Ramón García R
El 4 de noviembre de 1780, después de años de proyectada y preparada, estalló en Tinta la más grande rebelión indígena contra el dominio español en América. Se la conoce como Rebelión de Túpac Amaru, pues fue José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, quien la lideró. Conocido este hecho, como igual labor dirigente y rol protagónico desarrolló Micaela Bastidas, lo que le costó junto a su cónyuge tormento cruel y muerte vil, es necesario reseñar también su figura, pues de ambos es el mérito histórico.
1.- La Gran Rebelión y la Gran Rebelde
Sabido es que Micaela Bastidas Puyucahua, nacida en 1745 en Pampamarca e hija de Manuel Bastidas y Josepha Puyucahua, casó a los 15 años con José Gabriel Condorcanqui Noguera, nacido en 1743 e hijo de Miguel Condorcanqui y Rosa Noguera. Para 1781 tenían 36 años Micaela y 38 José Gabriel. Sus hijos llegaban, Hipólito a 20, Mariano a 18 y Fernando a 9 años de edad.
Pampamarca, Surimana y Tungasuca formaban el curacazgo de los Túpac Amaru, descendientes directos de Túpac Amaru I, ejecutado en 1572, última Inca de la dinatía de Vilcabamba, iniciada a la muerte de Huascar y Atahualpa. (Túpac Amaru: de túpac = fuego, luminoso, brillante; y amaru = serpiente, sagaz, astuto; por lo que puede entenderse como Sagaz Luminoso, Astuto Brillante, Serpiente Ígnea) El curacazgo de Túpac Amaru formaba parte del corregimiento de Tinta (ahora parte de la provincia de Canchis, 125 kms al sur de la ciudad del Cusco) Antonio Bastidas (hermano de Micaela), Diego Cristóbal y Juan Bautista (hermanos de José Gabriel), Francisco y Andrés (tío y sobrino de José Gabriel), y otros parientes más, así como vecinos notables del corregimiento, participaron como dirigentes y activistas del gran levantamiento.
Antonio de Arriaga, Corregidor de Tinta, fue el primero en ser ajusticiado por sus inumerables crímenes (10.11.780) en la Plaza Mayor de Tungasuca. Pero después de la resonante victoria de Sangarara (17.11.780), la indecisión de empeñar la batalla por el Cusco selló, con la retirada de Picchu, alturas de la ciudad (10.01.781), la suerte del gran levantamiento. El ejército punitivo colonial, de más de 17 mil depredadores y al mando de un Mariscal de Campo, desató la represión con el conocido método de "matarlo todo, saquearlo todo, quemarlo todo" (homicidio, panyerma, holocausto), aterrorizando y asolando a su paso localidad tras localidad. Cercó así al ejército rebelde de 7 mil guerrilleros ya exhaustos, sin alimentos y sin parque bélico.
A la derrota en las afueras de Tinta (07.04.781) siguió la persecución y captura de la plana mayor de la gran rebelión. El 18 de mayo de 1781, en la Plaza Mayor de Cusco fueron ejecutados con inenarrable crueldad José Verdejo, Andrés Castelo, Antonio Oblitas, Antonio Bastidas, Francisco Túpac Amaru, Tomasa Tito Condemayta, Hipólito Túpac Amaru, Micaela Bastidas y finalmente José Gabriel Condorcanqui.
Sofocada la gran rebelión, continuó la persecución de los vencidos, en especial del linaje de Túpac Amaru. Andrés Túpac Amaru, de 18 años de edad, logró eludir el cerco y se unió a Túpac Catari, muriendo después en combate (noviembre de 1782) Diego Cristóbal Túpac Amaru, tras implacable persecución tuvo que firmar la paz (enero de 1782), para luego ser apresado a traición un año después, con más de 80 rebeldes entre parientes cercanos y lejanos, activistas y hasta vecinos sospechosos, siendo ejecutado en agosto de 1783. Mariano Túpac Amaru fue apresado en Huarochiri (febrero de 1783) Condenado a destierro, murió en Río de Janeiro (1784) en viaje a España. Fernando Túpac Amaru, tras presenciar la ejecucion de sus progenitores y parientes, fue condenado a destierro, muriendo en prisión en España (1798). Juan Bautista Túpac Amaru, tras 40 años de prisión en España llegó a Argentina en 1822. Alcanzó a escribir sus Memorias en Cautiverio. Falleció en Buenos Aires en 1827, sin poder realizar sus deseos de regresar a su tierra natal.
