domingo, 4 de enero de 2009

ALGUNAS IDEAS SOBRE “TÁCTICA Y ESTRATEGIA DE LA REVOLUCIÓN LATINOAMERICANA”

Disculpándome por la demora en enviar este anti-resumen, por lo largo, y apreciaciones de la lectura dispuesta, paso a señalar que este texto, escrito en el curso de la denominada “Crisis de los misiles” (que algunos consideraron como el posible inicio de una tercera guerra mundial), de 1962, tiene un aire de testamento del Ché para los revolucionarios de América Latina, algo así como el último mensaje importante que tiene para nosotros (“Cuba está al borde de la invasión, está amenazada por las fuerzas mas potentes del imperialismo mundial y por ende, por la muerte atómica. Desde su trinchera que no admite retroceso lanaza a América su definitivo llamado al combate;”… “No es el canto del cisne de una revolución en derrota, es un himno revolucionario destinado a eternizarse en los labios de los combatientes de América. Tiene resonancias de historia”), y tiene por objetivo principal resaltar la validez de la lucha armada como real medio para alcanzar la Revolución Socialista en América Latina, a pesar de la amenaza atómica, y en el, el Ché desarrolla los siguientes temas :

1º La estrategia y la táctica : y tal como en anterior texto señalara Lucho, aquí precisa que, no se puede reducir a una fórmula esquemática el análisis de los principios tácticos y estratégicos. La riqueza de cada uno de esto conceptos sólo puede medirse mediante la práctica combinada al análisis de las complejísimas actividades que encierran. No hay objetivos tácticos y estratégicos inmutables. A veces, objetivos tácticos alcanzan importancia estratégica y, otras, objetivos estratégicos se convierten en meros elementos tácticos. El estudio certero de la importancia relativa de cada elemento, es el que permite la plena utilización por las fuerzas revolucionarias de todos los hechos y circunstancias encaminadas al gran y definitivo objetivo estratégico, al cual todo debe estar supeditado : la toma del poder. Conquistar el porvenir es elemento estratégico de la revolución, congelar el presente es la contrapartida estratégica que mueve las fuerzas de la reacción mundial, pues están a la defensiva.

2º La vía armada como la única vía real para conquistar el Poder : en el marco del debate en el movimiento socialista mundial sobre una mala interpretación de la coexistencia pacífica que supuestamente conllevaría a la predominancia de una posible vía pacífica al Poder, preconizada por el PCUS, el Ché reafirma la lucha armada, precisando que, para América Latina, en la gran mayoría de los casos, no es posible. Lo mas que se lograría sería la captura formal de la superestructura burguesa del Poder, pero el tránsito al socialismo de aquel Gobierno, alcanzado en las condiciones de la legalidad burguesa, deberá hacerse también en medio de una lucha violentísima contra todos los que traten, de una u otra manera, de liquidar su avance hacia nuevas estructuras sociales; precisando que tránsito pacífico no es el logro de un poder formal en elecciones sino la instauración del Poder socialista, con todos sus atributos, sin el uso de lucha armada. No obstante ello es lógico que las fuerzas progresistas utilicen hasta el último minuto la posibilidad de palucha legal dentro de las condiciones burguesas (esto implica es no desaprovechar ninguna forma de lucha).

3º Contenido esencial de la época : este es un tema importante. Si analizamos cualquier documento de Conferencia o Congreso de organizaciones partidarias que copiaron mal y mecánicamente la experiencia de la Revolución China, tanto en el Perú como en América latina, encontraremos que entre las contradicciones que reconocen, consideran que la principal actualmente es la existente entre el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidas y ello es un error, puesto que como bien señala el Che, el contenido fundamental de la época “lo constituye el paso del capitalismo al socialismo, iniciado por la Gran Revolución Socialista de Octubre, es la época de la lucha de dos sistemas sociales diametralmente opuestos;”…y añade “aún cuando es muy importante la lucha por la liberación de los pueblos, lo que caracteriza el momento actual es el tránsito del capitalismo al socialismo”, y en ello encontramos enorme similitud a lo planteado por J.C. Mariátegui, que las organizaciones marxistas revolucionarias olvidaron o renegaron, tras su deceso : “Capitalismo o Socialismo. Este es el problema de nuestra época” (Aniversario y Balance, Editorial de Amauta Nº 17, Septiembre de 1928, en Ideología y Política, pag.249) y “somos anti-imperialistas porque somos marxistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo, como sistema antagónico llamado a sucederlo,”…(“Punto de vista anti-imperialista”, Mayo de 1929, Tesis presentada a la I Conferencia Comunista Latinoamericana, en Ideología y Política, pag.95).

