constitucion de microsujetos en una coyuntura en que se requieren proyectos

transmediatos. Ademas, notamos que la particularizacion es la estrategia de algunos grupos

ultrasectarios, "antiapostolicos" y doctrinariamente intransigentes a los que no les importa ganar la

batalla de la opinion publica, y hasta parecen disfrutar horrorizandola con sus acciones y sus

declaraciones, porque en realidad no piensan ni construyen en perspectiva contrahegemonica.

La cuestion de la opinion publica en el marco de la construccion de un nuevo sistema hegemonico,

popular y democratico no nos parece un tema menor en el actual contexto. Por supuesto, no

estamos utilizando este concepto en el sentido liberal tradicional, nos remitimos a aquello que

puede ser compartido por un conjunto amplio y expresado-comunicad o a traves del lenguaje, pero

que esta expuesto tanto a la tergiversacion a traves de la exageracion de aspectos irrelevantes como

al silencio y la mentira. Relacionamos el concepto de opinion publica con la necesidad de evitar el

aislamiento de las experiencias organizativas y las acciones colectivas del campo popular. Los

sectores dominantes han sido historicamente eficaces en su estrategia de aislamiento y

fragmentacion de este campo; y hay que reconocer que muchas veces el propio campo popular les

facilito la tarea. .Si las practicas que el campo popular desarrolla parten de reivindicaciones

legitimas y de valores universalmente aceptados, por que negarnos a favorecer la interpretacion de

nuestras acciones como una oportunidad para que amplios sectores sociales presionen por

demandas propias?

Otra de las limitaciones politicas y hasta epistemologicas de los discursos a los que hacemos

referencia es que, por lo general, terminan en elaboraciones carentes de cierre que reivindican la

incertidumbre. La normatividad se diluye. Los cuestionamientos a la concepcion estatalista y

burocratica de la revolucion han llevado, en algunos casos, a la exaltacion de los procesos

incompletos, sin fines claros. Es decir, partiendo de una critica a las "desviaciones objetivistas" se

cae en algo que, en ultima instancia, es muy similar.

No hay revoluciones impulsadas por una conciencia de clase previa o por reivindicaciones con

significado social estrictamente revolucionario. Un sistema, un orden determinado de cosas, puede

caer y ser reemplazado por otro superador por las presiones de las acciones sociales especificas

(que pueden ser parciales, reivindicativas, "reformistas") a las que un contexto particular puede dar

implicancias revolucionarias. Pero para que esto sea factible, para que exista ese contexto, resulta

imprescindible la unidad de las fuerzas populares, de sus organizaciones y una voluntad de

universalizar las luchas "locales".

Esta "estrategia de la particularizacion" esta en consonancia con la actitud asumida por Perry

Anderson, quien ante la certeza de la "derrota historica" del marxismo por un lado, y la vocacion de

no ser comparsa del neoliberalismo por el otro, encuentra una salida elegante (e inoperante) en

apoyar cualquier reforma local o parcial, pero negando de antemano cualquier proyeccion basada

en la confianza, en una potencialidad con capacidad de alterar el sistema en su conjunto y que

cuestiona su misma naturaleza.

Como afirma Mabel Thwaites Rey: "aun si se intentan construir, de manera consciente, los ideales

anticapitalistas en las practicas cotidianas, existen problemas muy basicos que condicionan desde el

origen la posibilidad misma de materializarlos. Hay muchas experiencias concretas alimentadas por

los ideales libertarios de autonomia, horizontalidad y democracia directa. Es plausible y alentador

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que haya grupos que decidan asumir en sus acciones presentes tales principios e ideales. Pero la

cuestion subsistente sigue siendo su extension, replicabilidad y, por ende, viabilidad, como opcion

politica y no como eleccion individual o colectiva en pequena escala o aislada" (2004:18).

El "socialismo en un solo barrio" termina naufragando al apoyarse en una concepcion atomizada e

ingenua del poder. Concibe su propia construccion mientras se desarrolla en forma aislada y

autocontenida, ignorante de los contextos mas generales (la hegemonia burguesa nacional o el

orden mundial capitalista, por ejemplo) y de las otras construcciones populares. Separa las

experiencias de base, creativas, potencialmente desalienantes, de sus condiciones objetivas,

generalizando una parcialidad y extrapolando lo cotidiano a la totalidad social. Este socialismo de

laboratorio, experimento y vitrina, alimenta la autocomplacencia y cierto narcisismo abonado por

los observadores externos. Nutre un conjunto de idealizaciones.

Al respecto, resulta esclarecedor el contrapunto entre Francisco Ferrara, autor del libro (interesante

y valioso, por cierto) Más allá del corte de rutas. La lucha por una nueva subjetividad y Mariano

Pacheco, militante del MTD Anibal Veron en Frente Popular Dario Santillan, abocado

recientemente a la tarea de escribir la historia de la propia organizacion. Ferrara, analizando la

experiencia desarrollada en un barrio del Gran Buenos Aires por un sector de la corriente autonoma

del movimiento piquetero afirma que: "en el espacio donde transcurre su vida se hallan todos los

aspectos de su interes. Su trabajo esta alli, su familia, sus companeros, su asamblea, sus asambleas,

sus ruedas de mate, sus talleres de reflexion, su comedor colectivo, todo se integra a lo largo del dia

proporcionando ocasiones para multiples entrecruzamientos y despliegues. Podria decirse que este

piquetero no esta meramente alli, sino que se halla habitando su espacio cotidiano" (Ferrara,

2003:119-120) .

Pacheco, en torno a esta realidad, o a otra que puede ser identica, propone una mirada distinta:

"Excluidos de un trabajo, del colegio, de la Universidad, de los espacios geograficos centrales

(donde, por ejemplo, se desarrollan las principales actividades sociales, politicas y culturales), los

piqueteros se ven 'obligados' a desarrollar sus actividades en un determinado medio (periferico)

territorial: el barrio; o mas precisamente, la pequena parcela de barrio en donde el Movimiento ha

desplegado sus centros de reunion, de trabajo... Asi, cada vez mas, el piquetero se repliega social y

territorialmente, encerrandose en una especie de gheto. Solo va a la metropoli a manifestarse,

transitando por ciertos lugares siempre como un negado, un excluido, como alguien que no deberia

estar alli. Cuando viaja en subte, lo hace en una 'formacion especial' (denominacion dada por la

empresa Metropolitano a los coches que transportan desocupados manifestantes) , evitando de este

modo que comparta un espacio comun con el resto de los pasajeros, con los 'ciudadanos' . Cuando

entra a un bar, lo hace unicamente para ir al bano (y siempre en caso de toparse con un comerciante

o un mozo solidario, que no se espante del 'aluvion zoologico'). Cuando pasa por un cine o un

teatro, observa desde afuera. En fin, ni siquiera cobra su plan en un banco como el resto de las

personas que reciben subsidios del Estado. Desde el verano de 2002, los planes Jefas y Jefes de

Hogar se pagan en la canchas de futbol de cada distrito [...]" (Pacheco, 2005).

Esta lectura puede parecer aguafiestas. Al provenir de un protagonista directo, perturba. En

realidad, es profunda y es certera porque atiende a los condicionamientos y no hace de la

necesidad, virtud. Se aleja de las contradicciones, la casuistica y el coyunturalismo tipico de

algunos militantes autonomistas. Sin dejar de destacar la importancia innegable de la construccion

de subjetividades y territorialidades alternativas a las del capital y de formas basadas en la

solidaridad frente a un capitalismo que, como decia Maximo Gorki, induce al individualismo

zoologico, recuerda que por si solas no alteran las condiciones de opresion ni la caricaturizacion de

la ciudadania (reforzando el caracter abstracto de la ciudadania impuesto por el sistema).

Asimismo, el "socialismo en un solo barrio", puede verse como una forma de falsa conciencia. Una

forma que sirve para que las clases subalternas no logren discernir su exacta condicion y para que

acepten pasivamente la dominacion, su exclusion de la vida publica y su incompletud. Se favorece

de esta manera un proceso de autoinhibicion de las capacidades populares que solo pueden

desarrollarse con la actividad publica.

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Otra vertiente que abona la estrategia de la particularizacion se basa en el temor a que una lucha,

una construccion con potencialidad transformadora, sea absorbida, integrada por la logica de

reproduccion del capital. Estos riesgos, efectivamente, existen siempre y hay que asumirlos (y

generar los mecanismos para anularlos o atemperarlos) porque la alternativa suele ser la paralisis y

el aislamiento social y politico. No podemos contrarrestar las dimensiones del capital huyendo de

ellas, ocultandonos, asumiendo la estrategia del anacoreta para evitar los conflictos. No se puede

jugar a las escondidas con el capital.

Resuenan cada vez mas los planteos que conciben un espacio-tiempo separado, de "laboratorio",

para las organizaciones populares, escindido e independizado del resto de la sociedad. Planteos

que se corresponden a unas concepciones estrechas de la autonomia, cercana a las comunas

medievales que Piotr Kropotkin supo idealizar, y de la democracia aldeana directa. Aqui cabe tener

en cuenta las condiciones de la democracia "pura" que planteaba Max Weber: 1) un territorio y un

numero de participantes limitados; 2) escasa diferenciacion social y economica entre los

participantes; 3) niveles homogeneos de informacion, "suficiente instruccion y practica" de los

participantes "en la determinacion objetiva de los medios y fines apropiados"; 4) tareas de gestion y

administracion sencillas y fijas (Weber, 1984, segunda parte, cap. VIII). En estas concepciones,

precisamente, se sostiene una critica ingenua al Estado que propone una especie de retorno a lo que

algunos sociologos y antropologos funcionalistas denominaban "sociedades inferiores" o "sociedad

simples", caracterizadas por sus instituciones multifuncionales (sin la especializacion tipica de las

sociedades "modernas") y por lo rudimentario de su gobierno o por la ausencia lisa y llana del

mismo.

Las utopias –reaccionarias– del retorno a las sociedades simples, y a otras formas perimidas, pasan

por el alto el caracter complejo de nuestras sociedades. La idea de democracia de Juan Jacobo

Rousseau, o el conjunto de inspiraciones habilitadas por la Comuna de Paris de 1871, se basaron en

un modelo comunal de democracia, en la nocion de que las masas, en ambitos acotados, resuelven

el problema del poder (y ellas mismas son practicamente las unicas fuentes del poder). Este tipo

ideal de democracia basada en relaciones de cercania, en la homogeneidad del colectivo y en el

conocimiento mutuo (ideal de gobierno de unidades minimas y homogeneas) hoy tiende a resurgir.

En America Latina la construccion de espacios miticos en mapas simbolicos se baso muchas veces

en experiencias concretas, como Palmares, en Recife (Brasil), simbolo de la libertad de los

oprimidos, espacio de utopias. Estos espacios fueron reconocidos como antecedentes de la guerrilla

latinoamericana de los 60 y los 70, por sus afinidades con la idea de "zona liberada", espacio en el

que las organizaciones revolucionarias construian la nueva sociedad. La diferencia, de todos

modos, radica en el caracter de fuerza propagandistica permanente, generalmente asignado a la

zona liberada, cuyo objetivo principal era avanzar en la liberacion de otras zonas, destacandose el

afan universalizador de estas organizaciones.

En fin, se trata de implementar un nuevo concepto de la politica diferente, directo y practico, de

articular la liberacion politica con la social, regresando la politica al ambito social (una politica de

la "inmanencia"), aunque no subordinandola al mismo. Hay que partir de las experiencias y las

condiciones de vida concretas, vivir en el presente los valores de la sociedad proyectada,

apuntalando las practicas a las que se les insinue el mundo nuevo en las entranas, aunque

trascendiendo las barreras particularistas. Cualquier cambio de magnitud requiere de un sujeto

social fuerte, experimentado, con amplios recursos de movilizacion, con apoyos variopintos,

incluso con mediaciones, aunque se corra el riesgo de las mediaciones marginales. Hay que estar a

la altura de las ilusiones que inspiran las practicas populares y no marchar al futuro con los ojos

vendados.

Muchos de los planteos mas originales difundidos en los ultimos tiempos, profundamente radicales

en sus formulaciones y en los horizontes propuestos, logran que cualquier militante honesto del

campo popular se sienta equivocado, profundizando asi el sentimiento de impotencia y de orfandad

en la que viene desarrollando su busqueda. Estamos de acuerdo en que hay que cambiar las formas

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de cambiar, pero las formas alternativas cuando se formulan con claridad, cosa que sucede poco a

veces son desconcertantes. Por ejemplo, el movimiento estudiantil y los docentes han luchado y

luchan en defensa de la universidad publica, comprometida con el pueblo y sus luchas, etc. Esta

nos parece una lucha irrenunciable. Debemos reconocer que nunca se nos ocurrio cuestionar, en

aras de una supuesta radicalidad, la existencia misma de la Universidad. La "autoformacion

comunitaria" (no estatal) no nos parece una buena alternativa. Los trabajadores desocupados por su

parte, han reivindicado el derecho al trabajo, a la salud y a la educacion, etc. y han presionado

sobre el Estado para obtener planes de empleo. No todos se han planteado el problema de la

alienacion, o de la futura explotacion de la que serian victimas en caso de acceder al trabajo

"genuino", solo algunos sectores han cuestionado los limites de la division estructural y jerarquica

del trabajo y la dependencia del capital; tampoco han elaborado una vision del Estado que los haya

llevado a desecharlo como instancia susceptible de interceder en su favor, o de alterarlo en sus

roles.

El cambio social exige un proceso de transformaciones, extenso, complejo, contradictorio. De

seguro abrigara un sinnumero de formas contingentes que pueden sobrevenir corrupcion o

insurreccion. Trostsky decia que: "Las tareas del nuevo regimen son tan complejas que no se

podran resolver mas que por la competencia entre diferentes metodos de construccion economica y

politica, mas que por largas 'discusiones' , mas que por la lucha sistematica, lucha no solo del

mundo socialista con el capitalista sino tambien lucha de diversas corrientes y tendencias al interior

del socialismo [...]" (Trotsky, 1975:170).

La obra de Meszaros es, en los ultimos tiempos, una referencia obligada para nosotros. Sus textos

nos parecen de una fecundidad poco comun, pero no estamos de acuerdo con el cuando afirma que:

"[...] lo inmediato puede ser propiamente perseguido solo si es concebido como lo inmediato

estratégico (italicas del original), definido por su inseparabilidad de lo estratégico a largo plazo

(italicas del original) y orientado por la primacia total de esto ultimo. En otras palabras, esos

progresos parciales pueden ser adoptados solamente como objetivos inmediatos viables que no

pueden ser revertidos, y por lo tanto son capaces de adquirir un caracter verdaderamente

acumulativo. Aquellos que podrian objetar que eso es 'maximalismo' deberian abrir los ojos ante el

hecho de que el peor tipo de maximalismo es en realidad la vana persecucion de las 'demandas

minimas' irrealizables –solamente compatibles temporal y tacticamente dados los limites

estructurales del capital". 23

No nos parece muy productiva la polaridad entre lo estrategico (inmediato y a largo plazo) y la

"demanda minima", invariablemente asimilable por el capital. Si bien las practicas que son

inmediatamente estrategicas (y por lo tanto son estrategicas a largo plazo) son cualitativamente

diferentes por sus perspectivas, la "demanda minima", aunque compatible circunstancialmente con

la logica del capital, puede contribuir a un proceso de autoconciencia y, a partir del desarrollo de

una experiencia concreta (nocion fundamental) , a romper con esa logica. En relacion a esta

cuestion decia Pannekoek: "A primera vista puede parecer que se trata simplemente de poner fin a

las aberraciones, de hacer soportable el capitalismo y a la vez perpetuarlo cosa de la que los

reformistas burgueses estan convencidos pero no obstante, la lucha no tarda en demostrar que esas

'aberraciones' forman la esencia del capitalismo y que para combatirlas hay que luchar contra el

sistema en su conjunto" (Bricianer, 1975:70).

Igualmente, nos parece falso el dilema entre la democracia consejista y la democracia

parlamentaria que hoy tiende a reeditarse bajo diversas formas. Lo cierto es que ni una ni la otra,

desde el punto de vista institucional, solucionan los problemas de la relacion entre el Estado y la

sociedad. Asimismo, es falsa la contradiccion entre el gradualismo y el "gran salto". El socialismo

es impensable fuera del marco de una dialectica que involucra continuidades y rupturas, que

combina los cambios graduales con los saltos, con infinidad de quiebres y no con uno solo y

espectacular. De hecho, de haber un solo quiebre posible, habria una sola tarea. En este sentido

23 Ver: Mészáros, Istvan, "Prólogo". En: Rauber, Isabel, Movimientos sociales y representació n política,

Buenos Aires, CTA, 2003, p. 9.

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cabe reivindicar toda lucha por extender los espacios publicos, todo proceso que impulse la

desmercantilizacion , la participacion y el control desde abajo. El socialismo, como consecuencia

última de la lucha de clases nos exige distinguir entre el objetivo final y los objetivos inmediatos.

Puede que el objetivo inmediato principal consista en incrementar el poder social de las clases

subalternas (poder popular). Ahora bien, el objetivo final difiere del simple agregado de reformas

(y aqui cabe releer la cita de Pannekoek que introduce este capitulo). En esta linea cabe pensar en

la necesaria complementariedad de las funciones de las organizaciones del campo popular: el

fortalecimiento de la situacion de los sectores populares en el seno de la sociedad burguesa y del

sistema capitalista, la creacion de poder propio y las formas posibles para abolir el capitalismo.

La posicion que se deriva de esta contraposicion lleva a plantear la posibilidad de que se alcancen

posiciones que no se pueden revertir y que se acumulan. Esto nos parece un grave error. Podemos y

debemos aspirar a garantizar el mayor grado de solidez de las organizaciones populares, pero no

podemos pensar en esos terminos. Esta posicion lleva a la negacion de toda practica definida de

antemano como alejada de objetivos inmediatos estrategicos (irreversibles y acumulativos) :

idealiza al instituir la nocion de irreversibilidad y plantea una posibilidad acumulativa en terminos

antihistoricos; favorece el sectarismo; deja de lado los tiempos de las distintas experiencias,

etcetera.

Si bien no todas las practicas populares se encaminan estrategicamente desde el vamos hacia una

ruptura con la logica del capital, su propio desarrollo y algunas intervenciones pueden conducirlas

hacia ese horizonte. El rol del sindicalismo durante muchos anos fue el eje central de este debate.

Ante la evidencia de que los sindicatos no eran las herramientas mas adecuadas para abolir el

capitalismo, por compartir con este un mismo plano, algunos militantes minimizaron el papel de los

sindicatos. En la actualidad, deberiamos tener en cuenta otros espacios centrados en logicas

reivindicativas, ademas de los sindicatos, a los que tambien se les niega capacidad de

transformacion revolucionaria y cuyas contribuciones al desarrollo de la solidaridad, la

organizacion y la conciencia de las clases subalternas no se reconoce. Curiosamente, muchos de los

que nos plantean una praxis siempre al limite terminan considerando el tradicional gesto infantil de

negarse a tomar la sopa como un acto de rebelion ("instituyente" ).

.Somos complices en la reproduccion del poder? .Con que fundamentos medianamente sensatos se

nos puede acusar de compartir paradigmas hegemonicos y de aceptar los "limites impuestos"? A

veces, nos parece que algunos juegan el rol del visionario y del reformador social adelantado a su

tiempo y nos miran desde las alturas con cierta pena por nuestra vulgar materialidad. Nosotros

seguimos pensando que la realidad se cambia desde "dentro de ella misma" en un proceso de

acumulacion24 largo y no desde un lugar ideal, que el cambio deviene del interior mismo de las

relaciones fetichizadas. La revolucion nunca es una condicion ideal, sino imperfecta y

contradictoria. Como la felicidad, se construye siempre con materiales deficientes. Por otra parte,

como afirmaba Raymond Williams inspirandose en Gramsci, la creacion de una hegemonia

alternativa requiere de la conexion practica de diversas formas de lucha, "incluso de las formas que

no resultan facilmente reconocibles y que no son fundamentalmente 'politicas' o 'economicas'

[...]" (Williams, 1980:132).

En entrevistas y notas realizadas a algunos militantes de la corriente autonoma del movimiento

piquetero se puede percibir el rostro de la perversion: desde un ensayo significativo, pero que no

deja de ser la encarnacion del desamparo, desde los horizontes exagerados de una parcialidad

modesta (por ejemplo, una panaderia autogestionada) se lapidan en forma despiadada e insolente

todas las experiencias revolucionarias, la Revolucion Francesa, Rusa, China, Cubana, etc. El

autonomismo extremo, en pos de la preservacion de una supuesta pureza, se desentiende de las

24

Cuando hablamos de acumulación, no lo hacemos en términos cuantitativos (sumar militantes o

recursos), sino que nos referimos a la acumulación de saberes, de las mejores tradiciones, de

experiencias de lucha. Esta acumulación implica socializar ese bagaje, garantizar las continuidades de

una tradición que el poder siempre corta, abisma, niega.

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luchas libradas por organizaciones de la izquierda tradicional o de otros espacios del campo

popular, cuando no las repudia directamente25; suele ser mas intransigente con otras experiencias

del campo popular que con el verdadero enemigo (que se le desdibuja).

Ademas, nos sigue preocupando el problema de la comunicabilidad, la extension y la permanencia

de las luchas y, si bien reconocemos como positiva la nueva "intensidad" alcanzada por estas,

creemos que la primera trilogia sigue siendo clave.

Por otro lado, consideramos inviable para el campo popular una propuesta basada en la "subversion

permanente". Entre el cuestionamiento a la legitimidad de los limites y la sumision a los mismos

existen regiones que ofrecen posibilidades criticas como la reversion o la perversion, que por

supuesto abren el camino de la subversion. Podemos reconocer infinidad de practicas que sin

"llegar al limite" cuestionan al capitalismo y permiten que los sujetos se liberen del fetichismo y la

cosificacion. Podemos tomar un ejemplo historico. A pesar de lo que muchos marxistas sostienen,

las concesiones hechas al trabajo y arrancadas al capital en el contexto del Estado Benefactor, si

bien no alteraron sustancialmente las relaciones de fuerza, tampoco favorecieron automaticamente

las tendencias reformistas. Las instituciones benefactoras, por un lado, pueden concebirse como

parte de un dispositivo de cooptacion que produce efectos fetichizadores, pero, por el otro, como

resultado de una larga lucha de las clases subalternas a nivel mundial (que incluye la experiencia de

los Estados socialistas) . Si bien ese tipo de "conquista" puede terminar legitimando al capital, la

experiencia historica demuestra que tambien puede ser un escalon para nuevas demandas y para la

ampliacion del campo de exigencia.

Los que si tuvieron en claro los alcances de estas concesiones fueron los ideologos del sistema

capitalista que, a comienzos de los 70, comenzaron a plantear el problema de la gobernabilidad

como resultado del incremento de las demandas economicas y la ampliacion de la democracia por

parte de las clases subalternas.