De esta gran rebelión se halló valiosa documentación en el Archivo de Indias, incluso las cartas que escribió Túpac Amaru con su propia sangre. Así fue posible reconstruir el papel protagónico de Micaela Bastidas y su inmenso aporte a la lucha por una nueva sociedad basada en sus raíces ancestrales, y nueva visión respecto a la familia, la comunidad y el Estado, lo que constituye el mensaje fundamental de su fructífera vida y heroica muerte.
2.- La Gran Rebelde y la Base Familiar
Ni cerca de tres siglos de adoctrinamiento religioso en el sometimiento de la mujer al marido fueron suficientes para borrar la tradición incaica de igualdad de deberes y derechos entre marido y mujer. Trabajadores ambos, José Gabriel y Micaela compartieron por igual alegrías y penurias, tanto en la lucha diaria como en la gran rebelión. En la correspondencia que queda de Micaela se aprecia no sólo su solidaridad conyugal y su preocupación por la seguridad de su marido sino recomendaciones y hasta reprensiones inevitables.
Así, desde Tungasuca le escribe: "Te encargo que la comida que tomares sea de manos de los nuestros y de más confianza" (23.11.780) Luego de la victoria de Sangarara, al notar el peligro que afrontaban le señala: "Todo esto me tiene con bastante cuidado, ya porque estamos entre nuestros enemigos, y ya porque nos puede sobrevenir alguna traición repentina, por lo que te participo para que estés advertido, como igualmente de los soldados que con bastante estruendo se van previniendo en la pampa de San Sebastián" (26.11.780) Después le informa: "Tengo noticias de que tiene compactado dicho Bejarano y el Cura de Yanaoca de entregarme a nuestros enemigos con mi hijo, con bastante empeño" (02.12,789)
Con gran clarividencia le advierte que la pérdida de tiempo por cuestiones secundarias era la peor pérdida para la causa, y le recrimina: "Tú me has de acabar de pesadumbre, pues andas muy despacio paseándote en los pueblos, y más en Yauri, tardándote dos días con grande descuido, pues los soldados tienen razón de aburrirse e irse cada uno a sus pueblos" Trata de acuciarlo y enardecerlo escribiéndole: "Yo misma ya no tengo paciencia para aguantar todo esto, pues yo misma soy capaz de entregarme a los enemigos para que me quiten la vida, porque veo el poco anhelo con que ves este asunto tan grave que corre con detrimento de la vida de todos, y estamos en medio de los enemigos que no tenemos segura la vida; y por tu causa están a pique de peligrar todos mis hijos, y los demás de nuestra parte" Suavizando el tono, le agrega: "Estoy pronta a caminar con la gente dejando a Fernando en un lugar destinado, pues los indios no son capaces de moverse en este tiempo de tantas amenazas" Y vuelve a estremecerlo: "Bastantes advertencias te di para que inmediatamente fueses al Cusco, pero has dado todo a la barata, dándoles tiempo para que se prevengan, como lo han hecho, poniendo cañones en el cerro de Picchu y otras tramoyas tan peligrosas, que ya no eres sujeto de darles avance" (06.12.789)
El factor sorpresa, que tan brillantes resultados diera al inicio de la gran rebelión y en la batalla de Sangarara, se perdió trágicamente al no empeñarse de inmediato la batalla por el Cusco, que habría decidido por completo el éxito de la causa.
Así comenzó el desastre, que tan clarividentemente previó la gran rebelde. Micaela no fue, pues, ninguna mujer sumisa en el hogar. Antes bien, fue igualmente cabeza pensante y operante, y supo tomar decisiones dando ejemplo del rol de la mujer en la familia.
