*A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO*
Dr. Hugo SALINAS
salinas_hugo@yahoo.com
Teóricamente, las "izquierdas" se han bloqueado en fines del siglo XIX,
para terminar alabando al capitalismo como los social-demócratas, o
realizando luchas defensivas, de carácter violento o "democrático", que no
es otra cosa que aceptar al capitalismo. Al parecer, no hay ningún aire
nuevo que pueda sacudir a las izquierdas de su fatalismo, o de su
convivencia con el capitalismo.
Aparte del Capitalismo de Estado practicado por Lenin, las izquierdas no
han sabido sacar las enseñanzas de este experimento fallido. Se han venido
cometiendo los errores de las "nacionalizaciones" sin comprender la raíz
que genera el capitalismo ni, por supuesto, proponer y practicar la
respuesta pertinente. Ocasiones han existido. Los pueblos han puesto a sus
líderes en los puestos de comando para crear la nueva sociedad y la nueva
economía. Pero ellos han seguido con prácticas erróneas, generadoras de
tantas desilusiones.
En nuestros tiempos es más grave aún. Las izquierdas luchan por alcanzar el
Poder pero, no tienen la menor idea de qué es una Gran Transformación. Por
ello, sus "líderes", se han especializado en los grandes discursos
incendiarios sin contenido. Y no se necesita ser adivino para comprender
por qué ellos terminan apoyando a la derecha. Lo más lamentable es que
terminan vendiendo, no sus ideas porque no las tienen, sino las esperanzas
de un pueblo, a fin de tener un puesto de trabajo aunque sea temporalmente.
Las mayorías lo sienten y los desprecian. Pero ellos mismos, a falta de una
real alternativa, no tienen otro camino que realizar lo que ya nuestros
antepasados practicaban desde hace cientos de años: la lucha defensiva.
Túpac Amaru entregó su vida por, entre otras cosas, eliminar la mita
minera, la alcabala y la libertad de los negros. Cahuide prefiere morir y
no vivir la afrenta de no contar más con sus tierras y sus baluartes.
Atusparia
y Uchcu Pedro pelean hasta la muerte para impedir el incremento de los
tributos, y que los trabajos gratuitos terminen. Ahora, nos dedicamos a
salvar el medio ambiente, exigir un aumento de salarios, mejorar el
transporte… Esto no quiere decir que las luchas defensivas no sean
necesarias pero, es bueno saber que, primero, toda lucha defensiva es la
imploración de una dádiva a quién manda en nuestras vidas y, segundo, los
líderes no son capaces de convertir estas luchas en luchas de
transformación.
Cientos de años de combate con el enemigo, y no hemos comprendido todavía
en donde se encuentra la raíz de nuestros problemas y, por consiguiente, no
hemos encontrado todavía la respuesta correcta a nuestros males. No
solamente faltan líderes honestos, sino con ideas claras y correctas sobre
la Gran Transformación.
Las izquierdas han olvidado ese viejo proverbio que dice: *A Dios rogando y
con el mazo dando*. Nuestros ancestros eran mucho más sabios que nuestros
"líderes" presentes. En tiempos de un escaso desarrollo de la ciencia y la
tecnología, la religión se imponía. Pero, eso no era motivo para que su
destino lo dejaran en manos exclusivas de Dios. De ninguna manera. Existía
el momento de la prédica y la reflexión. Luego venía el momento de la toma
de decisión y de su puesta en práctica. En aquellos tiempos, el mazo era
una de las principales herramientas de trabajo en la construcción de casas
y carreteras; en sus cosechas e incluso en sus siembras. No era pues solo
un ejercicio de oración. Existía un segundo momento de construcción del
futuro. Y es ahí que la frase toma todo su sentido profundo: *A Dios
rogando y con el mazo dando*.
En este sentido, existen experiencias en la Historia a las cuales los
izquierdistas cierran sus ojos. Por ejemplo, cuando los burgueses
derribaron a los señores feudales no fue por gracia divina, ni porque los
burgueses se pusieron a orar o lanzar discursos encendidos de
Transformación. El feudalismo cae porque los burgueses habían ya levantado
una economía tanto o más importante que el que manejaban los señores
feudales. Es así cómo, el golpe político final tiene éxito.
Pero los izquierdistas de ahora pregonan que el cambio es político sin
contar ni con un céntimo de la nueva economía. Sin ni siquiera saber cómo
sería la nueva sociedad y la nueva economía. Nos falta conceptualizar el
nuevo modelo de economía y sociedad, creíble, que ilumine las acciones
prácticas a realizar. De tal forma que, si queremos realizar la Gran
Transformación debemos, desde ahora y en base a ese marco teórico, crear
los cimientos económicos y sociales que garanticen, llegado el momento,
derribar definitivamente al capitalismo.
Condiciones para iniciar la Gran Transformación existen, sin siquiera
esperar la captura del "Poder Central". Gobiernos locales y regionales
están en las manos de izquierdistas o progresistas. Ellos cuentan con miles
de millones de soles. Y éstos, en vez de crear la nueva economía y
sociedad, siguen apoyando el desarrollo capitalista. Todas las "obras" son
realizadas al estilo capitalista: las utilidades de las empresas que
realizan dichas obras son apropiadas únicamente por el propietario de la
empresa o sus accionistas. Es decir, todas las agrupaciones políticas que
manejan los gobiernos locales y regionales, practican un doble discurso.
¿Por desconocimiento? ¿Por qué, en los gobiernos locales y regionales, no
se da inicio a las empresas-país, mecanismo fundamental para la Gran
Transformación?