Resulta necesario diferenciar y jerarquizar las distintas acciones del campo popular y tener en

cuenta que aquellas que le preocupan al sistema son las "contrarreivindicaci ones organizadas de la

legitimidad". Es decir, cuando una organizacion no gubernamental reivindica su derecho a

gobernar o cuando desorganiza la legitimidad vigente, que es diferente a la perdida de legitimidad.

Estamos convencidos que estas contrarreivindicaci ones aportan mas a un proceso de liberacion

social que, por ejemplo, las "mutaciones corporales" o los "exodos antropologicos".

Imitando al subcomandante Marcos, muchos companeros y companeras se autodefinen como

"rebeldes" y le rehuyen a la categoria de "revolucionario". La rebeldia es reconocida como

horizonte y la revolucion incluso ha llegado a ser desestimada o concebida como momento

subordinado de la revuelta. La rebelion "etica" contra el capitalismo adquiere prioridad y se

concibe siempre contrapuesta a toda intencion estrategica. Tambien la pobreza fue asumida como

horizonte por Marcos. Al momento de conformarse las Juntas del Buen Gobierno dijo que los

zapatistas habian optado por ser pobres. Pero, resulta que el sufrimiento no "acumula" y tampoco

integra. Esta concepcion lirica de la pobreza puede hallarse en un sector del activismo del

movimiento piquetero, proveniente de los sectores medios, que tiende a considerar que la

preocupacion por la belleza implica una caida en la frivolidad. No es igual el caso del MST de

Brasil, que propone superar la pobreza y su inherente fealdad e impulsa acciones de

"embellecimiento" . Fieles a Dostoievsky, creen que "la belleza salvara al mundo".

"La oposicion a la opresion es consustancial a la existencia de sistemas jerarquicos" (Arrigui,

Hopkins y Wallerstein, 1999:29), pero esta oposicion, si bien es clave, no es suficiente para alterar

estos sistemas. .Cuales son los limites de la rebeldia?: el corto plazo, sus efectos instantaneos, la

discontinuidad. "En realidad, ello ha constituido una gran fuente de poder para los estratos

dominantes del mundo a lo largo de la historia: la no continuidad de la rebelion" (ibíd.:29).

25 Esta visión de la realidad, un tanto distorsionada, llevó a catalogar a la CTA de "traidora" a la clase

obrera.

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Una verdadera revolucion esta obligada a reinventarse constantemente. Pero la rebeldia no se

reinventa. La rebeldia es la afirmacion del yo, de la propia voluntad, una respuesta al poder, a la

explotacion, a la desigualdad, no es una "construccion" . O sea: la rebelion es inherente a las

sociedades opresivas pero no es suficiente para cambiarlas. Si bien es un punto de partida

imprescindible, no puede considerarse como "experimentacion renovada" o como forma de

articular y canalizar las luchas. Bernd Oelgart sostenia que "un sentimiento de rebelion no es un

arma suficiente para hacer la revolucion (cosa ya sabida desde Lenin) ni tampoco una garantia

suficiente contra el peligro de la recuperacion ideologica (cosas que hemos aprendido

recientemente) [...]" (Olegart, 1971:195).

Los hombres y mujeres han desarrollado infinidad de formas de resistencia al poder, de lucha por la

dignidad, y han elucubrado los mundos deseados a lo largo de la historia. Han proyectado "mitos"

y sistemas verdaderos, justos y agradables hacia el futuro: el reino de Dios sobre la tierra, Cucana,

Pomona, Venusverg, El Paraiso de los Pobres, las Montanas de Azucar, Icaria, etc... Pero el

sufrimiento que se rebela (que sin duda es lo mas sublime de la tierra), la resistencia, la lucha por la

dignidad, por la verdad y la belleza, aunque hayan sido la condicion de posibilidad del cambio, por

si mismas no han servido para cambiar al mundo. Hace falta un "plus" y ese plus es lo que debemos

discutir. El hecho de que este "plus" se haya expresado historicamente en itinerarios fallidos,

experiencias reprobables y hasta perversas, no debe llevarnos a negar su necesidad.

Reconocemos la importancia de los "libretos ocultos" y de las "protopoliticas" pero notamos una

tendencia a exagerar sus capacidades. Las protopoliticas son momentos, solo momentos, en el

proceso de formacion de los movimientos colectivos y las ideologias liberadoras. Un movimiento

popular puede fenecer a poco de dar sus primeros pasos si no logra conformar una o varias

organizaciones, una ideologia liberadora y obtener algun grado de visibilidad publica. Queremos

que las nuevas organizaciones populares escapen al destino de los luddistas que algunos

intelectuales ya les asignaron y al que otros las condenan con su influencia perniciosa.

La teoria de la "rebeldia permanente", al igual que algunas expresiones de la tradicion jacobinoleninista,

deja de lado las problematicas referidas al comportamiento "no rebelde" del sujeto de la

rebelion. Con impulsos romanticos, funda la politica en el deber ser, exclusivamente. Lo que

conduce a la negacion de cualquier transaccion con la realidad (en ultima instancia, lleva a negar la

realidad).

El subcomandante Marcos ha sostenido que la revolucion siempre viene de arriba, pero Marcos,

que tanto alumbro y alumbra, en este punto en particular se confunde y confundio a muchos

companeros, lo que viene desde arriba es una revolucion pasiva, una revolucion autentica viene

desde abajo.

Por ultimo, cabe recordar que la gran empresa asumida por los surrealistas, segun Walter

Benjamin26, fue ganar para la revolucion a las fuerzas de la ebriedad. Seguramente nunca se les

hubiera ocurrido, en su genial locura, ganar para la ebriedad a las fuerzas de la revolucion, que es

precisamente lo que algunos estan proponiendo.

26 Benjamín, Walter, Imaginación y Sociedad. Iluminaciones I, Buenos Aires, Taurus, 1999, p. 58.

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Capítulo 5

La alternativa estatal-nacional

"La liberación nacional y la revolución social [...] son, en una medida cada vez mayor, el

resultado de una elaboración local y nacional, influida en mayor o en menor medida por

factores externos [...] pero determinada esencialmente y constituida por la realidad histórica

de cada pueblo y lleva al triunfo a través de la superación o de la correcta solución de las

contradicciones internas entre las diversas categorías que caracterizan a la realidad."

Amílcar Cabral

"Y lo nacional ¿qué es? Antepuesto a clasista ¿qué es? Es el lenguaje de Rucci, de Taccone,

de los fascios, de los yanquis [...]."

Agustín Tosco

Asi como se ha destacado el papel de los Estados nacionales en la globalizacion neoliberal

insistimos en la posibilidad de un papel de los mismos en sentido contrario (del neoliberalismo) .

Muchos creen que la lucha contra un enemigo global solo puede ser global. Segun Michael Hardt:

"la alternativa al imperio del capital global y sus instituciones solo se encontrara en un nivel

igualmente global, a traves de un movimiento democratico global".27 Nosotros pensamos que lo

nacional juega un papel fundamental en la lucha contra las tendencias de la globalizacion neoliberal

y que la clave antiimperialista posee renovados alcances. Porque existe un ordenamiento

jerarquico, y por ende, desigual a nivel internacional en el que se inscriben los Estados nacionales.

Porque detras de cada corporacion transnacional hay un emplazamiento nacional con estrechos

vinculos estatales. Porque el capitalismo y la matriz temporo-espacial que le es inherente se

caracterizan por una tension entre la universalizacion- homogeneizacion y la particularizacionfr agmentacion.

De hecho, la nacion puede verse como "saldo" de esta tension. Segun Leopoldo

Marmora: "Esta contradiccion entre el caracter universal de la temporalidad capitalista, por un lado,

y la necesaria existencia del capital en forma de muchos capitales individuales, en relacion de

reciproca competencia y por lo tanto refractarios y hostiles entre si, por el otro lado, condiciona la

necesidad del estado nacional-burgues" (Marmora, 1986:107).

Por su parte Istvan Meszaros afirma que: "los antagonismos estructurales entre el capital

transnacional en expansion y los estados nacionales son inseparables de las profunda contradiccion

entre (1) el monopolio y la competencia, (2) la creciente socializacion de la produccion y la

apropiacion discriminatoria de sus productos y (3) la creciente division internacional del trabajo y

la tendencia de las potencias nacionales mas fuertes a la dominacion hegemonica del sistema global

[...]" (Meszaros, 1999:185).

Creemos, ademas, que lo local podria tener perfectamente, y hasta diriamos que en cierta instancia

necesariamente, la dimension del Estado-nacion. Claro que esta afirmacion no debe confundirse

con la negacion de una totalidad mas amplia y condicionante. Es indiscutible el caracter incompleto

(y hasta inviable) del socialismo en marcos nacionales. Pero, ante la imposibilidad de procesos

simultaneos, lo nacional es punto de partida necesario.

Por otra parte, nos parece incorrecto considerar como contradictorias las formas nacionales (o de

"soberania") y no nacionales (o de globalizacion alternativa) para responder a las fuerzas

dominantes de la globalizacion. Sobre todo, porque los cuestionamientos al orden jerarquico y

asimetrico de la globalizacion, realizado por los que asumen la defensa de las formas nacionales, no

se oponen a los planteos de globalizacion "democratica e igualitaria" o "humanista y solidaria". La

forma nacional reconoce que uno de los rasgos salientes de la globalizacion neoliberal ha sido la

acentuacion de las diferencias entre los paises ricos y pobres y la acentuacion de las diferencias en

27 Hardt, Michael: "Soberanía nacional y militancias en red". En: Diario Clarín, Buenos Aires, sábado 22

de marzo de 2002, Suplemento Cultura y Nación, p. 3.

37 www.lahaine. org

el marco de los propios paises perifericos, a partir de este diagnostico ha fundamentado estrategias

que le asignan un rol preponderante al Estado-nacional.

Creemos que no tiene demasiado sentido oponer, aunque si se pueden comparar, las distintas

formas de lucha contra la forma de globalizacion impulsada por el capital financiero y los

organismos transnacionales.

Lo cierto es que parece improbable que el capital global (y las fuerzas populares) pueda prescindir

del Estado-nacional. Las empresas capitalistas se vinculan con el sistema mundial a traves de la

mediacion del Estado-nacion. El Estado le asegura al capital global la transferencia del excedente,

determina quien gana y quien pierde y modifica los marcos institucionales. La dominacion sigue

organizandose sobre la base de los Estados nacionales y por eso siguen siendo un espacio de

disputa de proyectos, de significados. En este contexto, cabe reactualizar el debate sobre la

capacidad emancipadora de significantes como "nacion" y "patria" (es decir, sobre la "cuestion

nacional") y no propiciar su negacion abstracta. Vale tener presente que en nuestro pais, a partir de

la decada del treinta, el nacionalismo se constituyo en un elemento de disputa ideologica.28

Nosotros consideramos que la nacion puede ser (en realidad puede volver a ser) un espacio

proyectado de emancipacion, el locus de una dialectica de la emancipacion.29 Y aunque la Nacion

sea cada vez mas chica para la inconmensurable dialectica emancipatoria, .no es un punto de

partida o una instancia insoslayable por la pervivencia de ciertos elementos homogeneos, por

historia, porque en los sectores populares, a diferencia de lo que sucede en los sectores dominantes,

no se puede disociar el interes personal del destino nacional, etc.? .No es perfectamente licito

considerar a los escenarios nacionales como un asiento localizado de la lucha a partir de la

valorizacion de la experiencia concreta del pueblo? Ademas .no se reeditan las formas del viejo

internacionalismo abstracto bajo un nuevo antiglobalismo abstracto? Hoy, desde algunos sectores

de la izquierda, se plantea que la "globalizacion" (o la "mundializacion" ) esfuma la cuestion

nacional, lo que encamina al reestablecimiento de una relacion simplista y unilateral entre

burguesia y Nacion. La misma relacion causal e instrumental de la que partieron Marx y Engels y

que sirvio de fundamento a la teoria marxista de la Nacion y que remitia, en ultima instancia, a la

dinamica determinista entre infraestructura y superestructura.30

28 En el poema Jactancia de quietud, Borges define la patria como "un latido de guitarra, unos retratos y

una vieja espada". No es necesario explicar por qué las imágenes de este tenor han sido y son

plenamente funcionales a los intereses de las clases dominantes.

29 Incluso Negri y Hardt reconocen que la función del concepto de nación se invierte cuando es

desplegada entre grupos dominados en lugar de entre grupos dominantes. Ver: Negri, Toni, y Hardt,

Michael, op. cit. p. 133.

30

Según Leopoldo Mármora, la teoría marxista de la Nación (y cabe agregar que en el marxismo la

nación ocupó por lo general un lugar subordinado) centró su interés en la desaparición de las naciones,

clausurando el espacio teórico para pensar la Nación. Nunca superó el momento negativo. A partir de la

relación burguesía-nació n se instaló el horizonte de la superación de las naciones por la eliminación de

la sociedad capitalista. Por otra parte, Marx consideraba que el desenvolvimiento del capitalismo

simplificaba y universalizaba la lucha de clases mientras hacía a las naciones cada vez más

interdependientes. El internacionalismo se redujo así a la lucha de clases. Aunque, debemos destacar

las aproximaciones de Marx a la noción de desarrollo desigual que proponían un emplazamiento distinto

para pensar la nación. Este primer paradigma marxista de la cuestión nacional basado en el

internacionalismo proletario, a partir de Lenin, fue reemplazado por el nacionalismo antiimperialista.

Lenin reivindicó el derecho de las naciones oprimidas a la separación estatal, idea que logró articularse

con el movimiento de descolonizació n, sobre todo después de la segunda guerra mundial. Propuso, de

este modo, un campo que asociaba las luchas de los trabajadores de los países centrales con las

luchas anticoloniales. La propuesta leninista era la de construir el socialismo mundial, paso a paso.

Pero, desde este punto de vista, América Latina no tenía objetivos nacionales por los que luchar. Ver:

Mármora, Leopoldo, op. cit.

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El problema nacional no puede ser soslayado porque esta en relacion directa con la cuestion de la

transicion entre las condiciones del presente y el orden del futuro y con el debate sobre las

mediaciones materiales y los instrumentos funcionales aptos para la tarea emancipatoria. La

transicion no puede ser planteada en terminos ideales y abstractos, por el contrario, sus formas

asumen escalas temporales y un caracter nacional especifico. Lo nacional nos plantea entonces la

necesidad de encontrar las mediaciones materiales e institucionales mas apropiadas para nuestro

pequeno rincon del mundo. Se trata de articular la idea de nacion con un nuevo sistema

hegemonico, de pensar en terminos de hegemonia nacional, de construccion de una nacion popular

democratica, lo que implica pensar los efectos de la nacion sobre la burguesia, de la superestructura

sobre la infraestructura. La nacion es un producto activo. Aunque las claves para comprender la

lucha de clases no se encuentran exclusivamente en el Estado–nacion (por eso una tarea de primer

orden consiste en articular las luchas locales con las globales), existe una estrecha relacion entre

lucha de clases y nacion, relacion entre sus logicas, porque clase y nacion son variables

interdependientes. Hay una relacion organica, porque infraesturctura y superestructura constituyen

una unidad (un bloque historico). No hay nacion sin sistema de hegemonia. Mal que pese, las

clases existen en la Nacion y no en el vacio.

Reconocemos la existencia de fuertes constricciones en el sistema interestatal, y los fuertes

condicionamientos a los que esta sometida cualquier estructura estatal especifica, aun la mas

revolucionaria. Ahora bien, reivindicar otras estructuras no estatales o una supuesta red transestatal

revolucionaria no constituye una alternativa, por lo menos no en el corto plazo. .Cuales son los

instrumentos para resistir las presiones externas? Si tenemos dificultades para articular luchas en un

barrio, el mundo como horizonte de nuestros afanes articulatorios nos parece aun muy lejano. Si los

Estados no pueden moderar los procesos de la economia mundial y la voracidad del capital, menos

puede hacerlo una pequena comunidad. Si sostenemos que es imposible el "desarrollo nacional"

.por que suponer que la economia informal en escala barrial puede ser una alternativa?

Por otra parte, notamos que hasta ahora las mas solidas y extendidas alternativas al sistema

interestatal y al significado tradicional de los estados no son precisamente un avance: organismos

financieros transnacionales, actividades "procaces", fundamentalismos, etc... Las alternativas no

nacionales se caracterizan por su debilidad. La alternativa global aparece difusa, incipiente desde lo

social e inviable desde lo politico. En este sentido, debemos tener muy presente que la crisis

historica (que suponemos terminal) de las formas tradicionales que asumieron los movimientos de

liberacion nacional, los populismos y los socialismos "reales" ha generado un vacio que ocuparon

fuerzas reaccionarias.

Todo parece indicar que al interior y frente al sistema interestatal los organismos locales tienen

menos posibilidades que las estructuras estatales especificas. .Desde que lugar distinto al Estado

podemos alterar el orden asimetrico del sistema interestatal? Por momentos, parece que nuestra

incertidumbre nos lleva a confiar excesivamente en las perspectivas de una lucha contra un poder

transterritorial desde los organismos locales.

Criticamos la forma alienada del Estado politico moderno pero eso no quita que consideremos

necesario el ejercicio de "las funciones mediadoras primarias de la administracion y la

promulgacion societal de las reglas" (Meszaros, 1999:160), ejercicio que debe ser colectivo y

democratico. En todo caso, se trata de remodelar las funciones mediadoras primarias para que sean

propicias a la autorrealizacion humana.

En el mediano plazo no vemos alternativas historicas a la estatalidad. Las organizaciones populares

autonomas pueden presentarse, en terminos de Arrigui, Hopkins y Wallerstein, como "alternativas

intermedias que no parecen plantear alternativas a largo plazo a la estatalidad", es decir: ambitos a

desarrollarse en el marco de las jurisdicciones formales de los estados "y convertirse en terrenos

moviles para los movimientos antisistemicos [...]" (ibíd.:112).

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.Estamos en un mundo en el que solo queda la confrontacion abierta entre las fuerzas del capital y

las fuerzas anticapitalistas a escala global? .Que posibilidades tienen las fuerzas anticapitalistas,

fragmentadas, desarticuladas, frente al capital cada vez mas centralizado, homogeneo e implacable?

.No existe un espacio que nos brinda la posibilidad de oponer proyectos estatales alternativos, de

disputar el sentido de la identidad de la nacion y de su proyecto historico? Ademas, .no se

mantienen los mecanismos imperialistas de exportacion a la periferia (desde los Estados centrales)

de la lucha de clases y la guerra civil "a fin de preservar el orden y la soberania en casa"?.31

Creemos que es posible y necesario restituir un espacio de negociacion estrategica entre el Estadonacion

y la dinamica excluyente de la globalizacion.

.Hasta que punto las posiciones del antipoder y de cierto antiestatalismo estan irremediablemente

tenidas por la derrota, por la falta de osadia para pensar mas alla de los "teoremas de la

resistencia"? Algunas versiones del antiestatalismo, muchas veces, parten del reconocimiento de la

imposibilidad de alterar la asimetria del sistema interestatal. Sin perspectivas y proyectos globales

superadores del capitalismo, sin una totalizacion real y activa que pretenda cambiar el mundo, las

propuestas, por mas radicales y novedosas que parezcan, nos condenaran a la convivencia

promiscua con el sistema dominante. Eso es lo que nos falta: una perspectiva de transformacion

social amplia.

Aun no estamos en un mundo en el cual la unica confrontacion posible sea la abierta y global entre

las fuerzas del capital y las fuerzas anticapitalistas. Hay otros espacios intermedios para la

oposicion de proyectos alternativos. El espacio nacional-estatal, reformulado por una nueva

hegemonia, articulado con un nuevo sistema hegemonico, sigue siendo la unica vinculacion

defensiva concreta para los sectores populares frente al caracter opresivo (o inaccesible) de los

espacios transnacionales.

En la periferia la escision entre capitalismo y soberania tiene larga data. Claro que la brecha se ha

incrementado considerablemente en las ultimas decadas. Por lo tanto, la lucha por la soberania es

cada vez mas un componente anticapitalista. Asi como el concepto de soberania, reformulado por

Juan Jacobo Rousseau, cobro fuerza en los siglos XVIII y XIX frente a una legitimidad jerarquica y

divina, hoy, frente a una legitimidad de signo similar y poderes inconmensurablement e mayores, es

susceptible de resignificarse. En un contexto en el cual el poder imperialista avanza sobre el

control de los recursos naturales, la defensa de la soberania es un eje potencialmente unificador del

campo popular a la vez que delimitador (de los intereses de los grupos dominantes locales), no solo

en el marco nacional, sino tambien latinoamericano. Soberanía sí, ALCA no, es la consigna del

MST del Brasil. Tierra y trabajo, ALCA al carajo, fue la consigna del MTD Anibal Veron y el

MOCASE, en el "escrache" a la empresa multinacional Monsanto.

La defensa de la soberania nacional es un componente de la lucha por la emancipacion del capital

en el marco del sistema mundial de relaciones interestatales asimetrico. En Cuba, por ejemplo, la

conservacion de la soberania nacional es el pilar que sostiene las conquistas sociales y lo que

contiene la institucion del capitalismo. Sin revolucion politica "nacional", una revolucion social (o

la generalizacion mundial del movimiento del poder–hacer) es imposible. De hecho, las

limitaciones mas severas parecen afectar a los procesos de creacion de condiciones politicas

(transicionales) en la periferia.32

Istvan Meszaros ha planteado que: "dado el sistema de combinacion y subordinacion existente

intensificado por la presion del capital transnacional para hacer valer sus intereses por sobre todas

las aspiraciones a la autonomia nacional y a la autodeterminacion, la lucha de los oprimidos por su

31 Negri y Hardt consideran que éste fue un mecanismo característico de la era del imperialismo pero

que no se mantiene en la era del "imperio". Ver: Negri, Toni y Hardt, Michael, op. cit., p. 237.

32 George Caffentzis sostiene que: "[...] la globalización no sólo afecta la capacidad de los Estados–nación

de ser controlados por sus propios integrantes, sino también que afecta a la imposición de nuevas

agendas políticas que podrían llegar a iniciar una revolución social. Incluso se podría decir que esta es, en

primer lugar, la función oculta de la globalización: hacer políticamente imposibles o socialmente

infructuosas las revoluciones nacionales". En: Bonefeld, Werner y Tischler, Sergio (comp.), op. cit., p. 227.

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largamente negada soberania es un paso inevitable en el proceso de transicion hacia un orden

metabolico social cualitativamente diferente [...]" (Meszaros, 1999:192).

Por ello, el nacionalismo y la lucha por la liberacion nacional (entendida como construccion de la

hegemonia de los sectores populares y de la "nacion oprimida"), siguen siendo un imperativo para

los pueblos de la periferia. Mas aun, cuando el "nacionalismo" de la clase dominante conduce a la

destruccion de la nacion. La formacion de una conciencia nacional resulta imprescindible como

instrumento de las transformaciones profundas, como expresion de una voluntad comun de

realizacion que descansa en valores muy puntuales: la autonomia, la igualdad sustantiva y la

inclusion de las mayorias en las deliberaciones sobre el destino nacional.

