El
muy merecido otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a nuestro
afamado escritor Mario Vargas llosa, ha terminado por iluminar a toda la
ciudadanía peruana que estaba viviendo entre las brumas de una campaña
electoral desmoronadora de conciencias y luego que un gesto enaltecedor
el escritor peruano renunciara a la dirección del Museo de la Memoria
ante una nefasta ley que pretendía dejar en la impunidad a los
criminales de Estado surgidos durante la guerra sucia que nos asolara.
La ley 1097 fue derogada en el Congreso en forma unánime, salvo el único
voto en contra dado por el actual vicepresidente de la república,
vicepresidente Giampietri.
Pero no empañemos el regocijo de este merecido galardón ganado por nuestro más grande narrador de todos los tiempos. Recuerdo
que en el año 2001, en el encuentro realizado en la Universidad de Pau,
en los Pirineos franceses, certamen organizado por el peruanista galo
Roland Forgues, presenté una ponencia titulada “Aproximaciones a una
clasificación narrativa de Vargas Llosa” que publicada en Lima por la
Editorial Minerva que dirige Sandro Mariátegui terminaba así:
Esta clasificación de la narrativa de uno de los más grandes escritores del siglo XX (….) hecha a partir de un lector impenitente de su narrativa, llegado a este encuentro para tratar de desentrañar ese vínculo de amor/odio que nos une (a los peruanos) a este inmenso y controvertido escritor peruano que si bien no llegó a ser Presidente del Perú, preside, querámoslo o no, las letras peruanas en el mundo de la literatura.
Finalmente, habría que añadir que su sola obra narrativa es más que suficiente para convertirse, sin mayores dilaciones, en el primer escritor peruano ganador del célebre Premio Nobel de Literatura. Punto sobre el cual no solo todos los peruanos estamos de acuerdo, sino aquellos que lo han leído en alguno de los 31 idiomas a los cuales su obra ha sido traducida.
En 1967, cuando apenas tenía publicados tres libros, pude entrevistarlo en Lima, entrevista que consigné en mi libro Altas voces de la literatura peruana y latinoamericana y que también aparece como “Inquietudes, rebeldías y esperanzas” en Mario Vargas Llosa: Entrevistas escogidas, texto editado por Jorge Coaguila en el 2004.
La Editorial Porrúa de México publicó este año el libro Mario Vargas Llosa: perspectivas críticas,
donde figura un ensayo mío titulado “Mario Vargas Llosa y sus novelas
ejemplares.- Tres en raya”, en el cual trato acerca de sus tres primeras
novelas consagratorias: La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en La Catedral. Un comentario a este libro de ensayos puede ser leído en www.resonancias.org en
artículo mío publicado por gentileza de Héctor Loayza, director de esa
revista electrónica de literatura editada en Pau, Francia, donde también
aparece una sesuda entrevista hecha por una periodista española a MVLL
sobre El sueño del celta, su más reciente novela publicada.
Finalmente,
para terminar de demostrar mi dedicación a seguir la obra del flamante
Premio Nobel, diré que ya está en mis manos, gracias a la Editorial San
Marcos que maneja Aníbal Paredes, la segunda edición corregida y aumentada de Altas voces de la literatura peruana y latinoamericana, donde he añadido un artículo publicado en el diario La República de
Lima (edición del 19/11/2001) titulado “Vargasllosianos en Pau en busca
del escritor ciudadano y político”. Deseo rescatar el penúltimo párrafo
del artículo porque así es como Mario ha recibido el nobel, con
sencillez y sin fatuidad:
A sus paisanos este MVLL que
hablaba de libertad pero con justicia, de gestos moderados, de gran
afabilidad, con fino sentido del humor y capaz de hacer su cola para
servirse un café, o de cargar sus maletas al mudarnos del austero hotel
de Pau a otro igual de Tarbes, y hablando con tanto cariño del Perú al
recibir las llaves de ambas ciudades, como el Grado de Doctor Honoris
Causa de la Universidad de Pau, nos encandiló. Nada de petulancias ni
fatuidades. Mario, que así llegamos a llamarlo todos, llegó a ser, al
fin y al cabo, un asistente más a quien a veces se solía ceder la
palabra, la que usaba con ponderación y mesura. Ya no solo el maestro
escritor sino el hombre de madura sapiencia, como sentenció Héctor
Béjar, su antiguo jefe de la célula comunista Cahuide de los años 50.
Mario Vargas Llosa es reconsiderado por los peruanos al verlo separado
de los carcamanes de la política, defendiendo los derechos humanos
dentro de la agenda de una democracia libre.
Mario,
aquí el testimonio de unas sinceras felicitaciones de un escritor
peruano que quizá desde otra tienda ideológica se regocija de que hayas
recibido el ansiado Premio Nobel que todos los peruanos y tus lectores
del mundo deseamos siempre para ti y para la literatura peruana. Gracias
Mario Vargas Llosa.
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