Julian              Cortés
Con              esta frase que representa un grito esperanzador para el inicio de              una era de paz en Colombia, terminó su intervención el comandante              insurgente Iván Márquez en la ciudad de la Habana, Cuba donde las              delegaciones oficiales del gobierno colombiano y la guerrilla más              antigua del continente americano firmaban un acuerdo definitivo de              paz. 
              
 
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