Estamos convencidos de que tanto la formacion social argentina actual, fruto de casi treinta anos de

neoliberalismo en diversa intensidad, como el desarrollo de la conciencia social colocara en primer

plano la cuestion de la conciencia nacional. Mas temprano que tarde los sectores populares

percibiran, cada vez con mayor claridad, que sus intereses se relacionan estrechamente al destino

del Estado-nacion. La nacion se convertira en uno de los principales espacios simbolicos que se

disputaran las fuerzas sociales antagonicas. La nacion suele ser una abstraccion que opera como

recurso ideologico para ocultar la experiencia concreta, para dividir y despolitizar, pero tambien

puede ser el principio inspirador para otra cosa.

Es probable que se consoliden movimientos y organizaciones que, entre otras cosas, logren

refundar la idea de una comunidad nacional, sin concebir la comunidad independientemente de la

desigualdad y la explotacion. Es posible la construccion de un sincretismo entre nacion y

comunidad, es decir, lo nacional como una dimension que anida exclusivamente en la clase que

vive de su trabajo. De este modo, la "unidad nacional" sera fruto de la voluntad y el sueno de

justicia e igualdad de los de abajo y no de la prepotencia de las clases dominantes. La nacion sera

hija de la verdad y no de la mentira historica y de la mitologia construida por la derecha. Ya en

tiempos de la Revolucion de Mayo, la "causa de la Patria", exhibia un componente igualitario y

articulaba demandas y expectativas de los sectores populares.

Como dicen los zapatistas: "En Mexico la recuperacion y la defensa de la soberania nacional es

parte de la revolucion antineoliberal". Concepto que puede hacerse extensivo para toda America

Latina y toda la periferia.

Resulta indispensable tener presente que las formas de mediacion basadas en las estrategias de

totalizacion, la cooptacion entre otras, pueden tener un caracter contradictorio. Podemos tomar el

caso del nacionalismo como claro ejemplo de una modalidad de absorcion en el marco de un

proceso de mediacion basado en la cooptacion. La idea de comunidad nacional, evidentemente, ha

funcionado como mecanismo de control de las clases subalternas. A partir del nacionalismo se

construyo la unidad de los dominadores y los dominados. Pero, como hemos visto, el nacionalismo

(como componente de un nuevo bloque historico) en los paises perifericos aun esta en condiciones

de expresar un conjunto de intereses de las clases populares. El mismo caracter contradictorio y la

misma potencialidad, presentan la ciudadania y la democracia, campos de tension entre cooptacion

y lucha desde abajo o integracion y conquista.

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Capítulo 6

Lenin en el suburbio

"Repetir a Lenin no significa retornar a Lenin -es aceptar que 'Lenin está muerto', que su

solución particular falló, incluso falló monstruosamente, pero que había allí una chispa utópica

que vale la pena salvar."

Slavoj Zizec

"Mas ha llegado la hora de quitarse la camisa sucia, ha llegado la hora de ponerse ropa limpia."

V. I. Lenin (Petrogrado, 10 de abril de 1917)

El titulo de este libro ¿Qué (no) hacer? tiene un par de sentidos. En primer termino, remite a un

intento de critica al "antiguo regimen emancipatorio", para lo cual proponemos algunas nociones y

algunas lineas de indagacion y, paralelamente, a la apertura de un espacio para la reflexion sobre lo

que se presenta como radicalmente nuevo y apenas se aproxima a lo meramente novedoso, y, en

ocasiones, resulta abiertamente funcional al orden dominante. .Qué (no) hacer?, evidentemente

refleja un momento signado por la pura negatividad puesta entre parentesis. Las certezas, escasas,

giran en torno a lo que ya no se quiere, a lo que se percibe como pieza del museo revolucionario o

como mero artificio coetaneo. Certezas, por cierto, atemperadas, como indican los signos de

interrogacion. Tal vez ese sea nuestro piso teorico-politico mas autentico: una negatividad puesta

entre parentesis y entre signos de interrogacion. En segundo lugar, aspira a generar un debate sobre

la (in)viabilidad del itinerario revolucionario identificado con la figura de Lenin y sobre los

significantes a recuperar de su legado.

Retomamos, aunque alterandolo, el titulo del clasico trabajo de Lenin, ¿Qué hacer?33. Problemas

candentes de nuestro movimiento, (presentado al Segundo Congreso del Partido Obrero Social

Democrata Ruso POSDR en 1902), a modo de homenaje a la praxis de quien fuera una de las figuras

revolucionarias mas importantes de la historia de la humanidad y porque consideramos que el

movimiento revolucionario se encuentra, al igual que a comienzos del siglo XX, en una encrucijada

historica. De aqui se puede deducir que concebimos al leninismo como un momento prodigioso de la

politica mundial y no como una catastrofe. Claro que estamos muy lejos de pensar, como la

Conferencia de Partidos Comunistas y Obreros celebrada en Moscu en 1969, que la doctrina de

Lenin es "todopoderosa porque es exacta". Agregamos el "no", porque partimos de la hipotesis del

agotamiento de lo que usualmente se entiende por leninismo y porque planteamos su

improductividad e ineficacia de cara a las necesidades emancipatorias actuales. El "no", ademas, nos

ubica un paso atras desde el punto de vista estrategico. Como nos recuerda Esteban Rodriguez

(2003), .Qué hacer? era una pregunta retorica. Lenin tenia la respuesta. Sabia cual era la linea

correcta. Ademas destaca el hecho de que algunas ediciones "honestas" de Qué hacer suprimieron

los signos de interrogacion. Nosotros, como corresponde, somos mucho mas modestos en materia de

certezas.

La perspectiva historica, por otra parte, nos permite analizar las limitaciones de la conciencia

leninista y su canon revolucionario a la hora de exceder el orden burgues en su terreno mas firme y

relevante: el de sus patrones de relacion y su red metabolica (que involucran una determinada

concepcion del sujeto y de la lucha de clases). Consideramos que lo que perpetua al capital esta

inscripto en un tipo de relaciones entre elementos y/o procesos que pueden hacer surgir realidades no

contenidas en ellos (o sea: se pone el acento en lo que esta contenido en cierto tipo de relacion mas

que en las caracteristicas de los elementos). Esta vision, que en los ultimos tiempos tiende a arraigar

en el marco de la izquierda revolucionaria, apunta a alterar el metabolismo del capital y a no ingresar

en sus logicas (superar de raiz la logica productiva y reproductiva del capital), manifiesta una

preocupacion por la propiedad emergente mas que por la propiedad contenida por los componentes.

Esta posicion de ningun modo deberia entenderse como negacion de la existencia efectiva de un

33 ¿Qué hacer? es también el título de una novela del escritor ruso Nicolai Gavrilovitch Chernichevski

(1828-1889), publicada en 1863.

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legado a recuperar por cualquier proyecto que se fije como meta el cambio radical del orden

establecido por el capital. En fin, nos parece insuficiente y debil cualquier critica patristica del

leninismo (la critica de los "padres de la Iglesia" y su "comentario teologico"), y juzgamos

infructuosas las descremadas criticas posmodernas. Asimismo, queremos tomar distancia de la

mirada ahistorica que presupone una aplicacion pura del marxismo y se la exige retrospectivamente

a Lenin. Plejanov, el populismo ruso, son piezas de un contexto historico del cual Lenin no podia

sustraerse. Esta mirada es eurocentrica y antidialectica. Nosotros planteamos la necesidad de superar

el leninismo, integrandolo en una nueva sintesis (unica forma de recuperarlo) .

No hace mucho, trabajando con algunos fragmentos de Las Tesis de abril y de El Estado y la

Revolución, en el marco de un taller de formacion propuesto por una organizacion popular

autonoma, un companero exclamo: "pero al final Lenin era del palo...". El "al final" indicaba que ese

companero conocia una version diferente que consideraba a Lenin como totalmente ajeno a la

mirada con la que se identificaba. Asi quedo instalado el interrogante: .que entendemos por

leninismo? Partiendo de una decodificacion militante y barrial, y dejando de lado los matices,

podemos plantear dos posibilidades contrapuestas:

Un leninismo "jacobino-blanquista", el de ¿Qué hacer?, sostenido en la lógica de la

representació n política. Se trata del Lenin del ano 1902, el que era duramente cuestionado por

subestimar la importancia del elemento "objetivo", o "espontaneo". El que consideraba "justas e

importantes" las siguientes expresiones de C. Kautsky: "La conciencia socialista moderna puede

surgir unicamente sobre la base de un profundo conocimiento cientifico [...] De modo que la

conciencia socialista es algo introducido desde afuera en la lucha de clases del proletariado, y no

algo que ha surgido espontaneamente de ella [...] Es tarea de la socialdemocracia el infundir al

proletariado la conciencia (italicas del original) de su situacion" (Lenin, 1975:50-51). Muchos

consideran que el leninismo se condensa en estas expresiones que, si bien Lenin estimo "justas e

importantes", no le corresponden directamente.

Pero, lo cierto es que esa aseveracion termino subsumiendo y tergiversando sus propias entonaciones

unas cuantas paginas mas adelante: "La conciencia politica de clase no se puede aportar al obrero

más que desde el exterior (italicas del original), esto es, desde fuera de la lucha economica, desde

fuera de la esfera de las relaciones entre obreros y patronos" (ibíd.:103). Lenin, a diferencia de

Kautsky, no habla de la "conciencia socialista moderna", sino de la "conciencia politica" y no dice

que debe introducirse desde fuera de la "lucha de clases", sino desde fuera de "la lucha economica".

La frase de Lenin puede y debe leerse como una critica a las limitaciones de las luchas estrictamente

reivindicativas o corporativas, de hecho, se produce en un contexto signado por la lucha contra el

economicismo, que es precisamente lo que lo precipita en el mecanicismo. No es exactamente lo

mismo plantear la exterioridad de la teoria respecto de la clase en su espontaneidad que la

exterioridad de la lucha politica respecto de la lucha economica. Aunque historicamente se hayan

confundido. La escision de un plano gnoselogico de otro politico es un subterfugio elegante pero

viciado. Tampoco libera a ¿Qué hacer? de su inherente negatividad. En realidad, nos parece mas

correcto decir que la posicion gnoseologica que subyace en la afirmacion de Kautsky, y que

alimenta a un conjunto de politicas, no es exactamente igual a la de Lenin. O sea: La posicion

politica de Lenin no se sostiene en la concepcion gnoseologica de Kautsky. Pero, de todos modos en

la critica de Lenin al economicismo subyace una concepcion que hace imposible una distincion

sustantiva con Kautsky. Lenin no parte de los antagonismos entre fuerzas sociales sino de ideas que

representan intereses de clase. Contrapone una "conciencia burguesa del proletariado" a una

"conciencia revolucionaria" de la intelectualidad radical. Entonces: sin partido, sin la organizacion

de revolucionarios profesionales no puede haber "verdadera lucha clases" porque, en el marco del

capitalismo, no puede desarrollarse la conciencia de clase. Lenin parte de la primacia epistemologica

del ser objetivo sobre la conciencia, lo que se refleja de modo pristino tanto en ¿Qué hacer? como

en Materialismo y empiriocriticismo, su trabajo "filosofico" de 1908. Desde esta base, el

sustitucionismo se va delineando como horizonte obligado. Asi la izquierda, con objeto pero sin

sujeto, cae en la perversion mas grande al presentar a la revolucion como proceso imposible sin la

figura de un sujeto extrano a la clase revolucionaria. Esta concepcion, en parte, encaminaba

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directamente a Krondstadt y a un Estado que absorberia la plusvalia de los obreros. Leon Trotsky,

muchas veces considerado como una version leninista moderada, por supuesto la compartia, al igual

que Stalin.

Diethar Behrens sostiene que "la cercania de Lenin con Kautsky [...] incluye la aceptacion del

evolucionismo, como la cercania con Plejanov determino la adopcion del materialismo mecanico".34

Este autor, ademas, vincula la concepcion leninista de la vanguardia con el concepto de "cesarismo

social" de Lasalle. Por su parte, Simon Clarke enmarca al leninismo en la tradicion del populismo

ruso.35

En el mismo ¿Qué hacer? podemos identificar un leninismo cerrado y otro un poco mas abierto. La

distincion no es menor, en ultima instancia estan involucradas concepciones no solo relacionadas

con los procesos de formacion de la conciencia, sino tambien con la clase y la lucha. .Por que

cuando se habla de leninismo, a favor o en contra, casi siempre se interpone la concepcion de

Kautsky? .Por que el arraigo historico de este leninismo en el seno de la izquierda? Las razones,

posiblemente, haya que buscarlas en el proceso historico de la Revolucion Rusa y del movimiento

socialista a nivel mundial. De hecho, recien se comienza a hablar de leninismo en tiempos de Stalin.

Kautsky, en sus expresiones "justas e importantes", no hacia mas que concebir a la clase como un

objeto y a los trabajadores como sujetos pasivos. De igual modo vera al capital, "materialmente" ,

negandolo como relacion social. Las ideas aparecen como imperativos a realizar en otros, lo que

abono el blanquismo y la idea de que el partido, unico gestor revolucionario, era el "agente" de la

lucha de clases mas que la expresion de su desarrollo. Asumia asi los perfiles de un cuerpo extrano e

inteligible que, impulsado por una violencia idealista, podia violar todas las experiencias. Esta

concepcion contribuyo a fundar el proyecto colectivo como objeto exterior a los hombres y mujeres.

El socialismo se delineaba como una fuerza exterior al capitalismo, historicamente destinada a

excederlo (por sustitucion sistemica, gradual y pacifica o intempestiva y violenta) y no como un

producto que habita en el capital y que a la vez es su contendiente. Los aparatos y los instrumentos

se consolidaron y, a traves de una objetivacion alienadora, determinaron los fines sin importar que

fueran asumidos como propios, sancionando una unidad objetiva pero inconsistente. Lejos de la

nocion de hegemonia, la toma del poder estatal ratifico su centralidad estrategica.

El socialismo y la conciencia de clase partian de este modo de premisas diferentes (este era, sin

dudas el nucleo mas aberrante de esta concepcion). El socialismo aparecia como algo ajeno a la

experiencia y a la accion practica de los trabajadores. Esta posicion fue duramente criticada por

Trotsky hacia 1904, cuando acusaba a Lenin de pretender adosarle al proletariado una mentalidad

politica ajena y hostil a sus intereses de clase: el jacobinismo (recordemos que Lenin habia sostenido

en Un paso adelante, dos pasos atrás, que el socialdemocrata revolucionario era un jacobino ligado

indisolublemente a la organizacion del proletariado que ha llegado a ser consciente de sus intereses

de clases). Trotsky comparaba la posicion de Lenin con la de Berstein y Jean Jaures que querian

adosarle al proletariado la tradicion liberal. El jefe del Ejercito Rojo se vislumbraba en aquel tiempo

como un censor implacable del jacobinismo de Lenin, reflejado en la supuesta fe idealista y en la

desconfianza hacia las masas de este ultimo. Lo califica como jefe del ala reaccionaria del partido y

lo acusa de oportunismo blanquista. Cuestiona la toma conspirativa del poder, los metodos de la

aceleracion del sustitucionismo, la busqueda de garantias en las cumbres organizativas (y no en las

bases), etc. Dice en Nuestras tareas políticas (capitulo IV: "Jacobinismo y Socialdemocracia" ): "[...]

no se puede operar una sustitucion de esta tarea compleja poniendo por encima del proletariado un

grupo bien seleccionado de personas o, mejor aun una sola persona munida del derecho de disolver y

degradar ... la unica base para una politica socialista ... no puede ser sino el proletariado

autonomo [...]" (Trotsky, 1975:170-171) . Contradictoriamente , Trostky, anos mas tarde, despues de

1917, concebira a los sindicatos como aparatos ejecutivos estatales o semiestales y les asignara la

34 Ver: Behrens, Diethard, "Perspectivas de la política de izquierda. Hacia la creación de una concepción

antileninista de la política socialista". En: Bonefeld, Werner y Tischler, Sergio (comp.), op. cit. p. 41.

35 Ver: Clarke, Simón, "¿Era Lenin marxista? Las raíces populistas del marxismo-leninismo" . En: Bonefeld,

Werner y Tischler, Sergio, op. cit.

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tarea, poco autonoma por cierto, de apoyar la politica de industrializacion impulsada por el gobierno.

El que promueve ahora la estatizacion burocratica desde arriba es Trotsky y el que se opone,

defendiendo la autonomia de los trabajadores y reivindicando la capacidad de los sindicatos para

contrarrestar los impulsos burocraticos, es Lenin. Stalin, en este campo, ejecutara la linea de

Trotsky, mas que la de Lenin. Por cierto, antes de octubre de 1917, Trotsky habia abjurado de

algunas de sus posiciones de 1904. Reconociendo que, en su vieja polemica (de la que tambien habia

participado Rosa Luxemburgo) con Lenin, este ultimo tenia razon.

La "externalidad de la conciencia", ya en tiempos de Stalin, se complemento con la negacion de las

luchas concretas de cada uno de los pueblos del mundo. El socialismo padecio una de sus peores

tergiversaciones: se presento como impulso del "ejemplo" sovietico.

El leninismo y todos sus "significantes" (Trotsky trabajado como Lenin por la "necesidad historica"

y por la "razon de Estado", Stalin y otros), no trascienden la separacion entre teoria y practica y el

dualismo conciencia y ser. No trascienden el trabajo alienado. Siempre es la iluminacion teorica

(mente contemplativa) la que reemplaza a la actividad practico-critica. Esta no trascendencia es la

base del diamat y del histomat, y la que funda un tipo de relacion entre clase y teoria, clase y partido,

clase y Estado.

Todas estas nociones enfilaban directamente hacia la sustitucion de la dialectica por un conjunto de

leyes rigidas y a las arbitrariedades y aberraciones posteriores y sus justificaciones adjuntas. Y mas

alla de destacar que Lenin no escinde el partido del movimiento real de la lucha de clases y de

demostrar que los concebia como aspectos de un mismo proceso de creacion de condiciones

revolucionarias, nos parece mas significativa la reflexion sobre las causas que hicieron factible esa

escision en la practica y sobre los procesos que permitieron que esa escision se condensara como

leninismo. Porque, la historia de los partidos "leninistas" (tanto de la vieja, como de la nueva

izquierda de los 60 y los 70) esta signada por estas separaciones. Y si bien puede ser loable el

esfuerzo por salvar a Lenin de tal acusacion, no alcanza para la sutura.36

En este leninismo, la necesidad de pensar un vinculo mas organico con las masas practicamente no

aparece, al igual que la preocupacion por las formas populares conscientes. Si nos encontramos con

una marcada escision entre el proceso de masas y la accion de las organizaciones revolucionarias,

que tambien podemos encontrar en Trotsky, para quien la direccion suponia separacion entre

dirigentes y dirigidos. Para Raymond Williams, esta posicion partia del reconocimiento de "que la

ideologia es teoria y que la teoria es a la vez secundaria y necesaria; la 'conciencia practica', como

aqui la del proletariado, no se produce a si misma". Para Williams esto "es radicalmente diferente al

pensamiento de Marx, en el cual toda teoria 'separada' es ideologia y la genuina teoria –'el

conocimiento verdadero' es, por contraste, la articulacion de la 'conciencia practica'". Finalmente

agregaba que "el esquema de Lenin corresponde a una formulacion sociologica ortodoxa en la que

existe una 'situacion social' y existe asimismo 'ideologia'; sus relaciones variables pero ni

dependientes ni 'determinadas' permiten, por tanto, su historia y su analisis separados tanto como su

historia y su analisis comparados" (Williams, 1980:88).37

En estas escisiones, y en las dificultades para comprender que los procesos de significacion social

son inherentes a la conciencia practica –y tambien "a las concepciones, pensamientos e ideas

36 Algunas producciones históricas recientes, vinculadas a la izquierda partidaria, reflejan este problema.

Además de la historia "oficial" del partido, la historia institucional, comienza a escribirse una historia

paralela que tiene el encanto de lo subterráneo: la historia de los militantes con inserción en ámbitos de

masas y enfrentados a una conducción y a una línea que precisamente atentaban contra esa inserción.

Es sintomático que se rescaten las tensiones, reales o supuestas, entre la dirección y los militantes. Por

un lado, sirve para justificar la adhesión al partido a través de la recuperación de algunas calidades

militantes y algunas experiencias de masas, por el otro pone en cuestionamiento -indirectamente- la

necesidad histórica de esa organización.

37 Williams relacionaba la concepción de Lenin con la de Napoleón, ambos escindían ideas de realidad,

ideólogos de gentes. Vemos cómo el realismo político hostil a las ideologías y la idea de la introducción

del socialismo por medio de los ideólogos, parten de premisas similares.

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reconocibles como productos de la misma" (Williams, 1980:89)–, se fundo la concepcion del

"partido de cuadros" (exigente membresia, profesionalismo) , del partido como el factor subjetivo y

el tema jacobino-blanquista de las minorias actuantes (conspiracion) , decodificados como recetario

revolucionario practico y seductor, sintetizado en la formula: aprender a identificar situaciones

revolucionarias y prepararse para aprovecharlas. Un leninismo delineado como un saber

hiperpolitico sobre el aprovechamiento de la historia, como un conjunto de cualidades militantes

aptas para burlar a la Ojrana (policia secreta del zarismo), que abono cierto culto por las acciones

dirigidas a la obtencion del exito, entendido este como fuerza rectora de la vida animica, por un tipo

idealizado de relacion dirigentes-masas (el dirigente como guia de la accion invariablemente

espontanea de las masas) y por una implacable eficacia que llego a inspirar, incluso en estas

latitudes, la vision arltiana. Lo dice el "Astrologo" en las primeras paginas de Los Lanzallamas:

"Si... pero Lenin sabia adonde iba ... El diablo sabe adonde vamos. Lenin si que sabia". Y, mas

adelante: "Hay que preparar tecnicos. El especialista en Revoluciones. Es una idea de Erdosain.

Organizar cursos secretos donde se habiliten ingenieros en movimientos sociales bruscos" (Arlt,

2003:11 y 76).

Aunque suene a anatema, debemos identificar un conjunto de aspectos positivos subyacentes en esta

concepcion: una critica al obrerismo como forma alienante que contribuye al aislamiento e inhibe los

procesos de construccion de hegemonia popular; la intransigencia en relacion a un conjunto de

principios que garantizo la radicalidad del proceso revolucionario; un antideterminismo (economico)

radical, un cuestionamiento a la idea de la inevitabilidad del socialismo, que el leninismo posterior a

Lenin pocas veces tuvo en cuenta. De hecho, la izquierda alterno entre el optimismo candido y la

prediccion catastrofica.

