|   Por Daniel Libreros    Caicedo, John Freddy Gómez y  Camila Andrea    Galindo   Es un hecho constatable la caída en los precios internacionales de las    materias primas y alimentos (commodities) en los mercados internacionales de    capitales a partir del 2012. El caso del petróleo es ilustrativo; sus precios    presentaron oscilaciones recurrentes en las últimas décadas. Así, en el lapso    1988-2001 mantuvieron una relativa estabilidad moviéndose en la franja que va    de 15 a 40 dólares barril siendo el punto más alto el año 1990 debido a la    invasión norteamericana en el golfo pérsico, mientras que el punto más bajo    quedó evidenciado en 1998 la causa de la crisis económica internacional que    en ese momento focalizada en los llamados tigres asiáticos y en Rusia.    Durante el lapso 2002-2008, los precios del crudo llegaron al tope máximo    alcanzando los 146 dólares barril. La crisis general    del neoliberalismo en 2007- 2008 |1| hizo que los precios se descolgaran a 36    dólares barril, y a la salida de la misma volvieron a superar los 100 dólares    para caer nuevamente en el lapso 2012-2014 a los niveles actuales en donde    fluctúan entre los 36 y los 50 dólares barril. Si bien es cierto    que en este movimiento de los precios del crudo varían según las    modificaciones parciales en la relación oferta-demanda causadas por los    cambios en el comercio internacional, la causa principal de estas    oscilaciones bruscas en los precios petroleros debe buscarse en la    especulación financiera. Efectivamente, desde el 2002 la autoridad reguladora    de las transacciones de "commodities" en los mercados de capitales    de Estados Unidos (Comisión de Comercio de Futuros de Commodities) eliminó    las restricciones a la colocación de títulos de derivados y de    "futuros" produciendo una burbuja especulativa en ese segmento de    las bolsas de valores que reemplazó a la recién desinflada burbuja de las    puntocom. La recuperación de    los precios de las "commodities" en general y del petróleo en    particular en los países periféricos después del 2008 fue efímera y obedeció    al desplazamiento de capitales metropolitanos hacia ese segmento del mercado    transitoriamente inflado. En el 2012 esta bonanza especulativa de los    "commodities" terminó. Adicional a la    finalización del ciclo transitorio de precios altos, venimos presenciando la    disputa en el mercado del petróleo entre los grupos empresariales que    controlan las explotaciones convencionales y aquellos que controlan las no    convencionales (principalmente el Fracking), estos últimos apoyados por el    gobierno estadounidense, que los ha integrado a una política de    "auto-abastecimiento energético", definida como política estatal    desde hace varios años con el objetivo de generar un déficit de ingresos en    los países exportadores, y la desestabilización política de los regímenes que    dependen de los precios del crudo como Venezuela, Ecuador, Rusia y que se    encuentran por fuera de las pautas establecidas por la política internacional    de Estados Unidos. La OPEP -Organización de Países Exportadores de Petróleo-    ha quedado atrapada en las redes de esa diplomacia agresiva y aún no    encuentra salidas.   AMÉRICA LATINA EN    SU LABERINTO   Esta política ha    tenido consecuencias en América Latina, región que desde las modificaciones    en la división internacional del trabajo que introdujo la globalización    neoliberal a finales de la década de los noventa, quedó supeditada a la    producción y exportación de materias primas y alimentos. La caída correlativa    de los ingresos fiscales ha sido considerable. Los siete países    seleccionados conforme a datos de la CEPAL son: Colombia, Perú, Bolivia,    Brasil, Venezuela, México y Chile, los cuales redujeron sus ingresos fiscales    con relación al PIB -correspondiente para cada país- tan solo en el año 2014,    en orden descendente, así; Bolivia 12,2%, Ecuador 10,7%, Venezuela 9,3%,    México 6,8%, Colombia 4,3%, Brasil 2% y Perú 1,7%. En el caso de los    minerales los seis países seleccionados (Bolivia, Brasil, Chile Colombia,    México y Perú) redujeron sus ingresos fiscales con relaciones al PIB en un    promedio del 0,7%. La situación tiende a empeorarse en el futuro inmediato.    