¿TENDENCIA AL SOCIALISMO?
Por: John Ochoa
15 de octubre de 2010
Las elecciones municipales que se resisten en pasar, las que desde luego sirven de un buen material para las diversas evaluaciones, no solo para encarar las "justas" presidenciales. Sino para interpretar la sensibilidad del pueblo, el temperamento de la masa y sobre todo el tipo de avance que podamos extraer sobre la conciencia social de nuestro pueblo. Nos permite estas apreciaciones.
Pues, como anunciáramos, apoyamos como personeros de FS, (porque ni eso lograron cubrir), con la finalidad de demostrarles que nos somos puristas, y que por último ojalá nuestros compañeros puedan estar en razón y que la señora Susana Villarán realmente llene las expectativas de cambio que todos los que apoyaron señalan. Y qué sino se rectifiquen y que con seriedad "retornen", a la verdadera labor que nos encomendara el Amauta.
Las valoraciones objetivas deben estar lejanas de las abstracciones numéricas, las que son siempre referencialmente vitales, que sin embargo cobran mayor vigor cuando éstas se encuentran sujetas a las evaluaciones políticas -que desde luego son más complejas que los datos numéricos-.
En esa orientación cabe circunscribir los resultados de la nueva experiencia electoral, pensando desde luego en los intereses de la construcción del socialismo en el país. Porque jamás dijimos que no aplaudir estas elecciones era estar fuera del proceso. Al contrario cuestionarlo nos vincula al proceso de la lucha de clases con responsabilidad.
Pues hay voces muy entusiastas que en sus apreciaciones suponen un triunfo de la tendencia socialista en el país, que hay un giro en la conciencia social de las masas por un PROGRAMA de corte izquierdista. Es lamentable desengañarnos de esta realidad añorada, pero muy lejana aún en el país. Y muy lejana por varias y serias razones.
La falta de un desarrollo económico que vaya más allá de hacernos un país primario exportador, la carencia total de una industrialización, la casi tercerización laboral, son elementos que sustentan la conciencia social y política de las masas. Y sumado a todo esto la diezmada y anquilosada educación con la cual hemos sido formados los que hoy formamos el grueso de electores que "deciden", los destinos de este país, pues es lamentable decirlo, pero eso somos, generaciones que llegamos en momentos de la aplicación del pensamiento unipolar; es decir, profundización del neoliberalismo en sus diversas manifestaciones. El tecnocratismo como prioridad profesional. El arte de la trufa como política elemental. La virtud de la treta como método elemental para el éxito. Ése es el cuadro social dramático de un país. Y no tenemos porqué renegar, pues es nuestra realidad, y por ello es un deber transformarlo con los elementos –poquísimos- de los que contamos. Y con el conjunto los que afirmamos que la orientación de la historia es irreversible. Es al Socialismo.
Por lo pronto, aquí el panorama general de lo que nos deja estas elecciones, pues la realidad es más dura y fría que nuestras cabezas. Pues en el hipotético caso de que Susana Villarán y Fuerza Social (FS), representasen los intereses progresistas de la sociedad en su conjunto, tendríamos que preguntarnos sobre esa tan necesaria conciencia social con la cual ejercieron sus votos los "simpatizantes" de FS. Pues seamos honestos. A nivel de las provinciales (más por idioteces con la cual la derecha cavernaria ha encarado esta campaña; que por los méritos propios de la señora Susana), han sido posibles la obtención de apoyo de la mayoría de votantes. Eso sin dejar de mencionar la ausencia sentida en la competencia del fujimorista Alex Kouri. Ahí hubo votos que si no fueron igual de derechistas; quizás, incluso, fueron más reaccionarios que las de la misma candidata pepecista.