3.- La Gran Rebelde y la Organización Comunal
Durante el dominio colonial no desapareció la organización ayllual aborigen. Se mantuvo, inserta en la estructura oficial impuesta por España. Así, los curacas (caciques) se convirtieron en "varayocs" (alcaldes y gobernadores) En los Cabildos (ayuntamientos) oficiaban de Alcaldes menores, pues el primer y segundo regidor eran cargos para peninsulares o criollos. Y fue la organización ayllual supérstite en la que se apoyó la gran rebelde, pero tratando siempre de ganar para la causa o de neutralizar a los mandos criollos (españoles americanos)
Así, desde Tungasuca Micaela Bastidas escribe: "Señores Gobernadores Don Agustín y Don Lucas Narvaez de la Torre y Don Matías Canal. – Muy señores míos y de todo mi aprecio. – Ya tendrán Vuesas Mercedes noticias de la empresa que ha tomado mi marido Don José Gabriel Túpac Amaru; pero, sin embargo de ello, para que queden mejor inteligenciados, paso a imponerles, para que la impartan a sus indios y demás caciques de esos pueblos, quienes tendrán ésta por suya. - Como celoso del bien público y descanso de los naturales y criollos españoles, obtiene, a fuerza de sus desvelos, providencia para exterminar y acabar las malas introducciones de repartos, alcabalas, aduanas, y en su consecuencia se halla entendiendo en estas diligencias con el esmero, que hasta aquí se ve; en cuyo supuesto, no dudo que vuesas mercedes coadyuvarán, aprontando toda su gente a disposición de dicho mi marido. - Y si tuviesen vuesas mercedes gente para prender al Corregidor y europeos, lo podrán hacer pidiendo auxilio a los demás caciques; fuera de quitarnos con tanta tiranía nuestras posesiones y bienes estando en nuestras tierras, por contemplarnos que no somos capaces de defendernos, como lo vemos ahora, que mi marido ha puesto la mano" (07.12.780) Y en un pregón, que ordena publicar a viva voz y por escrito, señala: "Así mismo se les advierte a dicho común de mis indios y españoles, no hagan daño ni perjuicio al menor, así en los ganados, casas y chacras de los vecinos, por donde transitaren, por ser muy perjudicial; y a los que reconociesen ser criollos, los atraigan y llamen a nuestra bandera sin hacerles perjuicio alguno; porque no vamos a hacer daño a los paisanos sino tan solo a quitar los abusos de los repartimientos y demás pechos y cargas que teníamos, y nos amenazaban los corregidorers y europeos" (13.12.780)
Continúa en su labor de propaganda y escribe: "Señores Gobernadores Don Baltazar Cárdenas y Don Tomás Enriquez y Don Mariano Florez. - Muy Señores Míos. – Ya habrá llegado a noticias de ustedes de cómo mi marido se halla actualmente, practicando precisas diligencias, a fin tan solo de librar este Reino de tantos pechos y cargas con que nos sumergían los ladrones de los Corregidores, de que resultará un beneficio común a todo el Reino y nos veremos libres de semejantes abusos. – Hasta lo presente se sigue con la mayor felicidad, y tenemos a nuestro favor las provincias de Urubamba, ocho parroquias del Cusco, Paucartambo, Quispicanchi, Paruro, Tinta, Lampa, Azángaro, Carabaya, Paucarcolla, la ciudad de Chucuito y otras" (15.12.780)
Y no sólo usaba la persuasión sino incluso la amenaza e intimidación, pues ya el poder que alcanzaba la gran rebelión era evidente. Así, escribe desde Tinta: "Señor Don Francisco Molina. – Mi Estimado. – Al punto que usted reciba ésta, póngase en camino a este pueblo; porque, cuando menos le importa salvar la vida" (22.01.781) Y también: "Los Alcaldes y Caciques del pueblo de Corma y Sanca no molestarán a Don Francisco Torres. Respecto de cuanto ha practicado ha sido de aprobación del Inca; pena al que le incomodase; será castigado severamente" (25.01.781)
Esta medida de ganarse al pueblo y dirigentes de base, sin hacer distinción entre nativos y criollos (y hasta negros, zambos y mulatos), sino entre ellos y peninsulares (europeos), fue el aporte básico de la gran rebelión, lo que permitió después derrocar el yugo colonial y alcanzar la Independencia. Y precisamente aquí radica también el aporte trascendental de la gran rebelde: aislar al máximo al enemigo uniendo al máximo todas las fuerzas unibles. Así como ganó ascendencia en su hogar, ganó también ascendencia en el seno del pueblo. Nativos y esclavos negros, criollos y mestizos, ya sea en el llano o como autoridades la reconocieron como gran dirigente y gran mujer.
4.- La Gran Mujer y el Poder Político
De hecho Micaela Bastidas actuó como Jefe de Estado Mayor de la gran rebelión. Cuando Túpac Amaru estaba en campaña, ella dirigía el Cuartel General. Reunía los contingentes de campesinos rebeldes, expedía órdenes y salvoconductos, escribía informes y proclamas, se encargaba de reunir víveres y armas, despachaba fuerzas de relevo al frente de combate; y hasta comandó a los guerrilleros en Pillpinto, Pomacanchi, Cailloma y Velille.