En la polemica con Rosa Luxemburgo, Lenin recurre a argumentos un tanto sinuosos: asocia las

posiciones centralistas y formalistas (la parafernalia de los estatutos formales) a la clase obrera.

Pretende fundarlas en, y derivarlas de, una posicion de clase. Paralelamente, asocia las posiciones

contrarias, anticentralistas, democraticas – los planteos de Rosa en particular– a la intelectualidad

pequeno-burguesa, a lo que denomina "anarquismo de gran senor", la gente acostumbrada a la robe

y las pantuflas.

Un leninismo "de base" en Las Tesis de abril (un trabajo publicado en 7 de abril de 1917 en el

numero 26 de Pravda) complementado por un leninismo "libertario", en El Estado y la

Revolución, sostenido en la lógica de la participación (publicado en agosto de 1917 y

significativamente reeditado en diciembre de 1918) y producto de un "giro dialéctico" posterior a

la crisis de la Segunda Internacional. Se trata de un leninismo alumbrado, y de un Lenin

deslumbrado por el resurgir de los soviets y sus potencialidades en tanto formas anticipatorias (y

transicionales) del socialismo. Aflora un pensamiento mas centrado en la construccion del

socialismo que en el momento de la rebelion. Estos soviets, que no eran una creacion del Partido (y

este no es un dato menor), estaban resignificando la experiencia de la Comuna de Paris de 1871,

pero tambien la revolucion de 1905. De hecho, los soviets, en si mismos, fueron la refutacion mas

acabada de ¿Qué hacer?

En esos textos, y lo que es mas importante, en la experiencia real que los genera, Lenin afirma que la

conquista del poder por el pueblo "desde abajo" era la unica garantia de los verdaderos exitos de la

revolucion. Se aproxima a la idea luxemburguista de transformacion de la masa en dirigente.

Introduce la idea de que el Estado no es solamente un aparato coercitivo, sino tambien un aparato

hegemonico. Pero aunque Lenin se acerca a la nocion de hegemonia de la clase obrera, le otorgo

prioridad a la dictadura del proletariado.

En las Tesis de abril decia: "Los Soviets de diputados obreros son la única forma posible (italicas del

original) de gobierno revolucionario" (Lenin, 1969;9), y tras carton proponia la sustitucion del

ejercito permanente por el armamento general del pueblo. Aqui Lenin reivindica la forma comuna de

Estado, o sea, de un Estado en trance de dejar de ser Estado. Como el mismo decia: "Pero nuestro

Estado naciente no es (italicas del original) ya un Estado en sentido estricto de la palabra, pues en

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muchas regiones de Rusia los destacamentos armados estan integrados por la propia masa (italicas

del original), por todo el pueblo, y no por alguien entronizado sobre el, aislado de el, dotado de

privilegios y practicamente inamovible [...]" (ibíd.:83). Y, mas alla de reconocer las diferencias

entre marxistas y anarquistas en torno a la cuestion del Estado, fundamentalmente la oposicion entre

la propuesta de extincion y la de abolicion, entre la centralizacion y el federalismo, Lenin se

dedicaba a destacar las coincidencias entre el marxismo y el anarquismo, entre Marx y Proudhon:

"Marx coincide con Proudhon en que ambos abogan por la 'destruccion' de la maquina moderna del

Estado. Esta coincidencia del marxismo con el anarquismo (tanto con el de Proudhon como con el de

Bakunin) no quieren verla ni los oportunistas ni los kautskianos [...]" (Lenin, 1963:49). En este

marco vinculaba la dictadura del proletariado como periodo de transicion con una forma de no-

Estado transicional, que nunca se dio y que hoy parece dificil de pensar sin el auxilio del concepto

de Hegemonia. Para Lenin, el Estado en transicion era el proletariado organizado como clase

dominante, pero para el esta condicion estaba estrechamente vinculada a la toma del poder,

concebida como primer momento de la revolucion. Lo mas importante es que Lenin, en esta

transicion, no le atribuye al partido ninguna prerrogativa. Como senalaba Antonio Carlo, en relacion

a El Estado y la Revolución: "no hay nada que tienda a hacer de los bolcheviques una vanguardia

institucional por derecho historico, una vanguardia privilegiada y separada de las masas que

gobierna en nombre de estas y por cuenta propia detras del parapeto de los soviets. Esto ocurrira, y

emergeran nuevas posiciones teoricas, pero tiempo despues ... bajo el impulso de hechos nuevos

[...]".38 Pensar la transicion desde la nocion de hegemonia nos impone una reflexion sobre los niveles

e instancias en que esta se complementa y se contradice con la idea de dictadura del proletariado.

El contraste con ¿Qué hacer? se hace notorio en la critica al blanquismo y en la contraposicion con

los soviets: "Quien desee pensar y aprender habra de darse cuenta que el blanquismo es la toma del

poder por una minoria, mientras que los Soviets de Diputados Obreros y demas diputados, son a

todas luces una organizacion directa e inmediata de la mayoría del pueblo" (Lenin, 1969:27, italicas

del original). La confianza en la masas, en su autoactividad (no confundida maliciosamente con

"espontaneidad" como otrora), ha reemplazado a las viejas suspicacias: "La cuestion es huera y esta

falsamente planteada. Yo 'preveo' única y exclusivamente que los obreros, soldados y campesinos

resolveran mejor que los funcionarios, y mejor que los policias, los dificiles problemas prácticos del

aumento de la produccion de trigo, de su mejor distribucion, de un mejor abastecimiento de los

soldados, etc., etc. Estoy profundamente convencido de que los Soviets de Diputados Obreros y

Soldados despertaran y desarrollaran mas de prisa y mejor que la republica parlamentaria la

iniciativa de las masas populares [...]" (ibíd.:33, italicas del original).

En abril de 1917 Lenin esta convencido que "El partido del proletariado no puede proponerse, en

modo alguno, 'implantar' el socialismo en un pais de pequenos campesinos mientras la inmensa

mayoria de la poblacion no haya tomado conciencia de la necesidad de la revolucion socialista"

(ibíd.:60). Planteada de esta manera la necesidad de un proceso de autoconstitucion de los actoressujetos,

de la maduracion de su conciencia y su protagonismo como requisito indispensable para el

socialismo, reconocia la capacidad autonoma de las masas. El partido no era mas importante que las

instancias de poder popular que aparecian como el embrion del poder revolucionario.

Lenin proponia encontrar en las mismas sociedades, y organizar por la lucha, a las clases sociales

que podian y debian por su situacion convertirse en fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.

Se desdibujaba asi la idea anterior que consideraba que la nueva sociedad llegaba del "exterior".

Ahora esta debia construirse en el interior de la sociedad concreta en la que se actuaba. Desde un

interior contradictorio, poco apacible. Desde lo mas profundo de los procesos sociales, lo que a su

vez exigia formas menos rigidas y mas democraticas.

Podemos decir entonces que el Lenin de ¿Qué hacer? es el mas orientado a la politica como esfera

especifica e irreductible, es el que al decir de Slavoj Zizec (2004:99) afirma la autonomia de lo

politico, a diferencia del Lenin de El Estado y la Revolución, mas preocupado por la "gestion" y por

38 Ver: Carlo, Antonio, "La concepción del partido revolucionario en Lenin". En: Revista Pasado y

Presente, Nº 2, Buenos Aires, 1973, p. 337.

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lo tanto mas "neutral". No casualmente Lenin, en El Estado y la Revolución, elogia a Anton

Pannekoek. Esta escision entre un Lenin "estratega politico", mas centrado en el momento de la

rebelion y la toma del poder pensada desde la logica de la representacion politica (que reduce el

poder a lo estatal, lo que se suele denominar como "bordiguismo" ), y otro "reformador social"

cenido a los problemas de la transicion, preocupado por las posibilidades de que desaparezcan los

antagonismos entre trabajo manual e intelectual, interesado en que el trabajo devenga necesidad de

la existencia y su habito se convierta en regla sin opresores, signado por la logica de la participacion

y por una concepcion del poder como relacion social, es uno de los momentos fundantes de "los

leninismos". Aclaramos: esa escision, si bien a posteriori tendio a la polarizacion, estaba presente en

Lenin, que no llego a plantear una articulacion dialectica entre dos momentos. Y mucho menos una

critica a esa escision o la posibilidad de pensar la politica, la rebelion, el poder, desde la logica de la

participacion. Segun Zizec, fue Gyorgy Lukacs en su Historia y conciencia de clase, libro al que con

toda razon considera "profundamente leninista" quien logro "reunir con exito estas dos

dimensiones" : el tema del partido y la estrategia revolucionaria por un lado y del fetichismo de la

mercancia y la reificacion por el otro (Zizec, 2004:101). Para resolver la discrepancia entre los fines

preestablecidos y el estado real de las cosas, Lukacs recurrio a la "sustitucion imperativa" del partido

como el portador exclusivo del punto de vista de la totalidad y encarnacion de la voluntad colectiva

de los trabajadores. Suponemos que Zizec se refiere a un exito en un campo estrictamente abstracto

o filosofico.

En las resignificaciones posteriores del legado leninista, el reformador social comenzara a

combinarse con el tecnocrata que despunto hacia la decada del veinte (recordar aquello de que el

socialismo era la electricidad mas todo el poder a los soviets o un capitalismo monopolista de Estado

organizado a beneficio del pueblo), mas alla de que la exaltacion leninista de la disciplina fabril

tenga antecedentes. Mas tarde el leninismo fue asociado a una supuesta ciencia organizacional

marxista que combinaba "principios leninistas" sobre el Estado y la sociedad con las investigaciones

escalonadas de la cibernetica, elevando asi las funciones rectoras del partido. Con el tiempo el

"tecnocrata" (el socialismo como un metodo de electrificacion o como la estatizacion de las

empresas) termino imponiendose y combinandose con las posiciones hiperpoliticas del estratega de

1902 (tener en cuenta la vision arltiana).

A favor de Lenin cabe destacar que sus "pulsiones tecnocraticas" se inscriben en una vision mas

amplia (de la que carecieron sus sucesores) sobre la transicion del socialismo partiendo de las

condiciones de atraso de Rusia. Puede decirse que el momento tecnocratico, originalmente,

respondia a las necesidades concretas planteadas por la transicion y por eso fue concebido como

momento transitorio orientado a la creacion de precondiciones materiales. Pero, sin la activa

participacion de las masas, estas precondiciones se convirtieron en un objetivo en si mismas.

La decada del 20 fue de transicion. Los viejos bolcheviques resultaron reemplazados por los cuadros

de la recomposicion economica y la planificacion. Su poder estaba vinculado a su creciente control

sobre el proceso de produccion. Los soviets, de organos de autogestion pasan a ser engranajes

menores del poder estatal. En las decadas del 50 y el 60, los funcionarios de distintos paises

comunistas estaban convencidos de que, mediante las realizaciones en el campo del desarrollo

industrial y agricola, se demostraba la superioridad de la teoria marxista-leninista. De todos modos,

seria injusto considerar que la devocion hacia la electricidad, por si sola, encamina hacia Stalin. El

poeta futurista Maiacovsky, al igual que Lenin, estaba fascinado por la electricidad. Creativo,

original, critico inflexible de la burocracia politica y literaria, percibe que la adoracion de la tecnica

estaba abriendo un camino reaccionario. El 14 de abril de 1930, con Stalin encumbrado, y las

posibilidades politicas y esteticas clausuradas, se pego un tiro en el corazon. Ya no le quedaban

dudas de que las correspondencias entre la revolucion y el partido se habian clausurado.

Mas alla de las disparidades entre los leninismos, el que efectivamente se consolido y asumio rasgos

definitivos en la decada del 20 fue resultado del intento de realizar un programa cuyos presupuestos

determinantes (la revolucion mundial, por ejemplo) se habian esfumado (de alguna manera, el

leninismo es hijo de una derrota). Lenin concebia la Revolucion Rusa como un puesto de avanzada

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de la revolucion, concepcion que no era plenamente conciente de las verdaderas dificultades de la

revolucion en Occidente. Asi surgio un leninismo trabajado intensamente por la "necesidad

historica", por las condiciones de las sociedades donde "triunfo" y por una maquinaria de

sobrecodificacion implacable. Un leninismo mas "politico" que se fundaba en la incapacidad de los

trabajadores y que origino un conjunto de axiomas modelizados a la luz de los cuales se

interpretaban y se confirmaban los hechos. Siempre en tension con el otro leninismo, dio origen a

una coagulacion doctrinaria que es incorrecto asociar exclusivamente al estalinismo (mas alla de sus

contribuciones) . Resulta excesivamente simplista la identificacion de un legado leninista en clave del

"significante Trotsky" al decir de Zizec contrapuesto al "significante Stalin". No estamos de

acuerdo, entonces, en hablar de desviacion, tergiversacion o traicion. De hecho, muchas veces, las

versiones mas alienantes del leninismo provienen del significante Trotsky, sostenido en la

idealizacion de una historia que no pudo ser.

Frente a estos dilemas deberia regir la exigencia de pensar la organizacion socialista y de criticar al

leninismo desde los confines establecidos por el propio marxismo. Sin ir mas lejos, desde aquella

sentencia (infalible brujula en el tropel de nuestras incertidumbres) que establece que la

emancipacion de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos. Marx contraponia la

comunidad al Estado. Para el, el elemento determinante de la "comunidad" era a diferencia del

Estado la vinculacion entre la politica y la sociedad. Por eso abogo por la "reapropiacion" de lo

politico por lo social. En esa linea cabe reivindicar la lucha por recuperar toda la politica que el

Estado nos usurpa.39

En la actualidad existe el riesgo de reeditar la escision entre el momento de la politica y el de la

transicion, traducido muchas veces como lo "politico" y lo "social", poniendo el enfasis, ahora, en la

segunda, dejando de lado la cuestion del Estado y el poder (y por lo tanto de la politica) para otro

momento o negandolos de plano como momento inherentemente maligno. Un acostumbramiento a la

pura resistencia y la hegemonia de la ideologia del repliegue explica en parte esta predisposicion

que, mucha veces, viene acompanada de la ilusion de una revolucion sin revolucion que evite

cualquier intervencion "despotica", de politica sin ruptura, de lucha sin desgarramiento, de vida sin

angustia. O de un pesimismo esencial respecto de las posibilidades de cambiar el mundo. Nosotros

pensamos que, a pesar de la experiencia frustrante de la vieja resolucion, contrahecha e inviable, hay

que pensar una nueva.

Hay que repensar la politica (y sus herramientas) . Asi lo exige la necesidad de definir las

perspectivas practicas de los explotados. No negarla o subordinarla a otros terrenos (sin duda

imprescindibles) cuya "primacia" se le contrapone: la cultura (en realidad la multicultura) , las luchas

por la construccion de significados y definiciones, las disputas por conceptos, los medios de

comunicacion y de proyeccion de simbolos, las "comunidades" o las actividades orientadas a la

subsistencia40, etc. De este modo se ejerce el leninismo que se cuestiona desde otro lugar. Porque se

comete el pecado esencial de separar la politica de la sociedad.

Tal vez, la vigencia de Lenin radique en una simple pregunta que hoy casi nadie se formula por las

reservas frente al ultimo termino: .como hacer la Revolucion? Tal vez, un primer paso para la

superacion del leninismo consista en reformular esta misma pregunta manteniendo el sustantivo y

cambiando el verbo: .como preparar la Revolucion?

39 Sugerimos ver: La crítica al programa de Gotha y Las guerras civiles en Francia de Carlos Marx.

40 En los últimos años hemos tenido la oportunidad de conocer casos de subordinación de la política al

cultivo de hortalizas, a la producción de pan, etc. La organización de la subsistencia inmediata no debería

contraponerse a la acción política ya que esta se relaciona con "subsistencia estratégica".

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Capítulo 7

Sobre máquinas iluministas y antidialécticas

"Históricamente los errores cometidos por un movimiento verdaderamente revolucionario son

mas fructíferos que la infalibilidad del mejor comité central."

Rosa Luxemburgo

"Y cabe preguntarse si las máquinas no nos embarazan demasiado."

Ralph Waldo Emerson

Trotsky decia que la preparacion de la clase obrera para la dominacion politica exigia el desarrollo

de su autoactividad y no la fabricacion de un aparato de poder. Decia tambien que las masas no

iban a la revolucion con un plan preconcebido de sociedad nueva, sino con un "sentimiento claro de

imposibilidad de seguir soportando la sociedad vieja". Pero fue la segunda afirmacion del jefe del

Ejercito Rojo la que se constituyo en carta de navegacion ideologica que sirvio para desviarnos de

la ruta de la emancipacion. Solo desde una concepcion iluminista, que concibe al proletariado como

objeto y no como fuente de la dialectica, que separa la revolucion de la clase que puede concretarla,

unicamente desde una concepcion que considera que el socialismo es posible sin el poder de los

trabajadores se puede subestimar la importancia de que las masas tengan un plan preconcebido de

sociedad nueva ("total el plan lo tenemos nosotros") y se pueden magnificar los alcances de este

sentimiento claro de imposibilidad. Al igual que Lenin, Trotsky escinde pensamiento de clases

subalternas. Cuando el trabajador piensa, deja de serlo y se convierte en intelectual.

Este planteo elitista considera que las masas solo pueden sufrir y patalear y denota un alto grado de

pesimismo respecto de sus capacidades para tomar conciencia de ese sufrimiento, de su caracter

inhumano y de su naturaleza historica y modificable. Las masas se concebian lentas y no cabia

esperar que se hicieran "culturales" . Habia que tomar el poder y "elevarlas". Se justifica asi la

sustitucion de la autoactividad de las clases subalternas por el partido (la sustitucion que el mismo

Trotsky alguna vez criticara). La clase-objeto mendiga organizacion y conciencia a la vanguardia

externa. La organizacion y la conciencia se conciben precediendo siempre a la lucha, como

elementos externos a la lucha de clases y no como momentos de la misma. Evidentemente Trotsky,

como Lenin, veia huecos en la historia y heridas en la conciencia y consideraba que el partido era la

instancia (idealizada, sobrestimada, sobrecargada de responsabilidades) encargada de llenar el

vacio y de suturar. La "comadrona", en lugar de ayudar a parir quiere parir sin asumir su

esterilidad.

El partido servia para cubrir todas las fallas de la realidad y la reconstruia en funcion de su deseo.

Asumia oficios y responsabilidades improbas, por ejemplo: la tarea de adaptar instantaneamente el

conocimiento a la situacion y la vida de la totalidad. Este rol, ademas, aparecia como un mandato

moral conferido por la historia y por los metadogmas de la redencion politica y el destino

comunista. El Gyorgy Lukacs de Historia y conciencia de clase, complemento y profundizo en las

dimensiones de este rol cuando decia que el partido era la encarnacion activa de la conciencia de

clase, su "interprete combativo", y su representacion historica, la encarnacion "etica" de los

trabajadores en lucha, en fin, cuando le otorgaba al partido un status ontologico y lo convertia, nada

mas y nada menos, en la mediacion entre el hombre y la Historia. De todos modos, Lukacs, llego a

introducir una distincion fundamental entre el "hacer" y el "preparar" la revolucion. Lo primero

implica una escision entre la racionalidad historica y la actividad del partido militante (pilar del

sustitucionismo) . Lo segundo (acelerar tendencias, formar conciencias, etc.) coloca al partido en un

lugar dialectico respecto del movimiento de masas. Evidentemente, el hacer se impuso sobre el

preparar.

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El artefacto cobraba vida y se volvia contra sus creadores. Se arrogaba la direccion del pueblo en

todos los terrenos. La forma se convertia en su propia autoperpetuacion. Se esencializaba como

herramienta, lo que llevo a que todos los problemas se "adaptaran" a sus posibilidades, no se

concibio como institucion de mediacion sino como Telos. Paradojicamente el acrata Errico

Malatesta abonaba esta desfiguracion al sostener en 1907 que el movimiento obrero era un medio y

no un fin para el anarquismo.

El partido era la ortopedia de la historia, un objeto ajeno al cuerpo real y absolutamente artificial.

Esta concepcion llevo la subordinacion de la practica a la teoria (una de las formas mas acabadas

del estalinismo) , a la tentacion de la infalibilidad. Llevo a que el pensamiento, la teoria y la ciencia

se convirtieran en propiedad de unos pocos, lo que les confirio la autoridad para dirigir al conjunto.

Unos pocos jefes burocratas que identificaron sus intereses especificos de casta con los del

proletariado. El anarco-bolchevique Victor Serge, por ejemplo, llego a considerar al partido como

el "cerebro" de la clase obrera. Ciertamente, el general Juan Domingo Peron, siempre proclive a la

metafora organicista, no fue excesivamente original al concebir al movimiento obrero como la

"columna vertebral".

A diferencia de lo que Antonio Gramsci consideraba una tarea primordial del marxismo, el partido

se dedico a mantener a los "simples" en su filosofia primitiva del sentido comun, o peor aun, los

convirtio en automatas repetidores de slogans. En lugar de construir un bloque intelectual- moral, en

lugar de contribuir a la ilimitada libertad de desarrollo "espiritual" , se centro en el control y limito

la creatividad de las masas, el "progreso intelectual" quedo reservado para los "cuadros". De

diversos modos el partido obstruyo en los hombres y en las mujeres el paso dialectico que va de la

mera funcion a la accion. Claro que estos cuadros no pudieron disfrutar de ese progreso porque la

concepcion de base era escasamente productiva y, ademas, reversible. Con el tiempo se fue

haciendo evidente el estancamiento intelectual (y moral). No es este un asunto menor pues explica,

en parte, la construccion de Estados despoticos y la funcionalidad que ese tipo de Estados tenia (y

tiene) con la forma "clasica" del partido revolucionario.

El partido se fue constituyendo como un artefacto siniestro, kafkiano y orwelliano, y como un fin

en si mismo, ya no era una herramienta al servicio de los hombres sino que los hombres estaban a

su servicio; en forma paralela, se consolidaron todos los mecanismos impersonales. El partido se

convirtio en fetiche y maquina. Una maquina que, como las otras, comenzo a organizar a los

hombres y a conformarlos como fieles y devotos, pero sin elementos de union sintetica, lejos de

cualquier idea de comunidad basada en la conciencia y cerca del orden jerarquico-vertical ista y de

la idea de un futuro estructurado como porvenir insuperable. La maquina, al decir de Sartre,

producia en el hombre un semiautomatismo que terminaba completandola, combinando

inconsciencia y vigilancia (Sartre, 1995:372, t. I); de este modo, lo vivo se transformaba en

mecanico y en reflejo invertido de los hombres. Una maquina "universal", como el torno, que

desarrolla eficazmente una diversidad de tareas siempre y cuando la manejen idoneos.

Precisamente, ese caracter universal impulso la especializacion de quienes le servian.