En nuestra participación encontramos a centenares de electores que manifestaban que por Lima votarían por Susana Villarán, pero en sus distritos por candidatos de la competencia. Así en Ate por FS sufragaron el 44.051 %, pero en su distrito por Donhue votaron sólo el 12.5%. Y la mayor cantidad de votantes por un ex alcalde comprobadamente corrupto (Benavides de Somos Perú) a quien esas masas de "tendencias socialistas" le premiaron con un 32.766% de los votantes y por el candidato del PPC- UN, (Chiclla) un 11.605 %; en Lince, donde sufrago, por FS para Lima un 29.688 % y para su distrito sólo un 14.742 % y por PPC-UN votaron en total 39.215 %. Aquí en cuadro para una mayor percepción:
En Vitarte:
Organización Política
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Logo
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Votos a favor por Lima en ATE
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Por su distrito -ATE
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FUERZA SOCIAL
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44.051 %
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12.533 %
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PPC - UNIDAD NACIONAL
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11.605 %
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SOMOS PERU
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32.766%
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En LINCE
Organización Política
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Logo
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Votos a favor por Lima en Lince
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Por su distrito -Lince
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FUERZA SOCIAL
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29.688 %
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14.742 %
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PPC - UNIDAD NACIONAL
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39.215 %
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Fuente: ONPE
Este es una realidad que se repite en la mayoría de los distritos, donde efectivamente la mayor cantidad de alcaldías ha sido para el partido de la autora del poto-audio. Donde FS, no logró ningún distrito y quedó como "tercera fuerza electoral". ¿Qué nos indica esto?, que es reflejo del tipo de conciencia social en la que se encuentra el pueblo, es decir que votamos por los nombres que nos pintan, no por proyectos políticos, mucho menos por programas (que las masas en sí desconocen). Y para los políticos hasta es mejor que no las conozcan, así no reclamarían sus incumplimientos. Y esto es tarea, esto es deber, propugnar no por figuritas, sino por proyectos políticos, más allá de los nombres y que en todo caso, esos nombres finalmente sean verdaderos hombres generacionales y vertebradores. Por ello incidimos en la ceguera triunfalista de muchos de nuestros estimados compañeros y algunos camaradas. Así es que no hay la tal tendencia de un repunte del Socialismo en el Perú. Y en esto hay responsables. Lo cierto es que así le dieran el "merecido" triunfo a SV, y si la señora realmente quisiera hacer una gestión como sueñan los que dicen "Lima para todos", el terreno político le sería muy adverso. (No solo por la prensa sino por los proyectos derechistas que los distritales van a defender). Ahí está el nivel de la conciencia social del pueblo. Es lamentable, pero es deber decirlo.
Este acto de sufragio sirve en ese sentido para reafirmar la tesis de que si realmente queremos construir el Socialismo en el país tenemos que mirar con paciencia forjadora, con el tiempo pausado en la construcción del porvenir, sin apasionamientos alegóricos. Con entusiasmo mesurado. Entendiendo de una vez por todas que la historia no nace con nosotros y que si queremos ser serios y leales heraldos de la causa comunista tenemos y debemos poner nuestros esfuerzos a amasar bien la masa e ir echando las levaduras necesarias para que las nuevas generaciones sean los que nos den aromas de felicidad duradera. No los sueños en insomnios.
Por ello, es sorprendente que haya raíces tan curtidas en años dentro del proceso de la lucha de clases y que en vez de proveernos de buenas cosechas; prefieren lanzarnos sus frutos resecos, que hasta ya caen por sí solas. E incluso pareciera que siguen cuidándola entre espinas protectoras como para no permitir a las nuevas generaciones saborear de sus dulces y sobre todo nos niegan sus semillas.
Por ello es que nos negamos a seguir siendo furgón de cola y que rechazamos el hecho de que por más de medio siglo de experiencias electorales no nos hayan encaminado por las verdaderas sendas del Socialismo. Y que en estas décadas no hayan forjado verdaderos cuadros de la izquierda peruana. Y es que muchas de esas prácticas ya no parecen ser de socialistas. Y por ello, decimos con el mayor de los respetos: los árboles nuevos tenemos el derecho de beber de aguas cristalinas -porque aún las hay-, y dar frutos frescos y plenos de lozanía para que puedan ser verdaderos alimentos para las nuevas generaciones.
Porque la especie se juega su extinción por responsabilidad de los enemigos del mundo y también de fanfarrones comunistas que en años de responsabilidad, muchos, solo han traficado con los ideales de la causa obrera. Tenemos el derecho de exigir cuentas a sus predicadores y también el derecho de asistir al llamado generacional de nuestra época.
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