Cusco, 15 de junio del 2012
--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274
Dr. Hugo SALINAS
salinas_hugo@yahoo.com
Teóricamente, las "izquierdas" se han bloqueado en fines del siglo XIX,
para terminar alabando al capitalismo como los social-demócratas, o
realizando luchas defensivas, de carácter violento o "democrático", que no
es otra cosa que aceptar al capitalismo. Al parecer, no hay ningún aire
nuevo que pueda sacudir a las izquierdas de su fatalismo, o de su
convivencia con el capitalismo.
Aparte del Capitalismo de Estado practicado por Lenin, las izquierdas no
han sabido sacar las enseñanzas de este experimento fallido. Se han venido
cometiendo los errores de las "nacionalizaciones" sin comprender la raíz
que genera el capitalismo ni, por supuesto, proponer y practicar la
respuesta pertinente. Ocasiones han existido. Los pueblos han puesto a sus
líderes en los puestos de comando para crear la nueva sociedad y la nueva
economía. Pero ellos han seguido con prácticas erróneas, generadoras de
tantas desilusiones.
En nuestros tiempos es más grave aún. Las izquierdas luchan por alcanzar el
Poder pero, no tienen la menor idea de qué es una Gran Transformación. Por
ello, sus "líderes", se han especializado en los grandes discursos
incendiarios sin contenido. Y no se necesita ser adivino para comprender
por qué ellos terminan apoyando a la derecha. Lo más lamentable es que
terminan vendiendo, no sus ideas porque no las tienen, sino las esperanzas
de un pueblo, a fin de tener un puesto de trabajo aunque sea temporalmente.
Las mayorías lo sienten y los desprecian. Pero ellos mismos, a falta de una
real alternativa, no tienen otro camino que realizar lo que ya nuestros
antepasados practicaban desde hace cientos de años: la lucha defensiva.
Túpac Amaru entregó su vida por, entre otras cosas, eliminar la mita
minera, la alcabala y la libertad de los negros. Cahuide prefiere morir y
no vivir la afrenta de no contar más con sus tierras y sus baluartes.
Atusparia
y Uchcu Pedro pelean hasta la muerte para impedir el incremento de los
tributos, y que los trabajos gratuitos terminen. Ahora, nos dedicamos a
salvar el medio ambiente, exigir un aumento de salarios, mejorar el
transporte… Esto no quiere decir que las luchas defensivas no sean
necesarias pero, es bueno saber que, primero, toda lucha defensiva es la
imploración de una dádiva a quién manda en nuestras vidas y, segundo, los
líderes no son capaces de convertir estas luchas en luchas de
transformación.
Cientos de años de combate con el enemigo, y no hemos comprendido todavía
en donde se encuentra la raíz de nuestros problemas y, por consiguiente, no
hemos encontrado todavía la respuesta correcta a nuestros males. No
solamente faltan líderes honestos, sino con ideas claras y correctas sobre
la Gran Transformación.
Las izquierdas han olvidado ese viejo proverbio que dice: *A Dios rogando y
con el mazo dando*. Nuestros ancestros eran mucho más sabios que nuestros
"líderes" presentes. En tiempos de un escaso desarrollo de la ciencia y la
tecnología, la religión se imponía. Pero, eso no era motivo para que su
destino lo dejaran en manos exclusivas de Dios. De ninguna manera. Existía
el momento de la prédica y la reflexión. Luego venía el momento de la toma
de decisión y de su puesta en práctica. En aquellos tiempos, el mazo era
una de las principales herramientas de trabajo en la construcción de casas
y carreteras; en sus cosechas e incluso en sus siembras. No era pues solo
un ejercicio de oración. Existía un segundo momento de construcción del
futuro. Y es ahí que la frase toma todo su sentido profundo: *A Dios
rogando y con el mazo dando*.
En este sentido, existen experiencias en la Historia a las cuales los
izquierdistas cierran sus ojos. Por ejemplo, cuando los burgueses
derribaron a los señores feudales no fue por gracia divina, ni porque los
burgueses se pusieron a orar o lanzar discursos encendidos de
Transformación. El feudalismo cae porque los burgueses habían ya levantado
una economía tanto o más importante que el que manejaban los señores
feudales. Es así cómo, el golpe político final tiene éxito.
Pero los izquierdistas de ahora pregonan que el cambio es político sin
contar ni con un céntimo de la nueva economía. Sin ni siquiera saber cómo
sería la nueva sociedad y la nueva economía. Nos falta conceptualizar el
nuevo modelo de economía y sociedad, creíble, que ilumine las acciones
prácticas a realizar. De tal forma que, si queremos realizar la Gran
Transformación debemos, desde ahora y en base a ese marco teórico, crear
los cimientos económicos y sociales que garanticen, llegado el momento,
derribar definitivamente al capitalismo.
Condiciones para iniciar la Gran Transformación existen, sin siquiera
esperar la captura del "Poder Central". Gobiernos locales y regionales
están en las manos de izquierdistas o progresistas. Ellos cuentan con miles
de millones de soles. Y éstos, en vez de crear la nueva economía y
sociedad, siguen apoyando el desarrollo capitalista. Todas las "obras" son
realizadas al estilo capitalista: las utilidades de las empresas que
realizan dichas obras son apropiadas únicamente por el propietario de la
empresa o sus accionistas. Es decir, todas las agrupaciones políticas que
manejan los gobiernos locales y regionales, practican un doble discurso.
¿Por desconocimiento? ¿Por qué, en los gobiernos locales y regionales, no
se da inicio a las empresas-país, mecanismo fundamental para la Gran
Transformación?
Cusco, 15 de junio del 2012
--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274
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