No fue casual que los partidos comunistas incentivaran a sus militantes a optar por la carrera de

ingenieria en materia de estudios superiores y desalentaran cualquier vocacion vinculada a las

ciencias sociales o las humanidades. El cuadro, el funcionario ideal del partido-maquina, tenia que

ser un ingeniero familiarizado con la axiomatica de la fisica y con las leyes con garantia

experimental. En los tiempos del realismo socialista y de A. A. Zhdanov, Secretario de "Ideologia"

del Comite Central, se concebia a los artistas como "ingenieros del alma de la humanidad". El

partido se veia como el ingeniero en jefe de un ejercito de ingenieros. Paralelamente, el

"socialismo" se reducia a los logros y avances obtenidos en el campo de la tecnologia y el

desarrollo industrial. El socialismo se media en toneladas, kilometros, en el incremento de la renta

nacional, en los ritmos del crecimiento economico, etcetera.

Estas concepciones mecanicistas, sostenidas sobre una creencia fetichista en los poderes de la

ciencia, consideraban que los cambios en el plano material impulsaban los cambios en la

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conciencia. No se concebia a la dominacion como precondicion de la explotacion, lo que inhibio

todo proceso de autotransformacion. Los cambios en el plano de la conciencia se veian como el

corolario de las transformaciones materiales que impulsaba y dirigia la vanguardia. El enfasis

puesto en la alteracion de las relaciones de propiedad, la determinacion causal base-superestructur a,

llevo a pensar que la ideologia solo se transformaba cambiando la base material.

El hombre y la mujer nuevos fueron concebidos como un efecto-resultado de un proceso en el cual

ellos no intervenian. O sea: no eran "nuevos", mas alla de algunos adornos y proliferaciones. La

vanguardia, con sus logicas mecanicistas, seguia la estrategia del Dr. Frankenstein. La institucion

se reservaba las funciones significantes y relegaba a los sujetos a la funcion de significado. Sartre

recordaba un slogan que cubrio algunas paredes de Varsovia en 1949: "La tuberculosis frena la

produccion". .Que atroz antropologia se deduce de esta frase? .Que lugar se les asignaba al

hombre y a la mujer en la construccion del socialismo? Ni siquiera decia los tuberculosos. El

hombre y la mujer aparecen como algo menos que un medio, como instrumentos de un

instrumento. .Donde estaba entonces la alternativa a la sociedad burguesa?

Al mirar el mundo como un armonioso sistema de cuerpos en movimiento, el partido reflotaba las

concepciones del atomismo antiguo. Desde el riguroso determinismo materialista, y desde las leyes

simples de la mecanica, las masas aparecian como fuerza de "inercia" y el partido como fuerza

"dinamica". El partido se convirtio en agente de la detencion del marxismo (de la teoria

revolucionaria en general) y de la subordinacion de la ideologia a la unidad y la previsibilidad que

se consideraban necesarias para la construccion del "socialismo" . Al decir de Sartre: "Los

dirigentes del partido, empenados en elevar la integracion del grupo hasta el limite, temieron que el

devenir libre de la verdad, con todas las discusiones y conflictos que supone, llegase a romper la

unidad de combate; se reservaron el derecho de definir la linea y de interpretar los hechos"

(ibíd.:28, t.I) En fin, el partido fue agente de la escision de la teoria y la practica. Hizo de la

primera un saber rigido y de la segunda un empirismo seco.

Toda esta esquematizacion mecanicista, abono las visiones maniqueas (o binarias), en lo politico,

en lo ideologico y en lo etico, y creo el clima adecuado para confundir el espiritu de partido (o

peor: el microclima de aparato) con la conciencia de clase y la dialectica, con una infecunda

silogistica o con la concepcion burguesa de progreso.

Antonio Gramsci decia que las ordenes aparecidas despues de la Reforma protestante (piensa

especificamente en la Compania de Jesus) tenian escaso significado religioso y un gran significado

disciplinario sobre la masa de los fieles (Gramsci, 1999:13). Con el partido de izquierda, en su

formato tradicional, paso algo similar. En un momento fueron expresion de las luchas obreraspopulares

y se sostuvieron en los principios, el fervor militante, la mistica y la confianza historica

(significado "religioso") , con el tiempo el control se convirtio en prioridad (significado

disciplinario) .

El partido comenzo a nutrirse de intimidacion, impuso el dominio de un freudiano "principio de la

realidad": aplazo la satisfaccion, limito el placer, apuntalo la productividad y el control. Se

convirtio en obligacion y coercion, en una institucion paralizante y anti-utopica (concibiendo a la

utopia positivamente, en los terminos de Ernst Bloch).

Paradojicamente, Lenin, en un pasaje de ¿Qué hacer?, que suele pasar inadvertido, decia: "!Hay

que sonar! He escrito estas palabras y me he asustado. Me he imaginado sentado en el 'Congreso

de unificacion, teniendo en frente a los redactores y colaboradores de Rabocheie Dielo. Y he aqui

que se levanta el camarada Martinov y se dirige a mi con tono amenazador: 'Permita que le

pregunte: .tiene la redaccion autonoma derecho a sonar sin previo referendum de los comites del

partido?'. Tras el se levanta el camarada Krichevski y [...] en tono aun mas amenazador, continua:

'Yo voy mas lejos y pregunto si en general un marxista tiene derecho a sonar, si no olvida que,

segun Marx, la humanidad siempre se plantea tareas realizables, y que la tactica es un proceso de

crecimiento de las tareas, que crecen con el partido'. Solo de pensar en estas preguntas

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amenazadoras siento escalofrios y pienso donde podria esconderme. Intentare esconderme tras

Pisarev. 'Hay diferentes clases de desacuerdos escribia Pisarev a proposito del desacuerdo entre los

suenos y la realidad. Mis suenos pueden rebasar el curso natural de los acontecimientos, o bien

pueden desviarse a un lado, adonde el curso natural de los acontecimientos no puede llegar jamas.

En el primer caso, los suenos no producen ningun dano, incluso pueden sostener y reforzar las

energias del trabajador.. . En suenos de esta indole no hay nada que deforme o paralice la fuerza de

trabajo. Muy al contrario. Si el hombre estuviese completamente privado de la capacidad de sonar

asi, si no pudiese de vez en cuando adelantarse y contemplar con su imaginacion el cuadro

enteramente acabado de la obra que se bosqueja entre sus manos, no podria figurarme de ningun

modo que moviles obligan al hombre a emprender y llevar hasta su termino vastas y penosas

empresas en el terreno de las artes, de las ciencias y la vida practica. El desacuerdo entre los suenos

y la realidad no produce dano alguno, siempre que la persona que suena crea seriamente en su

sueno, se fije atentamente en la vida, compare sus observaciones con sus castillos en el aire y, en

general, trabaje escrupulosamente en la realizacion de sus fantasias. Cuando existe algun contacto

entre los suenos y la vida, todo va bien [...]" (Lenin, 1975:222-223) .

Los partidos se fueron conformando como "sociedades de pertenencia" , a partir de sus ritos y de

otras operaciones centradas en la inclusion-exclusion . Y, como se sabe, las sociedades de

pertenencia suelen tener una relacion conflictiva con la "sociedad receptora". Las experiencias de

la nueva izquierda en los anos 60 y 70, en la mayoria de los casos, mantuvieron estos rasgos

negativos. Partido y politica llegaron a confundirse. La accion militar se concibio como el primer

paso.

Para una concepcion revolucionara, "desde abajo", que, como dijimos, es la unica verdaderamente

revolucionaria, el "plan preconcebido" es mas necesario de lo que Trotsky suponia. Pero no se trata

de un plan formal y cerrado, un plan que preve todas las alternativas e impone el camino obligado,

sino de un esbozo surgido al calor de las luchas contra la sociedad vieja. El proceso es dialectico.

Una concepcion revolucionaria debe tener muy en claro las limitaciones del "sentimiento de

imposibilidad de seguir soportando la sociedad vieja". Debe tener en claro que existen formas

distintas de enfrentar esa sociedad insoportable, es mas: esas formas suelen ser sustrato o la

precondicion de la nueva sociedad soportable. De algun modo, estas formas son el plan. Esas

formas remiten al desarrollo autonomo de una conciencia adecuada a sus condiciones, una

conciencia que se desarrolla al interior mismo de los movimientos de masas. Conciencia que se

articula en torno a tareas especificas, concretas y no alrededor de objetivos abstractos y generales.

Nadie puede ensenarle a las masas los rudimentos para la construccion de un orden alternativo al

capitalismo. La contradiccion mas alevosa es el destino inevitable de quienes pretenden asumir tal

estrategia pedagogica.

Algunos partidos de la izquierda tradicional, cuando tratan de comprender el fenomeno de las

nuevas organizaciones del campo popular, boyan entre la soberbia y la ingenuidad. Por supuesto,

reconocen y reivindican la experiencia de los movimientos populares pero se encargan de destacar

lo que consideran "grandes limitaciones", principalmente la falta de (y el lugar donde se coloca

enfasis varia) conduccion, direccion o estrategia politica. Ni por asomo pueden asumir que las

organizaciones populares (por lo menos muchas de ellas) tienen una preocupacion similar por lo

politico. La diferencia estriba en que desde las construcciones de base lo politico se piensa de otro

modo: la organizacion politica se instala en el horizonte como resultado de un proceso de lucha,

como herramienta a crear, planteo que ignora los aparatos de izquierda realmente existentes.

Generalmente, cuando se habla de las "limitaciones" de las organizaciones populares desde un

partido de izquierda, se peca de elitismo. Pues se piensa: .para que crear una herramienta politica si

ya estamos nosotros y tenemos experiencia? Tambien se peca de ingenuidad: "Nosotros somos los

referentes politicos naturales de las luchas sociales". Creen que las crisis de representacion no les

afecta. Se equivocan.

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Pero .pueden cambiar los partidos y acercarse al punto de vista de las organizaciones de base sin

asumir una crisis de rol? .Podran instalar el partido en el horizonte, como herramienta a construir

junto al pueblo, negandose como punto de partida y aparato de dominacion? .Estaran dispuestos a

la metamorfosis? Este proceso es sumamente riesgoso e implicaria la transformacion del partido en

otra cosa. Se trata de un proceso dialectico y los partidos tradicionales de la izquierda suelen ser

antidialecticos. El problema es, entonces, el partido mismo (de izquierda en su formato tradicional)

en tanto terreno de la antipraxis, es decir, como praxis de elites y como camino de superacion de lo

dado hacia fines siempre rigidos. El partido presenta condiciones de inercia, cuadros aptos solo

para el micro clima de aparato, con identidades burocraticas y administrativas. La paralisis, las

condiciones de irreversibilidad son poderosas.

Los partidos de izquierda que siguen desactualizados como herramientas de emancipacion tienden

a instituir desde el aparato sus propios frentes de masas. Intentan asi atrapar oceanos enteros en

insignificantes botellas. Una inyeccion de politica obsoleta en lo "social". Entregan su vientre viejo

y seco con la vana ilusion de que servira para gestar lo nuevo. Desarrollan un tipo de insercion

superficial en el mundo cultural de los oprimidos. Superficial porque no contribuyen a desarraigar

las logicas politicas y relacionales tradicionales (como el patronazgo y el clientelismo, por

ejemplo). Ahora bien, la alternativa que mas nos seduce no parece facil, y el campo popular ha

acumulado recientemente algunas experiencias que nos alertan sobre los riegos de las opciones

esteriles.

El terreno estrictamente reivindicativo ha permitido la consolidacion de representaciones e

identidades, pero el intento de "invadir" otros espacios de representacion (politica) derivo en un

rotundo fracaso y termino danando la representacion social legitimamente construida y esas

identidades trabajosamente edificadas. Algunos podran cargar las culpas en el tipo de espacio

invadido, pero el problema nos parece mucho mas complicado. Finalmente, existe el riesgo de

concebir un conjunto de respuestas ingeniosas ante la crisis, estrategias que surgen

espontaneamente frente a situaciones desesperantes, como "alternativas al capitalismo".

Por ultimo, cabe destacar que la mayoria de los partidos de izquierda en Argentina, opacados por el

desarrollo hegemonico de los 90, se refugiaron en el significado mas improductivo y estatico del

concepto de tradicion. Se aferraron a los itinerarios mas clasicos, los ratificaron y se limitaron a

replicarlos. No tuvieron en cuenta las dimensiones hegemonicas (y por lo tanto dinamicas) de la

tradicion. Las clases dominantes si tienen en claro que la hegemonia es un proceso que involucra

experiencias y relaciones y saben como recrearla incesantemente. Sin las reelaboraciones

necesarias, sin el descarte de algunas areas de significacion y la apertura a formas significativas

nuevas la decadencia sera un destino irrefrenable para los partidos de izquierda.

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Capítulo 8

Pensar la herramienta política (estratégica) del campo

popular

"En la lucha [...] esta masa se reúne, se constituye en clase para sí. Los intereses que

defiende se convierten en intereses de clase. Pero la lucha de clase contra clase es una

lucha política."

Karl Marx

"Cuando hombres y mujeres implicados en formas modestas y locales de resistencia política

se vean transportados por el impulso interior de estos conflictos a una confrontación directa

con el poder del Estado, es posible que su conciencia política pueda modificarse de manera

definitiva e irreversible [...]"

Terry Eagleton

No somos fatalistas. No creemos que todo poder politico indefectiblemente termine generando

opresion y devenga en fuente de privilegios. Incluso, algunos han planteado con total

irresponsabilidad que el ejercicio de la opresion es el destino inevitable de toda organizacion, como

si la emancipacion no necesitara organizarse. Hasta el mismisimo Max Stirner, acrata paladin de las

utopias mas individualistas, manifesto su intencion de unirse a un partido si este no tuviera nada de

obligatorio. Tambien Bakunin planteo la necesidad de una vanguardia consciente, cerca, muy cerca

de Augusto Blanqui y Lenin y lejos de Rosa Luxemburgo.41 Estimamos tan desatinado concebir la

accion de las masas desorganizadas como la de las vanguardias separadas. Y vale aclarar que

concebimos la "vanguardia" en terminos sociales: como un sector del movimiento de masas que,

con sus luchas, crea posibilidades para un conjunto mas amplio. Mabel Thwaites Rey senala que

una cosa es tener en cuenta "que la disputa por el poder logra degradar y aniquilar la posibilidad de

construir una sociedad alternativa que diluya las condiciones mismas que hacen factible el poder

como imperativo de un grupo sobre otros. O alertar contra las formas de replicar en la propia

practica emancipatoria el esquema de poder que se desea combatir. Pero otra muy distinta es

pretender ignorar la dimension 'politica' en el sentido profundo de la disputa por crear o mantener

una organizacion social acorde con intereses y valores especificos" (2004:23-24) .

Ante la creciente heterogeneidad de las clases subalternas, ante la necesidad de conciliar intereses

de clase con intereses de grupo y la discontinuidad del accionar de las masas; para garantizar

posiciones de fuerza permanente que le permitan al pueblo tanto el repliegue en el momento del

reflujo como el relanzamiento en el momento del alza y para contrarrestar las limitaciones de los

combates aislados, se torna imprescindible pensar en una herramienta, una organizacion politica,

instancias institucionales e instrumentales totalmente diferentes a las que conocemos (hijas todas de

una concepcion mecanica): que no pretendan reemplazar la actividad del pueblo y sus

organizaciones por un poder pro-popular, que no se conciban como medios de expresion de una

voluntad colectiva supuestamente unificada ni como ejecutores exclusivos de esa voluntad; que no

se conciban como encarnacion de la conciencia de clase o de la etica de los trabajadores (el partido

como herramienta de la conciencia para labrar un destino historico y realizar una etica); que

abandonen definitivamente los enfoques coercitivos42 y el instinto policial; que no operen por

41 Según Daniel Guerín, Max Stirner "sólo se uniría a un partido si éste no tuviera 'nada de obligatorio'.

La única condición para su eventual adhesión sería la posibilidad de que 'el partido no se apoderara de

él" (Guerín, 1968:36). Este autor también plantea que Bakunin, "ya anarquista, sigue convencido de la

necesidad de una vanguardia consciente" y cita pasajes donde el anarquista se muestra partidario de

los cuerpos unificadores, de los grupos de individuos unidos por ideales que ejercen una "acción

natural sobre las masas" y de los estados mayores" (ibíd.:42-43).

42 Los enfoques coercitivos, predominantes en las organizaciones tradicionales de la izquierda, reflejan

las jerarquías de nuestras sociedades desiguales, se caracterizan por considerar a los sujetos como

subordinados, por no tomar en cuenta las situaciones concretas y por impulsar un sistema de

promociones y sanciones individuales. En el enfoque coercitivo la información fluye verticalmente

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encima de la existencia cotidiana del pueblo y de sus organizaciones; que sostengan la confianza

social, la participacion y la coordinacion organizativa; que hagan de los objetivos emancipatorios

una forma emancipatoria real y concreta; que sirvan para realizar las metas de las organizaciones

del pueblo y que no pretendan reemplazarlo; que "aporten" a una causa y que no se crean la

encarnacion de esa causa; que rompan la relacion medios-fines; que anticipen el futuro deseado en

las formas; que se asuman como momento, no como exteriorizacion fija y especializada en el

ejercicio del poder; que unifiquen sin dominar los discursos y practicas emancipadoras (que unan a

los "pequenos destacamentos" dispersos, que pongan en movimiento al conjunto); que no reduzcan

el logos a una organizacion, y que, ocasionalmente y secundariamente, sirvan para la disputa y el

ejercicio del poder estatal. No podemos dejar de destacar que en la Segunda Declaracion de la

Selva Lacandona de 1994, los mismos zapatistas hablan de partidos politicos de "nuevo tipo".

El partido de izquierda tradicional (al igual que los grupos "antipartidos" que actuan como partidos)

se caracteriza por plantear objetivos que se deben alcanzar con los pasos que da el propio partido.

Busca imponer sus propios ritmos, los ritmos de la organizacion, los ritmos del aparato, dejando de

lado el trabajo tendiente a generar o apuntalar los hechos capaces de modificar la realidad. Se

caracteriza tambien por su concepcion instrumentalista de la lucha de clases y su negacion como

parte fundamental del proceso autoemancipatorio. Respecto de este topico, creemos que no queda

mucho por discutir. La actitud reciente de una parte de la izquierda argentina en relacion al

fenomeno de las asambleas y al movimiento piquetero es lamentable. Han buscado cooptar,

manejar, imponer. En lugar de apostar al movimiento social real masivo han apostado al "control"

de una parte, a la subordinacion de toda instancia de accion practica y de lucha y a la creacion de

sellos desarraigados. Muy pocas organizaciones partidarias (por no decir ninguna) han concebido

su actividad en funcion de un proceso de autoemancipacion de las clases subalternas. Al

autoerigirse en ejes de unidad, reproducen la fragmentacion. Para el sectario, el pueblo solo cuenta

como apoyo para sus fines.43 Otra vez "el pez en el agua", otra vez el vanguardismo de los que

consideran a las masas la piscina en la que van a realizar sus destrezas natatorias. .Cuando vamos a

pensar en maremotos? La experiencia historica es contundente: los instrumentos elitistas siempre

han conducido a la entronizacion de elites. Un proyecto que toma como ejes principales la justicia

y la igualdad nunca puede fundarse a traves de la practica de una organizacion centralizada,

verticalista y jerarquica. La apuesta principal pasa por construir una herramienta de cambio,

evitando que la misma herramienta se convierta en el objetivo de la lucha, una herramienta

"flexible" (a la que consideramos absolutamente necesaria), que aporte a la generacion de hechos

capaces de modificar la realidad.

Por lo menos, como ejercicio de abstraccion: .no se puede pensar en otra forma de poder politico?,

.no es factible un poder socializado, horizontal, democratico, que conviva con un minimo de

centralizacion coyuntural y efimera, un poder asentado en organizaciones populares activas y

solidas? Las fuerzas populares consolidadas a partir del ejercicio de lo que Holloway llama "poderde",

.no deberan ejercer en algun momento el "movimiento" de poder-sobre, con el objetivo de

"separar" a los sectores dominantes? La "conquista del poder", sin considerarla como pivote, .no

deberia "complementar", "consolidar", etc., el proceso autoemancipatorio que implica la lucha de

clases? Mas que las formas del "antipoder", las fuerzas populares .no deben reivindicar el ejercicio

de un poder entendido como capacidad de imponer un sentido, de resignificar y resimbolizar las

redes significativas que componen el mundo humano? La causa de la deshumanizacion y la

"cosificacion" de los dominados, .no es precisamente la falta de poder? Los sucedaneos propuestos

para las clasicas nociones de "poder popular" y para las que plantean "el papel social dirigente de

los trabajadores" no nos parecen convincentes.

No se trata de obligar a todo el mundo a que acepte nuestra forma de hacer-pensar y el tipo de

vinculo social y politico que proponemos. Pero, sucede que existe un poder y un sistema de

generando desconfianza. Una "red vertical" no puede sostener la confianza social. La alternativa son

los enfoques cooperativos que desarrollan algunas organizaciones sociales y políticas, que presentan

un amplio frente de lucha contra la burocracia, el autoritarismo y la desconfianza.

43 Ver: Freire, Paulo, La educación como práctica de la libertad, México, Siglo XXI, 1986, p. 43.

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dominacion que impone, por todos los medios, con todos los recursos sus propias formas de hacerpensar

basadas en la naturalizacion de las desigualdades, en los vinculos mercantiles y en una idea

negativa de la libertad. Lo nuestro es basicamente rechazo, no intento de imponer. Afirmamos

nuestras formas porque las consideramos justas y superadoras del orden imperante, pero tambien

porque nos permiten resistir y vivir.

La dicotomia movimiento-instituc ion practicamente nace con los primeros movimientos

antisistemicos. En algunos casos esta dicotomia se expresa como una contradiccion entre el

movimiento como construccion social y dinamica de las organizaciones populares y el movimiento

como estructura (herramienta politica, conjunto de aparatos, etc.). A diferencia del movimiento, la

institucion tiene un instinto conservador, una tendencia natural al reposo y a la burocracia. Se

resiste a los cambios porque amenazan el ideal de estabilidad. Su temor al paso en falso conduce a

la paralisis. En determinados contextos cumple la funcion de freno del movimiento, pero en otros

ese rol "conservador" puede resultar vital para el movimiento, para garantizar su continuidad

historica, para habilitar su recomposicion, etc. Un desafio para la izquierda y el campo popular es

pensar la complementacion de formas centralizadas (siempre adecuadas al momento historico) con

otras no centralizadas, con organizaciones no institucionales, flexibles, traslaticias, diseminadas en

el barrio, en la calle, en cada casa y, a veces, inubicables.

