jueves, 13 de noviembre de 2008

Rv: [foro_centenario] Eduardo Ibarra: Gonzalo y los Organismos Generados



--- El jue, 13/11/08, Santiago Ibarra <santiagoibarra05@yahoo.com> escribió:
De: Santiago Ibarra <santiagoibarra05@yahoo.com>
Asunto: [foro_centenario] Eduardo Ibarra: Gonzalo y los Organismos Generados
Para: barricadacontraculturalantipostmodernista@yahoogrupos.com.mx, historiadelperu@yahoogroups.com, chimu@yahoogroups.com, foro_centenario@yahoogroups.com, "Generación Resurgimiento" <generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx>, "us-jcm" <universidad_socialista_jose_carlos_mariategui@yahoogroups.com>, "Nuevo Peru" <nuevo_peru@yahoogrupos.com.mx>
Fecha: jueves, 13 noviembre, 2008 12:21

Gonzalo y los Organismos Generados

 

 

 

I

La reconstitució n del partido tiene dos aspectos consustanciales: la construcción del partido y el trabajo del partido entre las masas. Precisamente el III Pleno del CC de julio de 1973 discutió estas dos cuestiones y, concretamente, consensuó implementar movimientos generados en los diferentes frentes del trabajo de masas. Movimientos generados, pues, no organizaciones propias, es decir, no organismos generados. Pero Gonzalo y su mayoría orgánica forzaron ese consenso hasta imponerlo como acuerdo de implementar organismos generados.

 

Este hecho, sin embargo, no impidió el desarrollo ulterior de la discusión sobre el tema. Prueba de ello es el Plan de Investigación que lleva por título Problemas actuales del trabajo del partido entre las masas, marzo 1974, solicitado en el propio CC para ordenar la discusión. Pues bien, en este Plan de Investigación se planteó que las tres etapas de la historia del partido -lucha por la constitución, lucha por el establecimiento de la BUP , lucha por la reconstitució n- expresan al mismo tiempo tres etapas del trabajo del partido entre las masas, y que, por consiguiente, es necesario asimilar el estilo de trabajo de Mariátegui y el trabajo de masas del partido en la década de 1960 fundamentalmente y, además, la experiencia internacional y especialmente el trabajo del partido bolchevique, de la III Internacional y del PCCH. Y planteó también el mencionado Plan que es necesario preguntarse si hay diferencia entre desarrollar un movimiento propio y forjar una organización propia y en qué situación el movimiento propio se expresa en Principios, Programa y Organización y en qué situación en Línea, Militantes y Coordinación. Y, este es el quid de la cuestión.

 

Pues bien, ahora podemos insistir brevemente en aquello que argumentamos ya en la segunda mitad de los años 1970 y, desde luego, agregar, a la luz de la experiencia, algunos nuevos elementos de juicio de manera tal que resulte posible una crítica más precisa de la experiencia senderista en punto a la cuestión que nos ocupa.

 

II

 

En el período de desarrollo relativamente pacífico del capitalismo, la II Internacional puso el acento en el trabajo legal hasta el punto de que su forma principal de lucha fue la lucha parlamentaria y su forma principal de organización la minoría parlamentaria y, por otro lado, en la formación de centrales.

 

En cambio, el partido bolchevique, que actuó en las condiciones generales del desarrollo catastrófico del capitalismo y en las condiciones particulares de la Rusia autocrática, puso el acento en la construcción del partido y en la coordinación clandestina del trabajo legal y, por lo demás, no organizó centrales. Por supuesto, el partido de Lenin tuvo puntos de apoyo entre las masas antes de la toma del poder, como sindicatos, cooperativas, organizaciones culturales, educativas y de prensa, organizaciones femeninas, uniones de la juventud, fracciones parlamentarias y organizaciones revolucionarias de combate y los mismos soviets (estas dos últimas formas en el momento de la lucha directa por la toma del poder). Pero de todas estas organizaciones solamente unas pocas fueron directamente generadas por el partido en calidad de organizaciones propias (como organizaciones de prensa, minorías parlamentarias y organizaciones revolucionarias de combate). En consecuencia, es claro que el partido bolchevique no implementó organizaciones propias en los distintos frentes del trabajo de masas ni centrales sindicales sino hasta después del triunfo de la revolución. Dicho en otros términos, no construyó un sistema de organizaciones propias antes sino después de la toma del poder.

