lunes, 19 de enero de 2009

JAVIER HERAUD (19 DE ENERO DE 1942)

Javier Heraud Pérez (*Lima, 19 de enero de 1942 – Madre de Dios, 15 de mayo de 1963). Javier Heraud, fue un poeta peruano de vasta inteligencia y firmes ideales hacia su patria.

Perteneció a una familia de clase media. Fue testigo de injusticias sociales que en ese como en todos los tiempos golpean a la humanidad. Esto le llevo a formar una personalidad de amor y pureza hacia todo lo que le rodeaba; lo que plasmaría en sus poemas.

Desde muy niño mostró un gran interés por el estudio, lo que reflejaría en el ámbito académico, al ocupar el segundo puesto de su promoción en el colegio Markham, y el primer puesto a la Facultad de Letras de la Universidad Católica del Perú.

En 1960, aún siendo menor de edad, publica "El Río", poemario donde haría gala de su maestría para la composición literaria.

Heraud muere en el río Madre de Dios a la edad de 21 años. Dejando un gran pesar en su familia, así como también en el ámbito de las letras americanas.

Contenido [ocultar]
1 Biografía
1.1 Primeros años
1.2 Su juventud
2 Obras


Biografía
Primeros años [editar]Nació en 1942 en, el Distrito de Miraflores, Lima. Hijo de don Jorge Heraud Cricet y doña Victoria Pérez Tellería, perteneció a una familia de clase media; fue el tercero de seis hermanos.

En 1947 ingresó al Colegio de Los Sagrados Corazones de Belén y en 1948 se incorporó al primer año de educación primaria en el colegio Markham, donde cursó toda su instrucción escolar, en el que destacó tanto en competencias deportivas como en los juegos florales de poesía. Al concluir su educación secundaria recibió el Segundo Premio de su promoción y el Primer Premio de Literatura.

En 1958 ingresó con el primer puesto a la facultad de letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ese mismo ocupó la plaza de profesor en el Instituto Industrial No.24, donde dictó los cursos de inglés y castellano, siendo, quizás, el profesor más joven en el Perú. En 1960 le nombraron Profesor de Inglés en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.


Su juventud 1960, publica su primer poemario "El Río". En diciembre de ese año recibe, compartiendo con César Calvo, el Primer premio de literatura en el concurso " El joven poeta del Perú".

En 1961 se inscribe en las filas del Movimiento Social Progresista (MSP) de tendencia social demócrata. Participa en la manifestación de repudio por la visita del presidente Nixon al Perú. Se matricula en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos bajo presión de su padre, con el fin de estudiar Derecho. Publica su poemario "El Viaje".

En julio de ese mismo año, viaja a Moscú, invitado por el forum internacional de la juventud, permaneciendo 15 días en Rusia que marcarían el rumbo de su vida, queda evidenciado en sus poemas "En la plaza Roja" "Plaza Roja 1961", textos de utilidad social más que artística.

Conoce la China, luego París, donde visitaría la tumba del inmortal César Vallejo y posteriormente visitaría Madrid. En 1962 renuncia al movimiento social progresista, debido a una falta de ideología coherente: "Yo no creo que sea suficiente llamarse revolucionario para serlo" sería la frase que pronunció. Recibe una beca para estudiar cine y parte a Cuba, junto con otros comunistas de Chile, donde conoce a Fidel Castro. En 1963 retorna al Perú para librar una guerra contra el imperialismo. Uniéndose al Movimiento de Izquierda Revolucionaria. El 15 de mayo, muere acribillado en un enfrentamiento contra la Policía Peruana y algunos pobladores de Puerto Maldonado. 29 balas perforaron su cuerpo en medio del río Madre de Dios, a los 21 años de edad .


Obras El río (1960)
El viaje (1961)
Poesías completas y homenaje (1964)
Poema a dos voces (1967) con César Calvo.

El Río


Javier Heraud

La vida baja como un ancho río Antonio Machado

1
Yo soy un río,
voy bajando por
las piedras anchas,
voy bajando por
las rocas duras,
por el sendero
dibujado por el
viento.
Hay árboles a mi
alrededor sombreados
por la lluvia.
Yo soy un río,
bajo cada vez más
furiosamente,
más violentamente
bajo
cada vez que un
puente me refleja
en sus arcos.



2
Yo soy un río
un río
un río
cristalino en la
mañana.
A veces soy
tierno y
bondadose. Me
deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.
Los niños se me acercan de
día,
y
de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.