Evidentemente, existe una relacion muy estrecha entre el partido de izquierda en su formato

tradicional y la toma del poder estatal como horizonte estrategico, lo que historicamente condujo a

priorizar la institucion sobre el movimiento. Algo que cuestionaba Rosa Luxemburgo a comienzos

del siglo XX al plantear que, en la accion politica no eran las masas desorganizadas las que

permanecian inmoviles, sino los partidos organizados y sus direcciones (se referia a los partidos

socialdemocratas, en particular el aleman). Rosa Luxemburgo denunciaba la perdida de tiempo en

"pamplinas burocraticas" . Karl Kautsky, por su parte, consideraba que este tipo de planteos

conducia a la negacion de la necesidad de la organizacion. .Que hacer para evitar que la institucion

se fagocite al movimiento? .Como evitar caer en el fetichismo del movimiento como reaccion ante

el fetichismo de la institucion? .Es suficiente la capacidad de accion "autonoma" y la iniciativa de

las clases subalternas para el exito del movimiento de masas? Formulamos estas preguntas porque

partimos de la base de que el movimiento, por si solo, se agota, no alcanza, se aisla. Proponemos

pensar la institucion como medio al servicio del movimiento, porque este ultimo es el campo

fundamental de la contrahegemonia o de la hegemonia alternativa, el locus en el cual las clases

subalternas pueden desarrollar una praxis independiente.

Sostenemos la nocion que establece la existencia de un sujeto popular fragmentado o plural en

America Latina. Esto no debe confundirse con la tesis debil del antiposmodernismo que termina

diluyendo al sujeto en una pluralidad de "posiciones" o "habitos de posiciones" (del sujeto). Menos

aun debe confundirse con la vana pretension de servir a dos clases al mismo tiempo. Para el caso

argentino la situacion se presenta, en parte, como novedosa en funcion de la perdida (en terminos

relativos) de centralidad estrategica de la clase obrera industrial, el actor privilegiado en tanto

sector social dinamizador de las luchas populares durante las etapas anteriores. Las nuevas

condiciones exigen formas originales de intervencion politica que den cuenta de la diversidad y del

caracter plural de los nuevos sujetos (de la clase).

Vale la pena recordar que la tesis de la centralidad obrera termino favoreciendo en muchos casos a

las interpretaciones de tipo estructuralista que veian las conductas y las practicas sociales como

determinadas unilateralmente por la posicion que los sujetos ocupaban en el terreno de la

produccion. Estas concepciones, sumadas a las que sostenian la nocion de externalidad de la

politica en relacion a la clase obrera, hicieron que la izquierda terminara compartiendo nociones

axiales de la cultura politica dominante.

En nuestro pais, y en el resto de America Latina, la fuerza de trabajo es dificil de ubicar en

terminos de clase rigidos. El desarrollo capitalista en nuestro caso no necesariamente hace mas

homogenea la fuerza de trabajo, por el contrario, va delineando una estructura social altamente

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segmentada. Estamos ante una clase obrera heterogenea y no ante un proceso de reduccion o

disolucion de la clase trabajadora. Por supuesto, la heterogeneidad la debilita, limita sus

potencialidades. En este sentido, podemos reconocer en las "nuevas organizaciones populares" una

nueva y distinta modalidad de expresion de la clase trabajadora que viene a complementarse con

otras mas tradicionales y, no por eso, menos necesarias.

Las luchas denominadas "sociales" o "reivindicativas" (y las experiencias organizativas que

generan) impulsan el proceso de formacion de conciencia y pueden operar como soportes

identitarios, ya que expresan identidades colectivas con contenidos culturales y simbolicos

objetivamente contrahegemonicos. Estas experiencias generan un contexto solidario que tiende a

superar el dualismo y la enajenacion. Se van recreando asi espacios que favorecen la

transformacion de los individuos a nivel personal, requisito indispensable para lograr una

percepcion global. La transformacion de las actitudes personales es inseparable de la

transformacion de la realidad. Estas experiencias deben ser reconocidas como el terreno de una

praxis que puede garantizar el ascenso del sentido de la libertad real. Estas luchas, en ocasiones,

ofrecen el marco adecuado para la reconstruccion de subjetividades organizadas alrededor de

intereses emancipatorios, y para superar la identidad prevaleciente estructurada alrededor de la

derrota. No debemos olvidar algunos principios basicos: que las condiciones de la transformacion

revolucionaria se encuentran en germen dentro de la accion cotidiana y que una "mentalidad

revolucionaria" es el resultado de una larga practica. Los nuevos sujetos sociales estan buscando (y

construyendo) su identidad (su autorreconocimiento como categoria) y su espacio (su territorio

social) en el marco de las actuales relaciones de poder. Estamos ante una de las formas que asume

la lucha de clases en la Argentina de principios de siglo XXI.

Estas experiencias nos obligan a pensar en las multiples dimensiones del "ser social". Esta nocion

no debe remitirnos pura y exclusivamente a las identidades de clase. "Otras" identidades, sin dudas

afectadas por la posicion de clase, son constitutivas de los sujetos. Negarlas o no asignarles ningun

rol en la formacion de la conciencia constituye un gesto autoritario y castrador.

Las dificultades con las que tropieza cualquier proyecto de transformacion en las actuales

condiciones estan basadas muchas veces en la ausencia de nexos entre lo social y lo politico. Lo

politico entendido como la instancia que encausa las luchas particulares y las practicas

objetivamente contrahegemonicas hacia un horizonte trascendente y evita que la lucha

reivindicativa se convierta en un objetivo per se. Lo politico como el acto de desmalezar el camino

de la realidad. Lo politico, sencillamente, como los "propositos comunes" o las "ceremonias

unanimes", como lo que pone en movimiento al conjunto mas alla de las luchas aisladas, como las

"luchas generalizadas" . Al igual que Rosa Luxemburgo, entendemos la crisis politica de la

izquierda como una consecuencia de la ruptura del vinculo dialectico entre la praxis cotidiana y la

meta futura final, entre el sujeto y el designio. Ruptura a la que podemos agregar una ausencia: la

de la conciencia y la voluntad necesarias para resolver la conflictividad objetiva.

La relacion entre organizaciones sociales de base y las organizaciones politicas (o la politica a

secas, por que no) tal vez constituya una de las tematicas destinadas a convertirse en la

problematica central de los debates en los proximos anos. Como respuesta casi refleja a las viejas

concepciones aparatistas, pseudovanguardistas y elitistas que partian (y parten) de la nocion de

externalidad de la politica en relacion a los sujetos de la transformacion (clase obrera,

campesinado) se termino planteando que, en la relacion entre organizaciones sociales y

organizaciones politicas, indefectiblemente terminan perjudicadas las primeras. .La presencia de

organizaciones (no nos referimos especificamente a los partidos tradicionales de la izquierda) o

grupos politicos en la organizacion y en las luchas de los "movimientos y redes sociales" implica

siempre un intento por imponer objetivos que, en ultima instancia, son ajenos a estos ultimos? .O

por el contrario existe, aunque solo hipoteticamente, la posibilidad de una relacion dialéctica entre

las organizaciones sociales y politicas, una relacion que transformando cada parte de origen a algo

distinto y superior?

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Muchas veces las posiciones basistas a ultranza que reivindican una autonomia tan absoluta como

abstracta para las organizaciones populares se olvidan de un dato contundente e ineludible: la

ideologia dominante es la ideologia de la clase dominante. Es decir, mientras rechazan por

principio la presencia de grupos, de concepciones y de ideas supuestamente "ajenas" a las

organizaciones de base, aceptan pasiva e inconscientemente la imposicion de la ideologia de la

clase dominante.

.Cual es la forma organizativa capaz de generar hegemonia de masas e integrar a las

organizaciones de base en un proyecto politico de dimensiones estatales?, .el partido

revolucionario? Creemos que no. Hay que superar la que ha sido denominada como "ortodoxia de

la esencialidad del partido revolucionario" , forma que historicamente tendio a sustituir a las masas

y a atribuirse sus tareas. Tambien hay que precaverse de las concepciones "optimalistas" , de

crecimiento vegetativo (de embrion). La tradicion politica argentina no se caracteriza por la

presencia de partidos de izquierda fuertes. El movimiento parece la forma mas adecuada. Los

partidos tradicionales de izquierda en la Argentina, al decir de Fredric Jameson (1997:56-57) ,

remiten a la cinta de Möbius: flotan en el vacio, se caracterizan por su absoluta autorreferencialida d

y autocirculatoriedad , no tienen puntos de referencia, no tienen exterioridad. Conciben a la

organizacion mas como forma exterior que como herramienta e identidad. La vida grupuscular de

algunas organizaciones las lleva a dirigir su agresividad al grupo mas cercano y no al enemigo real.

El partido de izquierda en su formato tradicional es como un punto fijo, o, en el mejor de los casos,

como un conjunto de puntos definidos. El movimiento puede y debe concebirse como la praxis que

interviene en la construccion del camino y, a la vez, como el ideal del trayecto.

Los que deifican desde la izquierda a la organizacion politica (partido u otra) deberian tener

presente al Marx del Manifiesto que senalaba que una organizacion con cierto grado de influencia

social constituye un elemento mucho mas ocasional que el proceso de construccion de los actores

sociales revolucionarios (Marx se referia a la clase obrera en particular, claro esta). Desde esta

perspectiva, la organizacion aparece subordinada a una estrategia central y global que los excede.

Concretamente: Marx considera la organizacion politica siempre en el marco de un movimiento y

va mas alla: afirma que su rol principal pasa por "defender" el porvenir de ese movimiento y por

"apoyar" todo movimiento revolucionario contra el regimen politico y social existente. De este

modo, la organizacion no opera como frontera, se concibe como un locus que aporta a una causa y

no como la causa misma. Marx tambien decia en el Manifiesto que los comunistas "no proclaman

principios especiales a los que quisieran amoldar el movimiento proletario"44. Segun escribe Luis

Sanz: "Para Marx, cualquier organizacion era una secta si convertia en frontera organizativa

cualquier conjunto de opiniones particulares (incluyendo las opiniones de Marx), si hacia de ese

conjunto de opiniones particulares el elemento determinante de su forma organizativa [...] nunca

Marx creo su organizacion. Se asociaba con organizaciones realmente existentes, tratando de influir

en ellas y, ante todo, de influir, a traves de ellas, sobre el movimiento social. La prioridad que

daban a su actividad en estas organizaciones no derivaba de la afinidad ideologica con ellas, sino de

la importancia que pudieran tener de cara a la transformacion social […]".45

La construccion de un movimiento politico revolucionario implica un proceso colectivo de

reflexion y de accion conjunta en el cual se acumula fuerza social y moral, se consolida una

posicion y se ocupa un territorio social y un espacio politico. Exige instituir un continente de

destinos basado en la solidaridad practica y no una unidad de destinos por falta de solidaridad.

Como la lucha de clases no depende de ninguna voluntad subjetiva, la unidad real nunca puede ser

el resultado del gesto voluntarista de las superestructuras. La relacion entre organizaciones politicas

44 Cabe recordar que en la edición inglesa de 1888 en lugar de decir principios especiales decía

principios "sectarios".

45 Ver: Sanz, Luis, "Una disutopía radical". En: Revista Debate Abierto, año II, nº 7, Venezuela, mayojunio

de 1998, p. 51. En el mismo artículo (p. 52) el autor sostiene que: "La lealtad a los partidos en

tanto que aparatos deriva siempre en deslealtad respecto al propio pensamiento y respecto al sector

social que se pretende representar, pues los intereses de los aparatos coinciden punto por punto con

los intereses individuales de quienes los dominan [...]".

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y sociales debe ser entendida como un momento de construccion de una nueva identidad y de una

nueva cultura politica.

En cuanto a la relacion entre el movimiento politico y las organizaciones sociales vemos cuatro

posibilidades: a) que las demandas de los distintos sectores sociales sean canalizadas a partir del

movimiento politico por la via de la incorporacion de sus reivindicaciones al "programa"; b) que el

movimiento integre representaciones sociales y las incorpore al nivel de decision "duro"; c) que se

produzca una especie de simbiosis entre las expresiones politicas y los movimientos sociales y d)

que se reediten todas las deformaciones clasicas pseudovanguardistas y manipuladoras. Las dos

primeras posibilidades parecen las mas adecuadas, las otras cuestionan abiertamente la autonomia

de las organizaciones de base. La autoorganizacion del campo popular es la precondicion de su

poder y el movimiento debe contribuir con ella.

Si consideramos que, en el proceso de conformacion de un movimiento politico revolucionario, la

relacion dialectica con las organizaciones de base es estrategica, debemos reconocer que seria

sumamente contradictorio pensar al primero como estructura vertical y centralizada. Dos elementos

caracterizan a muchas de estas organizaciones: la heterogeneidad y la flexibilidad y no se puede

negar que explican buena parte de su fuerza y su vitalidad. El movimiento politico tiene que

reconocer como uno de sus componentes fundamentales a colectivos no partidarios. No deberia

existir una relacion de subordinacion entre los "nucleos de base" y el nivel de direccion. Es decir:

no debemos situarnos en el lugar de las vanguardias clasicas. Hay que asumir lugares mas

dialecticos que nos permitan aprender y crecer junto al movimiento social. Hay que impulsar una

metodologia "anticupular" .46

La actual fragilidad del lazo que une a organizaciones sociales y politicas puede verse como reflejo

de la debilidad de los trabajadores y de los actuales niveles de dispersion de las masas populares en

general. La ausencia de lazos organicos con las masas explica tambien las dificultades que surgen a

la hora de unificar a organizaciones que teoricamente tienen acuerdos estrategicos o visiones

similares.47

Se torna necesario repensar la relacion entre el movimiento "espontaneo" y la "conciencia

revolucionaria" . Ya es hora de abandonar la concepcion que niega de plano la posibilidad de una

"ideologia independiente" elaborada por las masas en el curso de su movimiento. En el mismo

sentido es necesario repensar el rol de las vanguardias y comenzar a considerar que las que son

realmente "autenticas" tienden a expresarse como un sector social concreto que por su situacion

objetiva esta en condiciones de influir en el resto de la sociedad, es decir, la vanguardia como un

sector dinamizador de luchas, no como un club de superdotados, como ya se ha dicho.

Desde el emplazamiento leninista tradicional el "forzamiento" de la realidad, de la historia, deviene

siempre necesario frente al "atraso" de la conciencia. La conciencia de clase "para si" se introduce

invariablemente desde el exterior. El partido se siente llamado a cubrir el hueco de la conciencia

(en lugar de favorecer los procesos de su desarrollo y de trabajar para despertar la autoconciencia)

y forzar los acontecimientos. El forzamiento es resultado de una polarizacion entre la clase y el

partido, de una escision que lleva a confundir las necesidades propias de la direccion politica con

las necesidades de las masas y las necesidades de un proceso genuino de transformacion. El partido

de esta manera "trasciende" la historia, propone una racionalidad por fuera de ella.

El movimiento de la sociedad civil, la praxis social concreta, tiene una importancia que excede la

sola influencia de la teoria, "pues la teoria solo puede intervenir con exito en la practica si despierta

los indicios de autocomprension que la practica ya tiene" (Eagleton, 1997:231). Un saber practicopolitico

entra en crisis cuando no logra encarnarse en una fuerza social concreta. En este aspecto,

46 Proponemos recuperar el desusado concepto de la organización como proceso o como producto

de la lucha, propuesto por Anton Pannekoek y por Rosa Luxemburgo.

47 ¿Cuánto tiempo hemos perdido en dilatadas reuniones con supuestos (y declamatorios)

"compañeros estratégicos" que no condujeron a nada?

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vale recordar que Marx consideraba que la teoria se transforma en fuerza material desde el

momento en que penetra en las masas. Estos planteos resultan fundamentales al momento de pensar

en el movimiento politico. Desde una nocion que sostenga la externalidad de la conciencia

revolucionaria, el supuesto movimiento politico correria el riesgo del desarraigo, podria convertirse

en una estructura hueca y superestructural y posiblemente verticalista y jerarquica. De una relacion

de exterioridad a una relacion coercitiva hay un solo paso. Al decir de John William Cooke,

estariamos ante una superestructura que "solo serviria para beneficio de politicos burgueses con

veleidades progresistas" . Se caeria en las redes de la "ley de hierro de la oligarquia" de la que

hablaba Roberto Michels.

Sucede que el movimiento politico no debe pensarse como la condicion de la recomposicion del

campo popular, sino a la inversa. En esta coyuntura los esfuerzos militantes deben estar orientados

hacia esa tarea de recomposicion social, ideologica y politica. Es que, por otra parte, la tarea de

recomposicion implica la transformacion de los que intervienen. La "ideologia independiente" se

desarrolla al calor de un movimiento que altera la "espontaneidad" y tambien las "conciencias

externas". La insistencia con respecto al movimiento politico se relaciona con la necesidad de no

perder de vista el desafio global y la existencia de un campo de lucha especificamente politico. Lo

global relacionado con la necesidad de contar con una estrategia a largo plazo para la edificacion de

un orden alternativo.

La fragmentacion es una realidad generada por el sistema. La lucha contra el sistema es una lucha

politica e implica homogeneizacion y algun nivel de centralizacion preferentemente instrumental o

efimera. Si consideramos que la organizacion politica siempre es nociva para las organizaciones

populares y reivindicamos su particularismo, .no terminamos confundiendo la fragmentacion con

el pluralismo, es decir no terminamos aceptando acriticamente la fragmentacion? Segun expone

Terry Eagleton: "Contraponer simplemente la diferencia a la identidad, la pluralidad a la unidad, lo

marginal a lo central, es recaer en la oposicion binaria, como saben perfectamente los mas sutiles

destructores. Es puro formalismo imaginar que la 'otredad', la heterogeneidad y la marginalidad

son beneficios politicos absolutos al margen de su contenido social concreto" (ibíd.:166-167).

Para la lucha integral (y la lucha contra el sistema debe serlo) es necesario aquello que Gramsci

denominaba hombre colectivo. Ahora bien, .puede haber hombre colectivo en el terreno de la no

produccion, de la exclusion y la fragmentacion? La clase obrera ocupa una situacion dual: esta

dentro de la sociedad civil porque sigue siendo imprescindible como objeto, no como sujeto y, por

lo tanto, tambien esta fuera de ella. .Cual es la situacion del excluido? .Pueden los nuevos

sectores sociales subalternos aspirar a dirigir la sociedad a partir del lugar que hoy ocupan en el

terreno de la produccion? Mas alla de los interrogantes, lo que queda claro es que el hombre

colectivo sigue siendo la condicion de los cambios radicales.

Uno de los riesgos que corren las organizaciones y grupos politicos populistas o de izquierda

consiste en concebir la fuerza propia como un principio unificador del todo social y plantear un tipo

de relacion trascendental con las bases. La rearticulacion de la sociedad civil no depende de la

voluntad de un grupo. Estamos de acuerdo con Terry Eagleton cuando afirma que "si los diversos

elementos de la vida social –por asi decirlo, aquellos grupos que esperan ser hegemonizados en una

estrategia politica radical- no conservan una cierta contingencia e identidad propias, la practica de

la hegemonia significa simplemente fusionarlos en un nuevo tipo de totalidad cerrada" (ibíd.:269).

La tarea va mucho mas alla de la conformacion de un colectivo y del esfuerzo por mantenerlo

unido por la solidaridad y la entrega.

En sintesis: imaginamos al movimiento politico como una organizacion de organizaciones que debe

asumir la doble tarea de promover el protagonismo popular y contribuir efectivamente a crear las

condiciones para que ese protagonismo sea posible, que integre una diversidad de actores con sus

subculturas propias y que, como instancia de contencion amplia, potencie estas subculturas en lugar

de anularlas. Se trata de consolidar un bloque cultural y social que una, de manera organica, al

movimiento con las bases. Sin bloques sociales constituidos no existen posibilidades de cambios

radicales, todas las opciones politicas seran coyunturales, efimeras. Una propuesta politica vale en

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tanto se enuncia desde un lugar socialmente legitimo, un lugar de organizacion, de lucha, de praxis

significante (a traves de la praxis se consolidan los lazos sociales y se definen las identidades, a

traves de la praxis se cuestionan las relaciones de poder vigentes). La tarea pasa por aportar a la

construccion de ese lugar. Mas importante que tener politicas publicas para la coyuntura es crear

las condiciones sociales de aplicacion y recepcion de esas politicas. No se construye desde

definiciones o posicionamientos teoricos sino desde practicas. No se acumula con "demostraciones

pedagogicas" (vamos a demostrar que el Estado es represor) tampoco confundiendo la revolucion

con la travesura. Las ideologias con contenidos univocos y exigencias sintacticas fuertes tienden a

ocupar las franjas mas marginales del espectro politico. En ciertos grupos y organizaciones esta

muy arraigada la costumbre de llevar definiciones politicas e ideologicas cerradas a los

denominados "frentes de masas", de este modo, el componente doctrinario funciona como un

obstaculo, la ideologia se convierte en una toxina y la izquierda se perpetua como factor inerte.

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Capítulo 9

Viejos debates, nuevos contextos

"Los marxistas contemporáneos no deben 'fetichizar' la experiencia de los consejos en un

modelo atemporal para el cambio revolucionario, ni deben aceptar de manera acrítica los

prejuicios antipartidarios o las posiciones ultraconsejistas, hechos que pueden relegar a los

revolucionarios a una posición de voyeurismo intelectual [...]"

Mike Rooke

"Todo el poder a los soviets"

V. I. Lenin

Los debates de los que pretendemos dar cuenta no son nuevos en la historia de las luchas por la

emancipacion de las clases subalternas, por otra parte, son inherentes al desarrollo social, a su

caracter dialectico que se expresa en las tendencias heterogeneas y, a veces, contradictorias del

campo popular. En el marco de una concepcion dialectica del desarrollo social, las diadas teoriapractica,

evolucion-revolucio n, medios-fines, etc., que se presentan como determinantes

aparentemente antagonicos, deben entenderse como "momentos" de un mismo proceso. Lo nuevo,

claro esta, es el contexto en el cual se resignifican los viejos planteos, contexto que remite tanto a

los efectos no superados de una derrota que obliga a demostrar lo evidente como a la busqueda de

alternativas de cambio viables en nuevos escenarios. Por ejemplo, .hasta que punto no estamos

retomando las viejas discusiones en torno a la contradiccion entre "los fines ultimos" y "las

necesidades y posibilidades concretas"? O, dicho de otro modo, .entre la necesidad de abolir la

division del trabajo social (la clave de una revolucion de trabajadores) y la necesidad temporal de

utilizar y aprovechar esta division y el Estado mismo? .Hasta que punto no estamos inaugurando

una nueva version de los debates en torno a las posibilidades de las "luchas prefigurativas", esas

que mostraban en concreto el nuevo orden en el contexto de la sociedad vieja?