 

La III Internacional desarrolló el sindicalismo rojo y organizó centrales revolucionarias con secciones internacionales, regionales y nacionales. Pero estas centrales perdieron vigencia en todas las escalas y, así, la III Internacional pasó de la Internacional Sindical Roja, la Internacional de los Campesinos, la Internacional Comunista de Jóvenes, la Internacional del Pensamiento y el Secretariado Femenino Internacional a la política del frente unido antifascista. Por otro lado, la III Internacional promovió seguir el modelo del partido bolchevique, pero muchos partidos cometieron el craso error de seguirlo sin beneficio de inventario.

 

En los primeros años de su actuación, el PCCH organizó una central obrera como fue la Unión de Sindicatos de China. Pero la Primera Guerra Civil Revolucionaria, 1924-1927, demostró la inviabilidad de una central obrera en un proceso de guerra popular y, así, después de la reunión ampliada de Tsunyi, enero 1935, que designó a Mao como cabeza del PCCH, los comunistas chinos no volvieron a organizar ninguna central sino hasta después del triunfo de la revolución. Por otro lado, el PCCH tampoco implementó un sistema de organismos generados ni en el campo ni en la ciudad, y más bien siguió la vía de la coordinación clandestina del trabajo abierto y el trabajo legal.

 

En los años veinte del siglo pasado, Mariátegui desarrolló su acción en las condiciones generales que caracterizaron el oncenio de Leguía y en aquellas particulares de un desarrollo incipiente de la organización clasista de los trabajadores. En estas circunstancias el maestro del proletariado peruano luchó -en el plano del trabajo de masas- por el frente unido sindical de los trabajadores -que se concretó en 1928 con la fundación de la CGTP- y no implementó organizaciones propias en los distintos frentes del trabajo masivo. Tanto en el período anterior a la fundación del Partido Socialista en octubre de 1928 como en el período inmediatamente posterior a este acontecimiento, Mariátegui se limitó a operar con un pequeño grupo de propaganda para impulsar el trabajo de Amauta y Labor y, aun así, solo como núcleo de un conjunto más amplio de intelectuales. Respecto a la organización estudiantil "Grupo Rojo Vanguardia" -que, por su título, parecía una organización roja pero que en realidad era un frente unido- hay que recordar, sencillamente, que el Amauta contribuyó a su formación, pero sin tratar en ningún momento de generalizar su peculiar experiencia. En conclusión, Mariátegui estableció una línea clasista en el movimiento popular, los militantes activaron en las distintas organizaciones de masas existentes y el trabajo de los mismos fue clandestinamente coordinado por el partido.

 

En los años 1960 el partido desarrolló su construcción -ya bajo los Comités Centrales elegidos en la IV y en la V Conferencias Nacionales- en las condiciones de la democracia burguesa desde fines de julio de 1963 hasta el golpe militar de octubre de 1968. En la segunda mitad de esta década disolvió la Juventud Comunista y organizó el Frente Clasista Magisterial (FCM), que existió hasta 1970, y el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (FDPA), que activó hasta principios de los años 1980 y, por último, reorganizó la Confederación Campesina del Perú (CCP), la que activó también hasta este mismo período. Hablando estrictamente, el FCM fue una organización propia, pero el FDPA y la CCP no lo fueron. Y puede decirse que, cumplido su papel, el FCM se transformó en lo que es el SUTEP.

 

III

 

Esta rica experiencia tanto internacional como nacional permite dilucidar el problema de en qué condiciones el movimiento propio se expresa en Principios, Programa y Organización y en qué situación en Línea, Militantes y Coordinación.