A lo largo de la gran rebelión Micaela Bastidas se mostró excepcional estratega. Así, escribió a su marido: "Para conmover a los de Arequipa, es necesario que envíes un propio seguro con los adjuntos carteles, para que se enteren de su contexto; y te advierto que sea con la brevedad posible; y puedes despachar otro para Pachachaca a cortar el puente cuanto más antes, con la precaución correpondiente. - En fin, todo esto dispondrás como el más entendido; y si no lo puedes hacer avísame para que yo lo haga sin demora, porque en esto está el peligro" (24.11.780) Le informó: "Ciertamente vienen soldados de Lampa y Arequipa, en número muy considerable, y nos quieren pillar descuidados con los del Cusco; nuestro cura se ha ido fugitivo para allá" (25.11.780) Y también: "No puedo menos que participarte cómo los curas de Pampamarca, de Yanaoca, el Doctor Bejarano y Don Ramón Moscoso, habiendo solido escribir al Obispo del Cusco y a los demás, relatando todo lo que pasaba en casa, y del número de soldados que tenemos, despachando las cartas con el Coaqueño; y el comprobante de todo es el haber mandado cerrar hoy la Iglesia" (26.11.780)
Por otra parte, para asegurar las comunicaciones expidió: "Todos los guardias españoles e indios y espías puestos por orden de mi marido Don José Gabriel Túpac Amaru, darán franco a los que con este pase fueren, sin hacerles el más leve perjuicio; pena al que contraviniere esta mi orden del castigo que corresponde, y del mismo modo cuando regresen de la ciudad del Cusco para sus lugares" (27.11.780) y también: "Todos los soldados e indios espías dejarán pasar libremente las cargas de Don Agustín Herrera sin hacerles perjuicio, con la circunstancia de que pueda transitar por los pueblos que le pareciese convenientes al expendio de sus efectos, sin que ninguno de éste viere le perjudique en lo menor; pues será castigado cualquiera que contravenga esta dicha orden" (27.11.780)
Y no sólo advertía sino paliaba la lentitud. Así, escribe a Túpac Amaru: "La mira que llevo es hacer más gente (después de contenerlos en estos excesos) para estar rodeando poco a poco al Cusco, que se halla con bastante fortaleza según te previne en mi anterior; porque si andamos con pie de plomo todo se llevará la trampa" (07.12.780) Y averiguando lo ocurrido en la retirada del Cusco, le informa: "Que cuando la retirada nuestra de Picchu estuvo la gente común para pasarse toda a nuestro lado toda ella, pero que los sermones de varios eclesiásticos lo impidieron" (24.01.781)
Encargada del aparato logístico ordena: "Los Alcaldes del pueblo de Sanca auxiliarán a Bernardo Carrasco para que conduzca a este Cabildo papas, duraznos y otros comestibles de las haciendas embargadas, sin que en ello se entrometa persona alguna" (18.02.781) Y le informa a Túpac Amaru: "Remito con el portador quinientos veinte y seis cartuchos de fusil, con balas; de cañón 30 cartuchos para lo mismo, y no va pólvora, porque en lo pronto no la hay sino de cañón; también lleva 6 pesos, 2 cestos de coca, todo lo que entregará el conductor" (07.03.781)
Pero no sólo del envío de pertrechos se encargaba, sino hasta de su fabricación y reparación. Así, escribe a Túpac Amaru: "Don Juan Antonio de Figueroa está ocupándose en la compostura de los fusiles, y en hacer balas" (26.11.780) Le informa: "Aquí estamos haciendo los preparativos de armas y municiones de guerra correspondientes, porque sin embargo de estas noticias no debemos descuidar asunto tan grave hasta concluirlo enteramente" (24.01.781) Y que "De Livitaca piden pertrechos porque se hallan atacados por los de Paruro; he determinado enviarles un cañón de los cuatro que se han fundido" (23.03.781) ¡Hasta fabricaban sus propios cañones, los rebeldes!
En fin, la gran rebelión y la gran rebelde apuntaron al sistema de corregimientos para demoler el poder colonial. Gran aporte estratégico, tanto que, a consecuencia del ajusticiamiento de Arriaga, el sistema de corregimientos fue finalmente abolido por el propio poder colonial, en 1784
Así, con su presencia de mujer luchadora y madre ejemplar, de comunera de avanzada, de estratega con visión de estadista, Micaela Bastidas Puyucahua ofrendó la vida luchando contra la dominación ideológica, explotación económica, opresión política, y represión social colonial, dejándonos una lección de permanente actualidad.
El pueblo peruano, la mujer peruana, el Perú todo le debemos eterna memoria.
Nota.
Artículo aparecido en la revista EL LUNAREJO, Vocero Oficial de Instituciones de Juan Espinosa Medrano (El Lunarejo) Mollebamba, Apurímac.
Año III N° 4, Lima, noviembre 1997, págs. 8-9
Director de la Comisión Ejecutiva de la Revista: Valentín Zela Chaqqere
Presidente del Consejo de Presidentes de la Institución: Domingo de Guzmán Suárez Soria
Ragarro
16.04.08
El 4 de noviembre de 1780, después de años de proyectada y preparada, estalló en Tinta la más grande rebelión indígena contra el dominio español en América. Se la conoce como Rebelión de Túpac Amaru, pues fue José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, quien la lideró. Conocido este hecho, como igual labor dirigente y rol protagónico desarrolló Micaela Bastidas, lo que le costó junto a su cónyuge tormento cruel y muerte vil, es necesario reseñar también su figura, pues de ambos es el mérito histórico.