Oponerse al fetichismo de la organizacion, a los liderazgos centralizados y a la obsesion por la

conquista del poder estatal no es un gesto bisono. Pero, no hay que olvidar que las criticas a las vias

alternativas tambien tienen sus anales. Es igualmente antigua la oscilacion entre vanguardismo y

sindicalismo (ya sea reformista o revolucionario) . En distintos momentos de la historia del siglo

XIX y XX, los revolucionarios percibieron las limitaciones de los enfoques que ponian el enfasis

en el control del aparato productivo y en el desarrollo de las organizaciones de base y las formas

prefigurativas, mientras descuidaban el problema del poder del Estado y otros problemas

relacionados con el medio ambiente burgues. Tal el caso de las experiencias de los consejos

obreros, la autogestion y las comunidades autonomas.48 Y la gran frustracion consistio en que ese

"descuido", este enfoque no dialectico del poder, llevo, o por lo menos no pudo evitar, la

destruccion de espacios populares, antiburocraticos y prefigurativos. Es decir, las luchas

prefigurativas han implicado un trabajo "inmanente" a la situacion, pero no lograron postergar la

potencialidad de la lucha. La negacion del momento politico llevo a no desarrollar toda la

potencialidad de esa lucha. La autoafirmacion popular es lo central porque es el unico lugar posible

de la "conciencia", pero este reconocimiento no deberia derivar en la negacion de la relevancia del

enfrentamiento politico. Vale recordar la resolucion aprobada en la Conferencia de Paris en 1871,

la primer asamblea celebrada por la Primera Internacional precisamente despues de la Comuna de

Paris, que sostenia que la emancipacion economica de los trabajadores era el gran objetivo al cual

todo el movimiento politico debia subordinarse, como medio.49

48 En el Congreso de Basilea (Primera Internacional) de 1869 algunos anarquistas plantearon la

posibilidad que los sindicatos se conviertan en embriones de la administració n de la sociedad futura.

Los consejos de las asociaciones gremiales aparecían como alternativas a la gestión burguesa y

como células generadoras de la futura sociedad. El sindicalismo se integraba a la autogestión.

49 El llamamiento inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores (año 1864) decía: "los

señores de la tierra y los señores del capital se servirán siempre de sus privilegios políticos para

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En la actualidad, desde algunos ambitos de izquierda, se cuestiona el concepto mismo de lucha

prefigurativa ya que este implicaria la imposicion autoritaria y externa de una dialectica y una

teleologia a posteriori de los acontecimientos. Este cuestionamiento encubre muchas veces una

forma sutil de elitismo que le niega al pueblo (disuelto, a veces, en la categoria de "multitud") la

capacidad de concebir porvenires. La accion colectiva se entiende como puro "instinto". Pero la

historia muestra como distintas luchas obreras y populares fueron asumidas en algun momento de

su devenir como "prefigurativas" por los propios trabajadores y como ese devenir les fue

sugiriendo porvenires, a veces como un leve susurro.

Por ejemplo, hace algunos anos, un ex obrero naval, hablando de la experiencia antiburocratica y

de base desarrollada en algunos astilleros argentinos en los anos 70, decia: "Muchas veces, cuando

hablo de estas cosas, me preguntaban como eran aquellos companeros, que era lo que habian y

habiamos conquistado y ayudado a cambiar. Por que, durante ese tiempo, fuimos distintos. O sea,

distintos en nuestras vidas; distintos a como veniamos armados desde atras, de antes. Y siempre me

parecio que la respuesta adecuada era esa humanidad que habíamos logrado desplegar entre

nosotros, pero que queríamos extenderla: que el mundo la hiciera suya (negritas nuestras).

Creo que fue una invencion nuestra. Al menos, fue eso lo que descubrimos entre nosotros: que

estallo entre nosotros. Que fue una busqueda permanente de algo parecido a la felicidad y que, para

nosotros, no tenia sentido si no era compartida [...]".50

Tampoco tiene nada de novedoso buscar formas de organizacion compatibles tanto con el

aprendizaje por la praxis, la autogestion y la espontaneidad de masas como con la capacidad de

contrarrestar las irrupciones oligarquicas. Este fue el principal objetivo de la denominada

"oposicion de izquierda" a fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX.51 Karl Kosrch estaba

inmerso en esa misma busqueda. Korsch, quien elaboro una caracterizacion peculiar del periodo de

transicion basada en la "democracia industrial", tambien era un critico lucido del eje estatal, decia:

"De ahi que en la consciencia de amplios circulos obreros haya ido siendo progresivamente

sustituida la vieja teoria socialista, de acuerdo con la cual debe conquistarse primero, con ayuda del

voto, el 'poder politico' estatal y consumarse despues 'la transmision de los medios de produccion a

la colectividad' [...]" (1975:81).

Muchos otros podrian sumarse a esta lista, principalmente el primer Antonio Gramsci, el de 1919-

1921, el que preocupado por la democracia obrera consideraba al consejo de fabrica como el

organo principal de unificacion de la clase obrera (ya que demostraba la aptitud politica de la clase,

su capacidad de iniciativa revolucionaria) y la instancia con mayor capacidad de vincular los

sectores mas conscientes de la clase con los menos conscientes, de formar a los trabajadores como

productores y de ir preparando la mentalidad de la clase obrera para la autogestion. O sea: el

Gramsci que veia en el consejo de fabrica el modelo del Estado proletario ("celula del nuevo

Estado obrero") y el que desde L' Ordine Nuovo (y guiado por una concepcion prefigurativa de la

lucha) "busco crear un movimiento revolucionario con participacion de las masas, directamente

unido a las necesidades y exigencias cotidianas de la clase trabajadora, situada fuera de la

estructura mediadora de los partidos, los sindicatos y el gobierno local [...]" (Boggs, 1985:55). Mas

alla de que Angelo Tasca acusara a Gramsci de proudhoniano, el proyecto politico-intelectua l de

este ultimo consistia en fundar, por un lado, una concepcion democratica de la dictadura del

defender y perpetuar sus monopolios económicos. Bien lejos de impulsar la emancipación,

continuarán oponiendo los mayores obstáculos posibles. La conquista del poder político es, en

consecuencia, el primer deber de la clase obrera [...]". Ver: Marx, Carlos, "Manifiesto Inaugural de la

Asociación Internacional de los Trabajadores". En: AA.VV., op. cit., p. 51.

50 Ver: Benencio, Luis, "Prólogo". En: Díaz, Rubén, Esos claroscuros del alma. Los obreros navales

en la década del '70, Buenos Aires, El Sueñero, 1999, p. 6.

51 Diethard Behrens distingue cinco fracciones en la oposición de izquierda: "1. Los "jóvenes", el

anarquismo alemán de fin du siècle, el anarcosindicalismo. 2. Los sindicalistas. 3. La fracción "Rosa

Luxemburgo". 4. Intelectuales radicales: Julián Borchardt, Heinrich Laufenberg, Karl Liebknecht, Franz

Pfenfert, Fritz Wolfeim. 5. Los "radicales de Bremen": Pannekoek, Knief [...]". Ver: Behrens Diethard, op.

cit., p. 48.

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proletariado (trabajada por la nocion de hegemonia) y, por el otro, la complementariedad de la

tradicion bolchevique con el debilitamiento del Estado. Proyecto que tambien, de alguna manera y

en algun momento, supo abrigar Lenin. En una linea similar a los hombres de L' Ordine Nuovo, se

situaba el aleman Karl Schroder, quien veia en la organizacion de los consejos obreros la

superacion de las formas de organizacion centralistas y burocraticas de los partidos de izquierda,

del Estado y del capitalismo.

Para ilustrar un poco, cabe recordar que hacia el ano 1916, los obreros metalurgicos de algunas

ciudades del norte de Italia (Turin principalmente) lograron el reconocimiento de comisiones

internas electivas. Una sucesion de huelgas con ocupacion de fabricas llevo a que esos organismos

asumieran la forma de consejos de fabricas con una propension a la autogestion, que se puso en

practica cuando los patrones decidieron cerrar los establecimientos. Los obreros ocuparon las

fabricas y continuaron con la produccion, defendiendolas con las armas en la mano. En el contexto

de esas luchas, siempre objeto de represion sangrienta, aprecio L' Ordine Nuovo, el primero de

mayo de 1919, dirigida por Antonio Gramsci. Su primer manifiesto fue firmado por socialistas

revolucionarios y anarcosindicalistas . El mismo ano, Alemania, mas precisamente en la "Comuna

de Munich", se intento un camino al socialismo alternativo al ruso, sostenido en la actividad

"autonoma" de las personas y los grupos.

Por supuesto, no nos podemos olvidar de Anton Pannekoek, impulsor de la idea del autogobierno,

quien contrapuso el comunismo de los consejos obreros (aparatos de gestion no basados en las

personas sino en el trabajo) al comunismo parlamentario. El holandes formulo una teoria de la

accion de masas como medio de autoeducacion, partiendo de una certeza: la solucion practica de

todas las contradicciones se encuentra en la lucha revolucionaria. Ademas, aporto un principio de

gran vigencia, el que plantea que las condiciones de la transformacion revolucionaria se encuentran

en germen dentro de la accion cotidiana.

Pannekoek, al igual que Gramsci, veia en los consejos obreros una organizacion estatal sin

burocracia que podia convertir al Estado en una "fuerza externa" y dirigirla. Los consejos aparecian

como la realizacion de la "administracion de las cosas", pero, sobre todo, de la unidad entre teoria y

practica. Los consejos podian prescindir, y de hecho reemplazaban, a los instrumentos

complementarios de la dominacion burguesa: los burocratas y los politicos de carrera. Cabe

destacar la similitud de estos planteos con los de las organizaciones populares que en Argentina

vienen proponiendo como ejes rectores la autonomia y la horizontalidad. Mas alla del rescate de lo

esencial de la forma consejo, estamos de acuerdo con la afirmacion de Mike Roke: "Los marxistas

contemporaneos no deben 'fetichizar' la experiencia de los consejos en un modo atemporal para el

cambio revolucionario, ni deben aceptar de manera acritica los prejuicios antipartidarios o las

posiciones ultraconsejistas (por ejemplo Ruhle), hechos que pueden relegar a los revolucionarios a

una posicion de voyeurismo intelectual" .52

Gyorgy Lukacs rescataba a los consejos obreros como "contragobierno" . Inadaptables al dominio

burgues (a diferencia de otros organos de la lucha de clases), contendientes implacables de este,

dada su condicion de posible aparato estatal (el Estado convertido en arma en la lucha de clase del

proletariado) . Pero Lukacs, a diferencia de los socialistas "consejistas" , no concebia los consejos

como organizacion permanente, llamados a reemplazar el partido y el sindicato. Para el esta postura

partia de no reconocer la diferencia entre una situacion revolucionaria (donde el consejo cumple un

papel clave) y una no revolucionaria.

Tampoco podemos soslayar a Rosa Luxemburgo y su busqueda de una forma popular consciente,

sus criticas al ultracentralismo y su apuesta al "autocentralismo de las masas", a Wilhelm Reich y

su aporte desde la psicologia a la valoracion del poder material de la ideologia y las subjetividades;

de algunos planteos de la "oposicion obrera" (Alexandra Kollantai, David Riazanov, entre otros)

que en plena Rusia revolucionaria defendieron la libertad de iniciativa y organizacion para los

52 Ver: Rooke, Mike, "La dialéctica del trabajo y la emancipación humana". En: Bonefeld, Werner y

Tischler, Sergio, op. cit., p. 137.

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sindicatos y exigieron la abolicion de la dictadura partidaria, a la que quisieron reemplazar por el

autogobierno de las masas.

Tambien debemos tener en cuenta las distintas experiencias de autogestion, control obrero, etc. Por

ejemplo, seria importante tener presente el "Decreto de colectivizacion y control de la Industria y el

Comercio en Cataluna", dictado por el gobierno republicano espanol en 1936; los casos yugoslavo

y argelino; las experiencias de las "fraternidades" impulsadas por la Federacion Anarquista Iberica

que planteaban un vinculo original entre masas–vanguardias, movimiento–institucion; el caso de la

fabrica de relojes "Lip", en Francia, en 1973, una experiencia autogestionaria y antiburocratica para

nada ajena a los efectos de mayo de 1968.

En la historia del movimiento popular en la Argentina, los "desplazamientos" de lo social a lo

politico y de lo politico a lo social, por agotamiento de la productividad o por la inviabilidad o

saturacion de una estrategia, han sido muy comunes. Podemos remitirnos a la ultima decada del

siglo XIX, cuando los primeros socialistas fallaron en la construccion de federaciones obreras y se

abocaron a la construccion partidaria y a la cooptacion de intelectuales que veian en los

movimientos sociales un espacio alternativo para una politica alternativa.

Entre 1890 y 1894 los anarquistas antiorganizadores tuvieron cierto protagonismo en la

conflictividad (su publicacion mas celebre, El Perseguido, llego a tirar mas de 4.000 ejemplares).

No precisamente por su antipoliticismo y por su antiestatismo, sino por su inclinacion a la

formacion de "grupos de afinidad" (por nacionalidades y no por vinculos sociales mas amplios) y

por su rechazo a la participacion en organizaciones obreras y en conflictos parciales; lograron una

fugaz preponderancia, pero, eso mismo los precipito en la decadencia cuando cambio el escenario.

Nuevas tendencias dentro del anarquismo, las que proponian un discurso de la clase y de los

oprimidos e insistian en la necesidad de la organizacion, dominaron el panorama hasta el

Centenario. El antipoliticismo y el antiestatismo se adecuaban al tipo de Estado al que se oponian.

La accion directa fue la mas eficaz frente a la intransigencia, la represion y el fraude electoral del

Estado oligarquico y la burguesia agraria terrateniente. Pero, ellos tampoco supieron actualizar su

estrategia frente a los cambios en la politica estatal a partir de la ley Saenz Pena de 1912.

Persistieron en el principismo, el autismo y en los viejos metodos, lo que afecto su arraigo popular.

Avanzando desde nuestra historia se impone el rescate de la figura de Enrique del Valle Iberlucea,

senador por el Partido Socialista, quien en el ano 1920 propuso al Senado de la Nacion un proyecto

para la creacion de un Consejo Economico del Trabajo con la participacion de organizaciones de

tecnicos y cientificos, cooperativas, institutos de ensenanza y, principalmente, trabajadores. Lo

medular del proyecto consistia en contrarrestar y eliminar los fundamentos capitalistas del Estado a

traves del control de las empresas de servicios publicos y de la explotacion y colonizacion de las

tierras publicas por parte de los trabajadores. No planteaba la nacionalizacion, sino la socializacion

y la organizacion colectiva de la produccion. Las atribuciones del Consejo no se limitaban a

aspectos tecnicos, sino que debia hacerse cargo de la gestion de la produccion. Poco despues de

presentar el proyecto Del Valle Iberlucea fue desaforado, acusado de sedicion.

Principios similares a los de Del Valle Iberlucea orientaron la propuesta que, en 1932, el diputado

socialista Romulo Bogliolo presento a la Camara Baja. Esta consistia en la creacion de una

Comision de Planes Economicos (COPLAN). En general, se ha destacado el aporte de Bogliolo a la

formulacion de una teoria de la transicion socialista para Argentina basada en la planificacion y en

la autogestion.

En el marco de las embestidas reales contra el capital y las experiencias concretas de los

trabajadores, y por fuera de toda ilusion institucional, no podemos soslayar las experiencias del

sindicalismo "clasista", de las propuestas de poder obrero y accion autonoma de la clase, del

socialismo de base y de lo que se conocio como "alternativismo", en el contexto de la izquierda

peronista de los anos 70. En esos anos, algunas organizaciones como las Fuerzas Armadas

Peronistas y el Peronismo de Base (FAP-PB), entre otras, a partir de una critica al foquismo,

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redefinieron el rol de la organizacion revolucionaria a la que pasaron a concebir como una

herramienta al servicio de las luchas de los trabajadores y de sus organizaciones. Plantearon la

"hegemonia" de la clase obrera a traves del desarrollo de las organizaciones populares autonomas.

De esa manera, comenzaron a medir el avance revolucionario tomando en cuenta principalmente

los niveles de conciencia y organizacion de la clase obrera y los sectores populares y no a partir del

crecimiento del partido o del grado de adopcion de su linea. Esa linea cuasi "luxemburguista" tuvo

como representante a Raimundo Villaflor.

A partir de 1973 esta concepcion, que entroncaba con algunas vertientes trotskistas, comenzo a

llevarse a la practica y tuvo su apogeo en los anos 74-75 con el desarrollo de las agrupaciones

independientes de fabrica y las coordinadoras de gremios en lucha que asumieron un perfil

nitidamente antiburocratico y antipatronal. Este movimiento, surgido de las bases enfrentadas con

las modalidades y objetivos del sindicalismo tradicional, con desarrollo en Capital Federal y la

zona Norte y Sur del Gran Buenos Aires, excedia la lucha economica y llego a asumir objetivos

que planteaban una lucha politica, a la vez que mostraban la confianza de los trabajadores en sus

propias fuerzas. Fue esta una experiencia de lucha, organizacion y desarrollo de democracia obrera

que llego a niveles muy altos de confrontacion con el sistema. Un hito en las luchas populares

argentinas, antecedentes de las luchas actuales en tanto conformaron organismos de lucha

independientes y dieron muestras de capacidad de invencion social. El marco que hizo factible esta

confluencia fue el agotamiento del viejo keynesianismo y de la politica populista. En muchos

casos, las "tendencias de clase" o las propuestas de "poder obrero" provenian de una experiencia

peronista (por ejemplo el caso de la FOTIA), lo que a su vez mostraba las dificultades de la

burocracia sindical y de la burguesia para recomponer su hegemonia y la gobernabilidad capitalista.

Con relacion a la experiencia previa del "clasismo", en particular el caso de SITRAC-SITRAM, en

la provincia de Cordoba a comienzos de la decada del 70, Carlos Masera senalaba: "nosotros

eramos independientes de los partidos, pero eramos politicos, queriamos participar y entender la

politica, no nos queriamos inhibir de ella, la intencion de asumir el clasismo era asumir que eramos

la clase dominada y que queriamos defender los intereses de esa clase. Y a lo largo de las

discusiones con intelectuales se fue profundizando la idea del clasismo [...]" (Licht, 2004:103).

Esta maravillosa experiencia de la clase obrera, que hoy no dudariamos en designar como

constructora de "autonomia" y de caminos propios, fue acompanada de altas dosis de soberbia,

sectarismo y purismo. Cayo en un obrerismo revolucionario. Por ejemplo, el SITRAC-SITRAM se

nego a formar un frente con otros sectores del campo popular (una iniciativa de Agustin Tosco que

fue desoida), dejando de lado cualquier consideracion estrategica (Tosco decia, en relacion a la

experiencia del SITRAC-SITRAM que pocas veces habia visto tanto sectarismo, tanto

engreimiento y falta de humildad y sencillez proletaria); lo que puede verse como contradictorio

con su aporte innegable al desarrollo de una autentica democracia sindical en la fabricas. Hoy, por

ejemplo, en el movimiento piquetero, es dificil contemplar estrategias de unidad con la clase obrera

y con otros sectores populares.

Una de las tensiones que podemos detectar en un sector del movimiento popular de la Argentina es

la que se plantea entre los grupos que pretenden vincular la accion reivindicativa y la politica y los

que parten del principio antipolitico y antiestatal. Como vimos, un conflicto similar dividio a la

izquierda argentina a principios del siglo XX. Por otra parte, las reformas "desde arriba" siempre

generaron contratiempos para las organizaciones e instituciones populares. Por lo general, estas

reformas, se traducen en el seno del pueblo en lineas que, por un lado, pretenden prestar apoyo al

Estado (que va de la integracion lisa y llana al apoyo critico) y, por el otro, las que se oponen a

cualquier iniciativa del mismo.

Tomemos un caso actual. Algunos sectores del movimiento piquetero, debiles y sometidos a las

presiones e influencias de las clases dominantes, tienden al mantenimiento de la intransigencia

social y a la construccion de barreras de clase. En otros tiempos, el reduccionismo de clase, mas

alla de imponerle limites estrictos, pudo servirle al movimiento obrero para consolidarse como

grupo de presion, esto es, corporativamente. Para el movimiento piquetero este reduccionismo, y

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cualquier forma de corporativismo, es directamente suicida. Como grupo de presion en el seno de

la sociedad burguesa al movimiento piquetero le queda muy poco oxigeno. Aunque suene

descomunal, la unica posibilidad del movimiento (en funcion de un proyecto emancipador) pasa

por el desarrollo de una voluntad hegemonica de las clases subalternas en marcos amplios, en el

conjunto de las clases explotadas (en terminos de bloque historico, no de alianza de clases).

Creemos que se deben fomentar las aspiraciones hegemonicas que son la antitesis exacta del

corporativismo. Se deben trazar perspectivas sociales globales. El corporativismo reproduce las

condiciones de subalternidad. El potencial transformador de las clases subalternas se alimenta de la

capacidad articulatoria y no del reduccionismo de sus intereses especificos que es pan para hoy y

hambre para manana. Los trabajadores desocupados deben constituirse como parte de un sistema

hegemonico de base nacional. Lo que no significa depositar en ellos exclusivamente la

responsabilidad del impulso inicial para la construccion de tal sistema.

Un balance historico de estas experiencias nos puede servir para corroborar tanto el anacronismo de

las antiguas soluciones estrategicas (economicismo, anarquismo espontaneista y jacobinismoleninism o)

como para identificar las distintas formas de su reedicion y buscar caminos alternativos.

Las experiencias mencionadas, en lineas generales, tuvieron la virtud de exceder los limites

impuestos por la ortodoxia "revolucionaria" de sus tiempos respectivos y mostraron que un vinculo

mas elevado entre teoria y practica era posible. Al igual que hace cien anos, lo mas adecuado para

distinguir entre proyectos emancipadores no es el objetivo sino los medios que involucran tanto a

las formas de construccion como a los organos del poder popular.

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Excursus

"Si todas sus decisiones en materia de táctica obedecen a este principio: no tratar de crecer

como organización específica sino contribuir en la maduración de los trabajadores, entonces,

si esto es así, seguirá el buen camino."

Antón Pannekoek

"Si había esperanzas, estaba en los proles"

George Orwell

1

Nuestro enfoque se desliza sobre el filo de una navaja. Ha tratado de apartarse tanto de la posicion

antiestatalista como de la pro estatal. Proponemos un debate en dos frentes. Cuestionamos el

estatalismo clasico de la izquierda pero desde un lugar distinto que no niega al Estado. No estamos

de acuerdo con el antiestalismo que no quiere ir mas alla de las situaciones, el antiestalismo que

ante el temor a que el "exceso" conduzca al "leninismo" y a la anulacion de la democracia, alienta

la paralisis y termina prisionero de las logicas del neoliberalismo. En este sentido, consideramos

que se puede elaborar un discurso critico a la representacion, a la nocion de externalidad de la

conciencia, al vanguardismo, y a toda filosofia basada en metadogmas desde un campo

especificamente marxista y politico.