 

En términos generales, puede decirse que el partido del proletariado desarrolla su actividad o en las condiciones de una dictadura democrática o en las condiciones de una dictadura abierta o en las condiciones de una dictadura fascista. En el primer caso, mientras el partido acumula fuerzas -y muy especialmente si afronta el problema de remontar una situación de marcado aislamiento con respecto a las masas- puede desarrollar movimientos propios que impliquen Principios, Programa y Organización. Pero en los otros dos casos el partido no puede desarrollar movimientos propios sino bajo la forma de Línea, Militantes y Coordinación, es decir, como movimientos propios emboscados en las diferentes organizaciones de masas existentes.

 

Las razones de esta diferencia son las siguientes. En las condiciones de la dictadura democrática de la burguesía el partido puede y debe utilizar la legalidad vigente y, por tanto, desarrollar movimientos bajo la forma de organizaciones propias. Pero en las condiciones de una dictadura abierta o fascista estas organizaciones son contraproducentes y, por tanto, el partido debe proceder a desarrollar movimientos propios sin una forma organizativa especialmente determinada. Por lo demás, estas dos formas del trabajo masivo del partido -movimientos propios y organizaciones propias- deben ser lo suficientemente flexibles para transformarse recíprocamente de acuerdo a los cambios en la situación concreta.

 

Es necesario, por otro lado, anotar que las organizaciones propias son: 1) organismos conformados por los elementos de las masas directamente ligados al partido, es decir, "organizaciones rojas"; 2) "correas de transmisión" entre el partido y las masas, es decir, palancas para la movilización de estas últimas.

 

Por consiguiente, al mismo tiempo que puntos de apoyo del trabajo del partido entre las masas, las organizaciones propias son también puntos de detección de este trabajo por la policía secreta. Y, obviamente, este es un aspecto de la cuestión que hay que tener muy en cuenta.   

 

En conclusión, es claro que los movimientos propios no pueden tener una forma organizativa especial en cualquier circunstancia antes de la toma del poder. 

 

IV

 

Es evidente, sin embargo, que el partido necesita de "correas de transmisión". Estas "correas de transmisión" son las organizaciones propias pero también lo son las organizaciones de masas surgidas al margen del partido pero dirigidas por él. Como se ha señalado anteriormente, el partido bolchevique tuvo numerosas "correas de transmisión" antes de la toma del poder, pero de la misma manera como hasta 1908 estas "correas de transmisión" fueron en la mayoría de los casos las organizaciones de masas surgidas independientemente de su iniciativa, las numerosas organizaciones legales y semilegales que a partir del mencionado año organizaron los bolcheviques en el movimiento obrero no revistieron tampoco un carácter de organizaciones propias sino en muy contados casos. En consecuencia, puede decirse que en la experiencia histórica del proletariado las organizaciones propias han sido una necesidad relativa antes de la revolución y una necesidad absoluta después de su triunfo.

 

V

 

Por otro lado, hay que tener presente que las organizaciones propias son una táctica para ligar el partido a las masas, táctica que consiste en organizar a los elementos directamente ligados al partido, primero, y, luego, en organizar por su intermedio a las masas del frente de trabajo correspondiente. Por eso, cumplido su papel, las organizaciones propias deben disolverse como tales y sus miembros asimilarse a las organizaciones de masas correspondientes. Cuando no se cumple esto lo que se hace de hecho es absolutizar las organizaciones propias, caer en sectarismo en el terreno de la organización de las masas, abrir una brecha entre las masas propias y las masas populares en general.

 

VI

 

En el documento Bases de discusión se sostiene que Gonzalo "Fundamentó el carácter, contenido y papel de los Organismos Generados aplicando las tesis de Lenin sobre el Partido clandestino y puntos de apoyo del Partido entre las masas, con la experiencia china sobre el trabajo abierto y secreto" (Guerra popular en el Perú. El pensamiento Gonzalo, recopilación y edición de Luis Arce Borja, Bruselas, 1989, t.. 1, p.389).