Por el lado de la tensión entre los productores de hidrocarburos    convencionales y no convencionales la disputa no parece cerrarse y para    agravar ese escenario contradictorio Irán ha duplicado sus exportaciones de    crudo desde que le suspendieron las sanciones internacionales en Enero de    este año. Las consecuencias    están a la vista, incluso en el propio Estados Unidos. "Ya en noviembre    del año pasado se habían despedido a 93 mil 800 trabajadores de la industria    energética de Estados Unidos. En el 2015 iniciaron trámite de bancarrota 42    compañías de petróleo y gas. Se espera que el número aumente este año, con la    continuación de la baja de los precios del crudo. Esto se refuerza con la    decisión de la OPEP de mantener los altos niveles de producción. Esta    organización rectificó su cálculo del monto de reducción de la producción de    los países fuera de la OPEP, de 660 mil barriles diarios este año, en vez del    anterior cálculo de 270 mil…" (Gershenson, 2016) Por el lado de los    flujos de portafolio a la región que determinan las inversiones en las    "commodities" el escenario tampoco es alentador. "Los mercados    emergentes tuvieron una salida neta de capitales de 735,000 millones de    dólares en 2015, muy por encima de los 111,000 millones de dólares    registrados en 2014 y más de lo estimado. Se espera que las salidas,    incluidos errores y omisiones, alcancen los 448,000 millones de dólares este    año, indicó un reporte publicado por el Instituto de Finanzas    Internacionales-IFI-…"(Mundo Ejecutivo, 2016). Esta fuga de    capitales podrá incrementarse si la Reserva Federal (FED) decide aumentar la    tasa de interés tal y como lo viene anunciando desde hace varios meses. La    prueba de que ese mensaje alcista ya lo comparten los grandes operadores    financieros es la de que en las últimas semanas la fluctuación del dólar se    ha desatado de los precios internacionales de los hidrocarburos en la región. Esta situación explica    el por qué hemos iniciado una nueva fase de ajustes estructurales en América    Latina. La historia se repite, el fracaso del neoliberalismo y del    extractivismo diseñado por las elites transnacionales e internas dado que    controlan el poder político que debe ser pagado por las poblaciones.   EL PLAN DE AJUSTE    DE SANTOS EN COLOMBIA   En Colombia el    gobierno de Santos ya inició el plan de ajuste con una escalada programada de    privatizaciones (ISAGEN, ETB) y planea otras importantes para los próximos    meses. En las sesiones ordinarias del Congreso que comenzaron en el mes de    julio se tiene proyectado presentar una reforma tributaria regresiva que    incluye el aumento en tres puntos del IVA. Así mismo, profundiza el    extractivismo entregándole los territorios a las multinacionales y    desplazando poblaciones para obtener débiles beneficios de una renta    exportadora en barrena. Los despidos masivos continúan su curso en el marco    de una política monetarista ortodoxa basada en la contracción de la demanda    la cual ha sido oficializada con un alza considerable de la tasa de interés    con el objetivo de mermar la inflación y equilibrar hacia abajo el déficit en    la balanza cambiaria reduciendo las importaciones. En términos    coloquiales esto significa un castigo enorme sobre el conjunto de la    población, que viene expresando su descontento en las calles en los diversos    puntos de la geografía nacional. Recientemente lo viene haciendo con la    realización de la "Minga Nacional Agraria" confrontada con todo    rigor con el terrorismo de Estado. Urge entonces la conformación de un gran    frente unitario del conjunto del movimiento social que en el período que se    abre con la finalización del conflicto armado enfrente a la propuesta de paz    neoliberal de Santos con movilización y propuestas alternativas. CADTM, julio de    2016. | 
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