País refugio
Capitales del mundo, venid al Perú donde no hay crisis. Aquí todo está blindado. Hasta las entendederas. Tenemos sobre todo optimismo. Y muchas palabras mágicas para convencer a inversionistas desconfiados para que suelten su dinero. ¿Qué saben ustedes de los últimos avances de la informática y la nanotecnologí a que permiten saber que la crisis mundial durará 18 meses?, ¿o de la forma cómo se ha controlado la gripe aviar?, ¿no están ahí los principios para barrer la crisis financiera?
Y como aquí, en el Perú, no vendimos hipotecas subprime, ¿de qué vamos a preocuparnos? Allá el presidente de Bolivia que le duele la cabeza con esta crisis a la que llama "crisis capitalista" y los que creen que ha llegado la hora de leer nuevamente a Carlos Marx: les aseguro que les va a doler aún más la cabeza.
Y todo por no tener fe. ¿Ustedes piensan acaso que ese enorme dinero que han ganado los petroestados, antes que el precio del crudo empezara a bajar; y el que acumularon los ejecutivos de las finanzas antes del colapso, y el que han juntado los chinos, cuando Estados Unidos era su principal mercado; no va a querer venirse al Perú donde tratamos tan exquisitamente a los inversores que los visitamos en sus hoteles, les arreglamos las licitaciones y no les cobramos impuestos?
Es cuestión de ser racionales, o sea de creer en la magia de las palabras. No importa que no se entienda mucho qué es eso de "país refugio", si vamos diciendo que no hay crisis sino un pequeño contratiempo en la economía mundial; o porqué nos felicitamos de no haber tenido las famosas "hipotecas basura", si después vamos a decir que gracias a ellas fue que hubo dinero para pagar nuestras exportaciones, crear trabajo y consumo en los países desarrollados.
Es la economía, estúpidos, decía Bill Clinton cuando la economía yanqui tomaba el rumbo que iba a llevar a la crisis. Pero el presidente gringo quería hacer notar que la política no puede ignorar los ciclos productivos, mientras que García ha querido subrayar que aquí lo estúpido es seguir dudando en negociar con su gobierno. La esencia del mensaje al CADE es que el modelo que el mundo quiere hoy cambiar, aunque no sepa muy bien como hacerlo, en el Perú no cambia. Ahí descubrimos la razón del gabinete Simon: arrojarle problema social, sacar del centro al APRA carcomida por los escándalos de corrupción y mantener al presidente a cargo de la relación con las empresas y el dinero.
Es al final lo único que le interesa, habría dicho el recordado Carlos Malpica, que sabía muy bien qué clase de pájaro es Alan García.
02.11.08
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