1.- La Gran Rebelión y la Gran Rebelde
Sabido es que Micaela Bastidas Puyucahua, nacida en 1745 en Pampamarca e hija de Manuel Bastidas y Josepha Puyucahua, casó a los 15 años con José Gabriel Condorcanqui Noguera, nacido en 1743 e hijo de Miguel Condorcanqui y Rosa Noguera. Para 1781 tenían 36 años Micaela y 38 José Gabriel. Sus hijos llegaban, Hipólito a 20, Mariano a 18 y Fernando a 9 años de edad.
Pampamarca, Surimana y Tungasuca formaban el curacazgo de los Túpac Amaru, descendientes directos de Túpac Amaru I, ejecutado en 1572, última Inca de la dinatía de Vilcabamba, iniciada a la muerte de Huascar y Atahualpa. (Túpac Amaru: de túpac = fuego, luminoso, brillante; y amaru = serpiente, sagaz, astuto; por lo que puede entenderse como Sagaz Luminoso, Astuto Brillante, Serpiente Ígnea) El curacazgo de Túpac Amaru formaba parte del corregimiento de Tinta (ahora parte de la provincia de Canchis, 125 kms al sur de la ciudad del Cusco) Antonio Bastidas (hermano de Micaela), Diego Cristóbal y Juan Bautista (hermanos de José Gabriel), Francisco y Andrés (tío y sobrino de José Gabriel), y otros parientes más, así como vecinos notables del corregimiento, participaron como dirigentes y activistas del gran levantamiento.
Antonio de Arriaga, Corregidor de Tinta, fue el primero en ser ajusticiado por sus inumerables crímenes (10.11.780) en la Plaza Mayor de Tungasuca. Pero después de la resonante victoria de Sangarara (17.11.780), la indecisión de empeñar la batalla por el Cusco selló, con la retirada de Picchu, alturas de la ciudad (10.01.781), la suerte del gran levantamiento. El ejército punitivo colonial, de más de 17 mil depredadores y al mando de un Mariscal de Campo, desató la represión con el conocido método de "matarlo todo, saquearlo todo, quemarlo todo" (homicidio, panyerma, holocausto), aterrorizando y asolando a su paso localidad tras localidad. Cercó así al ejército rebelde de 7 mil guerrilleros ya exhaustos, sin alimentos y sin parque bélico.
A la derrota en las afueras de Tinta (07.04.781) siguió la persecución y captura de la plana mayor de la gran rebelión. El 18 de mayo de 1781, en la Plaza Mayor de Cusco fueron ejecutados con inenarrable crueldad José Verdejo, Andrés Castelo, Antonio Oblitas, Antonio Bastidas, Francisco Túpac Amaru, Tomasa Tito Condemayta, Hipólito Túpac Amaru, Micaela Bastidas y finalmente José Gabriel Condorcanqui.
Sofocada la gran rebelión, continuó la persecución de los vencidos, en especial del linaje de Túpac Amaru. Andrés Túpac Amaru, de 18 años de edad, logró eludir el cerco y se unió a Túpac Catari, muriendo después en combate (noviembre de 1782) Diego Cristóbal Túpac Amaru, tras implacable persecución tuvo que firmar la paz (enero de 1782), para luego ser apresado a traición un año después, con más de 80 rebeldes entre parientes cercanos y lejanos, activistas y hasta vecinos sospechosos, siendo ejecutado en agosto de 1783. Mariano Túpac Amaru fue apresado en Huarochiri (febrero de 1783) Condenado a destierro, murió en Río de Janeiro (1784) en viaje a España. Fernando Túpac Amaru, tras presenciar la ejecucion de sus progenitores y parientes, fue condenado a destierro, muriendo en prisión en España (1798). Juan Bautista Túpac Amaru, tras 40 años de prisión en España llegó a Argentina en 1822. Alcanzó a escribir sus Memorias en Cautiverio. Falleció en Buenos Aires en 1827, sin poder realizar sus deseos de regresar a su tierra natal.
De esta gran rebelión se halló valiosa documentación en el Archivo de Indias, incluso las cartas que escribió Túpac Amaru con su propia sangre. Así fue posible reconstruir el papel protagónico de Micaela Bastidas y su inmenso aporte a la lucha por una nueva sociedad basada en sus raíces ancestrales, y nueva visión respecto a la familia, la comunidad y el Estado, lo que constituye el mensaje fundamental de su fructífera vida y heroica muerte.