 

Pero lo expuesto hasta aquí sobre la experiencia nacional e internacional relativa a las organizaciones propias demuestra de un modo incontestable que el jefe senderista tergiversó la concepción leninista de los puntos de apoyo del partido entre las masas. Efectivamente, Gonzalo no hizo la indispensable distinción entre las condiciones de operatividad que posibilitan la construcción de organizaciones propias y aquellas otras que las hacen contraproducentes. Por eso, durante el régimen militar corporativo de Velasco -que, dicho sea de paso, montó su propio trabajo de masas a través de SINAMOS- el senderismo procedió a desarrollar un sistema de organizaciones propias. De este modo su trabajo de masas prácticamente se limitó a los organismos generados, es decir, a las "organizaciones rojas" implementadas; en otras palabras, subestimó el trabajo en las organizaciones de masas existentes. Por lo demás, dos grandes luchas de carácter frenteunionista del pueblo peruano como fueron los paros nacionales de 1977 y 1978 fueron absurdamente calificados por Gonzalo de "paros revisionistas" y, así, abrió una brecha entre su sistema de organismos generados y las amplias masas populares.

 

Pero el jefe senderista tergiversó también la concepción leninista de los puntos de apoyo del partido entre las masas en la medida en que identificó absolutamente el concepto de "punto de apoyo del partido entre las masas" -o "correa de transmisión"- con el de "organismo generado", cuando, como enseña la experiencia bolchevique, las "correas de transmisión" pueden ser también las organizaciones de masas nacidas al margen de la iniciativa partidaria o nacidas a instancias del partido pero sin un carácter de organizaciones propias.

 

Finalmente, Gonzalo silenció el hecho de que el partido bolchevique no organizó un sistema de organizaciones propias que abarcara todos los frentes del trabajo de masas sino hasta después de la toma del poder.

 

Pues bien, en el primer período de su funcionamiento -años 1970- los organismos generados no fueron desmontados por la represión debido a circunstancias completamente fortuitas y, de esta suerte, permitieron al partido salir relativamente del marcado aislamiento con respecto a las masas en que entonces se encontraba. Es necesario recordar, por otro lado, que en el mismo período el jefe senderista planteó la formación de una central obrera, que, como es evidente, nunca construyó. Esto demuestra que no entendió tampoco que si en los tiempos de Mariátegui se justificó la constitución de una central, en el período en que el partido se preparaba para cumplir la tarea principal de la V Conferencia , la constitución de una central obrera no se justificaba en modo alguno.

 

Especialmente importante resulta anotar que, en lugar de que con anterioridad a mayo de 1980 los organismos generados se disolvieran para convertirse en un movimiento emboscado en las diferentes organizaciones de masas existentes, Gonzalo hizo que siguieran existiendo bajo la misma forma en las condiciones de la lucha armada y, de este modo, resultaron convirtiéndose en los principales puntos de detección del trabajo de masas senderista por parte de la policía secreta, que, como es de conocimiento general, terminó desarticulándolos.

 

Si en el decenio 1970 los organismos generados tuvieron los siguientes caracteres: "1) Adheridos a Mariátegui; 2) Organizaciones de masas y 3) Ceñidos al centralismo democrático" (ibidem); en el decenio 1980 dos de estos caracteres fueron cambiados y, así, resultó que los organismos generados: "1) Se guían por el marxismo-leninismo- maoísmo, pensamiento Gonzalo; 2) Se rigen por el centralismo democrático y 3) Sirven a desarrollar la guerra popular" (ibidem, p.391).

 

De este modo no solo se sustituyó la verdad particular por una desorbitada formulación de la verdad universal, sino que, además, se acentuó el carácter de "organizaciones rojas" de los organismos generados, es decir, su condición de organizaciones de comunistas sin-partido.

           

Si en el decenio 1970 el jefe senderista había convertido la táctica de las organizaciones propias en un absoluto, se comprende sin dificultad por qué en el curso de su guerra popular cometió el crasísimo error de pretender construir el frente unido como una simple suma de los organismos generados, o sea, de las "organizaciones rojas" implementadas. El resultado de este egotismo sectario fue que la brecha abierta en la segunda mitad del decenio 1970 se hizo insalvable a fines del decenio 1880 y, así, el proclamado Frente Popular de Liberación se quedó en proclama.

 

Esta realidad reseñada aquí a grandes rasgos, fue, sin duda, otro de los factores que precipitaron el fracaso del proyecto político-militar de Gonzalo.                   

 

 

Eduardo Ibarra

biblioteca9@ hotmail.com

 

11.05.03.




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