4º La alianza de las burguesías nacionales latinoameriacanas con el imperialismo : contra las tesis equivocas de la Internacional Comunista, que basadas en el proceso de la Revolución China, incurrían en una sobrestimación del papel de la burguesía nacional en el proceso revolucionario latinoamericano (lo que se vio reflejado en el apoyo de los Partidos Socialistas Revolucionarios y Comunistas a Gobiernos de burguesía nacional,) el Ché plantea claramente que, a diferencia de otros continentes, en América las burguesías nacionales “relativamente mucho mas débiles que en otras regiones , claudican y pactan con el imperialismo”, “Frente al drama terrible para los burgueses timoratos : sumisión al capital extranjero o destrucción frente a las fuerzas populares internas”, “no queda otra solución que la entrega. Al realizarse ésta,”…”se alían las fuerzas de la reacción interna con la reacción internacional más poderosa y se impide el desarrollo pacífico de las revoluciones sociales”. En cuanto a los imperialistas yanquis “Ellos también quieren “tránsito pacífico”. Están de acuerdo en liquidar las viejas estructuras feudales que todavía subsisten en América, y en aliarse a la parte mas avanzada de las burguesías nacionales, realizando algunas reformas fiscales, algún tipo de reforma en el régimen de tenencia de la tierra, una moderada industrialización, referida preferentemente a artículos de consumo, con tecnología y materias primas importadas de los Estados Unidos”, y concluye “En las actuales condiciones históricas de América Latina, la burguesía nacional no puede encabezar la lucha antifeudal y antiimperialista. La experiencia demuestra que en nuestras naciones esa clase, aún cuando sus intereses son contradictorios con los del imperialismo yanqui, ha sido incapaz de enfrentarse a éste, paralizada por el miedo a la revolución social y asustada por el clamor de las masas explotadas”.

Así tras décadas volvían a alzarse las tesis de J.C. Mariátegui respecto a la burguesía nacional “La colaboración con la burguesía, y aún de muchos elementos feudales, en la lucha anti-imperialista china, se explica por razones de raza, de civilización nacional que entre nosotros no existen. El chino noble o burgués se siente entrañablemente chino”. “El anti-imperialismo en la China puede, por tanto, descansar en el sentimiento y en el factor nacionalista. En Indo-América las circunstancias no son las mismas. La aristocracia y la burguesía criollas no se sienten solidarizadas con el pueblo por el lazo de una historia y de una cultura comunes. En el Perú, el aristócrata y el burgués blancos, desprecian lo popular, lo nacional”.”El factor nacionalista, por estas razones objetivas que a ninguno de ustedes escapa seguramente, no es decisivo ni fundamental en la lucha anti-imperialista en nuestro medio”. “Un conocimiento capitalista, y no por razones de justicia social y doctrinaria, demostró cuan poco se podía confiar, aún en países como la china, en el sentimiento nacionalista revolucionario de la burguesía”, y añade “Mientras la política imperialista logre “manéger” los sentimientos y formalidades de la soberanía nacional de estos Estados, mientras no se vea obligada a recurrir a la intervención armada y a la ocupación militar, contará absolutamente con la colaboración de las burguesías”.