2.- La Gran Rebelde y la Base Familiar
Ni cerca de tres siglos de adoctrinamiento religioso en el sometimiento de la mujer al marido fueron suficientes para borrar la tradición incaica de igualdad de deberes y derechos entre marido y mujer. Trabajadores ambos, José Gabriel y Micaela compartieron por igual alegrías y penurias, tanto en la lucha diaria como en la gran rebelión. En la correspondencia que queda de Micaela se aprecia no sólo su solidaridad conyugal y su preocupación por la seguridad de su marido sino recomendaciones y hasta reprensiones inevitables.
Así, desde Tungasuca le escribe: "Te encargo que la comida que tomares sea de manos de los nuestros y de más confianza" (23.11.780) Luego de la victoria de Sangarara, al notar el peligro que afrontaban le señala: "Todo esto me tiene con bastante cuidado, ya porque estamos entre nuestros enemigos, y ya porque nos puede sobrevenir alguna traición repentina, por lo que te participo para que estés advertido, como igualmente de los soldados que con bastante estruendo se van previniendo en la pampa de San Sebastián" (26.11.780) Después le informa: "Tengo noticias de que tiene compactado dicho Bejarano y el Cura de Yanaoca de entregarme a nuestros enemigos con mi hijo, con bastante empeño" (02.12,789)
Con gran clarividencia le advierte que la pérdida de tiempo por cuestiones secundarias era la peor pérdida para la causa, y le recrimina: "Tú me has de acabar de pesadumbre, pues andas muy despacio paseándote en los pueblos, y más en Yauri, tardándote dos días con grande descuido, pues los soldados tienen razón de aburrirse e irse cada uno a sus pueblos" Trata de acuciarlo y enardecerlo escribiéndole: "Yo misma ya no tengo paciencia para aguantar todo esto, pues yo misma soy capaz de entregarme a los enemigos para que me quiten la vida, porque veo el poco anhelo con que ves este asunto tan grave que corre con detrimento de la vida de todos, y estamos en medio de los enemigos que no tenemos segura la vida; y por tu causa están a pique de peligrar todos mis hijos, y los demás de nuestra parte" Suavizando el tono, le agrega: "Estoy pronta a caminar con la gente dejando a Fernando en un lugar destinado, pues los indios no son capaces de moverse en este tiempo de tantas amenazas" Y vuelve a estremecerlo: "Bastantes advertencias te di para que inmediatamente fueses al Cusco, pero has dado todo a la barata, dándoles tiempo para que se prevengan, como lo han hecho, poniendo cañones en el cerro de Picchu y otras tramoyas tan peligrosas, que ya no eres sujeto de darles avance" (06.12.789)
El factor sorpresa, que tan brillantes resultados diera al inicio de la gran rebelión y en la batalla de Sangarara, se perdió trágicamente al no empeñarse de inmediato la batalla por el Cusco, que habría decidido por completo el éxito de la causa.
Así comenzó el desastre, que tan clarividentemente previó la gran rebelde. Micaela no fue, pues, ninguna mujer sumisa en el hogar. Antes bien, fue igualmente cabeza pensante y operante, y supo tomar decisiones dando ejemplo del rol de la mujer en la familia.