3
Yo soy el río.
Pero a veces soy
bravo
y
fuerte,
pero a veces
no respeto ni a
la vida ni a la
muerte.
Bajo por las
atropelladas cascadas,
bajo con furia y con
rencor,
golpeo contra las
piedras más y más,
las hago una
a una pedazos
interminables.
Los animales
huyen,
huyen huyendo
cuando me desbordo
por los campos,
cuando siembro de
piedras pequeñas las
laderas,
cuando
inundo
las casas y los pastos
cuando
inundo
las puertas y sus
corazones,
los cuerpos y
sus
corazones.



4
Y es aquí cuando
más me precipito.

Cuando puedo llegar
a
los corazones,
cuando puedo
cogerlos por la
sangre,
cuando puedo
mirarlos desde
adentro.
Y mi furia se
torna apacible
y me vuelvo
árbol
y me estanco
como un árbol
y mi silencio
como una piedra,
y callo como una
rosa sin espinas.

5
Yo soy un río.
Yo soy el río
eterno de la
dicha. Ya siento
las brisas cercanas,
ya siento el viento
en mis mejillas,
y mi viaje a través
de montes, ríos,
lagos y praderas
se torna inacabable.

6
Yo soy el río que viaja en las riberas,

árbol o piedra seca

yo soy el río que viaja en las orillas,

puerta o corazón abierto

yo soy el río que viaja por los pastos,

flor o rosa cortada

Yo soy el río que viaja por las calles,

tierra o cielo mojado

yo soy el río que viaja por las casas,

mesa o silla colgada

yo soy el río que viaja dentro de los hombros.

árbol fruta


rosa piedra


mesa corazón


corazón y puerta


retornados.

7
Yo soy el río que canta
al mediodía y a los
hombres,
que canta ante sus
tumbas,
el que vuelve su rostro
ante los cauces sagrados.

8
Yo soy el río anochecido.
Ya bajo por las hondas
quebradas,
por los ignotos pueblos
olvidados,
por las ciudades
atestadas de público
en las vitrinas.
Yo soy el río,
ya voy por las praderas,
hay árboles a mi alrededor
cubiertos de palomas,
los árboles cantan con
el río,
los árboles cantan
con mi corazón de pájaro,
los ríos cantan con mis
brazos.

9
Llegará la hora
en que tendré que
desembocar en los
oceános,
que mezclar mis
aguas limpias con sus
aguas turbias,
que tendré que
silenciar mi canto
luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al
alba de todos los días,
que clarear mis ojos
con el mar.
El día llegará,
y en los mares inmensos
no veré más mis campos
fértiles,
no veré mis árboles
verdes,
mi viento cercano,
mi cielo claro,
mi lago oscuro,
mi sol,
mis nubes,
ni veré nada,
nada,
únicamente el
cielo azul,
inmenso,
y
todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan a juntarse
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas
aguas
apagadas.




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POEMA


Yo no me
río de
la
Muerte.
Sucede
simple-
mente,
que no
tengo miedo
de morir
entre
pájaros,
y
árboles.



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ELEGIA
Tu quisiste descansar
en tierra muerta y en olvido.
Creías poder vivir solo
en el mar o en los montes.
Luego supiste que la vida
es soledad entre los hombres
y soledad entre los valles.
Que los dias que circulaban
en tu pecho sólo eran muestras
de dolor entre tu llanto. Pobre
amigo. No sabías nada ni llorabas nada.


Yo nunca me río
de la muerte.
Simplemente
sucede que
no tengo
miedo
de
morir
entre pájaros y árboles.
Yo no me río de la muerte.
Pero a veces tengo sed
y pido un poco de vida,
a veces tengo sed y pregunto
diariamente, y como siempre
sucede que no hallo respuestas
sino una carcajada profunda
y negra. Ya lo dije, nunca
suelo reir de la muerte,
pero sí conozco su blanco
rostro, su tétrica vestimenta.

Yo no me río de la muerte.
Sin embargo, conozco su
blanca casa, conozco su
blanca vestimenta, conozco
su humedad y su silencio.
Claro está, la muerte no
me ha visitado todavía
y ustedes preguntarán: ¿Qué
conoces? No conozco nada.
Es cierto también eso.
Empero, sé que al llegar
ella yo estaré esperando de pie
o tal vez desayunando.
La miraré blandamente
(no se vaya a asustar)
y como jamás he reído
de su túnica, la acompañaré
solitario y solitario.



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PALABRA DE GUERRILLERO

Porque mi patria es hermosa
como una espada en el aire,
y más grande ahora y aun
más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores,
hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.
El cielo es nuestro,
nuestro pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra,
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar,
las montañas y los pájaros.

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