martes, 6 de enero de 2009

Aquellos que siempre están donde deben estarLOS INTELECTUALES INVISIBLES

Escribe: Dante Castro Arrasco

César Hildebrandt ha publicado un nuevo y provovador artículo (La Primera 6/1/09)preguntá ndose dónde están los intelectuales, porqué no se manifiestan sobre los crímenes del sionismo imperialista en Gaza. Hace bien en denunciar el silencio ominoso de los intelectuales de derechas, como la mafia cuetista y los serviles alfiles de Mario Vargas Llosa. Este último, es el intelectual orgánico del neoliberalismo y no podemos hacerle concesiones porque "escribe bien". Estamos en un continente donde escribir bien no es una novedad. Pero nótese que Hildebrandt jamás choca con Vargas Llosa, a quien considera su amigo. La mafia literaria que tanto critica, (Cueto, Thais, Ampuero, etc.), justamente depende de éste agente imperialista que ha hecho de su fama literaria una garantía de invulnerabilidad. Paralelamente existen los intelectuales invisibles, aquellos que ni Hildebrandt ni los mentados ven con auxilio de una lupa, y no por falta de méritos literarios, artísticos o académicos. Esos intelectuales asisten a las manifestaciones contra el imperialismo y el sionismo, elevan su voz de protesta en artículos y discursos, pelean por la liberación de presos de conciencia en el Perú y se quedan muchas veces en condiciones precarias por su consecuencia política. La derecha desde sus torres mediáticas no los nota, ni Hildebrandt tampoco. En la manifestación del 30 de diciembre de 2008, frente a la embajada de Israel, en Lima, estuvieron muchos de esos intelectuales y artistas, entre los cuales destacaron Víctor Delfín (escultor), Armando Arteaga (poeta), Delfina Paredes (actriz y declamadora) , Federico García y Pilar Roca (ambos cineastas). Y quien escribe esta nota (narrador) no es precisamente destacable. Entre la multitud aparecían los rostros de ensayistas, como Gustavo Pérez Hinojosa, y periodistas, como Efraín Rúa, para no hacer la lista larga con meritorios poetas y escritores jóvenes que condenaban a voz en cuello el genocidio. Hildebrandt se pregunta: ¿dónde están los jóvenes? Justamente, esta manifestación del 30 de diciembre hubiera sido imposible sin la convocatoria 24 horas antes que hicieron los jóvenes de manera expontánea por internet. La audacia juvenil le ganó la partida a la sesuda planificación anticipada que hubiesen preferido los más maduros. Agrega Hildebrandt: "Nadie dice que salgan a las calles y quemen banderas. Eso sí puede estar pasado de moda". ¿En qué quedamos, entonces? ¿Nos recomienda seguir el patrón de la moda inmovilista, apoliticista y pastrula que impone el pacto infame de hablar a media voz? La quema de la bandera de Israel se hizo gracias a que un comando de jóvenes arrió el emblema sionista de determinado parque capitalino (y coincidieron en incendiarla junto con un intelectual) . Quemar el estandarte de un estado artificial no es una propuesta antisemita, sino antisionista. ¿Dónde se hallaba César Hildebrandt a esa hora?... ¿Por qué su programa de TV no hizo un reportaje sobre este hecho?... Fuimos obsecenamente invisibles tanto los intelectuales, políticos y jóvenes, como los activistas de derechos humanos y organizaciones populares. Tan incorpóreos como somos para Panorama, La Ventana Indiscreta, El Comercio o La República. Casi fantasmales para el diario La Primera que le dedicó un breve comentario y una pobrísima imagen de raleada multitud al inicio del mitin. Así como la burguesía y el imperialismo tiene sus intelectuales orgánicos, la izquierda y el pueblo también los tiene. Dice Vallejo que el intelectual revolucionario es aquel que lucha escribiendo y militando simultáneamente. Eso concierne a quienes abrazamos la causa antiimperialista sin medias tintas y adherimos a una organización revolucionaria. Pero están también los que desde su modesta individualidad contribuyen a la misma causa por honestidad y ética, arriesgándose a la exclusión y ostracismo a los que serán condenados por los dueños del poder mediático. Rocío Silva Santisteban, poeta y periodista, ha escrito un buen artículo por Gaza en el semanario Domingo, diario La República, del 04 de enero. ¿No la vio, señor Hildebrandt? Los intelectuales orgánicos de la causa popular y simpatizantes democráticos no han cesado de escribir buenos artículos por internet y se han integrado a una red crítica y solidaria, porque los diarios y programas de TV están hegemonizados por quienes sirven al gran capital y al modelo neoliberal aún imperante a pesar de sus estertores de agonía. Escribir artículos sobre la matanza sionista en Gaza, no es suficiente. Hace falta la acción directa de masas en las calles y allí no siempre se dan cita todos los que desde cómodas poltronas redactan críticas convincentes. Hace falta movilizar al pueblo y hacer del rechazo al genocidio un acto de muchedumbres. Ojalá que entonces lo vea Hildebrandt. Ojalá que en ese momento no esté distraido malgastando neuronas en estigmatizar a los comunistas. Ojalá que se haga tan presente en la manifestación como sí lo hizo en el mitin por la candidatura del plutócrata Mario Vargas Llosa (1990). Los intelectuales del pueblo estaremos allí, como siempre, no lo dude.
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