3.- La Gran Rebelde y la Organización Comunal
Durante el dominio colonial no desapareció la organización ayllual aborigen. Se mantuvo, inserta en la estructura oficial impuesta por España. Así, los curacas (caciques) se convirtieron en "varayocs" (alcaldes y gobernadores) En los Cabildos (ayuntamientos) oficiaban de Alcaldes menores, pues el primer y segundo regidor eran cargos para peninsulares o criollos. Y fue la organización ayllual supérstite en la que se apoyó la gran rebelde, pero tratando siempre de ganar para la causa o de neutralizar a los mandos criollos (españoles americanos)
Así, desde Tungasuca Micaela Bastidas escribe: "Señores Gobernadores Don Agustín y Don Lucas Narvaez de la Torre y Don Matías Canal. – Muy señores míos y de todo mi aprecio. – Ya tendrán Vuesas Mercedes noticias de la empresa que ha tomado mi marido Don José Gabriel Túpac Amaru; pero, sin embargo de ello, para que queden mejor inteligenciados, paso a imponerles, para que la impartan a sus indios y demás caciques de esos pueblos, quienes tendrán ésta por suya. - Como celoso del bien público y descanso de los naturales y criollos españoles, obtiene, a fuerza de sus desvelos, providencia para exterminar y acabar las malas introducciones de repartos, alcabalas, aduanas, y en su consecuencia se halla entendiendo en estas diligencias con el esmero, que hasta aquí se ve; en cuyo supuesto, no dudo que vuesas mercedes coadyuvarán, aprontando toda su gente a disposición de dicho mi marido. - Y si tuviesen vuesas mercedes gente para prender al Corregidor y europeos, lo podrán hacer pidiendo auxilio a los demás caciques; fuera de quitarnos con tanta tiranía nuestras posesiones y bienes estando en nuestras tierras, por contemplarnos que no somos capaces de defendernos, como lo vemos ahora, que mi marido ha puesto la mano" (07.12.780) Y en un pregón, que ordena publicar a viva voz y por escrito, señala: "Así mismo se les advierte a dicho común de mis indios y españoles, no hagan daño ni perjuicio al menor, así en los ganados, casas y chacras de los vecinos, por donde transitaren, por ser muy perjudicial; y a los que reconociesen ser criollos, los atraigan y llamen a nuestra bandera sin hacerles perjuicio alguno; porque no vamos a hacer daño a los paisanos sino tan solo a quitar los abusos de los repartimientos y demás pechos y cargas que teníamos, y nos amenazaban los corregidorers y europeos" (13.12.780)
Continúa en su labor de propaganda y escribe: "Señores Gobernadores Don Baltazar Cárdenas y Don Tomás Enriquez y Don Mariano Florez. - Muy Señores Míos. – Ya habrá llegado a noticias de ustedes de cómo mi marido se halla actualmente, practicando precisas diligencias, a fin tan solo de librar este Reino de tantos pechos y cargas con que nos sumergían los ladrones de los Corregidores, de que resultará un beneficio común a todo el Reino y nos veremos libres de semejantes abusos. – Hasta lo presente se sigue con la mayor felicidad, y tenemos a nuestro favor las provincias de Urubamba, ocho parroquias del Cusco, Paucartambo, Quispicanchi, Paruro, Tinta, Lampa, Azángaro, Carabaya, Paucarcolla, la ciudad de Chucuito y otras" (15.12.780)
Y no sólo usaba la persuasión sino incluso la amenaza e intimidación, pues ya el poder que alcanzaba la gran rebelión era evidente. Así, escribe desde Tinta: "Señor Don Francisco Molina. – Mi Estimado. – Al punto que usted reciba ésta, póngase en camino a este pueblo; porque, cuando menos le importa salvar la vida" (22.01.781) Y también: "Los Alcaldes y Caciques del pueblo de Corma y Sanca no molestarán a Don Francisco Torres. Respecto de cuanto ha practicado ha sido de aprobación del Inca; pena al que le incomodase; será castigado severamente" (25.01.781)
Esta medida de ganarse al pueblo y dirigentes de base, sin hacer distinción entre nativos y criollos (y hasta negros, zambos y mulatos), sino entre ellos y peninsulares (europeos), fue el aporte básico de la gran rebelión, lo que permitió después derrocar el yugo colonial y alcanzar la Independencia. Y precisamente aquí radica también el aporte trascendental de la gran rebelde: aislar al máximo al enemigo uniendo al máximo todas las fuerzas unibles. Así como ganó ascendencia en su hogar, ganó también ascendencia en el seno del pueblo. Nativos y esclavos negros, criollos y mestizos, ya sea en el llano o como autoridades la reconocieron como gran dirigente y gran mujer.
4.- La Gran Mujer y el Poder Político
De hecho Micaela Bastidas actuó como Jefe de Estado Mayor de la gran rebelión. Cuando Túpac Amaru estaba en campaña, ella dirigía el Cuartel General. Reunía los contingentes de campesinos rebeldes, expedía órdenes y salvoconductos, escribía informes y proclamas, se encargaba de reunir víveres y armas, despachaba fuerzas de relevo al frente de combate; y hasta comandó a los guerrilleros en Pillpinto, Pomacanchi, Cailloma y Velille.