Ante la vision que reduce la explicacion del fracaso de las revoluciones del siglo XX a una cuestion

ideologica mas que historica (el "estatalismo") se han desempolvado argumentos tradicionales y

todo el arsenal folklorico de la izquierda: algunos tratan de explicar este fracaso, ya no a traves de

la centralidad que asumio el Estado en el marco de las estrategias revolucionarias, sino partiendo

del estalinismo. Esto significa que, para algunos, el problema de la revolucion se reduce al papel de

Stalin como artifice exclusivo del proceso de burocratizacion. Ademas, este tipo de argumento

tiende a asociar y a identificar el proceso revolucionario mundial al destino de la revolucion rusa.

Otras versiones mas matizadas consideran que la burocratizacion es un fenomeno que no se puede

explicar a partir de la "traicion" de Stalin, pero no dejan de considerar otras figuras supuestamente

libres de todo pecado, hereticas y derrotadas, (.o hereticas por derrotadas?) como potenciales

antidotos. Debemos asumir que no fueron exclusivamente las aberraciones del stalinismo las que

afectaron las posibilidades de arraigo de la idea socialista en las masas. Por ultimo, y en directa

relacion con las dos visiones anteriores, estan quienes le achacan todos los males al caracter

"nacional" de las revoluciones socialistas triunfantes en el siglo XX.

2

Engels, en 1888, con la pretension de asestar un nuevo golpe a la filosofia clasica alemana, afirmaba

que los hombres siempre actuan dotados de conciencia. Para Engels nada acontecia sin fines e

intenciones, el reconocimiento de los "agentes espirituales" en la historia era una actitud consecuente

con los principios dialecticos, la clave de la rigurosidad pasaba por la busqueda y el analisis de los

factores determinantes de esos agentes. Pero esta concepcion tenia limites claros. Engels, por un

lado, reconocia la existencia e incidencia de agentes subjetivos en la historia, sin embargo, por el

otro, los veia como "determinados" (sin duda por factores materiales), es decir: le niega a los

elementos subjetivos el caracter de "factores determinantes" .

Marx habia avanzado aun mas en la Tesis I sobre Feuerbach: "La falla fundamental de todo el

materialismo precedente (incluyendo el de Feuerbach) reside en que solo capta la cosa (gegenstand),

la realidad, lo sensible, bajo la forma de objeto (objekt) o de la contemplacion (anschauung), no

como actividad humana sensorial, como practica; no de un modo subjetivo [...]" (Marx y Engels,

1985:665-666) . Por lo menos, en este pasaje la dicotomia objetivo–subjetivo aparece resuelta por la

categoria de praxis.

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Los procesos revolucionarios conjugan dialecticamente dos esferas: la del ser y la del deber ser. En

terminos hegelianos lo subjetivo siempre se corresponde con esta ultima esfera. Negarla implicaria

atribuirle a la historia un sentido predeterminado, pensarla como un concepto abstracto fuera del

hombre que la hace. Jean Paul Sartre decia que el problema no consiste en conocer el fin de la

historia sino en asignarle uno. Las revoluciones, sin duda, surgen de la desesperacion, pero tambien 

y basicamente de la esperanza.

Desde un analisis de las "condiciones objetivas" basado en la "doctrina" y no en la consideracion de

los hechos, la realidad se convierte en un epifenomeno de la teoria y se produce una recaida

subjetivista. En segundo lugar, existe cierta tendencia a considerar los factores objetivos y subjetivos

como terminos absolutos. Desde esta perspectiva, cualquier fenomeno de conciencia se liga a la

subjetividad y cualquier fenomeno del plano estructural se liga a lo objetivo. Se corren asi dos

riesgos: 1) se pueden asumir posturas deterministas y derivar mecanicamente consecuencias

ideologicas de cambios materiales y 2) se pueden asumir posturas voluntaristas reduciendo la

realidad a los estados del sujeto.

Lenin definia las condiciones objetivamente revolucionarias con una formula bastante sencilla: crisis

arriba y presion abajo. Ahora bien, para que exista esta presion abajo .no son necesarios ciertos

hechos de conciencia?, .no es necesario que se genere una identidad colectiva, una practica social y

politica alternativa y una nueva vision del mundo?

Sostenemos el rol preponderante de los hechos de conciencia en los procesos de cambio, pero no

queremos caer en la actitud tajante de colocarlos sin mas en el plano de lo "subjetivo" en terminos

absolutos. Los hechos de conciencia, las representaciones de la realidad .no se convierten en datos

objetivos cuando se tornan homogeneos y masivos? .Acaso no es la ideologia, segun Marx y

Gramsci, la esfera donde los sujetos toman conciencia de los conflictos de las estructuras?

3

La utopia en el marco del pensamiento politico de los 90 se convirtio en el objeto desestimable por

antonomasia. Relegada al campo de lo inexistente y colocada en los lindes del delirio, vivio su peor

tiempo (prolegomenos de lo que resulto ser una renovada vitalidad). El naturalismo social y realista

de los sectores dominantes que con su estupido optimismo quiere hacernos creer que habitamos el

mejor de los mundos posibles niega a la utopia porque vive su dominio como realizacion.

Para otros la reivindicacion de la utopia constituye la actitud defensiva de algunos intelectuales que

desesperadamente intentaron contrarrestar el cinismo de las justificaciones del estalinismo y la

socialdemocracia (Vazeilles, 1992): "Es obvio que dicha reivindicacion fue adoptada como un

sostén anímico para el pensamiento crítico (italicas nuestras) pero al precio de desligarse de la

confianza de ser un anticipo de la realidad futura" (ibíd.:12). Se contrapone asi utopia a praxis. La

utopia aparece como el refugio del intelectual marginal (al margen del movimiento real) o como el

lugar etico de la inoperancia.

Los primeros criticos del "utopismo" fueron Marx y Engels. Veian en este una consecuencia de la

falta de desarrollo capitalista. Las diversas construcciones utopicas eran el resultado de una epoca

sin industrias y sin clase obrera. La explicacion tendia a la justificacion de las primeras propuestas

de ese tipo. El posterior desarrollo del capitalismo hizo que los clasicos diferenciaran entre utopistas

buenos y nocivos. Pero lo que Marx y Engels hicieron en realidad fue criticar al "socialismo

utopico" y no la idea del espacio propiamente utopico.

Ernst Bloch senalaba que el marxismo no era ajeno a la idea de lo realizable o de lo esperable en

virtud del proceso ya que en el subsistia un espacio fronterizo mesianico (el "reino") en la forma de

lo utopico total. El utopismo "reflexivo" de Bloch propone anticipar a partir del reconocimiento

consciente de la tendencia objetiva. Anticipar psicologicamente la realidad posible oponiendose

tanto a la mera ilusion como al automatismo objetivista que concibe al capitalista como la

personificacion del capital abstracto.

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Por su parte, Frederic Jameson plantea un "espacio revolucionario emergente" situado fuera del

mundo politico, social y geografico "real", pero en concordancia con una prefiguracion en pequena

escala de la transformacion revolucionaria del mundo real. La utopia como sueno de un sistema

verdadero, justo y agradable, no es ajena a la historia. Porque el mito que se proyecta al futuro, el

arquetipo de la edad de oro o la sociedad de la sabia organizacion social esta siempre determinado

por el presente.

Mas alla de la critica a las construcciones concretas de los "socialistas utopicos", en la mayoria de

los casos harto falibles y simplistas, la critica marxista partia de la concepcion del socialismo como

destino inevitable, resultado de la evolucion historica. En el marco de la concepcion del socialismo

como producto de la evolucion del sistema capitalista y del desarrollo de sus contradicciones

inherentes, la utopia, malentendida como fantasia o construccion abstracta y ajena a la historia, tenia

poco que hacer.

Ahora bien, en reiteradas ocasiones la izquierda renego del pensamiento utópico para asumir una

matriz de pensamiento que podriamos denominar escatológica.53 El pensamiento escatológico hace

referencia a un tiempo perfecto e ineludible. Esta estrechamente ligado a la categoria de redención.

La redencion implica la presencia activa de un agente privilegiado, el agente encargado de redimir:

Dios (agente celeste), el partido o el mercado (agentes terrestres). El socialismo real como forma le

propuso a la humanidad estados terminados garantes de convivencia armonicas, precisamente lo que

el socialismo cientifico supo cuestionarle al socialismo utopico.

Como contrapartida el pensamiento utopico se basa en el planteo de espacios perfectibles. No se

puede asociar a la categoria de redencion sino a la de construccion (que hace referencia a una obra

que necesariamente debe ser colectiva). Desde una matriz de pensamiento escatologica el tiempo

perfecto es un destino obligado, hay caminos ya trazados y la meta tiene un fatal poder de atraccion

que anula la iniciativa de los individuos. El pensamiento utopico, aun encauzando las acciones (las

luchas) hacia un horizonte trascendente o metapolitico, no desestima la creatividad de los sujetos (las

clases subalternas) y sus esquemas organizativos- participativos cotidianos, es mas, contribuye a

potenciarlos. La utopia se resiste al socialismo "desde arriba". Rompe con la relacion medios-fines.

El pensamiento utopico se funda en una idea de la revolucion que tiende siempre a satisfacer

situaciones cambiantes y no conceptos rigidos.

La tarea politica que el pensamiento utopico nos impone categoricamente consiste en abandonar la

busqueda de "otros mundos" y convertir a este en el objeto unico de nuestro deseo. Martin Buber

citaba a un Engels que suele pasar inadvertido: "la utopia surge cuando uno se atreve, a base de una

situación existente, a trazar de antemano (italicas nuestras) la forma en que puede resolverse tal o

cual antagonismo de la sociedad existente" (Buber, 1987). Pero, posiblemente, el mero trazo de esa

forma "de antemano" sea insuficiente y haya que caminar imaginando. La utopia es ese trayecto de

un anclaje a otro que lo supera. Lo supieron Bolivar, San Martin y el Che, ejemplos de accion

espoleada por la Utopia.

4

Debemos tener mucho cuidado con las politicas de los "espacios fijos" muy de moda. Entre otras

cosas porque esta politica es autorreferencial, no se piensa en funcion de mas de un sujeto y

muchas veces elude la dicotomia nosotros-ellos (en la generalidad de los casos el "ellos" aparece

difuso) y, por lo tanto, no puede pensar una estrategia. La autonomia se termina confundiendo con

el autismo. Algunas versiones de la critica radical de la "representacion" pueden favorecer el

desarrollo de formas de autorreferencialida d en las organizaciones del campo popular y el

repliegue sobre si mismas. Se idealiza la propia construccion (de base) y esta ingresa en un

53 El término escatológico hace referencia a las distintas concepciones de la vida ultraterrena. .. y también

al excremento.

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proceso de autoneutralizacion politica, ademas de vaciarla ideologicamente y aislarla socialmente,

lo que lleva al fraccionamiento. Asi se separa la tactica de la estrategia, la reivindicacion especifica

del proyecto de transformacion mas amplio, al objeto del sujeto. Vemos, con cierto panico, como

en el campo popular se reeditan las formas del "sindicalismo puro" (que en sus distintas

expresiones busco consolidar un poder economico social al margen de cualquier connotacion

politica) y del lenguaje del "participacionismo" en la Argentina durante las decadas del 60 y el 70,

que proponia convertir a la CGT en un "poder autonomo" de la estructura capitalista, pero para

complementarla (hacer lo que el capitalismo no hace). Se trata de un camino no apto para la

unidad.

Por otro lado, tambien suele ser comun la confusion entre los intereses inmediatos de la vida

cotidiana, las simples estrategias de superviviencia y los sistemas sociales.

El todo es distinto a la suma de las partes, pero este esta presente en la parte. Sin duda, que la

alteracion de una parte afecta al todo, pero no lo cambia. Entonces, el todo se encarga de la parte

discola. Porque la parte esta mediada por el todo en sus relaciones con las otras partes. Hay que

trabajar en la parte, pero sobre todo en sus mediaciones articuladas con la totalidad (y tambien en el

todo). Situar es determinar el lugar real del objeto considerando el proceso total. La experiencia

critica se hace al interior de la totalidad.

5

El desarrollo de las organizaciones populares de base, el sindicalismo combativo no excluyen la

necesidad de una organizacion politica, revolucionaria y anticapitalista. De cara a un proceso de

cambio social son necesarias las instancias politicas "extraordinarias", como momento y no como

exteriorizacion fija y especializada en el ejercicio del poder. La politica revolucionaria debe

potenciar y jerarquizar las luchas sociales y tambien las "culturales". Creemos que hay que

construir multiples herramientas pero incontaminadas de tentaciones jesuitas, jacobinas, de la

nocion de "razon de Estado" y del taylorismo. Debemos apostar a un proceso de constitucion de los

sectores populares en fuerza politica, "reinventar" lo politico desde lo social, recomponer

politicamente el campo popular, ir mas alla de la reestructuracion de las articulaciones sociales mas

esenciales que se vienen produciendo, es decir: exceder los procesos de reconstruccion de los

vinculos sociales, superar la etapa del grupo-refugio. Las organizaciones populares que pujan por

instituir un orden reproductivo social alternativo conforman el poder "material". La herramienta

politica, por ende, debe estar subordinada en cuanto a su tarea historica, a diferencia de lo que

ocurria y ocurre con los partidos tradicionales de la izquierda (parlamentaristas por vocacion o en

los hechos, aunque algunos piensen el cambio desde logicas insurreccionales) , donde las decisiones

en materia de tactica le adjudican a las masas un papel secundario y la direccion efectiva recae en

los "politicos" o en los "cuadros", personalidades individuales o castas.

La concepcion estatalista del poder concibe al cambio revolucionario como la sucesion de fases que

se engendran unas a otras. El poder politico aparece como la primera fase que permite el

desenvolvimiento de las otras: la expropiacion de la clase capitalista, la reorganizacion del proceso

de produccion, la creacion del hombre y la mujer nuevos...

Necesitamos una herramienta politica que sea el fruto de la construccion de un conjunto de

organizaciones populares que no resignan su autonomia en el acto de creacion de la misma. Es

imprescindible que sea asumida como punto ecumenico de confluencia del conjunto de las fuerzas

transformadoras, especialmente de las experiencias de masas de proyeccion socialista y, por lo

tanto, caracterizadas por formas de construccion democratica. Esta herramienta sera una realidad

solo si las organizaciones populares logran diferenciar los diferentes espacios de confrontacion con

el poder y sus logicas especificas, si asumen que no hace falta fundir (u homogeneizar) las distintas

identidades organizativas y culturales, si reconocen en la esfera politica un espacio diferenciado y

necesario de accion.

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Concebimos esa herramienta como un organo dirigente unificador y subordinado en el contexto de

un movimiento de masas, como una totalidad no cerrada en la que cada fragmento aporte sus

particularismos, sus modos originales, sus formas de resolver problemas; como un espacio de

totalizacion y de sintesis de un conjunto heterogeneo de practicas anticapitalistas,

contrahegemonicas, solidarias y de proyeccion socialista. Por supuesto, somos conscientes de los

riesgos. La cristalizacion de las formas puede llevar a que la herramienta abjure de su condicion

instrumental y limitada y fabrique otra "maquina" alimentada por la sobrestimacion de su

"eficacia". Asi, los cambios pasan a concebirse como resultado de las intervenciones especializadas

de una vanguardia. Tambien el impulso totalizador puede llevar a la homogeneizacion y a la

uniformidad que rechazamos y que es tipica de las herramientas del antiguo regimen

emancipatorio. Evidentemente, la tension entre la homogeneizacion y la diversificacion no es

nueva. Para evitar que se salde a favor de la primera y en forma compulsiva habra que instituir y

auspiciar formas saludables de separacion y no las que utiliza el capital (como la desigualdad, la

dictadura o el imperialismo) .

Aspiramos a la construccion de un movimiento politico que sea parte de la cultura: que la politica

sea un momento destacado de la practica social y cotidiana de nuestro pueblo, un componente del

imaginario popular, de los mitos, de sus ceremonias. La "autonomia" de este momento (que hay

que revalorizar) exige determinadas mediaciones pero no implica necesariamente la

monopolizacion de la politica por parte de un partido o instancia similar.

Lo importante es asignarle a esta herramienta un lugar no central (excentrico) en el marco de una

estrategia de poder popular. Un lugar, sin duda, muy distinto al que suele ocupar en el marco de las

estrategias de tipo leninista.

6

Desde algunas posiciones cercanas al anarquismo se concibe el presente opresivo y el futuro

igualitario como temporalidades absolutamente contrapuestas y desconectadas. De este modo, sin un

detenimiento en los nexos -precisamente donde radican todas las contradicciones y todas las

encrucijadas del proceso emancipador- se puede mantener la castidad ideologica sin correr riesgos ni

embarrarse los pies. Ausente la nocion de transicion y la posibilidad de toda transaccion con la

realidad (y por ende, ausente la politica) no puede haber intervenciones tendientes a crear "las

condiciones para". El culto a las formas puras, el fervor abolicionista, alimenta la intolerancia frente

a la necesariamente lenta degradacion del Estado y sus instituciones.

Distinta es la posicion de algunos autonomistas que han demostrado una preocupacion por los nexos.

Pero, de cara a una transicion, han depositado sus expectativas en el desarrollo de un conjunto de

organizaciones "autonomas", portadoras de los embriones de la nueva sociedad. La degradacion del

sistema se ve como el resultado de la expansion de estas formas puras. Una especie de proceso

gradual de cercamiento y sustitucion donde las comunidades construyen vinculos sociales

incompatibles con el capital y al que tambien contribuyen los actos de rebeldia (en un sentido muy

amplio) de los individuos aislados, manteniendose –otra vez- ese ideal de pureza inmaculada. Se

deja de lado el problema de la adaptacion, la asimilacion, el aislamiento social, el agotamiento y los

condicionamientos que impone la logica del capital. Se pone en juego asi la existencia misma de

esas organizaciones y el desarrollo de su real potencialidad. Se ignora que la fuerza social de los

trabajadores y del pueblo no se afinca en el reduccionismo de sus intereses particulares, sino, por el

contrario, en su capacidad articulatoria y en sus facultades para atravesar el territorio de la cultura y

la politica. Si aparece aqui la cuestion de la transicion (poco traumatica: nosotros atendemos nuestro

juego, ellos el suyo), pero sigue ausente la politica. En esta perspectiva la lucha de clases no se

concibe como una lucha entre sistemas de hegemonia.

Por cierto, el nexo entre el presente opresivo y el futuro igualitario que proponen no es muy original.

En esto Negri y Holloway se acercan a Berstein, el "contrapoder" y el "antipoder" a las ilusiones del

cooperativismo decimononico.

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7

Negar el valor estrategico del poder estatal no debe llevar a desecharlo como una cuestion "tactica"

cuya resolucion resulta fundamental, .o acaso el Estado no es un "punto denso" de la concentracion

de poder? Si bien el poder del Estado no es el "objetivo", nos parece un paso necesario, un medio

de la accion emancipadora. No debemos olvidar que existe una "distribucion desigual del poder

estatal" y que el Estado ha sido el principal gestor de las politicas neoliberales, es decir, el Estado

ha intervenido e interviene como dispositivo estrategico de los sectores mas articulados al proceso

de globalizacion. Es evidente la relacion historica entre la concentracion del poder economico en

los organismos centrales del Estado y la centralizacion del poder.

Al pensar los caminos mas adecuados para el desenvolvimiento de la potencialidad de las acciones

colectivas aparece indefectiblemente la cuestion del poder estatal, no se impone como eje principal,

pero si como un aspecto a resolver. La emancipacion (o la autonomia) no pueden pensarse sin

resolver la cuestion del poder estatal. Muchas orientaciones, en perspectiva socialista, solamente

podran desarrollarse una vez resuelta la cuestion del poder estatal. La autogestion, el autogobierno,

sin ir mas lejos. La autonomia debe construirse (y disputarse) en todos los frentes, incluyendo el

Estado. Pero, para lograr que las clases subalternas adquieran posiciones de poder estatal hay que

avanzar todo lo que se pueda en la autogestion y el autogobierno. Toda forma anticipatoria y

prefigurativa resulta fundamental. El proyecto como trascendencia debe ser exteriorizacion de la

inmanencia.

El objetivo es crear un sistema organico nuevo, no tomar el poder. Pero consideramos que lo

primero requerira, en algun momento, resolver la cuestion del poder. O sea, aunque no se trate de

instituir un orden desde el Estado, sino de instituir una presion desde la sociedad, esta presion, por

si misma, no alcanza para resolver la cuestion del poder estatal.

Hemos destacado reiteradamente que nuestro objetivo principal no deberia consistir en tomar el

poder estatal, sino en superar la postura defensiva del trabajo respecto al capital, pero .como

lograrlo sin neutralizar el poder de mando del capital? La creacion de organos de poder por parte de

las clases subalternas no "descompone" automaticamente al Estado. Entonces, hay que construir

desde abajo, desde adentro y desde la raiz misma del sistema del capital. La transicion implica una

dinamica de disputa permanente de dos logicas: la del capital y la de su antagonista. Esa disputa,

que es una disputa por la hegemonia, se da en una miriada de planos.

La logica del Estado burgues y sus instituciones son funcionales a la reproduccion del sistema. Por

eso, el Estado y sus instituciones son un ambito inadecuado para el despliegue del movimiento

emancipatorio. Existen tendencias estructurales a la integracion y a la adaptacion: .como

neutralizar esas tendencias?, .como afectar la conservacion de esas instituciones? , .como

trastocarlas? Sin aventurar respuestas para estos interrogantes, se nos ocurre que un buen punto de

partida podria ser tener en claro que se trata de un terreno "ajeno" y por lo tanto desacomodado

para nuestras metas. Pero, si asumimos el horizonte de la construccion de la hegemonia de las

clases subalternas y en pos de el avanzamos, el "trastocamiento" se torna factible (incluyendo el

trastocamiento del caracter integrativo del Derecho y el campo electoral). Para el devenir del

proceso emancipador puede resultar necesario incursionar en terrenos impropios. Lo determinante

es concebir y decidir en el terreno propio y ejecutar en el ajeno con instrumentos no hipostasiados.

La cuestion principal se reduce al desarrollo de estrategias que favorezcan la creacion de las

condiciones materiales y politicas, las mas adecuadas y aptas, para lograr el debilitamiento real e

indefectiblemente gradual del Estado. Segun Istvan Meszaros, "[...] el 'debilitamiento gradual del

estado' no se refiere a nada misterioso o remoto, sino a un proceso perfectamente tangible que debe

ser iniciado de inmediato en el presente. Eso significa la progresiva readquisicion de los poderes de

toma de decisiones politicas alienados por parte de los individuos en su transicion hacia una

genuina sociedad socialista [...]" (1999:838).

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Las practicas orientadas a la construccion de hegemonia favorecen la formacion de la conciencia

politica de las clases subalternas al superar el sentido comun y desarrollar una critica teoricopractica

de la realidad. La lucha por la construccion de la hegemonia de las clases subalternas es la

lucha por la liberacion nacional, por la construccion de una nacion popular democratica, por el

poder popular. Lo que determina en ultima instancia la calidad de la resolucion de la cuestion del

poder (y seguramente el desarrollo de la experiencia a posteriori) es el caracter de las

construcciones previas.

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