Coindentemente con el Ché, acerca de la alianza del imperialismo y la burguesía nacional, J.C. Mariátegui señalará que “Ciertamente, el capitalismo imperialista utiliza el poder de la clase feudal, en tanto la considera la clase políticamente dominante. Pero, sus intereses económicos no son los mismos. La pequeña burguesía, sin exceptuar a la mas demagógica, si atenúa en la práctica sus impulsos más marcadamente nacionalistas, puede llegar a la misma estrecha alianza con el capitalismo imperialista. El capital financiero se sentirá más seguro, si el poder está en manos de una clase social más numerosa, que, satisfaciendo ciertas reivindicaciones apremiosas y estorbando la orientación clasista de las masas, está en mejores condiciones que la vieja y odiada clase feudal de defender los intereses del capitalismo, de ser su custodio y su ujier. La creación de la pequeña propiedad, la expropiación de los latifundios, la liquidación de los privilegios feudales, no son contrarios a los intereses del imperialismo de un modo inmediato. Por el contrario, en la medida en que los rezagos de la feudalidad entraban el desenvolvimiento de una economía capitalista, promovido por las inversiones y los técnicos del imperialismo; que desaparezcan los grandes latifundios, que en su lugar se constituya una economía agraria basada en lo que la demagogia burguesa llama la “democratización” de la propiedad del suelo, que las viejas aristocracias se vean desplazadas por una burguesía y una pequeña burguesía más poderosa e influyente –y por lo mismo más apta para fanatizar la paz social-, nada de esto es contrario a los intereses del imperialismo” (“Punto de Vista anti-imperialista”, en “Ideología y política”, Págs. 88,89 y 93).
5º La validez de la lucha guerrillera asentada en el campo y basada en los campesinos como eje central de la lucha : El Ché se reafirma en esta tesis precisando que, estando a que el enemigo luchará por mantenerse en el poder, hay que pensar en la destrucción del ejército opresor y que para destruirlo hay que oponerle un ejército popular enfrente y que se nutre del arsenal del enemigo, la lucha será dura y larga y expone a las fuerzas populares urbanas y sus dirigentes al ataque de fuerzas á dura y larga y expone a las fuerzas populares urbanas y sus dirigentes al ataque de fuerzas superiores sin adecuadas condiciones de defensa y maniobrabilidad , el núcleo guerrillero asentado en terreno favorable a la lucha, garantiza la seguridad y permanencia del mando revolucionario y de las propias fuerzas urbanas, dirigidas desde el estado Mayor de Ejército del Pueblo, y se basa en los campesinos, pues en América Latina la población pobre del campo constituye una tremenda fuerza revolucionaria potencial.

6º El carácter continental de la lucha revolucionaria latinoamericana : partiendo de que los yanquis intervendrán por solidaridad de intereses con la burguesía nacional, el Ché considera “difícil que la victoria se logre en un pais aislado. A la unión de las fuerzas represivas debe contestarse con la unión de las fuerzas populares. En todos los países en que la opresión llega a niveles insostenibles, debe alzarse la bandera de la rebelión y esta bandera tendrá, por necesidad histórica, caracteres continentales. La Cordillera de los Andes está llamada a ser la Sierra Maestra de América, como dijera Fidel, y todos los inmensos territorios que abarca este continente están llamados a ser escenarios de la lucha a muerte contra el poder imperialista” y añade “No podemos decir cuando alcanzara estas características continentales, ni cuanto durará la lucha, pero podemos predecir su advenimiento porque es hija de circunstancias históricas, económicas, políticas, y su rumbo no se puede torcer” (recordemos la unidad de lucha de los pueblos de Indochina o la de los pueblos de los Balcanes contra los invasores nazis en la II Guerra Mundial).

Esta tesis también encuentra su respaldo en J.C. Mariátegui, quien señala que “La revolución de la independencia hace mas de un siglo fue un movimiento solidario de todos los pueblos subyugados por España; la revolución socialista es un movimiento mancomunado de todos los pueblos oprimidos por el capitalismo. Si la revolución liberal, nacionalista por sus principios, no pudo ser actuada sin una estrecha unión entre los países sudamericanos, fácil es comprender la ley histórica que, en una época de mas acentuada interdependencia y vinculación de las naciones, impone que la revolución social, internacionalista, en sus principios, se opere con una coordinación mucho más disciplinada e intensa de los partidos proletarios” (“Principios Programáticos del Partido Socialista”, en “ideología y Política”, pag.159).

7º La perniciosa confusión entre objetivos tácticos y estratégicos : Por último, el Che nos advierte sobre la confusión existente en las fuerzas progresistas de América, que hace ver las pequeñas posiciones tácticas como grandes objetivos estratégicos, y califica a la inteligencia de la reacción el haber logrado hacer que el movimiento haya tomado erróneamente las mínimas posiciones defensivas como el objetivo fundamental de éste (léase la conquista de escaños o posiciones en la estructura estatal burguesa o aún el Gobierno).

Fraternalmente
Gustavo

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