A lo largo de la gran rebelión Micaela Bastidas se mostró excepcional estratega. Así, escribió a su marido: "Para conmover a los de Arequipa, es necesario que envíes un propio seguro con los adjuntos carteles, para que se enteren de su contexto; y te advierto que sea con la brevedad posible; y puedes despachar otro para Pachachaca a cortar el puente cuanto más antes, con la precaución correpondiente. - En fin, todo esto dispondrás como el más entendido; y si no lo puedes hacer avísame para que yo lo haga sin demora, porque en esto está el peligro" (24.11.780) Le informó: "Ciertamente vienen soldados de Lampa y Arequipa, en número muy considerable, y nos quieren pillar descuidados con los del Cusco; nuestro cura se ha ido fugitivo para allá" (25.11.780) Y también: "No puedo menos que participarte cómo los curas de Pampamarca, de Yanaoca, el Doctor Bejarano y Don Ramón Moscoso, habiendo solido escribir al Obispo del Cusco y a los demás, relatando todo lo que pasaba en casa, y del número de soldados que tenemos, despachando las cartas con el Coaqueño; y el comprobante de todo es el haber mandado cerrar hoy la Iglesia" (26.11.780)
Por otra parte, para asegurar las comunicaciones expidió: "Todos los guardias españoles e indios y espías puestos por orden de mi marido Don José Gabriel Túpac Amaru, darán franco a los que con este pase fueren, sin hacerles el más leve perjuicio; pena al que contraviniere esta mi orden del castigo que corresponde, y del mismo modo cuando regresen de la ciudad del Cusco para sus lugares" (27.11.780) y también: "Todos los soldados e indios espías dejarán pasar libremente las cargas de Don Agustín Herrera sin hacerles perjuicio, con la circunstancia de que pueda transitar por los pueblos que le pareciese convenientes al expendio de sus efectos, sin que ninguno de éste viere le perjudique en lo menor; pues será castigado cualquiera que contravenga esta dicha orden" (27.11.780)
Y no sólo advertía sino paliaba la lentitud. Así, escribe a Túpac Amaru: "La mira que llevo es hacer más gente (después de contenerlos en estos excesos) para estar rodeando poco a poco al Cusco, que se halla con bastante fortaleza según te previne en mi anterior; porque si andamos con pie de plomo todo se llevará la trampa" (07.12.780) Y averiguando lo ocurrido en la retirada del Cusco, le informa: "Que cuando la retirada nuestra de Picchu estuvo la gente común para pasarse toda a nuestro lado toda ella, pero que los sermones de varios eclesiásticos lo impidieron" (24.01.781)
Encargada del aparato logístico ordena: "Los Alcaldes del pueblo de Sanca auxiliarán a Bernardo Carrasco para que conduzca a este Cabildo papas, duraznos y otros comestibles de las haciendas embargadas, sin que en ello se entrometa persona alguna" (18.02.781) Y le informa a Túpac Amaru: "Remito con el portador quinientos veinte y seis cartuchos de fusil, con balas; de cañón 30 cartuchos para lo mismo, y no va pólvora, porque en lo pronto no la hay sino de cañón; también lleva 6 pesos, 2 cestos de coca, todo lo que entregará el conductor" (07.03.781)
Pero no sólo del envío de pertrechos se encargaba, sino hasta de su fabricación y reparación. Así, escribe a Túpac Amaru: "Don Juan Antonio de Figueroa está ocupándose en la compostura de los fusiles, y en hacer balas" (26.11.780) Le informa: "Aquí estamos haciendo los preparativos de armas y municiones de guerra correspondientes, porque sin embargo de estas noticias no debemos descuidar asunto tan grave hasta concluirlo enteramente" (24.01.781) Y que "De Livitaca piden pertrechos porque se hallan atacados por los de Paruro; he determinado enviarles un cañón de los cuatro que se han fundido" (23.03.781) ¡Hasta fabricaban sus propios cañones, los rebeldes!
En fin, la gran rebelión y la gran rebelde apuntaron al sistema de corregimientos para demoler el poder colonial. Gran aporte estratégico, tanto que, a consecuencia del ajusticiamiento de Arriaga, el sistema de corregimientos fue finalmente abolido por el propio poder colonial, en 1784
Así, con su presencia de mujer luchadora y madre ejemplar, de comunera de avanzada, de estratega con visión de estadista, Micaela Bastidas Puyucahua ofrendó la vida luchando contra la dominación ideológica, explotación económica, opresión política, y represión social colonial, dejándonos una lección de permanente actualidad.
El pueblo peruano, la mujer peruana, el Perú todo le debemos eterna memoria.
Nota.
Artículo aparecido en la revista EL LUNAREJO, Vocero Oficial de Instituciones de Juan Espinosa Medrano (El Lunarejo) Mollebamba, Apurímac.
Año III N° 4, Lima, noviembre 1997, págs. 8-9
Director de la Comisión Ejecutiva de la Revista: Valentín Zela Chaqqere
Presidente del Consejo de Presidentes de la Institución: Domingo de Guzmán Suárez Soria
Ragarro
16.04.08
esto es muy bueno para nuestros niños ellos se pueden informar de la historia de micaela bastidas y de tupac amaru II etc
ResponderBorrarEs verdad que Túpac Amaru inició la rebelión, pero Micaela Bastidas fue también tuvo un rol igual de importante en esta.
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